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“Elegía” (1922): desastre y forma en Salomón de la Selva.

por Melany Vega Chavarría
Artículo publicado el 28/02/2021

 “La bala que me hiera
será bala con alma.”
Salomón de la Selva (1922)

 

 

El-Soldado-DesconocidoPortada de El Soldado Desconocido
Editorial CVLTVRA, México, 1922, con la ilustración del artista mexicano Diego Rivera.

 

Resumen
Este artículo expone un análisis estructuralista del poema “Elegía”, del poemario El soldado desconocido (1922) de Salomón de la Selva. El objetivo es detallar los elementos de experimentación formal empleados para expresar los efectos de la guerra, a partir de propuesta teórico-metodológica de López Casanova (1994). El análisis revela que en “Elegía” se emplea la fragmentación y la desfamiliarización para recrear el ambiente bélico y el trauma en el individuo.

Palabras clave: Salomón de la Selva, El soldado desconocido, literatura nicaragüense, literatura centroamericana, literatura vanguardista.

 

Introducción
La crítica dedicada a la poesía en Centroamérica suele subrayar que, en esta parte del continente americano, la experiencia vanguardista no tuvo gran éxito, con excepción de Nicaragua. A propósito, Verani escribe: “En Centroamérica, el vanguardismo muestra desarrollo unitario e ideario colectivo en un solo país: Nicaragua” (qtd. en Bellini, 2008, §1). A pesar de que no es posible extender un manto homogeneizador, las vanguardias nicaragüenses se caracterizaron por la experimentación formal y el uso de recursos como la fragmentación y la desfamiliarización, en su afán por superar o resignificar la tradición. El primer recurso supone el uso de imágenes inconexas y un registro más cercano al conversacional; el segundo, por su parte, atiende a la construcción de relaciones inusuales o insólitas entre significante y significado, para expresar otro lado del signo y de la realidad aludida.

Salomón de la Selva (1893-1959), de quien trata este ensayo, fue poeta, político, diplomático y, además, tras la muerte del gran vate Rubén Darío, llegó a ser uno de Los Tres Grandes de la literatura nicaragüense junto con Alfonso Cortés (1893-1969) y el clérigo Azarías H. Pallais (1884-1954). En su poemario El soldado desconocido (1922), uno de los más representativos de la actitud antibélica de la lírica centroamericana, los recursos formales de vanguardia anteriormente mencionados están al servicio de una concepción sobre la vida y la muerte que da cuenta del ambiente hórrido de la guerra (Chen Sham, 2012, p. 318).

En las siguientes páginas se expondrá un análisis estructuralista del poema “Elegía”, del poemario El soldado desconocido (1922) de Salomón de la Selva, con el fin de detallar los elementos de experimentación formal empleados para expresar los efectos del desastre bélico en el individuo. Se partirá de la propuesta teórico-metodológica de López Casanova (1994), la cual contempla la existencia de dos planos en el texto poético: el plano de la representación y el plano de la figuración. En este ensayo, se abordarán, por un lado, el esquema temático, la actorialización lírica, el modelo compositivo y la estructura climática, correspondientes al plano de la representación; y por otro lado, las figuras pragmáticas, correspondientes al plano de la figuración.

El plano de la representación
En “Elegía”, el esquema temático se encuentra dominado por la guerra como tema; tal vector se diseña, a su vez, en un motivo nuclear: el relato experiencial del soldado sobre la muerte de su compañero –ya desde el título podemos pronosticar esto, pues la elegía es una composición poética empleada para lamentar la muerte de una persona u otra desgracia– y el desarrollo poemático es consistente con este motivo. Sin embargo, el poema fija cuatro unidades temáticas (UT):

La UT1 comprende la primera estrofa y es la que condensa el motivo del poema; para comprobarlo, basta con mencionar la crudeza del primer verso: “Mi compañero ha muerto” (p. 61), y con esta misma economía estilística la voz lírica cuenta cómo ocurrió el terrible evento: “La confusión en el asalto / nos separó un momento. / ¡un momento, y ahora es para siempre!” (p. 61). Este registro conversacional constituye un recurso de la fragmentación con el que el poeta se distancia y presenta el evento funesto; esta forma de enunciar la angustia, el sufrimiento y el dolor también supone un recurso desfamiliarizador, pues la muerte violenta de un ser amado en el asalto de una batalla aparece ante los ojos del lector como una brevísima frase, pero también como golpe frontal.

La UT2 comprende el grupo estrófico conformado por la segunda y tercera estrofa, en las cuales el soldado se lamenta, expone su dolor con recato, pues el ambiente de “hombría” tradicional y recalcitrante de la milicia impone a sus hombres una actitud hermética e inexpresiva: “Quiero estar solo, / escondido de todas las miradas / para decir mi queja” (p. 61). La UT3, por su parte, comprende la cuarta y quinta estrofa e introduce recuerdos fragmentarios sobre el compañero en vida que, como se verá adelante, coincide con tramos distencionales de la estructura poemática en las que el recuerdo enternecedor brinda cierta calma: “tus ojos rebosaban cariño / y tu rostro / se inundaba de rubores” (p. 62).

Finalmente, la UT4 la conforma la sexta estrofa; esta unidad está dedicada a la queja por el futuro frustrado, pues el soldado reniega de la muerte y del destino de la doncella que tendrá que enfrentar la pérdida del soldado: “¿Dónde estará la doncella– / […] a quien tu beso, tu beso y no el de otro, / debiera haber fecundizado?” (p. 62).

La actorialización lírica del poema, por su parte, se basa en la tensión sujeto-objeto adscrita a la esfera vivencial; el primer actor lírico (A1) lo constituye el soldado de guerra, sujeto desarraigado (ejemplo de esto son la confusión en el asalto y la imposibilidad de expresar); y el segundo actor lírico (A2), el cual aparece como actor-objeto, lo constituye el compañero muerto.

Los constituyentes de los actores poemáticos apuntan a un modus operandi de dos figuras, camaradas de guerra, compañeros de batalla, hermanos ante la situación de vida y muerte en la que se encuentran. Sobre la relación que se construye entre soldados, Peláez (2016) en una entrevista a Scotty Bowers, veterano paracaidista del Cuerpo de Marines del Ejército de los Estados Unidos, menciona que escoger a un buen compañero o “buddy” era, literalmente, vital para estar en el campo de batalla: “Necesitabas a alguien de quien pudieses depender y que dependiese de ti” (§10), y esta dependencia es justamente la que revela la voz lírica, su compañero ha muerto y ahora él ha quedado incompleto, indefenso, sin el apoyo con el que lograba hacer frente al pesado ambiente de la guerra: “¡Hermano y más que hermano! / Ahora que me faltas / doblemente me pesan los arreos” (pp. 61-62).

El modus essendi se despliega principalmente sobre el soldado muerto, la voz lírica describe sus ojos rebosantes de cariño, su rostro ruborizado y su mirada dulce; todas estas descripciones bien podrían apuntar a la existencia de una dimensión homoerótica en el vínculo de ambos soldados, la cual se refuerza en versos como: “Tu mirada / era más dulce que el sueño y más consoladora, / y era mejor que el baile con mujeres / luchar contigo cuando helaba, / sentir tu aliento puro en las mejillas / y tu púgil vibrar en todo el cuerpo” (p. 62). Peláez (2016, §2) también hace referencia a las usuales prácticas homoeróticas y de camaradería entre soldados, en su artículo se menciona que es muy difícil, para quienes nunca han ido a la guerra, comprender el tipo de vínculo único que puede formarse entre dos soldados, entre dos hombres que han estado de cara frente a la muerte y que han conseguido salvar su vida mano a mano. En esta línea, el poema responde a una experiencia de los límites y de la fragilidad que impone la guerra, ante las cuales el soldado, como ser humano, agudiza lazos físicos y afectivos entre sus pares para poder sobrevivir. Tras la pérdida de su compañero, pilar de su fuerza y carácter, el sujeto poemático establece una relación actorial con un proceso de adquisición frustrado, pues su privación o desposesión no puede ser solucionada en tanto lo que lo separa de su amigo es la propia muerte.

Con respecto al modelo compositivo, el impulso constructivo del poema sigue una estructura lineal. El tema de la guerra, el vector dominante, es la base de todo el poema, y sobre esta aparece también de forma medular el motivo de la muerte del ser amado; el yo de privación levanta un lamento por la muerte violenta de su compañero y se queja de dolor y nostalgia ante la imposibilidad de recuperarlo. La distribución de 4 unidades, no idénticas, pero no altamente disímiles, la conforman: [A1] la muerte como motivo de dolor; [A2] el lamento; [A3] el recuerdo doloroso; y [A4] la queja por el futuro frustrado. La línea de tensión climática, por su parte, corresponde a la forma CLÍMAX-anticlímax-CLÍMAX-anticlímax final; la primera estrofa contiene el CLÍMAX inicial, pues esta recoge el motivo del poema con una crudeza condensatoria: la muerte del compañero amado en garras de la guerra, el instante funesto de la separación por el caos del asalto que provoca la alteración y confusión de los sentidos, la necesidad de retirarse de todos, de evadir físicamente las miradas virilizantes que sancionan el derrumbamiento emocional para entregarse al duelo. El sujeto actor se mueve hacia el lamento en la segunda estrofa, lo cual marca un momento distencional en el que la voz lírica alude a la relación simbiótica con su camarada, la pérdida supone una alteración en su propio funcionamiento como soldado, está incompleto: “¿Cómo puede seguir en la pelea / si me había vestido de valor / sólo porque jamás en su presencia / me atreví a desnudar / la natural flaqueza de mi espíritu?” (p. 61). El segundo punto climático aparece en la tercera estrofa, la línea ascendente se marca mediante el clamor del yo de desposesión; la existencia y los trabajos de la guerra se tornan doblemente pesados e insoportables, hasta el punto en el que la voz cuestiona si su estado de sufrimiento se debe a que quizá es él quien ha muerto y no su compañero. Finalmente, la distensión anticlimática se presenta en las siguientes 3 estrofas, en las cuales el yo poemático se entrega al recuerdo doloroso, menos intenso, y a la reconstrucción del posible futuro que esperaba a su amigo.

El plano de la figuración
Para finalizar, dedicaremos unas líneas a las figuras pragmáticas en el plano de la figuración. Del juego de relaciones entre el “hablante-tú” / “enunciado” se identifica una segunda variante apostrófica, pues se patentiza un claro tú lírico, un receptor interno representado onomástica o pronominalmente, pero, además, el hablante se incrusta en forma de primera persona, un yo que se devela como actor-sujeto lírico, de modo que en el enunciado se desarrolla una tensión “yo (S1) – tú (S2)”: “¡Si serás tú el que vive, yo el que ha muerto!” (p. 62). En “Elegía” el sujeto lírico de desposesión y de desarraigo existencial apostrofa a su compañero muerto, se despliega la función apelativa del poema, que da paso a la función patética de la forma lírica elegíaca en la que el sujeto-actor se lamenta ante la pérdida, sufre ante la impotencia de entregarse plenamente al dolor que lo abate, sufre ante la imposibilidad de hacer efectivo el duelo.

Conclusión
Así pues, tras analizar el poema “Elegía”, del poemario El soldado desconocido (1922) de Salomón de la Selva desde la propuesta estructuralista de López Casanova (1994), se detalla el uso de recursos de experimentación formal como la fragmentación y la desfamiliarización para expresar los efectos de la guerra. El poeta representa lo no habitual, la crudeza y violencia del campo de batalla y los efectos traumáticos en los combatientes, a través de un lenguaje diáfano, sencillo, coloquial, lo cual ya supone una asociación poco usual, desfamiliarizadora, entre el lenguaje y lo referido; todo esto, a fin de incidir en la percepción que sobre la guerra tiene el lector, y de llevarlo a experimentar sensaciones crudas, inéditas y desconcertantes a través de las posibilidades del texto poético.

Bibliografía
Bellini, G. (2008). Notas sobre la evolución de las vanguardias en Centroamérica: Nicaragua. Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes. http://www.cervantesvirtual.com/obra-visor/notas-sobre-la-evolucion-de-las-vanguardias-en-centroamerica-nicaragua–0/html/90e25db8-6e2a-49c0-a46b-d16ed80dac24_7.html
Chen Sham, J. (2012). Efecto de la desfamiliarización en la experiencia de la guerra: El soldado desconocido de Salomón de la Selva. En F. H. Ospina (Ed.), La comunicación de la belleza a través de la palabra: Su actor y su receptor. Actas del VI Encuentro Mesoamericano “Escritura-Cultura” y el Coloqui “Escritoras y Escritores Latinoamericanos” (pp. 318-339). Promesa.
De la Selva, S. (1971). Elegía. En El soldado Desconocido (pp. 61-63). EDUCA.
López Casanova, A. (1994). El texto poético: teoría y metodología. Ediciones Colegio de España.
Rivera, D. (1922). [Imagen de portada]. El soldado Desconocido. Editorial CVLTVRA, México. https://issuu.com/tempusedaxrerum/docs/el_soldado_desconocido
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