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Evaluación por competencias acción innovadora para el aprendizaje.

por Lorena Reyes
Artículo publicado el 08/04/2018

Lorena Reyes
Universidad Pedagógica Experimental Libertador
Instituto Pedagógico de Miranda José Manuel Siso Martínez.
lorenadriana25@gmail.com

Resumen.
El presente artículo ofrece una reflexión teórica sobre la relevancia de los procesos evaluativos centrados en competencias para promover una cultura dirigida a fomentar el aprendizaje.
Las competencias más allá de tratarse de un tema de boga, se hace necesaria para la transformación de la educación, la misma ofrece una explicación sobre el hecho educativo, tomando en cuenta todas las implicaciones que ocurren en el proceso de enseñanza y aprendizaje, como la autoevaluación los procesos de realimentación y la reflexión por parte de los involucrados sobre la adquisición del aprendizaje. Es así como se pretende plantear criterios básicos a tener en cuenta para el logro de la evaluación por competencias.

Palabras claves: evaluación, competencias, innovación, aprendizaje

Introducción.
El llamado a la sociedad del conocimiento presenta una realidad cambiante en múltiples sectores, económico, político, salud, tecnológico y educación, tal escenario debe permear en el hecho de que las instituciones de educación superior sean transformadas garantizando así que el país sea más competitivo y sustente una sociedad prospera en beneficio de las exigencias del colectivo.
La adquisición de conocimientos se ha transformado, lo que ha suscitado en la necesidad de adaptar nuestras praxis pedagógicas en relación de los nuevos saberes, por tanto las concepciones sobre formación, aprendizaje y evaluación deben ser modificadas en beneficio de todo el contexto.
La evaluación siendo un tema controversial puesto que entre los grandes cambios a nivel educativo presentes en las instituciones de educación superior, es uno de los que requiere grandes modificaciones, donde pase de ser vista como un proceso centrado en resultados cuantitativamente, hacia un proceso transformador del estudiante, construido entre el diálogo y la reflexión de todo el contexto.
Para ello, debe existir un cambio de pensamiento donde ocurra reflexión crítica sobre los nuevos modelos innovadores para evaluar y así obtener mejores resultados a través de la consolidación de competencias.
Se ha asumido que los cambios que deben generarse únicamente se centraran en factores tecnológicos administrativos, sin embargo, se revela de ir más allá, se trata de cambios paradigmáticos un cambio de cultura evaluativa, donde la misma sea vista como un proceso coherente articulado entre actividades didácticas y resultados.

Evaluación y Competencias.
Yániz y Villardón, 2006, opinan que la sociedad moderna delega en la educación superior la función de desarrollar en los estudiantes las competencias que les permitan actuar de manera eficaz en dicha sociedad. Por ello se hace necesario asumir una concepción del término competencia.
Según centro europeo para el desarrollo de la formación profesional de la Comisión Europea (Cedefop, 2008) la define como la capacidad de realizar tareas y solucionar problemas, mientras que puntualiza que una competencia es la capacidad de aplicar los resultados del aprendizaje en un determinado contexto (educación, trabajo, desarrollo personal o profesional). Una competencia no está limitada a elementos cognitivos (uso de la teoría, conceptos o conocimiento implícito), además abarca aspectos funcionales (habilidades técnicas), atributos interpersonales (habilidades sociales u organizativas) y valores éticos.
Al respecto de la concepción de competencias, existen muchas ambigüedades y polisemias respecto a la percepción de la misma, para Perrenoud (2011) es “una capacidad de movilizar varios recursos cognitivos para hacer frente a un tipo de situaciones” para Tobon (2006), “son procesos complejos de desempeño con idoneidad en un determinado contexto, con responsabilidad” Para la OCDE: Una competencia es más que conocimiento y habilidades. Implica la capacidad de responder a demandas complejas, utilizando y movilizando recursos psicosociales (incluyendo habilidades y actitudes) en un contexto particular (RIEMS, 2008).
Por lo tanto se asume que las competencias representan más que el conjunto de habilidades y destrezas sino que en las mismas se desarrollaran una gran cantidad de procesos cognitivos complejos, donde el estudiante obtiene conocimientos dirigidos hacia su desempeño en la vida cotidiana y que contribuyan a la sociedad, no solo se trata de consolidad habilidades y destrezas en el área de desarrollo académico, sino de preparar a los jóvenes para la sociedad del conocimiento.
Es por ello que se requiere innovar en los modelos evaluativos que están siendo llevados a cabo en las instituciones, los mismos requieren que sean analizados y que respondan al hecho de cómo evaluar competencias en los estudiantes.
Al respecto Ravela, Arregui, Valverde, Wolfe, Ferrer, Martínez, Aylwin. (2008). Señalan que “la evaluación está motivada por una preocupación por la formación ciudadana y la consolidación de una sociedad democrática; en otros, por la productividad de la fuerza de trabajo y la competitividad de la economía nacional, por las oportunidades para el desarrollo integral de las personas y sus posibilidades de participación en la sociedad del conocimiento, o por la equidad y la visión de la educación como uno de los caminos para superar la pobreza” p 1.
Sin embargo existe la necesidad de cambiar la concepción de evaluación practicada hasta los momentos, la cual está sustentada en pruebas y recopilación de trabajos que conducen a un procesos de enseñanza y aprendizaje memorístico carente en la formación de habilidades y destrezas, donde los actores del proceso no tienen la posibilidad de reflexión crítica sobre la realidad social y cultural y su relación con el proceso de formación, por lo cual se requiere la práctica de la denominada evaluación autentica para cumplir con la educación de calidad.
Es necesario que la evaluación permita recolectar información valida y confiable sobre los procesos de aprendizajes de los estudiantes sobre las competencias pretendidas, para ello se requiere un aprendizaje individualizado basado en el desarrollo cognitivo donde el estudiante sea activo en su proceso evaluativo y le permita utilizar sus conocimientos de manera creativa para resolver problemas reales.
Para lograr este tipo de juicios sobre la competencia se deben seguir tres principios (McDonald y col., 2000). En primer lugar, usar métodos de evaluación adecuados que permitan evaluar la competencia de manera integrada con sus criterios de realización. En segundo lugar, utilizar métodos que sean directos y relevantes para aquello que está siendo evaluado. En tercer y último lugar, basarse en una amplia base de evidencias para inferir la competencia. Los elementos esenciales de una evaluación de competencias son el contexto, el estudiante, la autenticidad de la actividad y los indicadores (Herrington y Herrington, 1998).
Lo que conlleva a que la evaluación basada en competencias este guiada hacia la coherencia entre los procesos de enseñanza y aprendizaje asegurando así resultados hacia la mejora educativa.

Hacia una evaluación por competencias.
Los procesos evaluativos adquieren relevancia puesto que es la manera de regular los procesos de aprendizaje, y medio de mejora de los mismos, Según Cabaní y Carretero, 2003; Murphy, 2006 señalan que la evaluación tiene una función reguladora del aprendizaje, puesto que las decisiones que toman los estudiantes para gestionar el estudio están condicionadas por las demandas de la evaluación a las que tienen que enfrentarse.
Siguiendo la premisa anterior es necesario el cambio paradigmático de que la evaluación solo debe medir el aprendizaje, sino llevarlo a una acepción más amplia donde la misma contribuya a la creación de aprendizajes. Murphy 2006 considera que el aprendizaje del estudiante a través de la educación es complejo, multidimensional, y que necesita valorarse a través de diferentes formas.
La necesidad que existe de generar un cambio de pensamiento, donde la evaluación no sea vista desvinculada al proceso de enseñanza y aprendizaje, ya que los modelos utilizados suelen estar cargados de medición, logro de objetivos, y ausencia de participación por parte del estudiante donde el mismo tome conciencia de sus resultados.
Es necesario que los aprendices asuman la responsabilidad respecto a su aprendizaje, sus capacidades y potencialidades y para ello se requiere de una verdadera evaluación por competencias.

Factores para la evaluación por competencias.
Para el desarrollo de la evaluación por competencias es necesario asumir elementos que deben estar presentes en la misma, el fin último del proceso de enseñanza y aprendizaje es la evaluación, sin embargo, esto no aleja a que la misma sea parte del proceso y no un ente aislado, es decir, la planificación, las estrategias didácticas deben ser coherentes al proceso evaluativo, todo debe estar articulado y en concordancia, para así favorecer y potencias las consolidación y transferencia de competencias.
Algunos elementos o factores que favorecen la evaluación por competencias serán, las actividades, contexto, autoevaluación, la realimentación, uso de rubricas.
Las actividades: las mismas deben potencias en el estudiantes diversos niveles cognitivos donde el mismo tenga la oportunidad de mostrar habilidades y actitudes en el desarrollo de las mismas, donde se propicien diversos procesos donde sean alcanzadas las competencias hacia el logro académico.
Comunicación: Uno de los factores ineludibles es la comunicación, el estudiante debe conocer cómo, con qué, y cuando será evaluado, asimismo la comunicación debe ser durante todo el proceso, lo que quiere decir que ante cualquier resultado proveniente de los tipos de evaluación debe ser discutido con los estudiantes, de esta manera, el mismo toma conciencia sobre los logros que han sido alcanzados en el proceso de enseñanza y aprendizaje.
La autoevaluación: La misma implica conocimiento de sí mismo y de los logros alcanzado, la misma permite que el estudiante tome conciencia de su aprendizaje, los estudiantes deben aprender a ser capaces de juzgar su propios aprendizajes puestos en práctica, es por ello, que la misma se considera relevante a la hora de valorar los aprendizajes, es vista del proceso de reflexión crítica que tiene que ser puesto en práctica en su aplicación.
La realimentación: O feedback, el mismo favorecer a regular el proceso de aprendizaje va ligado a la comunicación, algunos de sus principios según (Nicol y Milligan, 2006):

• Ayuda a clarificar lo que es un buen desempeño (objetivos, criterios, resultados esperados).
• Facilita el desarrollo de la reflexión y la autoevaluación durante el aprendizaje.
• Ofrece información de alta calidad a los estudiantes sobre su aprendizaje.
• Anima al diálogo con el profesor y con los compañeros sobre el aprendizaje.
• Fortalece la autoestima del estudiante y la motivación.
• Ofrece oportunidades para subsanar deficiencias en el desempeño actual en comparación con el esperado.
• Ofrece información a los profesores para mejorar su enseñanza.

Uso de rubricas: El uso de los instrumentos adecuados para evaluar competencias es de suma relevancia, uno de los mejores instrumentos actualmente utilizados son las rubricas, las mismas permiten evidenciar el logro alcanzado por los estudiantes en razón de la intensidad de la tarea alcanzada, asimismo permite evidenciar la realización de funciones cognitivas a través de la referencia de logros.

Innovación y educación.
En 1973, Michael Huberman definió innovación como una mejora que se puede medir, es deliberada, duradera y no ocurre con frecuencia. Huberman especifica que en educación la innovación es relativa al contexto; es decir, las prácticas que son nuevas en una institución se consideran innovación, así ya se hayan implementado en otras instituciones.
La innovación supone la generación de nuevas ideas, a través de ella se pretender revisar y abandonar prácticas educativas obsoletas, desarrollando el talento humano a través del pensamiento crítico, transformando la concepción educativa.
Por ende innovar significa un cambio en la construcción de conocimientos, en el uso de estrategias y en los procesos evaluativos y en el desempeño de los roles, asimismo, en la manera creativa de pensar la educación.
Todo proceso de cambio e innovación surge ante una necesidad como se plantea anteriormente, además de implicar una cuota de creatividad. Pues necesariamente se producen ideas y propuestas aportando soluciones a los procesos.
Es por ello que la innovación es un factor predominante en la generación de nuevas ideas y para romper paradigmas de las reformas tradicionales en educación y en los procesos evaluativos.

Evaluación por competencias factor innovador para promover el aprendizaje.
A pesar de que la evaluación basada en el enfoque de aprendizaje por competencias no es un tema nuevo, aun se evidencia la necesidad de generar cambios conducentes a la reflexión ante las exigencias y cambios que propone la sociedad actual. La aplicación de elementos como la autoevaluación, la comunicación, las actividades, la realimentación y el uso adecuado de instrumentos como las rubricas, ayudara a que los procesos de enseñanza y aprendizaje sean coherentes al proceso evaluativo y de esta manera se consoliden las competencias en el logro de conocimientos.
Es por ello que la innovación juega un papel primordial a la hora de evaluar competencias pues es necesario que se generaren ideas y soluciones a los problemas que se presenten en el aula, asimismo se debe ofrecer a los estudiantes alternativas en cuanto a las estrategias didácticas utilizadas para obtener excelentes resultados, tales como portafolios, estudio y resolución de casos los mismos permiten que los estudiantes puedan llevar alternativas a su quehacer diario.
En cuanto al orden de ideas los docentes cuentan con fortalezas para consolidar evaluación basada en el enfoque por competencias entre ellas, son creativos, críticos, éticos, que puede ayudar a aprender y emplear estrategias más idóneas a corto, mediano y largo plazo sobre la base de la participación, discernimiento y consenso de todos los involucrados de manera que se formen estudiantes reflexivos, críticos éticos, morales con competencias para llevar a cabo la educación de calidad

Referencias Bibliográficas.
Cabaní, M. y Carretero, R. (2003). La promoción de estudiantes estratégicos a través del proceso de evaluación que proponen los profesores universitarios”. En C. Monereo y I. Pozo. La Universidad ante la nueva cultura educativa. Madrid: Síntesis.
Herrington, J y Herrington, A. (1998). Evaluación auténtica y multimedia ¿de qué manera los estudiantes responden a un modelo de evaluación auténtica?”. HigherEducation Research and development.
McDonald, R; Boud, D; Francis, J; y Gonczi, A. (2000). Nuevas perspectivas sobre la evaluación, Boletín Cintefor.
Murphy, R. (2006). Evaluating new priorities for assessment in higher education. En C. Bryan y K. Clegg (Eds.) Innovative Assessment in Higuer Education. (37-47) New York: Routledge.
Nicol, D. y Milligan, C. (2006). Rethinking technology-supported assessment practices in relation to the seven principles of good feedback practice. En C. Bryan y K. Clegg (Eds.) Innovative Assessment in Higuer Education. (64-77) New York: Routledge
Ravela, Pedro; Arregui, Patricia; Valverde, Gilbert; Wolfe, Richard; Ferrer Guillermo; Martínez Rizo, Felipe; Aylwin, Mariana; Wolff, Laurence, (2008). Las evaluaciones educativas que América Latina necesita. PREAL, Santiago
Perrenoud, Ph. (2011). Diez nuevas competencias para enseñar. Bogota : Magisterio Editorial (trad. en espagnol de Dixnouvellescompétencespourenseigner. Invitationauvoyage. Paris : ESF).
Tobon, S 2006) aspectos básicos de la formación basada en competencias. Talca: Proyecto Mesesup
Yániz, C. y Villardón, L. (2006). Planificar desde competencias para promover el aprendizaje. Bilbao: Mensajero
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