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“Los juegos de hambre” [Hunger Games].

por Camila Coddou
Artículo publicado el 30/01/2015

En la última versión de la película “Los juegos de hambre” [Hunger Games], Katniss, la protagonista, es el tipo de rebelde que puede convertirse en una excelente modelo para Barbie.

 

Traducción de Ana Figueroa
Artículo publicado originalmente en «Bitch Magazine», USA.

 

Katniss Everdeen se ha ganado un rincón especial en mi corazón. ¿Y a quién no le ha pasado lo mismo? Ella es el pilar fundamental de su familia y la sostiene con fuerza y valentía, en su actitud de Diana o de amazona, provista de su arco y su flecha, con una trenza coqueta y, más encima, se la ve intentando derrotar un gobierno tiránico. Ahora, como heroína del film más taquillero de este año, se ha situado en el corazón de millones de norteamericanos. ¡La victoria es nuestra! Aunque, la verdad, no hay que cantar victoria tan rápido. Katniss Everdeen, tanto en su imagen exterior como su interior, parece representar el espíritu rebelde , debido a que el mundo que la rodea se le viene encima de manera violenta y cruel. Mas: es tan así? Reflexionémoslo con alguna detenció

Fui, con un grupo de amigas, a ver la película The Hunger Games: Mockingjay Part tan pronto llegó a todos los cines el mes pasado. La verdad es que estaba ilusionada sobremanera de poder ver el film, pero este entusiasmo fue desapareciendo rápidamente y aún antes de que la película comenzara. Junto con la película o, más bien como preámbulo a ésta, se presentaron una serie de sinopsis que podrían catalogarse de ofensivas, por decir lo menos. Es que, si me guiaba a partir de tales sinopsis, tendría que haber asumido que la audiencia de la película Hunger Games, estaba tan expectante a ésta como a Una Noche en el Museo 3, que presenta un grupo anónimo de estereotipos étnicos en conjunción con una princesa indígena. Habría supuesto también que la audiencia iba a sentirse también atraída por la película Perfect Pich 2 (Dando nota en España y Ritmo perfecto en Latinoamérica), donde uno de sus personajes se niega a tener sexo casual en una fiesta, al mismo tiempo que hace un guiño de ojo a la cámara sugiriendo que su negativa es sólo un performance de virginidad para los asistentes a la fiesta. También tendría que haber supuesto que debemos estar grandemente entusiasmados por la película The Interview (La Entrevista)–demasiado controversial como para ser exhibida–, que muestra la estructura de un show norteamericano televisivo de conversación y, cuyos personajes, representados por James Franco y Seth Rogen, tienen como misión asesinar al líder de la República Socialista de Corea del Norte.

Después de estar victimizada por más o menos 20 minutos a aceptar tener que ver las sinopsis de tan cuestionables películas—ya lo dije, todas exhibidas antes de los créditos de apertura de Mockingjay— , para mí quedó muy clara la conclusión de que Los Juegos del Hambre es cualquier cosa, menos una muestra de arte revolucionario. Y es que –me parece–por su parte, Hollywood está feliz de hacer dinero de lo que actualmente está de moda y, ahora, gracias a esta película, también a otros lugares ficticios de una novelística juvenil: ¡lo que está de moda es la rebelión! Rebelión que Hollywood convierte en pura y virginal y la aleja, la aliena de los problemas reales de una sociedad como la raza y el género, por ejemplo. Estas reiteradas películas de la índole de Los Juegos de Hambre buscan crear un nuevo público consumidor, clientes potenciales tanto para las compañías de maquillaje como para las de vestuario. Pero qué pasa con la chica sexy rebelde? El estilo de vida anti-consumista de Katniss, la protagonista, sumado a las consignas en contra del dictador, son sólo una capa de ese sándwich relleno de estereotipos, tanto de la propia película como de las malas bromas sexuales y la incongruencia de los otros films presentados en las sinopsis. Estos últimos ponen en relieve la terrible paradoja de que ¡ se pagan 10 dólares (unos 5 mil pesos chilenos, 87 pesos argentinos más menos) para animar a los rebeldes de una película falsa, sentada en un teatro de peluche que está situado en un centro comercial! Ver una película que se dividió en dos o más partes sin ninguna otra intención que la de hacer ganar, en cubos llenos, más dinero a los productores de Hollywood.

Después de que las sinopsis terminaran, pude gozar de la primera parte de la película Mockingjay. Es tan emocionante y conmovedora que le permite al espectador escapar por un momento de las desigualdades y los problemas a que la realidad nos enfrenta día a día. Pero, veámoslo muy claro: eso no quita de que sea extraño ver una versión novelada de lo que realmente está sucediendo, en una forma muy real, hoy en las calles de nuestras propias ciudades. La mercantilización de los movimientos, a cambio de un beneficio económico, es el truco más viejo en el libro (las figuras del Che Guevara y de Frida Kahlo son un ejemplo latinoamericano de esto). Innumerables formas y actos de rebelión han sido saqueados, anestesiados, distorsionados y el comercio se ha apropiado de ellos con el fin de ganar dinero para el propio sistema al cual estas formas de rebeldía están destinadas a socavar. De igual modo, en Estados Unidos se da el uso de una canción acerca de la revolución para vender zapatillas Nike o, al feminismo para vender un estilo de moda inaccesible (una forma de vestir y de maquillaje). Ahora bien, la versión de Hollywood de la trilogía Los Juegos del Hambre ha convertido en “palomitas de maíz”, dulce y amistosa, una historia basada en la rebelión de las clases bajas de una sociedad . A la propuesta cinemática le puedo otorgar puntos extra porque el héroe es una mujer, de modo que mi otro yo –feminista acérrima–, pueda sentirse pacificada durante el corto tiempo que significa comprar el boleto y sentarse a ver la película.

Los detalles importantes de este film (la línea de la historia, la filosofía del poder, otros pseudo personajes secundarios etc.) son, en su mayor parte, tratados…¡sin importancia. Obviamente lo que de tal modo se está comunicando es que uno pagó una entrada para ir a alentar y aclamar a una rebelde y a censurar la ostentación de la riqueza que hacen los malos. Pero este uno va a vitorearla a ella sola, a la rebelde, no a un movimiento, no a una ideología, ni mucho menos a un grupo social. La película, en última instancia, sirve para engañar a nuestros ojos, para hacernos creer que somos lo suficiente liberales como para apoyar este tipo de rebeldías, pero sólo nos muestra que los responsables del film ven en el espectador a un grupo de tontos. Son nuestra propia rabia y las ganas de rebelarnos, las herramientas que se utilizan en contra nuestra. Y ello porque tras toda la dulzura, los momentos románticos y la valentía de la protagonista, se conforman los precisos instantes en que nos distraen para vendernos diversas formas de artículos de consumo. Y con ello se logra re-envasar nuestras infinitas posibilidades de libertad para vendérnoslas en forma de una mala película. Lo mismo pasa con el simple hecho de ir a ver la película The Interview: para muchos “patriotas” ir a verla constituye un acto de valentía, un verdadero desafío contra la tiranía (divertido es que esta tiranía esté a varios miles de kilómetros de distancia de los cines norteamericanos) lo que permite mostrar cuán libre es el pueblo norteamericano. Y no: es simplemente una forma más de entretenimiento vacuo.

Salí del cine y sentí algo dentro de mí que se enciende y me lleva a cuestionar al sistema, algo que no necesariamente está relacionado—exclusivamente– con la película. Ser parte de la base de fans de Hunger Games ha servido, en última instancia, como un recordatorio para mí que tenemos que seguir cuestionando lo que aceptamos como progreso. Antes de que nos sentemos en la gloria y nos felicitemos de que, por fin, tenemos una heroína revolucionaria feminista, no nos olvidemos de leer la letra chica e investigar la intención, el motivo y la autenticidad del discurso fílmico.

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Un comentario

Se pierde la critica hacia la película, en la primera parte, dando tantas referencias sin sentido a otras películas. Pero me gusto tu critica y punto de vista ya que concuerdo con varias cosas

Por Jorge Peñafiel el día 07/11/2018 a las 10:30. Responder #

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