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La música en David TURKELTAUB.

por Felipe Lagos
Artículo publicado el 21/08/2016

Este artículo es una versión
parcialmente modificada de la publicada en 2008 en:
http://letras.s5.com/sd271108.html

El poeta y editor David Turkeltaub murió a los 71 años, en mayo de 2008. Había nacido en Santiago en 1936; hoy tendría 80 años edad…

Ejerció como “corrector de pruebas” y otros “oficios”. Viajó: Bruselas, Madrid, Guatemala. Durante la Dictadura Militar, en Valparaíso, fue director de la Editorial Ganymides, una de las más pulcras en diseño, diagramación, ilustraciones, correcciones de pruebas que haya habido; además de ser una de las pocas editoriales de poesía de ese entonces y haber publicado a Nicanor Parra, Enrique Lihn, Gonzalo Rojas, José Donoso y Oscar Hahn, cuya obra Mal de Amor, fue censurada por el régimen.

Editó en Ganymides sus poemarios Hombrecito Verde, en 1979, y en 1981, Códices. En 1984 fue editado, con amor y riesgo (dice su autor) Los arrepentimientos, por la Editorial Pehuén, con una nota de Gonzalo Rojas, en donde dice: “Página suya que abra, página que me oxigena: el tono Turkeltaub arde ahí”.

Escribir sobre “el tono Turkeltaub” significaría realizar un estudio relativo a las tres obras editadas entre 1979 y 1984. Nosotros nos centraremos, muy brevemente ─sólo para abrir un espacio entre tanto injusto silencio─ en su musicalidad.

Distinguir, en Poesía, entre “tono” y “música”, es indiscutiblemente arbitrario; no así en Música, pues en esa expresión artística se puede distinguir entre tono, escala, armonía, pero donde la musicalidad es un concepto no operativo, tautológico.

Entre las otras artes sonoras, entre ellas la Poesía, existen ciertas especificidades: en poesía como en teatro, por ejemplo, existe el “tono” y la “armonía”, pero no la “escala”. O en Pintura (que no es un arte sonoro, sino visual), existe la “armonía”, la “escala” y el “tono”, pero no la sonoridad.

Distinguimos entonces entre “tono” y “música”, en tanto que, en poesía, puede haber tono sin rima ni música, música sin tono ni rima, y rima sin música ni tono. La presencia de “tono” y “música” caracteriza a la “buena” poesía; la rima es sólo una forma específica del “tono” y la “música”. Pueden incluso haber composiciones rimadas, pero aquello no las hace “poesía”.

Especificando el área de la musicalidad, se puede señalar que a veces es latente y a veces manifiesta (el “tono” no es susceptible de esta distinción). En su forma latente, la musicalidad puede llegar a mimetizarse con el tono. En este caso, la musicalidad latente esta “disponible” para ser “ocupada” por cada lector, con sus variantes imaginativas. La lectura en voz alta del autor no es, en ningún caso, la musicalidad latente de la obra, sino una de sus posibles variantes… El “tono” no tiene variantes, sino que esta sujeto a “rupturas”: si el tono cambia, entonces es otro tono. Pero el tono no nos remite necesariamente a una individualidad, puede existir un tono épocal.

La musicalidad manifiesta, en cambio, tiene ciertos parámetros, a veces dados por la rima, por la estructura, por la frase. Puede pasar, sin embargo, que la imaginación de un compositor es capaz de sobrepasar esos parámetros, pero en ningún caso eso es algo que se pueda anticipar. También es posible que los medios de comunicación puedan “totalizar” o “copar” la musicalidad. Por ejemplo, en canciones inspirados en poemas como Alturas de Macchu Picchudonde es difícil imaginar de otra forma el poema de Neruda.

Nos centraremos ahora en la musicalidad manifiesta. Existe la musicalización de un poema de David Turkeltaub, realizada por Eduardo Gatti, del poema El botero del libro Hombrecito Verde:

 

A                                   E   D                         A

Cuando tenga un millón, cuando seamos ricos,

D                                A                                   E

me comprare zapatos, te comprare un vestido.

Bm – D           F#m – A      Bm     D        F#m – A

A… gua al agua,     la lluvia sobre el río.

De los 99 poemas de David Turkeltaub (Hombrecito Verde tiene 43; Códices, 33; y Los arrepentimientos, 23 poemas), podemos dividir entre los musicales y los musicalizables:

MUSICALES

1979
Caravana
Es la hora
Los ocupantes
Sigue sonando
La partida
Yo no salgo en los mapas

1981
Recados
Las hormigas
Tikal
El tiempo corre
Al final
Cuando uno queda como idiota
Me gusta este lugar

1984

4:30 PM
El paseo
Primer encuentro con la muerte
El viudo
La pianola
La respuesta
Los mudos
De qué te vas a acordar

MUSICALIZABLES

1979
Hombrecito verde
La araña
Informe del tiempo
Los principales acontecimientos
De pronto comprendí
Vico Degli Angeli
Pliego de peticiones
El botero
El triunfo de la muerte
El que no olvida
J’aimais bien

1981
La casa
Perdí
Dolor constante se parece a la muerte

1984
Abrí los ojos
Las muchachas
Bajé a la playa
El maniquí
Monstruo
Le entregué el corazón
Dulces lazos
Me embarqué con ella
Dormí
Los extraños
La calle
No puedo olvidarla
El último suspiro
La rata coronada

(Es preciso señalar que los poemas aquí citados sólo refieren a los musicales y musicalizables, no a los mejores, en los que habría incluir (para una Antología), Geratevet, Osip Mandelstam a su hermano Alejandro, y Dios de las alambradas, por nombrar algunos).

La sintaxis, la versificación, el ritmo, la armonía, caracterizan a los poemas musicales; todo eso, más la extensión, a los poemas musicalizables. La extensión posibilita la tensión musical. En la música popular actual, las formas clásicas de la “canción” han sido cuestionadas, por ejemplo en la música experimental y las bandas o conjuntos organizados en sellos independientes, principalmente. El coro ha dado paso a la fuga, la armonía a la experimentación tonal. Los poemas musicalizables de Turkeltaub poseen esa tensión musical indispensable.

Como se puede apreciar por nuestra lista y clasificación, la música en David Turkeltaub es fundamental: el 50% de sus poemas son musicales, son sonoros. La sensibilidad de sus poemas esta basada, en gran parte, en su inclinación hacía esta musicalidad.  ¿Intuición poética? ¿Formación musical? ¿Músico aficionado? ¿Melomanía?

Para el estudio de la musicalidad en la obra de David Turkeltaub (que sería un gran capitulo en un estudio sobre el “tono Turkeltaub”), es indiferente conocer las características bibliográficas. Pero una biografía de él y un estudio histórico de la editorial Ganymides serían enriquecedores.

La musicalidad en la poesía es un ámbito que hay que ennoblecer. Estudios sobre David Turkeltaub y la edición de una Obra Completa, serán fundamentales para el avance de la poesía chilena en la actualidad.

La musicalidad es parte del estudio Poético, que puede presidir de la musicalización; pero la existencia de musicalizaciones, es decir, de imaginación materializada en la composición, puede entregar gran material para los estudios poéticos.

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