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La poesía bogotana de la fotógrafa Alejandra Parra

por Cristián Oschilewski
Artículo publicado el 03/10/2023

Resumen
Radicada hace dieciséis años en Colombia, la destacada fotógrafa chilena Alejandra Parra captura las imágenes de la capital de este país a través de sus personajes urbanos, su ecléctica arquitectura y su caótica cotidianidad bajo el sello de una mirada poética heredera de su bagaje santiaguino.

Palabras claves
Arte, Chile, Mujeres, Fotografía, Colombia

 

Abstract
Living in Colombia for sixteen years, the prominent Chilean photographer Alejandra Parra captures images of the capital of this country through its urban characters, its eclectic architecture and its chaotic daily life under the seal of a poetic gaze inherited from her Santiago background.

Key words
Art, Chile, Women, Photography, Colombia

 

Introducción
Junto a Alejandra Parra (Santiago, 1977- ) compartimos un café en los salones de la concurrida cafetería Le Grand de Bogotá para conversar sobre su obra, su trayectoria y su experiencia en la capital colombiana donde la artista desarrolla intensamente su praxis artística hace dieciséis años. Alejandra divide sus actividades entre su trabajo en el municipio local y su periplo por las calles bogotanas capturando instantáneas azarosas, y a veces no tanto, invitando al espectador a descubrir bajo su lente una serie de personajes, rincones y paisajes urbanos cargados de un sentido estético muy particular que forman parte de su sello personal donde habita la poesía junto a un eximio dominio del color y de la luz, muy característicos de su obra fotográfica.

 

APARRAFIG1Figura 1. Foto Retrato
Fuente: Cortesía Alejandra Parra

 

Nos conocimos por casualidad en una exposición colectiva titulada Triada realizada en el mes de abril de 2023 en la Galería Radar Visual, en el marco del interesante proyecto Open San Felipe (una iniciativa de la ciudad y de ARTBO que busca revitalizar y fortalecer la convivencia urbana de Bogotá a través del Arte). Sus diversos formatos se asomaban mostrando imágenes del centro de la ciudad, pero al mismo tiempo sentí un magnético paralelismo con mi propia experiencia visual en Santiago de Chile. Sin mediar formalidad me acerqué a saludarla y ambos nos descubrimos siendo chilenos en Colombia disfrutando de la propuesta estética del lugar. Desde entonces, su trabajo ha cautivado mi curiosidad y admiración hacia una profesional talentosa y muy atenta a los detalles que el centro urbano de Bogotá tiene a ofrecer al observador más distraído.

Alejandra comenta que en sus inicios la fotografía en blanco y negro marcó decisivamente su etapa formativa, bajo una visión donde el género documental y las imágenes en b/n eran consideradas más artísticas y, por ende, muchos abrazaban esta opción estética. “Al principio de mi carrera estudié todo en blanco y negro hasta alcanzar un punto en que, al llegar a la fotografía a color, se convirtió en algo muy complejo”, nos explica.

Al comienzo, cuando niña, le gustaba pintar profusamente, también el dibujo, pero sentía que la pintura no le daba lo suficiente para expresar todo aquello que tenía en su mente. Fue cuando un tío, que había estado exiliado en Francia, volvió a Chile con una cámara fotográfica y siendo adolescente, Alejandra empezó a jugar con ella, sintiéndose inmediatamente atraída por el sonido del obturador. Fueron muchos los instantes explorando las posibilidades que le daban las velocidades de la cámara y cómo esta sonaba que atraparon su atención. Una conclusión que se acercó a su vida y que se definió de la siguiente manera: “yo quiero ser fotógrafa!”.

Sus padres se adelantaron diciéndole que estudiara Arte – su padre, un hombre de vocación política y muy abierto junto a su madre enfermera, quienes vivían en la Villa Francia, le dieron el espacio necesario – y al salir del colegio fue cuando se decidió a estudiar fotografía en el Instituto Arcos de la capital chilena. Fueron cuatro años de formación intensa, transversal, con asignaturas que incluyeron inclusive materias de otros campos de la cultura como el teatro, entre otras. Pero todo el trabajo de imágenes de esa época fue en blanco y negro, sin embargo, al casi finalizar su carrera y con cursos de teoría del color, fue cuando descubrió su verdadera pasión. Aunque no fue fácil, me señala: “Lo veía como algo cotidiano, no fue fácil trabajar con la fotografía a color, lo intenté una y otra vez hasta que mi profesor terminó convirtiéndose en mi guía de tesis, después de eso no hice más blanco y negro”.

 

APARRAFIG2Figura 2
Fuente: Cortesía Alejandra Parra

 

Un Mundo de Color
“El tema de la fotografía digital, fue una desilusión para mí y también ejerció una presión sobre mi opción de abrazar el color, pues mucha gente al momento de capturar imágenes y al ponerlas en blanco y negro, lograba un efecto determinado, pero que personalmente, pienso que le quitaba un valor que es importante para mí”.

En este sentido, su definición estética pasa por explorar justamente lo otro, la fotografía a color – un sello a todas luces determinante de su actual trabajo – y que están presentes principalmente en la calle. Un planteamiento de desafíos distintos a la fotografía en blanco y negro.

Alejandra nos explica que ya egresada aparece en su vida la necesidad de emigrar y conocer realidades distintas a la de su Chile natal. Una curiosidad de salir al mundo y esas ganas de ver otras latitudes – en un momento pensó en estudiar en Francia, pero las condiciones económicas no se dieron – y fue cuando surgió una oportunidad de viajar a República Dominicana a trabajar en la industria hotelera siendo el primer paso para salir y enfrentar la vida de una forma distinta.

En esos veintitantos años arribó a una cultura nueva, a tomar fotografías y fundamentalmente, a descubrir. Ir más allá de la familia, que tiende a protegernos a menudo. Un año y medio en que vivió y viajó por República Dominicana, Haití y Cuba donde los colores del Caribe, de cierta forma, fueron atrapando su mirada nómade, curiosa y ya desvinculada de las imágenes en blanco y negro del invernal y nostálgico Santiago.

 

APARRAFIG3Figura 3
Fuente: Cortesía Alejandra Parra

 

Un mundo distinto, donde a partir de ese entonces opta definitivamente por la fotografía a color. En ese momento vivía en Santo Domingo con dos amigos chilenos que también son fotógrafos, y su carrera se basaba fundamentalmente en la fotografía documental, muy emparentada con el trabajo periodístico y la denuncia. En ese momento tuvo la ocasión de trabajar documentando la realidad laboral de muchos migrantes haitianos que vivían en República Dominicana, principalmente en la construcción. Es cuando Alejandra decide realizar una serie de retratos de estos trabajadores y de sus mensajes en creole escritos en las paredes y para sus familias, evidenciando su precariedad laboral bajo el concepto de la fotografía documental. En ese momento percibe que su formación distaba bastante de lo que pasó a realizar documentalmente, levantando una serie de cuestionamientos personales sobre su rol como fotógrafa.

“Tuve como base muchas de las revistas chilenas más importantes de la época, que tenían buenísima fotografía como Ercilla, Cauce, Apsi, entre muchas. Yo partí queriendo hacer eso. Sin embargo, llegó la democracia en Chile y las temáticas, los discursos fueron cambiando justo cuando yo estaba en una edad en que me sentía habilitada para hacer ese tipo de fotografía documental-periodística. Y fue cuando este tipo de trabajo dejó de parecerme interesante”.

Estando en República Dominicana, Alejandra intentó explorar este campo de la fotografía documental periodística, pero sintió que dicha área no le llenaba. Fue entonces cuando se dio cuenta que al abordar lo documental terminaba arribando a espacios más limpios de la fotografía como el retrato, el valor de los objetos, entre otros elementos. Transitando desde lo documental hacia el terreno del Arte propiamente tal, entre ambos mundos bajo un movimiento que se mantiene hasta el día de hoy en su trabajo.

Etapa en Colombia
En el año 2007 Alejandra Parra arribó a Colombia. Después de vivir en el sector de La Calera, la capital y el país comenzaron a influir en su trabajo. De no sentirse extranjera empezó a encontrar espacios familiares con paralelismos evidentes con Santiago. Bogotá incidió en su trabajo recordando su tiempo de vivencias en Santiago de los años ochenta, y Alejandra empezó a darse cuenta de que quería sentirse parte de esa nueva ciudad en la que empezó a habitar.

Y fue cuando los paralelismos entre Bogotá y Santiago empezaron a surgir y a fluir. “Opté por el centro de Bogotá por ser un espacio donde en general el bogotano no va nunca o va poco. Bogotá está lleno de viejitos, transitando, personajes, medio fantasmas que habitan ese centro que me atrajo. Yo en general fracciono mucho los lugares, fragmentos de espacios con situaciones que me atraen. Hay gente, pero al mismo tiempo surgen paisajes solitarios”.

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Figura 4
Fuente: Cortesía Alejandra Parra

Los planos de Alejandra son limpios, con composiciones a color donde se percibe un lirismo que se desprende de la soledad. Habitados por la poesía, donde el personaje – sea este una persona, un animal o un objeto inanimado – surge como protagonista de esa toma fotográfica. “Es interesante para mi pues llevo casi diez años trabajando en el centro de Bogotá, no en el barrio colonial de La Candelaria que se plantea como la tradicional postal. Son esos otros lugares que resultan increíbles para mí”.

La primera exposición individual de Alejandra ocurrió a su egreso de su carrera cuando expuso en el Instituto Chileno Norteamericano de Cultura, a fines de los noventa. Tras dejar la fotografía documental – principalmente elaborada durante su permanencia en Chile – su experiencia en el extranjero fue determinante. Tras una exitosa muestra en Medellín de un trabajo elaborado en Santo Domingo sobre los migrantes haitianos, también le ha tocado participar en varias colectivas en galerías bogotanas.

Hoy la madurez de su trabajo la ha llevado a definir a la fotografía como parte de su vida. “Miro a los lados, saco mi máquina, me acompaña, trato de buscar ese espacio complejo para la fotografía en el mundo del Arte, donde a mi juicio es subvalorada. Trato de producir todos los días, mostrar obras únicas y mi idea es seguir, y si pudiera dedicarme 100% a esto lo haría pues la fotografía es mi carrera, mi pasión”.

Sobre el mercado colombiano para la fotografía, nos comenta que “sí hay algunos espacios, pero es necesario tener los contactos que te permitan acceder a ellos. Adicionalmente estos espacios están pensados para obras que se acercan más al Arte Visual y a la intervención fotográfica, que manejan la fotografía como soporte, y no para la fotografía tradicional en donde la foto en sí misma es la obra. Creo que hace falta buscar o crear nuevos espacios que valoren la fotografía contemporánea como obra de arte, no quiero traicionarme a mí misma por tratar de venderme mejor”.

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Figura 5
Fuente: Cortesía Alejandra Parra

“El espacio solo, esa cosa nostálgica, que es bonita, un poco romántica, bordeando en la melancolía, tiene que ver mucho con lo que yo soy. Yo disfruto con esos espacios. Recuerdo que cuando empecé a trabajar en el centro de Bogotá, solía ir a una cafetería que se llamaba La Romana (de comienzos del siglo XX), que desapareció en la pandemia, donde yo solía ir sola a tomar desayuno, muy temprano en la mañana únicamente a observar este espacio que de alguna manera me traía reminiscencias”.

 

 

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Figura 6
Fuente: Cortesía Alejandra Parra

A modo de síntesis del trabajo de Alejandra Parra en Colombia nos comparte ciertas reflexiones que tienen que ver con su obra y con los años de su propia trayectoria. “Yo creo que uno se va dando cuenta de muchas cosas, de porque vive en Colombia, de porque uno se fue de su país, uno va escarbando en uno mismo y de cierta manera esta melancolía tiene que ver con esos lugares, pues al llegar a ese punto, todo eso me da paz. Siento que me gusta el tipo de fotografía que hago. A alguien le puede parecer deprimente, melancólico o bonito lo que hago, pero hay una mezcla de emociones, de cosas que están pasando, y es lo que quiero hacer”.

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Figura 7
Fuente: Cortesía Alejandra Parra

 

Cristián Oschilewski
Artículo publicado el 03/10/2023

Fuentes de Información
Entrevista realizada en Bogotá el 12 de septiembre de 2023.
Alejandra Parra Fotografía
Instagram: @aleparrafotografia
Email: parra.cis@gmail.com

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Un comentario

Excelente Alejandra! Tremenda fotógrafa chilena. Su trabajo estético es impecable. La luz y el color hablan por si solos. Hermosa fotografía.

Por Poli el día 05/10/2023 a las 02:47. Responder #

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