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Alfredo Jaar. Midnight moment: a logo for America. Un espacio de libertad

por Alfredo Fredericksen
Artículo publicado el 25/10/2021

En el mundo contemporáneo resulta difícil definir la noción de arte que es criticada incluso por sus propios creadores y, además, se ha diversificado en formas, técnicas y contenidos. No obstante, hay ciertas tendencias que se pueden encontrar en las obras de arte actuales, como: el predominio de lo intelectual sobre la intuición siendo muchas veces la reflexión sobre sus contenidos parte de la obra misma; la importancia del proyecto y elaboración que se incorporan a la obra; el carácter multidisciplinario de los trabajos que integra diferentes visiones; el uso de la palabra a la que se le otorga carácter de obra visual. No podemos dejar fuera la crítica constante y la necesidad de provocar una respuesta en sus receptores que muchas veces están fuera del circuito del arte.

El artista chileno Alfredo Jaar no es ajeno a esta realidad. Él reconoce que ser artista es un privilegio porque: “la sociedad te da espacio para que expreses emociones e ideas y enfocarse a realidades invisibles que debiéramos tratar de cambiar.”(1) Para ello utiliza, entre otras formas, la fotografía, los videos, las instalaciones y las intervenciones urbanas. Él siempre está atento a la realidad y aquello que le hace más sentido será el contenido en sus obras, haciéndonos reflexionar sobre esos temas. Crea acontecimientos en los que a su decir utiliza el arte como: “el último espacio de libertad que nos queda”.

De entre sus obras he elegido una intervención urbana que me interpeló directamente. En ella se criticaba la apropiación de la palabra “América” por los Estados Unidos. Como americano, me sentí en la necesidad de contestar a lo que me planteaba, respondiendo así a una cuestión de identidad.

Entre el 1 y 31 de Agosto de 2014 realizó la intervención en Nueva York. Consistía en la instalación de contenidos en 45 pantallas de un lugar emblemático de la sociedad de consumo, Times Square; una plazuela formada en la intersección de la Octava Avenida de Manhattan con Broadway. La denominó: MIDNIGHT: A LOGO FOR AMERICA. La actividad se realizaba todos los días de ese mes de Agosto entre las 23.57 y las 0.00 horas, es decir, a la hora culmine del lugar, cuando estaba repleto de personas de las más diferentes procedencias y nacionalidades. En las numerosas pantallas del lugar se exhibe todo tipo de publicidad relativa a los productos de consumo más variados, cada una con sonido propio, a todo volumen y color, mientras se pasean por el lugar entre el gentío vociferante personajes Disney y otros de la cultura pop norteamericana. Allí se anuncian desde actividades teatrales a productos de vestir pasando por cigarrillos, lugares para vacacionar, zapatillas, en fin, de todo, muchas de ellas con la actuación de conocidos artistas. El ambiente, por cierto, es de gran luminosidad y ruido ensordecedor, generalmente atestado de gente que se mantiene de pie y en algunos casos se sienta en sus emblemáticas escaleras rojas.

En medio de ese bullicio, las 45 pantallas de la muestra, ubicadas en distintos lugares, se prendían, ya se dijo, a las 23.57 hrs. de cada día en forma simultánea. La primera imagen correspondía al mapa de Estados Unidos, para luego aparecer la frase “This is not América”. A continuación, se proyectaba la bandera de aquel país intervenida por la frase “This is not América s Flag.”. De inmediato se leía “América”. Simultáneamente su letra R empezaba gradualmente a transformarse en el mapa de América hasta que éste quedaba en medio de la palabra, reemplazando la R, creciendo y desplazando a la palabra escrita. Culminaba con la imagen de América rotando en un movimiento constante en todas las pantallas para luego replegarse a la R y volver a formar la palabra “América”. Esta presentación se repetía tres veces hasta las 0.00 horas de cada día.

Este creativo trabajo tuvo un antecedente que se remonta al año 1987 cuando en el mismo lugar proyectó una pantalla que contenía la misma temática. Es decir, el mapa de América, luego la leyenda “This Is Not América” y la bandera de Estados Unidos, seguida de la reflexión “This is not América s Flag,” para terminar mostrando el Mapa de América. Así, el actual trabajo en análisis, fue una reactivación de la antigua intervención.

Destaca en la obra su emplazamiento y con ello el receptor, es decir quien la observa, pues no se encuentra en un museo o galería, lugar de confinamiento histórico de diferentes expresiones artísticas. En este punto y con propiedad podríamos decir, está fuera del circuito del arte, no se exhibe en un lugar donde se reúna la elite cultural sino que está dirigida al hombre común y corriente, esto es, cualquier persona que pueda encontrarse una noche en Times Square. A esas personas Jaar las emplaza y les hace ver como Estados Unidos se ha apoderado de la palabra América, para a través de ella someter al resto del continente a un sistema dominante político-social, económico y cultural que tutela para su propio beneficio. El autor pretende que este público reflexione para producir un cambio. Siguiendo sus citas: “Con el uso de la palabra América por los Estados Unidos se borra el resto del continente. Se están apropiando de esa palabra. Me molestó muchísimo. Somos todos americanos.”(2) Esto lo plantea entre el 82 y el 86. En esa época Jaar se pregunta ¿Qué se puede hacer? Entonces se da la oportunidad de intervenir Times Square y aprovecha el espacio para interpelarnos con “A Logo for América”, que repite en el año 2014, luego de haber sido reconocida su obra, integrándola al archivo del museo Guggenheim,

Es de plantearse que llevó a Jaar a reactivar esta intervención en el año 2014 en Nueva York, en el mismo lugar. En una aproximación la respuesta pareciera ser la vigencia de una cuestión que aún se hace más urgente hoy en día por los cambios producidos en el mundo. Al realizarla el año 87, más allá de su novedosa forma artística, su autor usa el arte para expresar una profunda inquietud intelectual, cual es la dominación política que ejerce Estados Unidos sobre nuestro continente. Realiza la primera intervención cuando precisamente recién se estructuraba una nueva etapa del capitalismo que abandonaba el desarrollo del modelo keynesiano para iniciar la actual fase del capitalismo financiero y la globalización propia del neoliberalismo. Es en esos momentos que Jaar nos advierte sobre la manipulación y utilización del vocablo “América” por aquel país. Tal como lo manifiesta Elisa Cárdenas en su obra Gritos y Susurros: “Todas ellas (las intervenciones de Jaar a fines de los 80) proponían modelos para integrar información y asumir una actitud frente a realidades injustas que estaban sucediendo ante nuestros ojos… en un escenario mundial que iba destituyendo el estado de bienestar en beneficio de la libre empresa.” (3)

Para el año 2014 el escenario ha cambiado: el modelo llamado Capitalismo financiero o Neo liberalismo ha implantado su sistema a nivel global. Este proceso de globalización produjo la integración internacional en beneficio de concentraciones de nivel privado con gran fuerza ideológica y mucho poder, creando un mundo muy desigual que produce gran riqueza pero que beneficia a unos pocos. Los países latinoamericanos no son ajenos a estos fenómenos y a partir de los años 90 se adecúan al modelo de libre mercado, desnacionalizando sus países en beneficio del capital internacional. Es en este contexto que se hace más urgente hacer un llamado, desde el ámbito artístico cultural, a reconocer nuestra propia identidad. Al mismo tiempo empiezan a producirse protestas contra la nueva regulación socio-económica que ha producido una gran desigualdad en el mundo. Nuestro “boom económico” de los 90 solo beneficia a algunos. Así, el receptor del mensaje de Jaar ha cambiado. Sigue siendo el mismo hombre, pero descontento, frustrado, indignado con una clase política que ha debilitado la democracia.
Pero no solo ha cambiado el mundo y EE.UU. sino el espacio a intervenir también.

En la década de los 90 el alcalde de Nueva York, Giuliani, intervino el sector de Times Square “limpiando la zona” y transformándola en el centro emblemático de la sociedad de consumo, llenándolo de publicidad y pantallas. Es la consumación de una sociedad que según lo manifiesta Fredric Jameson “ha logrado la penetración de la publicidad, la TV y los medios a lo largo de la sociedad en una medida, hasta ahora sin paralelo”(4). Esta sobreutilización tecnológica ha llevado a que las pantallas no nos sean ajenas, ya que cotidianamente las portamos y usamos, lo que lleva a que Time Square no sea un espacio extraño sino un reflejo de la misma sociedad. Estas características las aprovecha Jaar para realizar su intervención, es decir, utiliza la propia infraestructura del Sistema para criticarlo, haciendo una espectacular intervención con 45 pantallas a un mismo tiempo. Al intervenir este lugar está consciente que no se encuentra en un espacio público democrático, sino privado y que es utilizado por corporaciones de tal carácter, pero él, al usar aquella infraestructura y difundir su intervención, le otorga un carácter público, es decir, la inserta allí, transformándolo. Así, cambia a través del arte un espacio comercial haciéndolo artístico. Es decir, utilizando tecnología propia de un mundo que nos deshumaniza, lo transforma a través de una intervención artística en un espacio público de expresión, donde las personas pueden plantearse preguntas fundamentales, como es la identidad. El mismo dice: “la vida contemporánea es compleja, la gente corre por el mundo y pierde de vista lo importante. La cultura puede limpiar el ambiente y hacer pensar en sus preguntas esenciales” (5).

En aquella oportunidad aprovecha las pantallas para transmitir su pensamiento y para ello usa la palabra como imagen visual. Pero luego, quizás recordando su infancia, sus juegos de prestidigitador, altera la secuencia y transforma la R en un mapa de América que con movimientos envolventes, propios de un mago va llenando las pantallas, simbolizando así la recuperación legítima de la palabra. Esta acción nos recuerda la intervención que un año antes, el 2013 realizó en la Bienal de Venecia, Italia, con esa maqueta de una ciudad que se hundía y reflotaba. El simbolizó este movimiento como “la cultura que se resiste”. A logo for América, 27 años después, reflota esta resistencia cultural con más fuerza. Es el artista que se resiste y emerge una y otra vez con su mensaje de liberación.

Para Jaar la obra artística es producto del pensamiento. No se trata de un talento innato, sino que crea a partir de un concepto que expresa una idea en una imagen visual. En la instalación que se analiza hay un lenguaje propio que da un concepto a la obra basado en un pensamiento político-social, del que nace un proyecto, creado y dirigido por él junto a un equipo multidisciplinario artístico y técnico quienes serán los encargados de hacerlo realidad. Su tarea como él mismo lo dice es “Pensar, Pensar y Pensar” (6).

A través de esta expresión pretende “crear un espacio de libertad” (7) que impulse un cambio. Él tiene la convicción que el “arte puede cambiar el mundo” (8). A través de sus obras pretende que sintamos y pensemos sobre una situación determinada para generar conciencia de la necesidad del cambio social.

“Veo al mundo. Veo al estado de las cosas. Intelectualmente soy muy pesimista. Pero mi voluntad sigue siendo tremendamente optimista…”(9).

En esta obra persiste en la idea que América es un continente que nos da la identidad a quienes allí habitamos y a través de las imágenes de esa intervención pretende que tomemos conciencia de ello para actuar.

Alfredo Fredericksen

CITAS
1,2,5,6,7,8 y 9 Rodríguez, Paula. Jaar. El lamento de las imágenes. Cine documental. Errante Producciones. 2007. (entrevista a Alfredo Jaar).
3.- Cárdenas, Elisa. Alfredo Jaar. Gritos y susurros. Editorial Contrapunto. 2110. Pág. 24.
4.- Jameson, Fredric. El posmodernismo y la sociedad. Pág. 37.

 

BIBLIOGRAFIA
1.- Cárdenas, Elisa. Alfredo Jaar. Gritos y susurros. Editorial Contrapunto 2010.
2.- Chomsky, Noam. La propaganda y la opinión pública. Editorial Crítica. 2002.
3.- Jameson, Fredric. El giro cultural. El posmodernismo y la sociedad. Ediciones Manantial. 1999.
4.- Medio, Iconoclastia e intermedialidad. Tres formas de abordar la obra de Alfredo Jaar. Cuaderno de arte 22. Escuela de arte. Facultad de Artes PUCCH.
5.- Midnight moment. El logo for America. Alfredo Jaar. Time Square. NYC.
6.- El logo for América. Alfredo Jaar. 1987. KBB youtube.
7.- Rodríguez, Paula. Jaar. El lamento de las imágenes. Cine documental. Errante Producciones

 

Videos vistos
Documental JAAR, el lamento de las imágenes – YouTube
JAAR, el lamento de las imágenes | Trailer | Vela ahora en Miradoc Online – YouTube
Charla de Alfredo Jaar – YouTube
Entrevista AD: Alfredo Jaar – YouTube
El Sonido del Silencio, ALFREDO JAAR – YouTube
Trailer JAAR el lamento de las imágenes – YouTube
«Soy un arquitecto que hace arte» – JAAR el lamento de las imágenes – YouTube
Alfredo Jaar | Obra «Música (Todo lo que sé lo aprendí el día que nació mi hijo)» – YouTube
Alfredo Jaar. 20 obras. Arte conceptual. Fotografía. #puntoalarte – YouTube
«A mí me mueve la curiosidad» – JAAR el lamento de las imágenes – YouTube
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CINE FORO CON ALFREDO JAAR – YouTube
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