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¿Dónde está Chile? O los complejos raciales en un Chile inadaptado a los cambios.

por Marion Didier
Artículo publicado el 10/12/2018

Investigación y desarrollo de este artículo
en colaboración con
Sebastián Muñoz
Chileno,
Estudiante del Instituto de Sociología
de la Universidad de Valparaíso,
2°Año.

 

“La migración es una expresión de la aspiración humana por la dignidad, la seguridad y un futuro mejor. Es parte del tejido social, de nuestra condición como una familia humana”. Esta frase, la planteó Ban Ki-Moon, Secretario General de la ONU, durante la celebración internacional del día del migrante en 2013. Cuando ingresamos al sitio web del Departamento de Extranjería y Migración de Chile, en la página sobre las acciones de integración, podemos leer estas palabras: “Chile se ha transformado en un país receptor de inmigrantes principalmente de países limítrofes […]. Es así como el Estado comprende que la complejidad del fenómeno migratorio requiere del esfuerzo interinstitucional para avanzar en el desarrollo de acciones e iniciativas tendientes al establecimiento de políticas públicas de acogida para la población migrante que los incorpore como usuarios específicos de los servicios que el Estado entrega”. Pero frente al fenómeno social de inmigración y a los problemas de racismo existentes, y con todas las derivas resultantes que atraviesan al Chile de hoy, una pregunta parece destacarse en la mente de muchos ciudadanos, chilenos o de origen extranjero: ¿Dónde está Chile?

Aquí vamos a tratar de dos hechos interculturales: por un lado, el trato del chileno al inmigrante latino, y del otro, el trato del chileno al inmigrante europeo. Si en los dos casos, las personas son inmigrantes, el trato es a menudo bien distinto a que sea un inmigrante europeo o un inmigrante latinoamericano. En Chile, el concepto “inmigrante” tiene una connotación negativa debido a la distorsión histórica de esta palabra, porque cuando se hablaba de inmigrantes se señalaba a ciertas personas, especialmente aquellos que tienen un color de piel determinado.

UNA BREVE HISTORIA DE LA INMIGRACIÓN EN CHILE
Los procesos de migración hacia Chile vienen de varias partes del mundo: de América, Europa y Asia (Medio Oriente). Estas migraciones empiezan a partir del siglo XIX paralelo a la configuración del Estado-Nación de Chile. Durante el siglo XIX y primera mitad del siglo XX, son los europeos los primeros en llegar al país. Alemanes, atraídos por una política chilena de para inmigrantes de origen europeo con el fin de impulsar el desarrollo económico del sur de Chile y blanqueamiento de la raza, cuando la cuestión de ser blanco comienza a ser una suerte de propiedad identitaria muy potente. Llegan españoles que huyen de la Guerra Civil, italianos, franceses e ingleses impulsados por el comercio marítimo, sobre todo en Valparaíso y en el norte salitrero; Irlandeses que huyen de la hambruna del fin del siglo XIX; también croatas, rusos, suizos, daneses… sumado a ello un importante número de colonos de origen árabe, de fe cristiana, allegados por la causa de la desestabilización del Imperio Otomano así como palestinos, que formaron la colonia más grande fuera del Medio Oriente. También se desarrolla en Chile una significativa llegada de migrantes judíos en este periodo.

Además, durante toda su historia, Chile fue un destino para inmigrantes provenientes de América central y América del Sur. Hoy en día, debido a su actual prosperidad económica (entre otros factores), Chile es el principal destino de migrantes a nivel latinoamericano. Sobre todo, de argentinos, peruanos y bolivianos por su cercanía con Chile, pero el país cuenta también con inmigrantes de Brasil, Ecuador, Colombia, República Dominicana, Haití y Venezuela, donde algunos deben huir su país por una cuestión de sobrevida. Según el informe del 2013 de la División de Población del Departamento de Asuntos Económicos y Sociales de la ONU, Chile es el país de Sudamérica donde más creció el número de inmigrantes.

Sin embargo, a pesar de esta imagen de un Chile moderno y acogedor para algunas nacionalidades, una vez llegado al territorio esta imagen desaparece en la sombra.

¿Y QUÉ TAL LA SITUACIÓN DE LA MIGRACIÓN EN CHILE HOY EN DÍA?
El discurso de un Chile próspero, avanzado y jactado de ser el país con el IDH más alto de Sudamérica ha sido un foco de atracción para muchos inmigrantes que no solo vienen de naciones limítrofes, sino que de diversas partes del mundo. Pero la suerte de estos se ve coartada por su origen.

Un inmigrante europeo tendrá más probabilidades de encontrar un trabajo bien remunerado en comparación al inmigrante latino, aunque esto no garantice un mejor desempeño en el campo laboral. De hecho, un poco más de un tercio de los senadores y diputados de Chile en la actualidad posee apellidos de origen extranjero, pero su validación y aceptación de éstos recae en que sus orígenes provienen de migraciones europeas de muchas décadas atrás. Por lo contrario, cuando un inmigrante latinoamericano logra finalmente encontrar un trabajo, es a menudo un trabajo que no quiere cumplir el chileno promedio porque lo considera como sucio, degradante o demasiado “sacrificado”. Entonces parece que el chileno valora más el concepto de la piel que lo que la persona pueda aportar independientemente de su origen. Así se está estableciendo una suerte de diferencia racial entre los inmigrantes, que serían de siete países que son Perú, Bolivia, Ecuador, Colombia, República Dominicana, Haití y Venezuela, y los extranjeros (aquí podemos decir blancos), que podrían ser personas bienvenidas y aceptadas.

La entrada de Chile como protagonista en la intervención de Haití el año 2004, junto con las fuerzas de la ONU para traer estabilidad supuso un acercamiento entre la población de dicha nación con las tropas de nuestro país, pronunciamiento que se incrementó luego del terremoto del año 2010 y que propició una llegada masiva a Chile de Haitianos que buscaban salir de la miseria de un país cuya estabilidad está lejos de concretarse. Se critica mucho la llegada de estos “nuevos” residentes, pero se ignora el hecho del porque han llegado, y el rechazo de un importante porcentaje de la población chilena desintegra la hipócrita imagen de solidaridad y unión que se le ha vendido al mundo. Los hechos de violencia en la actualidad no solo se limitan a actos físicos sino a hechos cotidianos que se han vuelto normalizados a nivel ciudadano e institucional. Esta venta de la imagen de un país desarrollado es un espejo de la realidad que enfrenta Chile, desde el retorno de la democracia en los 90’s y una economía relativamente mejor a la de los países vecinos, se ha caído en una utopía social que contrasta con un país con una de las peores distribuciones de riqueza del mundo.

También existen sucesos importantes y que han sido casi ignorados por los medios de comunicación como desde el tráfico de inmigrantes haitianos de la aerolínea LAW (Latin American Wings), donde el ingreso masivo de haitianos se debió a engaños con visas de turista falsas o con cartas de invitación de sectores religiosos por más de 300 dólares prometiendoles un futuro mejor o casos aislados de discriminación como la expulsión de unos trabajadores también haitianos de una plaza pública el 22 de septiembre del 2017. Son algunos de los hechos que muestran una vorágine de discriminación diferente a otros tiempos y casi normalizada.

EL ODIO VERSUS LOS DATOS REALES
La tolerancia es un concepto privilegiado que solo se aplica a personas cuyo origen provenga del hemisferio norte. Desde los sectores más conservadores existe un discurso que apunta a la inmigración (latina) como la culpable del aumento de la delincuencia, de la falta de trabajo y de la desmoralización de la juventud respecto a las drogas y otros vicios; se hablan de números realmente exagerados de la delincuencia del inmigrante latino en comparación a la chilena que es considerablemente superior y que a su vez se ignora que también se ha hecho conocida a nivel internacional. Los medios apuntan que en Chile el 5.9% de la población penal corresponde a extranjeros y la población penal chilena corresponde al 94,1% de los reclusos, es decir de una población penal total de 50.094 personas, solo 3.039 foráneos se encuentran recluidos.

También se habla de una población inmigrante que bordea el millón de personas en Chile pero se ignora que los últimos datos del INE (Instituto Nacional de Estadísticas) arrojaron que 1.037.346 chilenos se encuentran en este momento viviendo en el extranjero, sobre todo en Argentina, España y unas importantes colonias en Suecia y Estados Unidos.

Por otro lado, se habla que los inmigrantes no pagan impuestos como los chilenos; un hecho completamente falso, ya que desde los datos arrojados el 2017 se sabe que casi 72.000 personas foráneas pagan impuestos de segunda categoría o impuesto Global complementario aportando una considerable suma de 2,7 millones de dólares al año al Estado de Chile.

El otro tema que causa revuelo no solo en Chile sino a nivel global es el tema del trabajo. Pero a nivel nacional se habla de la existencia de una cesantía que va en aumento y que bordea el 7,1%. Se culpa al inmigrante como una de las principales causas, pero se ignora que de las 8.721.908 personas que se encuentran activas en el mercado laboral, solo 184.399 se declara no tener nacionalidad chilena, esto supone solo 2,2% de personas del total de activos según los datos del INE. Los datos que se dan respecto a lo que se gasta con los inmigrantes hay que confrontarlo con lo que entregan. En este contexto, vienen a contribuir a la producción y a la economía chilena.

Otro tema que causa eco actualmente, son los hechos vinculados a deportaciones masivas. Sin embargo, cabe destacar que, de este número, un importante porcentaje corresponde a personas que solo sobrepasaron su plazo de la visa de turista o que no reúnen las condiciones para vivir en Chile, y que a su vez no presentan ningún antecedente penal.

La lista podría ser infinita… Pero a pesar de las varias evidencias mostradas por la historia, sociología, economía, demografía en relación con los efectos positivos que pueden provocar la llegada de inmigrantes a un país, la exaltación de las cifras por parte de los medios y de sectores conservadores, no es más que una maniobra política para fomentar no solo un discurso de intolerancia, sino para alienarse a una idea de “identidad chilena” que se apegue más a las castas europeas.

ACÁ ES CHILE
Al final, el verdadero problema en Chile es que una parte de su gente no quiere ver personas cuyo origen cuestionen lo “blanco” de su identidad. Esta adulación de una identidad que no nos pertenece es en absoluto no solo es un peligro para los inmigrantes latinos sino también un peligro para la cultura chilena, que NO es europea, pero que es un conjunto de identidades diferentes, tanto compuesta de pueblos originarios, identidades latinoamericanas y de varias otras partes del mundo, especialmente por la longitud del país, sus paisajes tan variados y su potencial atractivo en el mundo. Este deseo de “blanquitud” (Bolívar Echeverría) no es nuestro…y será una expresión de racismo aquí y en cualquier otra parte del mundo.

Por eso, es importante generar una toma de conciencia sobre este fenómeno. Que uno lo quiera o no, las migraciones no son un problema, son un fenómeno social del siglo XXI, y el tema del prejuicio racial tenemos que verlo desde nosotros y empezar a actuar, a cambiar nuestro comportamiento. Recordemos primero que la ley de inmigración de Chile no ha cambiado desde 1975… Chile necesita leyes para arreglar esta discriminación expendida en la sociedad. La educación es fundamental, las campañas de información para responder a la desinformación populista se imponen en estas situaciones. Se necesita de la creación de una institución gubernamental solvente y estable que garantice la inclusión y regularización de los papeles de los inmigrantes. El Gobierno de Chile debe tomar medidas de integración económicas, sociales para minimizar la ignorancia, los prejuicios y entonces el miedo al extranjero (o más bien a su color de piel).

 

FUENTES:
–https://www.indh.cl/bb/wp-content/uploads/2018/01/Cap1_Manifestaciones.pdf
–https://www.latercera.com/noticia/felipe-berrios-los-europeos-los-llamamos-extranjeros-los-latinos-inmigrantes/
–https://www.latercera.com/que-pasa/noticia/discriminacion-los-mapuches-estudio-dice-70-la-poblacion-los-encuentra-poco-atractivos-33-no-votaria/413041/
–http://www.quepasa.cl/articulo/actualidad/2018/03/el-racismo-que-llevamos-dentro.shtml/
–http://www.dibam.cl/Recursos/Contenidos/Museo%20Hist%C3%B3rico%20Nacional/archivos/Migrantes.doc3.pdf
–http://www.vientodelsur.ch/index.php/poblaciones/30-inmigracion-en-chile
–http://www.ine.cl/estadisticas/demograficas-y-vitales

 

HISTORIA DEL DESARROLLO DE ESTE TRABAJO DUAL
La primera etapa de este trabajo fue ponerse de acuerdo en un sujeto, lo que fue bastante fácil puesto que descubrimos que teníamos los mismos intereses de investigación. Luego, nos reunimos una primera vez para hablar de los artículos e informaciones que habíamos encontrado alrededor del tema elegido, y empezar a estructurar el trabajo, intercambiar ideas generales sobre el tema y el trabajo, y por fin nos dividimos las diferentes partes del trabajo. En esta parte, nos parece importante de hablar de la dificultad a encontrar cifras correctas y no influenciadas por una tendencia política. Al final, reunimos todas las partes del trabajo para ensamblarlo en un solo artículo, y arreglamos juntos los últimos detalles de la producción. Por eso, hemos utilizado sobre todo Google Drive que ofrece la posibilidad de compartir documentos fácilmente y producir los dos a la vez en el mismo documento.

 

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