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Estabilidad democrática en América Latina: Venezuela. Historia contemporánea de América latina.

por Blas Bulnes Beniscelli
Artículo publicado el 03/07/2005

Artículo desarrollado en conjunto con
Gonzalo Muñoz Bravo.

Introducción
El presente trabajo de investigación tiene la intención de demostrar el nivel de estabilidad del sistema político venezolano, cuestión que se logrará a través de un concienzudo análisis de diversos factores que nos permitan constatar el grado de gobernabilidad del proyecto liderado por Chávez, como así también de los elementos referidos al grado de democratización existente en ese país.

Nuestra propuesta respecto al nivel de estabilidad supone un cierto afianzamiento del sistema profundamente ligado a la figura de Chávez, quien obtuvo en las elecciones presidenciales del año 2000, un cómodo 59,76% de los votos, contra un 37,52% de su contendor Francisco Arias Cárdenas, y que a nuestro parecer, constituye el pilar fundamental de dicho sistema. A través de la investigación pretenderemos demostrar como la figura carismática del presidente venezolano incide en el grado de gobernabilidad del sistema, como así también de las herramientas de las que se vale para hacerle frente a una oposición muchas veces descarnada y a un ambiente social sumamente polarizado, herramientas que muchas veces están ligadas al uso de prácticas clientelísticas y populistas.

Con la intención de demostrar esta premisa se llevará a cabo la investigación, para lo cual se presentará primero un breve contexto histórico que afirma la anterior estabilidad del sistema político venezolano, y como esta se quiebra en 1989. Posteriormente analizaremos el grado de inserción internacional de Venezuela a partir de la hipótesis propuesta, para posteriormente continuar con el análisis de los grados de gobernabilidad y democratización según los criterios anteriormente expuestos. Finalmente, se exponen las conclusiones que surgen de dicho análisis, afirmando si es que se cumple o no, la afirmación antes propuesta.

Contexto Histórico
Después de la desintegración de la «Gran Colombia», Venezuela se vio gobernada por un subalterno de Bolívar: el general Páez. Este, junto a otros, gobernaron de forma caudillesca a lo largo de todo el siglo XIX. Sin embargo, y respecto al siglo XIX, hay que hacer algunas precisiones. Según muchos hombres de historia, los límites de la historia política venezolana del siglo XIX, son: desde 1830 hasta 1935.

Como se dijo, el siglo XIX se caracteriza por que el poder, generalmente, se ejerció de forma caudillesca (por ejemplo: José Antonio Páez, Antonio Guzmán Blanco y Juan Vicente Gómez). Esto generó excesivo presidencialismo y personalismo, por lo general no institucionalizado; lo cual fue un impedimento para el desarrollo de una verdadera democracia. «El fenómeno histórico decimonónico es el siguiente, expresado con alguna brusquedad: la democracia política se alcanza, en la constitución escrita (1854,1864) a lo largo de la historia de la república, sólo en la letra, en los libritos que contienen las constituciones; pero esa democracia política no funciona en la realidad, pues la revolución, la guerra, la dictadura, ejercen su imperio. (1)»

Con la dictadura de Gómez (1908-1935) termina el siglo XIX, y a la vez termina el caudillismo militar. Este nuevo período se caracteriza por la victoria de la democracia por sobre la dictadura (pese a los sucesivos intentos de golpe de estado: 1945,1948, 1952 y 1958). «La historia política de este período histórico se caracteriza por la victoria de la democracia por sobre la dictadura. La democracia no es sólo representativa, orientada por los principios de la constitución de 1961, sino también la democracia establecida de hecho y de derecho por los regímenes de Eleazar López Contreras e Isaías Medina Angarita, generales civilistas. Los golpes de Estado, los gobiernos de facto posteriores y la dictadura del general Marcos Pérez Jiménez, que han quedado atrás, no predominan, ni en el tiempo ni en el espacio. La democracia es el denominador común de la historia contemporánea de Venezuela (2)». La democracia se logra en base al gobierno del general López Contreras (1936 al 1943; una de las pocas veces que un presidente electo en toda la historia venezolana cumple el tiempo de su mandato según la constitución) el cual pone los fundamentos para la constitución de una verdadera democracia. Entre estos pilares destacan: la libertad de prensa y asociación, tránsito sin violencia de una dictadura a una democracia, etc. Para esto, sin duda, colaboró el dinero de la gran industria petrolera venezolana.

En 1958 en Venezuela se firma el pacto de punto fijo por el cual se hace una tregua política entre distintos sectores de la sociedad (excluyendo al partido comunista) para, de esta manera, consolidar la estabilidad democrática vivida desde 1936.

Desde 1936 hasta 1989, en esos cincuenta y algo años, la historia venezolana es, probablemente, la más estable de las historias políticas de Sudamérica. No obstante, esto, como todo, llega a su fin. En 1989 se produce lo que se denomina como el «caracazo». Lo cual no es más que una revuelta popular producida por las nuevas políticas neo liberales del presidente Carlos Andrés Pérez (1989-193), las cuales no sólo se produjeron en Caracas sino en todo el territorio venezolano. El «caracazo» no fue el fin del problema, sino el inicio. Poco después, en 1992, el general del ejército Hugo Chávez intenta un golpe de estado (a raíz de las reformas neoliberales); el cual termina como saldo con Chávez preso. Estos hechos, el «caracazo» y el intento de golpe de 1992, son en suma importante, por dos razones: la primera, porque incorpora a Chávez a la vida política; y la segunda, por que divide a la sociedad en términos de clases, ya que las clases bajas rechazan absolutamente la reformas neoliberales argumentando que es la razón de la desigualdad social; por su parte las clases acomodadas están a favor de ellas y en contra de las políticas redistributivas de Chávez.

Así, con el descontento de las clases populares, en 1998, Chávez llega al poder de manera democrática lo cual aumenta la polarización de la sociedad venezolana. En este sentido intentaremos medir el grado de estabilidad en el gobierno de Chávez.

Grado de inserción internacional
Dada nuestra afirmación de que la estabilidad del sistema político venezolano esta íntimamente ligada con la figura de Chávez, el grado de inserción del país que gobierna tendrá también mucho que ver con la percepción que de este presidente se tenga, como así también, del nivel de confianza que su gobierno inspire en la comunidad internacional.

Entre los elementos positivos encontramos la incorporación reciente de Venezuela como miembro asociado al MERCOSUR, lo que le da una mayor posibilidad de integrarse al comercio dentro de la región, como así también los lazos comerciales existentes entre este país en el tema del petróleo con su enemigo político, EE.UU (3).

Por otra parte, la profunda polarización social y las sucesivas crisis políticas juegan en contra de la inserción efectiva de Venezuela en el escenario internacional, puesto que esta situación aleja la inversión extranjera de ese país, constituyéndose en un obstáculo para que dicha inserción sea efectiva. No hay en Venezuela un clima favorable que permita la entrada de capitales foráneos, por lo que necesariamente se dificultan las relaciones con otras naciones, esto debido a la profunda correlación que por estos tiempos tienen las relaciones económicas y políticas entre los distintos Estados.

A esto se le debe sumar la animada y enérgica personalidad de Chávez, la que muchas veces le ha jugado una mala pasada a Venezuela en sus relaciones con la comunidad internacional, esto debido a sus continuos ataques a Estados Unidos, acusando a este país de imperialista y de entrometerse de manera agresiva en la conducción interna de los gobiernos de América Latina, cuestión que le ha costado ser considerado un factor de confrontación dentro de la región, además de ser abiertamente rechazado por Estados Unidos, quien ve en Chávez un foco de infección de populismo, autoritarismo y demagogia, para el resto de América Latina. Al respecto, el ex secretario de Estado Norteamericano Collin Powell afirmó: «Nos inquietan algunas acciones del presidente venezolano Chávez, y su visión de lo que un sistema democrático debiera ser»(4).

Se debe considerar además la política nacionalista de Chávez y su apoyo al régimen Castrista en Cuba, lo que ha traído negativas consecuencias al gobierno Venezolano, teniendo en cuenta que existe una continua recriminación por parte de la comunidad internacional para con el gobierno cubano, especialmente debido al tema de los derechos humanos.

Democratización
Partiendo sobre la base de que en nuestra opinión la Venezuela actual vive en un régimen democrático, no es nuestra intención medir y analizar los criterios mínimos de Dahl para la conformación de esta. Es por esto que lo que pretendemos es analizar la calidad de la democracia existente en el gobierno de Chávez.

Tal como lo expusimos en el contexto histórico, Venezuela fue, por lo menos durante 30 años (hasta 1989), un ejemplo de democracia para toda Sudamérica. Es en este sentido, analizaremos las causas por las cuales se quiebra esta estabilidad, para posteriormente analizar en como ha avanzado el gobierno de Chávez hacia una «mejor democracia».

Steve Ellner, en su capítulo: «Introducción: En la búsqueda de explicaciones»(5) analiza siete aspectos que hacían al sistema venezolano estable hasta 1989. Estos son:

• Un sistema bipartidista con un mínimo de diferenciación ideológica: Dos partidos (El Socialdemócrata AD y el partido Demócrata cristiano COPEI) que se alternaban en el poder. En algunas elecciones presidenciales la suma del porcentaje entre estos dos partidos tendía al 90%. Lo que llevó a los analistas políticos a denominar el sistema como muy estable.

• Líderes políticos comprometidos con la democracia que evitaban la retórica nacionalista: En ese sentido en Venezuela nunca se criticó a sus lideres políticos a diferencia de lo que pasaba en otras partes de América Latina. Estamos pensando en Perón, Vargas y Haya de la Torre, en Argentina, Brasil y Perú respectivamente.

• Un liderazgo político maduro que, al aprender de las experiencias pasadas, descartó el sectarismo y auspicio pactos interpartidistas: AD y COPEI establecieron coaliciones con partidos más pequeños, y lograron acuerdos para ocupar posiciones en el congreso.

• Los grandes partidos venezolanos tenían raíces en todos los estratos de la sociedad, pero tenían un liderazgo cuyo origen era predominantemente de las clases medias: Esto se explica en buena medida porque las riquezas del petróleo hicieron crecer mucho a la clase media. Lo cual a su vez generó que no se produjeran sólidos partidos de clases; al contrario de lo que sucedió en Chile.

• AD y COPEI le dieron prioridad a la disciplina partidista: Los líderes de estos partidos siempre fueron respetuosos de las decisiones de este; al contrario de lo que pasó con el partido Peronista, que incentivó muchas veces el interés personalista.

• El sistema político venezolano fue suficientemente abierto como para generar oportunidades atractivas a socios en coalición y otros partidos pequeños: Por ejemplo, pese a ser los partidos de izquierda poco apoyados electoralmente, siempre tuvieron alguna influencia en las decisiones del gobierno, y a su vez, los grandes partidos se aliaron con ellos. Esto se logró, en buena medida debido al sistema de representación proporcional.

• En términos generales, los partidos venezolanos eran altamente institucionalizados y no eran vehículos para líderes ambiciosos: Se considera esta condición como necesaria para una sana democracia.

La pregunta pertinente ahora es la siguiente: ¿Por qué este sistema democrático estable se quiebra? ¿Qué es lo que lo genera? Según Ellner, «irónicamente, los mismos factores identificados por los analistas políticos como las causas principales del éxito de la democracia venezolana de los años 60 hasta fines de los 80 fueron invocados en la crisis política y la inestabilidad de los años 90″(6).

En relación a los pactos partidistas hay que hacer notar que no necesariamente estos incentivan la democracia. De hecho para el caso venezolano los pactos sólo funcionaron al nivel de la elite; lo que a su vez generó una estructura política centralizada la cual excluyó a gran parte de la población.

Por otra parte la institucionalización de los partidos generó en Venezuela la «sobreinstitucionalización», lo cual fue un freno para el desarrollo de la democracia. Por ejemplo: «el dominio de AD sobre los sindicatos y otras organizaciones privaba a la sociedad civil de capacidad de decisión independiente»(7). Sin embargo, los partidos políticos que habían sido capaces de superar sus diferencias y se habían constituido como los actores principales dentro del esquema político venezolano fueron a su vez incapaces de incorporar nuevos actores a la hora de tomar decisiones, lo que dificultó además la reforma estatal y la descentralización.

Si bien el petróleo durante mucho tiempo desarrolló una economía sólida, esto mientras representó un negocio estable, lo cual favoreció la democracia, una vez que perdió esta cualidad (en las décadas del 80 y 90) significó que la democratización sufriera la misma suerte, debido a la inestabilidad económica; y además «los ingresos derivados del crudo incidieron en el surgimiento de una burocracia altamente improductiva, que solicitaba préstamos extranjeros para financiar mega-proyectos irrealizables y hasta quijotescos»(8).

Respecto al sistema de representación proporcional podemos decir que durante mucho tiempo se comportó como un apoyo a la democracia al incorporar a las decisiones políticas a pequeños partidos. Sin embargo vemos que en los años 90 la representación proporcional alentaba a los candidatos a anteponer su lealtad al partido por sobre los intereses del electorado. Así, cuando un partido lograba mayoría en el parlamento podíamos decir que el congreso estaba sumiso a ese partido, más que al pensamiento de sus parlamentarios. Esto generó a su vez un escepticismo hacia la clase política; lo que a su vez fue causante de un alto índice de abstención electoral.

Otro factor, relacionado con el escepticismo hacia la clase política, que ha socavado a la democracia en Venezuela es la conformación clasista de los partidos. Antes del «caracazo», los partidos eran en general multiclasistas; sin embargo estos partidos no supieron acoger las demandas de las clases bajas, lo cual generó, relacionado con la polarización, la conformación de partidos de clases. Por ejemplo el partido MVR. (El partido de Chávez).

Ahora analizaremos que ha hecho el presidente Hugo Chávez en relación a esta «deuda de la democracia». En otras palabras la pregunta es la siguiente: ¿Chávez ha colaborado para crear una democracia de mejor calidad?

Como dijimos en el primer informe uno de los factores ha analizar es el rol de la sociedad civil en la toma de decisiones políticas. Para esto partiremos analizando las cifras de abstención electoral en Venezuela.

Según los datos sacados del consejo nacional electoral (9) , y a raíz de la deuda que planteó la democracia dentro de los años 80 y 90, en Venezuela se venía dando un progresivo desencanto con la actividad política, lo cual se manifiesta en los niveles de abstención electoral. Por ejemplo, en 1973 el nivel de abstención de Venezuela era bajísimo, alcanzando un escaso 3,48 %. Desde ese año hasta el acenso de Chávez esa cifra fue en aumento alcanzando su punto culmine en las elecciones regionales de 1989 (el año del «caracazo») llegando a un nivel de abstención de un 54%.

Abstención en Elecciones Regionales en Venezuela 1989-2004
Elecciones Regionales en Venezuela Abstención(10) 
1989 54%
1992 50,72%
1995 53,85%
1998 47,56%
2004 51.58%

Si bien las elecciones regionales siempre han tenido, y mantienen hasta hoy, un alto nivel de abstención, el hecho concreto es que la personalidad de Chávez atrae a la población a acudir a las urnas, lo que provocó que este altísimo nivel de abstención bajara considerablemente en las elecciones presidenciales de 1998 (cuando uno de los candidatos era Chávez) llegando hasta un 36,54%, manteniendo los niveles de abstención bajos en las elecciones relativas a la permanencia del presidente en su cargo.

Elecciones y Consulta en Venezuela. (11) Abstención
Presidencial 1998 36,54%
Nacionales 2000 43,69%
Referendo Revocatorio Presidencial 2004 30,08%

Ahora compete medir el grado la participación de la sociedad civil en Venezuela, teniendo en cuenta que la Constitución Bolivariana, promulgada en 1999, establece espacios para que la sociedad civil se manifieste de manera concreta en las decisiones políticas. La constitución establece que el Poder Público, se distribuye entre el Poder Municipal, el Poder Estadal y el Poder Nacional. Este, a su vez se divide en Legislativo, Ejecutivo, Judicial, Electoral y Ciudadano. Siendo este último la institucionalización de la participación popular.

Además de esto la nueva constitución venezolana estableció la democracia participativa (13), de forma que la población general tuviera cabida más directa dentro de las decisiones del país, adquiriendo así las organizaciones sociales una preponderancia hasta ese momento nunca antes vista, ya que la constitución reconoce «la importancia de la participación, movilización y organización de los ciudadanos»(14). Creemos que esto genera a su vez problemas totalmente nuevos, los que pudieran venir del hecho de que las intenciones de los nuevos grupos sociales y políticos difieran de las que Chávez tiene en mente, e incluso entre sí, como también además, los referidos a la autonomía efectiva de estas demandas institucionalizadas, su posición frente al Estado y las relaciones entre ellas mismas.

Estas atribuciones que a simple vista parecieran asegurar la participación popular efectiva, excluyen sin embargo a todas las organizaciones sociales que cuenten con apoyo monetario foráneo, puesto que estas no están incorporadas al concepto que se definió como sociedad civil. Un ejemplo concreto lo da María Pilar García al afirmar que «la AN y varias organizaciones sociales no lograron ponerse de acuerdo sobre quien debía participar en el proceso de nominación para las dos ramas del gobierno conocidas como Poder ciudadano y Poder electoral. Asociaciones civiles tales como Queremos elegir y Primero Justicia no fueron tomadas en cuenta, pero aún así fueron acusadas públicamente por el presidente Chávez de constituir una minoría elitesca» (15).

Este hecho claramente tiene un carácter antidemocrático, puesto que en un intento por dejar de lado cualquier intencionalidad que pudiese venir influenciada desde afuera, se le esta negando a diversos grupos la participación que la constitución misma asegura. Según nuestro punto de vista, esto tiene que ver con las posibilidades de que las organizaciones sociales puedan ser cooptadas por el Estado venezolano, cuestión que hace sospechar que este tipo de relaciones pareciera fomentar el clientelismo, como una forma de atraer hacia Chávez las organizaciones sociales y compatibilizar, de una forma más o menos forzada, sus intereses.

La creación de los círculos Bolivarianos tuvo la intencionalidad de suprimir el antiguo orden donde el pueblo, el soberano, entendido este como los sectores más pobres que constituyen la mayoría de la población, «dejara de ser una masa desorganizada y sin ideología ligada a su líder carismático (Chávez)»(16). Sin embargo, la realidad es otra, puesto que la intención de formar un pueblo organizado, ya no dependiente de la mediación de los partidos ni de los movimientos sociales, «la identidad del soberano fue transformada en la de su líder, hecho que permitió a Chávez movilizarlo a su antojo. Muchos de los miembros del soberano se vinculan individualmente con el líder carismático, con la expectativa de resolver los problemas de sobrevivencia mediante mecanismos populistas y clientelares»(17).

Las prácticas clientelísticas del gobierno de Chávez han sido sin duda alguna un freno para la democracia, puesto que en esta dinámica, bien intencionada o no, muchas veces se han solucionado problemas de carácter individual, dejando de lado las soluciones globales que el pueblo venezolano en general necesita. Esto se manifiesta concretamente en las numerosas peticiones que se le hacen, no al gobierno, sino a la figura personal del presidente, en la forma de cartas informales, que dan cuenta de problemas e inquietudes estrictamente personales.

Otro factor que incide en el grado de democratización es la continua politización militar y la militarización de la política en Venezuela. Antes de 1989, la intromisión de los militares en la política venezolana era casi nula. Ahora, y a raíz de que el presidente venezolano sea militar, se ha visto una activa participación de los militares en la vida política; lo cual lo demuestra el intento de golpe de Estado del 2002, en el cual participaron militares como el general Néstor González González.

En conclusión, los avances que se han llevado a cabo en Venezuela en pos de afianzar una democracia de mayor calidad ha sido positiva, existiendo para nosotros un mayor grado de democratización, puesto que notamos un incremento de la participación popular en la vida pública. Sin embargo, este hecho se ve empañado por las influencias ejercidas por las prácticas clientelísticas propiciadas por la figura carismática del presidente Chávez.

Gobernabilidad
Si bien Chávez cuenta con poco más de la mitad de los 165 asientos del parlamento unicameral venezolano, lo concreto es que se exige dos tercios de estos, una mayoría calificada, para aprobar los proyectos de ley, lo cual significa que es estrictamente necesario para el presidente pactar algún tipo de acuerdo para que sus iniciativas lleguen a buen puerto. Sin embargo, considerando los resultados obtenidos en las elecciones regionales realizadas el año recién pasado, donde los chavistas obtuvieron 22 de las 24 gobernaciones regionales en disputa, y los relativos a la elección de Alcaldías, donde obtuvieron un 75% de estas, queda ya claro que Chávez queda en buen pie para las elecciones legislativas de Diciembre próximo (18).

Pareciera que la oposición se diluye, puesto que aún no ha logrado un acuerdo para llevar sus candidatos a las elecciones locales que se realizaran el 7 de Agosto y sus movilizaciones contra el gobierno de Chávez no han alcanzado los niveles que alguna vez tuvieron, como por ejemplo en abril del año 2002, donde por un corto tiempo Chávez fue derrocado (desde el 11 al 14 del mismo mes). Por su parte la población en su mayoría apoya a Chávez, pero hay también una fuerte concepción negativa del gobernante y que gustaría de una alternativa capaz de igualar su poder. Todo indica una fuerte polarización de la opinión pública, eso sí, con una mayoría aprobando su mandato.

Pero la aprobación popular no basta. En este caso concreto no importa tanto la cantidad de sus opositores, sino mas bien lo que pueden hacer. Chávez en su intento por implantar su revolución Bolivariana, se ha hecho de enemigos, y ha entrado en polémica en Venezuela tanto con la prensa, la iglesia Católica como con sus opositores políticos, creando un ambiente confrontacional muy alto. Hay claramente un clima de polarización en la sociedad venezolana, y Chávez debe ser capaz de hacerle frente.

A todo esto además se le debe sumar la ofensiva verbal lanzada por Chávez contra Estados Unidos, que ha molestado de sobremanera al gobierno de George W. Bush.

Las relaciones de Chávez con la prensa han sido complicadas desde que asumió el poder, y es bien sabido que en sociedades mediatizadas como la de hoy, los medios de comunicación cumplen un rol preponderante a la hora de movilizar a la opinión pública, ya sea a favor o en contra del gobierno de turno. La oposición, en su embestida contra Chávez, ha sido continuamente apoyada por los medios de prensa, y, tal como lo afirman Ellner y Hellinger, «contaron con el apoyo incondicional de los medios de comunicación, que no escondían su hostilidad frente al gobierno e, incluso, desempeñaron un papel clave en el intento de derrocar a Chávez en Abril del 2002″(19). Esto lo constatamos directamente a través de una grabación de un programa de televisión privado de Venezuela, Venevisión, el 12 de abril, día después del golpe, donde un personero del nuevo gobierno agradece a una serie de canales de televisión (RCTV, TELEVE, CNT; Globovisión, y el mismo Venevisión) por el apoyo otorgado al momento de llevar a cabo el plan golpista, que habría llevado, tras un profundo respaldo de la sociedad civil, a la liberación de Venezuela (20). Sin embargo, pese a todos sus efectos negativos para su gobierno, el presidente Venezolano ha abogado por la libertad de prensa, e incluso ha sabido aprovechar los medios de comunicación en manos de la oposición a su favor, utilizando su autoridad «para exigirle a la radio y a la televisión que transmitiera en cadena sus conversaciones, a menudo convertidas en una larga intervención interrumpida por saludos a los trabajadores de los estudios y otras personas presentes»(21). Esto se debe sumar a la tribuna que le da el canal 8 (estatal) todos los domingos en su programa radial y televisivo, «aló presidente».

En cuanto del tema del petróleo, y su actor principal, Pdvsa (Petroleras de Venezuela Sociedad Anónima), existe en Venezuela, como parece haberlo en muchos otros aspectos, una polarización entre quienes apoyan la privatización y quienes la critican. Mientras los grupos acomodados «están convencidos de que la privatización de Pdvsa mejoraría sus perspectivas»(22); por otra parte las clases populares sienten lo contrario, «los sectores desfavorecidos de la población temen su exclusión -ser marginados- si la nación llegara a reprivatizar la industria petrolera»(23).

El gobierno de Chávez ha tenido la intención de recuperar las riquezas derivadas de la exportación del petróleo a las manos de todos los Venezolanos, y mientras la antigua tendencia que configuraba a Pdvsa como un «Estado dentro del Estado»(24) se esta revirtiendo, la verdad es que los ejecutivos que manejan esta empresa no han sido particularmente adeptos a la pretensión Chavista, lo que puede resultar en un foco de tensión entre el gobierno y la compañía. Y dada la influencia que tiene esta en «el mundo político, periodístico y los hacedores de opinión pública en general»(25). Esto a su vez genera, como en tantos otros ámbitos, una polarización de carácter de clase en la sociedad venezolana.

Tras presentar esta serie de factores, que inciden en el grado de gobernabilidad del mandato de Chávez, consideramos que el sistema político venezolano, pese a la polarización de la sociedad, posee elementos que aseguran su gobernabilidad. Tal como lo planteamos en un principio, creímos necesario presentar los factores que pudieran incidir negativamente en la gobernabilidad del país en cuestión. Afirmamos esto a partir del hecho de que la oposición no ha sabido presentarse como un conglomerado coherente, (Alcanzó su punto mas alto en Abril del 2002, respecto de la movilización de masas, y de ahí en adelante sólo descendió) y en el congreso cada vez pierde más apoyo. Por otra parte, pese a polaridad y la serie de manifestaciones en contra del presidente Hugo Chávez, el gobierno ha sabido responder, no con represión, sino con la contra-manifestación de sus adherentes.

De esta forma, y a manera de conclusión de este apartado, creemos que pese a la polarización de la sociedad venezolana (Entre la clase alta y media con los sectores populares), Chávez ha logrado salir del paso y constituir un país gobernable, al menos a mediano plazo, lo que es mucho decir si consideramos la condición general de muchos países de América Latina.

Conclusiones
Si bien el sistema democrático en Venezuela desde 1935, año en que se comienza a consolidar, y luego de 1958 cuando este se concreta, parecía prometer una larga vida, este se quiebra en 1989. Tras este hecho, este país vive un período de gran inestabilidad política, hasta la llegada de Chávez en 1999, quien ciertamente ha logrado avances en este tema. Sin embargo, consideramos poco responsable afirmar que existe hoy una estabilidad de carácter firme y sólido, ya que encontramos la relación entre el sistema y su estabilidad de carácter ambiguo. Creemos que la estabilidad del sistema que ha logrado afianzar Chávez en los últimos años está demasiado ligada a su propia persona, y si bien podríamos hablar de una cierta estabilidad de este, no podríamos decir lo mismo en el caso de que Chávez no estuviera en el poder. Esto es un elemento negativo puesto que al depender esta estabilidad estrictamente de una sola persona, no asegura su propia continuidad.

Mientras que por una parte el gobierno de Chávez ha sido un gran avance para la democratización, al incorporar a las clases populares, cosa que no acontecía antes; por otra ha constituido un freno para esta, ya que esta incorporación ha estado asociada a prácticas clientelísticas y de carácter populista, que no ayudan en nada a construir una sólida democracia. Siguiendo esta misma lógica, las atribuciones que la constitución promulgada en 1999 otorga a la sociedad civil, y que constituye un gran avance en la democratización, en el plano real muchas veces se margina a quienes supuestamente defiende, creando un obstáculo para este proceso.

Respecto de la gobernabilidad, consideramos que si bien la sociedad venezolana está profundamente polarizada en torno a la figura de Chávez, y que esta situación podría significar un problema a la hora de mantener un gobierno estable, lo cierto es que la desmoralización de la oposición, producto principalmente del fracaso de la intentona de golpe de Estado en Abril del 2002, como así también, el alto grado de apoyo popular hacia la persona del presidente, nos hace creer que, por lo menos en el mediano plazo, Chávez y su gobierno pueden mantenerse en pie en un sistema que tiende lentamente a la estabilización. Tampoco la oposición, a partir de los medios de prensa, ha logrado últimamente afectar seriamente al gobierno, como tampoco ha podido erigirse como una fuerza unida y coherente, capaz de hacerle frente a su gran autoridad.

Citas_________
(1) Morón. G. Breve historia contemporánea de Venezuela. Fondo de Cultura Económica, México, 1994. p.202
(2) Ibídem. p.253.
(3) Venezuela vende la para nada despreciable suma de 1.4 millones de barriles diarios de petróleo a Estados Unidos.
(4) Kim Bartley y Donnacha O Brian, «La revolución no será televisada». Power Pictures. 2002.
(5) Ellner, Steve -&- Hellinger, Daniel. «Política venezolana en la época de Chávez: clases, polarización y conflicto», Nueva Sociedad, Caracas, Venezuela, 2003 pp. 20-22.
(6) Op cit. Ellner, Steve -&- Hellinger, Daniel. p. 25.
(7) Op cit. Ellner, Steve -&- Hellinger, Daniel. p. 26.
(8) Ídem.
(9) Datos oficiales del Consejo Nacional Electoral venezolano. www.cne.gov.ve
(10) Ídem
(11) Op. Cit. www.cne.gov.ve
(12) María Pilar García Guadilla, en su capítulo, «Sociedad Civil: institucionalización, fragmentación, autonomía. (En op. Cit. Ellner, Steve -&- Hellinger, Daniel), le da al término democracia participativa la interpretación que generalmente se le ha dado en Venezuela, la cual entiende esta como el perfeccionamiento de la democracia representativa mediante mecanismos de participación tales como el referendo, las asambleas de participación o la rendición de cuentas. P.232.
(13) Op. Cit. Ellner, Steve -&- Hellinger, Daniel p.243.
(14) Ibidem. P244
(15) Op. Cit. Ellner, Steve -&- Hellinger, Daniel p.247.
(16) Íbidem. p. 248.
(17) Op. Cit. www.cne.gov.ve
(18) Op. Cit. Ellner, Steve -&- Hellinger, Daniel. pp. 274-275.
(19) Op. Cit. «La revolución no será televisada».
(20) Op. Cit. Ellner, Steve -&- Hellinger, Daniel. p. 284.
(21) Ibídem. P 184.
(22) Ídem.
(23) Este concepto, tomado del capítulo Petróleo subversivo del ya citado libro de Ellner & Hellinger, plantea que tras la nacionalización del petróleo en 1976, los dirigentes de Pdvsa se comportaron de forma independiente del Estado. Con la reprivatización esta política se acentúo, pero fue Chávez que buscó interponerse frente a esta independencia. (pp. 167-185)
(24) Op. Cit. Ellner, Steve -&- Hellinger, Daniel. p. 184.
Fuentes y Bibliografía_____________
· Ellner, Steve -&- Hellinger, Daniel. «Política venezolana en la época de Chávez: clases, polarización y conflicto», Nueva Sociedad, Caracas, Venezuela, 2003.
· Morón. G. Breve historia contemporánea de Venezuela. Fondo de Cultura Económica, México, 1994.
· Arias Amaro, Alberto. «Lecciones de historia moderna y contemporánea de Venezuela». Primera Edición. Caracas, Venezuela, 1980.
En Internet___________
· Portal Lanic: http.//lanic.utexas.edu
· Consejo Nacional Electoral de Venezuela. www.cne.gov.ve
· CIA Fact book. www.cia.gov/cia/publications/factbook/geos.ve
· www.auyantepui.com
· PNUD. www.pnud.org.ve
· Página oficial del gobierno venezolano. www.gobiernoenlinea.ve
· www.redvenezolana.net
· http://www.nuevamayoria.com/ES/
Audiovisuales___________
«La revolución no será televisada». Documental referido a la toma del Palacio de Miraflores acontecida en 2002. El documental fue filmado y dirigido por Kim Bartley y Donnacha O Briain, fue producido por David Power; Power Pictures 2002 (con la colaboración de RTE, BBC, ZDF/ARTE, NPS y YLE).
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