ABSTRACT: RESUMEN-PRESENTACIÓN
A partir de los constructos TIEMPO y CONTEXTO, y desde las claves de los discursos la Modernidad y la PosModernidad, pretendemos interpretar la película «Lost in Translation» y los procesos de construcción de la Identidad y Sentido de los dos personajes principales de la película.
PLANTEAMIENTO INICIAL:
Este artículo tiene dos partes:
· En la primera parte, intentaremos responder a una serie de preguntas acerca de la construcción del sentido e identidad personal tal y como se muestra en una película, cuál es la identidad de los personajes y si ésta identidad podemos considerarla o no «Pos-Moderna». Abordaremos este discurso considerando el constructo TIEMPO.
· En la segunda parte, ofreceremos nuestra opinión más personal sobre el trasfondo de la película comentada, considerando la importancia de la Contextualización y la Descontextualización a la hora de construir sentido e identidad. El constructo CONTEXTO será aquí nuestra guía discursiva.
En base a estos dos constructor comentaremos desde una perspectiva psico-social la película «Lost in Translation». Como no es nuestra intención hacer un artículo de crítica cinematográfica, no vamos a detallar exactamente el desarrollo de la película: nos parece que ésta es suficientemente conocida. De todas formas, exponemos a continuación su ficha técnica y dos webs donde poder ampliar información sobre ella; a nivel más personal, recomendamos que se vea por puro placer.
LOST IN TRANSLATION – PERDIDO EN LA TRADUCCIÓN …
Ficha Técnica:
· Dirección: Sofia Coppola
· Intérpretes: Scarlett Johansson, Bill Murray, Giovanni Ribisi, Anna Faris, Akiko Takeshita.
· Género: Drama / Comedia / Romance
· Año: 2003
· Duración: 102 minutos
· Nacionalidad: EEUU / Japón
· Imágenes, Sinopsis, Trailer: http://www.tugueb.com/cine/2004/01/reportajes/lost_in_translation/
· Opiniones sobre la película: http://www.alohacriticon.com/elcriticon/article1789.html
PRESUPUESTOS DE LOS QUE PARTIMOS
Antes de empezar es conveniente que dejemos claro los presupuestos de los que partimos:
· [1] POST-MODERNIDAD COMO CONCEPTO: La Pos-Modernidad la consideramos un fácil concepto «comodín» con una doble intencionalidad histórica y crítica: se refiere tanto a [A] una etapa (o sub-etapa) de la Evolución de la Sociedad Occidental y de las relaciones entre sus diversos sub-sistemas (social, tecnológico, económico, cultural, individual, … ), como a [B] la reflexión crítica que con su nombre se hace de la Modernidad y sus insuficiencias.
· [2] POST-MODERNIDAD COMO DESCRIPCIÓN: La Pos-Modernidad no es sólo un concepto teórico sino que pretendería explicar las relaciones de causa-consecuencia-red entre los cambios macro-sociales y los cambios micro-individuales, o lo que es lo mismo, bajo el paraguas de este concepto nos obligamos a tener que debatir acerca de la influencia recíproca entre Sociedad e Individuo en un momento histórico determinado (Segunda mitad del siglo XX àsiglo XXI): ¿los cambios tecnológicos, económicos, laborales, …., de este final-principio de milenio, en qué medida modifican la Identidad y Personalidad de los individuos?, ¿la Identidad, Personalidad, deseos y capacidad de comprensión de los individuos son los que dirigen la evolución social?. Podríamos resumir lo anterior sugiriendo la dicotomía marxista – weberiana sobre cual es más causa o consecuencia en el binomio Sociedad-Individuo, aunque esta diferenciación nos parece muy simple y falaz: para Marx, los condicionamientos económicos y tecnológicos determinan la Historia de las Sociedades y ésta la de los individuos, pero son los individuos los que, al ser conscientes de este determinismo material e histórico, empujan para facilitar los cambios y que éstos les permitan cuanto antes su autorrealización («Manuscritos Económico-Filosoficos»); para Weber, los sujetos buscan comprender el mundo en el que viven, para lo que utilizan categorías socialmente admitidas (y sino las reformulan, como hizo Lucero con la categoría «Salvación»), y al comprenderlo mediante esas categorías modifican el mundo y sus relaciones económicas-sociales-tecnológicas, con lo que se refuerzan esas categorías («Ética Protestante …») . Nosotros no nos decantaremos por ninguna prevalencia entre Sociedad e Individuo, primero porque no nos consideramos capacitados para ello, y segundo porque no tenemos clara la existencia de ningún criterio objetivo que permita delimitar exactamente qué es Sociedad y qué es Individuo.
· [3] POST-MODERNIDAD COMO EXAGERACIÓN: La Pos-Modernidad no la podemos nosotros entender desvinculada de la Historia, como un proceso de ruptura respecto a alguna etapa anterior (Modernidad), puesto que entonces caeríamos en el sinsentido de no poder explicarla: si definimos Pos-Modernidad tanto como aquello que va históricamente «tras» la Modernidad como aquello que «trasciende» (supera por la crítica) a la Modernidad, lo que estamos aceptando es que la Pos-Modernidad no se puede entender sin la Modernidad. Por eso, adoptamos el presupuesto de que la Pos-Modernidad es un concepto que expresa la EXAGERACIÓN de la Modernidad, con sus contradicciones y consecuencias. Así, más que Pos-Modernidad nos gusta el término Hiper-Modernidad, como expresión de que la Pos-Modernidad no es más que una Modernidad Exagerada.
Por tanto, [1] la «Post-Modernidad» nos puede servir como concepto para intentar explicar las relaciones Sociedad-Individuo en nuestro momento histórico actual y en un contexto caracterizado por la tecnologización y urbanización masiva, partiendo de la existencia de unas [2] relaciones Sociedad-Individuo en las que es complicado determinar una linealidad causal, [3] y sin olvidar que este concepto tiene una naturaleza tanto de descripción histórica como de reflexión crítica ligada a la evolución de la Modernidad.
De estos tres presupuestos está teñida la siguiente reflexión.
PRIMERA PARTE: EL TIEMPO.
INTRODUCCIÓN.
«Lost in Translation» se puede resumir como la historia de una relación circunstancial entre un actor protagonizado por Bill Murray, un «maduro profesional hastiado» [BM], y Scarlet Johansson, una » jóven idealista insatisfecha» [SJ], en un contexto tan o más importante que los protagonistas: la macro-ciudad ultramoderna de Tokio.
¿En qué se basa esta relación?.
«Perdido en la Traducción» es la traducción literal de «Lost in Translation». Sin embargo, como dice el dicho «traduttore traitore» , no siempre la traducción literal nos indica el sentido de una frase: más bien, podríamos traducir a nuestro español el título como: «Sin papel en la interpretación». Esta reinterpretación del título no es artificiosa: es producto de buscar sinónimos y combinarlos: sinónimos de «perdido» son: degenerado, relajado, desenfrenado, extraviado, traspapelado, fracasado, despistado, abandonado, fuera de, …., y otros muchos; sinónimos de «traducción» son versión, redacción, composición, interpretación, sentido, foco o contexto, …;. Así, «perdido en la traducción» puede reinterpretarse como: sin pistas de sentido, fracasado en busca de sentido, abandonado en una composición (composición = estructura, drama, …), sin papel que interpretar, fuera de foco, etc… . De este simple análisis podríamos suponer cuál es el doble tema de la película: la búsqueda de un sentido que se siente haber perdido. Por eso, respondiendo a la pregunta del primer párrafo, estamos hablando de la relación entre dos personas ( BM y SJ) en busca de sentido, de papel que interpretar, porque el que han tenido (o creían tener) sienten que lo han perdido o están a punto de perderlo.
Dos preguntas nos surgen:
· ¿Por qué sienten que no tienen papel, y cuál es la identidad que surgen en estos personajes «traspapelados?.
· Y, ¿esta Identidad es «pos-moderna», se ajusta a las premisas de la Pos-Modernidad o no?.
¿CÓMO SE CONSTRUYE EL SENTIDO Y LA IDENTIDAD EN LA VIDA COTIDIANA: QUÉ TIPO DE IDENTIDAD EMERGE EN LAS SOCIEDADES GLOBALIZADAS DE LA INFORMACIÓN?.
· ¿Por qué sienten que no tienen papel los personajes de la película , y cuál es la identidad que surgen en estos personajes «traspapelados?.
PASADO, PRESENTES Y FUTURO.
El sentido y la identidad en la vida cotidiana se construía en la Pre-Modernidad tomando como elemento central la mirada hacia el pasado (la cultura postfigurativa descrita por Margaret Mead), hacia los grandes relatos de la tradición que eran guía para la acción: en este sentido, la Religión y la Historia se convertían en maestras de vida. Ahora, parece como si la identidad sólo pudiera construirse mirando de modo narcisista hacia el propio presente y considerando un doble futuro: el futuro que se denomina simple y lo que en inglés se denomina «presente continuo». Frente al desprestigiado «hice» o «se hacía» pasado, el «hago» en el presente, el «estoy haciendo» hacia el futuro, y el «haré» futuro configuran las opciones que tienen las personas de la sociedad actual para elegir de entre ellas cuál se quiere que sea la guía de acción y de construcción de sentido/identidad.
El hacer presente supone que la identidad la construyo en la acción cotidiana lo que supone que se agota en si misma, una vez concluida la acción. El hacer futuro supone el deseo de que mañana pueda empezar una nueva búsqueda de sentido. Entre medias, queda el estar haciendo continuo el cual es la ligazón que permite conectar el presente que se va al hacer con el futuro que todavía no existe y haré.
La construcción de la identidad y el sentido, por tanto, no se pueden desvincular del paso del tiempo:
· En la Pre-Modernidad, la identidad estaba ligada o centrada en la reverencia al Pasado (y en la Tradición como autoridad legitimada por lo hecho).
· En la Modernidad, la identidad está ligada o centrada en el Presente (lo que hago/hacemos ahora para escapar de las ataduras pre-ilustradas del mito; un hacer presente que supone la preeminencia del acto de producir y sobre todo del consumir, puesto que el consumo tiene tanto o más sentido en cuanto permite obtener pronta satisfacción).
· En lo que se denomina Pos-Modernidad, la identidad basada en el reconocimiento de lo pasado ha sido en gran parte sustituida por una preponderancia de lo presente, pero de un presente que también se escapa hacia el futuro: o bien hacia un futuro todavía no realizado, o bien hacia un futuro que continuamente se construye en el presente. Por eso, no podemos hablar de que en la Pos-Modernidad no exista identidad: simplemente no está centrada ya en lo pasado, en lo postigurativo, sino más tendente a lo cofigurativo del presente, y a lo pre-figurativo del estar haciendo con los pares un futuro que se ansía. Por otra parte, ya no existe la determinación obligatoria a un tiempo de la identidad: aparece la posibilidad de que el sujeto elija el tiempo al que quiere ligar la construcción de su identidad [este punto lo desarrollamos a continuación, en «Identidad y Sentido» ].
¿Qué les ocurre a los personajes de la película?. Que luchan por arraigar su identidad en un pasado que se les va, no consiguen que el presente simple y continuo en el que están inmersos en Tokio les ayude a conseguir una nueva identidad, y como consecuencia de lo anterior no vislumbran ningún futuro que pueda ser asiento de su identidad.
En la película que comentamos, BM y SJ tienen un pasado que nos imaginamos: él, un actor que seguro tuvo grandes éxitos, con una relación familiar en algún momento entusiasmante pero que la percibe ahora como una sucesión de progresivos enfriamientos; ella, como una joven quizás educada en la primacía kantiana de lo racional, de la cultura y en sus ilusiones de omnipotencia gracias a ella. Ese pasado, que pudo ser perfectamente asiento de sus identidades hace años (o meses en el caso de la chica), ahora ya no lo es, al confrontarse con la realidad del presente: él, es un actor que necesita publicitar whisky para obtener financiación y salir de su rutina; ella, es una esposa tradicional que pasa los días esperando a su marido fotógrafo encerrada en la habitación de un hotel. Ambos hacen cosas, y están haciendo cosas continuamente: actuar, hablar con desconocidos, beber whisky en el bar del hotel para olvidar su insomnio, conocer Tokio solos o en compañía, ir de un sitio a otro, intentar entender Japón y a los japoneses, cantar en karaoke, etc… pero,¿sienten que de ese hacer y estar haciendo puedan obtener un sentido a sus vidas?.
A lo largo de la película, es la percepción de AUSENCIA DE FUTURO, lo que más nos llama la atención: quizás, porqué saben que el tiempo que están en Tokio es un tiempo tan desconectado de sus vidas anteriores y posteriores a ese momento que no pueden utilizarlo para conseguir de él una guía para el futuro. O quizás, porque el pasado del que huyen y el presente en que se hallan continuamente inmersos les hace darse cuenta de la ambigüedad y quizás no importancia del Futuro.
Por eso, si antes la identidad se construía hacía lo pasado, y en la Modernidad aparece lo presente junto a lo pasado pugnando por ser guías, ¿en qué situación nos encontraríamos ahora?.
1. En una deslegitimación del pasado como guía.
2. En una idolatría del hacer y estar haciendo.
3. En una ambigüedad respecto a la importancia del futuro: el futuro ¿tiene entidad propia para ayudar a visionar lo que se quiere alcanzar, o está mezclado con lo presente simple y también continuo?.
IDENTIDAD Y ELECCIÓN
Hay un hecho que diferencia claramente la vida cotidiana actual de las pasadas: la mayor conciencia sobre las opciones de guía de sentido, y la posibilidad de poder elegir cada uno de entre ellas la que considere mejor, lo que puede suponer infravalorar un tiempo y sobrevalorar otro. No olvidemos que nos encontramos en la sociedad que permite la individualización de los actos de información para elegir y consumir, y también la Identidad es un objeto de consumo.
Los personajes del film tienen un pasado doloroso que sienten ya no les sirve como guía (¿de qué le sirve a BM saber que una vez tuvo éxito como actor?, ¿de qué le sirve a SJ saber que una vez sintió que su cultura la proporcionaba bienestar y sentido?). Además, idolatran el hacer y estar haciendo durante las semanas que tienen que estar obligatoriamente en Tokio. Pero, ¿Dónde está su futuro?, ¿qué vida tienen después de Tokio y después de estas «Dos semanas en otra ciudad«, después de haber vivido algo como «Vacaciones en Roma» ?. Fijémonos que mientras en las dos películas de los años 50-60 antedichas, se nos presentan personajes con un pasado, presente y futuro, tanto a BM como SJ en «Lost in Translation» parecen no importarles el posible futuro tras el tiempo en que permanecen juntos en Tokio.
Por eso, el posible problema de identidad o sentido que tienen estos personajes es que su pasado sienten que ya no les sirve como guía para dar sentido a su existencia, y no han logrado todavía una visión de futuro que permita [1] integrar mediante un puente lo pasado (a infravalorar pero del que no pueden escapar) con lo futuro tras-Tokio, y que [2] sirva para proporcionarles claves (en forma de deseos a alcanzar) para su nueva vida. Y por eso buscan ansiosamente que del hacer y estar haciendo presente pueda surgir un puente y acicate hacia el futuro.
RESUMIENDO, La identidad no se construye ni sólo en el presente ni sólo en el futuro, sino en la combinación de ambas visiones unidas por el presente continuo del estar haciendo, una combinación para la que debería servir como experiencia de construcción lo pasado. Si consideramos que la Identidad es un proceso de búsqueda de sentido en el tiempo, si no existe esa integración entre pasado-presente-futuro, no hay identidad. Y esa integración es una elección (en nuestras sociedades basadas en la información y en la posibilidad de elección) del sujeto, al que la Sociedad basada en el Consumo ha dado legitimidad para desarrollar esa elección; pero el que se sienta esa legitimidad no hace olvidar el temor que toda elección supone para el decisor; de ahí, ese temor a la elección que tanto BM como SJ muestran en la película.
ELEGIR BUSCAR EL SENTIDO EN EL PRESENTE
En otra película interpretada por Bill Murray, «Atrapado en el tiempo» existía el mismo problema: Bill Murray tenía un pasado (locutor televisivo de éxito), pero nunca alcanzaba el futuro puesto que estaba más que atrapado en su pasado atrapado en su presente simple y continuo: tenía que estar eternamente viviendo y retransmitiendo la celebración del «Día de la Marmota». Sin embargo, esta imposibilidad de encontrar un sentido a lo que hacía en el presente que trascendiese éste hacia el futuro, le ayudaba a conseguir una identidad: con su hacer sin ningún sentido futuro, el locutor llega a admitir el absurdo de la situación y a olvidarse de su prisión temporal. Al olvidarse de su prisión temporal, sin saber cómo, obtiene sentido su existencia (enamorar y enamorarse del personaje interpretado por Andie McDowell), despierta y reaparece el futuro.
La identidad que construía BM en «Atrapado en el tiempo» era paradójicamente contraria a la lógica: mirando al futuro y al pasado obtenemos sentido. En esta segunda película, el locutor televisivo BM reestablecía el puente entre su pasado y ese futuro que no llegaba, construyendo sentido mediante no parar de hacer en el presente en el que estaba aprisionado. De esta forma, BM construía una Identidad no ligada a un tiempo como referente, sino libre de los límites temporales, una identidad o sentido donde la guía era uno mismo. Comentaremos más adelante esta opción ¿pos-moderna? de construir una identidad elegida sin guía externa y sin tiempo al que ligarse.
Así, el sentido existencial (y la identidad que surge de éste) puede provenir de una integración de lo pasado, presente y futuro, integración tan completa que los anula y hace que al final no existan. Volviendo a «Lost in Translation», BM y SJ pueden utilizar ese hacer conjuntamente del presente que viven en Tokio para, olvidándose de la prisión del tiempo en que se encuentran, obtener primero sentido y luego futuro.
¿CÓMO SE MATERIALIZAN O EXPRESAN EN LAS SOCIEDADES CONTEMPORANEAS LAS PREMISAS POSMODERNAS?
· ¿La Identidad de los personajes de la película es «pos-moderna», se ajusta a las premisas de la Pos-Modernidad o no?.
MODERNIDAD Y POS-MODERNIDAD EN «LOST IN TRANSLATION».
La película «Lost in Translation» , ¿es una película pos-moderna?, ¿ podemos vislumbrar en ella las premisas pos-modernas?, ¿son los personajes interpretados por BM y SJ, pos-modernos?. Y la pregunta final, ¿podemos hablar de Pos-Modernidad cuando en realidad seguimos hablando de Modernidad?.
Expondremos 11 premisas pos-modernas y el discurso que las describe (en color rojo y entre comillas para dejar constancia que ese es el discurso que vamos a analizar en el caso concreto de la película), y en cada una de ellas intentaremos responder a las anteriores preguntas . La intención es al mismo tiempo, para cada premisa, [A] intentar encontrar si en la película que estamos comentando podemos aplicarla y [B] considerar si la premisa que se dice pos-moderna en realidad no es más que una vuelta de tuerca más a planteamientos modernos.
Premisas Posmodernas:
1. Nihilismo y sospecha de la razón ilustrada. «Ausencia de verdades totalizantes, renacimiento de nuevas formas de reencantamiento del mundo (misticismos, exotismos, fundamentalismos, autoritarismo carismático y fascinación ante las imágenes del consumo)».
Más que ausencia de verdades totalizantes y nuevas formas de reencantamiento del mundo, encontramos que en «Lost in Translation» se expone la pujanza de unaVerdad Totalizante: la de la sociedad basada en el trinomio: «te informo, para que elijas, y consumas«. La imagen que se ofrece de Tokio (suponemos que Tokio es más que eso, pero esta es la imagen que ofrece la película) es la de una urbe cuya razón de existencia es la de proporcionar a sus millones de habitantes innumerables opciones de elección de consumo, opciones construidas para ser totalmente individualizadas y adaptadas a los deseos de los consumidores. Es tan descomunal esta imagen, tan apabullante, que incluso a sujetos occidentales educados en el consumo como BM y SJ les abruma e incluso hipnotiza. La única verdad de la sociedad pos-industrial queda patente: fijémonos, sin embargo, que a pesar de que el consumo y sus artefactos sean aparentemente los dioses supremos de Tokio y Japón, los propios japoneses no se sienten abrumados como los personajes norteamericanos ante ellos. Podemos suponer que este distanciamiento implica que la cultura japonesa es verdaderamente tras-moderna, al ser capaz de integrar la tradición del pasado con la tecnología del futuro, mientras que la asunción sin temores de la absoluta mezcla aún no ha sido aceptada por los neuróticos BM y SJ. Mientras los japoneses son tras-modernos, BM y SJ son todavía modernos o como mucho pos-modernos en el sentido hiper del término: sigue primando en ellos lo presente racional, con un progresivo abandonamiento de lo pasado mítico, y sin que se haya aceptado aún lo futuro tecnológico. Así, la fascinación ante las imágenes del consumo (una sub-premisa pos-moderna) existe más en aquellos que no han sabido integrar en su identidad lo pasado con lo futuro que en aquellos que, al tener en cuenta el pasado se fascinan ante las imágenes de consumo pero simplemente las consumen, sin pensar en las implicaciones que tiene sobre su identidad. Con lo cual, el Nihilismo no sería una consecuencia de la Globalización y Tecnologización, sino una actitud de incomprensión y no integración en la propia identidad de los cambios sociales y tecnológicos de esta etapa de la Modernidad en la que estamos: BM y SJ pueden ser nihilistas, pero también lo fue Nietzsche y el vivió en la Modernidad.
2. Neoindividualismo. «Retorno al yo, concebido como refugio ante la sociedad (que se ve como agresiva e incapaz de satisfacer las aspiraciones del individuo), y falta de creencia en los ideales colectivos».
Los personajes de la película se refugian en si mismos, tanto por lo inhóspito y desconocido de la apabullante Tokio como porque obtienen una satisfacción morbosa en mirarse y remirarse sus desgracias sentidas. Sin embargo, ese narcisismo, ese retorno al yo es más reactivo que activo: en el momento en que tienen oportunidad de salir de si mismos y contactar aunque sea con extraños, lo hacen. Podemos pensar que ese contacto con los otros es meramente instrumental, pero no lo creemos: simplemente necesitan confirmar en los otros su apatía y cansancio vital. Paradójicamente, el mero hecho de salir de sí mismos, aunque sea con este fin instrumental, les proporciona otra visión del contexto (Tokio y los japoneses) y de si mismos, una nueva visión que al menos les hace olvidarse de sus propias desgracias sentidas. Por eso, los personajes son individualistas, tremendamente individualistas, y en ese sentido se les podría tachar por ello de pos-modernos, pero ¿no son acaso las mejores relaciones interpersonales las que se construyen a partir de un profundo conocimiento de uno mismo?. Por otra parte, ¿no ha sido acaso la seña de identidad de la Modernidad el descubrimiento de la importancia del Individuo, frente al clan, la tribu, la raza, la especie, …. ¿
3. Inmediatismo y hedonismo. «Culto al presente, fragmentación del tiempo en una serie de presentes perpetuos y exigencia de una vivencia inmediata del placer. El culto al cuerpo y la moda dirigen la conducta individual y canalizan los intereses que antes se dirigían al cambio de las estructuras sociales».
El culto al presente si está presente, valga la redundancia, en toda la película. Pero, como hemos explicado antes, quizás es que no puede dejar de estar presente: no olvidemos que la película se desarrolla en un contexto obligatorio (Tokio y Japón) delimitado por un tiempo (el que BM tiene pasar grabando el anuncio, el que SJ tiene que pasar mientras su marido realiza el reportaje fotográfico), un tiempo no controlable en su duración. Estas exigencias del tiempo y del contexto obligan a actuar en el presente. Si además los personajes tienen un pasado del que reniegan [BM] o que empiezan a poner en cuestión [SJ], y un futuro del que no esperan nada [BM] o que les produce ansiedad por ser desconocido y distinto a lo que esperaban de él [SJ], entonces lógicamente la preponderancia sólo puede ser del tiempo presente. Hay, por tanto, inmediatismo, y también hedonismo. Pero, ¿ese hedonismo es medio o fin?, esto es, ¿por qué son hedonistas los personajes de la película?: quizás porque cuando se está encerrado obligatoriamente en un presente físico y temporal, la mejor opción es disfrutar del mismo mientras dure. Pero, ¿tenemos pruebas en la película de que los personajes tenían antes de encontrarse y seguirán teniendo tras su separación conductas hedonistas?. No las tenemos ni las podemos tener, puesto que analizar una obra con un principio y un final supone tener que admitir que toda predicción sobre lo que pasó y pasará son sólo suposiciones. Por eso, no podemos hablar de personas hedonistas sino de conductas que percibimos hedonistas, con causas comprensibles y lógicas.
No podemos olvidar que uno de los problemas de la definición canónica de Pos-Modernidad es que queriendo acabar con los Grandes Relatos, ella misma se convierte en un Gran Relato: un relato es una explicación de la realidad, con un principio, un desarrollo y un fin. ¿Cómo podemos suponer que no existen los Grandes Relatos cuando la negación del mismo es también otro Gran Relato?. Y es Gran Relato suponer que las personas son hedonistas y actúan movidas hacia el presente. El gran contrasentido del Pos-Modernismo es que acaba cayendo en aquello que critica: la creación de categorías explicativas de las conductas de los individuos. Si verdaderamente no existen Grandes Relatos, la única opción de los pos-modernistas es hacer patente ese hecho con una afirmación categórica tipo «no existen los grandes relatos» y luego, para negar la verdad absoluta de esta afirmación, hacer con estas palabras juegos incomprensibles como hacían los surrealistas. En mi opinión, fueron más consecuentes los surrealistas que quemaban sus propias obras para expresar su radical rebeldía frente a la tiranía de los relatos que los pos-modernistas que crean sus relatos sólo para negar los de los demás.
4. Fin de la historia. «Pérdida del sentido emancipador de la historia y de la fe en el progreso o en cualquier otra utopía, cuya finalidad sea la construcción de un mundo más humano de acuerdo con los ideales de la Ilustración».
¿Existe pérdida del sentido emancipador de la historia?. Si hablamos de historia desde un punto de vista individual, obligatoriamente tendremos que referirnos a la historia personal de cada personaje. En este sentido, si parece existir ese sentimiento de «Fin de la Historia» tanto en BM como en SJ, pero fijémonos en la evolución de este sentimiento. Inicialmente ambos buscan mantener una identidad en ese presente que viven en Tokio, puesto que su pasado no les proporciona ya claves; pero, al vivir juntos experiencias, crean una historia, una historia corta, deslavazada, inmediata y quizás que se agota en si misma (podemos suponer que tras su separación, esta historia termina) pero historia al fin y al cabo. Al convivir en el presente están ambos creando un pasado, y ese pasado puede servirles como acicate para, una vez separados, empezar una nueva vida. Entendemos que ese pasado no tiene una trasfondo racional, pero ¿acaso algún pasado es percibido racionalmente por aquel que lo ha sentido?, y ¿es la objetividad el criterio para definir que puede ser sentido pasado?. Es sobre ese débil pasado construido los pocos días que están juntos en Tokio sobre el que pueden obtener una nueva identidad. ¿Permite este pasado construir un mundo más humano?. Quizás si: uno de los problemas de la Modernidad ha sido la preponderancia tan absoluta que se ha dado a lo racional: sólo era digno de verdad aquello que era posible definirlo desde la Razón, con lo que la Razón se convirtió en única legitimadora de las acciones de los sujetos y las sociedades; pero, la Razón no es más que un concepto que explicita el Hacer humano. Como ese Hacer humano se agotaba en su propia definición y no buscaba ninguna justificación previa ni posterior (¿de qué proviene que haga de esta manera y no de otra?, ¿qué quiero conseguir con mi hacer?), el Hacer o Razón lógicamente se convirtió en instrumental, técnico, «des-humanizado», y sin sentido para el sujeto. De ahí su desprestigio, y eldesprestigio de una Historia Humana percibida únicamente desde el punto de vista del progreso material, de la evolución de la razón instrumental. Por eso, la posibilidad para asentar una identidad o sentido provendría del hecho de poder aceptar que existe una continuidad temporal en la existencia, con lo que una vez que del presente va surgiendo un pasado, ¿porqué no creer en que tendrá que surgir un futuro, al constatar que el presente es el futuro del pasado?. En conclusión, ¿cómo puede discutirse que haya Fin de la Gran Historia, cuando no existe fin de las pequeñas historias individuales, pequeñas historias gracias a cuyas entremadejas se teje la Gran Historia?.
5. Pensamiento Débil. «Ausencia de una ideología capaz de dar cuenta del mundo. Los grandes metarrelatos, los saberes totalizadores y los discursos legitimadores entran en crisis. Se instala la sospecha ante cualquier pretensión de verdad. Apreciamos una apoteosis de lo light y un predominio del lenguaje de la imagen frente al lenguaje verbal o textual».
No podemos estar de acuerdo con que no haya una ideología capaz de dar cuenta del mundo: si Ideología son las Creencias Formalizadas sobre las relaciones entre las personas, las sociedades y sus creaciones, y el entorno natural, entonces todos tenemos ideología porque todos tenemos creencias. El hecho de que la ideología sea patrimonio de los individuos no implica que no exista una capaz de explicar el mundo, o que exista una lucha entre ideologías compartidas por los sujetos. Norberto Bobbio, en su ensayo «Derecha e Izquierda» ponía de manifiesto la diferencia entre estas dos grandes visiones del mundo: aceptando ambas la existencia de la Igualdad y la Libertad, una subordina un concepto al otro y viceversa; ¿Por qué los subordina? Porqué existe otra dicotomía subyacente más importante en la que están incluídas: la del determinismo – indeterminismo. Si existe Determinismo, entonces da lo mismo luchar por la Igualdad porque ésta vendrá o no, más nuestras acciones no serán causa esencial de su prevalencia, con lo que paradójicamente la Libertad se desliga de la Igualdad (el determinismo calvinista y la santificación de la riqueza por el trabajo libre del individuo se basa en esta asunción) . Si existe Indeterminismo, quiere ello decir que la Libertad humana es libre para actuar y por tanto será consecuencia de la acción humana el que haya más o menos igualdad: la Igualdad es consecuencia de la Libertad. Pues bien, lo antedicho puede ser una pretensión de verdad («derecha» determinista versus «izquierda» indeterminista), pero al exponerlo se hace realidad: no es lo mismo actuar con una ideología que con otra, no tienen las mismas consecuencias con lo que no son lo mismo.
¿Los personajes de BM y SJ tienen ideología?. Si son humanos tiene que tener creencias sobre si mismos y su lugar en el mundo, con lo que tienen que tener una visión sobre las razones por las que se mueve su vida y el mundo, aunque estas razones sean que el movimiento es fruto únicamente de la inercia (en este caso estarían aceptando la opción determinista: el orden está determinado por el caos). Sin embargo, durante la película, su ideología se modifica: el hecho de actuar les hace ser conscientes de que no están encerrados en sus propios mundos, de que tienen libertad para acercarse y así ser conscientes de que en esencia son iguales porque lo mismo ansían (buscar sentido) y lo mismo temen (no encontrarlo). Con lo que la película tiene ideología y sus personajes tienen ideología, puesto que evolucionan desde asumir el determinismo de que no existe salvación, a considerar que tienen libertad para vivir al menos ese presente en el que se ven obligados a convivir. ¿Está reflejado el Pensamiento Débil en la película?. No, porque no puede existir un Pensamiento Débil, la No-Ideología: como mucho existe la falsa creencia de que podemos vivir sin ideología, sin creencias ni deseos. El pensar es la única fortaleza humana.
6. «Estetización» de la vida. «Abolición de la frontera entre el arte y la vida cotidiana. Se crítica la distinción entre alta cultura y cultura de masas o popular. Hallamos una gran multiplicidad estilística, favorecedora del eclecticismo y la mezcla de códigos: pastiche, ironía, diversión y celebración de la ausencia de profundidad en la cultura. También se crítica la consideración de la originalidad/genialidad del autor y la aceptación de que el arte puede ser solamente repetición. Predominio del pastiche -imitación y mezcla de estilos antiguos- en un mundo en el que la innovación estilística no se considera posible. Se buscan los valores estéticos y se propone el relativismo cultural en la defensa de valores éticos».
¿Es estética «Lost in Translation»?, ¿es estética la vida de los personajes la película?. Se considera comúnmente que existe una divergencia entre Ética y Estética, cuando en realidad ambas deben formar una unidad. Si la Ética es el reino de las justificaciones de las acciones y sus creaciones, la Estética es el reino de la forma en que las acciones y sus creaciones se presentan para justificarse. Esto es, siendo menos rebuscados, si la Ética es el contenido la Estética es el continente, con lo que ambas se definen en cuanto integran un único concepto. Por eso, la actual emergencia de lo estético no supone que ésta se aleja de lo ético, sino que lo ético (el reino de las justificaciones) se ha desbordado tanto que inevitablemente también se han desbordado sus representaciones. Por eso, la sociedad estética pos-moderna es una sociedad llena de ética, rebosante de justificaciones en liza permanente. Con lo que no puede extrañar la pujanza de las manifestaciones artísticas, expresión de multitud de miradas sobre la realidad. El que exista tal amplitud de estéticas supone que existe una mayor probabilidad de que entren en contacto, y por tanto de que se favorezca el pastiche, la mezcla. Por ello, la vida no se ha estetizado, simplemente es capaz de expresarse más libremente.
La película y sus personajes, toda ella, es profundamente ética puesto que expone las justificaciones de los personajes principales y secundarios para seguir viviendo, el crisol de expresiones estéticas fruto de la interacción de millones de personas gracias a las posibilidades de las nuevas tecnologías. Más aún, desarrolla la película un conflicto ético: el de la justificación de sus vidas que hacen los personajes para acabar de vivir de sus pasados y abordar la realidad de sus presentes solitarios y desengañados. Lo que estamos al fin diciendo es que si lo Pos-Moderno se caracteriza por la estetización, entonces no existe lo Pos-Moderno: simplemente el sistema de lo moderno, al complejificarse, ha aumentado las opciones éticas y la posibilidad de que éstas se expresen mediante la Estética.
7. Nuevas formas de relación social. Renuncia a los proyectos de transformación social y relaciones sociales poco comprometidas y, en algunas ocasiones, de carácter virtual.
¿Hay nuevas formas de relación social en la película? . No. La única forma de relación social que vislumbramos es la que lleva a dos personas solitarias a hablar en un bar y quedar para pasear por Tokio. Si esto se llama falta de compromiso, nos equivocamos: lo sencillo para los dos personajes hubiera sido seguir enmarañados en sus neurosis particulares, uno en el alcoholismo, la otra permaneciendo todo el día tumbada en la cama, antes de afrontar la ansiedad de conocer a alguien nuevo, aunque sea sólo una relación circunstancial y temporal. Abundando en el tema, desde una perspectiva más abstracta, el Pos-Modernismo supone que las relaciones sociales se han modificado incluso hacia la virtualidad, pero ¿qué es lo que se ha modificado: la finalidad de las relaciones sociales o los medios para poder tenerlas y mantenerlas?. Creemos que son sólo los medios los que se han modificado, igual que con la aparición de la escritura las relaciones sociales escaparon de la tiranía de la presencia física cara a cara. El que podamos mantener relaciones sociales por Internet en un Chat no tiene porqué suponer que ello suponga un menor compromiso: así, ¿no fueron acaso las manifestaciones anti-guerra de Irak o del famoso 14-M convocadas y preparadas utilizando el correo electrónico y la telefonía móvil?. Por eso, volvemos a incidir en el hecho de que lo Pos-Moderno es una Modernidad más compleja, que utiliza nuevos medios para permitir a los sujetos expresarse, que permite una mayor libertad de opciones, pero sigue siendo Modernidad.
8. Visión irónica de la realidad social. «Predominio de la ironía y el humor frente a la argumentación racional».
No creemos que la visión irónica de la realidad tenga porqué estar reñida con la argumentación racional: una de las obras más subversivas de la Inglaterra del siglo XVII fueron los «Viajes de Gulliver», un libro que nunca fue para niños. ¿Acaso no es subversivo dejar claro incluso para que lo entiendan los niños que los sujetos de todas las sociedades tendemos ante los poderosos a comportarnos como liliputienses y con los débiles nos suponemos habitantes del país de Brobdingnag, el país de los Gigantes?. Una de las mejores argumentaciones racionales sobre la triste realidad auto-destructiva de los humanos (los yahoos) la dan en esta obra los sensatos caballos parlantes Houynhnms. La ironía y el humor nunca son por sí de segundo orden, puesto que gracias a ellos se puede integrar lo racional y lo emocional en una combinación que tiene una mayor capacidad de influencia que muchos discursos racionales pretendidamente ecuánimes. Una de las faltas que siempre se ha achacado a la Modernidad es que no era capaz de considerar la carga de verdad que tenía lo humorístico. Si tuviéramos que indicar un momento a partir del cual lo humorístico empieza a intentar ser tratado en su justa medida, quizás tendríamos que mirar a la obra freudiana de «El chiste y su relación con el inconsciente«, de principios del siglo XX.
Volviendo a la película que comentamos, «Lost in Translation» ofrece una visión irónica de la realidad, y son también irónicos los personajes de BM y SJ, por cuanto existe una «burla fina y disimulada» (RAE) de la situación y los personajes, una burla que permite trascender la realidad inmediata y buscar exactamente que es lo que les ocurre a estos dos perdidos en la gran ciudad. Fijémonos que la Ironía es un estupendo recurso para trascender el presente, ir más allá en la búsqueda de los determinantes de la acción. Así, el actual auge de la Ironía no es más que la exageración de una tendencia moderna (antecedentes ilustres podrían encontrarse tanto en «El Quijote» y «Gargantua y Pantagruel»): la tendencia a considerar que la burla de la realidad es tan importante como la descripción supuestamente ecuánime de esa realidad, puesto que se llega a aprehender más lo esencial de lo real burlándonos de ello que sacralizándolo en el altar de la seriedad. Y si esta tendencia es moderna, su exageración sólo implica que más que en la Pos-Modernidad estamos en la Hiper-Modernidad.
9. Subordinación de cultura a la lógica del mercado. El mercado absorbe los productos culturales convirtiéndolos en mercancías.
Desde el mismo momento en que hablamos de «producto cultural» estamos aceptando que el mercado tenga voz en el mundo de la cultura. Pero, ¿de que nos extrañamos?. Un libro, una obra de arte, una sinfonía es siempre la creación de una persona o grupo, una creación cuyas motivaciones para darla vida pueden ser mercantiles, de puro placer, indefinidas, etc… da lo mismo; la cuestión es que en el mismo momento en que esa obra de arte se pone al alcance de los otros, se establece una relación triádica entre el creador, la obra, y el o los que la perciben. La obra de arte se convierte ya en un objeto de intercambio (mercantil o simplemente estético, esto es secundario). Con lo que no es que la cultura se subordine a la lógica del mercado, sino que cualquier cosa , desde el momento en que entra en el juego de los intercambios , se tiene que atener a las reglas de intercambio. Cuestión aparte es que la Modernidad haya centrado su mirada instrumental sólo en los aspectos más mercantiles de la obra, y haya relegado los del placer estético. La Pos-Modernidad simplemente ha hipertrofiado esa tendencia natural de la Modernidad respecto a la obra de arte.
¿Existe subordinación de la cultura a la lógica del mercado en los protagonistas de la película?. Creemos que si, en cuanto la identidad de cualquiera socializado en las convenciones occidentales está en gran parte basada en la consideración de la lógica del intercambio: yo soy lo que me relaciono con los otros, y también los otros son en cuanto se relacionan con otros; si la identidad se puede definir también como las obras de cada uno (uno es lo que hace), la identidad tanto de BM como de SJ se construye en el intercambio de acciones. ¿Esto es malo?. No lo creemos; otra cosa es que ese intercambio únicamente se guíe por la primacía del precio y no del valor de las acciones y obras: se hace decir al personaje de Juan de Mairena (Antonio Machado) que «es de necios confundir precio con valor». Quizás la única diferencia entre la Modernidad y la Pos-Modernidad en este sentido sea que lo post tiende a confundir más el precio con el valor al realizar intercambios.
10. Relativismo. «Crítica al espíritu universal preconizado por la Ilustración, con el consiguiente retorno a los particularismos, en los que se enfatizan las diferencias locales. Las proposiciones que invocan conceptos como los de realidad o verdad se sustituyen por «juegos de lenguaje» cuya validez está relacionada con la comunidad en la que surgen».
Toda esta reflexión es pos-moderna desde el momento en que estamos jugando con el lenguaje. Sin embargo, ¿para qué está el lenguaje sino para jugar con él?. Jugar es Hacer algo con alegría y con el solo fin de entretenerse o divertirse, pero también es Intervenir o tener parte en un negocio (RAE): hacer si, pero también hacer por placer . La visión instrumental de la Modernidad atacó y denigro la alegría, el placer, la emoción como contrarios a la objetividad, con lo que al ponerse en contra de estas pulsiones tan humanas no es extraño que haya surgido una crítica feroz a la Racionalidad. Por eso, este aspecto si se puede considerar que trasciende la visión canónica de la Modernidad, pero ello no impide afirmar que el Relativismo y la Alegría de Vivir tienen su origen en la Modernidad. Gracias a que la Razón es considerada como único medio mediante el cual comprender la realidad, la Racionalidad permite que todos los sujetos sean considerados iguales en cuanto todos tienen razón: al poder utilizar su racionalidad, no hay ninguna obligación de que ésta se tenga que adecuar a los Mitos determinados por la autoridad. Con lo cual, aceptar la Razón supone aceptar el Relativismo que de ella se deriva. La diferencia entre la Modernidad y la Pos-Modernidad sería simplemente la mayor posibilidad que se tiene en nuestra época – derivada de las innumerables posibilidades que la Tecnología y la Democracia permiten- de que todos podamos utilizar nuestra racionalidad e incluso elegir lo que más nos conviene de las razones de los otros. Jugar es unir la Razón a la Democracia.
Por otra parte, el espíritu universal no está reñido con los particularismos, al contrario: desde el momento en que se acepta un tronco común universal (ejemplificado en la Declaración de los Derechos del Hombre, en la aceptación de la sociedad capitalista de la información, en la afirmación de la democracia liberal como la mejor forma de gobierno, etc… ), surgen los particularismos tanto como rechazo a lo universal como intento de adaptarlo a las diversas realidades grupales y culturales. Y sólo del particularismo de ciertas sociedades que buscaron expandirse para imponer su Fe (cristianismo, islamismo, …) pudo surgir la noción de universalidad (esa es la definición etimológica de «católico»). Con lo cual, el que existan particularismos y se fomenten no niega la universalidad. ¿Afirma el film que comentamos el Relativismo?. SI en cuanto lo que describe son las variadas razones o justificaciones que los personajes de la película tienen para actuar: con independencia de los protagonistas, la película ofrece opciones vitales divergentes como la del marido de SJ o la de la play-girl «amiga» de este último (papel interpretado por Cameron Díaz). ¿Y el que sea relativista la película, quiere decir que es pos-moderna?. No, puesto que como hemos indicado el Relativismo y Particularismo son una de las señas de identidad también de la Modernidad.
11. Fin de la «Era de la Representación».»Las tentativas de representación de lo real son criticadas. El objeto del conocimiento se disuelve en una profusión de signos cuyos significados son intercambiables. Es la era de las simulaciones, en la que el simulacro ocupa un papel de equivalencia con lo real. » .
La emergencia del simulacro sobre «lo real» es una de las características con las que se ha definido la esencia de la Pos-Modernidad. Pero, ¿sólo existe simulacro ahora?. Hacer simulacro es simplemente jugar. La ficción, la imitación, la simulación, el modelaje, son esenciales para el desarrollo de las personas (no sólo de los niños), puesto que mediante el juego el actor experimenta las consecuencias de sus actos sin necesidad de tener que realizarlos y escapando de las consecuencias indeseadas en la vida real. Mediante el simulacro todos aprendemos.
Por otra parte, no podemos admitir que exista una superioridad de lo real sobre lo simulado, desde el momento en que no podemos diferenciar que es real de lo que es simulado: si suponemos que lo real es todo aquello que se desarrolla con independencia de la acción de los humanos, entonces sólo serían reales las determinaciones de la naturaleza. Pero la vida humana no es sólo naturaleza: es también creación social, y lo social se define como el marco de relaciones entre los sujetos. Con lo que la realidad social está compuesta de imitaciones, simulaciones, montajes, todos ellos artificiosos en el sentido de ser fruto de la creación humana. Esta diferenciación tan drástica entre realidad y ficción es buena a efectos didácticos, pero nos tememos que con esta simplicidad platónica sólo estamos haciendo una simulación de la «Realidad».
¿Qué hay de simulación en «Lost in Translation«? Todo, desde el momento en que es una película, una representación de la vida, de dos personajes (dos personas con máscara); también es simulación desde el momento en que esta representación se realiza en uno de los contextos más artificiales y anti-naturales que uno pueda imaginarse: Tokio, sus calles, y sus hoteles [más adelante discutiremos el papel de Tokio en la película] . ¿Son simuladas las vidas de los personajes? . Si, y por eso son reales: porque su artificiosidad está construida con el sentido de que de ellas podamos aprender algo, y si de ellas podemos aprender algo es que son reales, tienen algún sentido.
En conclusión, tras profundizar en estas 11 premisas posmodernas, llegamos a la conclusión de que «Lost in Translation» es una película Moderna por el hecho de ser Pos-Moderna.
Podemos concluir que la identidad de los personajes que se expresa en la película está determinada por variables de la Modernidad (y por tanto de la Post-Modernidad) como:
· [1] la búsqueda de la Verdad (aunque para buscarla haya que negarla),
· [2] el individualismo,
· [3] la afirmación del Presente sobre el Pasado,
· [4] la Fe en la Historia en cuanto evolución de las historias personales,
· [5] la consideración del papel central de la Ideología y Creencias en la determinación de las acciones,
· [6] el avance conjunto de la Ética y Estética ,
· [7] el rol de las relaciones sociales como motor del cambio,
· [8] la aceptación progresiva del valor racional de la burla y la ironía,
· [9] la afirmación de que la obra lo es en cuanto entra en el campo del intercambio,
· [10] el Universalismo que considera lo individual como propio, y
· [11] la confirmación de que también es real la ficción, porque la vida social es un producto artificial.
Dos personajes en busca de un sentido e identidad ligado o trascendente al Tiempo, y bajo las premisas de la Modernidad en su versión post. Este sería el resumen de la película desde este punto de vista temporal.
SEGUNDA PARTE: EL CONTEXTO.
REFLEXIÓN FINAL: NEUROSIS, (DES)CONTEXTUALIZACIÓN, Y ABSURDO
Para terminar, nos gustaría indicar unas reflexiones muy personales sobre esta película, más allá de lo indicado en las páginas anteriores. Estas reflexiones pretenden centrarse en un aspecto que consideramos privilegiado a la hora de crear Identidad: poder tener un contexto.
La DESCONTEXTUALIZACIÓN tiene un papel esencial en el film, como explicación de lo que hacen y sienten los personajes, una descontextualización que actúa desde dos puntos de vista (indefensión y oportunidad) en un entorno o contexto físico (Tokio):
[1] DESCONTEXTUALIZACIÓN COMO SENTIMIENTO DE INDEFENSIÓN: VIVENCIA DE LA ANSIEDAD.
El hecho de que los protagonistas estén fuera de su ambiente habitual, trasplantados en una macro-ciudad que ni consideran suya, ni en la que quieren arraigarse (el sentimiento de temporalidad, de estar viviendo experiencias fugaces con un final cercano es patente en toda la película), este hecho refuerza en los protagonistas suactitud vital de hastío e infelicidad. Como nada hay donde agarrarse, los protagonistas buscan al principio refugiarse en si mismos mediante «mecanismos de defensa» propios de sus respectivas personalidades: él, BM, como actor profesional que es, vive esa descontextualización de modo profesional, como ha sido capaz de vivir cada personaje que ha interpretado: sabiendo que el papel es toda su vida pero sólo durante el corto tiempo que le ocupe, y luego vendrá otro papel; ella, SJ, como joven todavía idealista, refugiándose en sus sueños de amor correspondido, y buscando escapatorias momentáneas (ilusiones que ella busca) con BM o cualquier gente con la que se encuentra.
Observamos que, independientemente de la solución adoptada para refugiarse, ambos personajes buscan representar papeles: uno lo representa mejor (incluso adaptándose a tener que cantar «karaoke») porque tiene experiencia y conoce la finitud de lo que experimenta; la otra busca un nuevo papel como esposa y mujer, aunque aún no acepte que el papel que tan ardientemente había decidido adoptar (esposa amante, culta licenciada) esté siendo puesto en entredicho desde la misma luna de miel.
No olvidemos que la representación desajustada de papeles o roles vitales, y los conflictos que con ella existen, es lo que caracteriza a las NEUROSIS. No creemos que los personajes de BM y SJ sean neuróticos, pero si entrevemos rasgos de las personalidades neuróticas : el no lograr armonizar sus deseos (los que sean) con las normas dictadas por la realidad exterior y su conciencia, conduce a grandes e inútiles esfuerzos para adaptarse al papel (rol) que o bien le han asignado o bien la persona ha decidido que tenía que realizar.
El que el personaje de BM represente su rol a la perfección simplemente nos indica que es un gran actor, pero no que esté de acuerdo con él; la debilidad del rol que BM ha decidido para su vida queda de manifiesto cuando decide adoptar la escapatoria de conocer Tokio y sus ambientes con SJ.
El que el personaje de SJ tenga dudas respecto al rol que ha decidido tan joven adoptar y respecto al rol sustitutivo que su marido la quiere endosar (esposa amante pero desconectada y aparte de la vida del esposo), el que tenga esas dudas nos indica que el personaje de SJ todavía no ha pasado a la fase de Adultez (Ericsson) que supone tener que aceptar indefectiblemente un rol socialmente responsable.
No estamos diciendo que BM o SJ sean inmaduros, simplemente que se comportan de modo neurótico, ansioso, ante una frustración que durante la película vislumbramos pero ni ellos mismos saben explicarse.
[2] DESCONTEXTUALIZACIÓN COMO OPORTUNIDAD: VISLUMBRE DE LAS CADENAS Y ESTRUCTURANTES DE SUS VIDAS.
Gracias a estar fuera del contexto habitual se pueden sentir las cadenas (construcciones mentales, hábitos, estructuras de acción) que imperceptiblemente dirigen las vidas de los protagonistas, puesto que no existen estructuras personales, físicas, sociales, … que refuercen la ligazón entre subsistema individual y subsistema social.
Para BM, sus cadenas son esa familia con la que se comporta de forma fría pero que es la única que tiene, su carrera profesional de actor, la aceptación del paso del tiempo como un «hecho» que refuerza la idea que tiene de quien cree ser, …. Para SJ, sus cadenas son la relación incomprendida y asimétrica con su marido fotógrafo, los ideales utópicos de una mujer culta, etc… . Estar fuera de contexto, fuera de foco, permite a ambos personajes sentir su ansiedad de modo más consciente, y vislumbrar aquello que da cierto sentido a sus vidas aun a costa de proporcionarles insatisfacción.
El sentimiento de pérdida de los personajes es una oportunidad para desaprender y reaprender, ¿el qué?, lo qué nunca se debería haber olvidado y estos personajes parecen haberlo hecho: él porqué y para qué se hacen las cosas.
Ambos personajes están fuera de su contexto, pero el estar descontextualizados respecto a su habitualidad no implica que no exista un contexto. La vivencia de la ansiedad y de lo que estructura sus vidas se da en un contexto físico descontextualizado: Tokio.
[3] TOKIO : CONTEXTO DESCONTEXTULIZADO, DESCONTEXTUALIZADOR Y CONTEXTUALIZADOR:
Expliquemos este juego de palabras, para no perdernos ni perder a ningún lector:
En el film, Tokio es nuestro contexto , o sea, el entorno del que depende el sentido de las vidas de los personajes durante el tiempo en que se encuentran juntos (y suponemos que también durante el tiempo en que pervivan en sus conexiones cerebrales el recuerdo de ese tiempo): Tokio es el entorno en el que tenemos que considerar irremediablemente las vidas de estas dos personas, puesto que no podemos conocer la realidad de sus vidas antes de que la película empiece ni después de que ésta termine: todo relato se desarrolla en un contexto y sólo en ese.
Este contexto está descontextualizado y es descontextualizador:
descontextualizado porque la maraña o red de relaciones que se dan entre casi 20.000.000 millones de personas hace imposible encontrar un orden o composición en él: la definición de una macro-ciudad sólo puede ser la de caos, sin que ésta palabra implique nada más que organización con un sentido que va más allá de la lógica simple del orden ; descontextualizador puesto que la macro-ciudad acaba con la posibilidad de encontrar un único relato capaz de poder explicarla, de darla un orden y sentido, de hacerla comprensible a los que en ella viven, sean sus ciudadanos o los forasteros ; pero, paradójicamente, gracias a que es descontextualizador puede proporcionar un contexto, una posibilidad de conseguir un sentido individual y colectivo asumiendo y comportándose desde el caos : el desorden, el estado amorfo e indefinido permite, como hemos antedicho, ser consciente de los relatos-cadenas-construcciones que hasta ese momento han determinado nuestra vida (el negro destaca sobre el vacío del blanco).
La consciencia de la falsedad, finitud y artificialidad de las construcciones por medio de las cuales hasta entonces hemos basado nuestra vida, es la que permite adoptar como guía para una nueva vida la aceptación de que no hay guía, de que simplemente es preciso vivir amoldándose al caos en que se vive.
Gracias a que sin saber porqué los personajes del film se dejan llevar, se dejan conocerse, y se dejan deambular sin rumbo por la ciudad, pueden llegar a aceptar que su identidad puede ser la falta de identidad (igual que la esencia de Tokio es que no tiene esencia): pueden ser libres cuando ya no se preocupan en preguntarse qué es la Libertad, como hacía el personaje de Bill Murray en «Atrapado en el tiempo».
Camus lo dijo mejor que nosotros cuando describió la relación que tuvo con su ciudad natal, Oran, una ciudad de aluvión, inhóspita, bloques de cemento donde todos eran inmigrantes (franceses de la metrópoli, argelinos del interior, etc… ), una ciudad como en la que nosotros vivimos: Fuenlabrada. Sin embargo, Camus amaba su ciudad, y le entiendo, porque gracias a esta falta completa de identidad de su ciudad sentía que él como persona no estaba esclavizado a la historia de la ciudad y sus antepasados, a sus relatos, a sus piedras en suma, sentía que no era el figurante intercambiable de un gigantesco decorado, sentía que era libre para poder elegir su identidad, aunque ésta fuera la no identidad, la aceptación del Absurdo como característica de una vida humana a la que al final Camus dio un sentido personal con su suicidio.
Ni BM ni SJ creemos que se convierten al final en unos existencialistas. Pero si de algo les ha servido estos días de perdición es que han sentido que también del absurdo de unas existencias SIN TIEMPO Y SIN CONTEXTO pueden aprender algo, aunque no sepan explicarse que han aprendido ni estemos seguros de que lo aprendido perdure después de su despedida.
Al estar perdidos es cuando más posibilidad hay de encontrarse.
FERNANDO RUBÉN GARCÍA HERNÁNDEZ
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