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Repertorio musical del Canario durante los siglos XVI y XVII

por María de las Nieves Rodríguez
Artículo publicado el 08/02/2025

Este texto supone la primera publicación de una investigación en curso realizada por la autora sobre la dimensión internacional que adoptó El Canario a partir del siglo XVI. Se agradece igualmente a la Biblioteca Nacional de España por la disponibilidad de estas partituras que pueden ser halladas en el acervo que comparte dicha Institución de modo digital y libre.

 

La música popular de las Islas Canarias tiene una profunda conexión con la historia de la conquista castellana, un período crucial que marcó la llegada de nuevas influencias culturales al territorio. Durante la colonización, se fusionaron las tradiciones musicales aborígenes guanches con las influencias traídas por los colonizadores españoles, especialmente en términos de instrumentos, ritmos y melodías. Esta mezcla de herencias dio lugar a la pervivencia de géneros populares canarios como la isa, el tajaraste o el sirinoque, que reflejan tanto el mestizaje cultural como la resistencia y adaptación de la cultura popular canaria a lo largo del tiempo sirviendo no solo como una expresión artística, sino también como un testimonio de la historia, de los procesos de intercambio cultural y de la identidad única del archipiélago.

La primera partitura hallada en referencia a la música canaria data de 1552 y fue recogida de modo manuscrito en la publicación “Libro de Música de vihuela ágora nuevamente compuesto” de Diego Pisador bajo el nombre de “endechas de Canarias”. En esta composición, Pisador logró fusionar la tradición melódica de las islas con las formas y estilos propios de la época, destacándose por su capacidad para reflejar la esencia emocional y cultural isleña al adaptar aquellos cantos lastimosos que entonaban los aborígenes a la pérdida de la identidad y de su linaje materno. Estas piezas no solo ofrecían una visión de la sensibilidad de su tiempo, sino que también servían como puente entre las tradiciones autóctonas de Canarias y la evolución musical del Renacimiento en España.

Como heredero de estas endechas y de la tradición percutiva de los pueblos originarios de las Islas surgió un nuevo género: El Canario que, habiendo tenido raíz en los ritmos aborígenes, fue reinterpretado por los castellanos para celebrar la culminación del proceso de conquista sobre el archipiélago en 1496. Este ritmo se popularizó rápidamente por Europa al igual que la danza que la acompañaba: una danza aborigen que consistía en un baile en pareja a base de pasajes y saltos que pronto se asumió como un zapateado que se volvió una de las manifestaciones estereotípicas de la españolidad de la época, sobre todo en la Corte del Reino de Sicilia cuando, en manos de la Corona española desde 1408, se impuso al Canario como parte del repertorio musical y dancístico. Aquel ritmo, más estilizado, regresó a España a finales del siglo XVI cuando fue confrontado por la tradición más vulgarizada en la que aquellas danzas altas pasaron al teatro como epítome de la identidad isleña.

Autores como Cervantes, Lope de Vega, Tirso de Molina y Calderón de la Barca mencionaron a los canarios en sus obras, reflejando la importancia cultural y social del archipiélago. La inclusión de personajes y alusiones en las comedias y entremeses de la época mostraban cómo, a pesar de su lejanía, las Islas constituían una parte importante del imaginario colectivo y del paisaje cultural del imperio español. Gitanillas y rufianes comenzaron a danzar El Canario, aquellos brincos llegaron incluso a ser una muestra de salud y brío en la Inglaterra del XVI según escribió el mismo William Shakespeare al exportarse como un producto más de los que se enviaban desde allí a los principales Puertos europeos desde los primeros años del siglo.

El Canario llegó a finales del XVII a los libros de música especializada donde se compartieron diferentes versiones en partituras en cifrado melódico musical que formaron parte no solo de los aires que se usaban con fines dramáticos y de entretenimiento de la época sino también en ambientes más cultos donde deleitó a los miembros de la Corte de toda Europa. Asimismo, fueron célebres las versiones tardías del “Compendio numeroso de cifras armónicas, con theorica y practica para harpa de una orden, de dos órdenes y de órgano” publicado por Diego Fernández de Huete en 1702 o el “Huerto ameno de varias flores de música recogidas de varios organistas” de Fray Antonio Martin en 1709. La más famosa o, cuando menos relevante, sería la que Gaspar Sanz recogió en 1674 en su “Instrucción de Música sobre la guitarra española” que pasó a América y se popularizó rápidamente, sobre todo en México en donde la misma Sor Juana Inés de la Cruz (de padre canario, por cierto) escribiría la letra no solo para otra versión del Canario sino también para unas folías de aire isleño.

Y es que las familias canarias desempeñaron un papel clave en la colonización y desarrollo de México a partir del siglo XVII cuando, enviadas por la Corona española como tributo de sangre, estas familias se establecieron en regiones como Veracruz, Yucatán o San Luis Potosí, donde contribuyeron a la agricultura, el comercio y la ganadería estableciendo haciendas desde donde permeó su influencia en la vida cotidiana, aportando costumbres y tradiciones -sobre todo en el ámbito musical- que aún perduran en la cultura mexicana como podría ser el caso del chiconcanario michoacano, una considerada pervivencia de la música original del Canario del siglo XVII en la música tradicional mexicana de la actualidad.

María de las Nieves Rodríguez
Artículo publicado el 08/02/2025

[Imagen 1] Extraído del libro de Diego Pisador, “Libro de Música de vihuela ágora nuevamente compuesto”, 1552. Biblioteca Nacional de España.
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[Imagen 2] Extraído del libro de Antonio Santa Cruz, “Libro donde se verán Pasacalles de los ocho tonos”, 1633. Biblioteca Nacional de España.
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[Imagen 3] Extraído del libro de Gaspar Sanz, “Instrucción de Música sobre la guitarra española, y método de svs primeros rudimentos”, 1697. Biblioteca Nacional de España.
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Un comentario

Me parece una excelente propuesta de investigación sobre el rescate cultural sobre el archipiélago y como esas danzas se trasformaron en bailes populares en esos siglos. Un tema muy interesante y un excelente trabajo.
Felicidades Dra Maria de las Nieves Rodríguez

Por Josafath Larios Vitela el día 11/02/2025 a las 13:50. Responder #

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