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REVISTA LATINOAMERICANA DE ENSAYO FUNDADA EN SANTIAGO DE CHILE EN 1997 | AÑO XXVI
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Formas de expresión y de representación en textos del periodo de la emancipación americana.

por Carolina Valenzuela Martínez
Artículo publicado el 12/07/2007

El objetivo del presente trabajo es examinar diferentes formas discursivas situadas en el periodo de la emancipación americana (1790-1830) época marcada por las convulsiones sociales desencadenadas por la insurgencia independentista. (1)

Se estudiarán los textos de acuerdo a la contribución que realizaron al nacimiento y desarrollo de un pensamiento americano, el cual, será entendido, según la perspectiva de José Gaos, como una actividad intelectual humana distinta de la filosofía, dada su preocupación por todo lo inmanente, lo humano, aquello que no se presenta como problemas eternos y posibles, sino como asuntos circunstanciales, de un lugar y tiempo definidos y que exigen una resolución urgente. (2)

Gaos afirma que el pensamiento forma parte de la vida y que se expresa a través de formas orales y escritas que nada tienen que ver con el método ni el estilo de la filosofía. El pensamiento se transforma en discurso y por ello se le considera literatura.

A través de este informe, estudiaré un conjunto de discursos que enuncian proyectos sobre la  urgente necesidad de emancipación americana y pondré estos proyectos en relación con las variadas formas discursivas que los expresan. Abordaré brevemente, en primer lugar, la Carta a los españoles Americanos del abate Viscardo;  luego,  la Carta de Jamaica  de Simón Bolivar; posteriormente, la Alocución a la Poesía, silva de Andrés Bello. Continuaré con la novela El Periquillo Sarniento de José Joaquín Fernandez de Lizardi y concluiré con el ensayo Sociedades Americanas del pensador venezolano Simón Rodríguez.

La Carta a los españoles americanos (3)

En 1791 el jesuita peruano Juan Pablo Viscardo y Guzmán escribe su Carta a los españoles americanos y en 1799, Francisco de Miranda la imprime. La primera redacción de la carta fue en francés y se presume que fue con la intención de interesar a toda Europa en la causa de la independencia hispanoamericana.

Antes de comenzar a ver el discurso, se hace necesario mirar su nombre: el texto se define arbitrariamente como una carta y al mismo tiempo, el sujeto de la enunciación, ya desde el título realiza un acto de interpelación. Este sujeto identifica a su narratario con una comunidad específica: los “españoles americanos”  y se muestra a sí mismo en concordancia con el discurso epistolar, como sujeto de enunciación y de enunciado, además de personaje que reacciona ante la expulsión y el exilio, incitando a la rebelión.

El texto comienza con el saludo“¡Hermanos y compatriotas!, respondiendo a las fórmulas del género epistolar. De este modo se define el contexto de enunciación  del criollo o español americano. Este inicio es un llamado a la fraternidad, un reconocimiento de la igualdad entre la comunidad criolla y de la existencia de un proyecto en común.

Posteriormente el texto continúa haciendo una llamada de atención sobre la importancia del establecimiento en el “Nuevo Mundo”, pero junto con esto se plantea el problema de su gente: la situación de ingratitud, injusticia, esclavitud y desolación del pueblo criollo.

Se habla del respeto hacia España “la primera patria” que, no obstante siempre ha respondido de la peor forma posible al sacrificio de los primeros colonizadores y sus hijos, y se afirma el amor verdadero a América como la verdadera patria.

“…hemos respetado, conservado y venerado sinceramente el cariño de nuestros padres por su primera patria(…) Guiados por el fervor ciego, no nos hemos percatado que tanto afán por un país que nos es extraño, al que no le debemos nada, significa una cruel traición aquel en que hemos nacido, y que nos alimenta a nosotros y a nuestros hijos…”

El sujeto de enunciación siempre está interpelando a sus “hermanos y compatriotas” y su discurso se convierte en una proclama de resistencia política y de denuncia de las injusticias sociales.

“…Los impuestos del gobierno, los derechos del ministerio, y la codicia de los mercaderes autorizados a ejercer el más desenfrenado monopolio, poniéndose de acuerdo para saciarse mediante los sobreprecios…”

El enunciado se desarrolla en función de un narratario ausente, estando el sujeto en  desmedro y lejanía. El recurso retórico de la preterición se utiliza contradictoriamente para “silenciar” lo que en verdad está gritando y denunciando sin tapujos

“…Por respeto a la humanidad y a nuestra nación, vale más silenciar los horrores y violencias del otro comercio exclusivo que se atribuyen los corregidores y Alcaldes Mayores, para la desolación y ruina de nuestros desdichados Indios y Mestizos…”

A través del enunciado no sólo se denuncian hechos que han afectado al común de los criollos, sino que también el abate Viscardo, se sitúa en una perspectiva personal quejándose por los bienes, la patria y la posición social  perdidos con la expulsión (1767).

“…Así en tanto que en la corte, en los ejércitos y en los Tribunales de la Monarquía se prodigan honores y riquezas a extranjeros de todas las naciones; solamente a nosotros se nos considera indignos e incapaces de asumir estos cargos que por el más riguroso derecho nos pertenecen exclusivamente en nuestra patria. Así la gloria que costó tantos trabajos a nuestros padres, nos fue cambiada por una herencia de ignominia; y con los tesoros inmensos que hemos aportado, sólo hemos compartido miseria y esclavitud…”

Viscardo utiliza el respaldo del Inca Garcilaso de la Vega, para ilustrar y conmover con el episodio del proceso al que fue sometido el inocente Tupác Amaru y  a una gran parte de la comunidad peruana, por una supuesta rebelión que estaban fraguando.

Otro discurso que utiliza el abate  para apoyar su proclama es el de Montesquieu de quien cita: “Las Indias y España son dos potencias bajo el mismo amo; pero las Indias son lo principal y España no es sino lo secundario; las Indias atraen siempre a España hacia ellas” (Viscardo 12)

Al comenzar la despedida de la carta se inserta la fórmula “¡Queridos hermanos y compatriotas! (…) ¡Decidamos ahora por nuestra parte ser un gobierno diferente! Renunciemos al ridículo sistema de unión (la negrilla es del original) y de igualdad con nuestros amos y tiranos…”con esto el texto exhorta al pueblo criollo a no dejarse llevar por conceptos vacíos tales como “unión” e “igualdad” situaciones cuyo cumplimiento real jamás llegará y los anima a revelarse como una comunidad distinta e independiente.

En la clausura de la carta se manifiesta el deseo de una pronta llegada de aquel feliz día en que impere la razón, la justicia y la humanidad. El texto se cierra con la esperanza de la unión fraternal verdadera entre todos los americanos.

La carta de Jamaica (4)
Este documento aparece en las obras de Simón Bolívar  bajo el título de «Contestación de un americano meridional a un caballero de esta isla»; y aunque durante muchos años se creyó que el destinatario había sido un personaje imaginado por Bolívar, se ha dejado aclarado que el destinatario fue el Sr. Henry Cullen, vecino del puerto de Falmouth, al norte de Jamaica.

Al comenzar la carta, Bolívar  se presenta como un sujeto que responde a la petición de un sujeto ausente, quien, supuestamente desea saber su postura e ideas en cuanto a la situación por la que está pasando el continente y además conocer  su visión de lo que debería ser una nación americana. Este comienzo parece ser una estrategia discursiva, pensando en la importancia de poner al lector al tanto de la temática que abordará el texto.

El enunciado, para situarse en su contexto de enunciación, presenta un panorama general de la guerra de independencia a fines de 1815. Los realistas dominaban la mayor parte de sus antiguas colonias (Venezuela, Nueva Granada, Quito, Perú, Cuba, Puerto Rico). En Chile y México la situación no se había decidido y sólo en el Río de La Plata habían triunfado los independientes.

A pesar de este balance negativo, expresa su seguridad y confianza en el triunfo definitivo de la causa patriota. Dice al respecto:

«Porque los sucesos hayan sido parciales y alternados, no debemos desconfiar de la fortuna. En unas partes triunfan los independientes, mientras que los tiranos en lugares diferentes obtienen sus ventajas, y ¿cuál es el resultado final? ¿No está el Nuevo Mundo entero conmovido y armado para su defensa?”

Luego, Bolívar critica duramente el sistema colonial y señala la incapacidad de España para seguir manteniendo su dominación en América. En su examen del sistema colonial señala como aspectos negativos la conducta de los españoles con la población americana, desde las «barbaridades» cometidas contra los indígenas a partir del descubrimiento, hasta las «atrocidades» que hablan puesto en práctica durante la guerra de independencia. Y al denunciar estos hechos se apoyaba en testimonios de los propios españoles, entre ellos del Padre Bartolomé de Las Casas, quien fuera uno de los primeros en denunciar el carácter inhumano de la colonización española.

En cuanto a la incapacidad de España para mantener su dominio en las colonias, Bolívar emite juicios sobre las condiciones económicas, sociales y políticas de la metrópoli que justificaban aún más el movimiento de independencia.

«Que demencia la de nuestra enemiga, pretender reconquistar la América, sin marina, sin tesoro y casi sin soldados, pues los que tiene apenas son bastantes para retener a su propio pueblo en una violenta obediencia…»
«¿Podrá España hacer el comercio exclusivo de la mitad del mundo, sin manufacturas, sin producciones territoriales, sin artes, sin ciencias, sin política?».

Según él,  España no estaba en condiciones de atender el comercio de sus colonias. El comercio español fue, en gran parte, un comercio de comisión. Compraban las mercancías a otros países europeos y luego las revendían en sus colonias. Las consecuencias de este sistema fueron la escasez y los altos precios, y el desarrollo del contrabando, que en muchos casos fue superior al comercio legal. Todo esto tuvo su origen en la política económica de España, que durante siglos se orientó a la búsqueda de metales preciosos y su atesoramiento y al monopolio comercial, descuidando la industria y la manufactura. Estas circunstancias determinaron que posteriormente el mercado colonial quedara indirectamente al servicio de otros países, en donde el mercantilismo se orientó hacia el desarrollo de la industria, la navegación y el comercio, a objeto de lograr una balanza comercial positiva. España no podía, entonces, continuar aprovechando un comercio que no podía satisfacer y cuyos beneficios tenían que pasar a manos de los nuevos países y de las naciones extranjeras que estuvieran en condiciones de atenderlo.

El discurso epistolar bolivariano,  más allá de ser una simple carta, adquiere la forma de un proyecto en el cual se hace un llamado a las naciones extranjeras para que ayuden a la independencia de las colonias españolas.

Las demandas de ayuda se dirigían, en primer término, a Inglaterra; y en segundo término, a los Estados Unidos. A Inglaterra, por su tradicional rivalidad con España por el control del comercio colonial. En muchas oportunidades Inglaterra trató de apoderarse de territorios coloniales españoles, y ayudó militar y económicamente a los colonos en sus intentos de independencia. Además, siendo Inglaterra la primera potencia industrial de su época, era la nación que con más propiedad podía servir las necesidades del comercio de los nuevos estados.

En cuanto a los Estados Unidos, era de esperar que ayudaran al conflicto; primero, por ser un país vecino, que treinta años antes había conquistado su independencia y servido de ejemplo a las demás colonias americanas; segundo, porque les interesaba que se afirmara en América un sistema de estados independientes como garantía de su propia seguridad; y tercero, por los beneficios económicos que obtendrían al poder participar en el comercio con los nuevos estados.

«La Europa misma, por miras de sana política, debería haber preparado y ejecutado el proyecto de la independencia americana, no sólo porque el equilibrio del mundo así lo exige, sino porque éste es el medio legítimo y seguro de adquiriese establecimientos ultramarinos de comercio…
Sin embargo… no sólo los europeos, pero hasta nuestros hermanos del norte se han mantenido inmóviles espectadores de esta contienda…».

Tras hablar sobre las posibles ayudas extranjeras, el sujeto de enunciación señala las causas principales del movimiento emancipador.
Al igual que en el texto de Viscardo, en la carta bolivariana se analizan las causas de la independencia hispanoamericana. Tales causas fueron, según Bolívar, las siguientes:

a) Los hispanoamericanos estaban privados de derechos políticos.
Los colonos, dentro del sistema español, carecían de lo que se denomina «el derecho a ejercer la tiranía activa». Se les privaba del derecho elemental de gobernarse a sí mismos. Bolívar considera que ésta fue una de las causas de descontento que provocaron el rompimiento con España, el no haber podido los hispanoamericanos «siquiera manejar nuestros asuntos domésticos en nuestra administración interior». Al respecto, dice en la Carta lo siguiente:

«Estábamos abstraídos y ausentes del universo en cuanto es relativo a la ciencia del gobierno y administración del estado. Jamás éramos Virreyes, ni gobernadores, sino por causas muy extraordinarias; Arzobispos y Obispos pocas veces; diplomáticos nunca; militares sólo en calidad de subalternos; nobles sin privilegios reales; no éramos, en fin, ni magistrados, ni financistas y casi ni aún comerciantes: todo en contravención directa de nuestras instituciones».

Es importante señalar que Bolívar reivindica estos derechos al gobierno y administración de las colonias para la clase de los criollos, a quienes cuales caracteriza como «naturales del país originarios de España»; «americanos por nacimiento que disputaban sus derechos a los indios y a los dominadores españoles». Él hablaba en nombre de los criollos, quienes constituían la «sociedad nueva en casi todas las artes y ciencias, aunque en cierto modo vieja en los usos de la sociedad civil». La experiencia civil de que habla Bolívar no era la de los indígenas, ni siquiera la de los mestizos, sino la de la oligarquía territorial que se formó bajo el influjo de las luchas civiles de los cabildos, a través de las cuales se fueron definiendo sus intereses y su conciencia de clase.

b) El monopolio comercial y las prohibiciones y restricciones económicas, que impedían el desarrollo de las colonias.
España mantuvo sus colonias como «coto cerrado» en beneficio de la economía peninsular. Se prohibió el comercio con otros países y se impuso estricta vigilancia para impedir el contrabando. Se prohibía el comercio entre las propias colonias. Se estableció un riguroso control de la navegación, mediante la autorización de ciertos puertos para el comercio. Además de esto, se prohibía la siembra de frutos europeos. Se prohibía establecer en las colonias fábricas de paños y otros artículos, para que tuvieran que ser comprados a los comerciantes peninsulares. Toda esta política económica estaba dirigida a convertir la economía de las colonias en una economía complementaria de la economía española. Bolívar afirma:

«Los americanos, en el sistema español… no ocupan otro lugar en la sociedad que el de siervos propios para el trabajo, y cuando más, el de simples consumidores, y aún esta parte coartada con restricciones chocantes: tales son las prohibiciones del cultivo de frutos de Europa, el estanco de las producciones que el rey monopoliza, el impedimento de la fábrica que la misma península no posee, los privilegios exclusivos del comercio hasta de los objetos de primera necesidad, las trabas entre provincias y provincias americanas, para que no se traten, entiendan ni negocien..».

En el texto se predice el futuro de los países hispanoamericanos, y el sujeto de enunciación opina sobre la forma de gobierno que debían adoptar. Al respecto se plantea las siguientes cuestiones: ¿Debían las antiguas colonias unirse en un sólo Estado? ¿Se organizarían repúblicas o monarquías?

Bolívar consideraba que en aquellos momentos no era posible unir todos los países hispanoamericanos en una sola nación, no porque no fuera partidario de la unificación de Hispanoamérica, sino porque «climas remotos, situaciones diversas, intereses opuestos, caracteres desemejantes dividen a la América».
En el mismo párrafo, escribe lo siguiente:

«Es una idea grandiosa pretender formar de todo el Nuevo Mundo una sola nación con un solo vínculo que ligue sus partes entre sí y con el todo. Ya que tienen un origen, una lengua, unas costumbres y una religión, debería, por consiguiente, tener un solo gobierno que confederase los diferentes estados que hayan deformarse».

Bolívar  era partidario, pues, de la unidad de los países hispanoamericanos, ligados
entre sí históricamente por el origen, la lengua, las costumbres, la religión.

La paternidad de la idea de unir a América Española en un sólo Estado corresponde al
Precursor Francisco de Miranda, quien en 1790 propuso formar con todas las colonias
una monarquía bajo la autoridad de un Inca. En 1815, Bolivar descarta parcialmente estas ideas mirandinas: la vasta extensión del territorio, la diversidad de climas, el aislamiento de regiones tan distantes, y, en particular, los intereses opuestos de los grupos regionales, impedían llevar a cabo idea tan grandiosa. Era una idea más realizable, formar uniones regionales, unir secciones más pequeñas de aquel inmenso territorio. Prevé la formación de 17 naciones en el territorio hispanoamericano y difiere también de Miranda en la forma de gobierno que debían adoptar los nuevos estados. Simón Bolívar  era partidario decidido del sistema republicano y rechazaba toda idea de crear monarquías en la América antes española. Según él, el sistema republicano está más de acuerdo con las necesidades de los nuevos estados, «ansiosos de paz, ciencias, artes, comercio y agricultura».

Finalmente, Bolivar se refiere  al régimen político y a la naturaleza de los gobiernos que se debían adoptar en Hispanoamérica.

Rechaza el sistema federal de gobierno y se pronuncia a favor del centralismo. Sostiene  que la “América Española” no estaba preparada para separarse de la metrópoli, y como consecuencia de la crisis ocurrida en la península, los americanos han pasado, «sin los conocimientos previos, ni la práctica de los negocios públicos, a desempeñar funciones de gobierno». «Las instituciones perfectamente representativas no son adecuadas a nuestro carácter, costumbres y luces actuales».

La Alocución a la poesía. (5)
En Londres, 1823 Andrés Bello publica en la Biblioteca Americana su poema América y uno de sus fragmentos tiene por nombre “Alocución a la Poesía”. Esta composición lírica está compuesta como una silva (6), forma métrica bastante alejada de la tradición por su número indeterminado de versos y su poca reglamentación en cuanto a la rima.

Esta silva se desarrolla con un lenguaje poético clásico, pleno de diversos tropos y con muchas  alusiones a personajes de la mitología griega. Sin embargo, su contenido, dista mucho de lo tradicional, puesto que el sujeto poético le habla a la poesía y la invita a dejar los palacios, las cortes, las lisonjas de “la culta Europa” , para volver a un lugar mucho más adecuado para desarrollarse: “América”.

“Divina poesía
(…)
tiempo es que dejes ya la culta Europa,
que tu nativa rustiquez desama,
y dirijas el vuelo donde te abre
el mundo de Colón su grande escena…”

El poema describe a nuestro continente como un lugar pletórico, hermoso, puro e inexplorado, un lugar que se asemeja al mundo originario donde la poesía era una forma de comunicación importante, sagrada.

“No tal  te vieron tus más bellos días,
cuando en la infancia de la gente humana,
maestra de los pueblos y los reyes,
cantaste al mundo las primeras leyes…”

América es el mundo que invita a la poesía a establecerse y a volver a ocupar el lugar que en el viejo continente ha sido “usurpado” por la filosofía.

“No te detenga, oh diosa,
esta región de luz y de miseria,
en donde tu ambiciosa
rival Filosofía,
que la virtud a cálculo somete,
de los mortales te ha usurpado el culto…”

El sujeto poético hace un recuento de muchos lugares geográficos ideales para hacer poesía:

“¿Más te sonreirán, Musa, los valles
de Chile afortunado, que enriquecen
rubias cosechas y suaves frutos;
do la inocencia y el candor ingenuo
y la hospitalidad del mundo antiguo
con el valor y el patriotismo habitan?…”
“O la elevada Quito…”
“…el Bogotá espumoso…”

Después, se le ofrecen a la poesía, personificada en una suerte de destinatario divino, temas para abordar, que en América hay muchos, con la reiteración del “tú cantarás…” el sujeto le narra hechos como la abundancia de Cundinamarca o la ira de Nenqueteba y su gobierno.
Después, el sujeto pide a la poesía pintar los hermosos paisajes de nuestra América, sus cielos, sus selvas, su flora.

El sujeto poético advierte la pronta llegada de un poeta americano que reciba a la diosa y que cante las gracias de su continente y de todas sus riquezas y productos: su miel de caña, su algodón, sus frutos, su café y su cacao.

La historia es también otro elemento que la poesía puede retratar y la alocución recuerda grandes batallas y héroes locales. El sujeto poético, por momentos parece estar haciendo una plegaria, elevando una solicitud, hablando a través de una carta o bien, realizando un ensayo acerca de lo que debiera ser una naciente independencia de América en el ámbito cultural. Se magnifica  América como referente inmejorable para el desarrollo de la escritura literaria, por su descollante riqueza cultural dentro de lo que se destaca todo aquello que tiene nuestro continente de particular y característico: sus comunidades indígenas, su flora, su clima y geografía excepcional. Además, el sujeto manifiesta su esperanza en que llegará la figura de aquel que, con “ingenio feliz” y “docta pluma” pueda cantar las victorias de todos los insignes héroes, ya no del lejano continente, sino de su propia tierra.

El Periquillo Sarniento (7)
En 1816 comienza la entrega de esta que es la primera novela hispanoamericana en el más amplio de los sentidos (su autor, su lugar de publicación, su temática y sus personajes también son  americanos, además del público al cual está destinada y la lengua en la que fue escrita).

José Joaquín Fernandez de Lizardi nació en 1776 en la ciudad de México, capital del virreinato de nueva España y muere en 1827 en México, capital de la recién nacida república mexicana.  Aunque los padres de Fernandez de Lizardi no eran ricos, tampoco vivían en la pobreza.  Eran miembros de la naciente clase media novo hispana.

En 1812 funda un periódico al que llamó El Pensador Mexicano, seudónimo que él mismo adoptará en el futuro al firmar sus escritos.

Sus simpatías independentistas le acarrearon muchos problemas con las autoridades coloniales, las cuales, en varias ocasiones, clausuraron su periódico llegando inclusive al extremo de destruir las prensas.  Después de tres años de esta continua clausura y apertura del Pensador Mexicano Fernandez de Lizardi decide fundar otro periódico:Alacena de Frioleras. Esta publicación vivió solamente un par de años. Se presume que debido a los altercados y restricciones a las cuales fueron sometidos sus periódicos, es que Fernandez de Lizardi haya decidido cambiar de género y hacerse novelista. De 1816 a 1820 escribió cuatro años: El Periquillo Sarniento en 1816,Noches tristes y día alegre en 1818, La Quijotito y su prima en 1819 y Don Catrín de la Fachenda en 1820, todas con mayor o menor cantidad de elementos usualmente asociados a la novela picaresca.

En 1816, pensando en quienes habían de constituir la mayor parte de su público lector, Fernandez de Lizardi crea al personaje Pedro Sarmiento, apodado “Periquillo Sarniento”, quien no es el habitual pícaro, procedente de las capas más bajas de la sociedad, sino que proviene de una familia criolla, de relativamente buena posición social y que seguirá estudios universitarios; capacitado para llevar una vida honrada, sin embargo, tentado por la holgazanería y el vicio.

En primera instancia me gustaría referirme a todas las contribuciones que Fernandez de Lizardi realiza a través de su obra, a la creación de un proyecto de sociedad mexicana y, por consiguiente, al pensamiento latinoamericano (entendido este como se señaló en la primera parte del trabajo). Posteriormente hablaré  del Periquillo Sarniento como discurso problemático, debido a que, si bien se le ha encasillado dentro de la categoría de “novela picaresca” subgénero desarrollado en el viejo continente,  no corresponde totalmente a esta clasificación, principalmente porque “no se trata de exponer una desengañada visión del mundo del Barroco y de manifestar una serie de malos ejemplos centrando en la vida ultraterrena todas las esperanzas de salvación” (8), sino que puede notarse un mayor compromiso del sujeto de enunciación con su  contexto socio histórico, el de la Nueva España del siglo XIX  y, en concordancia con esto, la  presentación de propuestas  para la  construcción  de una sociedad mexicana.

La novela se construye en base de un exemplum ad contraris en el cual el protagonista, desde la perspectiva de sus últimos años, narra su vida a sus hijos. Él sabe que ha pecado y con este fin deja sus memorias a sus descendientes para que no cometan los mismos errores. La novela es un manual para que los hijos de Perico, que simbolizan a los hijos de la nueva república, aprendan el arte de ser buenos ciudadanos. (9)

Al empezar la obra se habla de la base de la sociedad: la familia.  Perico describe a sus padres no como malas personas, sino como deficientes en el arte de la educación y la crianza de hijos. De su madre dice:

“…Bastaba que yo manifestara deseo de alguna cosa, para que mi madre hiciera por ponérmela en las manos, aunque fuera injustamente. Supongamos: quería yo un rosario, el dedal con que cosía, un dulcecito que otro niño de la casa tenía en la mano, o cosa semejante, se me había de dar en el instante, y cuenta como se me negaba, porque aturdía yo el barrio a gritos; y como me enseñaron a darme cuanto gusto quería, porque no llorara, yo lloraba por cuanto se me antojaba…”

Del padre reconoce que sus ideas con respecto a su educación eran adecuadas, pero que le había faltado firmeza:

“…Mi padre era de mucho juicio, nada vulgar, y por lo mismo se oponía a todas las candideces de mi madre; pero algunas veces, por no decir las más, flaqueaba en cuanto la veía afligirse o incomodarse demasiado, y ésta fue la causa por la que yo me crié entre bien y mal, no sólo con perjuicio de mi educación moral, sino también de mi constitución física…”

Posteriormente habla sobre la educación y enfatiza la necesidad de una educación que permita crear practicantes de algún oficio, en lugar de aprendices de filósofos y latinajos. Esto se muestra en la disputa de sus padres por el tipo de educación que Perico debe seguir:

“…Mi hijo a oficio. No lo permita Dios. ¿Qué dijera la gente al ver al hijo de don Manuel Sarmiento aprendiendo a sastre, pintor, platero u otra cosa? ¿Qué han de decir? -Respondía mi padre-. Que don Manuel sarmiento es un hombre decente, pero pobre y muy hombre de bien, y no teniendo caudal que dejarle a su hijo, quiere proporcionarle algún arbitrio útil y honesto para que solicite su subsistencia sin sobrecargar a la república de un ocioso más, y ese arbitrio no es más que un oficio…”

Perico es un hombre con el afán de vivir a expensas de la sociedad, sin contribuir ni dejar huella. En su obra, a través de las aventuras del protagonista, Fernandez de Lizardi enfatiza que el dinero que no se gana con trabajo no puede durar (por eso es que Perico, en su época de jugador/estafador, junto a Juan Largo, vivía un día como rey y al siguiente como un mendigo; y también por la misma razón, en el noveno capítulo del libro II, el dinero que gana en la lotería no le dura)

La solución más evidente para el estado en que se encuentra la sociedad local está en el capítulo en que Perico naufraga a la isla oriental de Limahotón, su penúltimo amo, y en este lugar “utópico” se le da una trascendental importancia al trabajo.

“…Y tú-¿qué sabes hacer? Porque aunque en esta provincia se usa la hospitalidad con todos los extranjeros o pobres, que aportan a nuestras playas, sin embargo, con los que tratan de detenerse en nuestras ciudades no somos muy indulgentes, pasado cierto tiempo, sino nos informamos de sus habilidades y oficios para ocuparlos en lo que saben hacer, o para aprender de ellos lo que ignoramos…”

Fernandez de Lizardi , a través de la “isla utópica”da a conocer la propuesta de una sociedad que si bien no tiene limosneros, tampoco es totalmente igualitaria, puesto que en este lugar se dejaba siempre muy en claro la existencia de jerarquías sociales. Por medio de las ropas, por ejemplo, se podía saber quién y qué es cada ciudadano. Además, el mismo Perico, hablando de su protector dice: “sabed que cuando el asiático me tuvo por un noble, no se desdeñó de acompañarse conmigo en lo público; antes muchos días me sacaba a pasear  a su lado, manifestándome lo hermoso de la ciudad” de esto se entiende que antes de que Limahotón creyera que Perico era un noble, se avergonzaba de ser visto en su compañía.

En cuanto a los modos de expresión utilizados en el Periquillo Sarniento, se dice que este discurso responde a la forma de la novela picaresca. Esto se reconoce, por ejemplo, comparándola con El Lazarillo de Tormes, El Guzmán de Alfarache o el Gil Blas de Santillana, las cuales tienen en común su carácter autobiográfico y su protagonista: el personaje vagabundo y pícaro que cambia permanentemente de amos con una actitud renuente del trabajo y la honradez. Sin embargo, existe un aspecto que diferencia a las obras mencionadas del Periquillo… y esto tiene una estrecha relación con la época en que vivió Fernandez de Lizardi, pensador y periodista enfrentado a dos realidades americanas: la colonia y el proyecto de establecimiento de nuevos países independientes.

Por haberse producido en plena guerra de independencia, la historia se desarrolla en el México colonial y, según el espíritu picaresco, la novela señala los vicios de la sociedad.  No obstante, Lizardi va más allá, pues no sólo le interesa narrar los errores y lacras de una sociedad corrupta.  El autor señala el problema e inmediatamente da la solución.

Otra diferencia es que Perico, a diferencia de Lázaro o Don Pablos, llega a un cambio radical de vida y además, como su finalidad es didáctica, el pensador deja de lado sutilezas, ingenios y juegos del lenguaje muy comunes en otras novelas picarescas, como el “buscón” de Quevedo.

El Periquillo está dirigido a un público que si bien puede leer, no tiene mucha educación, su doctrina es llana y simple:

“Suelo prescindir de aquellas reglas que me parecen embarazosas para llegar al fin que me propongo, que es la instrucción de los ignorantes (Para éstos escribo y no para los sabios…) Por ejemplo: sé que una de las reglas es que la moralidad y la sátira vayan envueltas en la acción y no muy explicadas en la prosa; y yo falto a esta regla con frecuencia, porque estoy persuadido de que los lectores para quienes escribo necesitan ordinariamente que se les den las moralidades mascadas…”

El lenguaje de la obra únicamente se torna rimbombante y “educado” cuando quiere ridiculizar a un personaje, mostrando que detrás de esta falsa erudición hay sólo un gran vacío.

Además y también  relacionado con la importancia del  público lector, El Periquillo…contiene numerosas ilustraciones para hacer la lectura más fácil y el mismo pensador mexicano sugiere que la mejor manera de leer su obra es en voz alta.

El periquillo Sarniento corresponde a la forma discursiva de la novela empero,  en ella se muestran con claridad variadas propuestas para la formación y enriquecimiento de una sociedad, lo cual la acerca también al objetivo del ensayo.

Finalmente, puedo decir que a través de la lectura de su obra, se puede vislumbrar que  el pensamiento defendido por Fernandez de Lizardi no proponía una revolución, sino que reformas para la sociedad mexicana novohispana, las cuales se basan en la importancia de los méritos personales, de la ética del trabajo y del respeto a las leyes establecidas como normas de convivencia social.

Sociedades Americanas (10)
Simón Rodríguez, pensador venezolano, es el autor de este discurso, el cual a primeras luces encajaremos en la categoría genérica de ensayo, puesto que a través de sus líneas se da a conocer un particular proyecto republicano que dará especial énfasis en la importancia de la educación real y práctica para formar ciudadanos conscientes de sus derechos y deberes dentro de la sociedad. Además, podemos ver que el sujeto del enunciado coincide con el sujeto de enunciación y que su escritura se desarrolla con un estilo libre y personal. Sin embargo, al considerar la especial estructura que posee el discurso, su definición se torna algo problemática, puesto que hay muchas innovaciones formales que el autor integra al texto y que no podemos hacer coincidir con el tradicional modelo del texto ensayístico.

Algunas de estas innovaciones discursivas son las que trataré de describir en las siguientes líneas.
Como primer elemento novedoso está la ruptura de un esquema lineal para presentar el texto, el cual se dispone no necesariamente en párrafos, sino en bloques centrados:

“En unos lectores excitará, tal vez, la RISA
En otros  ……………………..el DESPRECIO
ESTE será injusto:
Porque:
Ni en las observaciones hay Falsedades
Ni en las proposiciones………Disparates” (Rodríguez, 5)

También se organizan las ideas con paréntesis de llaves:

No basta Tener caudal en giro,
Ser agricultor
O teólogo
aún sabiendo,
cuanto hay qué saber
en estas materias
(Rodríguez 89)

 

En este caso el paréntesis de llave organiza una sentencia.En otros casos el paréntesis de llave se pone al servicio de la definición de conceptos:

En el sistema Republicano El Gobierno forma
las Costumbres
porque enseña a
formarlas.
(Rodríguez, 113)

Otra novedad son los textos con mayúsculas o en cursiva para resaltar conceptos:

¡Declarar la INDEPENDENCIA!
diciendo
(Rodríguez, 125)

“País Civilizado no quiere decir…”
(Rodríguez, 89)

“En breve los muchachos casarán vasos en lugar de quebrarlos, o los brecarán si están aprendiendo Inglés”
(Rodríguez, 136)

Además, en este texto se reúnen varios mini relatos que contribuyen a ilustrar los temas que se van tratando y en especial, a describir diversas situaciones sociales conflictivas. Por ejemplo, la historia de cómo el clave, instrumento primitivo, muy ruidoso fue perfeccionándose poco a poco hasta llegar a convertirse en el piano, lo cual ilustra la historia del gobierno.

Hay fragmentos del ensayo de Rodríguez donde se realizan definiciones de conceptos claves para entender el proyecto del autor.

CONVENIENCIA
Aunque signifique venir con…
No expresa la idea de venir a un mismo tiempo,
Sino la    *   de venir a propósito.

 

Venir
a un mismo tiempo
—y— convenir

 

son dos cosas tan diferentes como
convenir—y—{ estar en el orden

Esto, al igual que los relatos y diálogos ilustrativos podrían tener relación con una de las principales propuestas de “Sociedades Americanas” : la institución de una educación popular, educación que entregue herramientas para que toda persona se convierta en un ciudadano conciente y participativo.

“…¿Cuál es la causa de las revoluciones, sino la Ignorancia?
¿Quién comete los atentados que las hacen los temibles, sino la Ignorancia?
Los que creen deben sacrificar a todo el que no sea de su opinión ¿No sonIgnorantes?…” (Rodríguez, 74)

“Erudición y Habilidades
Profesiones y Oficios, en tumulto,
Herencias, Privilegios y Usurpaciones =
Es la divisa de las Monarquías

La de las Repúblicas debe ser
Educación Popular
Destinación a Ejercicios útiles…”

(Rodríguez, 112)

Para concluir la presente revisión, puedo decir que los discursos examinados, a pesar de formar un corpus heterogéneo en cuanto a sus formas específicas, se encuentran enmarcados en un periodo de grandes revueltas en pro de un objetivo común: lograr la ansiada y necesaria emancipación. Estos nos presentan además, una problemática a nivel discursivo que podría relacionarse con  el urgente surgimiento  de una nueva voz, propia   de nuestro continente y separada de los modelos europeos, no sólo en el ámbito temático, sino en el de los particulares estilos y modelos genéricos que imponen.

 

NOTAS _________________________________
1. Luis Hachim  Tres estudios sobre el pensamiento de la ilustración americanaen www.cervantesvirtual.com
2. José Gaos “El pensamiento hispanoamericano” México. Centro de Estudios Sociales: 1944 p.p 4-5
3. Juan Pablo Viscardo y Guzmán Carta a los Españoles americanos enwww.ensayistas.cl
4. Simón Bolívar Carta de Jamaica en www.analítica.com
5. Andrés Bello Alocución a la poesía www.arches.uga.edu
6. Estrofa de la métrica castellana que consiste en una extensión indeterminada de versos heptasílabos y endecasílabos que riman en consonante libremente, pudiéndose dejar versos sueltos sin rima alguna.  La amplia libertad poética que esto supone convierte esta estrofa en la más moderna de la métrica clásica española, por su implícita tendencia antiestrófica, y como tal constituye una forma de transición hacia el verso libre moderno.
7. José Joaquín Fernandez de Lizardi: El Periquillo Sarniento Editorial Cátedra Letras Hispánicas – 1997
8. Juan Carlos Ramirez “Picaresca mexicana: El Periquillo Sarniento en el tejido mental de la nación” enhttp://www.sistema.itesm.mx/va/deptos/ci/articulos/lizardi.html
9. Manuel Prendes El periquillo Sarniento: la formación ilustrada de una ciudadanía americana. Universidad de la Rioja en http://www-rohan.sdsu.edu/~jcramire/picaresca.htm
10. Simón Rodríguez Sociedades Americanas  en 1828 LUCES Y VIRTUDES SOCIALES VERSIÓN HTML – V.1.0 – JULIO 2002 enhttp://mipagina.cantv.net/
BIBLIOGRAFÍA _________________________________
1. Bello, Andrés Alocución a la poesía www.arches.uga.edu
2. Bolívar, Simón Carta de Jamaica en www.analítica.com
3. Fernandez de Lizardi, José Joaquín: El Periquillo Sarniento Editorial Cátedra Letras Hispánicas – 1997
4. Gaos, José “El pensamiento hispanoamericano” México. Centro de Estudios Sociales: 1944
5. Hachim, Luis  Tres estudios sobre el pensamiento de la ilustración americana en www.cervantesvirtual.com
6. Prendes, Manuel  El periquillo Sarniento: la formación ilustrada de una ciudadanía americana. Universidad de la Rioja en http://www-rohan.sdsu.edu/~jcramire/picaresca.htm
7. Ramirez, Juan Carlos “Picaresca mexicana: El Periquillo Sarniento en el tejido mental de la nación” enhttp://www.sistema.itesm.mx/va/deptos/ci/articulos/lizardi.html
8. Rodríguez, Simón Sociedades Americanas en 1828 LUCES Y VIRTUDES SOCIALES VERSIÓN HTML – V.1.0 – JULIO 2002 enhttp://mipagina.cantv.net/
9. Viscardo y Guzmán, Juan Pablo Carta a los Españoles americanos enwww.ensayistas.cl
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