EN EL MUNDO DE LAS LETRAS, LA PALABRA, LAS IDEAS Y LOS IDEALES
REVISTA LATINOAMERICANA DE ENSAYO FUNDADA EN SANTIAGO DE CHILE EN 1997 | AÑO XXVIII
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Breve relato histórico a los orígenes del Protestantismo en Chile

por Francisco Díaz Céspedes
Artículo publicado el 27/10/2025

Artículo en coautoría con Jesús Espinoza P.

 

 diaz-espinozaResumen
En el siguiente artículo, los profesores chilenos Francisco Díaz C. (izquierda, fotografía) y Jesús Espinoza P. (derecha, fotografía) exponen breve relato sobre los hitos más significativos respecto a los orígenes del protestantismo en Chile; recogiendo algunos antecedentes universales previos a la fundación de nuestra República, como también la magna influencia del Reverendo de David Trumbull durante el transcurso del siglo decimonónico.

Imagen: Francisco Díaz Céspedes (Izquierda) y Jesús Espinoza Pehuenche (derecha). Fotografía tomada por el Profesor Erik Cordero Pávez, el día 2 de septiembre de 2025 a las 17:33 horas, en la Biblioteca del Colegio Terraustral Oeste, comuna de Maipú, Santiago de Chile.

 

Abstract
In the following article, Chilean professors Francisco Díaz C. (left, photograph) and Jesús Espinoza P. (right, photograph) present a brief account of the most significant milestones regarding the origins of Protestantism in Chile; collecting some universal antecedents prior to the founding of our Republic, as well as the great influence of David Trumbull’s Reverend during the course of the nineteenth century.

Primeros antecedentes del protestantismo
A nuestro juicio, las nociones protestantes, en sus aspectos más generales, ya estaban en marcha a partir del año 70, cuando se estaba finalizando la redacción de los Evangelios. Así, con el pasar de los siglos, las “libres” interpretaciones irían retomando fuerzas, en especial con la Ruptura de la Iglesia Católica Apostólica Romana con la Iglesia Ortodoxa Griega en el año 1054. En efecto, los movimientos reformadores acentuarían aún más las fragmentaciones mediante las expresiones, acciones, testimonios y escritos propios de la mística misionera, dando ciertas razones que iluminaron la comprensión de los Evangelios. Por ejemplo, aparecerían silenciosamente eruditos como: Juan Wyclif, que en 1376 dictaría sus conferencias en la Universidad de Oxford respecto al Señorío civil, lo cual criticaba duramente el poder político de la Iglesia Católica Romana, como los intereses económicos y la acumulación de la riqueza por parte del clero. Además de traducir la Biblia al inglés (1382-1384). Wyclif partiría al infinito por muerte natural en 1384; Gerardo Groot, quien entre las décadas del 60’ y del 80’ del siglo XIV fundaría la comunidad Hermanos de la vida común, impulsando la educación laica y el servicio social cristiano. Groot partiría al infinito por la peste negra en 1385; Juan Huss, publicaría en 1414, Sobre los Diez Mandamientos y Sobre el Padre Nuestro, textos que promovían la necesidad urgente de una Reforma, particularmente en lo que concierne a las malas prácticas religiosas, que estaban fuera de la Biblia. Huss partiría al infinito, sentenciado por la Iglesia Católica Apostólica Romana y quemado en la hoguera, junto a los huesos desenterrados de Wyclif en 1414; Jerónimo de Praga, quien llegaría a ser Rector de la Universidad de Praga, contribuiría y aportaría intelectualmente con las enseñanzas de Huss en los estudiantes praguenses. Este actuar sería condenado por la Iglesia Católica Apostólica Romana en 1416, siendo sentenciado Jerónimo a la hoguera a las orillas del Lago Constanza. En su tranquilidad, mientras era quemado vivo, cantaría el himno de la resurrección: “Salve, festa diez”(1); Juana de Arco, el 30 de mayo de 1431, sería condenada a la hoguera por brujería y hechicería en la ciudad de Ruán. Entre sus acusaciones destacan: haber vestido como un hombre, engañar a su pueblo de ser la enviada de Dios, creer en supersticiones y falsos dogmas, haber cometido “ofensa divina”, entre otras acusaciones. No obstante, al ser quemada vida, hasta su último aliento, declaró repetidamente el nombre de Jesús(2).

En el siglo XVI, el siglo de la Reforma, aparecerían intelectuales como Erasmo de Rótterdam, quien traduciría el Nuevo Testamento al griego y criticaría fuertemente a la Iglesia Católica Apostólica Romana, siendo su obra célebre Elogio de la locura (1511). Rótterdam partiría al infinito por un agudo reumatismo el 12 de julio de 1536(3); Girolamo Savonarola, quien sería Rector del Monasterio de Florencia, dando prédicas proféticas en contra el PAPA(4) Inocencio III y Lorenzo de Médicis, y ejercería un gobierno teocrático en Florencia, ejecutando La feria de las Vanidades el 23 de mayo de 1498, en donde se quemaron lujosos vestidos, joyas, maquillajes, libros de poesía, y todo lo relacionado con la mitología y desnudos del ser humano, es decir, todo objeto que reprodujera vanidad(5). Savonarola partiría al infinito, sentenciado por la Iglesia Católica Apostólica Romana por herejía; siendo ahorcado, y su cuerpo arrojado a la hoguera en 1498(6).

A pesar de lo relatado, y con la victoria siempre por parte de la Iglesia Católica Apostólica Romana al sentenciar y ejecutar públicamente a sus opositores logró mantener el poder dominante en los poblados y ciudades. Empero, el hito más relevante que cambiaría el rumbo de la fe en las Sagradas Escrituras Bíblicas sería la publicación de las 95 tesis (en latín), titulada “Disputa sobre el poder de las indulgencias”(7), documento pegado en la puerta de la capilla de la Universidad de Wittenberg(8), el día 31 de octubre de 1517. Este hecho daría inicio a la Reforma Protestante en su mejor manifestación teológica, política, económica, social, y cultural de todos los tiempos de la civilización humana. Intelectuales como Ulrico Zwinglio, Juan Calvino, Erasmo de Rótterdam, John Knox, Ulrich von Hutten, Francisco de Enzinas, Casiodoro de Reina, Cipriano de Valera, Felipe Melanchthon, Jacques Lefèvre d’Étaples, Thomas Müntzer, Clément Marot, Guillaume Farel, Francisco de San Román(9), entre otros; dieron su vida por mantener este movimiento. Sin embargo, sus diferencias teológicas y metodológicas no fueron la esencia de una división, al contrario, hicieron la causa común necesaria para sustentar: i. el rechazo a la autoridad papal, y ii. las malas prácticas del clero en base a la subjetividad y a la interpretación errada de la palabra de Dios, que evocaba el beneficio personal, el control y la manipulación hacia las personas. Y una prueba de ello –entre muchas-, fue la venta de Indulgencias.

Por lo tanto, la búsqueda de una fe centrada en la palabra de Dios, era la única alternativa altamente acreditada para demostrar lo equivocados que estaban los miembros de la Iglesia Católica Apostólica Romana. De modo que la contradicción –entre la palabra de Dios y de los hechos clérigos- sería el arma perfecta para denigrar los intereses que se tenían presentes. Por supuesto que la institución eclesiástica se defendería de toda argumentación protestante, y lo harían a través de la influencia política, educacional y sentenciadora-castigadora por el Tribunal del Santo Oficio o La Santa Inquisición(10), tanto en el Viejo Mundo como en el Nuevo Mundo.

Referente al Nuevo Continente, desde los primeros viajes de Colón hasta las conquistas de Hernán Cortés y Francisco Pizarro, con espada de hierro dieron la apertura para que el catolicismo apostólico romano ingresará velozmente -por medio de las órdenes religiosas- al proceso de evangelización imperante, cuya obligatoriedad concordaba en comunión con las autoridades de la Corona Española, la Corona Portuguesa y la autoridad papal. Solo era cuestión de tiempo, en que numerosas empresas de conquistas consolidaran la fe en la Iglesia Católica Apostólica Romana, sin cuestionamiento alguno; Y más aún en una lengua que jamás la entenderían o se le enseñaría -a menos que mostrará una lealtad ferviente al servilismo de la Corona dominante-.

Empero, en el Viejo Continente, con el nuevo pensar que legó Lutero y sus contemporáneos, las ideas protestantes delinearon un nuevo paradigma al tratar teológicamente la realidad venidera, explicitado e interpretado en las Sagradas Escrituras; sería la versión de la Santa Biblia Reina Valera, escrita y traducida al castellano por Casiodoro de Reina (1569) y Cipriano de Valera (1602)(11), la que influiría enormemente y silenciosamente en los aconteceres protestantes entre los siglos XVII y XIX. Expandiéndose hasta el Nuevo Mundo. De esta manera, los conocimientos protestantes en tierras donde regía el catolicismo apostólico romano –y más tarde catolicismo apostólico- en las nacientes repúblicas del continente americano prácticamente estaban silentes; ya que la prohibición de esta, era perseguida, sentenciada y sancionada de la forma más rigurosa.

Por parte de los Estados, las cualidades moralistas de aquellos siglos, enfatizaban con fuerza una evangelización que evocaban el miedo y el castigo, principalmente en las áreas de la vida cotidiana, tales como: la economía y la propiedad, la sexualidad y el matrimonio, el control del cuerpo, la alimentación y el tipo de consumo, la vestimenta y la apariencia, las relaciones sociales, el uso del lenguaje, entre otras. Todas estas, en la esencia de la vida diaria, las actitudes morales estaban sujetas al “buen comportamiento” de las Sagradas Escrituras. Sin embargo, el analfabetismo era casi absoluto en el universo de los creyentes; y por tanto, la palabra “correcta” estaba en la orientación y reflexión de las autoridades eclesiásticas. De modo que este proceder, hermetizaba aún más la fe de las personas en una institución que no podía ser cuestionada; y en su caso contrario, la institución eclesiástica actuaba en base a La Santa Inquisición.

Una apertura al pensamiento protestante en Chile
Un hito fundamental es la visita del diplomático estadounidense Joel Roberts Poinsett a Chile, quien por orden del presidente James Madison, apoyaría a José Miguel Carrera Verdugo a orientar y canalizar las líneas de acciones independentistas; frente a la organización política, militar y religiosa impuesta por la Corona Española. Empero, toda evangelización procede desde la inteligencia, ya que Poinsett –por diplomacia política al gobierno de José Miguel Carrera- al traer la imprenta a fines de 1811(12) -invención tecnológica por esencia la más atrevida de todas-(13), la palabra escrita viajaría a las mentes de las personas, haciéndolas cada vez más ilustradas.

En primera instancia, las publicaciones en diarios, revistas, manifiestos, y otros no eran para el común de las personas, puesto que la tasa de analfabetismo era casi completa en todo el territorio. En efecto, los avances fueron más bien progresivos, hitos tras hito; de modo que las ideas de independencia, libertad, hermandad, nación, solidaridad y otras, pronto se establecerían en el imaginario colectivo durante el siglo decimonónico.

De acuerdo con el historiador Maximiliano Salinas en su obra Historia del pueblo de Dios en Chile. La evolución del cristianismo desde las perspectivas de los pobres(14), sostiene que existieron dos factores fundamentales que obstaculizaron el crecimiento del protestantismo en nuestro país: i.  el monopolio religioso por la Iglesia Católica Apostólica Romana; y ii. el no reconocimiento de un campo evangelizador por parte de los inmigrantes europeos que venían a contribuir significativamente al progreso de Chile, facultativamente en materias educacionales y científicas(15).

Paso a paso, los ilustrados pro-independentistas alcanzarían la amplitud y perspectiva necesaria para orientar y evocar el protestantismo como una forma más del pensamiento libertario, frente a una herencia colonial que aun dominaba la institucionalidad clériga, gracias a su estructurada y rigidez de base. Dado al contexto histórico, serían las nuevas legislaciones políticas, en su accionar práctico en facilitar aún más la calidad de vida de los protestantes ciudadanos, tales como: implementar -por decisión de O’Higgins en 1819- la instalación de un Cementerio para disidentes religiosos; la instauración de un sistema educativo “lancasteriano” (1821) a cargo del agente de la Sociedad Bíblica Británica Diego Thompson. Interpretándose como el primer intento de educación pública en el país; la visita del Reverendo David Trumbull en 1845, quien luchó por la libertad de culto(16), además de fundar la primera Iglesia Protestante de Chile (Iglesia Presbiteriana de Chile, conocida como “Santa Trinidad”) el 7 de junio de 1868 en la ciudad de Santiago (avenida Santo Domingo #639)(17).

Las políticas para la aceptación religiosa protestante continuarían en Chile, principalmente entre las décadas del 60’ al 80’ del siglo XIX(18). Aquellas décadas, por medio de innumerables diálogos, los protestantes tuvieron que enfrentar a la Iglesia Católica Apostólica, institución que estaba a la vanguardia de sus opositores. Los cruzados, como se han denominado desde los tiempos de la Recuperación de Jerusalén (entre los siglos XI y XII)(19), continuaban con las mayores exigencias en educar a los hijos de cada familia oligárquica, tanto en el dogmatismo moral(20) y teológico. Este proceder sostuvo la raíz y la perdurabilidad de un catolicismo que no daba tregua a un pensar más diversificado. De modo que, para los protestantes al encontrarse con un estilo de pensamiento ya instaurado desde la ocupación de la Corona Española hasta los procesos inmigratorios del siglo decimonónico, tuvo que luchar constantemente por obtener un espacio en la esfera pública. La tarea no fue sencilla, porque el moralismo católico apostólico de Chile siempre estuvo protegido por la organización de clérigos altamente calificados en el mundo político, económico, social y cultural. Como no mencionar a los altos mandos sacerdotales que impulsaron un catolicismo más energético en el siglo XIX: José Santiago Rodríguez Zorrilla, Manuel Vicuña, y Rafael Valentín Valdivieso(21).

Hitos relevantes del protestantismo en el Chile decimonónico
Las mentes protestantes demostraron con acciones y testimonios reales, la relevancia de que la fe en Dios también respondía a los que no pertenecían al catolicismo apostólico. Y esbozo de ello, fueron las contribuciones de Poinsett, quien logró conseguir un espacio en el cerro Cordillera para enterrar a los marineros de fe protestante caídos en la “Batalla de Valparaíso” entre ingleses y norteamericanos en 1814(22); oficiales de fe protestante se unen a la causa patriota en 1817, tales como: Williams MacKay, Raymond Morris, Robert Foster, George O’ Brien, Henry Hill, Estanislao Lynch, entre otros. Hill y Lynch se destacarían por institucionalizar aún más la fe protestante en Chile, siendo Hill el creador de la primera compañía norteamericana e introducirían Biblias editadas por la Sociedad Bíblica Británica a los habitantes del territorio nacional(23); La Escuadra Chilena bajo el mando del  vicealmirante Lord Thomas Cochrane y oficiales británicos  y americanos de fe protestante con una tripulación de chilenos católicos apostólicos, en febrero de 1820 se tomaron las fortalezas de Corral y Valdivia en un acto casi imposible, con un ejército de 300 patriotas venció a un ejército de 1.000 realistas. Posteriormente, el 20 de agosto del mismo año, La Escuadra Libertadora, flameando la bandera chilena navegó y bloqueó el Callao, Lord Cochrane se apropió de la Fragata “La Esmeralda” y la incorporó a la Armada Chilena. La Escuadra Libertadora fue un éxito a favor de la independencia del Perú(24); el 18 de septiembre de 1821 abrió la Escuela Central de Enseñanza Mutua en Santiago (más tarde en Coquimbo y en Valparaíso), bajo el sistema educativo Lancaster, y dirigida por Diego Thomson.  Se utilizaba por mandato del director el Nuevo Testamento como leccionario de instrucción. Esta escuela sería el modelo de base para la futura Escuela Normal de Preceptores(25).

A partir de la década del 20’, pese a los esfuerzos y reconocimientos de la fe protestante, los extranjeros que partían al crepúsculo eterno comenzarían a ser enterrados en el basurero público de Santiago, en las faldas del Cerro Santa Lucía. No obstante, en la ciudad de Valparaíso las autoridades del Cabildo y los inversionistas privados (de procedencia protestante) comenzarían a adquirir terrenos para destinarlos como cementerio de Disidentes(26). A pesar de esto, los protestantes seguían visualizando a Chile como una oportunidad de desarrollo; por tanto, año tras año, el proceso inmigratorio aumentaba considerablemente, principalmente británicos, norteamericanos, germanos, galos, entre otros.

Los actuares heroicos y morales de los protestantes marcaron un carácter significativo y admirado por los habitantes de Chile durante el transcurso del Siglo del Progreso –a excepción del clero católico apostólico-, puesto que al observar las actitudes y aptitudes de los inmigrantes, el pueblo chileno percibió aquella ética y moral protestante; expresada en: la disciplina al trabajo, la honradez, la responsabilidad individual, el activismo social, la libertad de conciencia, la apertura de pensamiento y la fe. Todas estas impartidas desde la formación del hogar, la educación, y la congregación. Frente a esto, es célebre recordar el proceso histórico de la colonización alemana en Valdivia, Osorno y Llanquihue entre los años 1823 a 1910, bajo las orientaciones de Bernardo Eunom Philippi y las gestiones de Vicente Pérez Rosales(27).

En este quehacer histórico, se promulgó la Ley Colonias de naturales i extranjeros- Se autoriza al Ejecutivo para establecerlas, el 18 de noviembre de 1845; la cual señalaba en el Artículo 1.° “Se autoriza al Presidente de la República para que en seis mil cuadras de los terrenos baldíos que hai en el Estado, pueda establecer colonias de naturales i estranjeros que vengan al pais con ánimo de avecindarse en él i ejerzan alguna industria útil; les asigne el número de cuadras que requiera el establecimiento de cada uno i las circunstancias que lo acompañen, para que les ausilie con los útiles, semillas i demas efectos necesarios para cultivar la tierra i mantenerse el primer año, i últimamente para que dicte cuantas providencias le parezcan conducentes a la prosperidad de la colonia”(28). Y por consiguiente, el Artículo 5.° “Todos los colonos, por el hecho de avecindarse en las colonias, son chilenos, i lo declararán así ante la autoridad que señale el Gobierno al tiempo de tomar posesion de los terrenos que se les concedan”(29).

Ya con la incorporación de las colonias de los inmigrantes, bajo el alero de la Ley de Colonias de naturales i extranjeros- Se autoriza al Ejecutivo para establecerlas, las autoridades chilenas al observar y reflexionar sobre las cualidades de los protestantes, sea en el ejercicio espiritual y virtuoso en el desarrollo del progreso(30), mediante el espíritu de la productividad y el intercambio comercial, sin mirar el ojo ajeno de la vara que lo mide (tal como se interpreta de la cita bíblica San Lucas 6 : 37-42)(31); los protestantes siempre han depositado su fe y oración hacia Dios, y respuesta a sus peticiones recibieron bendiciones a sus propósitos, tal cual como lo demostraba Abel en las Sagradas Escrituras (Génesis 4 : 3-5)(32).

Así, homologando a los protestantes con Abel, a nuestro juicio, personificaría y caracterizaría al espíritu protestante, lo cual en el siglo decimonónico se diferenciaban absolutamente al espíritu de los católicos apostólicos. En este sentido, el espíritu protestante sería admirado con las décadas por los intelectuales chilenos, que buscaban consolidar estas conductas morales, éticas y valóricas mediante la educación y la ciencia. Esto traería consigo la idea de modernismo a un Chile que se adentraba en el siglo XX.

David Trumbull: El Apóstol de la Libertad Religiosa en Chile
David Trumbull nació el 1 de noviembre de 1819 en Elizabeth, Nueva Jersey, Estados Unidos, en el seno de una familia de profunda fe reformada y de profunda tradición escocesa calvinista(33). Desde joven estuvo vinculado al ambiente presbiteriano, lo que influyó decisivamente en su vocación misionera. Sus estudios en leyes los cursó en la Universidad de Yale (1842)(34) y sus estudios de teología en el Seminario de Princeton (1845)(35), donde se destacó por su formación intelectual sólida, y por su compromiso con el ideal protestante de vincular la fe con el servicio social y comunitario. Trumbull se preparó como ministro de la Iglesia Presbiteriana, y fue ordenado en 1845, año en que fue designado como misionero en Sudamérica bajo el auspicio de la Junta de Misiones de la Iglesia Presbiteriana de Estados Unidos, puesto que en esos años, la expansión misionera protestante se encontraba en auge, vinculada al “Segundo Gran Despertar” norteamericano, que impulsó un fuerte movimiento evangelizador hacia otros continentes.

Trumbull recibió la invitación en 1844 para predicar el evangelio en Chile(36), y arribó a Valparaíso al año siguiente, cuando la ciudad era el principal puerto del país y un lugar de tránsito de comerciantes, marineros y comunidades extranjeras, especialmente británicas y norteamericanas. El puerto tenía un ambiente cosmopolita y comercial(37), pero al mismo tiempo, la legislación chilena imponía serias restricciones al ejercicio público del protestantismo: la Constitución de 1833 establecía que: “La Relijion de la República de Chile es la Católica Apostólica Romana; con esclusion del ejercicio público, cualquiera otra”(38); por lo tanto, la existencia de una sola religión en el territorio nacional, limitaba y penalizaba cualquier práctica religiosa que no fuese la oficial. En rigor, los protestantes solo efectuaban sus cultos religiosos en forma silenciosa y privada.  En este contexto, Trumbull comenzó su trabajo pastoral entre los marineros y comerciantes extranjeros de habla inglesa, a quienes les ofrecía servicios religiosos en su idioma. Su primera base de operaciones fue una pequeña capilla en Valparaíso, que con el tiempo se convertiría en la Iglesia Presbiteriana de Valparaíso, considerada la primera iglesia protestante establecida en Chile(39). Empero, la tarea no estuvo exenta de dificultades, hubo tensiones con sectores conservadores del clero católico, que veían en el misionero una amenaza a la unidad religiosa del país. A pesar de esto, Trumbull supo desenvolverse con prudencia y perseverancia, buscando siempre un equilibrio entre la fidelidad de su fe y el respeto a las leyes chilenas.

Por otra parte, el aporte principal de Trumbull en materia religiosa fue la consolidación de una comunidad protestante organizada en Chile. No solo se dedicó a predicar y atender espiritualmente a inmigrantes y chilenos interesados en el evangelio, sino que también impulsó la traducción y difusión de literatura religiosa, algo fundamental en una época en que la Biblia estaba restringida en castellano bajo autorización eclesiástica. Asimismo, fundó escuelas dominicales y se preocupó por la educación cristiana de niños y jóvenes, particularmente infantes abandonados en la ciudad de Valparaíso, por lo cual construyó el Sheltering Home (hogar de menores), y la Escuela Popular de Valparaíso(40). En efecto, estos y otros espacios -con apoyo de protestantes-, fueron espacios de educación y culto, en donde se promovían valores como la responsabilidad individual, la sobriedad, la disciplina y la importancia de la lectura bíblica, en contraste con la religiosidad de la Iglesia Católica Apostólica Romana, más ligada al ritualismo y a la tradición conservadora de su origen.

Trumbull entendía que la misión cristiana no solo respondía a la predicación, sino al servicio material e integral para la sociedad(41). Comprendió rápidamente que la palabra de Dios tenía que llegar al oído del bajo pueblo: a los trabajadores, a los niños y jóvenes, a las mujeres, a los pobres, a los enfermos, a los alcohólicos, a los violentos… a los que nadie quiere. Su testimonio era predicar y ayudar con el ejemplo, y lo hacía lealmente al modelo de Cristo. Por ende, la educación sería una piedra angular fundamental para generar consciencia en las personas a partir de las Sagradas Escrituras, defendiendo que la educación debía ser un derecho abierto para todos(42). De modo que esta idea, a finales del Siglo del Progreso entraría con fuerza en el debate público sobre la secularización de la Enseñanza Pública.

Trumbull jamás fue un partidario de un partido político a fin de sus intereses personales, aunque su influencia destacaba la vida pública. Su apellido resonaba en diversos lugares de Chile, pero en especial en la ciudad de Valparaíso y Santiago.  Sus publicaciones en artículos periodísticos, conferencias y debates, el querer defender la necesidad de reconocer la libertad de culto en la legislación nacional(43), todas estas coincidieron en la lucha entre liberales y conservadores respecto a la separación del Estado y de la Iglesia en términos constitucionales.

Así, en la década del 80’ los protestantes lucharon dialécticamente por impulsar en el debate público parlamentario, promover la separación de los poderes del Estado con la Iglesia Católica Apostólica, participando en las Reformas Políticas Religiosas entre los años 1883 y 1884(44). De modo que vertiginosamente se concretaban los proyectos de Ley, tales como: Ley de Cementerios Laicos (2 de agosto de 1883)(45), Ley de Matrimonio Civil (10 de enero de 1884)(46), Ley S/N  (que refiere a la inscripción de los nacimientos, matrimonios y defunciones) (17 de julio de 1884)(47).

Finalmente, David Trumbull(48) dedicaría más de cuatro décadas de su vida a Chile, partiría al infinito eterno el 1 de febrero de 1889 en la ciudad de Valparaíso. Lamentablemente el misionero, no alcanzaría a vivenciar la promulgación y publicación de la Constitución de 1925, señalando en el “Art. 10. / 2°. La manifestación de todas las creencias, la libertad de conciencia y el ejercicio libre de todos los cultos que no se opongan a la moral, a las buenas costumbres o al orden público, pudiendo por tanto, las respectivas confesiones religiosas erigir y conservar templos y sus dependencias con las condiciones de seguridad e higiene fijadas por las leyes y ordenanzas (…)”(49).

A modo de Conclusión
El surgimiento del protestantismo no fue un evento repentino en el siglo XVI, sino el clímax de una serie de movimientos reformadores que se gestaron durante siglos, impulsados por figuras como Wyclif, Huss, Savonarola, entre otros; quienes criticaron las prácticas de la Iglesia Católica Apostólica Romana, tanto en su poder político como su acumulación de riqueza.

El hito de las 95 tesis de Martín Lutero, el 31 de octubre de 1517, marcó el inicio de la Reforma Protestante como una manifestación integral (teológica, política, económica y social) que, junto a otros intelectuales como Calvino y Zwinglio, concentraron el rechazo a la autoridad papal y a las malas prácticas del clero, promoviendo una fe basada únicamente en la Palabra de Dios.

A pesar de la fuerte defensa del catolicismo apostólico romano, por parte de Corona Española y la Inquisición, tanto en Viejo Mundo como en el Nuevo Mundo, las ideas protestantes se expandieron con más apogeo. En el caso de nuestro país, el protestantismo enfrentó una arraigada herencia colonial basada en los dogmatismos de Iglesia Católica Apostólica Romana. Sin embargo, gracias a la influencia de figuras como Joel Roberts Poinsett (quien introdujo la imprenta en el gobierno de José Miguel carrera), y con la llegada de inmigrantes europeos, las ideas protestantes fueron entrando en la episteme colectiva, primeramente en Valparaíso, Santiago y paulatinamente en otras localidades del territorio nacional. Entre estas, sobresalen: la creación de cementerios para disidentes, implementación de la educación lancasteriana, la contribución de oficiales protestantes a la causa patriota, demostración del valor cívico y moral de los protestantes – tal como la colonización alemana que hizo visible una «ética y moral protestante» caracterizada por la disciplina, la honradez y la productividad, la cual fue admirada por los intelectuales chilenos como motor de progreso-.

A su vez, la visita del misionero David Trumbull, quien sería el encargado de impulsar avances significativos, por una parte, modelando su vida como el Hijo de Dios hacia los más necesitados, tanto en su prédica como en su práctica; y por otra, haber promovido la idea de “libertad de conciencia”; entendida esta, como el derecho inalienable que tiene cada persona para decidir su fe, sin coacción alguna –ni estatal ni eclesiástica-.

Finalmente, las proezas de los protestantes en Chile han tenido hasta la fecha un reconocimiento histórico por quienes han comprendido su actuar; siempre pensando en el bien común, sin importar las diferencias que presentan las autoridades de un periodo o las influencias de nuevas ideas para sustentar y sobrellevar los aconteceres de las décadas venideras.

Francisco Díaz Céspedes
Artículo publicado el 27/10/2025

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Notas
 (1)Cf. Wehrli, Pr. J.: Línea de Tiempo Histórico. Desde los inicios del Cristianismo al Protestantismo actual en Chile. Sociedad Bíblica Chilena, Santiago de Chile, 2009, p. 30.
(2)Cf. Véase en https://historia.nationalgeographic.com.es/a/juana-arco-proceso-contra-doncella-orleans_17260
(3)Cf. Véase en https://www.ecured.cu/Erasmo_de_R%C3%B3terdam
(4)PAPA, corresponde a “(…)un sustantivo de género masculino cuyo principal significado es ‘Sumo pontífice romano, vicario de Cristo, sucesor de san Pedro en el gobierno universal de la Iglesia católica, de la cual es cabeza visible, y padre espiritual de todos los fieles’”. Véase en https://www.udep.edu.pe/castellanoactual/origen-y-significado-de-la-palabra-papa/
(5)Cf. Véase en https://www.lavanguardia.com/historiayvida/edad-moderna/20170307/47310279613/la-hoguera-de-las-vanidades.html
(6)Cf. Ibídem.
(7)Véase en https://education.nationalgeographic.org/resource/protestant-reformation/
(8)Cf. Óp. Cit. Wehrli, Pr. J.: Línea de Tiempo Histórico. Desde los inicios del Cristianismo al Protestantismo actual en Chile…, p. 34.
(9)Cf. Ibídem., pp. 32-40.
(10)Tribunal del Santo Oficio o La Santa Inquisición, fue una institución establecida por los Reyes Católicos de la Corona Española en 1478, y abolida en 1834 por un decreto de la regencia de María Cristina de Borbón Cf. Tcherbbis, J.: “Entre la memoria y la historia: Los centenarios de la abolición de la Inquisición.  Española en la encrucijada de la Monarquía y la República”. Hispania Sacra LXXIII, Universidad Torcuato di Tella, Argentina, 2021, p. 236.
(11)Cf. Santa Biblia. Reina Valera 2020. Sociedades Bíblicas Unidas, Madrid, España, 2020, p.ix.
(12)Cf. “El lento desarrollo de la cultura escrita en una sociedad tradicional. La imprenta en el siglo XIX”. Véase en https://www.memoriachilena.gob.cl/602/w3-article-3519.html
(13)Es histórico señalar que: “En el caso chileno, la introducción de la imprenta se realizó de manera tardía, dificultando el desarrollo de una cultura escrita. En el siglo XVIII, la elite criolla presionó de manera recurrente para la instalación de una imprenta, hasta que a mediados de siglo los jesuitas intentaron infructusamente hacer funcionar una primera imprenta. En 1776 apareció el primer impreso chileno del que se tiene noticia, un pequeño folleto de seis páginas llamado Modo de Ganar el Jubileo Santo, y en los años sucesivos se imprimieron volantes, pasquines y opúsculos, que son considerados como los primeros antecedentes de la industria impresora en Chile”. En Ibidem.
(14)Cf. Salinas, M.: Historia del pueblo de Dios en Chile. La evolución del cristianismo desde las perspectivas de los pobres. Cehila, Ediciones Rehue. Colección Cultura y Religión, Santiago de Chile, 1987.
(15)Cf. Ibídem., pp. 247-248.
(16)Cf. Castro A.: David Trumbull, entre masonería y protestantismo. Religião e Sociedade, Rio de Janeiro, 33(1): 98-121, 2013, pp. 101-102.
(17)Cf. https://www.coalicionporelevangelio.org/iglesia/primera-iglesia-presbiteriana-de-santiago-santisima-trinidad/
#:~:text=La%20Iglesia%20Presbiteriana%20de%20Chile%20fue%20fundada,la%20Iglesia%20Presbiteriana%20Unida%20de%20Estados%20Unidos.
(18)Entre las políticas a implementar por el Estado de Chile: En 1865, se introduce una “Ley interpretativa” de la Constitución de 1833, autorizando a los no católicos, celebrar sus cultos en recintos privados; además de fundar escuelas privadas.  En 1883, se aprobó la ley de “inhumación de cadáveres”, secularizando los cementerios estatales y municipales; y en 1884, se aprobó la Ley del matrimonio laico o civil. Cf. Ibídem., p. 102.
(19)Cf. Óp. Cit. Wehrli, Pr. J.: Línea de Tiempo Histórico. Desde los inicios del Cristianismo al Protestantismo actual en Chile…, pp. 21-26.
(20)Cf. Vaïsse, Emilio, 1860-1935 Zig-Zag. Santiago : Zig-Zag, 1905-1964. No.252 (18 dic. 1909). Véase en https://www.memoriachilena.gob.cl/602/w3-article-69033.html
(21)Cf. https://www.iglesiadesantiago.cl/arzobispado/nuestra-historia
(22)Cf. Codina, R.: Presentación del libro  Batalla de Valparaíso, 28 de marzo 1814. Legatum Editores, 2014, Chile, p. 501.
(23)Cf. Óp. Cit. Wehrli, Pr. J.: Línea de Tiempo Histórico. Desde los inicios del Cristianismo al Protestantismo actual en Chile…, pp. 67-69.
(24)Cf. Millar, W.: Historia Ilustrada de Chile. Ediciones Zig-Zag, Santiago de Chile, 2005, pp. 188-189.
(25)Cf. Óp. Cit. Wehrli, Pr. J.: Línea de Tiempo Histórico. Desde los inicios del Cristianismo al Protestantismo actual en Chile…, p. 70.
(26)Cf. Ibídem., pp. 71-76.
(27)Cf. https://www.memoriachilena.gob.cl/602/w3-article-676.html
(28)https://www.bcn.cl/leychile/navegar?i=1062510
(29)Ibídem.
(30)Cf. Weber, M.: La Ética Protestante y el Espíritu Capitalista. Premiá editora de libros, S. A., México,  1991, p. 26.
(31)Cf. Santa Biblia. Reina Valera 2020, Sociedad Bíblica de España, Madrid, España, 2020, p.652.
(32)Cf. Ibídem., p. 5.
(33)Cf. Véase en https://biteproject.com/david-trumbull/
(34)Cf. Trumbull, David. “Autobiografía, Reminiscencias y Cartas” Editorial Yale University Press, New Haven, U.S.A., 1953, Págs, 1 – 3, citado en Paul, Irven, “Un reformador yanqui en Chile. Vida y obra de David Trumbull: Inicios del protestantismo en Chile” Iglesia Presbiteriana de Chile, Santiago de Chile, 1997, p. 32.
(35)Cf. https://primeraiglesia.cl/nuestra-historia/
(36)Cf. Óp. Cit. https://biteproject.com/david-trumbull/
(37)Cf. Díaz, F.: “El tren de Santiago a Valparaíso y algunas apreciaciones de Benjamín Vicuña Mackenna”. En Saldivia, Z: Valparaíso: Su silenciosa contribución a la ciencia en Chile. Bravo y Allende Editores, Santiago de Chile, 2025, pp. 71-75.
(38)Artículo 5°. Capitulo III. en la Constitución de la República de Chile. Jurada y promulgada el 25 de mayo de 1833. Imprenta de La Opinion, pp. 4-5.
(39)Es importante señalar que: “Los comienzos de la Primera Iglesia se remontan a la década de 1860, especialmente a través de la labor del Rev. Nathaniel Porter Gilbert, pastor congregacionalista que desembarcó en Chile el año 1861. La obra ya había sido empezada por David Trumbull entre los extranjeros, más exactamente, en la casa del Señor Helsby (en la calle Moneda). Con la llegada del Rev. Gilbert, los cultos se trasladaron a su casa, en la calle Colegio N°44, y poco a poco los chilenos fueron evangelizados por él”. En Óp. Cit. Véase en https://primeraiglesia.cl/nuestra-historia/
(40)Cf. Óp. Cit. Castro A.: “David Trumbull, entre masonería y protestantismo”…, p. 109.
(41)Cf. Bacher, A.: David Trumbull: Un reformista yanqui en Chile.  Argentina Independent, Argentina, 2015.
(42)Cf. Prado, X.: David Trumbull. Mediador Ediciones, Chile, 2024.
(43)Cf. Óp. Cit. Véase en https://biteproject.com/david-trumbull/
(44)A pesar de las Reformas religiosas, la oposición de las autoridades eclesiásticas y de los ideólogos conservadores[1], continuaron hasta inicios del siglo XX, en especial cuando el gobierno del presidente Arturo Alessandri Palma reformó y publicó la Constitución de 1925 (bajo un plebiscito del 30 de agosto de 1925), lo cual amplió el poder del Presidente –con seis años de periodo de gobernanza-, impidió a que el Congreso pueda disolver los ministerios, y separar el poder la Iglesia Católica Apostólica del Estado. Véase en Cf. Óp. Cit. Millar, W.: Historia Ilustrada de Chile…, p. 313.
(45)Cf. Véase en https://www.bcn.cl/leychile/navegar/imprimir?idNorma=1093262&idVersion=1883-08-04
(46)Cf. Véase en https://www.bcn.cl/leychile/navegar?idNorma=21877&idVersion=1884-01-16
(47)Cf. Ley S/N. 17 de julio de 1884. Véase en Biblioteca del Congreso nacional de Chile (en https://www.bcn.cl/).
(48)Es importante señalar dos aspectos de David Trumbull: i. El senado le otorgaría la nacionalidad chilena, ii. Su sepultura se encuentra en el Cementerio de Disidentes de Valparaíso. Véase en Cf. Óp. Cit. Wehrli, Pr. J.: Línea de Tiempo Histórico. Desde los inicios del Cristianismo al Protestantismo actual en Chile…, p. 86.
(49)Artículo 10. Capitulo III. Constitución Política de la República de Chile. Promulgada el 18 de septiembre de 1925. Imprenta Universitaria, Santiago de Chile, 1925, p. 8.

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