EN EL MUNDO DE LAS LETRAS, LA PALABRA, LAS IDEAS Y LOS IDEALES
REVISTA LATINOAMERICANA DE ENSAYO FUNDADA EN SANTIAGO DE CHILE EN 1997 | AÑO XXVIII
PORTADA | PUBLICAR EN ESTE SITIO | AUTOR@S | ARCHIVO GENERAL | CONTACTO | ACERCA DE | ESTADISTICAS | HACER UN APORTE

— VER EXTRACTOS DE TODOS LOS ARTICULOS PUBLICADOS A LA FECHA —Artículo destacado


El currículum oculto. La creación desde la negación.

por Fulvio Fernández Muñoz
Artículo publicado el 07/02/2009

El acto de negar ha sido una variable que las vanguardias artísticas han asimilado como parte de sus propuestas, la negación del negar, el prohibido prohibir, el vuelo creativo en suma puesto al servicio de la idea y su desarrollo.
De la misma manera origina la necesidad de propuestas  de una doble fuerza, ¿Cómo proponer la nueva alternativa? ¿Qué la hace disímil, rupturista y finalmente valida frente a la otra? El arte, prodigo en la contradicción ofrece el camino de repensarse liberándose al mismo tiempo, como las ondas que provoca la piedra al caer al agua en su calma horizontal…

El ocultamiento es una forma de hacer visible lo que existe.

En tiempos de la imagen y la multiplicación de la misma a espacios y velocidades desconocidas hasta hace escaso tiempo produce que el  acto negador incluso carezca del ocultamiento, este es superado por la manipulación de la imagen, que niega confundiendo amputando el fondo y destacando la forma.
El ejercicio del ocultamiento de la  imagen y sus posibilidades negadoras se encuentra de manera magistral expresada por el cubrimiento que el artista Christo y su compañera Jeanne-Claude, han dejado manifiesto sobre el Reichstag (Berlín, 1995), el objeto o idea negada recobra su importancia en la posibilidad de no verlo….
El contenido curricular oculto aunque muchas evidente se lo envuelve negándolo desde lo conductual, lo familiar, lo docente, entre otras formas también encubiertas desconocen la posibilidad que el currículum si acoja esta realidad subyacente, confirmando que aquel es mas que un documento, sino una diversidad que crece y madura.
¿Las recientes movilizaciones estudiantiles (junio de 2006, Chile) no son acaso una prueba de que esta propuesta analítica y participativa (la de incorporar el curriculum oculto) no esta siendo observada y menos llevada a cabo? esto es que se incorpore el contenido de las acciones negadoras con que de pronto arremeten los estudiantes nuestra tranquila y cómoda docencia…. ¿Qué hace que más de medio millón de estudiantes de enseñanza media, a lo largo del país, paralicen y propongan críticas al sistema educativo?…
La educación se ha puesto en tela de juicio, no como acto, sino como esta ocurre, en la desigualdad y la carencia, como que nuevamente se desconoce y niega lo que los estudiantes proponen o pudieran proponer por medio de diálogos organizados y una procesualidad pertinente para los mismos , en específico que las orientaciones provistas para el encuentro con el conocimiento emanadas de los planes y programas ministeriales de una forma no funcional sino creativa promocionando el capital cultural de los escolares no ha sido respetada,  al respecto:

“El trabajo práctico, cuando no existe reflexión, suele estar dirigido, en gran parte, por la costumbre, la tradición y la rutina y, a veces, algún grado de coerción, especialmente si esta sujeto a los imperativos de los libros de texto” (Torres, 1998:11).

¿Existe algo menos rutinario que el Arte?, el mismo arte, podrá decir algún furioso vanguardista, tal vez no sin razón luego de analizar algunas temporalidades de su proceso histórico.
Para el mundo escolar el Arte es una vía abierta para explorar, que puede inundar la vida de diferencia, velocidad, encuentro y reencuentro que sumadas al proceso de  crecimiento natural, hacen de esta  situación multidisciplinaría una real comunicación con la realidad social, a la que los escolares más temprano que sus padres se han enfrentado.

La necesidad de una ideología se fundamenta, al observar la definición de la misma, al respecto que esta es una visión de los sucesos, como que es una construcción sociohistórica, con las posibilidades de relativismo y parcialidad que los fenómenos sociales contienen, evitando el dogma (Torres, 1998).
Las manifestaciones artísticas, especialmente avanzado el siglo XX, comienzan con la integración de los fenómenos sociales cuando contemplan entre otras el existencialismo promovido por Sartre, que la condición del ser humano como lo advirtió desde una mirada abstracta Marcel Duchamp, en su objetualidad releída, es el soporte fundamental para la comprensión de la misma. Duchamp, señero vanguardista señala desde su famoso urinario, que el Arte carece de sentido cuando los seres humanos no logran la construcción de una sociedad igualitaria, por lo que el Arte pierde una de sus condiciones fundamentales de promover la vida como espacio disímil y abierto, advirtiendo en el camino la verdadera meta de todo quehacer.

Esta percepción del ser humano activo y participante, y las contribuciones que este puede realizar lo dotan según Torres (1998) de identidad y pertenencia.

La fotografía documental con su ojo de cristal y el documentalismo audiovisual, permiten recoger esta observación, cuando allí, el detalle observado en toda su magnitud microcósmica, revela y delata la diferencia, los actos particulares y afectos hacia los mismos (el descanso, la fiesta, el trabajo, la sociabilidad, la guerra, la vida y la muerte).
A mediados de los noventas asistí en Hamburgo, Alemania, a una de las muestras fotográficas más importantes realizadas en el siglo XX, la muestra se denomino “Trabajadores”, realizada por Sebastián Salgado, fotógrafo brasileño afincado en Francia, el artista gráfico, ha realizado un estudio durante cinco años del trabajo en las más diferentes áreas laborales especialmente las que contienen trabajo manual, en los cinco continentes, es una muestra donde la fotografía blanco y negro ha hurgado en la cotidianeidad del trabajo y como este se desarrolla grupal e individualmente, pero sobre todo, como escribe Gabriel García Márquez “este libro es un retrato de la dignidad humana”.

La imagen que capta al ser humano se ha vuelto en relacionador del estar en colectivo.

Luego, no basta reconocer lo fundamental de la conciencia de si mismo como del conjunto social, sino también observar que determinadas instituciones facilitan la puesta en práctica de formas y regulaciones que posibilitan la dominación  estableciendo de una forma procesual el adoctrinamiento hacia la dominación.
Louis Althusser, denomina como aparato Ideológico a la institución escolar, pues supera las normas adoctrinantes de los restantes aparatos tales como el religioso, familiar, jurídico, político, sindical, de la información y cultural.

La institución escolar es una posibilidad liberadora pero también es factible de convertirse en un lugar de adoctrinamiento.

Torres (1998) distingue cuatro niveles de legitimación de lo adoctrinante: 1) de carácter incipiente y se relacionan con el vocabulario lo que mas tarde incide en las relaciones. 2) contiene formas teóricas primarias o básicas, 3) planteamientos de carácter institucional, y 4) universos simbólicos con la finalidad de dar un sentido total y definido a la sociedad…
La simbología establece una realidad más allá de lo diario, ordena el pasado, el presente y el futuro en una gran unidad y los hechos individuales y colectivos son parte de este universo que todo lo contiene. Las legitimaciones son aspectos formativos y teóricos que conducen el accionar, la aceptación y negación frente a las posibilidades que la sociedad y aún más la diversidad presenta. Son formulaciones que aseguran una continuidad en si misma.
Este proceso de legitimación incorpora al especialista surgido de un aprendizaje evaluado y desarrollado por una institución, la especialización, aún más en tiempos de la aldea global es del todo necesaria para validar la sociedad en la que se desarrolla el proceso legitimador  y también si esta actividad resulta rentable. La dinámica mencionada es especialmente válida para los grupos de dominación (económico, político y cultural entre otros).

Esta concepción facilita la percepción de que los logros de la sociedad son debido a la suma de logros individuales, por tanto evita el análisis de los conflictos presentes en la misma (Torres, 1998).

Pero, ¿Cuáles son los resultados de estos discursos? ¿Qué existe detrás de aquello que se legitima desde la especialización y el especialista? La repuesta es obvia, es la legitimación de la idea de lo eficaz, como medio y forma de lograr unos objetivos.
El efecto se encuentra en el cuerpo docente que frente a la regulación tecnocrática se convierte en un actor ejecutor y de nulo poder analítico e interventor de las dinámicas conductistas. Lo anterior comienza con los profesores, vendiéndoles propuestas como fruto del consenso, y también a los estudiantes, a quienes se somete a la idea de la existencia de aprendizajes y definiciones correctas (pruebas de evaluación y admisión), dejando en segundo plano el acto fundamental del pensamiento (Torres, 1998).

Las prácticas se constituyen en un ente ajeno a las voluntades de los jóvenes estudiantes.

Foucault (citado en Torres, 1998:44), observa este mecanismo regulador del conocimiento como una “tecnología disciplinaria”, donde las relaciones de poder a favor de quien detenta el conocimiento a evaluar, define lo aceptable como digno de aprenderse, de otra forma, legitima unos conocimientos, y a quien los evalúa como la forma de entregarlos y ser aceptados.
No obstante, reconocer la individualidad posibilita la descripción del individuo y un método de dominación a partir de esta información, aceptando implícitamente que no todo el mundo tiene por qué tener éxito y que es “normal” que algunos fracasen” (Torres, 1998:46).
En este sentido, el objetivo es jerarquizar hacia la especialización, organizando la producción para determinados sectores que desarrollaran igualmente áreas determinadas reafirmando las desventajas de los grupos que inician la existencia educacional carenciados, por lo que no es casual que los grupos de mínimos ingresos tiendan a ser incluidos desde el “currículum oculto”, en espacios técnico profesionales, al contrario de los grupos con solvencia que se incorporan al área científico humanista.

Las necesidades tecnocráticas poco a poco establecen el sentido de utilidad del saber como el prestigio del especialista que lo imparte, restando importancia al área de las ciencias humanas fundamentales para la participación del proceso de construcción social que la sociedad democrática observa, como fundamental.

No obstante, se persigue la cualificación y reproducción de la sumisión reestructurando las relaciones en las sociedades especificas. Las instituciones norman el currículum como antecedente para el desempeño  futuro en las labores productivas. Frente a  las exigencias del currículum oficial, tendrá que desarrollar también una relación profunda con la posterior vida laboral, por esto las dimensiones del castigo y recompensa encuentran su verdadero significado al investigar el currículum oculto.
Este, el curriculum oculto, observa en  las conductas dóciles de estudiantes la imposibilidad de la transformación debido a los nulos espacios para el debate, como de su escasa experiencia en los mismos. Estos comportamientos son fundamentales en las cadenas productivas, de allí que culpabilizar a docentes y estudiantes de esta inmovilidad es desconocer el currículum oficial y especialmente el oculto.

La idea de una educación para la convivencia, la tolerancia y el disfrute del logro colectivo adquieren una pobre interpretación.

La educación por si misma no logra las transformaciones aunque esta llega a ser parte de las mismas, lo anterior porque la cultura es vista como un medio de potenciar y reproducir un modelo; en la sociedad tecnocrática es la posibilidad de uniformar construyendo homogéneamente una cultura emanada del “capital cultural de la clase o grupos dominantes”.
Una corroboración de lo antes planteado, son los textos escolares, que al asumir hechos y momentos históricos destacan los avances productivos, constructivos (ferrocarril, extensión de líneas férreas, traslado de los productos, nuevas inversiones, inventos, bienes de consumo más asequibles), pero cubren e ignoran, entre otros aspectos las presencias colectivas y étnicas, muestran de tal forma donde están direccionados sus intereses, por negación (ocultamiento) y por validación (existencia).
La necesidad de un docente contemporáneo se hace más necesaria que nunca, cuando es capaz de percibir las tendencias y soportes generacionales, esto facilitará su muestra, análisis y posterior relectura creativa. Como también es necesario que exista un currículum oculto “planificado”, donde se esté continuamente “produciendo” algo diferente a lo que está previsto y aconseje al “modelo oficial” y, a veces, con la pretensión de enfrentarse claramente a él” (Torres, 1998: 104).
Los muchachos están construyendo día a día formas de resistencia, que no están presentes en el currículum, aún más, suelen ser ignoradas, lo mismo desde los docentes, actores que observan esta situación como “desviaciones marginales” no pocas veces especialmente ante imposibilidad de tiempos para su estudio, escasa experiencia al respecto o franca negación de reconocimiento por parte de los cuadros directivos, en contrapuesto al conocimiento regenerador que construyen los muchachos en el colectivo, con sus amigos y amigas, mediante labores que ellos mismos escogen.
Las energías están puestas en lo recíproco y el trabajo mancomunado que en normativas externas o aceptadas culturalmente. Sin embargo estas posibilidades de cambio resultan vistas como voluntarismo cuando no están organizadas. Ante esta realidad, Torres (1998) plantea:
“Solo en un modelo didáctico capaz de afrontar este reto, el alumnado inconformista puede llegar a tener posibilidades de analizar y comprender el por qué de su inconformismo y, en consecuencia, la institución escolar tiene probabilidades de ser mucho menos reproductora” (pág.  133).
El  reconocimiento del otro, podría convertirse en una especialidad de trabajo en la escuela, sobre todo frente al fenómeno  de la multiculturalidad.

A manera de síntesis:
“En consecuencia, entre los contenidos del currículum debe hallarse la historia y cultura de las minorías oprimidas, algo que tanto los currículums tradicionales como gran parte de los de mayor actualidad vienen ignorando” (Torres, 1998:170).

EDUCACIÓN ARTÍSTICA EN LA ACTUAL POLÍTICA CURRICULAR CHILENA.
Una expresión en el currículum prescrito de enseñanza media
Trabajo de Graduación para optar al grado de Magíster
en  Política y Gestión Educacional
Fulvio Fernández Muñoz
Talca – Chile
Bibliografía
TORRES JURJO, El currículum oculto. Madrid. Ediciones Morata. 1998.
Print Friendly, PDF & Email


Tweet



Comentar

Requerido.

Requerido.




 


Critica.cl / subir ▴