EN EL MUNDO DE LAS LETRAS, LA PALABRA, LAS IDEAS Y LOS IDEALES
REVISTA LATINOAMERICANA DE ENSAYO FUNDADA EN SANTIAGO DE CHILE EN 1997 | AÑO XXVIII
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La Lectura y la Inscripción.

por Freddy Puentes
Artículo publicado el 13/11/2014

“La escritura es finita. El hecho de que la escritura es finita quiere decir que desde el momento en el que hay inscripción, hay necesariamente una selección y, en consecuencia, una borradura, una censura, una exclusión.(…) La cuestión de la escritura es aquello que trabaja lo que escribo.”
Jacques Derrida, “D´ailleurs, Derrida”

Sabemos que la escritura es “anterior al lenguaje fonético”, deja de designar una forma derivada del lenguaje en general y nombra, desde y según Jacques Derrida en su ensayo “El fin del libro y el comienzo de la escritura” , no sólo los gestos físicos de la inscripción literal, pictográfica o ideográfica, sino también la totalidad de lo que la hace posible, además todo aquello que pueda dar lugar a una inscripción en general, como por ejemplo, “la escritura psíquica o la escritura del sueño”, sea o no literal e incluso “extraño al orden de la voz “:cinematografía, coreografía, “escritura” pictográfica, musical, escultórica, etc. . Recordemos que la escritura no se separa ni siquiera, como dijo Derrida al estudiar “El origen de la geometría”, de Edmund Husserl, de “la constitución de los objetos ideales, y ejemplarmente de los objetos matemáticos” y cómo requiere la misma “la incorporación de lo escrito” en lo que el fenomenólogo judío llama “el cuerpo espiritual”, la escritura matemática teórica nunca estuvo ligada a una producción fonética.

La lectura y la escritura en contexto es lo que, incluso en esta época de la transmisión, como “única ley de la producción”(Geoffrey Bennington), se sigue efectuando, sin subordinarse o ponerse al servicio de “la realidad social o histórica” – “ideológica” según Paul de Man, “confusión de la realidad lingüística con la natural, de la referencia con el fenomenalismo”- , a los imperativos de la industria cultural o cultura mediática, Recordemos que para Derrida no hay ningún lazo natural de semejanza entre el significante y el referente, la diferencia entre significante y significado no es nada y esto no puede pasarse por alto o dejar de leer cuando entramos aquí en relación con una obra literaria.

La idea contraintuitiva de literatura de Derrida – porque, para decirlo con Paul de Man en un antiguo ensayo de 1982 intitulado “La resistencia a la teoría” , “la intuición implica percepción, consciencia, experiencia y conduce inmediatamente al mundo de la lógica”- puede aprovecharse en estudios alrededor de la afirmación singular de la lectura. Leer exige, como ya expresaba Maurice Blanchot, “un don que no está dado por anticipado”, que hay que recibir y “perder en el olvido de sí mismo”, leer para estar fuera de sí, pérdida de la identidad hegeliana, de la apropiación o reapropiación significativa del texto . Leer implica leer siempre en contexto, desde el texto mismo, pensando el lenguaje como significantes de significantes, fuerza y significación de un texto , recordando –como hace Geoffrey Bennington inscribiendo a Derrida- que lo escrito está “destinado a ser leído en un contexto diferente al del acto de la inscripción”, iterabilidad del lenguaje que hace que un enunciado no exista “más que por la posibilidad de repetición en la alteridad –la iterabilidad- ,sobre la que ya hemos insistido para el signo en general”.

Leer es un ejercicio que exige identificación con lo que se lee, arte que afirma el texto, doble afirmación sin resistencia ante lo que se lee, compartiendo “el lenguaje de lo que se lee”, como dijo Bennington en “El contexto”, que exige tiempo para diferir, más allá de cualquier cálculo o teleología. Hay que –siguiendo a Bruno Mazzoldi en su diario “Citas de Providencia”– “adoptar la lectura semianalfabeta hasta la incorporación”, asimilar la tradición, examinar esta relación que hace imposible separar “el saber” de “la tradición” –según Mazzoldi en una entrevista radial efectuada en Pasto en 1988- :”.. no puede haber saber que no corresponda a una costumbre” y, después, en otra hecha en 1998 en un hotel de Bogotá ante el joven escritor nariñense Andrés Tórres Guerrero: “.. la tradición es lo que tiene que ser destruido, la destrucción de la tradición es la tradición”, ideas estudiadas desde “Saber Expectore”, pronunciado por el ítalo-colombiano en la Universidad del Cauca de Popayán y en donde hace una hipótesis sobre “el escupo” y “la betîse “ flaubertiana. Así que, por ejemplo, cuando Paul de Man advierte en un antiguo ensayo de 1982 llamado “La resistencia a la teoría” – que es “resistencia a la lectura”, “resistencia a la dimensión retórica o tropológica del lenguaje”, dimensión que se haya en la literatura- de la afinidad entre “lógica” y “gramática” o cuando dice que “ teóricos de la lectura” en Estados Unidos como Greimas,Riffaterre, H.R. Jauss o Wolfgang Iser, “están comprometidos con el uso de modelos gramaticales”, seguimos leyendo, por metonimia, a Derrida , a Hillis Miller o a G. Bennington, apartándonos cada vez más de escritores preocupados por “ la categoría historicista” de ‘ posmoderno ‘ , necesidad de reinscribir la tradición, invertir y desplazar el sistema de predicados que la hace posible, interesarnos por “el trabajo sintáctico” de los textos, la lengua en la que han sido escritos, “ deseo de idioma”, más allá de la coextensividad entre “funciones gramaticales y lógicas del lenguaje”, imposición gramatical que hace posible el colonialismo. La gramática está subordinada a la lógica que, según el decir del profesor Paul de Man, “permite el paso al conocimiento del mundo” y cuyo estudio “ es la condición previa necesaria para el conocimiento científico y humanístico”.

Los avances en la comunicación electrónica en esta época de hipertextos, “ la publicación de una revista electrónica” obliga, dice Geoffrey Bennington en una entrevista hecha por el periódico en línea “ Seulemonde” , a repensar nuestro pensamiento sobre qué entendemos por “publicación” y “diario”, la obligación que tenemos de “experimentar con formas de escribir y presentar por escrito” que no sean “sólo la transferencia de impresión en la Web”. A pesar de estos progresos en las técnicas que ,como se sabe bien, pertenecen al “orden de los fines”, la lectura micrológica de textos que complican o coimplican la forma misma, escrituras literarias como las de Joyce, Artaud, Mallarmé, Jean Genet, Bruno Mazzoldi, Maurice Blanchot, Francis Ponge, dejan extraer implicaciones alrededor, es decir, investigaciones sobre el lenguaje como, por ejemplo, la idea próxima al arte, magnificación del detalle, detalle que es la idea , idea que no es el concepto, según la cual “el conocimiento de un objeto de estudio puede obtenerse sin conceptualización o explicación”, como escribió hace mucho tiempo Gregory Ulmer sobre “Cartuchos”, de Jacques Derrida. Los profesores y escritores, desde instituciones educativas nacionales o internacionales, pueden dar a leer obras a quienes hablan, estudiantes con gustos y ritmos diferentes; enseñar cómo y por qué leer, en una época de la “cultura de la imagen” o de la “comunicación electrónica”, encontrando que sólo es estimulante aquello que, por su ilegibilidad, es lo más traducido.

André Leroi-Gourhan en el capítulo de su obra “El gesto y la palabra” llamado “Los símbolos del lenguaje” indica que la escritura hace entrar “mediante el uso del dispositivo lineal, la expresión gráfica en la subordinación completa de la expresión fonética” y que esta “ligazón del lenguaje a la expresión gráfica es de coordinación y no de subordinación”, así que las alteraciones gráficas de las escrituras citadas , modificaciones de significantes, heterogéneas relaciones con el espacio y tiempo, interesan porque hay significantes que remiten infinitamente a otros significantes, es “ esa lectura única que cada vez es la primera”, aquella que por ocurrir “más de una vez pero cada vez únicamente” da lugar a la ley de la singularidad.

En un texto escrito lo sintáctico y lo semántico permanecen en una relación de no relación, “cuya intraducibilidad” -ha escrito el psicoanalista René Major– “forma el horizonte de sus constantes tradiciones y de la alteración recíproca de éstas”. Jacques Derrida en una entrevista dada en Chile en 1995 llamada “Una filosofía desconstructiva” expresa que la “práctica social” pasa por “la mediación de textos y discursos” y que ante la imposibilidad de una oposición o distinción entre “ texto” y “práctica social” “ todo texto es en sí mismo una práctica social “ pero hay que reinventar “una estrategia para abordar las diferencias que efectivamente separan los textos y las prácticas entre sí”.

Escribir, sin suspender la función referencial del lenguaje, sabiendo que el libro originado en el arte “no tiene garantías en el mundo, y cuando es leído aún no ha sido leído nunca” y que sólo en el espacio de esa lectura singular “alcanza su presencia de obra”, como el singular diario “Citas de Providencia” o “La palabra periodística” -alrededor de “el envío” y “la crónica”- u “Niebla u Oro de Arturo” -desde la poesía de Aurelio Arturo- , escritos del ítalo-colombiano Bruno Mazzoldi, con una extraña paciencia encontrada también en él,“ oro” mallarmeano , escritura cuyo espacio es irreductible a lo real, nada de sobrenatural, extrañeza de lo cotidiano -que podrían aproximarlo a ficciones narrativas de Julio Cortázar como “Continuidad de los parques” o “Las babas del diablo”– , condensación metafórica y desplazamiento metonímico en este período de “Citas de Providencia”, diario que no es , por una imposibilidad sobre la que Maurice Blanchot hablaba, de la obra que escribe:

 

“Sueño que Martha Canfield me quiere ver. Que me busca.

Tengo un libro-álbum suyo, lleno de dibujos. Lo miro.

Esqueletos en tinta china, en el mar.

La línea del horizonte es oblicua.

Minuciosos esqueletos de ahogados.

El último dibujo: los huesos de una madre como una canasta mosaica de costillas mimbrosas que lentas olas han empujado hacia la orilla. A su lado el esqueleto pequeñito de la hija.

La gata Ramona entra por la ventana y me despierta.

¿Por qué la Canfield?

Por Olga, supongo, que está dando análisis literario en cuarto. Y escribe.

Vivir su escritura. Verla cambiar. Las niñas la reclaman. “

 

FREDDY PUENTES, PUERTO LIMÓN, OCTUBRE 8 DEL 2014.
INSTITUCIÓN EDUCATIVA RURAL DE PUERTO LIMÓN, PUTUMAYO, COLOMBIA.
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Requerido.

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