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Crítica, enseñanza y poesía.

por Clemencia Corte Velasco
Artículo publicado el 17/11/2006

Quintana Tejera, Luis (2005): El infinito olvido en la poética nerudiana del amor. (Análisis de Veinte poemas de amor y una canción desesperada). Santiago de Chile: Editorial Cuarto Propio.

Mucho se ha hablado sobre el papel del crítico literario, desafortunadamente, más en contra que a favor. De forma peyorativa se ha tachado al crítico de escritor frustrado para tratar de justificar sus agrios juicios descalificativos sobre una obra en particular. Negro panorama para la crítica, palabra a la que comúnmente se le atribuye un significado negativo. Al hablar de crítica pensamos en resaltar los errores y deficiencias de una obra en cuestión; rara vez pensamos que, simple y llanamente, el significado de esta palabra es la de emitir un juicio y no necesariamente éste tiene que ser negativo. Existe la crítica a favor o encomiable, pero claro, para este tipo de crítica existen otras palabras como panegírico, laudatorio, encomiástico, tal vez pocas veces usadas.

Me he ido a los extremos, precisamente para resaltar la dificultad de emitir un juicio valorativo, equilibrado y objetivo. Uno de los críticos mexicanos que han ejercido con toda seriedad esta difícil tarea es Ignacio Trejo Fuentes. Su amplia experiencia, de casi treinta años como crítico, lo ha llevado a considerar tres tipos de crítica literaria: la crítica investigación, la de creación y la periodística (1).

La crítica investigación es aquella que ejerce un académico. Esta crítica se desarrolla mediante el estudio y la investigación basados en una metodología rigurosa. La crítica creación puede seguir los lineamientos de la anterior, pero en ella el crítico no se rige totalmente por la metodología sino que desarrolla un trabajo creativo, develador y muchas veces superior a la obra que analiza. Este tipo de crítica es realmente difícil: ¿Qué se podría agregar a lo ya dicho por el poeta y sobre todo cuando parece que ya no hay más que decir sobre el poeta y su obra? De alguna forma, el estudioso y crítico de poesía acaba por transformarse un poco en poeta, si no es que ya lo era. Así tiene que ser para lograr entender el poema y luego crear un metalenguaje que transmita a otros su sentido implícito. Finalmente, la crítica periodística exige brevedad y concisión en el estudio de obras de actualidad con el fin de orientar a un público lector.

No me sorprendería que el doctor Luis Quintana Tejera haya ejercido este último tipo de crítica, pero es indudable que su campo de acción pertenece a los primeros tipos de crítica literaria.

El infinito olvido en la poética nerudiana  del amor. (Análisis de Veinte poemas de amor y una canción desesperada) es un estudio exhaustivo de la obra juvenil más conocida del poeta chileno. El estudio está basado en el análisis métrico, retórico, estilístico, intertextual y en la investigación sobre los estudios y críticas previas de Veinte poemas de amor y una canción desesperada (2). Además de la introducción y conclusiones, el libro consta de cuatro capítulos en los que, respectivamente, su autor nos ofrece una síntesis crítica de los veintiún poemas, nos habla sobre las generalidades en torno a la obra de Neruda, resume los factores más o menos constantes desde el punto de vista métrico que se encuentran en la obra estudiada y, por último y como parte central de su obra, realiza un análisis literario de dicha obra nerudiana. Con sumo detalle, el doctor Luis Quintana Tejera analiza e interpreta cada uno de los poemas; no sólo nos ilustra sobre las cuestiones básicas en las que todo análisis de cualquier obra literaria debe basarse: ¿qué dice el poeta y cómo lo dice? También nos instruye, a manera de recordatorio en notas de pie de página y en el capítulo titulado “Nociones de versificación en Veinte poemas de amor…” sobre algunas definiciones de términos apropiados para el análisis métrico, retórico y estilístico mencionados en las explicaciones de los análisis de los poemas. Dicho aporte de Quintana Tejera me parece doblemente eficaz. Antes que nada muestra su madurez analítica al explicar las virtudes y potencias de la obra analizada a partir de su estructura verbal, procedimiento que muchos críticos y estudiosos del tema evitan al preferir abordar el texto desde otras perspectivas tales como sentido, lógica temporal, personajes, tendencia, escuela o periodo, entre otras, que si bien son pertinentes, no constituyen la base sobre la cual se edifica el poema: las palabras que forman cada verso.

Por otro lado, las escrupulosas aclaraciones y explicaciones de Quintana Tejera representan un material de apoyo invaluable para el maestro y el estudiante de análisis literario. La lectura de El infinito olvido en la poética nerudiana del amor trajo a mi mente aquellas preguntas que en algún momento quienes estamos involucrados en la labor docente nos hemos hecho: ¿Cómo acercar al estudiante a la literatura?, ¿Cómo ayudar a los estudiantes a expresar y razonar una obra literaria?, ¿Cómo enseñar al estudiante a analizar un poema? Tal vez recordé dichas preguntas porque el libro de Quintana Tejera en buena medida las responde.

La respuesta a la primera pregunta, ¿Cómo acercar al estudiante a la literatura?, quizás sea sencilla: demos a los estudiantes obras de su interés. En este aspecto, el poemario de Neruda, obra de su juventud, conmoverá y tocará alguna fibra sensible de nuestros alumnos.

Pablo Neruda se refiera a esta obra en sus memorias Confieso que he vivido(3) en los siguientes términos:

Los Veinte poemas de amor y una canción desesperada son un libro doloroso y pastoril que contiene mis más atormentadas pasiones adolescentes, mezcladas con la naturaleza arrolladora del sur de mi patria. Es un libro que amo porque a pesar de su aguda melancolía está presente en él el goce de la existencia. Me ayudaron a escribirlo un río y su desembocadura: el río Imperial. Los “Veinte poemas” son el romance de Santiago, con las calles estudiantiles, la universidad y el olor a madreselva del amor compartido (1974:56)

El poemario toca uno de los principales temas de la literatura universal: el amor, y ¿quién no desde su adolescencia ha experimentado este sentimiento o al menos sueña con él?

Ahora bien, las respuestas a la segunda y tercera preguntas las tendremos si enseñamos a los estudiantes no sólo las herramientas necesarias del análisis métrico y retórico, sino también a cuestionar las obras, a hacerles preguntas pertinentes. El ejemplo nos lo da el doctor Luis Quintana Tejera quien con una prosa clara, sencilla y directa nos acerca a la poética nerudiana. “La poética de los Veinte poemas –dice Quintana Tejera- resulta definida por su calidad, por la expresión gallarda del idioma, por la ubicación y el desarrollo ético adecuado que nos aleja por completo de la mediocridad y de las formas grotescas que en nada ayudan a nuestra cansada lengua” (2205:192)

La lectura de los Veinte poemas de amor y una canción desesperada nos conduce a uno de los mundos poéticos de Neruda: al recuerdo y la nostalgia que rodean sus amores juveniles. Con la lectura de este poemario podremos constatar con el poeta que “Es tan corto el amor, y es tan largo el olvido”; podremos sentir la ansiedad de “la delirante juventud de la abeja” que, ebria de miel, zumba en nuestra alma; podremos ser testigos del canto del poeta hacia su amada bajo circunstancias diversas:

“Mariposa morena dulce y definitiva
como el trigal y el sol, la amapola y el agua”. (Poema 19:104)

“Me miran con tus ojos las estrellas más grandes.
Y como yo te amo, los pinos en el viento,
quieren cantar tu nombre con sus hojas de alambre”. (Poema 18:99)
“Apegada a mis brazos como una enredadera,
las hojas recogían tu voz lenta y en calma.
Hoguera de estupor en que mi ser ardía.
Dulce jacinto azul torcido sobre mi alma”. (Poema 6:39)
“Era la negra, negra la soledad de las islas,
y allí, mujer de amor, me acogieron tus brazos.
Era la sed y el hambre, y tú fuiste la fruta.
Era el duelo y las ruinas, y tú fuiste el milagro”. (Canción: 115-116)
También podremos ser testigos de la soledad del poeta cuando pierde a su amada:
“Pensando, enredando sombras en al profunda soledad.
Tú también estás lejos, ¡ah!, más lejos que nadie.
Pensando, soltando pájaros, desvaneciendo imágenes,
enterrando lámparas”. (Poema 17:91)

Quintana Tejera afirma que “el auténtico motivo central de todo el libro {el de Neruda} es el recuerdo; éste va y viene por las páginas, se hace muy vivo a veces y se difumina otras, casi hasta desaparecer” (2005:31). ¿Por qué no entonces acompañar al poeta en sus recuerdos y leer o releer estos poemas? Les invito a internarnos en este infinito laberinto de sentimientos encontrados, que caracterizan la obra de Neruda, bajo la guía del doctor Luis Quintana Tejera.

 

NOTAS _____
1. Trejo Fuentes, Ignacio (2000): “Mi experiencia como crítico literario” en Los críticos y la crítica literaria en México, Puebla, México: H. Ayuntamiento de Puebla, BUAP, Facultad de Filosofía y Letras.
2. Neruda, Pablo (1989): Veinte poemas de amor  y una canción desesperada. 10ª ed. México: Editores mexicanos unidos. Las referencias a esta obra se harán sobre esta edición.
3. Neruda Pablo (1974): Confieso que he vivido. Barcelona: Círculo de lectores, S. A.
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