EN EL MUNDO DE LAS LETRAS, LA PALABRA, LAS IDEAS Y LOS IDEALES
REVISTA LATINOAMERICANA DE ENSAYO FUNDADA EN SANTIAGO DE CHILE EN 1997 | AÑO XXVIII
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Violeta Parra, su «Visión de mundo» y los pobres de la ciudad.

por Bosco González
Artículo publicado el 29/10/2007

La presente investigación se propuso entender de qué manera la producción significante de Violeta Parra se articulaba con los procesos sociopolíticos ocurridos en el momento en que esta producción se inscribía temporalmente.
Para esto realizamos un recorrido amplio intentando rastrear el conjunto de condiciones, tendencias y estructuras que presentaba la sociedad Chilena en el Tiempo social en que Violeta Parra generó su obra.

Paralelamente generamos un dispositivo de análisis estructural para configurar lo que en la presente denominamos «La visión de mundo de Violeta Parra»; elemento que nos permitió ver de qué forma esta articulación entre la producción significante y las condiciones sociales de producción de la obra se generó.

No pecamos de generalidad y tratamos de especificar esta relación entre el mundo de lo social y la creación, estableciendo como momento específico del movimiento de lo social la constitución progresiva, a partir de la década de los cincuenta, de un nuevo bloque social contra hegemónico, que aquí, a partir de la tradición de la historiografía critica y la conceptualizacion generada por el Movimiento de Izquierda Revolucionaria – MIR, denominamos como: «Los Pobres de la ciudad».

Este nuevo bloque social, se caracteriza en la presente tesis, mientras que se trata de hacer ver la forma en que este porta una visión de mundo que guarda algún nivel de relación con la visión de mundo construida por nosotros en el análisis estructural del material signifícate de Violeta Parra.

Presentación de la investigación
Según Louis Althusser La ideología dominante es una gran sinfonía, donde las clases dominantes siempre dirigen la orquesta.
Dicha afirmación de Louis Althusser resulta ser muy atingente para la presente tesis, pero análogamente resulta ser limitada, ya que define quien dicta las normas para la ejecución de la melodía ideológica de las clases dominantes, pero no explicita en ningún momento cual es el contenido de dicha armonía, no define cual es el significado que en esta pieza se esta poniendo en juego y cuales son los procesos de significación y simbolización que en ella se entraman. Necesario es entonces preguntarse Junto a Zizek: ¿Las ideas dominantes no son precisamente las ideas de aquellos que dominan? [1].

Resulta evidente que a dicha pregunta debemos responderle la idea de que no son las ideas de los que dominan las que dotan de sentido a estas sinfonías de las que nos habla Althusser, que las partituras que dirigen la orquesta están llenas del contenido de las clases dominadas, de sus autenticidades y falsas necesidades, de la cultura construida por el mercado y por la enajenación de la producción cultural en serie.

«Para funcionar la ideología dominante, tiene que incorporar una serie de rasgos en los cuales la mayoria explotada pueda reconocer sus auténticos anhelos. En otras palabras, cada universalidad hegemónica tiene que incorporar por lo menos dos contenidos particulares: el contenido popular auténtico y la diostorsion creada por las relaciones de dominación y explotación.» [2]

Desde esta breve reflexión teórica es que pretendemos aproximarnos a presentar una primera meditación en torno a Violeta Parra -componente del objeto de nuestra investigación- y su presencia en el tiempo; si bien esta primera reflexión no será desarrollada a lo largo de la tesis, se sustenta en los resultados de esta y en la necesaria posición política que debe tener el investigador ante la dimensión de su objeto de estudio.

Resulta difícil entender la frase «Violeta Parra y el tiempo» cuando es el tiempo el que ha sido protagonista de una suerte de «Tira y afloja» donde el objeto de este real y tenebroso juego ha sido la misma Violeta Parra como fenómeno social , un tira y afloja que esta constituido desde aquellas estructuras y clases sociales que quieren autonomizar por completo la producción de Violeta Parra, afirmando que era «Una Mujer brillante», «Atormentada» y «Vanguardista» y por otro lado aquellas clases y sectores sociales a los que Violeta Parra les canto, a los que dedico su música [3] y desde donde construyó una parte de su visión de mundo -que en la presente tesis intentamos sistematizar y analizar- ; clases que evidentemente han salido en desventaja de este juego del tira y afloja de la obra de La Violeta.

Aquí nos interesa hacer lo que en estricto rigor resulta ser verdad en torno a la Figura de Violeta Parra, que no es mas ni menos que entenderla en el contexto en que vivió, como vivió y para que vivió; mas bien nos interesa definir lo que fue y lo que ha pasado con ella de la forma en que lo hace un Joven músico Chileno [4] al decir:

«Esta cueca pa´ Violeta
La mejor de las Poetas
Si la buscas tu la encuentras, pero no en las etiquetas
Que le ponen pa´que no se entienda toda su fuerza
De cometas y tormentas
Rebeliones y revueltas.
Desafiante frente a tribunales y fiscales
Nunca hizo canciones pa las altas sociedades
No acepto que nuestra tierra fuera el centro de injusticias
Ni acepto que nuestra cueca fuera solo pa´ la risa
… conoció a la lucha en todas las esquinas
También a la esperanza que es hermana de la rebeldía
Buscala, escuchala, encuentrala, sacala del museo
Buscala, escuchala, encuentrala, sacala del museo
Devuelvela a tu pueblo»

Si hacemos esta aclaración es básicamente por el hecho de hablar desde una posición, si bien Dilthey afirmo que la obra de arte varia en virtud de la posición del observador, Violeta Parra, mas allá de ser una productora de obras, como un fenómeno tambien variara desde la posición en que nos ubiquemos para abordarla, puede ser desde el museo o desde las luchas sociales que ella misma demando, puede ser desde la cultura como herramienta de control o de la cultura como herramienta de liberación, es clara la disposición que el modelo tiene para con la cultura popular -¿y porque no lo habría de tener para con Violeta Parra?-. Si «el capitalismo, sobre todo el dependiente, no avanza eliminando las culturas populares, sino apropiándose de ellas, reestructurándolas, reorganizando el significado y la función de sus objetos (…) Al fin de integrar a las clases populares en el desarrollo capitalista, las clases dominantes desestructuran las culturas étnicas, de clase y nacionales y las reorganizan en un sistema unificado de producción simbólica, regido poruña lógica mercantil. De esta forma evidenciamos uno de los mecanismos fundamentales de la «Integración desigual». Donde la hegemonía de clase se dota de un capital simbólico superior a las clases subalternas y lucha por mantener y reproducir el orden de las cosas, su capital acumulado y crear las condiciones para acrecentarlo» [5]

De esta forma nos sometemos al rigor que intenta tener la presente investigación, parándonos desde un lugar específico para entender la producción significante, la estetización de lo social y la simbolización que Violeta Parra como agente realiza de determinadas circunstancias de la vida social en Chile.

Posicionados desde un lugar que nos haga cuestionar si hoy ¿Violeta Parra forma parte del contenido y repertorio melódico del cual nos hablaba Althusser respecto de las clases dominantes? y por lo cual ha dejado de ser la expresión de dicha construcción de contrahegemonia social, porque ya no existe como producción simbólica, ni existen movimientos reales que sean capaces de construir una fuerza significante que le entregue centralidad a sus significados mas profundos.

Resulta importantísimo entender, o más bien dejar en claro cual es la manera en que la presente tesis pretende pensar la produccion de una obra o de un gesto artístico, en medio de un contexto socioestructural establecido.

Para nosotros esta no es mas que la negación del entendimiento de la estetizacion de los procesos sociales o de significación artistica como una pura genialidad o singularidad del agente que ejecuta este proceso de estetizacion -que permite visualizar la composición ideológica de un sector en un tiempo especifico del movimiento de lo social- sino que busca comprender a esta como una negación de la «Estética idealista» que da paso a la comprensión profunda de que los procesos de significación y de estetizacion de lo social no son mas que la expresión superficial, el dato y el indicador que permite poner en evidencia el complejo de matrices estructurales que se relacionan desde una compleja lógica social y no desde su pura visibilidad, para hacer emerger como evidente lo que la «Segunda naturaleza» social de la cual nos hablaba la escuela de Frankfurt es capaz de contener, en cuanto los contenidos significantes que esta porta no son mas que componentes que permiten el flujo y funcionamiento de un orden social determinado o la funcionalidad de esta en torno a una tendencia subversiva en su mismo ceno, es decir , en su inmanencia.

Entendemos así a la obra y la producción artística como la negación de una funcionalidad ornamental, dejando de lado la pretensión por el fenómeno del arte y la creación de manera parcial, apelando a una especie de inmanencia de esta o suplicándole a ella una supuesta esencia que le subyace, sin encontrar nada mas allá de lo que englobaría una suerte «Ontología de la Obra».

Pensar la negación de aquello parece ser un tanto más complejo, ya que significa ubicar, contextualizar, localizar una obra y una producción en una totalidad concreta, en una generalidad que interactúa sistemáticamente con la expresión de su carácter significante en su pura naturaleza de lenguaje, al que hace muchos momentos nos interesa referirnos desde el posicionamiento que nos ofrece la antropología estructural.

«El lenguaje es un fenómeno social .Entre todos los fenómenos sociales es el que presenta de forma mas clara los dos caracteres fundamentales que permiten un estudio científico de la sociedad…La lengua vive y de desarrolla como una elaboración colectiva» [6]

Todo lo que aquí se ha planteado dice relación con la forma que el investigador posee de comprender la manera en que la realidad social se compone, se pone en producción y se visibiliza; estableciendo un contrapunto categórico a las tendencias que marca tanto el Nihilismo Posmoderno, el Postestructuralismo y todas aquellas corrientes ancladas en la filosofía y las ciencias sociales que se inscriben en la fuerte influencia de la fenomenología como forma de comprender la realidad.

Esta forma de comprender la realidad social –presente en esta investigación como componente que sobre determina mi mirada como investigador- se vincula con una concepción global de la realidad, donde los fenómenos aparentes de la realidad social son materiales susceptibles de someterse a análisis que dan cuenta de una situación mas compleja, profunda y sobredeterminada de significados que la que vemos con una simple mirada al espejo infinito que ofrece la superficie de la sociedad.

Siendo absolutamente categórico en esta forma de comprender la realidad social, el problema del método para abordar estos datos, indicadores y fuentes de trabajo empírico que nos entrega la superficie de lo social, es un problema que porta el antagonismo en su lógica, que es capaz de distinguir la afirmación de lo que se presenta, con la profundidad de lo que genera su emergencia en el régimen de lo visible, es por esto que Levi Strauss define claramente:

«Para nosotros la razón dialéctica no es otra cosa y aquello sobre lo cual se funda la originalidad absoluta de un orden humano» [7]

Esta concepción de la realidad que sostiene los procedimientos lógicos, científicos e intuitivos de la presente investigación es absoluta y categóricamente no historiográfica, no pretende encontrar en los procesos históricos la explicación de las configuraciones socio estructurales, bajo ninguna perspectiva buscara encontrar en trazados procedimentales desde la individualidad -sostenidos por una legitimidad disciplinaria y una manera de comprender la composición de lo social- ya que su método solo puede llegar a comprender y construir un relato a partir de lo que la contextura compleja de lo social establece, en virtud de esto se considera la constitución de trazados históricos como una ambición que solo puede lograrse en la medida de lo que Levi Strauss nuevamente define como:

«La pretendida continuidad histórica no se obtiene mas que por medio de trazados fraudulentos» [8]

Si bien en la presente tesis se hace alusión a pasajes históricos, se cita bibliografía relacionada con la historiografía, esto se hace bajo la comprensión de estos como una herramienta del análisis global, sin ninguna distinción más y además son asumidos de la misma forma en que se asume el material significante que extraemos de las letras de Violeta Parra, como expresión lingüística, como formalización de una manera de pensar el tiempo social y sus fenómenos en el plano del lenguaje.

De esta forma podemos afirmar que la metodología se debe a la naturaleza de nuestra unidad de análisis más que a una suerte de intencionalidad o preferencia investigativa. Es indudable que la metodología se debe subordinar a la naturaleza y los límites de nuestras unidades empíricas y es el caso de la simbolización y los significantes, que bajo los criterios epistemológicos que se presentaran a continuación, se desprenden de la estructura socio/cultural instituida en el momento de la producción del material significante por parte de la totalidad de las fuentes utilizadas en la investigación. Asumiendo que las letras de Violeta Parra poseen una centralidad al ser un fenómeno destacado en lo que aquí denominamos «El campo de emergencia analítica del fenómeno a investigar»

Unidad de análisis
La unidad de análisis en el presente ejercicio analítico es el conjunto de letras de Violeta Parra seleccionadas bajo los criterios muestrales teóricos e intencionados, criterios que en el párrafo que sigue serán explicitados y argumentados de mejor forma.

Sobre la muestra, la saturación del material significante y las herramientas de análisis
La muestra de las letras de Violeta Parra se define como una muestra teórica e intencionada, donde lo fundamental fue buscar letras que se asociaran directamente con el problema de investigación global de la tesis, por lo cual no es necesario buscar criterios de representatividad cuantitativa en la construcción de esta, solo el criterio de saturación discursiva [21], será una condición que determinara la reducción o la ampliación de la muestra.

Los análisis fueron realizados con el software para análisis de material cualitativo, Atlas/Ti [22]., donde se construyeron sistemas de núcleos significantes, que nos permitieron ir construyendo esta «Visión de mundo» presente en las letras de Violeta Parra.

Naturaleza de los datos a analizar en las letras de Violeta Parra.
Se afirma que la tradición de la lingüística ha llegado a definir el carácter material de los símbolos, por lo que estaríamos en condiciones de afirmar una cierta «Materialidad del sentido» [23] y es esta la atribución mas importante que se le otorga a lo que podemos definir como el orden del significante.

Entendimiento del signo como un fenómeno independiente de las producciones de la lengua, otorgándole de esta forma una autonomía al signo en tanto que hecho social «este modelo del signo permitió, en reconocimiento, anular, el «Mundo real» como universo referencial de los signos lingüísticos» [24].

Para Veron, algunas de las concepciones de la lingüística clásica no hacen mas que separar al signo de la subjetividad y del orden de lo real, no se estaría frente a un concepto de lo real, donde el signo y el lenguaje participasen en su construcción.

El problema que existe para Veron en torno al problema del significante y la construcción del sentido que se vehiculiza por medio del lenguaje es su génesis social, a Veron le interesa ver de que forma este sentido es construido socialmente.

«Un pensamiento que no se puede conocer no existe, todo pensamiento debe necesariamente ser un pensamiento en signos» (Pierce)

Se puede afirmar que la lingüística recién a mediados del siglo XX se hizo cargo de sus ataduras y conexiones con lo social, específicamente por medio del uso y el factor constitutivo que tubo la lingüística Saussoriana en lo que conocemos como la Antropología estructural de Claude Levi Strauss.

Así aparece -en concordancia con esta incorporación del factor lingüístico en las ciencias sociales- el concepto de Discurso alrededor de la década del setenta; según Veron la incorporación del concepto de discurso -mas allá del conjunto de confusiones que generó- se evalúa como positiva o más bien se hace un balance positivo en torno a la incorporación de este.

Es en este momento donde Veron inaugura algo así como una Teoría de la discursividad o una Teoría de los discursos sociales [25], esto implica pensar en la articulación de la teoría del discurso y de la lingüística, todo se resumiría sintéticamente a pensar La materialidad del sentido y la construcción de lo real en la red de la semiosis. Recuperando estos problemas, la teoría de los discursos funda su vocación translinguistica [26]

La teoría del discurso que presenta Veron supone la existencia de OPERACIONES DEL DISCURSO como la practica o la actividad que lo ejecuta el DISCURSO como lo producido y las REPRESENTACIONES generadas y componentes del mismo, representaciones que en el modelo lingüístico de Pierce seria el objeto de la producción lingüística.

En la producción discursiva Veron distingue fenómenos de sentido que aparecen o se formalizan como conglomerados de materias significantes y se estructura algo que el autor define como una red semiótica funcionarizada; común sistema productivo de materia significante.

Para el investigador, el acceso a la red semiótica implica un trabajo de análisis, examen que trabaja por sobre fragmentos del proceso semiótico, sobre cristalizaciones del sentido generadas –en cuanto cristalizaciones- por el proceso mismo de investigacion y análisis.

Se trabaja sobre estados, que solo son pequeños pedazos de tejido de la semiosis, que la fragmentación efectuada transforma en productos. La posibilidad de todo análisis del sentido descansa sobre la hipótesis según la cual el sistema productivo deja huellas en los productos y que el primero puede ser (Fragmentariamente) reconstruido a partir de una manipulación de los segundos. Dicho de otro modo: analizando productos, apuntamos a procesos. [27]

De esta manera entenderemos por proceso de Semiosis social, a la dimensión significante de los fenómenos sociales, por lo tanto el análisis y el estudio de la semiosis social, es el estudio de los fenómenos sociales como fenómenos productores de sentido.

En esta línea Eliseo Veron define una doble Hipótesis, donde afirma:

A) Toda producción de sentido es necesariamente social;
B) Todo fenómeno social, es en una de sus dimensiones constitutivas un proceso de producción de sentido.

De alguna manera Veron identifica que las ciencias sociales identifican una dimensión de sentido en los fenómenos a los que se deben en cuanto sus programas de investigacion, pero afirma una falta de capacidad por entender el comportamiento del sentido en dichos fenómenos, eso se adecuaría a esta lectura como un déficit de las ciencias sociales en torno a los fenómenos del sentido en las CCSS.

Pero resulta inmensamente relevante la segunda hipótesis ya que no se puede describir, ni explicar un proceso significante, sin explicar sus condiciones sociales productivas [28]

Esto nos plantea pensar en las hipótesis de Bourdieu en torno a las condiciones sociales de producción de la obra, ya que la obra no puede ser entendida de forma autónoma a las condiciones sociales que le dan origen, pero resulta igualmente riguroso que el estudio de la obra en si, poder dar cuenta de las características del campo social que permite la producción de estos sentidos.

Esta doble Hipótesis planteada por Veron es inseparable del concepto de discurso, ya que a modo de doble determinación, esta puede ser evidenciada en cuanto nos situamos en la esfera de la producción y el funcionamiento de los discursos. Este doble anclaje, del sentido en lo social y de lo social en el sentido, solo se puede develar cuando se considera la producción de sentido como discursiva [29]

De esta forma estamos en condiciones de afirmar que solo en el plano del discurso, o como manifiesta Veron, en el nivel de la discursividad, el sentido es capaz de presentar sus determinaciones sociales y las condiciones sociales ponen en evidencia sus dimensiones significantes.

Así Veron nos hablara de la definición de una suerte de «Socio semiótica» como una teoría de la producción de los discursos sociales.

De lo que se habla básicamente es de la necesaria interconexión entre los comportamientos sociales y el sentido, es en cierta medida impostergable presentar una sentencia sobre lo social y el discurso, sus conexiones, y lo que una significa para la otra en cuanto condición de posibilidad para su mutua existencia, lo que también posee implicancias fundamentales para la propia teoría sociológica, ya que es en la semiosis donde se construye la realidad social… El análisis de los discursos sociales abre camino de esta manera, al estudio de la construcción social de lo real [30]

Una condición para el estudio empírico de los discursos pasa por asumir la manifestación material del sentido, el sentido siempre se despliega sobre un soporte material, donde se depositan los fragmentos de la semiosis social; cualquiera fuere el soporte material, lo que lamamos un discurso o un conjunto discursivo no es otra cosa que una configuración espacio-temporal de sentido [31]

Podemos afirmar que los discursos sociales tienen relación con sus determinaciones de generación como con restricciones de recepción, así el discurso esta sometido a condiciones de producción como a condiciones de reconocimiento; de esta manera identificamos que bajo determinadas condiciones se producen los discursos sociales, como también bajo determinadas condiciones éstos circulan y son asimilados.

Otro elemento a rescatar es que ningún objeto significante o conjunto discursivo puede ser analizado en si mismo [32] y tampoco posee una suerte de inmanencia, ni puede ser entendido desde si mismo; todo análisis de los discursos sociales debe ser comprendido desde una lógica relacional, son significantes en relación con significantes los que permiten poner evidencia el sentido, también debemos hacer caso de: «La primera condición para poder hacer un análisis discursivo, es la puesta en relación de un conjunto significante con aspectos determinados de esas condiciones productivas. El análisis de los discursos no es otra cosa que la descripción de las huellas de las condiciones productivas en los discursos, ya serán las de su generación como de las que dan cuenta de sus efectos» [33]

En relación a los problemas del lenguaje, los signos y el discurso siempre se ha manejado un antagonismo explicativo que reside en la idea de que es el discurso, el signo o el lenguaje algo propio, que posee una naturaleza interna, mientras que otros plantearan la condición de que este se deba subordinar a elementos que se encuentran en una exterioridad a el, frente a esto Veron dirá: Esta contradicción opuso de diversas maneras a quienes sostenían un «Inmanentismo» del análisis y quienes se proponían relacionar los objetos analizados , con la sociedad, la historia, etc. [34]

Se debe suponer que desde el punto de vista de los análisis de discurso este es un falso debate, ya que los discursos no son ni puramente externos ni puramente externos; no son puramente externos, porque para postular que alguna cosa es una condición productiva de un conjunto discursivo dado , hay que demostrar que dejo huellas en el objeto significante…El análisis discursivo no puede ser puramente interno , porque ni siquiera podemos identificar lo que hay que describir en una superficie discursiva, sin tener hipótesis sobre las condiciones productivas [35]

Capitulo I:
Rasgos estructurales del desarrollismo y la Migración Campesina a Santiago.
La migración y un nuevo problema antropológico en Santiago.
Características generales del régimen de acumulación Desarrollista.

Según las impresiones preliminares que se instalan en este cuerpo analítico de ideas luego de analizar con detención el texto de Jessop respecto de la relación entre capitalismo y Estado Social, surge la necesidad de tratar de explicar cual es la definición inicial que respecto a la caracterización del régimen de acumulación capitalista en un periodo de formalización Fordista; en esta dirección y en la de la transparentación nos interesa citar textualmente a Bob Jessop para esclarecer enfáticamente la visión preliminar que posee, acerca de lo que tantos denominan como el «Fordismo»; afirma:

«Configuración particular de la división técnica y social del trabajo, característica de la fabricación en grandes series de bienes estandarizados» [36]

Esta definición, por lo demás particularizante, en cuanto el gesto analítico del autor referencia una complejidad mayor, esta definida por tres elementos generales que se explican básicamente desde la lógica de la valorización de la actividad social en el contexto capitalista; estos son:

• La existencia de un trabajador de carácter calificado y semicalificado.
• La constitución de un sujeto Trabajador de carácter masivo.
• El ordenamiento de las estructuras económicas en una proyección continúa en sistemas complejos de productividad a largo plazo.

Esto implica necesariamente que el circuito de valorización del capital tienda a hacerse cada vez mas complejo desde la perspectiva de incorporar a mas sectores de la conformación económico social capitalista al proceso de producción de valor, y es precisamente en este sentido donde se intentan definir rasgos categoriales que permiten entender este agrupamiento y articulación entre múltiples esferas de la sociedad capitalista.

Es en este gesto donde se define la existencia del Fordismo, como un todo complejo que esta constituido por un régimen de acumulación que se moviliza a partir de la estructuración mutua de un binomio de carácter virtuoso y movilizador manifestado a partir de lo que el mismo define como:

 La producción en serie;
 Y el consumo masivo de parte de los sectores integrados/asalariados.

Ahora; precisando aun más esta definición preliminar, podemos afirmar que este círculo virtuoso se estructura y fortalece desde una dinámica social que contempla la necesidad de:

• Constitución Híbrida de un mercado del trabajo y el consumo, que fusiona lo domestico y lo publico (externo).
• Manejo y control de la demanda, a partir de la intervención estatal, con políticas monetarias de carácter expansivas.

En un sentido diferenciado al carácter explicativo de la economía clásica que asume a la implementación concreta de la producción, como la generación de de bienes ligados a relaciones contractuales en el ámbito del mercado.

No podemos prescindir de hacer un análisis embrionario que nos facilite expandir nuestra visión acerca del carácter ampliado de la producción capitalista y desde esta lógica asumir una interpretación del Fordismo como un periodo y una formalización que despliega lo que Bob Jessop define como un «Modo de regulación».

Este es definido por el mismo como:

«Conjunto de normas, instituciones, formas de organización, redes sociales y pautas de conducta, que contienen y conducen el proceso de valorización» [37]

Es en este sentido donde podemos asumir que el carácter Fordista del capitalismo de Post. Guerra (tanto en el primer como en el tercer mundo) no solo se entiende en relación a la lógica tradicional de lo que es la generación de valor desde la producción material, sino que este es entendido como un modo de generación de marcos integradores que facilita y direccionaliza el acoplamiento funcional de las estructuras del estado social al de la racionalidad ordenadora de la mercancía.

Ahora cabe ejemplificar desde lo que es un estado promoviendo la capacidad de consumo y generando pautas normativas para este mismo.

Hablamos de un «Estado social» que se impregna de la lógica de la mercancía, como racionalidad que se expande y multiplica hacia lo que Habermas denominaría «El mundo de la vida»[38] .

Entonces es en este preciso momento donde establecemos las caracterizaciones que realiza Jessop en torno a lo que podríamos entender como: «Las relaciones sociales Fordistas». Así este define que ellas se estructuran a partir de los siguientes elementos:

• Existencia de un trabajador colectivo
• Organización y fuerte territorializacion de los mercados de trabajo.
• Carácter «Bilateral» de la negociación salarial (Empleador – Empleado)
• Equilibrio entre la producción privada y colectiva de la Fuerza. De trabajo.

De alguna manera podemos afirmar estas características como una parcialidad de la condición de posibilidad para que el Fordismo y el estado de bienestar sean una totalidad articulada desde la hegemonía, la racionalidad articuladora y ordenadora de la mercancía como relación social en un momento especifico del desarrollo dialéctico del circuito de valorización capitalista.

Los vínculos que Jessop hace evidentes entre el circuito de valorización del capital y el Estado de bienestar parten de la base de entender la lógica de valorización capitalista como una unidad indisoluble.

No solo hablamos de lógicas de intervención estatal a nivel de la economía, mas bien existe una capilarizacion de las relaciones sociales de producción de mercancías a tal nivel que seria complejo y arriesgado establecer al estado como un agente que se pone al servicio del capital, mas bien es el estado un agente social que ejerce normatividad, sociabilidad, control y también explotación.

Es por esto que Jessop – a nuestro parecer- afirma:
«Este tercer nivel de análisis, implica un nivel de análisis meso-económico, institucionalmente orientado al circuito del capital» [39].

Y es aquí donde el rol central lo cumple la inserción del estado en lo que es el modo de regulación planteado por Jessop, como un indicador que da cuenta de la incorporación del estado social a la creación del ciudadano consumidor por medio de pautas de consumo masificadas a través de las estructuras laborales y de organización que los mismos sectores trabajadores habían construido en conjunto con la legitimación y promoción del estado; podemos hablar de un sindicato donde la lógica del consumo y las pautas de consumo se introducen desde la noción de colectividad consumidora.

El vínculo entre la producción en serie y la demanda masiva, no es más que el Círculo virtuoso que Jessop advierte como condición de posibilidad para el mantenimiento del Fordismo como estructuración ordenadora del proyecto de sociedad capitalista en el contexto del empleo pleno, las garantías sociales, etc.

Es en este escenario donde cobra relevancia la publicidad como herramienta que permite la creación de pautas de consumo ciudadano en función de crear capacidad de demanda efectiva.

El estado social Keynesiano Maneja la relación entre el potenciamiento de la demanda agregada y el establecimiento del consumo como marco integrador y por lo tanto normatividad social legitima y naturalizada.

El estado debe asegurar una capacidad creciente de demanda; y por ende es lógico y sumamente coherente leer a la lógica del estado keynesiano, como un mecanismo en donde la transferencia de ingresos y el subsidio para el consumo son constantes de manera concreta (circulante).

En este contexto recurrimos nuevamente Jessop para hablar de la necesidad de entender al Fordismo compuesto por un modo de regulación que incorpora a la complejidad de la sociedad en función de la necesidad de generar el contexto social que permite la reproducción ampliada de capital.

En esta orientación podemos hablar de la constitución de un andamiaje institucional que sustenta a este «Modo de regulación», un andamiaje institucional que permite responder la pregunta acerca del lugar de ocurrencia de la reproducción ampliada del capital.

El régimen de acumulación Fordista trasciende la dimensión macroeconómica, para pasar a tener un «Impacto social global»; paralelamente se extiende mas allá de las fronteras que establecen las precondiciones institucionales a nivel macroeconómico y se vuelca repercutiendo sobre un ordenamiento institucional mayor, que Jessop ve explicitado en la permeabilidad de esferas como:

• La vida política
• La vida cultural.
• El ordenamiento urbano espacial

Esto no es más que desagregar la categoría analítica de «Modo de regulación». Modo de regulación que podemos precisar a través de los siguientes elementos estructurales:

 Salario / Productividad.
 Negociación Colectiva
 Estado, comunicación y pautas de consumo masivo.
 Ejercito de empleados estatales como los receptores del bienestar.

En este sentido cabria precisar que la precisión analítica de Jessop es muy rendidora desde la estructuración interpretativa de lo que el define como:

 Fordismo en cuanto régimen de trabajo.
 Y en cuanto un modo de regulación, que a mi entender subsume la categoría de societalizacion, mientras que a la vez necesita de su particular precisión

Este conjunto de elementos conceptuales y analíticos nos permiten avanzar en una caracterización parcial y abstracta del campo de analítico del fenómeno social al cual pretendemos hacer emerger en la presente investigacion.

La función especifica de este apartado dice relacion con fundamentar la forma en que los procesos migratorios a los cuales nos referiremos mas adelante constituyen un punto de inflexión, orgánica, ideológica y antropológica con las características societales estructuradas y promovidas por el desarrollismo en la mitad del siglo XX en Chile.

Elementos que permitirán instituir en la presente investigacion los argumentos de Jose Luis Romero en cuanto la migración significa antropológicamente, la constitución de una «Sociedad escindida» , donde un lugar común del agrupamiento social es el desarrollismo y otro la carencia de marcos integradores que caracterizan al conjunto del segmento migrante en Santiago.

Desarrollismo y Concentración urbana en Chile… Argumentos para la comprensión de la migración campo ciudad en Chile

Se advierte que necesariamente un cambio de fase en el régimen de acumulación de capital en una sociedad completa genera efectos necesariamente sobre múltiples dimensiones de esta; aquí intentaremos describir de que forma la fase desarrollista al interior del régimen de acumulación genero efectos por sobre las estructuras urbanas, agrarias y de que manera definió relaciones de interdependencia mas intensas entre uno y otro sector, todo esto a partir de lo que significan los procesos de migración de los campesinos a la ciudad en chile a mediados del siglo XX.

El desarrollismo como periodo particular del régimen de acumulación capitalista en Chile estructuró rápidamente – producto de los niveles de actividad industrial en los centros urbanos- una alta demanda de mano de obra que no se encontraba disponible en su totalidad en los mismos centros urbanos, esto se entendió como un proceso de movilización masiva de fuerza de trabajo desde el campo a la ciudad de Santiago durante el periodo de la Sustitución de Importaciones. [40]

Si bien el flujo migratorio no registró grandes ganancias a la estructura productiva del mundo urbano en todos sus momentos, no es menos importante mencionar que genero un aumento del nivel de ingreso nacional.

Si bien una de las causas mas relevantes que surgen a la hora de comprender el proceso del flujo migratorio es la demanda de mano de obra generada desde santiago y algunas submetropolis, a partir de las necesidades de la alta demanda de productividad y concentración industrial en estos sectores urbanos, no es menor agregar otra causa al problema que dice relación con el nivel de pauperización generado en el campo producto de las mismas relaciones de asimetría y dependencia entre el agro y el mundo urbano.

«Se sostiene que una de las causas del estancamiento agrícola durante la sustitución de importaciones fueron, por una parte, la descapitalización del sector producido por los arreglos institucionales que favorecieron a la industria manufacturera y cuya expresión mas visible fue el deterioro de los precios agrícolas en relación a los industriales. Por otra parte fue la manutención del monopolio latifundista de la tierra y la apropiación latifundista de las compensaciones estatales a la agricultura» [41]

Esto acentúo las diferencias a nivel del mundo campesino, por un lado el latifundio acumulaba riqueza y poder, y por otro el campesinado se pauperizaba progresivamente, encontrando en el campo la razón de su miseria y no de su desarrollo.

De esta forma nos encontramos ante una ciudad absorbiendo una gran proporción de la producción industrial y diversificando su estructura productiva; y un campo especializándose en actividades productivas primarias, estructurando formas de vida precarias que solo reproducían las condiciones de pobreza de sus habitantes, si bien entre las estructuras agrarias y las grandes ciudades se constituyeron pueblos de mayor desarrollo que servían de soporte para el proceso de flujo, se estructuraban pueblos de menor escala, con una densidad demográfica importante para las estructuras campesinas, que no pasaban mas allá de la pobreza y el acrecentamiento de la pauperización de sus condiciones productivas y de existencia.

La concentración de la población urbana por causas vegetativas y migratorias, genero evidentemente una concentración de la producción en las ciudades, existe un estrecho vínculo entre el crecimiento de las fuerzas productivas, la concentración de la población en el conjunto urbano nacional que será la ciudad.

El régimen de disciplinamiento laboral urbano, sostenido por el fordismo permitió que comparativamente con la productividad agraria, este fuese mas importante, para estos efectos el ODEPLAN decía por el año 1971 «La productividad del trabajo ha sido muy superior en las actividades urbanas que en la agricultura» [42]; sobre la base de esto se planteo en aquella época que el desplazamiento de la población rural a las estructuras urbanas implicó un aumento del producto per cápita, haciendo aparecer por lo tanto a la migración como una fuente de estabilización y mejoramiento de las estructuras urbanas frente al deterioro del mundo campesino que a la vez es causa de la migración.

«Vale decir que en general los desplazamientos específicos de población, se producen desde actividades menos productivas en el campo hacia actividades mas productivas en la ciudad» [43]

Según Guillermo Geisse en Chile entre 1915 y 1964, el ingreso nacional per capita se duplicó, mientras que el producto industrial generó un aumento de la fuerza de trabajo de 3,4% al año y de un crecimiento del producto del trabajador de 0,9 anual. [44]

Esto demostraría que el crecimiento del ingreso per capita en aquella época no se explicaría no ha sido solamente provocado por un aumento de la productividad del trabajo en el sector mas dinámico como lo es la industria, sino que la razón estaría en que «la industria se a ampliado mas por extensión que por intensidad. De esto se concluye que ha sido el traspaso de fuerza de trabajo rural a la industria uno de los motores del crecimiento del ingreso nacional» [45] . De alguna manera son factores ligados al mercado interno los que explican este crecimiento.

Así podemos evidenciar que la migración campesina a la ciudad, lejos de ser una variable autónoma o periférica de la situación económica nacional a mediados del siglo XX en Chile, resulto ser un factor interventor y modificador de determinadas dinámicas presentes en la economía.

Como bien decíamos, a sido la intensificación de la contratación de mano de obra por parte de la estructura industrial, y dentro de esta, la mano de obra campesina la que ha generado un impacto positivo sobre la macroeconomía, de esto se desprende el dato acerca de que el crecimiento del empleo industrial en los años 60 a 70 fue mayor que la tasa de crecimiento de la población durante todo el siglo hasta 1970. «Inclusive en la década del 60, cuando la productividad del trabajo creció en la industria, el empleo industrial creció en mas de un 33%, es decir, mas que el crecimiento total del empleo en el país. En 1970 la industria generaba un 27% del PGB y empleaba más del 25% de la mano de obra. Así pues, aunque se considere solo a la industria, ella ha desatado migraciones rurales, ya que demanda mano de obra a una tasa superior al crecimiento de la población.» [46]

Debemos dejar en claro que el incremento en la demanda de mano de obra no se debe al influjo de la actividad industrial solamente, las migraciones también se vinculan a un crecimiento global de las fuerzas productivas en la ciudad y de esta heterogeneidad productiva podemos advertir que el proceso migratorio no se debió exclusivamente a una planificación racional exclusivamente.

Esta heterogeneidad en los ámbitos productivos de la ciudad se debe a que existía un bajo ritmo del crecimiento económico, de carácter oscilante que imposibilitó el crecimiento parejo y homogéneo de las fuerzas productivas, en todos los sectores de la ciudad y de emplear productivamente a toda la fuerza de trabajo que llega del campo o que crece en la ciudad. Esto se manifiesta en el crecimiento del sub empleo y del desempleo en las ciudades con todas sus secuelas: bajas condiciones de vida, vivienda, salud, etc. [47]

Esto ayuda a sostener que en cuando el desarrollo del proceso migratorio, el aumento de la población crece mas que el aumento de la mano de obra captada por las estructuras productivas de la ciudad, lo que nos hace pensar necesariamente en la estructuración de un excedente no funcional, un exceso que originariamente buscaría integrase a las funciones normalizadoras de la vida urbana, pero producto de una situación estructural relacionada con la capacidad real de absorción de mano de obra, tenderán a situarse en la marginalidad de las ciudades, en condiciones precarias, con sub empleos y formando parte de la masa desempleada como lo mencionamos con anterioridad.

Abordaremos como una causa central del proceso migratorio la relación asimétrica entre el estancamiento del campo- definido anteriormente- y la industrialización de la ciudad.

No es difícil evidenciar a través de los datos que por el 1930 la agricultura presentó una situación de dinamismo e influjo económico, lo ocurrido hasta 1960 representa una situación absolutamente contraria, nos encontramos ya hacia los años 50 y 60 con un franco estancamiento, según Guillermo Geisse: «La agricultura se estanca de modo casi absoluto entre 1930 y 1960».

En este mismo espacio temporal se observa la progresiva constitución de Santiago como un polo de desarrollo industrial, este fenómeno se desarrollo paralelamente a una disminución relativa de la importancia de la agricultura en la economía. «En efecto, en 1930 la agricultura empleaba el 37,5% de la población económicamente activa total del país y en 1940 generaba el 17% del producto geográfico bruto.En 1970 en cambio, generó solo un 7% del producto y empleó a un 25% de la población económicamente activa del pais.El valor medio por hombre fue el mas bajo de todos los sectores de la economía» [48]

Esto es un indicador de la conducta regresiva del agro en Chile y del influjo y el dinamismo de la economía industrial del país en aquellos años, frente a esto la ODEPA [49] indico que las tasas anuales de crecimiento acumulativas fueron, en relacion a los sectores de la Economía:

Tipo de Producción
Tasa de Crecimiento
Años
Producción agrícola 1,6 1939 a 1965
Producción pecuaria 2,0 1939 a 1965
Total 1,8 1939 a 1965
Población del país 1,9 1940 a 1960
Población rural 0,3 1940 a 1960
Población urbana 3,1 1940 a 1960

Las causas del estancamiento agrícola son variadas, aquí solo mencionaremos aquella que dice relación con el proceso de monopolización de la tierra.

El creciente proceso de monopolización de la tierra y el atraso entre esta estructura de producción agraria en relación con el nivel de monopolización.

La existencia de este monopolio que no fue capaz de generar la empleabilidad necesaria para sostener bien a la estructura agraria, dejo en el agro categorías residuales de la estructura económica expresada en pequeños productores con una mínima y nula capacidad de empleabilidad, estas estructuras residuales solo generaban la posibilidad de la autosubsistencia.

Algunos de los factores promotores de la migración rural-urbana son:

La Mecanización de la agricultura capitalista, que generó necesariamente un proceso de liberación de fuerza de trabajo en la estructura agraria.

Se estima que en 1964 la explotación capitalista utilizó un 23% de exceso de fuerza de trabajo, la explotación familiar un 41% y la explotación subfamiliar un 57%. [50]

El minifundio y la pequeña propiedad absolutamente pauperizados, se situarán cada vez más en la reserva de fuerza de trabajo temporal a un costo bajísimo para en relación a la propiedad capitalista.

Estas variables fueron generando lo que en la epoca se denominó el sistema nacional de centros urbanos.

Estos serán conglomerados de población, ligadas a la actividad económica a través del empleo, el subempleo y el empleo informal.

El centro urbano no explica su existencia por poseer una centralidad dinamizadora, relacionada con la actividad económica, también se relaciona con la definición de una funcionalidad política- administrativa importante en relacion a este.

En el caso específico de Chile, la consolidación de los centros urbanos esta relacionado directamente con la hegemonía del desarrollismo como modelo de desarrollo económico y social a nivel nacional.

Los centros urbanos alcanzaron un importante grado de integración interna en el período primario – Exportador.

En esto el Estado y factores políticos e ideológicos de la dominación oligárquica, jugaron un rol importante.

Las políticas públicas de industrialización hicieron económicamente posible la producción local de bienes.

En 1960 hubo avances importantes en la red de caminos regionales, abriendo así la funcionalidad a la industrialización para incorporar al campesinado a la demanda de productos y servicios urbano-industriales y a la participación política propia de la orientación democrática-nacional del Estado Industrialista.

Este conjunto de variables intentan explicar las causas fundamentales del proceso de migración campo-ciudad. Esta fase de la investigación será una fuente argumentativa de orden «Objetiva» en relación al capítulo que continúa, en el cual se trata de entender este mismo fenómeno desde una dimensión relacionada con lo identitario-subjetivista, quizás una lectura desde la sociología o la antropología social y no desde la economía como el capitulo que acabamos de ver.

Migración Campo Ciudad; Integración y Conflicto….
Relato de un proceso.

Con posterioridad a la década del treinta se evidencia la existencia de un proceso de industrializador progresivo en Santiago; proceso que estructuro como fenómeno asociado en cuanto el significado social del proceso a la migración de campesinos a las Ciudades donde estas industrias encontraban el territorio apropiado para dinamizar su actividad productiva.

Esto se tradujo en una ofensiva de campo sobre la ciudad, de modo tal, que se manifestó bajo la forma de una explosión urbana que transformaría las perspectivas de Latinoamérica y de sus países [51].

Así muchas de las ciudades latinoamericanas, producto de la demanda de trabajo generada por el influjo de la industria y la respectiva migración campesina hacia la ciudad, vivieron un fenómeno de explosión demográfica y pasaron de ser ciudades, a ser grandes metrópolis, y aquellas que no alcanzaban la categoría de Metrópolis en su desarrollo, llegarían a ser grandes ciudades o llegarían a ser metrópolis en un plazo no muy largo.

De esta manera y tratando de mirar el fenómeno de las migraciones desde una dimensión que se aleje por un momento de lo estadístico como criterio descriptivo, cada ciudad se constituyó en una localización sociocultural, en donde la vida cotidiana adquirió rasgos inéditos.

Así el proceso de migración y la correlativa influencia sobre la vida cultural de las ciudades, protagonizó una transformación en las estructuras de la vida cotidiana en la metrópoli; según José Luís Romero: «Cambió la fisonomía del hábitat, se masificaron las formas de vida y las formas de mentalidad. A medida que se masificaban algunas ciudades de intenso y rápido crecimiento, empezaron a insinuar una transformación de su fisonomía urbana, dejaron de ser estrictamente ciudades para transformarse en una yuxtaposición de guetos incomunicados y anomicos; la anomia comenzó a ser también una característica del conjunto, este fenómeno migratorio rápidamente se constituyo en un fenómeno de explosión urbana, la cual tenía como fundamento un éxodo rural asentado en las ciudades y las grandes metrópolis latinoamericanas; el caso de santiago de Chile va a ser uno de los mas importantes de la región» [52]

Este proceso migratorio generara una dualidad en la localización de la ciudad, en el territorio de las grandes ciudades, dualidad que se caracterizara por la posibilidad de que en un mismo territorio convivan dos espacios sociales absolutamente diferenciados; por un lado el espacio social de la norma y la disciplina construida por el régimen desarrollista de producción y su organización societal y por otra el carácter anomico, heterogéneo y disperso por medio del cual se expresaban estas grandes masas migrantes.

De alguna manera, se estructura esta dualidad en un juego donde convive lo mismo con la identidad y lo otro con ella, ambas esferas de la diferenciación que potencian la identificación de un espacio social de este territorio que sostiene esta dualidad; es una dinámica de integración forzada a la ciudad u la marginación por fuerza de no encontrar lugar en la estructura social de la ciudad o la disidencia y la ruptura conciente con la ciudad normalizada que significaba la comunión de las masas con las industrias, y el encuentro del desarrollo con las fronteras urbanas, perfectamente dibujadas y a veces tremendamente difusas.

Es en este contexto – donde el fenómeno que centraliza gran parte de las tensiones y las inflexiones sociales de Latinoamérica y sus países a mediados del siglo XX es la migración campesina a las ciudades- podemos evidenciar que no va a ser la totalidad de la masa migrante la que lograra integrase exitosamente a las pautas de asimilación ofrecidas por la ciudad normalizada y la relación de dependencia del inmigrante en relación con la incorporación o la integración a la ciudad normalizada será básicamente la capacidad de oferta de trabajo por parte de la actividad industrial básicamente de la ciudad normalizada.

De esta manera van a existir aquellos que van a verse excluidos de las pautas de integración social de la estructura desarrollista, lo qué va a implicar la estructuración de distinciones fundamentales al interior de las ciudades; ya sea en cuanto la relación de este componente anomico no integrado con la estructura normalizada de la ciudad, como también diferenciaciones entre aquellos con mayores niveles de integración y aquellos con poca, escasa o nula integración en el peor de los casos para las expectativas de los migrantes.

«Campesinos, muchos querían seguir siendo campesinos y tentar fortuna con cultivos en alza, pero otros campesinos también adivinaban las posibilidades de la ciudad y los que conocían algún oficio, tomaron la decisión de venderlo y se quedaron en las ciudades» [53]

El avance del desarrollismo como expresión concreta del patrón de acumalcion Capitalista en América Latina no solo generara deferencias al interior de las grandes ciudades; por lo general se estructurara una relación de dependencia entre la llamada Ciudad Normalizada con el Campo o la estructura agraria de los países Latinoamericanos.

Definimos esta relación como una relación de dependencia por el hecho de que en la medida en que existe una mayor dinamismo en la actividad de la ciudad, se genera un deterioro mayor de las estructuras del agro, en alguna medida podemos entender que el proceso desarrollista se esta compuesto por la necesidad de estructurar cada vez mas, centros urbanos con una estructura productiva de bienes de segundo orden capaces de mantener un régimen de sustitución de importaciones lo suficientemente importante para abastecer a la nación completa y también mantener el mercado interno, en este sentido, el agro comienza a poseer un carácter regresivo, aparece como una unidad económica que no produce en torno a la línea hegemónica de la Economía nacional, que es básicamente el proyecto industrialista; en esta medida el agro se restringirá y decrecerá en una relación inversamente proporcional con la estructura industrial y concentracionista de la ciudad normalizadora.

Por lo que el problema que estructuraba la migración a la ciudad como fenómeno no solo era generado por causas relacionadas con la oferta de mano de obra que la ciudad normalizada generaba, sino que también existió un proceso de creciente pauperización, deterioro de las relaciones sociales y de la economía, que subyacía a las estructuras agrarias, echando de esta manera a grandes cantidades de individuos del campo a la ciudad, sin necesariamente ser la consecuencia directa de una demanda emanada de las necesidades de las estructuras industriales urbanas; eran aquellos que no se resignaban a enterrarse vivos en su lugar de origen, a los que aun les quedaba una fuerza moral para intentar reconstruir su vida en otra parte.

Debemos reconocer que la migración desde el campo a la ciudad se generó solo en torno a aquellos polos de desarrollo donde se estructuraba una posibilidad real o una expectativa lo suficientemente verosímil, para dotar al migrante de una expectativa, lo suficientemente fuerte como para comenzar a recorrer nuevos senderos, nuevas suertes y nuevas realidades, la realidad de lo inédito y la incertidumbre por sobre todo, el cambio del todo deteriorado, por la nada y el todo de la ideología desarrollista.

Esto se debió a un claro proceso de pauperización de las condiciones de vida de los individuos ubicados en las estructuras agrarias, desfavorecidas evidentemente por el progreso del desarrollismo , de esta manera debemos tener en cuenta que no solo es la expansión de la demanda de trabajo por parte de la estructura industrial desarrollista la que hace posible la estructuración de una migración del campo a la ciudad, sino que es también la definición de la ciudad como un espejo de la promesa del progreso y como un gran efecto de demostración, donde se visualizaban los progresos y los aciertos de loa modernización frente a estructuras sociales mas precarias y subdesarrolladas; de esta manera podemos afirmar que también es una variable ideológica/cultural la que genera este proceso de expansión de la migración y esto es lo que explica evidentemente la existencia de un desajuste y una deslocalizacion en el momento de relacionar la demanda de trabajadores y la cantidad de migrantes que el proceso generó, se explica básicamente porque el proceso se constituyo por mas de una variable y la que podía tener un mediano poder de control no lo pudo hacer, que era sin duda la variable de la expansión limitada de la capacidad de absorción de mano de obra por parte de las estructuras urbanas.

De esta manera vemos como el exceso de migrantes se debe a la posición de la ciudad como un fenómeno simbólico, donde la ciudad es un significante de la matriz de sentido que definía al desarrollismo, como promesa de progreso, inclusión, integración y en fin de cuentas, la ciudad como el soporte significante de un discurso modernizador que venia a decirnos que todos cabíamos en el, pero el territorio único de el era básicamente la ciudad, la ciudad domo un modelo que va a estar definido fuertemente por el desarrollo de una fuerte tentación, de esta manera José Luis Romero nos dirá «Pero lo que mas poderosamente atrajo la atención de quienes querían abandonar las zonas rurales o las ciudades estancadas; fue la metrópoli, la gran ciudad, cuya aureola crecía en el impreciso comentario de quien sabia algo de ella, y aun mas, a través de los medios masivos de comunicación, los periódicos y revistas, la radio y sobre todo el cine y la televisión que mostraban a lo vivo un paisaje urbano que suscitaba admiración y sorpresa… La atracción era aun mayor si la ciudad había comenzado a dar el salto hacia la industrialización» [54]

De esta manera, podemos reiterar la idea de que no era solo la participación en la estructura económica e industrial lo que hacia llegar a los migrantes a las ciudades, estas también ofrecían la posibilidad de encontrarse con otros, brindaba la posibilidad de estructurar pautas de socialización en relación al creciente deterioro de las relaciones societales y las pautas de integración vivía la estructura agraria en dicho tiempo, de alguna manera la expectativa estaba puesta mas allá de lo económico ante la posibilidad de integrase de manera intensa a la vida social.

De alguna forma esta tambien presente la idea o la expectativa del acceso a lo que la ciudad ofrecía y al ser el desarrollismo un modelo que promovió la capacidad de consumo de parte de los sectores populares y asalariados específicamente, podemos afirmar que los migrantes tambien visualizaban este hecho –la posibilidad de ser un sujeto de consumo- como una expectativa mas del ideologismo y el imaginario de la ciudad.

Es importante definir que la ciudad por un lado se refería ante el mundo migrante como una gran idea o una gran ilusión a la cual llegar, que ofrecía un sinnúmero de oportunidades, pero paralelamente no contaba con estructuras societales básicas para recibir el exceso de migrantes que generaría la propia ilusión que ella irradiaba para la periferia, serán condiciones materiales básicas las que harán en un primer momento prácticamente incompatible la llegada de tal numero de migrantes a la ciudad, muchos de los migrantes llegaron a vivir en casas confeccionadas por ellos mismos en terrenos periféricos y es desde este momento que se comienza a constituir lo que entendemos como la marginalidad urbana en dichos momentos, la marginalidad entendida como el exceso constante de los planes que el modelo modernizador contemplaba en un marco planificado del crecimiento que no fue para nada enmarcado en los planes definidos por una institucionalidad que tubo que comenzar a generar respuestas ante esta inmensa intervención e interrupción generada por una masa que era definitivamente disfuncionales para los intereses del patrón de acumulación desarrollista industrial, ubicado en la centralidad de lo urbano.

Es claro entonces que no existían condicionamientos óptimos para el habitar y el bienestar social de esta masa migrante que venia llegando a la ciudad, pero poco a poco se podía conseguir un habitar en los núcleos deprimidos de la ciudad y otras veces en las zonas marginales y ese habitar hacia que este sector migrante y marginalizado se agregara al conjunto de las clases populares de la ciudad, pues esto acrecentó enormemente la población numérica de las clases populares en relación con otras clases, de la misma forma, esto introdujo un elemento relacionado con la diversidad al interior de las clases populares, ya que son estas donde comienzan a convivir distintas matrices de sentido, culturas, conjuntos significantes y un sin fin de materiales culturales que encuentran mancomunion en el escenario de lo popular; esto nos plantea la categoría de la fusión entre las masas populares de la ciudad y los sectores migrantes, una integración que no tardara en devenir en una suerte de comunión.

Así afirmamos la existencia de una suerte de sincretismo cultural entre sectores populares urbanos y sectores populares rurales y este fenómeno no estuvo exento de una reacción de parte de aquellos que acostumbraban a contar con una ciudad tradicional armónica; pero el problema era la generación de un circulo vicioso, donde esa ciudad que se defendía generaba cada vez mas expectativas sobre sectores rurales y esto a su vez condicionaba la existencia de mayor flujo de migrantes rurales hacia la ciudad.

De esta manera podemos evidenciar que uno de los factores que supero la comunión entre sectores populares urbanos y rurales en el campo de «Lo popular», fue la marginalidad como la configuración de una nueva dimensión de la pobreza y la estructura de la sociedad Chilena en las décadas que siguieron los años cincuenta, se habla entonces de una marginalidad entendida como la superación estructural -en términos de los niveles de pauperización- respecto de los sectores populares; y la podemos entender desde la sobre significación de la ciudad como estructura subsumidora de una masa migrante y la baja capacidad estructural de la ciudad para integrar de buena forma a estos sectores.

«Esta misma súper abundancia de gente, si por una parte ha contribuido a la formación de los nuevos barrios residenciales y de otros, muy bien acondicionados para empleados y modestos funcionarios, ha arrojado a los suburbios a una masa confusa que ha buscado refugio en un conglomerado de habitaciones míseras, faltas todas de higiene. Las migraciones arrinconaban a la sociedad tradicional de la capital, se filtraban en ella o acaso la cercaban, menos se noto en las capitales que no llegaron entonces a alcanzar los dos millones de habitantes» [55]

De esta manera es una Economía del desajuste, la deslocalizacion y de la posibilidad virtual del cumplimiento del significado de la ciudad para el migrante, la que genera o es condición de posibilidad para la definición estructural de una masa marginal que comienza a significarse y hacerse visible en una estructura urbana que la ubica o la localiza en los cordones mas externos de la metrópoli, en una periferia donde parecía avecinarse la creación de una «Otra Ciudad».

Otra ciudad que por supuesto nunca fue entendida, legitimada ni aceptada por la tradición de esta ciudad normalizada; una ciudad que se desentendía del inmigrante y del embrionario spirits de corps [56] que podía comenzar a generarse a partir de una alianza estructural subyacente, de un acercamiento entre modos de vida y formaciones simbólicas que comprendían el mundo popular urbano y el mundo popular rural.

De alguna manera el descontento de parte de quienes habitaban la ciudad se hace cada vez mas generalizado, especialmente en aquellos estratos medios, medios altos y altos que no formaban parte de lo que podemos denominar el mundo popular; un descontento que arrancaba de una separación, de una distinción, de un saberse diferente, que en virtud de la mayor concentración de poderes de los sectores ya habitados en la ciudad hacían ubicarse al migrante en la posición de la subalternidad, siendo este entendido como «el otro» que no solo mantenía su condición de diferente, sino que también poseía la connotación y se le asociaba la simbolización del invasor , del irruptor, del agente de la intervención en un medio donde la tradición, el desarrollo lineal y sostenido del desarrollismo no entregaba una carta de invitación a este «otro indeseable». [57]

En ningún momento se pretende instaurar a partir de los datos historiográficos estimaciones causales; solo se establecen e identifican determinados ejes relevantes que la historiografía establece útilmente como formas de demostración enunciativas de determinados fenómenos sociales absolutamente, para a partir de ello, intentar establecer una línea de pensamiento que nos permita instituir exploratoriamente algunas tendencias teóricas sobre las cuales profundizar; es el caso del movimiento de pobladores, donde si bien no se hace mención a la totalidad y el conjunto de especificidades que este genero en un tiempo social determinado, pudimos atrevernos a establecer algunas tendencias a partir de la elección de casos relevantes para los objetivos del desarrollo teórico de la investigación.
Es a partir de esta mirada sobre lo social que comprendemos la naturaleza de nuestros datos a analizar [9] y utilizar en nuestro ejercicio teórico, siendo una mirada estructuralista, que analíticamente se localiza en el análisis estructural.
Solo de esta forma podemos conseguir un nivel de seriedad en la presente investigación, ya que es inviable sostener que comprendemos estructuralmente a la realidad y la analizamos desde marcos analíticos desprendidos de la fenomenología y concepciones que tienden a ontologizar el lenguaje en contraposición flagrante con una visión estructural que concibe al lenguaje bajo una noción absoluta y categóricamente representacional y subordinado a estructuras que lo sobredeterminan en su condición de herramienta que muestra configuraciones socio estructurales complejas y profundas.

Problema de investigacion y campo de emergencia analítica del fenómeno a investigar

En la presente investigacion se intenta hacer emerger en la superficie de lo teórico interpretativo – y es por esto que mas que ser una tesis puramente investigativa, es una tesis que se relaciona con la interpretación teórica – un fenómeno social con la mayor cantidad de dimensiones registradas y sus complejas relaciones; apostando por generar un ejercicio de funcionalizacion de determinadas dimensiones del contexto social tratado, en virtud de establecer algunas afirmaciones muy prematuras en torno a la naturaleza y la composición estructural de determinados ejes problematizadores de un enmarañado radio de complejidad social que se ubican centralmente en la ciudad de Santiago [10] entre la década de los cuarenta y fines de los años sesenta.

De esta forma lo que la presente intenta abordar es parte de la obra de Violeta Parra como la expresión especifica – puntualmente ideológica- de una totalidad social concreta, es decir, como una expresión mas de lo que denominamos el proceso de constitución ideológica de «Los pobres de la ciudad» como un bloque social subalterno y contra hegemónico en el Chile de fines de los años 50 y la totalidad de la década de los sesentas y setenta.

De esta forma la presente investigacion busca ser un intento por hacer emerger un problema teórico e investigativo en torno a múltiples niveles y dimensiones de la realidad concreta de un periodo definido en nuestra unidad temporal de análisis, pero centralmente la función de la produccion significante de Violeta Parra, en cuanto dimensión ideológica de lo que en la presente definimos como la «Emergencia de los pobres de la ciudad como un bloque social contra hegemónico»

En el complejo social que aquí pretendemos abordar se destacan como fenómenos fundamentales como lo son:

• Los procesos de migración del campesinado marginalizado en el mundo rural a la ciudad [11]
• La definición de un sector del campesinado como porción residual/marginal en la ciudad.
• La conformación de un problema identitario /antropológico en el ceno de la ciudad.
• La constitución de relaciones organizadas por lógicas anémicas -como la expresión mas alta de la desorganicidad social- en los sectores residuales del campesinado migrante en el medio de una ciudad altamente integrada a las pautas de socialización desarrollistas.
• La existencia de procesos de cohesión social entre el campesinado residual/marginal y los sectores populares/residuales de la ciudad.
• La superación socialmente cualitativa de la anomia en torno a la constitución de espacios sociales/urbanos, organizados en torno a la solidaridad mecánica como estructura profunda de funcionamiento lógico – societal en el seno de determinados territorios urbanos en medio de la beligerancia establecida por la movilización de recursos societales establecidos por la emergencia del movimiento de pobladores.
• La incorporación de estos a un proceso de lucha por a habitabilidad, que venia desarrollándose desde otras temporalidades en la sociedad Chilena, incorporación que permitirá influir de forma central o como función derivada en la composición orgánica e ideológica de los segmentos sociales movilizados en la lucha por la habitabilidad, que en su derivación social mas radical avanza en la emergencia de un nuevo bloque social de carácter contra hegemónico política e ideológicamente.
* La configuración de una nueva concepción de mundo/Ideología en el ceno de este Bloque Social –enmarcada en nuevas formas de vida generada en las territorialidades habitadas (Tomas) y su eventual relacion con la produccion significante de Violeta Parra como un agente activo de la política y la vida social de dicho tiempo histórico.

Sobre la Metodología, el Análisis estructural y naturaleza de los datos

En la presente investigación se utilizará una metodología cualitativa; es una investigación de interpretación teórica, la cual extrae sus datos e informaciones empíricas desde la simbología y las relaciones de signos desprendidas del conjunto de formalizaciones lingüísticas que relatan la caracterización de un tiempo social determinado.

En esta metodología lo fundamental no será comparar fenómenos entre si y establecer relaciones causales a partir de estos, sino la necesidad de clasificar fenómenos en un procedimiento que posee como objeto central establecer generalidades a partir de las cuales analizar empíricamente un conjunto de datos.

Por lo que nuestra pretensión es poder establecer relaciones que no apelen a constituir vínculos causales, sino relaciones que nos permitan entender la ubicación y función de diversas dimensiones de nuestra investigación, en un campo definido y establecido por nosotros mismos y desde ahí construir criterios de interpretación teórica, que nos lleven al análisis estructural de las letras de Violeta Parra.

Es una metodología que se plasma en la totalidad de la investigación, no sólo en el análisis de las letras de violeta Parra, sino que del conjunto de recopilación de datos situado en nuestro marco de emergencia del fenómeno a investigar, partiendo del supuesto de que todo el material utilizado para comprender e interpretar teóricamente un campo de emergencia de un determinado fenómeno social, es material de orden lingüístico. En este sentido nos interesa reforzar esta idea sobre la base de la siguiente afirmación de Jean Baptiste Fagues al definir: «Los hombres hacen que las cosas hablen, que simbolicen; para ello disponen de una ciencia común: el lenguaje» [12]

De la misma forma planteamos siguiendo a Levi Strauss, en su articulo sobre la sociología en Francia, que no existe una relación de anterioridad entre los hechos sociales respecto de sus representaciones simbólicas; «Todo hecho social es primero simbolizado, sin lo cual no podría ser un hecho social. El pensamiento simbólico vuelve a la vez posible y necesaria la vida social». [13]

Esta metodología que intenta integrar el análisis del conjunto de dimensiones trabajadas y descritas en el transcurso de la investigación -en su concepción del conjunto de los recursos interpretativos como elementos lingüísticos- llega en un momento específico a integrar como centralidad el análisis de las letras de Violeta Parra, como dimensión relevante en este ejercicio de interpretación teórica.

Este todo esta íntimamente ligado a la especificidad del «Análisis estructural» de las letras de Violeta Parra, pero integrada a la totalidad del fenómeno que busca hacerse emerger por medio de la interpretación teórica, ya que partimos de la premisa de la realización de un análisis deductivo del conjunto de sentidos compuestos en las letras de Violeta Parra.

Afirmamos el carácter deductivo del análisis de la presente investigación, no por un criterio antojadizo, sino por mantener una coherencia con la estructura procedimental y lógica que plantea el análisis estructural construido por Roland Barthes. Una de las premisas fundamentales sobre las cuales se levanta dicho método de análisis es la necesidad de contar con una definición teórica global relacionada verticalmente -de lo abstracto a lo concreto- con el material significante a analizar; en este sentido es importante citar un pasaje de problemas de la lingüística general de Eugenio Benveniste, donde se establece la negación de la perspectiva inductiva para el análisis del lenguaje: «Muchos comentadores de las ciencias experimentales exigen intrépidamente, que se aplique a la narración un método puramente inductivo para pasar luego al esbozo de un modelo general. Esta Perspectiva de Buen sentido es utópica.» [14]

En este nivel de análisis, de lo que Roland Barthes señala como el necesario Modelo Hipotético de descripción [15] , definimos como prioritario -a partir del análisis de las múltiples fuentes lingüísticas entregadas por estudios sociológicos, económicos, antropológicos e historiográficos- dotar de un sentido, desprendido del contexto construido desde la interpretación teórica, a las letras de Violeta Parra en medio de la complejidad del «Campo de emergencia analítica del fenómeno investigado». Lo que no es otra cosa que desprender de este modelo hipotético, la descripción de esquemas analíticos, que consisten en macro y micro núcleos de sentido, a partir del análisis y la agrupación del material significante, estructurado en sus niveles mínimos por medio de unidades básicas como lo son las frases y sus asociaciones.

Frases y asociaciones son la unidad básica de análisis, por el hecho de que Roland Barthes define que la frase y las relaciones entre agrupaciones de frases son la expresión fundamental del sentido: «La frase es un orden y no una serie, no puede reducirse a la suma de las palabras que la componen y constituye, por ello mismo una unidad original –y sus relaciones-, un enunciado; por el contrario no es mas que la sucesión de las frases que lo componen» [16]

De la misma manera y coincidentemente es el caso del análisis de los mitos en Mitológicas I, II, II y IV [17], donde Levi Strauss de la misma manera, define en antropología estructural: «Las unidades constitutivas del discurso mítico (Mitemas) sólo adquieren significación porque están agrupadas en núcleos y estos núcleos mismos se combinan» [18]
Así las frases y sus relaciones se constituyen como unidades básicas significantes y las que pueden estructurar un sentido susceptible de ser analizado en el nivel de la descripción contextual, partiendo de la base de que es la dimensión contextual [19] entregada por el marco hipotético, la que permite generar el análisis de las frases y sus relaciones como entes fundamentales.

Ahora es importante tener en claro, que sobre cualquiera de los niveles que se trabaje, estos deben ser analizados en el complejo de la frase y sus relaciones, en este sentido estarán los niveles contenidos en el ámbito contextual donde se localizan los sentidos a analizar, ya que «Un fonema, perfectamente descriptible, en si no significa nada, no participa del sentido mas que integrado en una palabra y la palabra misma debe insertarse en la frase y sus relaciones» [20]

Es necesario comprender que nuestra estructura teórica que nos permite levantar el análisis del material significante producido por Violeta Parra, nace del análisis complejo del periodo, que nos hace presentar a las letras de Violeta Parra como una expresión más o una dimensión más del tiempo social analizado.

Dimensión que teóricamente se expresa en la posibilidad de ser interpretada como un fenómeno que podría denominarse: la dimensión ideológica, de lo que aquí llegamos a categorizar como la constitución de un nuevo bloque social de carácter contra hegemónico, es decir, partimos de la premisa teórica de que en el material significante producido por Violeta Parra podría estar expresando una nueva Visión de Mundo.

A partir de la conceptualización construida es que avanzamos en la realización de un análisis cada vez más concreto, respetando las lógicas y los principios del análisis estructural planteados con anterioridad, definiendo a partir de esta noción general de «Una Nueva visión de mundo», algunos esquemas conceptuales cada vez mas concretos en la medida que se avanzo en el análisis de las evidencias particulares entregadas por las letras de Violeta Parra.

La conceptualizacion construida para avanzar en este análisis deductivo, se expresa gráficamente de la siguiente forma:

El nivel Macro y Micro de análisis se expresa en la esquematización de los niveles analíticos de sentido de la siguiente manera:

Noción Hipotética Descriptiva Macro Agrupamientos de

Significantes

Micro Agrupamientos de Significantes
“El material significante como expresión de una nueva VISIÓN DE MUNDO” Autoconciencia de clase Lo confrontacional
Conciencia Anti Imperialista
Función Concientizadora
Melancolía Frente al Mundo Constatación de la falta de Lucha
La opresión angustiante
Frente a la paz social
Presencia de la estructura Cultural Campesina
Enfrentamiento a la institucionalidad

 

Herencia histórica de lucha contra la institucionalidad
Constatación del abuso institucional
Esperanza Cambio social
Existencia de lucha
Justicia Social
Religiosidad Popular Religión y Pobreza

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

De alguna manera se configuro la formación del monstruo social, el lugar, la localización donde se simbolizaba lo detestado por esta sociedad tradicional que comenzaba a reaccionar, el momento donde se constituía la posibilidad vincular el significado de la anomalía y la desviación con significantes reales presentes y emergentes en la ciudad; de alguna manera se destaca la operación que Michel Foucault describe en su texto los anormales respecto de la figura del monstruo social que también José Luis Romero describirá en las ciudades y las ideas en América latina; Foucault nos dirá: «El Monstruo es el gran modelo de todas las diferencias…Es el principio de inteligibilidad de todas las formas de la Anomalía» [58]

De esta forma vemos como José Luis Romero no habla de una desfiguración del migrante, que hizo de estos una suerte de monstruos sociales que revistieron además por los mismos años los caracteres inhumanos que les presto el desarrollo técnico [59].

De esta forma se comienza a constituir una suerte de esición en la subjetividad urbana del Chile de Mitad de siglo XX, donde, por un lado el habitante tradicional de la ciudad industrializada, incorporado de forma completa a la integración desarrillosta -y sus formas de incorporación a dicho periodo de la acumulación capitalista en Chile- comienza a afirmar con mayores grados de autoridad y cohesión social su condición de «Heredero y dueño de la ciudad» frente a la figura de otro (Migrante) que venia a copar, saturar y sobre exigir a la ciudad algo que tradicionalmente no estaba acostumbrada a dar, es decir, una pasividad que no podía o no quería dar el espacio para a marginalidad masiva y la incorporación de nuevas pautas y formas de integración cultural en ella, por mencionar algunos elementos.

Así debemos entender que el fenómeno migratorio no es un fenómeno susceptible de observar solo desde una dimensión cuantitativa, tampoco podemos rescatar de el solamente una dimensión estadística, sino que también tiene que ver con elementos relacionados con la subjetividad que genera la vivencia en la ciudad; entendamos de que forma el cambio de una sociedad y una urbanidad altamente compactada y cohesionada por una sociedad escindida era capaz de componer dos mundos sociales completamente distantes de la posibilidad de la comunión inmediata; cuestión que según José Luís Romero se constituye a partir de la relación entre una sociedad tradicional, compuesta de clases y grupos articulados, cuyas tensiones y formas de vida transcurrían dentro de un sistema convenido de normas, era pues una sociedad normalizada, la otra fue el grupo inmigrante, constituida por un grupo de personas aisladas que convergían en la ciudad, que solo en ella alcanzaban un primer vínculo y por esa sola coincidencia y que como grupo carecía de todo vínculo y en consecuencia de todo sistema de normas, era una sociedad anomica, instalada precisamente al lado de la otra como un grupo marginal [63]

Por lo tanto, este grupo que se constituye paralelamente a lo que Romero define como la «Sociedad tradicional» aparece simbólicamente como un conjunto humano heterogéneo; dada su procedencia de territorios propios de la ruralidad, o de pequeñas ciudades abandonadas.

De esta forma el fenómeno de la disociación y la convivencia de dos sociedades en un mismo territorio, tendía a presentarse como la posibilidad de la comunión de la multiplicidad de los otros o los nuevos habitantes entre si, como la posibilidad real de que en torno a la multiplicidad y la heterogeneidad de la masa migrante se desarrollaran procesos de agenciamiento social y por ende se configuraran cuerpos sociales algo mas cohesionados frente a la firmeza y lo robusto de la sociedad tradicional.

De alguna manera nos situamos ante la imposibilidad de la constitución de la comunidad en el escenario donde la presencia de una comunidad constituida y altamente cohesionada generaba un efecto centrípeto sobre esta nueva masa migrante; grupo que no era para nada una comunidad articulada, por lo que resulta atractivo verla como una expresión masiva, heterogénea, absolutamente fragmentada y desarticulada por la estructuración en cada una de las singularidades que componían esta masa migrante de pautas que nada se relacionaban con sus paralelas, cuestión que se configuraba como condición de posibilidad para el desarrollo de un cuerpo social que fuese capaz de dotar de mas estructura a esta masa migrante.

De esta forma José Luís Romero simboliza este factor anomico que se integra a la ciudad planteando «La emigración era por tren y el arribo a las estaciones ferroviarias en las que descendían de cada convoy decenas de familias de extraño aspecto y estrafalario equipaje, que buscaban al que esperaban que fuera a recibirlas, un inmigrante anterior que tenia previsto algún acomodo» [64]

La conclusión más general que puede desprenderse de esto es que en un mismo espacio urbano y territorial coexiste una sociedad constituida en torno a normativas, un cierto universo moral, un determinado régimen de societalizacion [65] -en este caso especifico y debido a la periodizacion histórica en la que nos encontramos ubicados, nos referimos a un régimen de societalización desarrollista-; con lo que paralelamente se esgrime en la misma espacialidad como otra forma de vida social, aparentemente mas desordenada, anomica y deslocalizada respecto de los patrones de la hegemonía social impuesta por el desarrollismo como modelo de vida y estructurador de unas ciertas «Energías Utópicas» [66] en Chile a mediados del siglo XX.

De alguna forma de esta afirmación se desprenden dos grandes reflexiones históricas, una tiene que ver con la posibilidad de que grandes sectores migrantes –y esto lo revisamos con anterioridad- se integren a la dinámica desarrollista y sean absorbidos por el régimen de vida de esta Ciudad Disciplinada y Normalizada, mientras que por otro lado se estructuraría la reflexión en torno a que aquellos sectores que no se integran a la dinámica de esta ciudad, se sitúen periféricamente y avancen en la creación de pautas de socialización y una institucionalidad paralela con características absolutamente diferenciadas de nuestra Ciudad Disciplinada y Normalizada; esto evidentemente nos lleva a una tercera reflexión; la posibilidad de la apertura de una fase de conflictividad social en torno a la imposibilidad de la comunión de dos estructuras sociales en un mismo escenario urbano, la dinámica del uno y del otro se comienza a configurar en la medida que el otro desarticulado y anomico, comienza a fortalecer su estructura social y profundiza en este caso su alianza con sectores populares de la ciudad, establecidos previamente a los procesos migratorios y logra dotarse de una situación social que le permite situarse desde una oposición y no desde una subalternidad pasiva ante la hegemonía de la Ciudad Normalizada y Disciplinada.

José Luís Romero nos dirá respecto de la población campesina en la ciudad: «En rigor el grupo inmigrante no era todavía una sociedad y no podía contraponer un sistema a otro, lo que se oponía al sistema de la sociedad normalizada, entre cuyos vericuetos querían entrar, era el pecho descubierto de un conjunto humano descubierto, sin vínculos que los sujetaran, sin normas que le prestaran homogeneidad, sin razones validas para frenar en última instancia el desborde de los instintos, o simplemente el desesperado apremio a las necesidades; era un conjunto de seres humanos que luchaba por la subsistencia, por el techo, esto es sobrevivir; luchaban también por tratar de vivir, aunque el precio de ese goce fuera alto , y ambas luchas entrañaban la necesidad de aferrase de alguna forma en algún lugar de la sociedad normalizada, seguramente sin autorización, acaso violando determinada norma, quizás violando los derechos de alguien perteneciente a aquella ciudad que miraba asombrado el intruso» [67]

Es interesante profundizar en torno a la visión del inmigrante en la ciudad respecto de esta, de alguna manera podemos afirmar que el inmigrante al mirar el todo y las partes de la ciudad sentía que nada de lo que ahí existía le pertenencia, sino que mas bien era de otros; la escuela , los bienes públicos,.etc. no eran de el, eran de los miembros de lo que aquí hemos denominado como la Ciudad Normalizada y Disciplinada, todo era ajeno al migrante y el también era ajeno a ella; así esta ciudad normalizada miraba al migrante como una suerte de sujeto que se infiltraba, por sobre las estructuras que ella había constituido; este fenómeno no solo operaba en los sectores altos de la sociedad, también operaba en los sectores populares -poniendo el punto de inflexión a lo que aquí hemos tratado de esbozar como una suerte de alianza entre los sectores populares y los migrantes- «Cuando alguno de sus miembros aparecía por fuera de sus Ghettos, la sociedad normalizada lo observaba con curiosidad, lo reconocía como diferente de la clase popular normalizada y lo dejaba pasar, fue diferente cuando la otra sociedad aparecía formando un grupo, para entonces se había logrado por parte de los inmigrantes fortalecer ciertos vínculos que comenzaban a aglutinarlos y acaso entrevieron que podían oponer a la estructura algo mas que expectativas individuales, la fuerza de un grupo, una fuerza multiplicada en que se ejercía sin sujeción a normas y de manera irracional , era la fuerza del que siente ajeno aquello que ataca y carece de frenos para la acción» [68]

Así podemos definir que esta masa que antes relacionábamos con lo desvinculado, con la fragmentación, la desnormalizacion y la anomia, comienza a generar los primeros pasos para dotarse de una estructura social mas compleja, que lo armara de una identidad, de marcos de integración, de pautas de normalización y estructuras de asociación concretas que eran el producto de la configuración de este Spirit The Corps del que Ralph Linton nos habla en relación a la constitución de la cultura, las sociedades modernas y comunidades indígenas de diversa procedencia.

De alguna manera esta masa migrante estaba adquiriendo herramientas societales y su abanico para la construcción del vinculo social sería cada vez mas extenso; esto estructuraría una posición no pasiva respecto de su medio y de la sociedad normalizada en especifico, ya que el centro de ataque del nuevo grupo será el sistema de normas vigentes al que ignoro en una primera instancia, y luego consolidado en alguna medida, desafió posteriormente. [69]

De alguna forma, el hecho de la estructuración social de este nuevo grupo hace que se visibilice muy embrionariamente la lógica del desafió, el desafió a la estructura normativa de la sociedad desarrollista que había invitado a estos sectores a participar de sus oportunidades y había terminado dejándolos en el lugar de la marginalidad.

No solo se desarrolla el tema del desafío y la consiguiente relación de otredad entre los sectores migrantes y la sociedad normalizada, José Luís Romero nos afirma que «La sociedad normalizada sintió al recién llegado no solo como advenedizo, sino como enemigo y al acrecentar su resistencia cerro los caminos de acercamiento e integración de los grupos inmigrantes, sino también su propia capacidad para comprender el insólito fenómeno social que tenia delante de los ojos» [70]

De alguna manera este proceso de transición, caracterizado por poseer dos grandes estructuras sociales en su centro sobre la base de una relación de conflictividad, se sintetizaría y resolvería históricamente y socialmente por medio del ejercicio del poder de la sociedad normalizada, ejercicio que estructuraría la necesidad y la coerción por sobre la sociedad anomica en torno a la demanda social de que esta acatara un conjunto de normativas.

Estamos hablando de una síntesis en donde el factor central esta dado por una integración forzada de esta sociedad anomica a las estructuras de la sociedad normalizada, evidentemente esta no será la realidad del conjunto de los migrantes, pero la tendencia marcaba el camino hacia una integración forzada a una ciudad que parecía estar determinada cada vez mas por las reglas del juego del desarrollismo y la sociedad normalizada.

También, y como habíamos mencionado con anterioridad, lo que se genera paralelamente es un fenómeno de construcción de vinculaciones y articulaciones de los sectores que componían esta sociedad anomica y que se venían caracterizando por su lógica heterogénea mas que por una medida de funcionamiento vinculante e integracionista.

En la medida en que se desarrollaron estos marcos de integración como posibilidad para la creación de vínculos al interior de la multiplicidad de la llamada sociedad anomica, se fueron desarrollando condiciones de posibilidad para desarrollar alianzas con otros sectores sociales propios de la sociedad tradicional, básicamente con los sectores populares de esta y sectores muy específicos de la clase media; también va a ser una variable importante en este fenómeno de alianza, el hecho de que los sectores migrantes compartían una estructura común con otros sectores: Ser pobres.

«Si los migrantes eran desocupados , también habían desocupados en clases populares tradicionales de la ciudad y en algunos sectores de la clase media, si la miseria se extremaba y había que abandonar el cuarto y había que buscar un refugio en un rancho del borde urbano; el arraigado se encontraba con el recién venido y se encontraba en las colas de los que buscaban trabajo en las ocupaciones ocasionales que uno y otro conseguían y en el caso de una olla popular que el gobierno o alguna institución caritativa ofrecía a los sectores mas miserables también se encontraban.»

Así la sociedad anomica como conjunto se integraba a la urbanidad, sea en sus lógicas mas integradas de participación y consumo social como en los espacios estructurados en la marginalidad de la ciudad ; la sociedad se doto anomica de marcos de integración comunes con sectores populares y medios de la sociedad normalizada, lo que comienza a generar un robustecimiento de la estructura social de la sociedad anomica y esto da pie o es condición de posibilidad para que se integren sectores por un lado , pero por otro se radicalicen las formas de diferenciación entre ambas formas de organización social , estructuradas por fuera del proceso de integración forzada descrita con anterioridad. Así nos encontramos ya frente a una «Sociedad Escindida» basada en una nueva conformación social dinamizada por la lógica de la diferenciación.

Ahora resulta importante comprender que ya no se da una división tan pura entre los emigrantes y los miembros de la sociedad normalizada, podemos dar cuenta de la emergencia de un sector social nuevo sobre la base del conjunto de alianzas anteriormente descritas; será entonces un nuevo sector urbano el que se constituirá y será parte de esta escisión ya descrita.

Esta dinámica nueva, esta nueva estructuración de las subjetividades en el espacio urbano se tensionara con las estructuras de oportunidades ofrecidas por la ciudad normalizada y organizada por el desarrollismo; «una gama tan amplia de posibilidades no ofrecidas, sin embargo… no había oportunidad ni a los inmigrantes ni a los sectores arraigados que se unieron en esta aventura del asenso social; el juego seguía siendo diabólico y mientras crecían las posibilidades que la ciudad ofrecía , mas crecía la demanda de oportunidades que reclamaban los arraigados, los inmigrantes de la primera hora y los que sucesivamente se agregaban a ellos en ininterrumpidas olas. La ciudad seguía creciendo y la competencia se hacia mas despiadada, por lo demás, tanto como en el seno de la sociedad normalizada, pero mas al desnudo opuesto, que no existía para ellos un cuadro de normas ni un sistema convencional de formas, en este sentido, un verdadero sálvese quien pueda de los que marchaban abriéndose paso conspiro contra la homogeneidad de la masa, de la que se desprendían cada día los triunfadores, esto es, aquellos que lograban integrase firmemente en la estructura [71]

De alguna forma, esta escisión o este componente diferenciado de la sociedad normalizada -producto en si de una composición inmigrante y las alianzas de estos con sectores importantes del mundo popular y sectores muy específicos de la clase media- no lograba constituirse como un gran componente social, era solo el lugar donde un conjunto mas bien heterogéneo se dinamizaba socialmente en torno a las posibilidades que la estructura le ofrecía de integración, es decir, las posibilidades de asenso o descenso social, del logro y el no logro, del éxito o del fracaso; esos serán los atributos simbólicos y las simbolizaciones que tendrá ese lugar social para quienes lo componían.

Este nuevo sector puede ser entendido como un momento del movimiento de la sociedad que no se caracterizó por poseer un elevado nivel de identidad, conciencia de clase, ni menos una cultura como grupo social definido desde si mismo, mas bien es un sector social que se define en la sociedad como negación del sector que pretende establecer una suerte de defensa romántica de la sociedad tradicional, que podía prescindir del fenómeno migratorio y esta composición social Sui Generis generada a partir de las dinámicas y las alianzas antes descritas; de alguna manera podemos definir que este sector estaba definido por el otro, por la otredad, su nombre y su lugar en la sociedad estaba definido por aquel sector que miraba con recelo su presencia en la ciudad.

De esta forma este sector nunca se intereso por constituir otra sociedad, nunca se intereso por constituir una suerte de poder social alternativo ante lo que el desarrollismo le ofrecía, siempre su opción fue tratar de integrarse de la mejor forma a la estructura de la ciudad normalizada.

Esto será en un primer momento de su desarrollo, posteriormente las cosas tomaran otro rumbo y la marginalidad sistémica, estructurará condiciones objetivas favorables, para una cohesión mas intensa entre estos sectores y se definirá lo que mas adelante definiremos como la emergencia de un nuevo Bloque Social, Bloque que en el capítulo siguiente será explicado y caracterizado en lo referido a su génesis, sus condiciones objetivas y subjetivas de emergencia.

Capitulo II
Aspectos estructurales, sociales y políticos del problema investigado.
De un conflicto antropológico a un nuevo bloque social de lucha por la hegemonía en la ciudad.

Antecedentes generales del periodo a abordar
Los años cincuenta comenzaron con el reflujo de las fuerzas políticas ubicadas en progresismo de la época, podemos evidenciar que el entusiasmo con que se iniciaran los primeros gobiernos radicales se encontraba bastante diluido hacia comienzos de la década [72].

Esta situación de reflujo se relacionaba estrechamente con problemas en la crisis de la representatividad y también con fenómenos asociados al nivel de crecimiento de la economía nacional y las políticas sociales dependientes de dichos factores, también tenía relación con ciertas variables ocurridas al interior del sistema de partidos como lo pudo ser la exclusión del Partido comunista de Chile de este o como afirma Vicente Espinoza una cierta pérdida de la importancia gravitacional de los partidos tradicionales.

La variable económica en este periodo cobra una vital importancia, al desencadenarse una «Coyuntura Larga» caracterizada por una tendencia a la depresión económica que tuvo como indicadores centrales:

* El aceleramiento de la inflación.
* El aumento de la tasa de desempleo.

«A pesar de mejoramientos coyunturales, como la guerra de Corea, que elevó la demanda del cobre, o la entrada en funcionamiento de la compañía de aceros del pacifico, el crecimiento económico también se había detenido. La industrialización había llevado a recuperar los niveles de crecimiento previos a la crisis, pero se había frenado. Se iniciaba la llamada «Sustitución Difícil». [73]

En medio de esta coyuntura larga de crisis, relacionada con variables propias del sistema económico y con otras propias del sistema político y de representatividad [74], comienzan a generarse diferencias en el seno de los sectores dominantes de la sociedad, respecto del tipo de desarrollo que debía seguir el país, de alguna forma este escenario de crisis permite que se constituyan las condiciones de visibilidad de «Proyectos de desarrollo país» diferenciados, o simplemente modelos de sociedad diferentes. Estas diferencias serán de la misma manera un factor que alimentará la crisis del sistema político y de representatividad o como bien lo decía Habermas, una crisis en el sistema de legitimación de la sociedad, producto de un desequilibrio de los consensos en el seno de las clases dominantes y sus proyectos de desarrollo nacional.

Volviendo al problema de lo económico, Espinoza define:
«El principal síntoma de debilidad en el dinamismo económico, fue una persistente y creciente inflación, que en la década de 1920 y 1930 alcanzo un 30%. En la década siguiente se elevo al 94%, mientras que llego a 412 y 2089 en las décadas del cuarenta y cincuenta respectivamente» [75]

El tema de la inflación no fue tomado seriamente por las administraciones del treinta y la totalidad de los años cuarenta, ya cercanos a la década del cincuenta se comenzarán a tomar medidas antiinflaccionarias de carácter más rígidas.

Mas allá de los sectores dominantes y las composiciones de los bloques en el poder de dicha época, el tema de la inflación también llego a ser una problemática que llego de forma política al seno de las clases populares, ya que para estas, según Vicente Espinoza, el problema de la inflación significará una condición de posibilidad para el aglutinamiento en torno a centralidades convocantes.

Ya iniciando la década de los cincuenta el problema de la inflación se convirtió, en cuanto su derivación desicional en el ámbito político, en un costo para los sectores populares; «Es así que hacia fines de 1949, el entonces ministro de hacienda Jorge Alessandri propuso un plan antiinflacionario consistente en la congelación general de sueldos, salarios y precios, y la suspensión de todo tipo de reajustaabilidad» [76]

Esta política antiinflacionaria abrirá una ventana en el período, en el cual se expresará un alto nivel de movilización social en torno al descontento y las reacciones ante las consecuencias de las medidas ya mencionadas.

Es importante tener en cuenta que la inflación es la consecuencia del influjo de un modelo económico caracterizado por un fuerte intervencionismo estatal en el despliegue del desarrollo de la economía, como por la priorizacion por una matriz industrializadora y en antagonismo a lo que podemos definir como un modelo primario exportador, ya superado en la gran crisis precedente. «En tal sentido, su impacto fue progresista y antioligarquico» [77]

Todas las variables mencionadas aquí, se relacionaran con el deterioro del sistema de partidos; al revisar la forma en que el problema de la economía genero una disputa en las clases políticas y dominantes respecto del modelo de desarrollo a implementar, vemos como un primer indicador de esta tendencia, la división del bloque político compuesto por las fuerzas radicales y comunistas.

Paralelamente, los sectores socialistas se atomizaran dividiéndose en fracciones, perdiendo absoluta relevancia dentro del sistema político y de orientación societal del país.

La situación de represión caída sobre el partido comunista en 1948 significó una pérdida en la capacidad de influencia y acción política en el seno de la sociedad de la época; cuestión que va a ser extremadamente compleja, ya que eran los sectores comunistas quienes tenían una mayor coherencia y claridad respecto del modelo de desarrollo a seguir.

Mientras que los Radicales perdieron legitimidad ante los sectores populares, apareciendo mas como un partido de derecha que socialdemócrata. En este período la derecha no lograba constituirse como un bloque o una fuerza importante capaz de ejercer liderazgo y direccionalidad a un proyecto de desarrollo nacional.

El surgimiento de un liderazgo individual como el de Ibáñez, se entiende perfectamente; la crisis del sistema político y de partidos será siempre una condición de posibilidad para la emergencia de lideres populistas, Ibáñez siempre se planteo como una alternativa por sobre el sistema de partidos y el sistema político.

En un primer momento Ibáñez tendría la simpatía de muchos sectores, serán los socialistas quienes manifestaran una cercanía con el. Dicha cercanía con otros sectores políticos y la simpatía de sectores importantes de la sociedad no tardarían en diluirse, ya que el mismo Ibáñez no seria capaz de cumplir con las expectativas planteadas.

Ibáñez será un indicador claro de la situación política; «La proliferación de caudillos y partidos políticos solo llevo a acentuar la tendencia a la descomposición del sistema político» [78]

La política desarrollada por Ibáñez tendrá un carácter abiertamente antipopular, su tendencia política fue cada vez más a la derechización, generando planes antiinflacionarios orientados la estabilización económica, reduciendo el gasto público y congelando los salarios.

Esto generara coyunturas importantes de movilización y protestas de masas, donde los sectores populares reaccionaban ante las medidas adoptadas por Ibáñez.

En virtud de la crisis tanto económica como política mencionada, comenzaran a diseñarse alternativas para dar continuidad al mando del país y su desarrollo desde diversos sectores.

«Ellas se enfrentaron en la coyuntura eleccionaria de 1958, a través de tres modelos de desarrollo que, en los años posteriores tuvieron la oportunidad de probarse en chile a través de distintos gobiernos» [79]

En el proyecto de Jorge Alessandri representaba a los monopolios industriales y a los sectores oligarcas, proponiendo un modelo de estado autoritario, donde las proyecciones tenían que ver con planes privatizadores, concentración del capital y control de los sectores populares.

Surgirá también el reformismo de los sectores demócrata cristianos, donde se priorizará por la generación de programas industrializadores, con una política moderada, la promoción de una política anti latifundista y una política social orientada hacia los sectores populares del país.

Como ultima instancia con vocación de poder en este contexto surgirá una alianza PS-PC (Frente de Acción Popular), con una clara orientación programática, política e ideológica de izquierda, alianza que tenía como ejes orientadores de su acción la lucha contra el latifundio, contra el monopolio y contra el imperialismo.

Paralelo a todos estos proyectos comienzan a surgir diversas fuerzas populares, no siempre articuladas de manera consistente con el sistema de partidos, que progresivamente comenzaran a constituirse como actores relevantes en la escena social y política del país. Las características y de estos movimientos y configuraciones orgánicas desde el mundo popular serán analizadas con profundidad y detención en dos capítulos mas.

En medio de este escenario se esta desarrollando y continuará desarrollándose uno de los fenómenos, económicos, sociales, políticos y culturales del siglo XX en Chile, nos referimos específicamente al proceso de migración campo ciudad, proceso que vendrá a transformar muchas de las estructuras existentes y a potenciar la constitución de nuevos actores en la escena nacional. Este punto también será desarrollado en los capítulos que continúan.

El fenómeno urbano y la crisis

Es dificultoso emprender esta discusión sin hacer mención a algunas de las tendencias estructurales e históricas más importantes del proceso de urbanización en la totalidad regional y la especificidad.

Chilena, es por esto que en el presente capítulo emprenderemos a modo de introducción/contextualización ciertos elementos referidos al proceso de urbanización en América Latina durante el siglo XX.

Para en virtud de esto y sus derivadas sociopolíticas comenzar a comprender fenómenos como los de la marginalidad, la acción colectiva y asociación de masas y la conformación de un bloque social de nuevo tipo en medio del paraíso desarrollista.

Las grandes ciudades nacen fuertemente bajo el influjo y el desarrollo del sector primario exportador, para posteriormente ir estructurando una nueva forma de urbanización en torno al impulso del sector industrial ; de alguna manera se mantendrá la lógica del relacionamiento desigual entre las metrópolis y los satélites, en un modelo con mas intensidad y en el otro con menos.

Esto genero durante la totalidad del siglo XX lo que Castells denomino: «Proceso de diversificación de ciudades en Latinoamérica, un elevado índice de urbanización y un aclarado ritmo de crecimiento urbano» [80]

Esta lógica estructuró un sistema urbano en América Latina constituido por:

* Pocas Superciudades o metrópolis.
* Desarrollo Paulatino y Paralelo de Grandes Ciudades.
* Desarrollo de pequeñas ciudades y medianas que progresivamente se articulan al ritmo de desarrollo de la región.

En 1980 un tercio de la población latinoamericana se encontraba en asentamientos rurales; esto lleva-según Castells- a la generación de «Desequilibrios territoriales», desequilibrios que desarrollaron como expresión el condicionamiento de las ciudades para la recepción de migraciones y las estructuraciones de pequeñas metrópolis en el entorno rural, o lo que denominaron los estudiosos del problema «La metrópoli Aldeana»

Este proceso evidentemente no se encontró exento de crisis y ellas fueron generalmente producto de su relación con procesos de crisis económicas, por lo cual podemos definir:

* Relación directa entre la crisis económica y la crisis urbana.
* Crisis que tiene impacto sobre la institucionalidad política (legitimidad)
* La cual también tiene impacto sobre la administración pública.

De esto podemos inferir que el desarrollo de las grandes ciudades necesitó de la constitución de una institucionalidad que fuese capaz de hacerse cargo de los problemas territoriales, en el ámbito de la salud, vivienda, etc.
De esta manera Castells afirmará que la crisis urbana o las crisis urbanas en América Latina «No son el resultado del subdesarrollo, sino la consecuencia de un modelo específico de desarrollo» [81]

En pleno siglo XX se intensifica una estrategia de desarrollo que tendrá como centralidad la industria y los procesos de concentración y territorialización de la producción; esto tendrá influencias directas sobre la cuestión urbana, consecuencias expresadas en:
* Agrandamiento de las contradicciones urbanas.
* Crecimiento económico/deterioro del consumo colectivo en la urbe.

* Mejora del control sobre la explosión demográfica.
* Concentración disfuncional de la población en zonas altamente pobladas.
Todo esto nos lleva a situarnos frente al proceso de metropolizacion, el cual implica:
* Concentración demográfica.
* Concentración de actividades productivas.
* Centralización política.
* Potenciamiento del sector urbano informal.
* Asentamientos precarios, déficit de servicios públicos.

Ahora, ¿que entendemos por Asentamientos precarios?; Castells nos dirá: «Conjunto de edificaciones construidas por sus ocupantes, con técnicas y métodos no convencionales, en terrenos ocupados «ilegalmente» que presentan condiciones ambientales deficientes…En donde reside un subconjunto de la población urbana, que vive en condiciones de pobreza con un alto grado de precariedad» [82]

De alguna forma podemos entender que la crisis urbana se constituye como un rasgo estructural de la forma de desarrollo adoptada por gran parte de las sociedades Latinoamericanas a partir de la década del treinta.

Ahora, es importante mencionar algunos de los indicadores que ponen en evidencia el problema de la cuestión urbana o directamente la crisis urbana como rasgo estructural del desarrollismo dependiente Latinoamericano:
* Deterioro del sistema de transporte urbano.
* Ausencia de una política de localización de actividades que tengan en cuenta a la estructura residencial y la accesibilidad de los trabajadores a sus lugares de trabajo.
* Poco control sobre uso y mercado del suelo.
* Etc.

En virtud de esto Castells nos dirá: «La ciudad Histórica esta en vías de desaparición, salvo en rincones artificialmente preservados para su comercialización turística» [83]

La migración campo ciudad, la configuración de una estructura social a modo de exceso significada por o que la sociología denomino los «Cordones de marginalidad» jugo un rol importantísimo en la caracterización de gran parte de la estructura social Chilena durante la segunda mitad de la década del cincuenta y la década del sesenta; pero asimismo resulta ser limitado el puro análisis que hemos realizado hasta ahora sobre dicho proceso, ya que hemos llegado a concluir, como a partir de las dinámicas migratorias y de la concentración urbana en chile, se configuro una suerte de sujeto estadístico dispuesto en torno a las condiciones desiguales que se situaban en relación con el conjunto de la sociedad Chilena.

Ahora resulta importante poder incorporar a esta lectura, si se quiere, puramente estadística del proceso de transformación de la estructura social chilena en dicho tiempo, la variable política y aquella que nos habla de la forma en que estos sectores generaron procesos de asociación, acción y movilización colectiva de masas en medio de un discurso oficial y una subjetividad que apelaba a la constitución funcional de estos sectores y a una suerte de integración forzada que no podía ser, dadas las condiciones estructurales a las que se sometían estas grandes conglomeraciones humanas que habitaba en la periferia de la metrópoli.

Resulta importante entender este período desde una doble lectura, que por un lado apela a una pura significación estadística de los procesos de cambio social vividos en Chile durante la época que aquí estudiamos y paralelamente aquellos que nos hablan de las significaciones políticas constituidas a partir de las condiciones sociales de existencia de estos conglomerados ubicados en las ciudades a modo de extranjeros y unidades productivas funcionales.

Cuando relatamos el conjunto de fenómenos y procesos sociales, tanto objetivos como subjetivos de lo que significo el proceso de migración campo ciudad en Chile y específicamente en Santiago, advertimos sobre una serie de condiciones pres existentes para la emergencia y el desarrollo de estos procesos y fenómenos.

De alguna manera en los años cincuenta y sesenta como ya describimos, se desarrolla uno de los fenómenos migratorios más intensos de la historia del país en el siglo XX, comparado con el ocurrido desde el sur a los núcleos productivos de las salitreras a principios del siglo pasado, y es este proceso el que facilita la generación de lo que muchos denominaron la crisis urbana de los años cincuenta y sesenta en Chile.

Esta crisis tenía como antecedente fundamental el sobrepoblamiento de la espacialidad urbana, acompañado de una capacidad limitada de integración social a los sectores migrantes y una débil estructura de socialización de bienes sociales básicos para estos segmentos de la población.

Hablamos de una crisis urbana que emerge en el momento en que la organización societal de la materialidad orientada a usos cotidianos, aparece cada vez mas contradiciendo los deseos, expectativas y aspiraciones de los sectores mas postergados por el sistema social.

«Hay crisis urbana a partir del momento en que la organización de las grandes ciudades, contradice las necesidades de la mayor parte de los grupos sociales, mientras que al mismo tiempo dificulta la realización de los objetivos que asignan al sistema urbano, los intereses estructurales dominantes» [84]

Así, una crisis que afecta a los cimientos estructurales del sistema social, como también pone en cuestión el sistema de legitimidad de la dominación y la gobernabilidad imperante.

De alguna forma uno de los elementos importantes a poner en cuestión en medio de esta reflexión es ¿Hasta que punto las estructuras y las transformaciones urbanas, pueden generar variaciones en la vida, la forma de organización y la cultura de una sociedad?

En la década de los 60, nos encontramos frente a una «Ideología Urbana» que poseía como matriz la lógica desarrollista de la producción social de la realidad y será esta ideología –Según Castells- la que jugara un rol fundamental en el deterioro de las relaciones sociales en el espacio urbano; por lo que metodológicamente la crisis urbana solo puede ser entendida a partir de las relaciones sociales de producción de la realidad que en el espacio urbano se estructuran.

En este contexto, el problema de la integración social se constituirá como una centralidad en el deterioro de las relaciones sociales al interior del espacio urbano; mientras que esta en el contexto de la ciudad funciona como «Escuela de aculturación para la masa de migrantes rurales» [85]

La marginalidad como fenómeno Social

Volviendo al problema de la marginalidad podemos afirmar que en América Latina, en la década de los sesenta, uno de los grandes problemas era el de la dotación de viviendas a la población excedente de las ciudades y paralelamente se definió la imposibilidad de estos sectores de acceder a bienes colectivos «En esta fracción de la población, se cuenta la totalidad de los sectores populares que carecen de empleo… Así pues la crisis urbana se articula directamente a la llamada marginalidad» [86]

De esta forma podemos afirmar que en la Región y específicamente en Chile la marginalidad es el indicador o la sintomatizacion de una nueva estructura social, definida por el carácter dependiente de las sociedades latinoamericanas y de la sociedad Chilena en específico.

La marginalidad puede ser entendida como la incapacidad de una proporción mayoritaria de la población a acceder al mercado capitalista, e incluso al mercado público de vivienda y servicios urbanos [87]

Es importante tener en cuenta que la marginalidad –como veíamos en el capítulo anterior- no solo depende de condiciones de acceso o estructurales, también se entiende desde la configuración de pautas culturales y personales en relación a ella.

Ahora resulta importante entender que el discurso de la marginalidad es un discurso que opera desde el poder hacia los sectores populares en condiciones menos ventajosas, es la forma que el poder tiene para nombrar y clasificar a dicho segmento de la población en dicha época; de alguna manera fueron fecundas las producciones teóricas y políticas, que desde sectores del bloque dominante y del bloque en el poder presentaron el problema de la marginalidad como una centralidad política para dicho periodo.

Castells dirá: «La formación misma del universo marginal es una construcción del estado, en términos de un proceso político movilizador, integrador y asistencialista» [88]

La marginalidad aparece como una categoría sistémica, que permite centrar la relación entre el estado y las masas populares; por medio del asistencialismo, los dispositivos de promoción social y control político.

Y en un sentido más amplio, la crisis será el producto de formas estructuralmente agotadas y de la lucha por la hegemonía ideológica de nuevas estructuraciones culturales y políticas.

Este fenómeno denominado marginalidad hace de los pobres urbanos, de los pobres rurales en la ciudad y de los marginales agentes activos que comienzan a constituir sus propios vínculos sociales, pautas de sociabilidad, marcos de integración y asistimos a la transformación de la pasividad y la desviación en activación social y estructuración autónoma.

En el contexto de crisis, y asumiendo como antecedente el fenómeno de «luchas por la hegemonía ideológica» al interior del espacio urbano, podemos advertir la existencia de un creciente proceso de producción autónoma de nuevos valores sociales, de forma paralela a la lógica sistémica y los marcos integradores del desarrollismo.

Al existir incapacidad sistémica para contener objetiva y subjetivamente a sectores migrantes y populares de la ciudad, comienzan a generarse alternativas emanadas de los propios sectores populares y migrantes, es así como podemos mencionar el caso de los asentamientos marginales que con el pasar del tiempo desarrollaran los conocidos cordones de marginalidad en la periferia de Santiago. Esto se deberá exclusivamente a lo que Castells denomina «Dificultad de funcionamiento de los aparatos de integración» [89].

«En la década de los sesenta, junto a la pobreza urbana y a los programas sociales, aparecen los movimientos urbanos y su conexión potencial con las luchas políticas» [90]

Es este déficit de integración, la imposibilidad de que estos lleguen a todos los lugares de la «Nueva Ciudad», el que posibilita la constitución progresiva de una experiencia común en torno a la pobreza y la marginalidad, experiencia que se expresara en nuevas formas de colectividad, nuevas formas de asociatividad que serán el embrión de un nuevo bloque social.

Ya a mediados de las décadas de los cincuenta Chile se encontraba viviendo un régimen caracterizado por la beligerancia social y política, de alguna manera podemos afirmar que el proceso de migración campo ciudad no estuvo exento de contradicciones y fricciones, que no fue un proceso planificado que otorgo un espacio a cada componente, sino mas bien podemos entender este proceso como un momento de desajuste, donde las fuerzas sociales y políticas jugaron un rol importantísimo en la configuración de un escenario nacional que no se caracterizaba precisamente por la paz social, es en este contexto donde se configura una dimensión política, una identidad colectiva y una cultura alternativa en los escenarios de la migración.

De Sujeto estadístico a Bloque Poblacional… Los Pobres de la Ciudad

Los problemas presentados por la marginalidad y la crisis urbana sobrepasan a la definición de algunas derivadas estructurales, en el sentido de ser estas variables sociales las que muchas veces originan condiciones para el desajuste orgánico entre las condiciones objetivas (Estructura) y subjetivas (Superestructura) [91], desajuste que puede generar procesos de asociatividad paralela en cuanto es la estructura de la sociedad dada es la que no responde a las necesidades de los sujetos y las expectativas que la misma estructura social genera sobre ellos, es decir, se constituyen condiciones objetivas para el despliegue de una organicidad de nuevo tipo que no necesariamente estará en su condición subalterna, bajo el mando de la hegemonía de las clases dominantes. Ese fue el desafió histórico del movimiento de pobladores.

Es en este contexto donde podemos hablar de la existencia de crisis en las clases fundamentales y del sistema hegemónico que las soporta, este elemento estructural relacionado con la emergencia de nuevas organizaciones sociales de orden reivindicativas y otras que progresivamente se plantean como objetivo el problema del poder, hacen posible pensar la constitución de un nuevo bloque social que es capaz de plantearse una lucha por la hegemonía.

Es en palabras de bautista Van Showen, dirigente del MIR Chileno: «Solo una acumulación de fuerza social mas una profunda crisis en el sistema de dominación, permitirá construir la fuerza social revolucionaria capaz de librar una guerra popular en Chile» [92]

De la misma forma y siguiendo el pensamiento de Antonio Gramsci podemos afirmar que el nuevo bloque histórico es la necesidad de construir un nuevo sistema hegemónico, pero a la vez es el problema de la irrupción de una nueva crisis orgánica en el bloque histórico que debe desembocar en una situación favorable para las nuevas fuerzas sociales. [93].

Así la proyección de un nuevo bloque social, para Gramsci descansa en la necesidad de que se desarrollen dos condiciones paralelas:
1. La irrupción de una crisis orgánica en el bloque histórico, es decir, el quiebre del vinculo orgánico entre estructura y superestructura.
2. La creación de un sistema hegemónico que aglutine a las clases subalternas.

Hablamos de la demanda por la existencia real de respuestas ante una evidente crisis del sistema de dominación y del agotamiento de las energías utópicas impuestas por el sistema de legitimación-expectativas de parte de los sujetos respecto de la posibilidad de que sea la institucionalidad la que solucione las problemáticas derivadas de la crisis urbana y la marginalidad; «Los ciudadanos dejan de ser espectadores pasivos de la crisis urbana» [94]

Es posible afirmar que la crisis urbana y orgánica del sistema de dominación, generan condiciones para el despliegue de la acción colectiva de masas en Chile y es capaz de hacer emerger tradiciones organizativas propias en el mundo de los pobladores.

Si bien, en un primer momento fue el discurso de la marginalidad, impulsado fuertemente por sectores de la Iglesia Católica y la Democracia Cristiana, el que dio amparo y sustento a las luchas reivindicativas y a las prácticas organizacionales de los pobladores y paralelamente estos fueron integrados –en un primer período- a la sociedad como un «Nuevo Sujeto Social Popular: Los pobladores» [95]; podemos afirmar que con el paso del tiempo desde fines de los años cuarenta en adelante, esta situación cambiara y el movimiento de pobladores adquirirá mayores niveles de autonomía y politización respecto de los partidos políticos que componían el bloque en el poder y a la vez comenzaran a relacionarse con organizaciones políticas, situadas por fuera del bloque en el poder y en la izquierda, como lo son el Partido Socialista, El Partido Comunista, Sectores Radicalizados de la Democracia Cristiana y finalmente la vinculación de un sector importante de este con el Movimiento de Izquierda Revolucionaria- MIR, que según Mario Garcés «Aportaría a constituir un verdadero paradigma de organización social-territorial de los pobres de la ciudad».

De esta manera los pobladores como sector social nuevo, emergente, como organicidad alternativa adquirirán nuevos aprendizajes en torno a la organización, la lucha, la movilización y la creación de nuevos barrios.

El movimiento de pobladores venia desarrollando hace muchísimo tiempo –fines de la década del treinta- experiencias organizativas propias, potenciadas claramente por:

* La promoción de la participación Popular.
* El apoyo de la Iglesia Católica.
* La Acción de la democracia cristiana.
* Participación de la izquierda política en las movilizaciones.

«Tanto desde el estado, como desde la sociedad Civil contribuyeron significativamente a ampliar y fortalecer las dinámicas organizativas poblacionales» [96]

De alguna manera al dejar de estar fuertemente influenciados por el discurso de la Marginalidad del cristianismo de la Democracia Cristiana, la iniciativa pasa de la capacidad contadora del bloque en el poder a los mismos pobladores y de la izquierda política, los que por medio de la presión social o simplemente por la vía del facto, impusieron al estado su propia política de vivienda: La de la ocupación extensiva de la ciudad a través de tomas de terrenos» [97]

Todos estos fenómenos no se daban sobre la base de la nada, estaban inscritos en un contexto de creciente polarizacion, donde existía un crecimiento relativo de la izquierda, se ampliaban los movimientos sociales de carácter popular y las disputas ínter burguesas se hacían cada vez más evidentes. En este escenario la sociedad es constantemente jalonada a tomar posiciones y situarse en medio de proyectos de sociedad no menos importantes en cuanto su magnitud existencial y programática, proyectos que luchaban por dotar de nuevos horizontes y medios de acción social a la situación política nacional.

«Los años sesenta no fueron años de conservación, sino de transformación social, lo que abrió insospechados espacios a los pobladores, que pasaron a constituirse en actores colectivos capaces de materializar históricas demandas» [98]

Este conjunto de variables permitió el fortalecimiento y la creación de tradiciones asociativas, dentro de las cuales podemos reconocer:

* Juntas de adelanto.
* Junta de pobladores.
* Juntas de Vecinos.

Ahora, este fenómeno no será particular de la década de los sesenta, ya en la década del treinta podemos verificar la existencia de un incipiente movimiento de pobladores desarrollando acciones concretas y materializando una poética popular.

En esta década, junto a lo que se denomino el loteo de sitios, se constituyeron como tal lo que se denomino «Las Poblaciones Callampas» y tenemos ya noticias de una toma de sitios en la conocida población la legua, en la zona sur de Santiago. [99]
En dicha década se constituyo lo que fue el FNV; Frente Nacional de la Vivienda. Organización fundada en 1933 con el objeto de impulsar la creación de lugares habitables en el país, específicamente para obreros, empleados y personas de escasos recursos. También tenía como función constituirse como ente regulador en las ventas anormales de sitios, también tenia como objetivo velar porque el adelanto de las poblaciones obreras se desarrollara, tanto en lo infraestructural como en lo socio cultural.

Es importante mencionar que esta fue una organización legal hasta los años cuarenta.
Ya en la década de los cincuenta nos encontraremos con un nivel organizativo mucho mayor de parte de los pobladores, será mas diverso y diseminado por la territorialidad de santiago.

«Se logro listar un total de 102 organizaciones entre las que se encontraban diversos tipos de comités: de vecinos, de pobladores, de agregados, de familias y femeninos. También comités de sin casa y un conjunto de organizaciones intermedias, tales como el Comité Central de Pobladores de la Legua, las agrupaciones comunales de pobladores de La Cisterna, San Miguel y Quinta Normal. Este tipo de organizaciones que a veces comprendían un barrio, un sector o una comuna, eran ya significativas entre los años 1952 y 1954». [100]

Podemos dar cuenta de la existencia de diversas formas y tipos de organizaciones a nivel social y territorial, solo por nombrar algunas:

* Espacios de participación social/Directa.
* Espacios de autoayuda social.
* Espacios para la presión y la lucha reivindicativa.

De alguna manera los comités de vivienda existentes a nivel territorial, tenían como deber el cumplimiento de tareas sociales y comunitarias; siguiendo la investigacion de Mario Garcés seleccionaremos algunos de los puntos de las actas del comité de la vivienda de la toma «La nueva Colo-Colo»:

* Colectas para la construcción de sede social.
* Medidas destinadas a asegurar la buena convivencia en la población.
* Solución inmediata a la venta clandestina de alcohol en la población.
* Control de precios en los negocios de la población.
* Etc.

«Como se aprecia, un comité de pobladores, de vecinos, de mujeres o familias, podía materializar variadas iniciativas en el campo de la ayuda mutua, la sociabilidad, así como el de los adelantos de la población» [101]

Según Garcés esta lógica de sociabilidad y construcción de asociatividad local, pudo reestructurar y reeditar antiguas maneras de cooperación materializadas por las sociedades de apoyo mutuo.

Ya en la avanzada de la década de los cincuenta se conformaran los Comités de los sin casa, los que según Garcés se potenciaran en coyunturas criticas nacionales, como fue el caso histórico de los incendios del sanjon de la aguada en el año 1957, lo que desembocó en la materialización de la toma de La Victoria.

En esta década estamos frente a la constitución de la agrupación provincial de pobladores de Santiago y en algunos diarios de publicación masiva se leía: «Si no se escucha el clamor del pueblo, nadie impedirá nuevas tomas de terrenos» [102].

Entrando en la década de los sesenta…
De esta forma vemos como comienzan a emerger en Chile reacciones colectivas frente a las derivadas de la crisis y comienza a constituirse embrionariamente un movimiento reivindicativo por demandas de suelo, casas, servicios básicos, Etc.
De alguna manera son las derivadas del problema estructural urbano y la marginalidad lo que hace que se comiencen a desarrollar movimientos sociales urbanos, movimientos ligados ala vez al desarrollo de una conciencia que planteaba la necesidad de transformaciones estructurales para la solución de sus problemas. [103]
Podemos afirmar en conjunto con Castells que: «Los pobladores crean situaciones de hecho e imponen su presión social en el tratamiento de la crisis urbana»
Cuando Castells habla sobre los comienzos del movimiento de pobladores en Chile afirma la existencia de un movimiento orgánicamente constituido sobre la base de pliegos reivindicativos, estructurados en torno al problema de la crisis urbana y nos habla específicamente de:

* Construcción de barrios populares al margen y contra el orden establecido;
* Como producto de la crisis estructural de la vivienda principalmente;
* Respondiendo a la correlación de fuerzas entre el aparato estatal marginador y estrategias políticas muy bien diseñadas. [104]

Elementos que para Castells significaran la articulación de la reacción conciente a la crisis urbana, niveles de politizacion de los sectores movilizados, orientación hacia posiciones revolucionarias en el período y la concentración de importantes fuerzas sociales en torno al problema; de alguna manera esto significará los indicadores de la constitución sostenida y ascendente de un movimiento social urbano.

Algunas de las condiciones que permiten la constitución de este movimiento serán:

* Neutralización y atrofiamiento del sistema oligárquico.
* Avance del reformismo democratacristiano.
* Mayor dinamismo ínter burgués (Contradicciones)
* Emergencia de políticas públicas orientadas a cambios estructurales.
* Programas de ayuda social en el plano de la vivienda y los problemas urbanos.
* Atención precaria de las grandes masas marginadas.
* Emergencia de un reformismo urbano a nivel político. (La DESAL)

Lentamente estos programas embrionarios del reformismo comenzaran a ser superados por las necesidades y la magnitud de la marginalidad urbana en Chile; de esta manera comenzaran a surgir diversos campamentos urbanos. La marginalidad se tomara el poder por sobre los problemas de vivienda y urbanismo. [105]

«Se eleva de esta forma la demanda social y los gobiernos al no poder responder con políticas públicas, responde con represión policial…Hay un reforzamiento de la corriente reivindicativa que terminara enfrentándose a un aparato de represión, que viene a suplir los fallos del aparato de integración social» [106].

De esta forma comienzan a surgir los comités de Tomas y la cuestión urbana llega a convertirse en el eje de la lucha social en Chile; uno de los hitos en la ocupación en Chile será Herminda de la Victoria y La población La Victoria, por mencionar algunos.

Según Castells desde fines de la década del cincuenta hasta fines de la década del sesenta existieron trescientas mil personas organizadas en tomas, es decir un agregado en el tiempo que nos habla de los 10% de la ciudad organizados en torno a las Tomas de terrenos.

Frente a este conjunto de antecedentes cabe preguntarse:

* ¿Se constituye un nuevo modo de vida en estos espacios ocupados?
* ¿Cuáles serán las innovaciones sociales cotidianas?

Si bien al relatar las experiencias organizativas de los años cuarenta y cincuenta podemos evidenciar la existencia de nuevos modos de vida, seremos algo mas rigurosos y definiremos que estas serán las interrogantes que nos permitirán evidenciar hasta que punto estos sectores constituyeron «Nuevos Modos de Vida» y fueron capaces de avanzar en la construcción de nuevos vínculos orgánicos, tanto estructurales como superestructurales.

Si revisamos la organización general de los campamentos podemos encontrar antecedentes históricos que nos ayuden a resolver esta cuestión.

«Los campamentos, al desarrollarse autónomamente hacen que se escriba una nueva historia y una nueva forma de cotidianidad, los problemas cotidianos eran tratados de forma paralela y autónoma, al desarrollarse nuevas formas de lucha y organización, vemos embriones de organizaciones de nuevo tipo» [107]

Existirá la creación de sistemas autónomos de prevención y represión de la delincuencia y aún mas, un sistema de justicia para tratar los problemas de cohabitación, milicias populares y comités de vigilancia, fueron creados durante el primer periodo del movimiento» [108]

En torno a lo que Castells denomina el desarrollo de la Justicia Popular en estos asentamientos, se afirma por el mismo que esta operaba sobre la base de una reelaboración de la moralidad en el espacio social ahí constituido; así el problema de la justicia no tenia solo una relación con la nueva institucionalidad generada para dichos fines, sino que se vinculaba necesariamente con el contenido mismo de la justicia; en donde esta estaba ligada a la conservación y protección de los bienes colectivos y la consideración de cuestiones menospreciada por la ley burguesa. [109]

No es menor constatar casos donde tribunales populares expulsaban de los mismos campamentos a hombres que golpeaban a sus mujeres, siendo este un elemento tremendamente de avanzada respecto a la moralidad que sustentaba a la justicia legal e institucional de dicha época.

Se estructurara también una organicidad local, la cual se dotara por ejemplo de direcciones locales para la resolución de los problemas cotidianos y la articulación con otras fuerzas locales en virtud de la lucha política y reivindicativa.

En estos espacios también se crean «Brigadas de Sanidad» autónomas, relacionándose estas con el estado y sus políticas de sanidad.

Para Castells serán fundamentales tres elementos para la comprensión de la constitución de un movimiento de pobladores, su lucha y su organicidad:

* Importancia estructural de la contradicción en cuestión (Crisis Urbana)
* Intervencionismo estatal.
* Niveles de organización y presencia de lineamientos políticos. [110]

Es importante mencionar que el movimiento de pobladores no desarrollo vínculos profundos con otros sectores de la sociedad, como lo puede ser el mundo obrero y en virtud de esto pueden considerarse los siguientes elementos:

* Los campamentos no tienen una tendencia a vincularse con la lucha obrera.
* En el caso que exista, esto se da previa mediación de organizaciones políticas.
* Lo cual arroja como elemento para el análisis el hecho de que la coordinación intersectorial o ínter territorialidad se daba a través de las capas dirigenciales, no existiendo conciencia del problema a nivel de las bases.

Para continuar con el problema de la constitución de nuevas formas de vida al interior de los espacios tomados, comentaremos lo sucedido en torno al consumo individual y su relación con lo colectivo.

* Se constituyo un control por sobre los comerciantes al interior de las tomas
* Se organizaron comités de consumidores
* Se organizaron comités de vigilancia de precios.

Todas las variables y los datos históricos que relatan el proceso de constitución del movimiento de pobladores a partir de la década del treinta, hasta los años sesenta y setenta, nos hablan de un proceso que fue capaz de construir condiciones objetivas para el desarrollo de algo mas que un movimiento social, sino que la constitución de una nueva organicidad por sobre condiciones estructurales dinámicas, es decir, la generación de un nuevo espacio social, paralelo a la normalidad burguesa de la época y con la posesión de una nueva superestructura , por lo tanto una original visión de mundo y la producción de pautas de sociabilidad y culturales de nuevo tipo.

Para hablar desde Gramsci, podemos afirmar la constitución de un grupo subalterno que no posee como función orgánica la mantención de la hegemonía, sino que posee como función la constitución orgánica de un esfuerzo contra hegemónico, el cual necesariamente se levanta sobre condiciones estructurales distintas y en virtud de ello, de dicho punto de inflexión, es capaz de construir una visión de mundo distinta y antagónica al orden social impuesto.

Nos referimos a la constitución de un Bloque Social Poblacional; que en esta investigacion denominamos «Los Pobres de la ciudad».

Esta constitución no solo tendrá como característica societal una organización para la lucha reivindicativa, sino que será capaz de avanzar en la construcción de una visión de mundo que amparara una ideología, visión de mundo que según las lecturas realizadas en torno a Gramsci se desprende de las nuevas formas de vida, de las formas de vida que se normalizan en un punto de inflexión orgánico entre la infraestructura de la sociedad y la superestructura del Bloque Hegemónico. [111]

Si durante mucho tiempo los migrantes parecían ser el componente subalterno de la ciudad, si durante mucho tiempo el proceso de migración ubicaba al nuevo residente de la ciudad en un escondite que lo obligaba a vivir en la condición de la otredad negada, el progresivo avance de la movilización social y los niveles de interconexión de los migrantes con otras significaciones de la subalternidad urbana (Alianzas) comienzan a denotar la posibilidad de que ya no sea necesariamente la pura condición de subalternidad la que caracterice a los migrantes establecidos en la ciudad, que la cultura popular generada a partir de la fusión, la interacción y la relación de la subalternidad campesina con la subalternidad de la ciudad, mas allá de sus posibilidades de ser absorbida por la emergente política de cooptación reformista y la emergente industria cultural de masas.

Se comenzó a configurar mas allá de su propia condición subalterna para pasar a tomar una posición relacionada con la contra hegemonía y la respectiva lucha por la hegemonía cultural en un contexto donde esta nueva cultura parecía ser negada e invisibilizada por las estructuras culturales tradicionales del poder y la dominación en Chile.

Desde este lugar nos interesa rescatar el núcleo significante de la producción de Violeta Parra, desde un espacio donde su música no es la expresión automática de una nueva configuración estructural de la sociedad Chilena, ni tampoco de un «Espíritu abstracto» que rigiera las condiciones de la producción de su obra, sino mas bien desde la posición de una unidad de producción de sentido susceptible y sobredeterminada por las lógicas y las luchas de producción, reproducción y apropiación de matrices culturales que se encontraban en juego en dicho momento.

Capitulo III

Emergencia de una materialidad ideológica: Una nueva visión de mundo encarnada en las letras de Violeta Parra

La intención que se estructura en este momento de la investigacion en torno a la «Reconstrucción de la visión de Mundo» presente en las letras de Violeta Parra y asociada esta a la matriz de interpretación desarrollada durante toda la investigacion -por medio de un vinculo hipotético descriptivo a partir del cual se pretende realizar el análisis- es poder identificar lo que previamente nombramos como una nueva materialidad ideológica en este conjunto de letras.

Esperamos que a partir de aquello se pueda asociar la produccion significante de Violeta Parra al complejo estructural de los fenómenos que en la presente investigacion se pretenden hacer emerger por medio de la observación teórica e interpretativa del conjunto de dimensiones sociales ya revisadas.

En este contexto investigativo el análisis de las letras que continua del apartado que viene mas abajo, constituye una centralidad desde el momento que en uno de los objetivos de la presente tesis se pretende entender la emergencia de este fenómeno analítico teniendo como relacion interna la produccion artistica de Violeta Parra y el conjunto de fenómenos que en su tiempo social se conjugaron paralelamente.

Para esto antecedemos una produccion interpretativa en torno a las condiciones sociales de la produccion de la obra de Violeta Parra, de manera que estro sirva como una suerte de preludio que permita introducirnos al análisis estructural y la produccion de códigos y esquematizaciones a partir del material significante generado por Violeta Parra.

 

Notas preliminares sobre las condiciones sociales de producción de la obra de Violeta Parra

Pensar en la producción artística de Violeta Parra significa ir mas allá de su canto y su poesía, mas allá de su canto a lo humano y lo divino, es necesario convenir que después de su viaje a Europa en la década del cincuenta esta mujer artista desarrollo una multiplicidad de producciones artísticas, desarrollando el arte en lo plástico, el bordado, la poesía, las arpilleras y otras formalizaciones del proceso de creación.

Para comenzar a presentar una suerte de reflexión sobre la producción artística de Violeta Parra, parece ser necesario presentar la siguiente sentencia de Leonidas Morales, estudiosos de la obra de Violeta Parra y creador del libro: Violeta Parra. La última Canción, el profesor Leonidas Morales sentencia:

«El movimiento interno de la creación en Violeta no progresa linealmente, mediante transformaciones sucesivas del saber que lo conduce, como ocurre en otros casos, donde de pronto el saber se topa con sus propios limites y, ante el fantasma de la retórica, se abre a un nuevo escenario. En este sentido el movimiento creador de Violeta carece de Historia. El aprendizaje pudo haber demorado años, pero en el momento en que la autentica creación comienza, lo que tenia que saber, ella ya lo sabia del todo» [112]

De esta forma y siguiendo el razonamiento del profesor Morales, lo que se produce es una perfecta conjunción entre saber y voluntad, saber de lo que se debe comunicar y la voluntad de expresar, simbolizar artísticamente el conjunto de saberes que se encontraban cobijados sin posibilidad de visibilizarse y simbolizarse; de esta forma estamos frente a la virtuosidad que genera el conocimiento y dicha voluntad por significar.

Volviendo a la relación entre la creación artística de Violeta Parra y la diversidad de las formas de su manifestación, podemos sugerir que esa diversidad en la formalización de la simbolización de dicho saber, de ese contenido cautivo hasta el momento de la propia simbolización, no responde a otra lógica que la que pretende instalar lo idéntico por medio de una pluralidad de rostros…Los géneros, tópicos, motivos en que se apoya , o desde donde arranca la creación, tienen un mismo origen: Todos pertenecen a la cultura Folklórica y Campesina Chilena [113]

Esta creación posee como fundamento la cultura Campesina y Folklórica, pero también resulta relevante pensar en que el creador, en este caso Violeta Parra recrea esta suerte de tronco estructural de la creación, del contenido de lo que se simboliza en un contexto urbano, la creación se desarrolla en otro medio, una cultura urbana que evidentemente condiciona y determina la perspectiva de la reelaboración.

Según Leonidas Morales esta resulta ser una fuente de contradicción, ya que las culturas campesinas, con las culturas de orden urbano, hegemonizadas por los intereses culturales de la burguesía ilustrada, representan siempre un punto de inflexión, de contraposición y de fricción constante y es precisamente en dicho escenario de fricción donde se sitúa la ejecución de la obra de Violeta Parra, independiente de lo que sabía y del contenido que portaba, el lugar desde donde de proyecto y simbolizo el conjunto de saberes acumulados en Violeta Parra fue la urbe, Santiago, la ciudad; ese lugar que se constituye en la contradicción y la fricción anteriormente mencionada el que alojo su creación.

Respecto de las Culturas Urbanas mas ilustradas y las culturas populares del campo ligadas específica e inexorablemente al desarrollo de la tradición y el Folklore podemos afirmar su contradicción que se desdibujaba en un contexto premoderno, pero en un contexto donde la modernidad desarrollada -evidentemente en el contexto de la dependencia en relación con el conjunto del mundo desarrollado [114]- se encontraba en una suerte de auge, las contradicciones tienden a radicalizarse y a cobrar mas sentido una relación negativa entre lo que conocemos por culturas urbanas y culturas campesinas.

Será la industria cultural como fenómeno social emergente el que podrá comenzar a definir esta relación como una relación de apropiación sistemática, donde es la hegemonía de las culturas urbanas es la capaz de asimilar en virtud de su desarrollo los elementos mas funcionales de las culturas populares para su desarrollo; Jürgen Habermas define en su libro «Problemas de legitimación en el capitalismo tardío» que es en el estado de bienestar, en un contexto de modernidad desarrollada, donde los sistemas políticos y económicos son capaces de comenzar a apropiarse de los elementos característicos de las culturas tradicionales y populares. «Las sociedades capitalistas siempre dependieron de condiciones marginales de cultura que no podían reproducir por sí mismas: se nutrieron parasitariamente del patrimonio de las culturas tradicionales» [115].

Esto nos sitúa ante una contradicción por decir lo menos importante; resulta ser que las culturas urbanas y su relación con las culturas populares en su especificidad campesina, es la que constituye su relacionamiento en una fricción y por otro lado es la industria cultural, fenómeno surgido desde las estructuras elementales del mundo urbano desarrollado, la que comienza a demandar elementos de las culturas populares y tradicionales para su constitución en simbolizaciones sujetas a ser mercancías o bienes de legitimación según la lógica Habermasiana para entender esta problemática.

Es por esto que Leonidas Morales define:
«En el período moderno en cambio, la situación es otra. La cultura urbana de origen burgués, históricamente dominante, por su misma naturaleza solo puede desarrollarse a expensas de la cultura Folklórica Tradicional, condenándola a su desaparición tarde o temprano. La única manera en que la admite, cuando no la destruye, es a titulo de «reducción,», de museo de antigüedades al aire libre» [116]

De esta manera solo podemos entender la obra de Violeta Parra en medio de una relación conflictiva, en la beligerancia del sentido, de atañas de subalternidad y hegemonía que abre la relación entre el campo y la ciudad; entender la obra de Violeta Parra por fuera de esta relación , de este desencuentro no es mas que una autonomización de la producción cultural, una comprensión ideológica y no real del proceso productivo en si mismo; de alguna manera Gramsci fue claro al definir en relación a los intelectuales: «Toda la filosofía idealista se puede relacionar fácilmente con esta posición asumida por el complejo social de los intelectuales y se puede definir la expresión de esa utopía social, según la cual los intelectuales se creen «independientes» , autónomos, investidos de caracteres propios, etc.» [117]

No solo es la perspectiva desde donde se recrea la simbolización de la cultura campesina una estructura productiva que esta determinada por lo urbano, sino que su difusión y consumo también, ya que el lugar a donde irán a dar las producciones de Violeta Parra será el mundo urbano también y un sector especifico de este. Es por esto que el arte de Violeta Parra debe ser entendido en este contexto, en el lugar donde son precisamente mas claras las condiciones de producción de la obra; el arte de Violeta, a mi juicio, solo se vuelve inteligible, estudiándolo a la luz de las relaciones de conflicto, entre las dos culturas que lo atraviesan, lo marcan y lo tensan: la folklórica y la urbana [118]

Así como la creación es un fenómeno que no puede prescindir de la comprensión de las condiciones sociales que permiten su simbolización, el entendimiento de una biografía también lo puede ser así, es decir, no podemos entender la vida de un creador o una creadora por fuera de las condiciones sociales que a el o ella misma le dieron existencia. No todas las biografías son igualmente interesantes para el estudio de la creación. Si lo son cuando los conflictos culturales y los grandes principios éticos que presiden la creación, gobiernan también la vida del creador [119]

Frente a esto tenemos la posibilidad de autonomizar la biografía de un/a creador/a o reducirla estrictamente a los condicionamientos del medio, significando esto para algunos un «Excesivo reduccionismo».

Desde una mirada culturalista – tratando de entender una de las variables de la génesis de la obra de Violeta Parra- podemos sustentar la idea de que desde la década del cuarenta en Chile se generó un desarrollo acelerado del impulso urbano, ligado al industrialismo, la centralidad de lo urbano en la producción cultural y esta como lugar de concentración de funciones anteriormente disgregadas en un mayor nivel; esto hace sujetar la idea de que dicho desarrollo de la metrópoli definió una relación de negación con el subdesarrollo de las estructuras campesinas y las formas de vida que en ella se sustentaban, lo cual según Leonidas Morales genero un proceso de erosión y desarticulación de la cultura folklórica, esta cae en un estado critico. Pierde control de si misma y entra en la fase de su disolución progresiva. Desde luego no desaparece pero desde entonces su existencia se vuelve cada vez más precaria, con tendencia al olvido de su acervo, o a una dispersión, o a conservarse en la forma de enclaves [120]

Si hacemos caso de estas sentencias es complejo pensar la obra de Violeta Parra desde una posición de normalidad, ya que es precisamente una residualidad en este caso el conjunto de contenidos y estructuras de significado que la obra de Violeta simboliza y significa.

En este sentido solo podemos pensar en una obra que toma una posición en medio de este escenario y no es precisamente la posición que se suma o se articula a esta tendencia que afirma la disolución de las culturas folklóricas y populares en medio del desarrollo y el auge de la cultura urbana, industrial, donde pesan elementos como la emergente industria cultural de masas.

Ahora es importante tener en cuanta que Violeta Parra proviene de un medio ilustrado, que no es la persona que emerge del campo con una suerte de aura capaz de hace trascender su canción en los medios urbanos, ella siempre tubo un contacto con lo urbano, su primera etapa se desarrolla en la provincia de Ñuble, ahí esta hasta los 15 años, asentada en un pueblo culturalmente abierto al campo, pero sensible a los estímulos de la cultura urbana y su arte popular.

Esta constante relacion entre lo campesino y lo urbano iran solidificando una síntesis orgánica, cultural e ideológica en la producción de Violeta Parra, situando a esta como un ente catalizador y sintético entre estas esferas que logran hacer una comunión orgánica como expresión material de la ideología que es esta nueva visión de mundo que analizaremos paso a paso a continuación; elemento que no es mas que la vinculación entre lo que ya mencionamos: Lo campesino y lo urbano.

Reconstrucción de la Visión de mundo de Violeta Parra

Análisis estructural de sus letras

Del gran concepto de «Visión de Mundo» y por medio de la lectura de las transcripciones de las letras de Violeta Parra, se llego a establecer una categoría mas especifica con sus subcategorías de análisis respectivas, las cuales quedan claramente establecidas en las estructuras graficas ya evidenciadas en este trabajo.

En las Páginas que siguen se desprende una matriz conceptual de análisis desde cada categoría desplegada de la visión de mundo con un sistema de subcategorías (Micro) por cada una de estas categorías asociadas a la «Visón de Mundo de Violeta Parra».

 

Análisis autoconciencia de clase y subcategorías de análisis respectivas
Análisis

Como primer componente de lo que es la Visión de mundo que podemos reconstruir en el análisis de los significantes de Violeta Parra, destacamos el de la «Auto conciencia de Clase».

A menudo surge en el análisis una profunda claridad respecto de una posición especifica en la sociedad, posición que no es para nada paciente, mas bien constantemente denuncia la existencia de un otro que esta por fuera de los límites de la clase desde donde ella se sitúa; es por esto que se estima necesario construir a la conciencia de clase como una categoría importante.

Podemos ver claramente la forma en que ella se sitúa en el lugar de las clases populares y el gesto diferenciador que establece constantemente con las clases altas de la sociedad; ella es especialmente descriptiva al momento de asignar a dichos lugares sociales /clases, atributos societales específicos, como los de la pobreza, la desposecion, la dominación, el abuso; como por el otro lado, la opulencia, la avaricia, etc.

Así Violeta, entre muchos de las canciones expresa:

Yo no protesto por migo
porque soy muy poca cosa.
Reclamo porque a la fosa
van las penas del mendigo

También resulta relevante ver la forma en que Violeta Parra describe claramente estas características, tomando elementos de la realidad concreta para establecer sus relatos en torno a la desigualdad; la figura de la fosa no es una figura menor dentro de la realidad de los desposeídos, los pobres de chile en la época en que Violeta Parra canto, mas bien la fosa es una figura llena de significado social.

Claro que algunos viven acomodados,
pero eso con la sangre del degollado.

Del rico es esta maldad
lo digo muy conmovido.
Dijo el Señor a María
son para todos las flores,
los montes, los arreboles.
¿Por qué el pudiente se olvida?

De rabia esconden las flores
las meten en calabozos
privando al pobre rotoso
de sus radiantes colores.

Tambien podemos ver de que forma en estos relatos se configura la estampa de la moral, del bien y del mal, del deber ser ante una situación dada, calificando a la actitud de los ricos de mala o relacionándola con características actitudinales relacionadas con «Lo Malo».

De la misma forma establece una directa relacion entre una concepción de lo bello y el equilibrio que representaría la negación de la desigualdad que en estos relatos describe, se apela a una estética ideal de armonía, donde la igualdad seria la repartición de la belleza, los colores, las flores y las virtudes del mundo.

En este mundo moderno
qué sabe el pobre del queso,
caldo de papa sin hueso,
menos sabe lo que es terno
por casa callampa, infierno
de lata y ladrillos viejos.
¿Cómo le aguanta el pellejo?
Eso sí que no lo sé
pero bien sé que el burgués
se pita al pobre verdejo.

Se evidencia de esta forma una clara opción de clase, que deviene necesariamente de la constitución de una auto conciencia de clase frente al mundo y esta posición de clase no aparece como una suerte de sobre ideologización, en donde el problema de la clase se narra desde una exterioridad, se denota en el material significante producido por Violeta Parra un sentimiento de pertenencia ya que el siguiente sentido aparece reiterado en sus canciones:

Así yo distingo dicha de quebranto,
los dos materiales que forman mi canto,
y el canto de ustedes que es el mismo canto
y el canto de todos, que es mi propio canto.

No es solo el fenómeno de la auto conciencia de clase el que aparece significado en estas canciones, además esta autoconciencia de clase de la que hablamos se relaciona con elementos específicos que la componen en su misma producción significante, de esta manera vemos la forma en que surge de esta auto conciencia de clase una posición Confrontacional respecto de los problemas existentes en torno a las diferencias y las relaciones asimétricas entre clases sociales.

Mientras más injusticias,
señor fiscal,
más fuerzas tiene mi alma
para cantar.

Además podemos ver como esta actitud confrontacional se expresa en disposiciones propias de Violeta Parra; como lo puede ser el ofrecer su canto para confrontar el problema de las injusticias, o a la vez exhibir su poesía como un elemento que confronta la falta de verdad y pone evidencia las verdaderas problemáticas ocultas en la sociedad; pero no es solo dicha posición activa, tambien hace referencia a la forma en que su poesía pueda servir para atacar a ese mal que evidentemente esta asociado significativamente a la función de las clases dominantes.

Si escribo esta poesía
no es sólo por darme gusto
más bien por meterle susto
al mal con alevosía.
Quiero marcar la partida
por eso prendo centellas
que me ayuden las estrellas
con su inmensa claridad
pa’ publicar la verdad
que anda la sombra en la tierra.

También vemos de qué forma se asume que esta actitud confrontacional ante las desigualdades sociales y las relaciones asimetricas entre clases se delega a elementos que están más allá de lo propiamente humano y se establece una relación de deslumbramiento ante estas, un cierto pesimismo ante lo humano que muestra que sin las estrellas que iluminan en la tierra no habrá quien pueda iluminar la sombra que reina en la tierra.

En esta actitud de confrontación, que forma parte de lo que aquí hemos denominado autoconciencia de clase, vemos tambien la forma en que Violeta Parra denuncia al conjunto de la nación y la institucionalidad en especifico; en base a esta problemática de la asimetría entre clases y la desigualdad social, evidente y esclarecedor será cuando afirma:

Al medio de Alameda de las Delicias,
Chile limita al centro de la injusticia.

La carta que he recibido
me pide contestación,
yo pido que se propale
por toda la población,
que el «león» es un sanguinario
en toda generación, sí.

En esta disposición confrontacional se evidencia claramente una actitud de entrega hacia la causa política y social de los sectores populares, una entrega que no solo se expresa en una disposición a cantar, sino en una conciencia de saber que la solución a lo que ella denuncia esta mas allá de cantar, es como lo que los teólogos de la liberación definieron como el «No basta con rezar», así Violeta Parra entre muchas de sus canciones afirmara:

La carta dice el motivo
de haber prendido a Roberto
haber apoyado el paro
que ya se había resuelto.
Si acaso esto es un motivo
presa voy también, sargento, si.

En esta noción de la auto conciencia de clase, Violeta Parra establecerá derivadas hacia problemáticas relacionadas con la contrariedad del abuso de los sectores dominantes internacionales, es en este sentido apostamos a la construcción de una unidad de agrupamiento significante que articule aquellas expresiones donde Violeta Parra se refiera a lo que significa «La Conciencia Antiimperialista».

Es muy claro evidenciar como en momentos de las canciones ella hace críticas radicales a la forma en que las riquezas naturales de Chile son generadas por los Chilenos y son consumidas por el extranjero, o a la forma en que el cobre no le pertenece a la patria y como el trabajo de los mineros es apropiado desde el exterior.

La papa nos la venden naciones varias
cuando del sur de Chile es originaria

El minero produce buenos dineros,
pero para el bolsillo del extranjero.

También esta noción de la conciencia anti imperialista se vera expresada en una suerte de penuria y expectativas por la situación de los pueblos de la región (América Latina y El Caribe) y en este sentido afirmará claramente por medio de su producción:

Mi vida, los pueblos americanos,
mi vida, se sienten acongojados,
Mi vida, porque los gobernadores,
mi vida, los tienen tan separados.

Sólo un pilar, ay sí,
y una bandera,
que terminen los líos
en las fronteras.

Vemos de forma clara la vinculación existente entre la produccion significante de Violeta Parra y los crecientes fenómenos de aumento del nivel de conciencia de sectores específicos de la sociedad Chilena como de la región, en lo que se refiere a la dominación ejercida por el imperialismo, su expresión significante se sumara a otras expresiones de orden mas político del momento, como lo puede ser el problema del cobre o de la posesión de riquezas naturales por parte del imperio y no del suelo nacional.

Esta relacion con fenómenos de orden reactivos ante la dominación imperialista se expresara en la constatación de procesos de guerras de liberación nacional en la región y en el mundo, como lo puede ser la significación del triunfo de la revolución Cubana, las Guerras de liberación en Argelia y el Congo, etc. Donde pareciera establecerse una referencialidad real concreta y de orden político, militar, ideológico y cultural frente a este abuso imperialista que Violeta Parra denuncia. Por un lado confidencia la agresión imperialista en África en lo relacionado a la Muerte del Jefe de la guerra de liberación en el Congo (Lumumba) y por otro lado define como iconos, como altas expresiones de la libertad y el ejercicio de la liberación aquellos países donde se libran batallas anti imperialistas al definirlas como «De todas las altas torres»; es así como relata en una de sus canciones:

Un río de sangre corre
por los contornos del mundo
y un grito surge iracundo
de todas las altas torres
no habrá temporal que borre
la mano de la injusticia
que con crecida malicia
profanó al negro Lumumba,
su cuerpo se halla en la tumba
y su alma clama justicia.

También forma parte de esta noción de la Autoconciencia de clase el tema de la función concientizadora de las letras de Violeta Parra. Función que adquiere sentido y operatividad en cuanto ella es capaz de describir la realidad de los sectores populares cual si sus letras fuesen una novela del Realismo.

Esta función adquiere características pedagógicas, al asumir una relacion con lo que definimos aquí como el realismo en este material significante; lo que se hace no es más que mostrar una realidad en su dimensión mas formal, concreta e inmediata, no logramos captar altos niveles de abstracción ni metaforizacion en lo referido a narrar la realidad de la clase desde donde ella se posiciona.

Cuando vide los mineros
dentro de su habitación
me dije: mejor habita
en su concha el caracol,
o a la sombra de las leyes
el refinado ladrón,
y arriba quemando el sol.

La pericona se ha muerto
no pudo ver a la meica,
le faltaron cuatro reales
por eso se cayó muerta.

Poco le dice la forma
con que ha de clavar su espina
para chupar el más débil
qué diabla la sabandija

Mucho dinero en parques municipales
y la miseria es grande en los hospitales.

Al medio están los valles con sus verdores
donde se multiplican los pobladores.

Vemos de que forma Violeta Parra da cuenta de un elemento trabajado en los capítulos anteriores de la presente investigacion, donde describe bajo este marco referencial del realismo, la existencia de los cordones de marginalidad en las periferias, definiendo una centralidad armónica como los «Valles Con sus verdores», donde crecen y se multiplican los gestos sociales de marginalidad.

Paralelamente a esta función descrita, se establecen formas que narran sucesos históricos, procesos de lucha del mundo popular, e incluso se entregan elementos para la comprensión del rol de la fe en la manutención de la dominación y la explotación.

Es importante captar la forma en que este material significante se ordena de manera tal que puede cumplir este rol altamente descriptivo, educador, pero a la vez logra relatar un conjunto de concretitudes a partir de la narración de fenómenos del tiempo social de Chile y de las clases mas desposeídas, de esta forma vemos como en el siguiente agrupamiento de frases Violeta Parra logra establecer estas funciones:

Arauco tiene una pena
más negra que su chamal,
ya no son los españoles
los que les hacen llorar,
hoy son los propios chilenos
los que les quitan su pan.
Levántate, Pailahuán.

Eran el fuego, el canto indestructible,
El lento paso del hombre en la tierra
Hecho profundidades y batallas.
Eran la dignidad que combatía
Lo que fue pisoteado, y despertaba
Como un sistema, el orden de sus vidas
Que tocaban la puerta y se sentaban
En la sala central con sus banderas.

De la misma forma es capaz de ejercer esta función concientizadora por medio de la puesta en inflexión de determinadas naturalizaciones sociales, de determinados axiomas culturales. En ese contexto este material significante permite establecer puntos de contradicción e inflexión, apareciendo una Violeta Parra que es capaz de criticar esas naturalizaciones en torno a la religiosidad, que luego afirmara en torno a lo que mas adelante se configura como la religiosidad popular, esto se expresa claramente en la siguiente función enunciativa:

De tiempos inmemoriales
que se ha inventado el infierno
para asustar a los pobres
con sus castigos eternos,
y el pobre, que es inocente,
con su inocencia creyendo.

Melancolía Frente al mundo y subcategorías de análisis respectivas

Análisis

Es importante entender que en la producción del material significante de Violeta Parra, no existe una continuidad, existen rupturas y estas están dadas por encontrar en estos la expresión de distintos estados de ánimo frente al mundo, claramente resulta interesante ver de qué manera se establecen regularidades en torno a estos momentos diferenciados en la produccion de Violeta Parra. Si bien en el análisis de la definición de autoconciencia de clase podemos encontrar una animosidad mas elevada y una disposición activa frente a los problemas que ella percata en el mundo, aquí seguiremos encontrando que la centralidad de sus preocupaciones será la misma que las que veíamos en el concepto de la autoconciencia de clase en la presente fase de análisis asociada a lo que definimos como «La melancolía Frente al Mundo».

En muchas de las producciones aquí analizadas de la obra de Violeta Parra, subyace una actitud profundamente melancólica ante el mundo y los sucesos sociales en espefico, es claro que son las «Penurias del Infierno» [121] aquellas que están asociadas a factores múltiples como lo pueden ser el hecho de estar dotada de una profunda sensibilidad-expresada en las letras- en torno a las problemáticas de los sectores, populares y mas desposeídos del país, de alguna forma también esta melancolía surge de la constatación permanente en sus letras de que no existe un camino de liberación ante estas injusticias y tampoco se evidencian prácticas de lucha frente a estas; será la actitud melancólica de Violeta Parra una expresión de lo que sucedía o no sucedía frente a las injusticias del momento, como también serán siempre un indicador claro de los niveles de injusticia y abuso existentes de parte de los sectores poderosos; constantemente existirá una constatación de hechos, puntuales, concretos y específicos , que definirán y conformaran el discurso de esta actitud melancólica frente al mundo.

Es evidente que la sincronía temporal existente entre la producción significante de Violeta Parra y la existencia de múltiples sucesos de abuso y desprotección de parte de los sectores mas desposeídos de la sociedad Chilena, marcaban la tendencia, serán fenómenos como la matanza de Puerto Montt, las arremetidas de don Alessandri frente a la población movilizada [122], será especialmente un tiempo donde el gobierno de Ibáñez clandestinisaría al Partido Comunista de Chile y castigaría fuertemente las movilizaciones urbanas en torno a la lucha de los sin casa, será este un periodo donde un cúmulo de conquistas de clase y del mundo popular serán perdidas por parte de tendencias políticas regresivas en lo que se refiere a las tendencias del bienestar y la equidad social.

Esto a nuestro entender marcara fuertemente la constitución de funciones enunciativas relacionadas con disposiciones melancólicas, donde lo que caracterizara a mucha de la produccion significante en estos casos será una mirada obscura de los problemas a los que se sometían los sectores subordinados a la dominación y la explotación de la conformación económico social capitalista de aquellos tiempos; de esta forma esta actitud melancólica se estructurara en torno a la visibilizacion de la paz social como un atributo negativo ante tanta dominación y abuso, tambien aparecerá una melancolía frente a la opresión angustiante y tambien frente a lo que aquí codificamos como la enunciación ante el abuso institucional. En el conjunto de agrupamientos enunciativos que a continuación se verán, lo que se tratara es de explicitar estos códigos construidos para la comprensión más esquemática de lo que venimos definiendo como la visión de Mundo de Violeta Parra.

Al constatar la existencia de un conjunto de injusticias, se lamentará constantemente frente a la existencia de una paz social que solo perpetuaba la existencia de estas, dirá que el pobre no tiene herramientas y que solo esta condenado al infierno, esto de alguna manera se relaciona con momentos en que la produccion significante de Violeta Parra se relaciono con periodos de influjo del Movimiento de masas en Chile, de alguna manera se pone en evidencia que son los estímulos externos los que definen el carácter animoso o mas bien melancólico de la produccion de Violeta Parra.

Se embarga mi corazón
en este siglo moderno
veo que aflojan los cuernos,
los toros quedan sin astas
y el pueblo diciendo basta
pa’l pobre ya los infiernos

También un factor importante era la constatación de un aletargamiento; donde regularmente responsabiliza a las estructuras eclesiásticas, ya que de una u otra forma estos estados de reflujo de la beligerancia social son atribuidos a variables como la influencia de la religiosidad y la naturalización de la desigualdad que esta ejerce sobre los sujetos, de esta forma entre tantas de las producciones podemos destacar la siguiente función enunciativa:

Los pobres no tienen
adonde volver la vista,
la vuelven hacia los cielos
con la esperanza infinita
de encontrar lo que su hermano
en este mundo le quita.

Porque los pobres no tienen
en este mundo esperanzas,
se amparan en la otra vida
como a una justa balanza,
por eso las procesiones,
las velas, las alabanzas.

Otro elemento constitutivo de esta «Melancolía Frente al Mundo» dice relación con la con la no existencia de sucesos que para Violeta fuesen condición de posibilidad para la salida y la transformación de las situaciones que mantenían a su clase y a los sectores populares en su generalidad bajo el régimen de la injusticia, la explotación y la dominación; es este un factor que provocara en ella una profunda sensación de melancolía.

Esto se condice directamente con la constatación de que este momento de la producción significante esta acompañado de un fuerte reflujo del movimiento de masas y la melancolía justamente surgirá como expresión de la animosidad [123] general que se desprende del hecho de constatar que no hay reacción frente al abuso y que no existe respuesta organizada desde la clase hacia los explotadores y los dominadores.

Aquí tiene mi pañuelo
señora, seque su llanto
no hay en el mundo quebranto
que no tenga su consuelo.
Saque la vista del suelo
y míreme frente a frente
que sufre toda la gente
lo olvidaba por egoísmo
eso conduce al abismo
le digo primeramente.

La lluvia que cae y vuelve a caer
los indios la miran sin hallar qué hacer,
se arrancan el pelo, se rompen los pies,
porque las cosechas se van a perder.

Las lágrimas se me caen
pensando en el guerrillero,
como fue Manuel Rodríguez
debiera de haber quinientos,
pero no hay ni uno que valga
la pena en este momento.

La patria ya tiene al cuello
la soga de Lucifer,
no hay alma que la defienda,
ni obrero ni montañés;
soldados hay por montones,
ninguno como Manuel.

Como elemento central se constata que exclama por la necesidad de salir del ensimismamiento, por la necesidad de que los que sufren se reconozcan entre si y dejen de «Sufrir mirándose el ombligo», que es necesario mirar al otro frente a frente, que el egoísmo en que esta el subordinado es constatación de la ausencia de condiciones de posibilidad para la liberación de los sectores dominados y explotados.

Constata, por medio de la figura del Mapuche, que tampoco hace nada para salir de su situación solo «Tirarse el pelo» en su soledad angustiado por el acontecer.

También es importante reconocer que constantemente hace referencia a otros momentos en que si existió lucha, trae al presente figuras Mapuche como queriendo decir venga a solucionar esta situación, mientras que pone a Manuel Rodríguez como el símbolo de lo que necesitamos tener y que hoy no existe.

Aquí vemos como la presión angustiante que la misma Violeta se relaciona con su constante pretensión de que las cosas sean distintas tan solo con su canto ya no basta, que su alivio pasaría por el hacer de otras cosas. Esto marca un punto de inflexión importante, ya que desde la angustia define su quehacer como limitado, posición claramente auto flagelante.

Todo es penuria y quebranto
de las leyes yo me espanto
lo paso muy confundida
y es grande torpeza mía
buscar alivio en mi canto.

También vemos la forma en que Violeta Parra narra a la autoridad del país como un tormento, como un factor que conspira sobre las mentes de la gente y sobre la mente suya tambien, pone de manifiesto la existencia de la negación ante un relato institucional, que solo se convierte en amenaza y tormenta para los pobres.

Miren cómo nos hablan
de libertad
cuando de ella nos privan
en realidad.
Miren cómo pregonan
tranquilidad
cuando nos atormenta
la autoridad.

También se ve una descripción realista de sucesos que componen lo que aquí definimos como esta presión angustiante, sucesos que tienen que ver con la experiencia de sujetos comunes y corrientes, con individuos que componen lo que aquí podemos denominar mundo popular, es frente a dichas vivencias y la expresión de estas vivencias, lo que estructura la sensación de que en estas canciones subyace la idea de una opresión angustiante.

El niño me causa espanto,
ya no es aquel querubín,
ayer jugaba a la ronda,
hoy juega con un fusil:
no hay ninguna diferencia
entre niño y alguacil,
soldados y polvorín.

Para que el hijo disfrute
de músicas y banquetes
el padre ha firmado letras
que paga al fin con la muerte

Paso por un pueblo muerto
se me nubla el corazón,
aunque donde habita gente
la muerte es mucho peor,
enterraron la justicia,
enterraron la razón,
y arriba quemando el sol.

Esta opresión angustiante también se expresará en locuciones significantes absolutamente cargadas de rabia y descontento, en expresiones que no hacen más que metaforizar el odio y la frustración ante una estructura y un sistema social que solo ofrece desigualdad y explotación para el sector social al cual ella adhiere o forma parte.

Maldigo a la solitaria
figura de la bandera,
maldigo cualquier emblema,
la Venus y la Araucaria,
el trino de la canaria,
el cosmos y sus planetas,
la tierra y todas sus grietas
porque me aqueja un pesar,
maldigo del ancho mar
sus puertos y sus caletas,
cuánto será mi dolor.

Maldigo del alto cielo
la estrella con su reflejo,
maldigo los azulejos
destellos del arroyuelo,
maldigo del bajo suelo
la piedra con su contorno,
maldigo el fuego del horno
porque mi alma está de luto,
maldigo los estatutos del tiempo
con sus bochornos,
cuánto será mi dolor.

Oh, Señor, escucha Tú mi ruego.
Oh, Señor, escucha Tú mi voz.
Devuélvele la paz al alma mía
y hacé que ella comprenda mi dolor.

En esta últimas cuatro unidades significantes vemos de que forma es este descontento y este agobio, el que busca una salida por medio de lo que mas adelante denominaremos la religiosidad popular en Violeta Parra y Su relación con la Religión y La pobreza.

Análisis de la Presencia de estructura cultural Campesina

Análisis

En un primer momento se pensó que el tema de lo campesino y la alusión a ello por medio de significantes muy evidentes, tenia que ver con la constatación de un cierto «Romanticismo hacia lo campesino» en la obra de Violeta Parra.

Posteriormente la lectura y las asociaciones de las canciones permitió hacer otra interpretación de la cuestión, que dice relacion con la presencia de una «Estructura cultural Campesina» como base a la produccion significante de Violeta Parra, entendida esta como un conjunto de significados y significantes que hacen que Violeta Parra hable desde el lugar estructural de lo campesino.

Esto no necesariamente esto implica el anhelo de lo campesino, mas bien, constatamos en la presente que desde el lugar de lo campesino y las estructuras culturales respectivas asociadas a esto, es de donde Violeta Parra habla de otros fenómenos y situaciones relacionadas generalmente con lo urbano y los conflictos sociales que ahí se suscitan.

Cuando ella se refiere a los problemas de la sociedad y los exterioriza desde una animosidad melancólica y angustiosa define cosas como, es evidente que habla desde una base o una estructura que permite revisar las situaciones y expresar una animosidad a partir de ciertos recursos de simbolización que tienen lo campesino o lo que no es urbano como base estructural que de alguna forma va definiendo la enunciación.

Y cuando empiece a cantar
que lloren todas las quenas
tambor del indio palpiten
al son de todas sus penas.

Lo mismo ocurre cuando expresa cuestiones de orden más personales e individuales, cuando habla del amor o de sus tristezas más íntimas:

Aquí voy con mi canasto
de tristezas a lavar,
al estero del olvido,
dejen, déjenme pasar

Para olvidarme de ti
voy a cultivar la tierra,
en ella espero encontrar
remedio para mis penas.

Aquí se pone en evidencia claramente esta base estructural campesina o este lugar desde el cual se ejerce el hecho de la locución, esto pone de manifiesto la sentencia que hacíamos en la «Génesis de la obra de Violeta Parra» al definir que en ella se expresaba una fusión o una síntesis entre estructuras urbanas y campesinas, ya que vemos exactamente la forma en que su producción significante enuncia temáticas -ya sean las del corazón, las de la injusticia o las del dolor- desde recursos expresivos anclados en elementos característicos y propios de lo que aquí podemos definir como LO CAMPESINO.

Pero también se ve un cierto nivel de anhelo por lo que sucede en el campo, el hecho de esperar sanación a las penas en la acción de cultivar la tierra, implica depositar un nivel importante de confianza y legitimidad en todo el plano simbólico e imaginario de lo que es «Cultivar la tierra».

De alguna manera esto no solo nos lleva a afirmar que existe una base estructural campesina desde la cual se ejercen las funciones enunciativas de Violeta Parra, sino que se pone en escena una cierta apelación a que lo campesino podría entregar la alegría o la sensación positiva que no encuentra en un momento de quebranto.

Esto esta muy asociado a la realidad de la vida de los migrantes, donde la sensación de desarraigo debe haber sido una variable estructural importante en los procesos de transición de la migración del campo a la ciudad; repetiremos el conjunto de funciones enunciativas para dejar en clara esta asociación:

Para olvidarme de ti
voy a cultivar la tierra,
en ella espero encontrar
remedio para mis penas.

De esta forma se conjuga una doble asociación en este análisis, por un lado la de la estructura cultural campesina como una formación a partir de la cual se ejerce la enunciación, es decir, entendida como un conjunto de recursos enunciativos y por otro lado esta estructura cultural campesina expresando una realidad propia de los sectores migrantes que es la sensación del desarraigo ante lo que significa el dejar el origen para ocupar la novedad de la urbe.

Análisis «Enfrentamiento a la Institucionalidad» y subcategorías de análisis respectivas

Análisis

Como primer elemento Violeta Parra recoge en sus letras una cierta tradición histórica de lucha contra la institucionalidad en el país y ve en ella de alguna manera una esperanza, la simbolización de lo que debería volver a ocurrir; en virtud de esto es fácilmente admisible que surge nuevamente una cierta melancolía relacionada con una nostalgia por lo que ya no esta, veremos en las siguientes citas algunas expresiones significacionales de esto.

Sólo su resistencia era camino,
Y aislados eran como trozos rotos

¡Que vivan los estudiantes,
jardín de las alegrías!
Son aves que no se asustan
de animal ni policía,
y no le asustan las balas
ni el ladrar de la jauría.

Eran el fuego, el canto indestructible,
El lento paso del hombre en la tierra
Hecho profundidades y batallas.
Eran la dignidad que combatía
Lo que fue pisoteado, y despertaba
Como un sistema, el orden de sus vidas
Que tocaban la puerta y se sentaban
En la sala central con sus banderas.

La patria ya tiene al cuello
la soga de Lucifer,
no hay alma que la defienda,
ni obrero ni montañés;
soldados hay por montones,
ninguno como Manuel.

Paralelamente sus producciones son claras al momento de definir la existencia de un abuso institucional en el presente, abuso que Violeta Parra describirá de forma precisa en sus canciones.

Arauco tiene una pena
más negra que su chamal,
ya no son los españoles
los que les hacen llorar,
hoy son los propios chilenos
los que les quitan su pan.
Levántate, Pailahuán.

Precisión que queda clara en esta cita, donde es capaz de establecer el problema de una dominación y un abuso histórico contra el pueblo Mapuche y paralelamente establecer coordenadas que permiten relacionar al estado chileno con el mismo abuso en el presente histórico en que ella canto.

También vemos de que forma esta constatación de «Abuso de la institucionalidad» se expresa por medio de locuciones que van instalando el problema de la contingencia y sucesos específicos, en los cuales ella establece la relación entre la institucionalidad que abusa y los sectores populares.

Yo que me encuentro tan lejos
esperando una noticia,
me viene a decir la carta
que en mi patria no hay justicia,
los hambrientos piden pan,
plomo les da la milicia, sí.

Miren cómo redoblan
los juramentos,
pero después del voto
doble tormento.

Miren cómo nos
hablan del paraíso
cuando nos llueven balas
como granizo.

Tambien es clara en definir la forma en que este abuso institucional se expresa implícitamente, al tener los pobres y los sectores populares fechas, días y valores a los cuales admirar, sin ser esto motivo de mejor condición, sino por el contrario, solo una variable que aleja de ellos la posibilidad de romper con la tradición de abuso y subordinación.

Yo paso el mes de septiembre
con el corazón crecido
de pena y de sufrimiento
del ver mi pueblo afligido.
El pueblo amando a la patria
y tan mal correspondido.

 

Análisis «Esperanza» y subcategorías de análisis respectivas
Análisis

En las letras de Violeta Parra no solo se significa el dolor, la melancolía, la frustración y la indignación por el hecho de la existencia de tantas injusticias y la no existencia de fenómenos sociales y políticos que tendieran a invertir dicha situación. También se denota una fuerte sensación de esperanza, una importante dosis de esperar cambios, luchas sociales y justicia social, en este momento trataremos de ver de qué forma Violeta Parra habla de estas esperanzas y de que forma las va significando.

Antes que todo se ve una profunda esperanza por la existencia del cambio social, esto puede ser entendido desde un contexto donde muchos países ya luchaban por su liberación y el caso de la Revolución cubana era un hecho concreto y objetivo, pero veamos que mas allá de las variables contextuales que podría presentar la región o incluso algunos fenómenos sociales al interior del país, este sentimiento de esperanza frente a la necesidad de la existencia de un cambio social en Chile esta profundamente enraizado en la producción significante de Violeta Parra.

Violeta no solo pensaba este cambio social en relación a las fronteras que cobijaban su creación, sino que tenía también una visión latinoamericanista en relación a sus esperanzas de cambio social, se evidencia una función enunciativa lo suficientemente explícita en torno a la necesidad de que exista «Una fiesta grande» en América, una fiesta grande que puede ser sometida a un análisis binario y establecer que lo que en su estructura de produccion estaba presente era la idea que lo que había en América no era mas que dolor y quietud.

Fiesta Grande (+ +) / dolor, quietud, estancamiento (- -).

América aquí presente
con sus hermanos de clase
que empiece la fiesta grande
de corazones ardientes.

De la misma forma podemos pensar que lo que estaba constatando y deseando a la vez era la negación de la frialdad, la negación de lo que son los corazones pasivos y esto a la vez estructura la esperanza de que esta fiesta grande pudiese «Hacer arder los corazones» como significación de un momento de jolgorio, alegría y liberación, podemos establecer que ante esta esperanza por los corazones ardientes se estructura una lógica de afirmación / negación que dice relacion con el deseo de los corazones ardientes y la constatación de la frialdad en los corazones de Latinoamérica.

Corazones ardientes (+ +) / Frialdad en los corazones de América (- -)

En momentos vemos también una disposición personal o una concepción acerca de si que dice relación con ser ella quien podría aportar a la realización de esta esperanza, no en vano significa:

Me cruzan por la cabeza
como palomas los sueños.
Mi voluntad jura empeño
de arrear con esta pobreza.

En otros momentos es claramente radical su posición, en la letra «El Diablo en el Paraíso» jugando con alguna figura libertaria es capaz de invertir las funciones y dejar establecido claramente cual es el sentido que debería tener este cambio social para ella, o al menos cuales son los elementos que están en juego en este proceso.

Los pajes son coronados
los reyes friegan el piso
el diablo en el paraíso
y presos van los soldados
se perdonan los pecados
fusilamiento de jueces
en seco nadan los peces
será un acabo de mundo
cuando en los mares profundos
las arboledas florecen.

También define algunas sentencias, que para este análisis están relacionadas con la estructura cultural campesina y el componente de religiosidad popular existente en Violeta Parra, se explican perfectamente. Estas sentencias dicen relacion con que habría un cierto tiempo para que se cumpla dicha esperanza de cambio social, sino ya no será el hombre quien entrara a jugar en la cancha de las injusticias y las luchas de clases.

Despierte el hombre, despierte,
despierte por un momento,
despierte toda la patria
antes que se abran los cielos
y venga el trueno furioso
con el clarín de San Pedro,
llorando estoy,
y barra los ministerios,
me voy, me voy.

De esta manera se ve claramente que Violeta Parra tampoco estima sufrimiento ante las eventuales consecuencias de un proceso de cambio social y parece ser evidente su conciencia respecto de que un cambio social necesariamente contiene en su proceso momentos de intranquilidad.

No pierdo las esperanzas
de que esto tenga su arreglo.
Un día este pobre pueblo
tendrá una feliz mudanza.
El toro sólo se amansa
montándolo bien en pelo.
No tengo ningún recelo
de verlo vuelto tirilla
cuando se dé la tortilla
la vuelta que tanto anhelo.

Haciendo nuevamente alusión al fragmento de la canción el diablo en el paraíso, se puede evidenciar como el proceso de producción de significante de Violeta Parra expresa en si el anhelo o la esperanza por la justicia social.

Los pajes son coronados
los reyes friegan el piso
el diablo en el paraíso
y presos van los soldados
se perdonan los pecados
fusilamiento de jueces
en seco nadan los peces
será un acabo de mundo
cuando en los mares profundos
las arboledas florecen.

Los justos andan con grillos
y libres van los perversos

Es clara también la demanda que existe en sus producciones en torno a la existencia de un ente justo que ejerza la función justiciera de forma verdaderamente armónica y desde aquí nuevamente volvemos a relacionar la forma en que esta Mujer cantautora y creadora, piensa no solo en la acción del hombre en relación a esto, sino que también establece criterios que le permiten mirar desde la religiosidad popular que vive en ella y esa estructura cultural campesina que le es transversal la esperanza ante la Justicia Social.

Puerto Montt está temblando
con un encono profundo
es un acabo de mundo
lo que yo estoy presenciando
a Dios le voy preguntando
con voz que es como un bramido
por qué mandó este castigo
responde con elocuencia
se me acabó la paciencia
y hay que limpiar este trigo.

Así fue señores míos
la triste conversación
que en medio de aquel temblor
sostuve con el divino
cuando pasó el torbellino
de la advertencia final
bajito empezó a llorar
mi cuerpo resucitado
diciendo Dios’tá indignado
con la culpa terrenal.

En la mar hace falta,
como en la tierra,
un jurado que juzgue
la sanguijuela.

También se ve que de esta esperanza de justicia social, se desprende una suerte de demanda de armonía, en las letras constantemente se anhela una armonía, como si la situación que no es justicia fuese un tormento. Una armonía que también se complementa con la concepción de lo que será la felicidad para los pobres en un contexto de justicia social y cambio.

Todo estará en armonía
el pan con el instrumento
el beso y el pensamiento
la pena con la alegría

Pa’l pobre una buena cama
y un cielo con arreboles.

Y su conciencia dijo al fin
cántale al hombre en su dolor,
en su miseria y su sudor
y en su motivo de existir.

En torno a lo que hemos definido como La Esperanza que se presenta en el material significante producido por Violeta Parra podemos evidenciar que existe una derivada de esta esperanza que dice relación con la necesidad de la existencia de lucha para invertir las condiciones que ella constata por medio de su canto. Existencia de lucha que aparece como un momento necesario a alcanzar y por lo cual se deduce que es una composición societal que en el momento en que ella escribió no existía, quizás en la intensidad que esta mujer lo esperaba, se denota en ella la necesidad de la existencia de fenómenos de lucha social importantes que fuesen capaces de remecer las estructuras, no en vano en una de sus letras menciona:

Yo soy amiga del viento
que rige por las alturas
amiga de las honduras
con vueltas y torbellinos….

La fuerza me ha consumido
y me ha atormentado el alma
pa’mí lo que llaman calma
es vocablo sin sentido.

Podemos ver de que manera esta esperanza de lucha social se traduce en una disposición existencial hacia el movimiento y la beligerancia, el hecho de que lo que llaman calma sea vocablo sin sentido, es un significante que esta mostrando evidentemente la necesidad de estremecimiento, de la misma forma el hecho de ser amiga de los atributos mas dinámicos de la naturaleza, tambien van significando una disposición a una característica objetiva de lo que significa la lucha social, que es el quiebre de la paz social, la ruptura de las armonías ideológicas,etc.

También se evidencia una esperanza que se articula con hacer un llamado a los demás, con ejercer una cierta función de compulsión moral en torno a la necesidad y el deseo de la existencia de lucha.

Despierte el hombre, despierte,
despierte por un momento,
despierte toda la patria
antes que se abran los cielos
y venga el trueno furioso
con el clarín de San Pedro,
llorando estoy,
y barra los ministerios,
me voy, me voy.

Aquí tiene mi pañuelo
señora, seque su llanto
no hay en el mundo quebranto
que no tenga su consuelo.
Saque la vista del suelo
y míreme frente a frente
que sufre toda la gente
lo olvidaba por egoísmo
eso conduce al abismo
le digo primeramente.

Nadie le ha puesto remedio
pudiéndolo remediar.
Levántate, Huenchullán.

Levántese de la tumba,
hermano, que hay que pelear,
o la de no su bandera
se la van a tramitar,
que en estos ocho millones
no hay un pan que rebanar.

También se puede observar que frente a esta esperanza de existencia de lucha social, deriva una cierta actitud melancólica o pesimista frente al contexto en que ella desarrollo su producción significante, esto se asocia a categorías de análisis planteadas anteriormente, pero en el caso que nos convoca en este momento del análisis arrancan de la centralidad de la esperanza porque existan realmente luchas sociales en medio de un escenario que ella define como injusto, inmóvil y caracterizado por una paz social ante las injusticias de un sistema de dominación y explotación. También es claro el hecho de existir una disposición a no encontrar solución a los problemas sociales solo en su canto, sino que se pone en evidencia una clara conciencia de que hay algo más que hacer.

Todo es penuria y quebranto
de las leyes yo me espanto
lo paso muy confundida
y es grande torpeza mía
buscar alivio en mi canto

La lluvia que cae y vuelve a caer
los indios la miran sin hallar qué hacer,
se arrancan el pelo, se rompen los pies,
porque las cosechas se van a perder.

De alguna forma también es un anhelo que se combina con una melancolía, bajo la constatación de que nada se hace para cambiar lo que hay.

Análisis Religiosidad Popular y subcategoría de análisis respectiva

Análisis

Como primer elemento a mencionar a partir del examen y la lectura de estas unidades de análisis significantes, resulta interesante mencionar que Violeta Parra al hablar de la religiosidad y específicamente de la religiosidad Popular, establece una clara diferenciación entre lo que es esta y las estructuras eclesiásticas formales, para Violeta Parra la institucionalidad religiosa parece ser aborrecible y ante ello reivindica la necesidad de una religiosidad de otro orden , que tiene directa relacion con la estructura cultural campesina de la que hablamos con anterioridad, será importante citar algunas unidades significantes para captar concretamente esta reflexión:

Porque los pobres no tienen
en este mundo esperanzas,
se amparan en la otra vida
como a una justa balanza,
por eso las procesiones,
las velas, las alabanzas.

Aquí vemos claramente de que forma Violeta Parra atribuye una función inmovilizadora y enajenante al discurso religioso oficial, estableciendo a la vez la relacion con la pobreza desde la religiosidad, de alguna manera es un lugar donde se juega con la posibilidad de que las esperanzas en este mundo pasan por elementos de orden mas terrenales y no celestiales ni lo ritualesco que de ello se desprende.

Se habla de la religión como algo que hace que los pobres se amparen en otra vida, dejando el supuesto de que habría una vida real sobre la cual actuar.

Otra Vida (- -) / Una vida real (+ +)

En otra función enunciativa se establece la relacion de la maldad del rico en esta vida y lo que la divinidad, es decir, -el señor a María – definiría en torno a dicha maldad, afirmando que el deseo de esta divinidad sea que se acabe esta maldad, ya que son para todos las flores y la tierra entera con los montes y los arreboles.

Del rico es esta maldad
lo digo muy conmovido.
Dijo el Señor a María
son para todos las flores,
los montes, los arreboles.

Para seguir la mentira,
lo llama su confesor,
le dice que Dios no quiere
ninguna revolución,
ni pliegos ni sindicatos,
que ofende su corazón.

Aquí vemos de que forma se establece una critica a la institución eclesiástica definiéndola como una instancia que por medio de un supuesto mandato divino, estaría prohibiendo lo que anteriormente definimos en estas letras como el «Enfrentamiento a la institucionalidad» o la actitud desafiante que forma parte de lo que definimos como la autoconciencia de clase.

Lo que se pone en cuestión profundamente es la veracidad de dicho mandato, se pone en cuestión la legitimidad divina del confesor ante el mundo real, develando una función ideológica en la institucionalidad eclesiástica, ya que parte asumiendo que seria posible que dios si quisiera alguna revolución, pliegos y sindicatos, adjuntando en este análisis que aparece frecuentemente la figura de la divinidad demandando el cambio social en relacion a las injusticias de la tierra.

Qué vamos a hacer con tanto
tratado del alto cielo,
ayúdame Valentina
ya que tú volaste lejos,
dime de una vez por todas
que arriba no hay tal mansión,
mañana la ha de fundar
el hombre con su razón.

Se ve la forma en que estas letras delegan a las facultades el hombre la posibilidad de la transformación, de alguna forma critica los tratados oponiendo la razón del hombre y negando el conjunto de supuestos de los tratados del alto cielo, ya que arriba no habría ninguna mansión, pero a la vez afirma una creencia de otro orden ya que cuando le sugiere o le pide a Valentiva que le comente que arriba esta la negación de tal mansión , esta pidiéndole a alguien que en la tierra no esta, le comunique los sucesos de algún otro lugar extra terrenal.

También existe una tendencia importantísima en los significantes elaborados por Violeta Parra, a la estructuración de un relato que relaciona la religiosidad con la pobreza, asocia a Jesús con la desdicha en la tierra, narra las condiciones en las que el nació y también relaciona claramente sucesos sociales de pobreza con el problema de la religión, esto puede verse claramente si ponemos atención a las siguientes unidades significantes.

El niño Jesús nació
en el portal de Belén,
la estrella de sumo bien
a los Magos le’ alumbró.

Y su conciencia dijo al fin
cántale al hombre en su dolor,
en su miseria y su sudor
y en su motivo de existir.

Adiós a nuestro dolor,
válganos la penitencia,
hagamos la reverencia
en este humilde portal
porque envuelto en un pañal
vino Dios a la existencia.

Conclusiones
El objetivo general de la presente tesis se presenta al inicio de esta más o menos así:
Hacer emerger como problema teórico e investigativo la constitución de los pobres de la ciudad como un bloque social contra hegemónico en la ciudad de Santiago, desde la configuración de un relato analítico de múltiples variables sociales, asumiendo como centralidad la produccion significante de Violeta Parra como configuración temporal / ideológica [124] de este bloque social embrionario.

Lo que se puede traducir en que la presente tesis tuvo como objetivo central relacionar las condiciones sociales existentes en el tiempo histórico de la producción de Violeta Parra con la producción significante de esta, tratando de buscar los argumentos socio históricos y lingüísticos (Análisis estructural) para conjeturar que una obra no puede ser ni explicarse de forma autónoma a las relaciones sociales de producción y reproducción social que una sociedad genera en un tiempo social específico de su desarrollo.

En esta búsqueda, nos permitió en un comienzo de la investigacion ir encontrando una variabilidad de hipótesis, de esta forma se realizo este ejercicio de interpretar teóricamente un conjunto de fenómenos sociales, políticos, antropológicos, etc. Para ir encontrando el lugar preciso de la produccion significante de Violeta Parra en este conjunto de fenómenos, en esta cartografía de sucesos que mediante la interpretación teórica tratamos de ir ordenando para dar lugar y composición a esta produccion significante.

El resultado resulta ser satisfactorio en torno al objetivo general planteado, esto se evalúa positivamente en virtud de tres elementos centrales:

1. Se afirma la consecución del objetivo que dice relacion con poder hacer emerger lógica e interpretativamente las características generales de un tiempo social determinado, con todas las complejidades tanto en la diferenciación de dimensiones y variables como en la conexión de fenómenos que responden a órdenes de distinta naturaleza.

2. Tambien evaluamos como positivo la capacidad por encontrar efectivamente en el análisis estructural un método que nos permitió rescatar y viabilizar un sentido en la produccion significante de la obra de Violeta Parra.

3. De la misma forma se evalúa como positivo el hecho de haber podido encontrar una conexión lógica e interpretativa entre la produccion significante de Violeta Parra y el conjunto de fenómenos aquí trabajados.

En este sentido creemos que se logro abarcar positivamente dicho objetivo, ya que logramos establecer una relación entre elementos específicos de la generación social de la época como lo es el la emergencia de «Los pobres de la Ciudad» como un Bloque social, con la producción significante de Violeta Parra.

En Todo momento pensamos que para que se desarrolle un nuevo Bloque Social subalterno y autónomo a las condiciones ideológicas de legitimidad del Bloque Histórico Hegemónico, se hacia necesario que este nuevo bloque social (Poblacional) se dotara de una visión de mundo coherente con su posición respecto de la dominación y la situación concreta ocupada en el conflicto social de la época que lo demanda como protagonista.

Creemos que logramos describir a este nuevo Bloque y poner en evidencia esta nueva visión de mundo a partir de la descripción de las nuevas formas de vida generadas al interior de las territorialidades en las que este tomaba vida. Mientras que tratamos de buscar de qué forma la visión de mundo construida en torno al material significante de Violeta Parra se aproximaba a la visión de mundo que este bloque poblacional generaba paulatinamente en el mismo tiempo histórico que el de Violeta Parra.

Si bien , esto no quedo explicitado como una hipótesis de trabajo de forma especifica, creemos que en el desarrollo de la tesis se aclara dicha intencionalidad; y resulta tremendamente gratificante para esta, la existencia de un correlato –quizás no causal, sino de orden profundo e interpretativo- entre características de la visión de mundo de dicho bloque social emergente que aquí tratamos con detención y la reconstrucción de la visión de mundo que a partir del material significante de Violeta Parra.

Es muy difícil pensar en la cohesión de un bloque social si este no se dota de una nueva concepción de mundo o una nueva visión, que le permita estructurar elementos mas complejos de su composición orgánica como lo es la identidad, la ideología y la conciencia de clase. De la misma forma vemos como esta visión de mundo que es pura producción de subjetividad puede dotarse de ciertos agenciamientos que la expresan de forma coherente y centralizada a lo que podríamos definir como la exterioridad del bloque mismo; en este sentido, es posible pensar la forma en que Violeta Parra es un agenciamiento concreto e histórico de esta nueva visión de mundo de lo que aquí denominamos los pobres de la ciudad como bloque social emergente.

Pensando el agenciamiento como una conformación que en la enunciación de la particularidad deja en evidencia la lógica transversal que lo determina tanto a el como sus variaciones, una definición interesante de esto en lo referido a la escritura logra estructurar Deleuze y Guattari:

«Escribir sea quizás sacar a la luz ese agenciamiento del inconciente, seleccionar las voces susurrantes, convocar las tribus y los idiomas secretos» [125]

Para no ir más lejos, lo que encontramos en la presente investigacion es la forma en que paulatinamente se va constituyendo una alternativa social revolucionaria a partir de los años cincuenta en chile y esto lo comprendemos desde dos elementos reiterados categóricamente en esta investigacion, que fueron producto de la lectura y la comprensión de las producciones de Gramsci -específicamente en «Los intelectuales y la organización de la cultura»- y algunos textos teóricos elaborados por el MIR (Movimiento de izquierda Revolucionaria) -específicamente «El camino de la revolución es el camino de las masas» y «Solo una revolución entre nosotros hará posible una revolución en Chile»- elementos que son:

* La irrupción de una crisis orgánica en el bloque histórico, es decir, el quiebre del vinculo orgánico entre estructura y superestructura.
* La creación de un sistema hegemónico que aglutine a las clases subalternas.

Estos elementos se presentaron tanto en la lectura teórica en la realización de la presente tesis como en el análisis de los fenómenos sociales del tiempo social especificado.

Estas características hicieron posible la constitución progresiva de lo que algunos denominaran «Una esfera publica no estatal» [126] que paralelamente a crear condiciones para sostener niveles elevados de beligerancia social, se dotaron de nuevas estructuras y formas de simbolización de la realidad [127].

Lo que según Gramsci es una construcción de contrahegemonia que se dota de nuevas formas de comprender y enunciar lo real, pero estas nuevas formas se ponen en evidencia a partir de la estructuración de nuevas funciones, lo que en «Los intelectuales y la organización de la cultura» será la estructuración de los intelectuales funcionarios o los «Intelectuales Orgánicos» en torno al nuevo bloque social que lucha por la hegemonía y que ha roto su vinculación orgánica con la superestructura del bloque histórico fundamental de la dominación.

En este contexto nace la figura de Violeta Parra – y esto a modo de conclusiones – como la posibilidad de la configuración uno de los tantos intelectuales orgánicos que fueron capaces de simbolizar la interpretación y las proyecciones que un conjunto no menor de personas poseía en un momento determinado del tiempo social aquí analizado.

Otro elemento que aquí se constituye como una proyección para otras investigaciones- y que evidentemente habla de las debilidades de la presente- es la necesidad de profundizar teóricamente en torno a las definiciones de Bloque Histórico, Bloque Social, Hegemonía y Subalternidad en la Obra de Antonio Gramsci.

Otra proyección, esta dice relación con la necesidad de profundizar teóricamente sobre la relación entre el creador y las condiciones sociales en las que las creaciones se inscriben, lo que nos interpela a profundizar necesariamente la teoría estética desde diferentes prismas –en esto nos interesa hacer especial hincapié en la teoría estética de Adorno y la «Industria cultural» de el mismo y su colega Max horkheimer- ya que en algún momento de la investigacion, lo que tuvimos frente a nuestros ojos no fue mas que una posible estatización de los procesos sociales.

Aquí poseemos múltiples enfoques para entender este elemento, desde posiciones que afirman la completa autonomía de la obra, hasta aquellas que plantean una sobredeterminación sobre el proceso creativo, como puede ser el caso del estructuralismo y específicamente de la antropología estructural.

Otro elemento que queda como una deuda de la presente investigacion y que sin duda se continuara investigando, es la posibilidad de comprender la produccion significante de Violeta Parra como la expresión de procesos de creación de estructuras de simbolización colectivas por sobre lo real, esto nos llevaría necesariamente a relacionar esta investigacion con el Psicoanálisis estructural de Lacan y pensar desde dichas coordenadas la naturaleza y la función especifica de la produccion significante de la obra de Violeta Parra.

Notas
[1] Slavoj Zizek. Jameson Fredric. «Estudios culturales. Reflexiones sobre el multiculturalismo». Paidos. Bs.As.2005. Pág. 140.
[2] Ibidem. Pág.
[3] «No olvidemos que al Narrar Angel Parra en su texto «Violeta se fue a los cielos», define claramente la manera en que su madre Violeta le dice «Estas canciones no son para ustedes, son para el pueblo de Chile»
[4] Vicente Duran. SUBVERSO.
[5]García Canclini, Néstor. «Las culturas populares en el capitalismo». Nueva Imagen… México. 1982. Pág. 13
[6] Strauss, C. Levi. «Antropología estructural». Paidós editores. Barcelona. 1987. Pág. 100.
[7] Strauss. Claude, Levi. «El pensamiento salvaje». HISTORIA Y DIALECTICA. FCE. México. 2003. Pág. 389.
[8] Ibidem. Pág. 379.
[9] Mas referencias a esta forma de analizar y comprender la naturaleza de los datos, pueden ser observadas en la sección que habla sobre la metodología de la presente investigación.
[10] Como matriz urbano/territorial de soporte a estos fenómenos y las funciones derivadas que de esta se generan -variables como lo son los procesos migratorios que en esta se ubican, los procesos de descomposición y composición antropológica que en ella se desarrollan; y las transformaciones que ella misma como ciudad experimenta desde las crecientes intensidades de politizacion y beligerancia social, en cuanto la emergencia de nuevos ejes de agrupamiento social en torno a la integración sistémica y opciones mas autónomas frente al contexto definido.
[11] Incluso sectores que estructuralmente se localizaron como agentes residuales del proceso de reforma agraria en su afán por incorporar estructuras salariales en el agro, nos referimos específicamente a sectores rurales ubicados más allá del alcance de las periferias más cercanas al radio de influencia del centro urbano.
[12] Ibidem. Pág. 56.
[13]Strauss, C.L Strauss. «La Sociologie francaise». PUF. Paris. 1950. Pág. 527. Citado en Fagues, Jean Baptiste. «Para comprender a Levi-Strauss». Amorrortu. Bs.As.
[14] Benveniste.E. Problemas de la lingüística general. Gallimard.1966. Pág. 35.
[15] Barthes, Roland. «El análisis estructural». Centro editor de América latina. Bs.As.1977. Pág. 68.
[16] Ibidem. Pág. 70.
[17] Conjunto de textos de Levi Strauss orientados al análisis de diversos Mitos de una compleja variedad de mitos en América del norte y del sur.
[18] Strauss. C. Levi. «Antropología estructural». Eudeba. Bs.As. 1968. Pág. 191.
[19] Esta llamada «Dimensión contextual» es la que Roland Bartes define como el eje desde donde se realiza el análisis del sentido.
[20] Barthes, Roland. «El análisis estructural». Centro editor de América latina. Bs.As.1977. Pág. 72.
[21] Para esto revisar a Daniel Bertaux en «Sociología de la Vida Cotidiana» y en Iñiguez, L. Antaki, Ch; «La psicología social como crítica». En: Revista Antrophos Nº, 1998.
[22] Es importante dejar en claro que este software significo para nosotros solamente una herramienta que nos permitió ordenar el material significante que aquí utilizamos, no consideramos que sea una herramienta orientada puramente al análisis del discurso o el análisis de contenido, ya que perfectamente nos permitió organizar la información en un esquema metodológico que recoge al análisis estructural como la centralidad lógica de nuestro procedimiento analítico.
[23] Veron, Eliseo.»La Semiosis Social. Fragmentos de una teoría de la discursividad». Gedisa Ediciones. 1998. Barcelona. Pág. 99.
[24] Ibidem. Pág. 100
[25] Ibidem. Pág. 122
[26] Ibidem. Pág. 123
[27] Ibidem. Pág. 124
[28] Ibidem. Pág. 125
[29] Ibidem. Pág. 126
[30] Ibidem. Pág. 126
[31] Ibidem. Pág. 127
[32] Ibidem. Pág. 127
[33] Ibidem. Pág. 127
[34] Ibidem. Pág. 127
[35] Ibidem. Pág. 127
[36] Jessop Bob. «Crisis del Estado de bienestar». Ediciones «Siglo del Hombre». Bogota 1999. Pág. 20.
[37] Jessop Bob. «Crisis del Estado de bienestar». Ediciones «Siglo del Hombre». Bogota 1999. Pág.21
[38] Con mayor exactitud, podríamos hablar –desde Habermas-de la «Colonización del mundo de la vida».
[39] Jessop Bob. «Crisis del Estado de bienestar». Ediciones «Siglo del Hombre». Bogota 1999.Pág. 22
[40] Geisse, Guillermo. Economía y política de la concentración urbana en Chile. El colegio de México. Ediciones. PISPAL .México. Distrito Federal.1983. Pág. 157.
[41] Ibidem. Pág. 157.
[42] ODEPLAN. Plan de la economía nacional. 1971-1976.Antecedentes sobre el desarrollo 110 Chileno,1960-1970,serie, Nº 1, ODEPLAN. Planes sexenales. Santiago.
[43] Geisse, Guillermo. Economía y política de la concentración urbana en Chile. El colegio de México. Ediciones PISPAL. México. Distrito Federal.1983. Pág. 159.
[44] Muñoz, Oscar. Crecimiento industrial de Chile.1914-1965.Santiago.Instituto de Economía. Universidad de Chile. S/P
[45] Geisse, Guillermo. Economía y política de la concentración urbana en Chile El colegio de México. Ediciones PISPAL.Mexico. Distrito Federal.1983. Pág. 160.
[46] Geisse, Guillermo. Economía y política de la concentración urbana en Chile. El colegio de México. Ediciones PISPAL. México. Distrito Federal.1983. Pág. 160.
[47] Ibidem. Pág.161.
[48] Hurtado, Carlos. concentración de población y desarrollo económico: El caso Chileno. Santiago.Instituto de economía. Universidad de Chile
[49] Oficina de estudios y políticas agrarias.
[50] Geisse, Guillermo. Economía y política de la concentración urbana en Chile. El colegio de México. Ediciones PISPAL. México. Distrito Federal.1983. Pág. 176.
[51] Romero, José Luís. «América Latina. Las ciudades y las ideas». Siglo XXI editores. Bs. As. 2005. Pág. 320
[52] Ibidem. Pág. 322
[53] Ibidem. Pág. 324
[54] Ibidem. Pág. 330
[55] Romero, José Luís. «América Latina. Las ciudades y las ideas». Siglo XXI editores. Bs.As. 2005. Pág. 328
[56] Para comprender de mejor forma este concepto se sugiere revisar del Antropólogo: Linton, Ralph. «Estudio del Hombre». Capitulo VI «Los aspectos Característicos de la cultura». Fondo de cultura económica. México, DF. 1942.
[57] Es relevante poder estudiar la obra «Los Invasores» de Ewon Wolf y ver de que forma en esta se estructura una simbolización de dualidades antagonistas, donde se configuran dos mundos identitarios que se confrontan en un mismo territorio y demarcan sus características e identidades; la mayor parte de las veces irreconciliables.
[58] Focault, Michel. «Los Anormales». Fondo de cultura Económica. Bs.As. 2000. Pág.62
[59] Romero, José Luís. «América Latina. Las ciudades y las ideas». Siglo XXI editores. Bs.As. 2005. Pág.330
[60]Linton, Ralph. «Estudio del Hombre». Capitulo VI «Los aspectos Característicos de la cultura». Fondo de cultura económica. México, DF. 1942. Pág. 94.
[61] Deleuze, Gilles. «Quien viene después del sujeto». Luís Kancyper. El Campo Analítico con Niños & Adolescentes. Zona Erógena. Nº 18. 1994.
[62] Romero, José Luís. «América Latina. Las ciudades y las ideas». Siglo XXI editores. Bs.As. 2005. Pág.332.
[63] Ibidem.Pág. 331.
[64] Ibidem. Pág. 332
[65] Para profundizar sobre la noción de «Régimen de Societalizacion» se sugiere revisar a Bob Jessop en: «Crisis del Estado de bienestar». Ediciones «Siglo del Hombre». Bogota 1999.
[66] Respecto de este concepto se sugiere revisar a Habermas, Jürgen en: El estado de bienestar y el agotamiento de las energías utópicas».
[67] Romero, José Luís. «América Latina. Las ciudades y las ideas». Siglo XXI editores. Bs. As. 2005. Pág.333
[68] Ibidem. Pág. 336.
[69] Ibidem. Pág. 334.
[70] Ibidem. Pág. 334.
[71] Ibidem. Pág. 338.
[72] Espinoza, Vicente. Para una Historia de los pobres de la ciudad.Ediciones SUR. 1988. Santiago-Chile. Pág.239.
[73] Ibidem. Pág. 239.
[74] Cuando se articula la noción de sistema político con la de representatividad o legitimidad, se esta hablando desde la perspectiva que instala Habermas en «Problemas de Legitimidad en el Capitalismo Tardío», en donde el sistema político es una fuente de generación de insumos para la consolidación de la llamada legitimidad de masas.
[75] Ibidem. Pág. 240.
[76] Ibidem. Pág. 240.
[77] Ibidem. Pág. 241.
[78] Ibidem. Pág. 242.
[79] Ibidem . Pág. 243
[80] Castells, Manuel. La Ciudad de la democracia. Versión Fotocopiada. S/P
[81] Ibidem. S/P
[82] Ibidem. S/P.
[83] Ibidem. S/P.
[84] Castells, Manuel. «Crisis urbana y Cambio Social». Siglo XXI editores. México. DF. 1981. Pág. 1.
[85] Ibidem. Pág. 4.
[86] Ibidem. Pág. 150.
[87] Ibidem. Pág. 156.
[88] Ibidem. Pág. 157.
[89] Castells, Manuel. Movimientos sociales urbanos. Siglo XXI Editores. Barcelona. 1974. Pág. 26.
[90] Castells, Manuel. «Crisis urbana y Cambio Social». Siglo XXI editores. México. DF. 1981. Pág.149
[91] Cuando se habla de relación orgánica entre estructura y superestructura se hace referencia a la forma en que Gramsci entendía el problema de la relación entre estos dos niveles de lo social.
[92] Van Shouwen, Bautista. «El camino de la revolución es el camino de las masas». En «El pensamiento revolucionario de Bautista Van Shouwen» de Martín Hernández. Publicado en el Centro de estudios Miguel Enríquez. www.archivochile.com
[93] Portelli, Hugues. «Gramsci y el bloque histórico». Siglo XXI editores. Bs.As. 1973. Pág. 119.
[94] Castells, Manuel. La ciudad de la democracia. Versión Fotocopiada. S/P.
[95] Garcés, Mario. «Tomando su sitio. El movimiento de pobladores en Santiago: 1957-1970. Editorial LOM. Santiago. 2002. Pág. 337.
[96] Ibidem. Pág. 339.
[97] Ibidem. Pág. 337.
[98] Ibidem. Pág. 337-338.
[99] Ibidem. Pág. 340.
[100] Ibidem. Pág. 341.
[101] Ibidem. Pág. 344.
[102] El Siglo. Lunes 3 de febrero. 1958. Pág. 11. Citado en «Tomando su sitio». Garcés, Mario.
[103] Castells, Manuel. «Crisis urbana y Cambio Social». Siglo XXI editores. México. DF. 1981. Pág.130
[104] Ibidem. Pág. 150.
[105] Ibidem. Pág. 164.
[106] Castells, Manuel. Movimientos sociales urbanos. Siglo XXI editores. México.1978 Pág. 90
[107] Ibidem. Pág. 93
[108] Ibidem. Pág. 94.
[109] Ibidem. Pág. 97.
[110] Ibidem. Pág. 100
[111] Movimiento de Izquierda Revolucionaria.MIR. Secretariado Nacional. «Solo una revolución entre nosotros hará posible una revolución en Chile». Fotocopia.
[112] Morales, Leonidas. «Violeta parra: La ultima Canción». Editorial Cuarto Propio. Santiago. 2003. Pág.32
[113] Ibidem. Pág. 32
[114] Aquí se hace referencia a poder entender a la modernidad en su especificidad Latinoamericana, caracterizada básicamente por su posición de dependencia respecto de los países céntricos con estructuras de desarrollo ampliamente perfeccionadas y a la vez dependientes de la perpetuación de una suerte de modernidad embrionaria en América Latina.
[115] Habermas, Jürgen. «Problemas de legitimación en el capitalismo tardío». Ediciones Cátedra.1999. Madrid. Pág. 134ç
[116] Morales, Leonidas. «Violeta parra: La ultima Canción». Editorial Cuarto Propio. Santiago. 2003. Pág.33
[117] Gramsci, Antonio. «Los intelectuales y la organización de la cultura». Ediciones Nueva Visión. Bs.As. 1972. Pág. 12
[118] Morales, Leonidas. «Violeta parra: La ultima Canción». Editorial Cuarto Propio. Santiago. 2003. Pág.34
[119] Ibidem. Pág. 35
[120] Ibidem.Pág. 37
[121] Parte de una canción de Violeta Parra.
[122] De ahí la enunciación «El León es un sanguinario en toda generación»
[123] Aquí no hacemos referencia a la animosidad de Violeta Parra en cuanto condición psíquica, sino que a l animosidad en cuanto factor o variable colectiva que conjuga un momento del desarrollo de la subjetividad mancomunada.
[124] Es importante dejar en claro que al momento de utilizar la categoría analítica de Lo Ideológico, lo que estamos haciendo es homologar a esta con lo que consideramos «La visión de mundo» tanto de Violeta Parra como de los pobres de la ciudad, como fenómeno construido en la presente investigacion.
[125] Deleuze, Gilles. Guattari, Félix. «Mil mesetas. Capitalismo y esquizofrenia». PRE –TEXTOS Ediciones. Valencia. Septiembre 2004. Pág. 89
[126] Zizek, Slajov. Tolerancia multicultural como ideología. http://consellodacultura.org/sentidos/wp-content/uploads/2007/03/zizek_galego.pdf
[127] Aquí no estoy haciendo especial referencia a la relacion entre lo real, lo simbolico y lo imaginario presente en la obra de J. Lacan.
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