“Ramón Riquelme; como periodista nos ilumina con su prodigiosa memoria en datos, fechas y recuerdos asombrosos; como poeta un hombre que crea en pocas líneas un clima intenso, sentencioso, fino y culto. Una búsqueda por definir un mundo que se escapa de las manos a cada instante, una posibilidad que se esfuma y que duele por ello. Unos sueños por ser hombres mejores para un mundo más humano.” Así lo presentaba Antonio Ferrada en la Revista Cyber Humanitatis Nº 26 (otoño 2003) de la Universidad de Chile (2). No cabe otra forma, de ninguna otra manera se podría presentar a un hombre comprometido, como pocos, en una lucha permanente por la libertad, la democracia y el arte crítico y literario. Esto es, lo dice Ferrada (3), lo que ha provocado “una poesía que deslumbra por su amor a la vida, al silencio más secreto y al amor más imposible” (4). Su afán por los días que se suceden no es otro que el vincular la lectura de lo simple y sencillo de la realidad y los textos de los intelectuales. Sus recados están siempre cargados de una denuncia y un anuncio, lo mismo que su poesía: una expresión sencilla, casi minimalista o haikuense -como dirían ahora- en que se registra una realidad y una percepción al mismo tiempo, inteligida por una razón que no es cerrada, sino que abre la trascendencia entre “barrios, plazas, cafés, paseos peatonales, librerías” y “cerros, ríos y plantas” y por cierto, amigos leales y otros no tanto, de amistad de arraigo como la que sostiene con Don Gonzalo y el mismo Antonio y su familia hasta aquella de la cotidianeidad juvenil y revolucionaria del Pato.
Ramoncito no es el viejito, sino el más joven, el que ve siempre más allá y nos muestra que nuestra propia apreciación es la vieja. Ahí volvemos a tomar rumbos y entonces el poeta cumple con su tarea otra vez, esa tarea que nunca está ausente en él y que es revitalizante: no sólo expresar el mundo sino comprenderlo y, para ello es bueno el sentido crítico y de autocrítica que se refleja en cada una de sus palabras:
Me despertaron
para trabajar:
amanecía sobre los cerros.
Desde entonces
he venido hablando,
escribiendo, trabajando
para que las rosas
vuelvan a tener
el mismo color (5)
De tal suerte que no sólo las rosas tendrán el mismo olor sino toda la realidad entre “castigos”,”réquiem” y “sopa de los domingos” hasta “escribir sobre el vuelo de las flores /o asustar a los niños /con la próxima catástrofe. [pues]/Hoy ha venido un brujo /a contarme cosas /que ya me habían pasado.”
Difícil pues, se hace escribir acerca de un hombre al borde de “el día luminoso” como éste, ya que todo lo que se diga puede ser usado en su o en mi contra o bien puede ser una mera ‘inflación de golpecitos en la espalda’ y fotos más y fotos menos. Pero lo cierto es que, “detrás crece el silencio”.
Enhorabuena para Ramón Riquelme que ha obtenido el Premio Regional de Literatura 2008 (6) y para nosotros también, pues una vez más la sencillez de la poesía nos regala una alegría permanente, aunque…
A veces
se hace
necesario
caer de espaldas
sobre el bullicio.
Romper
con lanzas
y flechas
los trabalenguas
nacientes
en la raíz
del pelo.
No nos seduce
este girar
como aspas
de una rueca
gastada.
No nos complace
lo rítmico
del aburrimiento.
No nos complace
la glotonería
de la vanidad.
Por último
se quiere revisar
las voces antiguas,
se quiere hundir
los pies en el agua
de los ríos celestes.
Se quiere
el silencio
para escapar
al sexo seco.
Viento,
recibe
mi llanto.
Agua,
recibe
mis gritos.
Sol,
recoge
mis heridas
y quema la cara
de los que afean
mi alegría,
de los que cruzan
las manos
para no recibir
mis frutos. (7)
Sí efectivamente, caer de espaldas sobre el bullicio es el mejor ejercicio o accidente del poeta. De tal manera que ni el más “aguzado” cantor o poeta popular podría alcanzar esta gracia como tampoco el más consagrado, ya que la poesía deviene de la naturaleza, de la relación natural de un hombre con la naturaleza y cuya instrumentalización no es otra cosa que la traducción personal de lo inenarrable. Y es por ello que se asume un hablante con actitud enunciativa, pero, y he aquí la magia del demiurgo, dicha actitud se trasunta en apostrófica (profética a ratos) queriendo llamarnos la atención con la denuncia; sin embargo a través de éste, se anuncia una buena nueva que es nada más y nada menos que la poesía, superándolo incluso a él mismo:
Qué vale más: escribir sobre el vuelo de las flores
o asustar a los niños
con la próxima catástrofe.
Hoy ha venido un brujo
a contarme cosas
que ya me habían pasado. (8)
De tal suerte que demiurgo, poeta y hombre se hacen uno solo, incluso desde la prisión, la tortura y la poesía:
Me fueron destruyendo mi personalidad
como si estuviera en una campana de vidrio;
al final de esta historia
ya no sé cómo me llamo;
sólo puedo testificar
que soy un queltehue
muerto de hambre (9)
Y a pesar de que le hayan cambiado todo el universo, la memoria debe adecuarse y seguir adelante:
Nos han cambiado todo el universo
y tú lo sabes;
la memoria se adecua
a todos estos juegos
y tú en la noche sueñas
que escribes las murallas
con palabras groseras
sobré el emperador agónico. (10)
Seguir adelante para que la palabra continúe siendo escrita para que la veamos:
El mar
busca
sus corrientes
para dignificar
al silencio.
La palabra
debe ser escrita
para que
tú la veas. (11)
En fin, esto es sólo una aproximación a un poeta de nuestra tierra, una mezcla de antes y después; de verdad, prisión, tortura y poesía; de RITUAL DE LA EXIGENCIA (12) y de humildad.
Lo reiteramos, enhorabuena Ramón por el Premio Regional de Poesía 2008 de la Octava Región de Chile. Especialmente hoy en que la “posmo” de la globalización hace de las suyas en Nuestra América. Por lo tanto es menester reafirmar que “nuestra amerimodernidad no es un producto de consumo, sino uno cultural, plural respecto de todas nuestras diferencias, a pesar de dictaduras y neoliberalismos varios, diferencias propias del crecimiento natural de nuestros pueblos, que por cierto hay que leer, todavía entre líneas, pues los capitalismos y los modernismos transnacionales no nos dejan ‘ni a luz ni a sombra’, ya que se dieron cuenta de que podemos, efectivamente crecer y transformarnos en la gran potencia del s. XXI: AMERICALATINAMODERNA, finalmente moderna.” (13)
Notas:
(2)http://www.cyberhumanitatis.uchile.cl
(3)Antonio Ferrada, profesor, amigo y poeta presentador de la obra El día luminoso en cyberhumanitatis.
(4)Ibid.
(5)I. LA LUCHA PERMANENTE. LA LUCHA PERMANENTE. En El día luminoso. 1999.
(6)Premio Regional Baldomero Lillo 2008 en la categoría de Artes Literarias,
otorgado por el Consejo Nacional de la Cultura y las Artes.
(7)TERCERA CLAVE. En El día luminoso. 1999.
(8) V. EL ESCRITOR Y SUS DELIRIOS. EL ESCRITOR Y SUS DELIRIOS. EnEl día luminoso. 1999.
(9) DESTRUCCIÓN DE LA PERSONALIDAD. En El día luminoso. 1999.
(10)SOBRE LA FALSIFICACIÓN DE LAS PALABRAS. En El día luminoso. 1999.
(11) EL MURO. VI. En El día luminoso. 1999.
(12) En El día luminoso. 1999.
(13)Ponencia presentada en JALLA. AGOSTO 2008, Santiago de Chile.
Y en el II CONGRESO INTERNACIONAL DE LENGUAS Y LITERATURAS INDOAMERICANAS
Y XIII JORNADAS DE LENGUA Y LITERATURA MAPUCHE. OCTUBRE 2008.
Titulada: Aproximación o una denuncia.
Para una nueva teoría crítica para América Latina: Amerimodernidad.
La cual ha sido revisada por tercera vez, ya que corresponde a un ensayo publicado con antelación,
el 20/04/2005 como “(NEO) M O D E R N I D A D:
Una aproximación o una denuncia para una nueva teoría crítica para América Latina”
en [versión en línea] http://critica.cl/html/rosas_godoy_01.htm.
Y también a una publicación en “A. Aproximación Ideológico-cultural”
en [versión en línea] http://www.cybertesis.cl/tesis/uchile/2006/rosas_j/html/index-frames.htmlREFERENCIA.
Ramón Riquelme. El día luminoso. Síntesis publicada en 1999. [Versión en línea].
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