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La naturaleza del dolor: un análisis de la génesis del dolor en la danza

por Mariana Stefania Serrano
Artículo publicado el 20/07/2023

Mariana Stefania Serrano Ramírez[1]

 

Resumen: La presente investigación sostiene que el dolor es un elemento constitutivo de la danza y por tanto, requiere de un análisis de la génesis (orígenes) de este en tal expresión artística con la finalidad de enfatizar la pertinencia de este antes, durante y después de la ejecución de la Danza. Esto a consecuencia de identificar que una problemática que hay dentro de la danza, es la falta de importancia que se le da al dolor, siendo un fenómeno presente en los bailarines y en cierta medida normalizado en el rubro.[2] Se plantea una primera hipótesis de la cual nos servimos para el desglose del tema, a saber: la vivencia subjetiva del dolor es un elemento constitutivo en la danza y su naturaleza se encuentra en la complejidad de la ejecución de tal expresión artística.

Palabras clave: Danza, Dolor, Naturaleza, Génesis.

 

Un análisis de la génesis del dolor aporta a la consideración del dolor como elemento pertinente en la danza. En consecuencia, los objetivos del análisis se enumeran a continuación: 1. Explicitar la relación de la vivencia subjetiva de la danza y la naturaleza del dolor, partiendo de una definición formal del dolor, desde un universal como fundamento para llegar a las vivencias subjetivas, esto es un argumento deductivo suficiente. 2. Demostrar que la naturaleza del dolor radica en la complejidad de la ejecución de la danza y en consecuencia es un elemento constitutivo y presente en la danza. 3. Evidenciar que el análisis de la génesis del dolor (físico y mental) es necesario para conocer la pertinencia de este en la danza.  Con el fin de cumplir los objetivos mencionados y sustentar la hipótesis de la investigación, se hará uso de la teoría fenomenológica, ya que esta ofrece aspectos específicos que sirven de soporte para afinar dicho análisis. De la misma manera, es menester introducir al lector con algunas advertencias para puntualizar la investigación y su lectura, a saber: 1. No se aborda la danza desde una época específica, dado que el escrito no tiene pretensión de un recorrido histórico de este arte. 2. Se considera la danza como expresión artística y no únicamente como baile o movimiento.

  1. Preliminares sobre el dolor

El dolor como una de las afecciones corporales y emocionales en el ser humano ya había sido mencionado en los primeros escritos de los filósofos de la antigua Grecia. Platón en el Fedón, aborda aspectos sobre el Alma y con ello, el placer y el dolor, aunque de este último no hablará en demasía, hay referencias del mismo en tanto la sentencia de Sócrates que los sentimientos y las sensaciones son mezcla de dolor y placer[3]. En el Timeo se expone al placer y el dolor como lo común a todas las afecciones y sensaciones[4], siendo el dolor referido como violento y contra la naturaleza.[5] Aristóteles en Acerca del alma da especificaciones concretas sobre la sensación como aquello que “tiene lugar cuando el sujeto es movido y padece una afección […] un cierto tipo de alteración”.[6] Una relación del cuerpo y alma en la cual se incrusta como contraste el placer y el dolor, el dolor como necesario para la detección de enfermedades y no como algo meramente peyorativo, sino a su vez, necesario incluso, como ya planteaba Platón, para reconocer el placer. Ambos autores plantean el dolor como algo físico corporal y afectivo emocional, relación con el cuerpo y el alma. Estas connotaciones serán retomadas por la teoría filosófica posterior, dejando el fundamento central, el dolor es una afección interna y externa, necesaria pero no en una constante para el ser humano.

En la edad media Santo Tomás de Aquino siguiendo los postulados del Estagirita, enfatiza que el ser humano se constituye al mismo tiempo de alma y cuerpo y esto es lo que lo distingue de los animales y en él radican pasiones y actos de voluntad que incluyen al dolor como algo natural.[7] Estas consideraciones permiten acentuar al menos tres consideraciones: 1) El dolor es algo que se presenta físico corporal y afectivo emocional en el ser humano, esto es, externa e internamente. 2) El dolor es algo natural y a veces necesario para reconocer los males que nos afectan y atenderlos. 3) El dolor se puede usar como una vía para alcanzar la virtud y está relacionado con los males afectivos y físicos que le atañen al cuerpo. Estas consideraciones han sido tratadas en el ámbito fenomenológico como propuesta del dolor como vivencia subjetiva física y emocional.

  1. La naturaleza del dolor y la diferencia de la génesis del dolor en la Danza

La naturaleza, según Aristóteles es “un principio y causa del movimiento o del reposo en la cosa a la que pertenece primariamente y por sí misma, no por accidente”[8]. Siguiendo al Estagirita, principio refiere a lo indicado en su obra metafísica como la capacidad de mover o ser movido.[9] En cuanto a la especificación de que no es por accidente, refiere a que ninguna cosa tiene en sí el principio de su producción y de ello que considere que las cosas que tienen principio, tendrán por consecuencia naturaleza.[10] De tal manera, para Aristóteles la naturaleza de algo, queda en evidencia clara y es cognoscente por sí mismo y que se entiende en dos sentidos, como forma y como materia sin que ello signifique que existan dos naturalezas, sino que la forma y la materia son elementos de la naturaleza.[11] Siendo la materia la sustancia de la cual están hechos los fenómenos físicos y la forma lo que hace que una cosa sea lo que es y no otra. En suma, la naturaleza es comprendida desde lo que plantea el Estagirita como principio de las cosas, no obstante, es menester enfatizar que el autor expone una diferencia entre la naturaleza y lo natural. Esta diferencia es dada para no caer en la confusión de considerar la naturaleza únicamente como los seres naturales del mundo, por ejemplo, las plantas o animales, sino que estos caen en la especificación de lo natural y la naturaleza como el principio de lo natural.

Dicho esto, acotamos la terminología para fines del escrito comprendiendo naturaleza como principio, queda entonces, conocer la naturaleza del dolor en cuanto a principio del dolor. ¿Cuál es la naturaleza (principio) del dolor? Partamos de una definición clara y concisa del dolor. El dolor es un fenómeno físico y psíquico[12] de vivencia subjetiva[13], asociado al malestar en el cuerpo y la mente[14] que se presenta generalmente de forma gradual. La International Association for the Study of Pain, lo define como una experiencia sensorial y emocional desagradable”.[15] Esto comprende la naturaleza del dolor, en tanto principio, debe tener indicios en lo físico y psíquico.[16] En tanto a lo físico se considera, siguiendo la definición sugerida, como aquello que afecta directamente a lo corpóreo, es decir, lo tangible del cuerpo. Ejemplo de ello, es un golpe o lesión. Este dolor físico tiene como principio una constitución neurobiológica de la complejidad que conlleva el sentir tal malestar, parte fundamental de esta complejidad es la nocicepción.[17] Los nociceptores son terminaciones nerviosas libres y hay cuatro clases relacionadas con el dolor; térmica, mecánica, polimodal y silenciosos. Los nociceptores térmicos se activan con temperaturas altas mayor a 45°C o menor a 5°C, los nociceptores mecánicos, se activan mediante una presión intensa aplicada en la piel, los nociceptores polimodales se activan mediante la intensidad estímulos térmicos fríos o calientes. Los nociceptores silenciosos son aquellos que se encuentran en las vísceras y se activan como secuela de una lesión.[18] Estas anotaciones son pertinentes para conocer los principios del dolor físico, aunque indudablemente, el dolor físico en su mayoría se asocia con el estado anímico de quien lo padece.

Las consideraciones de la naturaleza del dolor físico apuntan a una relación biológica del mismo, sin que sea implicación necesaria un dolor psíquico. Es decir, la presencia de uno, no implica necesariamente la presentación del otro. Como dolor psíquico nos referimos a aquel presentando mentalmente. La mente en principio es entendida como un conjunto de operaciones motores y cognitivos regulados por el cerebro[19]. La regulación por el cerebro no implica un biologismo, sino una parte integradora, ya que, la mente no sólo es un proceso complejo que integra aspectos biológicos, sino que tiene implicaciones que la constituyen a nivel social del ser humano y en consecuencia la relación con el mundo de vida en el que se encuentra inmerso. Estas consideraciones ya habían sido señaladas por Aristóteles, al considerar la mente como un principio vital que permite al ser humano percibir, sentir y pensar, la cual se sirve a su vez de la capacidad cognoscitiva de procesar información[20].Con base a ello, se vislumbra la complejidad del dolor en el desarrollo del ser humano capaz de expresar e identificar las dolencias en el cuerpo. Sirva lo anterior para enfatizar la génesis del dolor en el ser humano. Estas anotaciones previas, aportan a la investigación un camino a seguir bajo las consideraciones del dolor físico y mental. Epicuro apuntaba el dolor mental como aquello que nos llena de perturbaciones a veces innecesarias, en esta misma línea asocia al dolor con la angustia, el fracaso, la ansiedad o el miedo.[21] Aquellas dolencias que llegan no de manera física, sino como algo que perturba la tranquilidad de mis pensamientos.[22]

  1. Vivencia subjetiva y la génesis del dolor en la danza

La génesis del dolor en la danza, por su parte, hace referencia a la vivencia subjetiva del dolor en la práctica danzaría, es decir, mientras que la naturaleza del dolor se encarga de un aspecto universal del cómo se presenta el dolor o las actividades biológicas del mismo, mientras que la génesis del dolor en la danza alude a la vivencia subjetiva del bailarín en la ejecución antes, durante y después de la danza. Por ello la fenomenología es fundamental para la explicación de esta génesis, pues el fundamento del mismo apunta a la vivencia subjetiva en el mundo que se es habitado. Con vivencia subjetiva nos referimos a aquellos acontecimientos inmediatos que vivenciamos, por ejemplo, el sentimiento que aparece cuándo veo a un amigo. De tal manera, la génesis del dolor en la danza y la naturaleza del dolor son aspectos diferentes, pero correlacionados para la comprensión del tema central de esta investigación. Como se ha mencionado, la génesis del dolor en la danza, refiere a la vivencia subjetiva del bailarín, esto deja cuestionamientos importantes para conocer como se hace presente el dolor en tal disciplina, a saber; 1) ¿cómo se vivencia el dolor físico y mental en la danza?  2) ¿Cómo aparece y cómo se comprende el dolor antes, durante y después de la danza?

Sin embargo, no es suficiente la relación de una sola vivencia subjetiva con la génesis de la danza, sino el cúmulo de tales vivencias. Sabemos que tenemos una vivencia cuando somos conscientes de lo que sucede. Por ejemplo, las posibles nauseas que se experimenta la primera vez que se va a ejecutar una puesta en escena de Danza, esa es una vivencia, porque es un acto consciente, pero frecuentemente no sólo se dice que ha tenido nauseas antes, sino que se junta el cúmulo de vivencias de ese día, para contar una experiencia, “mi primera vez bailando en un escenario”. Entonces ya no sólo se cuentan las nauseas sino el día que quedó resguardado como una experiencia.

Estas implicaciones del cúmulo de las vivencias subjetivas, mantienen su relación con la génesis del dolor en la danza, pues sí bien, hemos partido de indicar a qué nos referimos con dolor de manera general, este no se presenta de igual forma para todos los bailarines, sino que repercute de manera diferente, así para uno puede ser una experiencia agradable la primera vez bailando en un escenario y para alguien más será una experiencia desagradable. Lo agradable y lo desagradable rozan con aspectos generales del dolor mental, si algo desagradable me ocurre, la perturbación de mi mente se encuentra en constantes pensamientos que pueden provocar ansiedad, estrés o miedo. Esto es, la génesis de un dolo primigenio de manera subjetiva que tiene un primer fundamento en la universalidad de la aparición y el concepto. Lo que a mi me duele no puede doler a alguien más, sea físico o metal, por ello hablamos de la génesis del dolor en relación con la vivencia subjetiva, pues se sugiere que para encontrar ese origen del dolor físico y mental en el bailarín, este debe ser consciente y reflexivo de la vida misma en la Danza. Debe ser critico ante las posturas establecidas que le exponen para identificar lo que puede afectar de manera agradable o desagradable. En suma, a consecuencia de lo antes mencionado, por ello se expone la relación tan estrecha entre la vivencia y la génesis del dolor, pues está ultima recae en las condiciones de posibilidad que el mismo bailarín tiene antes, durante y después de la ejecución.

  1. El dolor como elemento constitutivo complejo en la danza

Los párrafos anteriores sugieren un panorama general del dolor, resolviendo en parte nuestro primer objetivo, una definición formal del dolor, desde un universal como fundamento para llegar a las vivencias subjetivas. Sin embargo, para finalidades de la investigación, el tema no se agota en la descripción y definición del mismo, sino en la relación – en este caso – con la danza. Para ello, es menester puntualizar que la danza es comprendida como una expresión del movimiento consciente en tanto al movimiento ejecutado con el espacio y significación de la acción con la finalidad de comunicar algo. Diversos autores han llevado a cabo teorías sobre aspectos específicos de la danza, por ejemplo, el movimiento, el cuerpo, la expresión, entre otros. No obstante, pocas veces se ha introducido el tema del dolor presente en la ejecución de la danza. Existen diversos artículos que retoman el tema del dolor y la danza con fines terapéuticos, apuntando a resaltar las lesiones que sufre el bailarín antes, durante y después de la practica dancística. Por ejemplo, en 2008, Ruth Anderson y J. Stephanie Hanrahan en Pain and pain tolerance in professional ballet dancers realizaron un estudio con 51 bailarines adultos jóvenes en su mayoría mujeres, para investigar las relaciones entre el dolor de rendimiento y dolor de lesión, enfatizando la evaluación cognitiva del dolor y los diversos métodos de afrontar el mismo. Los resultados mostraron que los bailarines que presentaban dolores de umbral bajo ejecutaban la actividad dancística, sin embargo, se encontró que los bailarines no podían reconocer fielmente el dolor de actuación, es decir de umbral bajo al dolor de lesión[23]. Estos resultados arrojan a su vez, la posible normalización del dolor que puede estar presente en las academias de baile. Otro estudio en 2009 por Helen Thomas y Jennifer Tarr, realizado con 204 estudiantes de Danza moderna y contemporánea arrojó que el 90% habían experimentado una lesión, lo cual mostraba una posible subestimación de la lesión y en consecuencia del dolor que puede presentarse en la ejecución de la Danza[24]. Estos mismos investigadores, en 2020, realizaron un estudio para exponer el dolor “bueno” y el dolor “malo” en los bailarines, enfatizando la importancia de reconocer un dolor provocado por lesión y otro por trabajo corporal.[25]

No obstante, estos estudios sugieren únicamente un dolor físico, casi evidente por el movimiento complejo representativo de la danza. Ante esta insuficiencia de la relación del dolor y la danza, la fenomenología es quien da pauta para hablar del dolor como una vivencia subjetiva, consecuencia del mundo que se habita, es decir, una relación externa – interna, que en este caso, se encuentra presente en el entorno de quien baila. Ante esta consideración, las investigaciones fenomenológicas apuntan al dolor como aquello relacionado con los males afectivos y físicos del ser humano.[26] Agustín Serrano de Haro que, en investigaciones recientes esboza de manera general una fenomenología del dolor como un fenómeno múltiple dado en el ser humano en la experiencia vivida.[27]  Similar a lo que había realizado Carl Stumpf en su escrito Über Gefühlsempfindungen para referirse a la diferencia entre la sensación y los sentimientos y que no habla propiamente del dolor, pero aporta a la comprensión del mismo como parte de las sensaciones sensuales, es decir aquellas relacionadas a los sentidos fisiológicos[28], recientemente Antonio Zirión, en un breve ensayo sobre el colorido de la vida[29] (aunque no se explicita un apartado dedicado al dolor), aborda la cotidianidad y percepción de las experiencias vivenciadas como una analogía a las tonalidades que percibimos de ello, lo alegre, lo triste, etc. Actualmente bajo la misma connotación en el libro Fenomenología de la vida afectiva que reúne textos de Husserl y Moritz con otros estudiosos del tema, se abordan aspectos sobre los sentimientos y afectividad, que rozan directa e indirectamente fenomenología del dolor[30]

La relación especifica con la danza son las disruptivas que este arte tuvo particularmente en eventos específicos de la modificación de movimientos, vestimenta y expresión. Frecuentemente ante estas nuevas concepciones de expresión dancística se sitúa a la danza moderna y contemporánea como hijas de la ruptura del movimiento fino, para pasar a la explicitación del movimiento de un cuerpo doliente. La consideración fenomenológica del dolor ofrece la concepción de la vivencia subjetiva como elemento integrador de la génesis del dolor, el recorrido planteado otorga la suficiencia de considerar la vivencia subjetiva de la danza y la naturaleza del dolor, pero no hemos desarrollado puntualmente la génesis del dolor el Danza y su relación con la vivencia subjetiva, esto es la relación puntual.

En la Danza según Curt Sachs se pueden especificar aquellas en armonía con el cuerpo y en desarmonía con el cuerpo, estas últimas ofrecen indicios de desorden neuropático[31] en las danzas convulsivas atenuadas desarrolladas en forma involuntaria y forzada[32].   En la Edad Media la Danza se vio limitada a los rituales religiosos y la danza libre debía ser practicada sin ser vista, aunado a ello la división de clases enfatiza quién podía bailar o no. El dolor en esta época no era visible en su totalidad, la danza de la muerte figuraba más que como dolor un festín, pero sólo para quienes pertenecían en elites que podían acudir a practicar o ver la danza de forma pública.[33] En el renacimiento las grandes indumentarias no permitían el movimiento libre del bailarín, los corsés, zapatillas, vestidos, trajes, inmovilizan los movimientos y en consecuencia la expresión del cuerpo, limitando a los conocidos bailes de salón, bassadanza y el ballo.[34] En consecuencia, los fundadores de la danza moderna, a través de una constitución personal, una idea, una sensación o sentimiento, iniciaron nuevos estilos de movimiento en la danza, ejecutando lo que se quería decir mediante el cuerpo bailando descalzo.[35] La danza contemporánea siguiendo las enseñanzas de los maestros de la danza moderna continuaron revolucionando el movimiento libre. El dolor como elemento presente, se centra en la historia de la danza, aunque no es plenamente visible en todos los rubros, en las primeras danzas, incluso pasó a ser objeto normalizado en quienes practicaban la danza. Las enseñanzas de los maestros de la danza moderna y contemporánea, llevaron al límite los movimientos corporales y mente del bailarín, usando la dureza de la enseñanza como justificación a la forja de carácter y corporal del que baila.

Fue en la danza moderna y contemporánea que la miradas apuntaron al dolor, aunque no como elemento visible en la danza, sino como el tener conciencia de la presencia del mismo. Mary Wigman reconocía las grandes exigencias físicas y técnicas impuestas al bailarín[36], aunque no profundizaba en ello específicamente desde aspectos del dolor físico o emocional, sabía que estas exigencias podían desencadenarlos. Isadora Duncan describe las diferencias con el que era su maestro de danza que la formó con una gimnasia rígida y vulgar que destruía sus sueños.[37] Isadora relata las tragedias de las vivencias antes, durante y después de la ejecución de la danza, pero lo realmente interesante es que no relata sólo la vivencia danzaría, sino la vida misma, porque es la danza ya, su vida, elemento esencial del bailarín que perjudica directa o indirectamente. Martha Graham, no dejando de lado estas consideraciones de la vivencia subjetiva, hace explicita la relación de la vida del que baila y la danza, haciendo referencia a los decires de aquella época como “la danza de la vida” haciendo notar la impresión de tal frase pues, ella postula que “el instrumento mediante el que se expresa la danza, es también el instrumento mediante el que se vive la vida: el cuerpo humano.”[38] Continua acentuado que esto lleva consigo la carga vital, pero también la finitud de la vida y el amor, así termina haciendo explicito lo oculto de este bello arte; “Bailar es agradable, fácil, delicioso. Pero la senda del paraíso del éxito es tan dura como cualquier otra. La fatiga es tan grande, que el cuerpo llora, incluso mientras duerme. Hay momentos de frustración absoluta, hay pequeñas muertes diarias.”[39] Las precursoras de la danza moderna no separaron la vida misma y la danza, hicieron a la danza parte de su vida, o a su vida parte de la danza.

Esto, nos dirige a reconocer la relación de la vivencia subjetiva de la danza y la génesis del dolor, así como que la génesis del dolor en la danza, radica en la complejidad de la ejecución de la danza y en consecuencia es un elemento constitutivo y presente en la danza. Siendo esta complejidad, no sólo la ejecución de la danza, sino el transitar de la vida misma. Este transitar no se limita únicamente a lo corporal, al dolor que afecta directamente a lo físico, sino a la consecuencia y carga de emoción que también plasmaron como testimonio de la dura carrera que las formó.

Hasta ahora, hemos cumplido dos de los objetivos que se presentaban en el inicio de este escrito. A sabiendas que los ejemplos que hemos considerado no agotan el tema en su totalidad, pero ciñen el camino de la investigación. Queda entonces, evidenciar que el análisis de la génesis del dolor (físico y mental) es necesario para conocer la pertinencia de este en la danza. La pertinencia no quiere decir aquí, un fenómeno necesario para que la danza sea danza, sino un elemento presente que, aunque no es una condición estrictamente necesaria, se hace presente y del que no se ha dado la pertinencia para contrarrestar los malees que puedan generar en quienes ejecutan este arte.

  1. La pertinencia del análisis de la génesis del dolor físico y mental

Eric Franklin, bailarín y profesor suizo, fundador del método Franklin, el cual consiste en una exploración de la anatomía del bailarín con ayuda de representaciones sensoriales que permitan conocer y experimentar con su cuerpo. Esto relacionado con la idea primigenia de Franklin sobre la constitución dual entre mente y cuerpo como base fundamental del bailarín para una buena ejecución. En 2006 el bailarín publicaba su libro Danza. Acondicionamiento físico, en el cuál expone como primer capítulo la relación del acondicionamiento entre cuerpo-mente, a consecuencia de la observación de una técnica cuando era estudiante que era practicada por bailarines avanzados y consistía en meter las piernas en un neumático pata mejorar la abducción y flexión. Franklin narra como la posición era dolorosa, pero con frecuencia se creía que lo importante era la mejora de la técnica y los resultados, antes de la comodidad y seguridad.[40] Ciertamente, en su libro vislumbra la pertinencia de conocer la relación del cuerpo y mente para un mejoramiento de las técnicas en la danza. El autor muestra una detallada escritura sobre cómo evitar el dolor físico cuándo no es necesario y en consecuencia las lesiones o alteraciones a nivel emocional, pues también narra experiencias de estrés, ansiedad, miedos o fracaso. Propone casi como una lista de receta, puntos específicos, sobre las limitaciones del dolor en la técnica y la importancia de conocer los patrones del pensamiento que se tienen cuándo se está bailando, sea antes, durante o después.

En consecuencia, Franklin propone la importancia de la conciencia en su escrito, siendo la conciencia la parte primigenia para el análisis del movimiento y el pensamiento en su conjunto. Lo interesante, no sólo del testimonio del bailarín, sino de los ejecutantes de la danza, es que no pierden de vista que el esfuerzo físico no afecta sólo una parte del cuerpo, sino a la totalidad de este. Esto debería ser un parámetro esencial a conocer cuando se ensaya la técnica de cualquier danza, pues la afectación entera del cuerpo, en tanto movimiento y posiblemente dolor relacionado por ese movimiento, implicaría por consecuente que el estado emocional y la concentración estuvieran solidas para hacer frente a las vicisitudes que la practica podría tener. Sí bien, se conoce que el dolor por el esfuerzo físico es inevitable, es necesario reconocer los límites del dolor físico por el esfuerzo y la delgada línea de un sobreponer la salud física y mental. La exposición antes mencionada con relación a nuestro primer y segundo objetivo, proporcionan indicios de la pertinencia del análisis del dolor en danza, no dejando de lado que, es un elemento que constituye la misma por el esfuerzo físico, pero tomando en cuenta las posibles alternativas para la evitación de daños colaterales tanto físicos como mentales.

Se ha vislumbrado un recorrido esencial para la comprensión del dolor en la danza desde aspectos fundamentales para la comprensión del mismo, sin referir propiamente a una propuesta de danza sin dolor, sino una danza consciente del dolor. La danza por sí misma mantiene una narrativa diferente a las demás artes en tanto a que no es obvia en la ejecución o la preparación, esto puede ser una clave para reconocer que, las imágenes-no-visuales que ofrece la danza por sí misma integran el elemento del dolor a diferentes niveles, sea físico o emocional y son a su vez los que constituyen la parte no vista del bailarín. Es decir, el dolor es un fenómeno presente que se prefiere ausente, pues no es preferible hacerlo evidente ante el otro. Estas particularidades no son indicadores del dolor como un aspecto desdeñable en la danza, sino como un necesario que debe ser comprendido a cualquier nivel de ejecución para una mejora de la comprensión de la técnica, pero sobre todo, de la comprensión del cuerpo mismo en movimiento.

 Mariana Stefania Serrano
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Notas
[1] Universidad Nacional Autónoma de México, Universidad Autónoma de Querétaro.
Contacto: stefaniaserrano77@gmail.com
[2] Las consideraciones de la normalización y romantización (tómese este término en sentido no histórico, sino coloquial como aquella postura de goce ante alguna problemática) del dolor físico y mental en la danza, han sido tema de estudio en diferentes áreas para hacer énfasis en la pertinencia de hablar sobre el dolor en la Danza. Investigaciones recientes, sugieren la pertinencia de hacer visible el tema. Veáse en: Soundy, A.; Lim, J.Y. Pain Perceptions, Suffering and Pain Behaviours of Professional and Pre-Professional Dancers towards Pain and Injury: A Qualitative Review. Behav. Sci. 2023, 13, 268. https://doi.org/10.3390/bs13030268
[3] Platón, Fedón, 60b-61a.
[4] Platón, Timeo 64a
[5] Platón, Timeo, 64d.
[6] Aristóteles, De anima. 417a.
[7] S.T., I, 67, 3.
[8] Aristóteles, Phys, 192b- 20.
[9] Aristóteles, Methaph, 1019a15-20.
[10] Aristóteles, Phys, 192b-35.
[11] Aristóteles, Phys, 194 a -20 .
[12] Se toma aquí la distinción de los fenómenos propuesta por Franz Brentano a finales del siglo XIX. Se entiende por fenómeno aquello que se presenta, en cuanto a la distinción física o psíquica, la primera refiere a aquellos que se presentan de forma tangible, material, como un golpe y la segunda refiere a aquellas dadas de forma intangible, por ejemplo, el estrés, la ansiedad, el miedo.
[13] El termino es tomado de la fenomenología husserliana como aquella experiencia individual en relación con la conciencia de quien la vive.
[14] Para finalidades de esta investigación limitamos la definición de mente como aquellos procedimientos cognitivos y emocionales propios del ser humano. El concepto de mente de Gilbert Ryle. Con ello, no se pretende sesgar el problema actual sobre la definición de mente, sino dar al lector una estructura sólida para una comprensión integra del escrito.
[15] IASP Subcommittee on Taxonomy. Pain terms: a list with definitions and notes on usage. Recommended by the IASP Subcommittee on Taxonomy. Pain. 1979;6(3):249-52.
[16] La definición de dolor no incluye los padecimientos de la insensibilidad congénita al dolor con anhidrosis (CIPA) Véase en: Iijima, M., & Haga, N. Evaluation of nonnociceptive sensation in patients with congenital insensitivity to pain with anhidrosis. Child’s Nervous System, 2009. 26(8), 1085–1089. doi:10.1007/s00381-009-1057-6. Así como patología autosómica recesiva o cualquier condición que limite la sensibilidad física y mental.
[17] Basbaum, A. I., Bautista, D. M., Scherrer, G., & Julius, D. Cellular and Molecular Mechanisms of Pain. Cell, 2009. 139(2), 267–284. doi:10.1016/j.cell.2009.09.028
[18] Eric R. Kandel. Et al., Principles of neuralscience. Fifth Editión. McGraw-Hill. United States, 2000, 532
[19] Ibíd., 5.
[20] Aristóteles, Phys  429ª10-430ª5
[21] Boeri, M., y L. Balzaretti (coords.), Epicuro (vida, doctrinas morales, testimonios), Rosario, H y A, 2000. Pp. 109 – 128.
[22] García Gual Carlos, Epicuro. Máximas capitales. Alianza. Madrid. 2013. Pp. 173 –178.
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[39] Ídem
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