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Winett de Rokha: heroicamente humana

por Critica.cl
Artículo publicado el 21/11/2023

Artículo publicado originalmente en
Agulha revista de Cultura
Número 244 | noviembre de 2023
Nota:
Aparecen pequeños errores en el texto que sigue producto de la traducción del brasilero al español.

 

Eres eterno, porque fuiste honesto, creando y viviendo,
que era exactamente lo mismo para ella.
PABLO DE ROKHA

La escritora chilena Winétt de Rokha (Santiago 1892-1951), seudónimo de Luisa Anabalón Sanderson, produjo una vasta obra que abarcó distintos géneros como la poesía, la prosa, los artículos periódicos, la narrativa y el teatro. Como resultado, tuvo una vida política activa y fue secretaria editorial, locutora y cofundadora de la revista “Multitud”, donde publicó poemas, obras dramáticas, textos críticos literarios, actualizaciones políticas y culturales.

Dijo sobre su obra el escritor Carlos de Rokha (hijo):
Winett de Rokha trabajó en un lenguaje poético «absolutamente moderno» como quería Rimbaud, nuevo en ese mismo sentido, surgido de la columna viva de este tiempo tembloroso. Y en su visión dramática y esencial de las cosas y de sus raíces y copa de sangre, llegó a zonas de tierra virgen e inexplorada, de Honduras insospechada. Logró, por tanto, un clasicismo de temblor primitivo, que fue auténtico porque nació de la explosión de su ser y del combate que se produjo entre su verbo castigado, ardiente y riguroso, con la realidad que transfiguraba y ardía su perfil.

Para algunos investigadores, la escritura de Winétt de Rokha no ha sido completamente estudiada, tal vez por ser esposa de Pablo de Rokha (1894-1968) o por el definido estilo político y social que caracteriza su obra, sin precedentes realizados por mujeres. de su tiempo. La omisión de los escritos de Winétt de Rokha posiblemente se debió también a su predilección por ciertos temas vinculados a la Unión Soviética, así como al compromiso social con la injusticia y la exigencia de un trato justo con las mujeres.

En palabras de su hijo Julio Tagle:
Tener el coraje de un ser definido conlleva serios inconvenientes, cuando la riña personal se ejerce en el campo dominado por el adversario. Significa estar en la orilla de los pequeños lugares de la existencia. Ser escritor implica tener el carácter interior del héroe, soportar el vacío y respirar la atmósfera llena de hostilidad. Porque determina vivir en una especie de anonimato, donde el talento y las condiciones superiores son interesantes, porque lo que se requiere de un poeta, escritor o artista, es la actitud que traza lo inocuo, la entrega servil a lo injusto y perverso.

Winett en la conferencia; Winétt no traicionó sus sentimientos y convicciones. Por eso soy una gran poeta, sólo como si no lo supiera, incluso para quienes tenían la obligación de sentirse interpretados en su obra.
Su incursión en el medio literario se inició con la publicación de versos de influencia parnasiana y simbolista ofrecidos a San Francisco de Asís, en la revista Zig-Zag (1905-1964), que firmó como Luisa Anabalón Sanderson.
En 1915 apareció el poema Lo que me dices el silencio y, posteriormente, en el mismo año, el libro de prosa poética Horas de sol, ambos publicados como Juana Inés de la Cruz. Como pequeña muestra del poema Lo que digo en silencio, les comparto el poema “X”:

El grito de un crepúsculo
vino a mi estremeciéndome
con templos estelares
y rumores de fuente.

Las rosas palidecen…
Vacantes inciertas
cógeme, poco a poco,
y en tu agua me hundiré.

pienso en lo deplorado
amanecer
que reflexiona sin fiebre
la luna desde un espejo…

En 1916 Luisa Anabalón se casó con el escritor Pablo de Rokha, momento en el que empezó a utilizar el seudónimo de Winétt de Rokha. La palabra «Winétt» tuvo su origen en una combinación entre los nombres de los autores Charles Binét-Sanglé y Walt Whitman (1819-1892). Los primeros textos que la autora firmó con este seudónimo fueron poemas con los que colaboró en las revistas “Numen” (1918-1920) y “Claridad” (1920-1932).

Rokha fueron Formas del sueño (1927); Cantoral (1936), la obra más estudiada por la crítica literaria en el marco de la vanguardia chilena; y Oniromancia (1943), libro en el que se ha observado cierta continuidad con Formas del sueño. En Cantoral, escribe sobre Santiago, en el poema “Santiago ciudad”:

Tus oídos cantan con ranas azules,
Sin embargo, en tu corazón la multitud busca ritmo
con ese acento eléctrico, ardiente y cosmopolita del avión en vuelo.

Ciudad americana, audaz y triste,
Estás rodeado por un alto asedio, desde donde caes.
esa influencia blanca y boreal de las calles nevadas.

Torres como llamas, luces que iluminan la tarde,
avenidas hacia el horizonte, plazas amorosas, ayer campanarios,
alegría de los arroyos italianos, asombrados, subiendo aguas inocentes,
que columpian una ley que tiembla,

aguas del atardecer republicano
armonía del mar, disminuida,
por los hombros de las mujeres rojas,
para las piernas escolares de los niños.

Hay barrios que se multiplican ingenuamente
La gente preocupada, preocupada por su propia vida, avanza.

 El tráfico reverbera a través de los viejos puentes de Recoleta,
y allí, a la virtud de las Iglesias y de las vastas mansiones,
lo sentimos en las pupilas de las oraciones atávicas,
abalorios y sueños, mezclados con un niño, de esperma sonrosada.

 Levántate ahora con tu corazón tranquilo y sereno,
el hogar escondido, el hogar de cada uno, perdido
entre las abejas y los parronales de Pedro de Valdivia,
Ñuñoa, El Nido, como en las palomas, las hormigas o los no-me-olvides.
Parque, Granja, Alameda de las Delicias,
la hermosa e incierta peregrinación del espíritu.

 San Francisco, casa del Mito, no interrumpas el poema,
que se perfuma en los pies, por esta rama eternamente viva de azucenas de pueblo;
Santa Ana, en cuyos pórticos jugaban los maltratadores y las golondrinas de antaño,
y las muñecas de todos fueron bautizadas.

 Guarda el camino de los días evaporados;
esa cacerola de cobre oxidado, ese banco municipal,
tu sombra y mi sombra iluminadas por piel nueva y esperanza,
la tarde, abundantemente llena de rumores y tristeza romántica,
y, como un loto negro, magnetizado, abierto,
la noche remota, protectora, que encierra el número de nuestras almas.

 Ardiendo, como la palma de una mano abierta y tierna,
Te doy un emigrante. Mucho caminar, mucho caminar…
como en los cuentos, que nunca llegaron al pueblo de las cúpulas doradas.

 Las álgebras del automóvil te abrazan y te plantean,
Los teatros y cines estallan en violencia y las cartas dicen:
Greta Garbo, la nórdica iluminada y pálida.

 Te sumerges, te elevas, te extiendes, te lavas el alma,

                                      ciudad.

Hombres y mujeres, detrás de las tiendas occidentales,
Gath & Chaves, impasibles,
mirando los cinturones plateados de Oberpaur,
el almacén lírico y tranquilo, la arquitectura relajada,
con el armonioso número del pincel de Matisse.

 Desde mi vida he mirado a San Cristóbal,
el cerro que justifica su estilo refugiado en el puerto;
esas lucecitas que tocan hola,
los reflectores que, minuto a minuto, se entreabren como motas,
y blanca, única, silenciosa, más arriba, la leyenda de Jesucristo,
blanco, lenguado, cambio.

En tu jardín de muertos, acurrucado entre pálidas estatuas,
marchito es el mejor ramo de flores de nuestra casa,
y la figura heredada que durmió en mi corazón una primavera.

 En la juventud de tus parques escribo
caballos y aspectos de la juventud, liderando la línea de nuestros héroes,
caballos de mármol, en cuyas fauces abiertas,
Este viento que tú y yo amamos penetra, polilla en febrero,
el pie se aseguró y decidió,
Los ojos con luz cóncava, llenos de amaneceres y noches inmensas.

Tu orgullo provinciano sube hasta Santa Lucía;
Recuerdo mi alegría de siete años,
corrigiendo la rueda de salto
y cómo vi un pequeño mundo debajo.

Santiago, ciudad,
despierta y duerme, con dignidad, dentro de ti mismo;
abre las puertas;
piscinas, canchas de tenis, prisiones, fábricas,
es rico todo en oro,
el pobre con su sombra pegada.

Si la vida te llega, como en Constantinopla,
en París, en Londres, en Ginebra, en Nueva York, en Roma;
visitarte a eventos y estrellas,
y tal vez una canción sin nombre
el antiguo nombre de una canción…

En 1942 inició una gira cultural con Pablo de Rokha, que recorrió cinco países del continente americano, entre ellos Perú, Venezuela, Colombia, México y Estados Unidos. Este viaje itinerante tenía como objetivo transmitir un mensaje poético y político. A su regreso a Chile, en 1949, Winétt de Rokha se encontró gravemente enferma de cáncer. Este año apareció la última obra que el autor publicó en vida, El valle pierde su atmósfera , publicada como parte del libro Arenga sobre el arte de Pablo de Rokha. Si notas un cambio en tu escritura, es una prosa palpitante:

La lira de algún satélite desfigurado, devastado, declamador,
rompe circunferencias ardientes y rotas; las techumbres dan alivio
con un cohete de ultratumba en el pueblo de tapias, Colorado.

Con su perfil grueso, en librea, una ciudad en crecimiento, fábricas
con amplitud de calles hermanas por circunvalación y futuro de lagos:
faenas, hipotenusa, base, movimiento en combate de agonía y círculos.

Completamente dibujado humareda, panales al descubierto, enseñoreándose serenos, dolidos,
sentados en promontorios, indefensos en el pórtico carcomido.

Lunad cartelones. Para los Guayas, la bagatela, los peligros,
la intermitencia, los telegramas y el rubro de los malditos alquitranes.

Algo cruel, agrandado, en la garganta dentada y ensangrentada,
de unas piezas cuadradas, artesanos, en una nave de signos actuantes
La voz bordada de la fea criatura se mata a sí misma por excelencia,
temible y espectacular en su desarrollo barato y desocupado.

El escritor chileno Mahfud Massís dijo sobre este libro:
Poema de ancho y profundidad, biselado, puro e impuro, humano, sobrehumano, superficie de hielo, capa de tejido seco; aroma y veneno, canción, respondo, ¡América! Ángel en cuerno verde, Cipango nuevo coronado de joyas, mendigo. ¡Qué difícil es entrar en los flancos sangrientos de este friso verbal, condicionado por un ímpetu heterogéneo, heredado de una sensibilidad resonante e impulsado por una fina afectividad, demasiado invisible al consenso de una crítica estética distraída y de una erudición voluntaria!

El 7 de agosto de 1951 falleció el escritor. A raíz de su muerte se publicó Suma y Destino , libro que Pablo de Rokha creó en su honor. Luego apareció el texto póstumo de la escritora, Los arcanos sellos, parte importante del resto de su producción poética y diversos materiales sobre su vida y obra. En 1953, dos años después de su muerte, Pablo de Rokha dedicó el manuscrito Fuego Negro. Aquí está el poema “Miel y laureles de Chile” del libro Los Sellos Arcanos :

Su nombre de oro y plata brilla en las aves del Sur,
los niños lo transmiten a sus asombradas pizarras escolares,
en cada nueva canción está presente,
las mujeres lo llamaban lo llevan en la flor de sus cuerpos negros,
y los héroes de Ayer empenacharon entre sus cascos y sus almas de piedra:
porque Chile es así: ligero como el ala del mundo,
inmenso, enriquecido por la paloma internacional del sencillo,
igual a un violín en el violín del viento,
florido de amor en la mirada de la doncella en violonchelo,
fuerte como la razón y el dolor del fallecimiento.

Cruzada de poesía arcoiris
entre espectaculares vuelos interoceánicos,
Graba la flecha azul de sus delgadas tierras.
Gracias, de todo corazón, por la carta de espuma de mar.
y por la intacta sinfonía insular de los ríos.

Cómo en tu corazón-campana cruje al rebote de la verdad
que se extiende con sonido y esplendor en su mapa de frutos,
entre las terribles pisadas de un caballo rescatado
¡Tu ubre temblaba como una vaca huyendo!

La Universidad de Chile ha creado un sitio web dedicado a difundir los trabajos y estudios realizados en torno a su creación que recomiendo visitar si quieres conocer más sobre este gran escritor:
http://www.winett.uchile.cl/

Para concluir este breve ensayo, comparto un fragmento de un texto escrito por su hijo Carlos de Rokha que considero fundamental para comprender la dimensión de Winétt:
No era mística ni religiosa: era algo más que eso: era humana, senil, trágica y heroicamente humana. No busqué a Dios, no busqué sus pequeñas criaturas de barro, barro y barro: busqué algo más que eso: busqué al Hombre y su búsqueda y el resultado mágico de esa búsqueda que leyó un sitio. en el Cosmos y en la Historia. En ella la palabra no era puro sonido, no era ritmo intrascendente: era imagen, revelación desde dentro, era llama y ola ardiente, denuncia de un mundo agonizante, proclama vivo, el impulso del sueño tiene una tierra donde sólo lo necesario. palpita en estructuras de raigambre vital y eco.

Las autoras de este trabajo:
GLADYS MENDÍA (Venezuela, 1975).
Poeta, ensayista, editora. Traductora del portugués al castellano, contando entre sus trabajos de traducción la antología poética de Roberto Piva titulada La catedral del desorden (2017). Fue becaria de la Fundación Neruda (2003 y 2017). Participó en el Taller de creación poética con Raúl Zurita (2006). Ha publicado en diversas revistas literarias, así como también en antologías. Sus libros: El tiempo es la herida que gotea, 2009; El alcohol de los estados intermedios, 2009; La silenciosa desesperación del sueño, 2010; La grita. Reescritura de Las Moradas, de Teresa de Ávila, 2011; Inquietantes dislocaciones del pulso, 2012; El cantar de los manglares, 2018, Telemática. Reflexiones de una adicta digital, 2021; LUCES ALTAS luces de peligro, 2022 y sus más recientes libros co-creados con Inteligencia Artificial: Fosforescencia tigra, Aire y Memorias de árboles (2023). Es editora fundadora de la Revista de Literatura y Artes LP5.cl y LP5 Editora, desde el año 2004. Cofundadora de la Furia del Libro (Feria de editoriales independientes, Chile). Como editora ha desarrollado más de veinticinco colecciones entre poesía, narrativa, ensayo y audiovisuales, publicando a más de 500 autores. Integra, con Floriano Martins y Elys Regina Zils, el equipo de traductores del “Atlas Lírico de Hispanoamérica”, de la revista brasileña Acrobata.

CHRIS BUENO (Brasil, 1974).
Fotógrafa y artista visual, su producción se centra en fotografías digitales, imágenes, apropiaciones de archivos antiguos resignificados a través de inteligencia artificial. El hilo conductor de la investigación es su experiencia subjetiva como mujer/artista/madre neuro-divergente. Sus investigaciones artísticas están asociadas a lo extraño y lo inconsciente, mediante el uso de técnicas fotográficas experimentales con filtros, luces y distorsiones. Con este tipo de intervenciones, la artista busca un paso hacia su universo íntimo y personal, arrojando luz sobre cuestiones sobre la salud mental y los tabúes que tal tema implica. Chris Bueno es el artista invitado en esta edición de Agulha Revista de Cultura.

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