EN EL MUNDO DE LAS LETRAS, LA PALABRA, LAS IDEAS Y LOS IDEALES
REVISTA LATINOAMERICANA DE ENSAYO FUNDADA EN SANTIAGO DE CHILE EN 1997 | AÑO XXVIII
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Arte, técnica, obra y artista en contexto educativo.

por Juan Granados
Artículo publicado el 09/01/2021

Resumen
En este escrito me propongo exponer un proyecto de investigación hermenéutica colaborativa sobre el arte, la técnica, la obra y el artista. Lo que se hizo fue entrevistar o encuestar a estudiantes y profesores de las artes visuales, la arquitectura, la música, la actuación y la danza, en el contexto de las artes; revisar las consideraciones de filósofos a lo largo de la historia sobre los mismos temas; y preguntar a profesionales no relacionados con la práctica profesional o vital de las artes. Con esto se contextualizaron teóricamente el arte, la técnica, la obra y el artista con el apoyo de los estudiantes de cuarto semestre de la licenciatura en artes visuales de la FBA de la UAQ. Esta contextualización se enmarca en la hermenéutica analógica de Mauricio Beuchot. Se consiguieron definiciones suficientes y analógicas del arte, la técnica, la obra y el artista que sirven para ubicarse en el mundo del arte.

Palabras clave: Arte, técnica, obra, artista, contexto

 

Abstract
In this paper I propose to expose a collaborative hermeneutical research project on art, technique, work and artist. What was done was to interview or survey students and teachers of the visual arts, architecture, music, acting and dance, in the context of the arts; review the considerations of philosophers throughout history about the same subjects; and ask professionals not related to the professional or vital practice of the arts. With this the art, the technique, the work, and the artist were theoretically linked with the support of the fourth-semester students of the studies in visual arts of the FBA of the UAQ. This contextualization is framed in the analogical hermeneutics of Mauricio Beuchot. Sufficient and analogical definitions of the art, technique, work and artist that serve to locate in the world of art were achieved.

Keywords: Art, Technique, Work, Artist, Context

 

Introducción
Todavía es común que se niegue que puedan definirse el arte, la técnica, la obra y el artista después de que se descubrió que las definiciones podían ser o demasiado generales, de tal manera que cualquier cosa entrara, o demasiado estrechas, de tal manera que algunas cosas quedaran fuera (Tatarkiewicz, 2001), pero los conceptos se hacen necesarios desde su definición para poder ubicarse en el contexto de su aplicación (Carroll, 2016). La hermenéutica analógica de Mauricio Beuchot nos recuerda que las posturas unívocas y equívocas impiden comprender adecuadamente un texto. Sólo una posición analógica, flexible, pero con límites, nos daría la oportunidad de mantener las definiciones sin caer en los extremos por exceso o por defecto, sin incurrir en imposiciones y libertades sin control (Beuchot, 2009).

En la Facultad de Bellas Artes de la Universidad Autónoma de Querétaro es común que los estudiantes de artes visuales no lleguen a una definición al arte. Como parte de un proyecto de investigación desde la hermenéutica analógica me propuse en 2016 aplicar esta propuesta junto con los estudiantes para dar con la definición analógica que estaba haciendo falta para que los estudiantes consiguieran posicionarse en el mundo del arte. De esta manera se buscó que se encontraran lo teórico, la investigación y la formación en las artes.

La hermenéutica es la disciplina de interpretación de textos. Es disciplina porque es ciencia y es arte, es decir, tiene principios y reglas de ejecución. Su objeto material es el texto. Éste puede ser escrito, oral, actuado, y, por supuesto, una imagen u otra cosa susceptible de interpretación. Su objeto formal es la interpretación. Esta se entiende como la comprensión profunda a partir de poner un texto en sus contextos (Beuchot, 2009). Y esto fue lo que emprendí con los estudiantes de la materia de teoría del arte de ese entonces. Nos propusimos como plan de trabajo poner en distintos contextos, a partir de una entrevista, los términos más problemáticos y al mismo tiempo clave en los estudios de las artes visuales, a saber, arte, técnica, obra y artista. Estos contextos fueron dándose a partir de la pregunta por la esencia del arte, la técnica, la obra y el artista a los integrantes del grupo, a otros estudiantes, y a distintos profesores de la licenciatura en artes visuales. También se preguntó a músicos, actores y bailarines, estudiantes y profesores, puesto que entendemos que el arte no se reduce a las artes visuales y que comparte, como supieron ver los teóricos del Renacimiento, elementos en común con la música, la actuación y la danza. Además de lo anterior se preguntó a directores de algunas instituciones culturales de la ciudad de Querétaro, a saber, galerías y museos. De igual manera se indagó en las propuestas teóricas desde la antigüedad a la fecha, qué son el arte, la técnica, la obra del artista. Se preguntó, por último, a profesionistas no relacionados con la práctica artística. Se registraron todas las respuestas dadas de ellas y se hizo síntesis contextualizada según el caso, para compararlas con los otros contextos. Cabe aclarar que el arte, la técnica, la obra y el artista se conforman en un contexto propio de tal manera que su relación ha de motivar para adelantar en cualquier definición y así considerar la coherencia que guardan entre ellos. Al final, pues, se llegó a un conjunto de definiciones, sobre lo que nos propusimos saber algo, pertinentes, flexibles y, me parece, analógicas. En este escrito me propongo, entonces, presentar y desarrollar los hallazgos de este ejercicio de investigación hermenéutica sobre el arte, la técnica, la obra y el artista en orden a como se siguió el plan propuesto.

Resultados y discusión
El primer contexto en el que nos detuvimos para saber que se pensaba sobre el arte, la técnica, la obra y el artista fue el propio del grupo de cuarto semestre de la licenciatura en artes visuales que cursaba en ese momento la materia de teoría del arte. Después de registrar las ideas de los siete miembros del grupo notamos que el arte se relacionaba con conceptos como actividad, comunicación, evocación, transformación, sentimientos, producción, signo y soporte. Después del análisis y la síntesis de las definiciones aportadas conseguimos la siguiente definición preliminar de arte: «el arte es una actividad habitual que permite al artista comunicar sentimientos que afecten a otro por medio de una técnica productiva que desemboca en una obra; es también el legado productivo del artista y el patrimonio cultural del público en orden a la comunicación de experiencias humanas universales». De la técnica se propuso que se relacionaba con conceptos como procedimiento, habilidad, producción, innovación, continuidad, cuerpo, herramientas y materiales. La definición sintética conseguida fue que la técnica es «la habilidad metódica de producir una obra de arte con herramientas y materiales selectos (dentro de un proceso histórico de continuidad e innovación)». La obra de arte se relacionó con productos, artista, transmisión, espectador, evocación, mensaje, técnica, símbolo y creación. La definición a la que llegamos en conjunto fue que la obra de arte es «el producto de cualquier técnica artística que transmite experiencias humanas y queda como legado». La idea expresada a partir de las nociones de patrimonio y legado nacía, en los estudiantes, a partir de sus estudios de historia del arte, puesto que habían aprendido a ver así las obras que revisaban en las materias respectivas. Por último, del artista se dijo que se relacionaba con alguien, producción, obra de arte, expresión, experiencia, conocimiento, técnica y material. La síntesis de lo anterior se concretó en que el artista «es quien produce una obra de arte para expresar experiencias humanas con ciertas técnicas».

Con las definiciones anteriores, conseguidas por medio de un análisis y una síntesis de lo que los integrantes del grupo articularon sobre lo que pensaban que era el arte, la técnica, la obra y el artista, es decir, por medio de la interpretación, esto es, poniendo el texto que son el arte, la técnica, la obra y el artista en el contexto del grupo de cuarto semestre de artes visuales, nos dimos a la tarea de preguntar a otros estudiantes de la misma licenciatura sobre lo que pensaban respecto a los asuntos que nos interesaban. De primer semestre participaron cinco estudiantes. De tercer semestre, sólo tres. De quinto semestre conseguimos entrevistar a cinco. De sexto semestre también obtuvimos respuesta de cinco estudiantes. De séptimo semestre, asimismo, preguntamos a cinco estudiantes. Después de hacer el balance de las respuestas por semestre se intentó una síntesis de todos los entrevistados. Se descubrió que el arte se entiende como una actividad compleja con un producto cuyo origen está en una necesidad, que su objetivo es comunicar una idea, que su pertinencia es natural y que se lo hace por medio de una técnica que permite simbolizar e investigar a partir de la manipulación de ciertos materiales. A partir de esto, en comparación con la definición del grupo de cuarto semestre, se determinó que «el arte es el legado productivo del artista y el patrimonio cultural del público en orden a la comunicación de experiencias humanas universales». En esta definición se creyó contener la síntesis de las ideas expresadas por los otros estudiantes de los distintos semestres sobre el arte. Cuando se hizo el balance de la técnica, como concepto, se notó que las respuestas de los estudiantes de los distintos semestres coincidían en que era un método, un proceso, una manera cuyo fin es una obra con la cual se expresa y que se consigue por medio de la aplicación de ciertas reglas sobre ciertos materiales. Haciendo la comparación con la definición primera se llegó a la conclusión de mantenerla. Así pues, la técnica seguía siendo «la habilidad metódica de producir una obra de arte con instrumentos y materiales selectos (dentro de un proceso histórico de continuidad e innovación)». En la definición de obra de arte si hubo cambios. La síntesis de las respuestas dadas por los estudiantes de los distintos semestres mencionados llevaba a considerar la obra como un objeto estándar que comunica, expresa y evoca una idea por medio de una técnica y de unos materiales. La definición de obra de arte a la que se llegó como resultado de la comparación de la primera definición y de esta síntesis fue que la obra es «producto de cualquier técnica artística (y se entendía que la obra era un objeto estándar identificable como tal obra de arte) que transmite experiencias humanas y queda como legado». Llegados al concepto de artista la síntesis reveló que en general los estudiantes de los distintos semestres consideraban que el artista en una persona que creaba y expresaba un mensaje por medio de una obra en la que involucraba sus capacidades, sus habilidades y su saber. El resultado obtenido fue la misma definición que se había conseguido entre los estudiantes de cuarto semestre, a saber, que el artista «es quien produce una obra de arte con ciertas técnicas para expresar experiencias humanas».

Después de la entrevista hecha a estudiantes de distintos semestres fuimos con los profesores de los talleres de pintura, grabado, técnicas mixtas, escultura y fotografía. Fueron seis profesores a quienes se preguntó. Del arte dijeron, en síntesis, que era una expresión pura del alma, una manifestación, un culto y un medio de expresión que tiene como objetivo representar un contexto o decir lo que se piensa y se siente. Haciendo el balance y la respectiva comparación con la definición que se tenía de los dos contextos previos se decidió que no cambiaba, de tal manera, que el arte seguía siendo «el legado productivo del artista, el patrimonio cultural del público en orden a la comunicación de experiencias humanas universales». Aunque se sabía que el arte, en general, es una actividad compleja, mantener la definición se imponía porque la experiencia inmediata con aquello que puede clasificarse como arte se da a partir precisamente del legado del artista que se asume como patrimonio. Respecto a la técnica los profesores indicaron que se trataba de una capacidad discursiva, una manera y un lenguaje, una manera de hacer e, incluso, de representar para firmar ideas por medio o utilizando utensilios, soportes y otros materiales. Después de esta síntesis y de comparar lo conseguido por medio de ella con la definición obtenida en los contextos previos, también se decidió conservar la definición sin modificación, así pues, la técnica seguía siendo «la habilidad metódica de producir una obra de arte con instrumentos y materiales selectos (dentro de un proceso histórico de continuidad e innovación)». Manera y capacidad remitían a habilidad, pero también a método. La síntesis de las definiciones dadas por los profesores entrevistados sobre la obra de arte nos llevó a percatarnos de que ésta tenía que ver con producción, con una pieza seductora e intelectual, con representación, cuyo objetivo es transmitir o manifestar un punto de vista con una técnica en un periodo histórico. A la definición que ya se tenía se hicieron algunas modificaciones, puesto que se asumieron las propuestas de definición que los profesores dieron. De esta manera la obra de arte nos apareció como «el producto (identificable como tal obra de arte) seductor e intelectual de cualquier técnica que transmite experiencias humanas de manera crítica y queda como legado. Agregar «de manera crítica» se nos hizo imprescindible a partir de la consideración de que el arte era seductor e intelectual, y por tanto, crítico. Asimismo, se consideró que las artes de suyo son críticas, tanto porque surgen de la crisis como porque ponen en crisis una variedad amplia de situaciones. Sobre el artista los profesores coincidieron en que se trataba de un personaje, un intelectual que domina una técnica para crear y así llevar un mensaje que cambie a la sociedad. A la definición que ya se tenía sólo se agregó una acotación. El artista ahora era «quien produce una obra de arte con ciertas técnicas para expresar experiencias humanas de manera crítica».

Una vez que se hizo la síntesis de las definiciones dadas por los profesores y el balance en relación con las definiciones ganadas en los contextos estudiantiles se emprendió un ejercicio crítico para depurar las definiciones hasta ahora conseguidas. Después de algunas sesiones de discusión se mantuvo la definición de arte, como «el legado productivo del artista y el patrimonio cultural del público en orden a la comunicación de experiencias humanas universales»; se mantuvo la definición de técnica, como «habilidad metódica de producir una obra de arte con instrumentos y materiales selectos (dentro de un proceso histórico de continuidad e innovación)». Las nociones de obra y de artista fueron las más polémicas. Después de las discusiones dichas se concretaron las siguientes definiciones: «la obra es el producto impactante e intelectual de cualquier técnica artística que transmite experiencias humanas de manera crítica y queda como legado»; «el artista es quien produce una obra de arte con ciertas técnicas para expresar experiencias humanas de manera crítica». Como puede verse se intentó guardar la coherencia entre las definiciones de arte y obra de arte, además de simplificar la definición de obra. Respecto al artista se pensó, que en la definición se contenían, al menos implícitamente, los elementos considerados en las otras definiciones por lo que tal como estaba nos aparecía como coherente. En todos los casos nunca se dejó de lado que lo que se expresaba con estas definiciones tenía que ver con una realidad, la de los estudiantes de artes visuales y los artistas, y la del mundo del arte. Ahora bien, como ya se decía, el arte no se reduce a las artes visuales. También son arte la arquitectura, la actuación, la danza y la música.

El siguiente contexto en el que pusimos los textos a interpretar fue el de las otras artes. Se entrevistaron a siete arquitectos, de entre los cuales cuatro eran estudiantes y tres profesores. Asimismo, se entrevistaron dos profesores y un estudiante de actuación. De igual manera se llevó esta investigación a la música y se preguntó a tres profesores y tres estudiantes que estudiaban esta disciplina. Por último, se consiguió que dos bailarines, ambos estudiantes, compartieran sus ideas sobre el arte, la técnica, la obra y el artista. Hicimos una síntesis de cada una de las artes involucradas a partir de las encuestas. Respecto al arte los arquitectos coincidieron en que es una manifestación, una actividad y una expresión que expresa sentimientos, experiencias y vivencias. Los actores nos dijeron que el arte era la habilidad manual y la disposición que tendía puentes hacia el otro para expresar y saber expresar sentimientos. Los músicos compartieron su idea del arte y comentaron que era creación, forma de expresión a la que se sumaba la formación académica, actividad humana, manifestación intencional de sentimientos o emociones para crear, expresar y manifestar sentimientos a partir de una técnica sobre un soporte. Dos profesores de música, además, comentaron que el arte no puede ser universal porque el gusto individual y las actividades según el método son diferentes. Los bailarines coincidieron en que el arte es un componente cultural que expresa ideas, sentimientos y satisfacción a partir de lo efímero y lo onírico. Con esto como contexto evaluamos la definición de arte que teníamos e hicimos una reconstrucción de esta, de tal manera que el resultado fue que «el arte es la actividad humana intencional y consciente que creativamente, a partir de legado productivo del artista que queda como patrimonio cultural, comunique experiencias humanas universales». Como puede verse ya no se enfatizó el legado y el patrimonio, sino más bien la actividad que es humana y por tanto es intencional y consciente. En el mismo ejercicio de evaluación llegamos a la conclusión de que lo que no es universal no es el arte, sino la definición, porque es difícil incluir en ella a todas las artes con sus peculiaridades. En esto hacemos notar que no estábamos a favor de la consideración de los profesores de música. Sobre la técnica los arquitectos coincidieron en que se trataba de un método o una forma o una tendencia para ser algo calificado de artístico. Los actores dijeron que la técnica era el talento y la habilidad adquirida con disciplina al modo de que podía considerársela «manera de llegar a». Los músicos hicieron mención de que la técnica era patrones, protocolos, maneras, pasos, modus operandi para hacer o realizar un objeto sensible por medio de una técnica y con contenido simbólico sobre o con ciertos materiales y soportes. Los bailarines dijeron, y en esto coincidieron, que la técnica es base, medio, pasos a seguir para realizar una acción o para aplicar reglas que permitan llegar a un resultado. Después de evaluar las síntesis de cada uno de los representantes de las distintas artes que nos permitían contextualizar nuestros textos más ampliamente se depuró la definición que se tenía y se llegó a la siguiente: «la técnica artística es la habilidad metódica de producir una obra de arte». Se prescindió de aclarar que se usaban instrumentos y ciertos materiales dentro de un proceso histórico y esto porque para el teatro y la danza la obra de arte radica en el artista mismo. No se independiza de él como una pintura o una partitura. Para el teatro y la danza la obra de arte, en general, es colectiva y no individual, como la de un pintor, un músico o un arquitecto, aunque éste requiere de apoyo para consumar su obra y el músico requiere de quien la ejecute o interprete. Llegados a la obra de arte, y con las consideraciones antes dichas, hicimos la síntesis de las aportaciones de los arquitectos, los actores, los músicos y los bailarines. Para los arquitectos la obra era el producto, la pieza, el objeto valorado, la expresión, y la materialización que transmite manifiesta y expresa. Para los actores la obra es el suceso de descubrimientos del otro, son las acciones por el momento o el tiempo de digerir. Los músicos coincidieron en que la obra era pieza, individuo, eminencia, cúspide, muestra de expresión, resultado o culminación de cierto éxtasis o idea legitimada por cierto círculo social y según ciertos cánones para expresar e interpretar por medio de una técnica. Los bailarines señalaron que la obra era el resultado de un proceso que se planeaba, pero que era algo sobrevalorado. Después de comparar la definición previa, la de los contextos propios de las artes visuales, con las síntesis hechas a partir de las aportaciones de los entrevistados de las otras artes llegamos la siguiente definición: «la obra de arte es el producto intencional y consciente de una habilidad metódica que comunique experiencias humanas deleitando, emocionando o impactando». Se propuso esta definición porque se notó que las obras de arte tienen en común un propósito o utilidad que es la de comunicar experiencias humanas universales y que el efecto en el público o en el espectador era o impactar o deleitar o emocionar. También nos percatamos de que con la música el teatro y la danza, a diferencia de la pintura y la escultura, por ejemplo, no era tan fácil decir dónde está la obra de arte. Al final, después de cierta discusión, se propuso que el arte se encontraba en el texto, ya que era partir de este que se interpretan o ejecuten la melodía, la coreografía y la obra de teatro. Asimismo, hicimos notar que la experiencia de las artes visuales es visual, la experiencia de la música, auditiva, pero la experiencia de la danza y el teatro es audiovisual, de ahí que no pudiéramos dejar de pensar en que el arte concretado en la obra era una experiencia de comunicación de experiencias. Sobre el artista los arquitectos dijeron que era una persona que se dedicaba a hacer arte u objetos para transmitir sentimientos; los actores dijeron que era un hacedor, un visionario o un perfeccionista que buscaba transgredir o mostrar lo diferente; para los músicos el artista era un individuo o una persona que hacía arte para expresar cierta sensibilidad con ciertos materiales en una época en una sociedad específicos; y los bailarines dijeron que era una persona con título que ejecutaba. Después de considerar las respuestas de los distintos artistas entrevistados la definición que se tenía se vio modificada. A partir de este momento se consideró que «el artista es quien de manera consciente e intencional produce una obra de arte, a partir de técnicas artísticas, que deja como legado, y con la cual pretende comunicar o expresar experiencias humanas universales». En nuestra interpretación descubrimos una nota común en la historia de los artistas, a saber, que todos han estudiado o aprendido para ser artistas, desde el escultor egipcio hasta el pintor queretano.

Después de entrevistar a estudiantes, profesores y artistas visuales, en primer lugar, y arquitectos, actores, músicos y bailarines, en segundo, nos dimos a la tarea de entrevistar sobre lo que nos interesaba a un museógrafo y a un director de uno de los museos de la ciudad de Querétaro. Para el arte obtuvimos del museógrafo que no hay definición porque la noción de arte es un problema de carácter histórico. El director del museo nos dijo que el arte era expresión y conocimiento de la realidad y de uno mismo pero que no es racional, sino que retrata un momento particular, un modo particular del ser de alguna situación. Al considerar ambas aportaciones decidimos conservar la definición con una única acotación al final. Así propusimos que «el arte es la actividad humana intencional y consciente que creativamente, a partir del legado productivo del artista que queda como patrimonio cultural, comunica experiencias humanas universales por medio de una obra». Sobre la técnica el museógrafo nos dijo que tenía que ver con procedimientos, habilidades y conocimientos de uso de materiales que condicionan la producción. El director del museo dijo que la técnica eran los instrumentos que hacen posible la expresión o visión de la que hablaba cuando definió arte. Conservamos la definición que teníamos, a saber, que «la técnica artística es la habilidad metódica de producir una obra de arte». Ya sobre la obra de arte el museógrafo nos dijo que éste es contextual en un ambiente social, que se adapta al ambiente y puso como ejemplos el arte griego y el arte de las vanguardias; agregó que es un registro del contexto y canaliza lo expresado a criterio del artista. El director dijo que la obra es el encuentro de la obra con el público. A la definición que ya teníamos sumamos algún elemento y un par de consideraciones. Propusimos que «la obra de arte es el producto humano, intencional y consciente de una habilidad metódica que comunica experiencias humanas deleitando, emocionando o impactando». Enfatizamos que la obra es un producto humano. Descubrimos que la obra de arte es la finalidad o el objetivo de la técnica, pero es el medio del arte para comunicar las experiencias humanas. Asimismo, hicimos la consideración de que en las clases de técnica o talleres se aprende más que sólo técnica, a saber, se aprende a ser artista y a hacer obras de arte, es decir, obras con técnica y obras con sentido. Sobre el artista el museógrafo dijo que no podía dar una definición porque se modifica constantemente según el paso del tiempo y que cualquier definición sería errónea. El director del museo dijo que la artista era un visionario capaz de enseñarnos algo que no sabíamos, algo que no veíamos antes de su obra. Ambos aportes resultaban paradójicos, cosa que nos llevó a meditar sobre nuestra propia definición y a considerar la coherencia de este particular con las otras, de tal manera que el final propusimos que «el artista es quien de manera consciente e intencional produce creativamente una obra de arte, a partir de técnicas artísticas, que deja como legado, y con la cual pretende comunicar o expresar experiencias humanas no siempre compartidas por todos».

Hasta aquí las definiciones que habíamos obtenido estaban en el ámbito de la práctica estudiantil y docente de las artes. Después de encuestar a los miembros del grupo de cuarto semestre del turno vespertino de la licenciatura en artes visuales con los cuales compartía la materia de teoría del arte, a los estudiantes de otros semestres de la misma licenciatura, a los profesores con los que compartían clases de taller de distintas técnicas, a otros artistas de otras áreas y a un museógrafo y a un director de museo, acudimos a los libros para encontrar lo que desde la antigüedad a la fecha se había dicho sobre el arte, la técnica, la obra y el artista. Después de revisar a los teóricos o filósofos más sobresalientes de la antigüedad grecolatina notamos que para estos arte y técnica coincidían, de tal manera que el arte era el conjunto de preceptos (reglas o normas), procedimientos y conocimientos universales, útiles y adecuados que adquiere un artista por medio de la práctica y la observación (puesto que investiga para volverse capaz) y que sirven a un propósito establecido o fin, para producir o construir o hacer algo que por naturaleza no existiría (Tatarkiewicz, 1987). Para los filósofos medievales el arte era el conjunto de reglas y principios para producir elementos contingentes con un objetivo y que se distinguen de la naturaleza y sus productos (Tatarkiewicz, 2007). Para los filósofos modernos el arte empezó a considerarse como una expresión y un modo de representación que comunica y emplea experiencias revelando cierta verdad en el contexto, valiéndose del conocimiento y aportando a este (Tatarkiewicz, 1991). W. Tatarkiewicz después de hacer un balance de la historia del concepto de arte propone que el arte es una actividad humana consciente capaz de reproducir cosas, construir formas, o expresar una experiencia, si el producto de esta reproducción, construcción o expresión puede deleitar, emocionar o producir un choque (Tatarkiewicz, 2001). Con lo anterior nos vimos precisados a reconsiderar nuestra definición, ya que estos contextos teóricos, de los que habíamos hecho una síntesis muy apretada de lo que muchos filósofos habían aportado en distintas épocas, introducían elementos que no habíamos descubierto en los contextos anteriores. De esta manera llegamos a la definición de que «el arte es la actividad humana intencional y consciente que creativamente, a partir del legado productivo del artista que queda como patrimonio cultural, representa y comunica, deleitando, emocionando o impactando, experiencias humanas por medio de una obra de arte».

Como decía, para los antiguos arte y técnica coincidían (Tatarkiewicz, 1987). Los medievales mantuvieron esta idea, pero especificaron que la técnica era la habilidad de actuar conforme a reglas (Tatarkiewicz, 2007). Para los modernos la técnica era la idea y la conciencia artística de una unidad fragmentada con base en un objeto real para volverlo estético (Tatarkiewicz, 1991). Con la síntesis anterior en mente propusimos que «la técnica artística es la habilidad metódica que supone un conjunto de preceptos, procedimientos y conocimientos, útiles y adecuados que adquiere un artista por medio de la práctica y la observación para producir una obra de arte con la que se representan y comunican experiencias humanas». Sobre la obra de arte la síntesis que conseguimos de los filósofos antiguos fue que era producto del arte, distinto de la naturaleza (Tatarkiewicz, 1987). De los medievales obtuvimos la consideración de que la obra de arte es el producto ficticio del arte, la práctica y la imitación que muestra lo oculto y toma lo mejor de la naturaleza (Tatarkiewicz, 2007). De los modernos llegamos a la síntesis de que la obra de arte es el objeto poético de la existencia que evidencia la vida bajo un juicio de lenguaje y que permite la problematización con el mundo exterior y existe a partir de una experimentación de la propia sensibilidad (Tatarkiewicz, 1991). W. Tatarkiewicz propone que una obra de arte es la reproducción de cosas, la construcción de formas, o la expresión de un tipo de experiencias que deleitan, emocionan o producen un choque (Tatarkiewicz, 2001). Después de evaluar esta síntesis y la definición que teníamos propusimos la siguiente: «la obra de arte es el producto creativo de la habilidad metódica de un artista que representa, comunica, deleitando, emocionando o impactando, experiencias humanas». Del artista nos encontramos la consideración en la antigüedad de que era quien producía arte porque tenía la disposición, la capacidad y la habilidad para ello (Tatarkiewicz, 1987). Para los medievales el artista o artífice era quien tenía habilidad (Tatarkiewicz, 2007). Para los modernos el artista libremente advertía la realidad y aportaba una nueva conciencia de este, según nuestra síntesis (Tatarkiewicz, 1991). Nuestra definición al considerarlo anterior quedó como sigue: «el artista es quien de manera consciente, intencional y creativa produce una obra de arte, a partir de técnicas artísticas, que deja como legado, y con la cual pretende representar y comunicar experiencias humanas no siempre compartidas por todos».

Como puede verse la revisión de los teóricos sí aporto aquello que se había conseguido en los contextos diabéticos en los cuales habíamos puesto nuestros textos e interpretar. Pero también nos dimos cuenta de que muchos aspectos seguían vigentes en el imaginario de los artistas, ya que confluían elementos de los aportes antiguos, medievales y modernos. Pero no nos quedamos aquí. Aún hicimos más. Entrevistamos a un contador y a un psicólogo.

El contador nos dijo que el arte es la actividad en la que el hombre recrea con una finalidad estética un aspecto de la realidad o un sentimiento en formas bellas valiéndose de la materia, imagen o sonido. El psicólogo nos dijo que el arte es la creación ligada a lo estético que pone en escena algo que no existía, pero a la vez se inaugura una forma de sensibilidad, y es una forma no sólo de expresar sino también de confrontarse. De la técnica el contador dijo que se trataba de los diferentes elementos que se utilizan para crear y realizar una obra. El psicólogo nos dijo que la técnica era un saber hacer, no como una receta a repetir sino como un saber hacer con propósito y material. Cuando preguntamos por la obra de arte el contador nos contestó que era una cosa perdurable que resulta de la aplicación del trabajo o el conocimiento humano. Para el psicólogo, en cambio, la obra era cierto objeto de cualquiera que sea su naturaleza que logre inaugurar un modo de sensibilidad que antes no existía. Ya en materia del artista el contador dijo que era una persona que practica alguna de las bellas artes y el psicólogo comentó que era un necio que a fuerza de intentar una y otra vez conseguía una fórmula, no como un recetario, sino como una fuerza de manipular su objeto artístico para producir un efecto poético. Con este último contexto nos percatamos de la diferencia que hay entre practicar alguna de las artes y verla desde otra posición o perspectiva teórica y profesional. Esto, por supuesto, es una perogrullada, pero que hace falta enfatizar para no perderla de vista, puesto que normalmente uno de los problemas más comunes es la falta de puentes entre el público y el artista. Las definiciones aportadas por el contador y el psicólogo también nos descubrieron que aún en el imaginario de estos profesionales se alcanzan a permear las influencias históricas antiguas, medievales y modernas que podrían fungir de ese puente que hace falta para que se encuentren artistas y espectadores.

Conclusión
Después de haber puesto en distintos contextos los textos de nuestra investigación o interpretación, a saber, arte, técnica, obra y artista, conseguimos una comprensión más adecuada, diría Mauricio Beuchot, suficiente, de estas nociones o conceptos de tal manera que se evitan los extremos de las definiciones cerradas que dejan fuera muchas posibilidades productivas que pueden ser artes y las definiciones demasiado abiertas que hacen que cualquier cosa sea arte o, incluso la falta de definición que también lleva a una situación insostenible cuando uno se pone serio, porque si no hay definición de arte o todo lo es o nada lo es, incluso da igual si se le estudia como profesión o no. Las definiciones que se consiguieron aportan elementos para una discusión posterior que enfoca la posibilidad de volver a preguntarse por la esencia del arte, la técnica, la obra y el artista. Esta pregunta asumiría las posturas extremas y trataría de evitarlas al momento de dar respuesta.

Me parece que los estudiantes que colaboraron en este trabajo además de darse cuenta de que de la propia experiencia se puede hacer investigación, también consiguieron mejores conceptos para ubicarse en el mundo con el cual, con la carrera, se están involucrando, esto es, el mundo del arte. En una época en la que ya no es tan fácil distinguir entre una pieza artística y lo que no lo es, tener definiciones suficientes nos gana criterios de discernimiento y distinción, pero como dije, aunque queda por indagar más.

Juan Granados

 Fuentes de consulta
Beuchot, M. (2009). Tratado de hermenéutica analógica. Hacia un nuevo modelo de interpretación. México: UNAM (Seminarios).
Tatarkiewicz, W. (2001). Historia de seis ideas. Arte, belleza, forma, creatividad, mímesis, experiencia estética. Madrid: Técnos.
Tatarkiewicz, W. (1987). Historia de la Estética. I. Estética Antigua. Madrid: Akal.
Tatarkiewicz, W. (2007). Historia de la Estética. II. Estética Medieval. Madrid: Akal.
Tatarkiewicz, W. (1991). Historia de la Estética. III. Estética Moderna. Madrid: Akal.
Carroll, N. (2016). Filosofía del arte. Una introducción contemporánea. México: UNAM-Secretaría de Cultura.

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