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REVISTA LATINOAMERICANA DE ENSAYO FUNDADA EN SANTIAGO DE CHILE EN 1997 | AÑO XXVIII
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Algo sobre la inaplicabilidad narratológica. En torno al Canto General de Pablo Neruda.

por Jesús Wilfrido del Valle Pérez
Artículo publicado el 20/04/2017

Este ensayo rebate la propuesta conjunta de Nelson Osorio, Enrico Mario Santí y Fernando Alegría porque intentaron adecuar las categorías narratológicas para aplicarlas a un poemario de Pablo Neruda titulado Canto General. Primero se darán a conocer las declaraciones personales que hizo el poeta chileno y después habrá una reflexión sobre la poca operatividad de ese ejercicio teórico, más tarde se resaltarán los puntos importantes de la obra literaria.

SOMETHING ABOUT THE INAPPLICABILITY OF THE THEORY OF NARRATION
This essay refutes the joint proposal of Nelson Osorio, Enrico Mario Santí and Fernando Alegría because they tried to adapt the narratological categories to apply them to a play of Pablo Neruda titled Canto General. First the personal statements made by the Chilean poet will be made known, and later there will be a reflection on the little operativity of this theoretical exercise, later the important points of the literary work will be highlighted.

 

Declaraciones
Pablo Neruda manifestó de manera pública la estrategia estilística para escribir Canto General y dijo: “Tenía que cambiar el tono […] detenerme en lo minúsculo y para eso escogí un tono de crónica, un estilo deliberadamente prosaico […]” (Neruda, 1988: 23). Diez años más tarde vuelve al tema y perfila aún más esas primeras declaraciones: “Este prosaísmo está íntimamente ligado a mi concepto de CRÓNICA. El poeta debe ser, parcialmente, EL CRONISTA de su época. La crónica no debe ser quintaesencia, ni refinada, ni cultivista […]” (Neruda, 1981: 25).

Reflexión sobre la poca operatividad de la narratología
Cuando Pablo Neruda habla de tono, estilo prosaico y crónica se refiere a una construcción sencilla de poesía y nunca a la narración lineal e histórica comandada por un narrador, puesto a distancia o en perspectiva, con poderes variables de focalización o relevo del discurso, aunque pudiera llamársele a este narrador hablante o sujeto lírico; pues el hecho de otorgarle otro nombre no resuelve los problemas para significar o dar sentido a cada poema o a todo el poemario.

El poeta chileno trata de explicar que contará, pero abandonando los densos contenidos y evitando las palabras especializadas o rimbombantes. En Canto General no existe un narrador, hablante o sujeto lírico que sea fidedigno o no-fidedigno como para cuestionar si la información es verdadera o falsa. Y tampoco es posible saber si se encuentra cerca o lejos de los hechos relatados, al menos no cuando se están poetizando los acontecimientos sucedidos en todo un continente. Basten los argumentos anteriores para darse una idea de lo forzado que resultaría aplicar otras categorías narratológicas como tiempo, espacio o personaje a Canto General.

Puntos importantes del poemario
No es necesario realizar una detección pormenorizada de los errores habidos en la propuesta conjunta de Nelson Osorio, Enrico Mario Santí y Fernando Alegría. A cambio de eso habrá una recuperación de puntos importantes sobre Canto General, pues:

[…] se trata, […] de un libro de poemas que imita los propósitos y alcances de la historia natural, o que al menos se inspira en ellos, creando una verosimilitud de índole poética. El propósito de esa imitación, digámoslo otra vez, es la educación del lector entorno a la unidad del ‘fenómeno’ americano (Neruda, 1998: 71).

Pablo Neruda imita, se inspira o crea a partir de la historia, pero sin abandonar la naturaleza de la poesía. Las horas amargas, el subjetivismo particular y el patetismo doloroso que impregnaban sus poemas debían terminar de manera radical. Así escribe:

Antes anduve por la vida, en medio
de un amor doloroso: antes retuve
una pequeña página de cuarzo
Clavándome los ojos en la vida.
compré bondad, estuve en el mercado
de la codicia, respiré las aguas
mas sordas de la envidia, la inhumana
hostilidad de máscaras y seres.
Viví un mundo de ciénaga marina
en que la flor de pronto, la azucena
me devoraba en su temblor de espuma,
y donde puse el pie resbaló mi alma
hacia las dentaduras del abismo.
Así nació mi poesía, apenas
rescatada de ortigas, empuñada
sobre la soledad como un castigo […] (Neruda, 1981: 276).

En ese punto de su vida, Pablo Neruda comprendió que la poesía es un tipo de teoría o fuerza abstracta que puede mover a varios hombres para actuar. Sólo debe ofrecer las evidencias irrebatibles, dejar el egoísmo particular y arribar al interés colectivo. Algo similar explicaba Marx:

‘La teoría se convierte en fuerza material desde que penetra en las masas. La teoría es capaz de penetrar en las masas desde que hace demostraciones ad hominem, y hace demostraciones ad hominem desde que se convierte en radical. Ser radical es tomar las cosas por la raíz. Y la raíz del hombre es el hombre mismo’ (Vaneigem, 1977: 104).

Gracias a una reflexión de este tipo, el poeta modifica su perspectiva, de ahí emerge su reclamo y arremete contra las vanguardias, los poetastros y el arte por el arte:

Qué hicisteis vosotros gidistas,
intelectuales, rilkistas,
misterizantes, falsos brujos
existenciales, amapolas
surrealistas encendidas
en una tumba, europeizados
cadáveres de la moda,
pálidas lombrices del queso
capitalista, qué hicisteis
ante el reinado de la angustia,
frente a este oscuro ser humano,
a esta pateada compostura,
a esta cabeza sumergida
en el estiércol, a esta esencia
de ásperas vidas pisoteadas?

No hicisteis nada sino la fuga:
vendisteis hacinado detritus,
buscasteis cabellos celestes,
plantas cobardes, uñas rotas,
«belleza pura», «sortilegio»,
obra de pobres asustados
para evadir los ojos, para
enmarañar las delicadas
pupilas, para subsistir
con el plato de restos sucios
que os arrojaron los señores,
sin ver la piedra en agonía,
sin defender, sin conquistar,
más ciegos que las coronas
del cementerio, cuando cae
la lluvia sobre las inmóviles
flores podridas de las tumbas (Neruda, 1981: 154-155).

El poeta chileno ya aborrece las formas fingidas de la literatura y al estar en México confiesa: “[…] Yo no puedo decirles a los poetas de Chile nada sobre ese asunto [de las formas], porque precisamente yo he perseguido deshacer la forma que es propia de México […]” (Neruda, 1998: 35). Tiempo después: “Neruda concedió una entrevista [donde manifestó] ‘Para mí’ […] ‘lo mejor de México son los agrónomos y pintores […] Considero que en poesía hay una absoluta desorientación y una falta de moral civil que realmente impresiona […]” (Neruda, 1998: 39). Así Pablo Neruda se libera de cualquier corrupción literaria o canónica y halla la universalidad junto a lo franco.

Por todo lo anterior: “No hay razón para disminuirse y apartarse entre los vastos registros del poema, ni mucho menos perderse en consideraciones retóricas sobre su índole literaria [o aplicaciones narratológicas]. Al Canto General se entra a convivir con un pueblo […]” (Neruda, 1981: 14). Pablo Neruda: “[…] trasciende los límites del drama social americano para captar, en el instante de la revelación, la unidad del ser en el sufrimiento y en el acto de sacrificio por la libertad” (Neruda, 1981: 15). Además: “El poeta se identifica con el hombre común, no en un plano cósmico o mitológico, sino en sentido realista” (Neruda, 1981: 18). De esta manera le hace saber al ser latinoamericano: “Me has hecho indestructible porque contigo no/ termino en mí mismo” (Neruda, 1981: 369). Y redacta al fin el poema más rotundo de Canto General:

La sombra que indagué ya no me pertenece.
Yo tengo la alegría duradera del mástil,
la herencia de los bosques, el viento del camino
y un día decidido bajo la luz terrestre.

No escribo para que otros libros me aprisionen
ni para encarnizados aprendices de lirio,
sino para sencillos habitantes que piden
agua y luna, elementos del orden inmutable,
escuelas, pan y vino, guitarras y herramientas.

Escribo para el pueblo, aunque no pueda
leer mi poesía con sus ojos rurales.
Vendrá el instante en que una línea, el aire
que removió mi vida, llegará a sus orejas,
y entonces el labriego levantará los ojos,
el minero sonreirá rompiendo piedras,
el palanquero se limpiará la frente,
el pescador verá mejor el brillo
de un pez que palpitando le quemará las manos,
el mecánico, limpio, recién lavado, lleno
de aroma de jabón mirará mis poemas,
y ellos dirán tal vez: «Fue un camarada».

Eso es bastante, ésa es la corona que quiero.

Quiero que a la salida de fábricas y minas
esté mi poesía adherida a la tierra,
al aire, a la victoria del hombre maltratado.
Quiero que un joven halle en la dureza
que construí, con lentitud y con metales,
como una caja, abriéndola, cara a cara, la vida,
y hundiendo el alma toque las ráfagas que hicieron
mi alegría, en la altura tempestuosa (Neruda, 1979: 472).

Conclusiones
Este hombre chileno logró interconectar la sensibilidad dispersa en Latinoamérica, utilizando recursos literariamente mondos y valiéndose de toda la poética que uno puede recoger al cruzar por estas tierras. Asumió también el compromiso de escribir un inventario de valores y verdades, ya que algunos depredadores creyeron que matando y enterrando gente se olvidaría todo, pero no, lo único que hicieron fue sembrar hombres con principios inmortales, pues aún tenemos poetas y Canto General sigue en el aire.

Jesús Wilfrido
16-04-17

 

REFERENCIAS
Aguirre, Margarita (1964). Genio y figura de Pablo Neruda, Buenos Aires, Editorial Universitaria de Buenos Aires.
Neruda, Pablo (1981). Canto General, Prólogo y cronología Fernando Alegría, Caracas Venezuela, Ayacucho.
Neruda, Pablo (1988). Canto General, Edición de Enrico Mario Santí, Madrid, Cátedra.
Neruda, Pablo (1979). Canto General, Edición de las Grandes Obras del Siglo Veinte, Barcelona, Seix Barral.
Neruda, Pablo (2004). Antología Poética, Edición de Rafael Alberti, México, Planeta.
Neruda, Pablo (1974). Confieso que he vivido: Memorias, Buenos Aires, Losada.
Vaneigem, Raoul (1977). Tratado del saber vivir para uso de las jóvenes generaciones, Barcelona, Anagrama.
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2 comentarios

Eminente artículo. No apto para ignorantes. Es decir, mucho de la teoría literaria y sus conceptos ha muerto. Sólo las personas con formación científica y en humanidades pueden comprender estos textos.

Gracias Dr. Jesús Wilfrido

(especialista en Humanidades y neurociencias cognitivas)

Por El poeta el día 03/04/2021 a las 23:18. Responder #

Un análisis demasiado simplista del «Canto General». Se resume en que no es posible aplicar categorías narratológicas a Neruda, que pretende sólo simplificar el lenguaje poético para ponerlo a la altura de lo popular, aunque el pueblo no pueda captar sus alcances, pero él lo ve como algo transitorio, pues «aún tenemos poetas y el «Canto General» sigue en el aire.

Por Carlos el día 12/06/2017 a las 18:34. Responder #

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Requerido.

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