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La vida colombiana (Sin Remedio, de Antonio Caballero).

por Ernesto Gómez Mendoza
Artículo publicado el 28/03/2007

En el momento de su publicación hace 25 años Sin Remedio fue más bien inadvertida como obra de ficción clave para la construcción de la novela en Colombia, un proceso que continua abierto e indefinido y que marcha en forma tortuosa y vacilante desde hace 90 años, si le conferimos a la redacción de La Vorágine la categoría de punto de partida top-zaymov.ru.

En aquel momento Sin Remedio al igual que tantos hechos de la literatura colombiana sufre las implicaciones de la pobreza de estructuras de recepción y crítica, mal endémico de la cultura colombiana.  Se registra periodísticamente como parte de  la “nueva novela”, todo un ejército de novelas que súbitamente, de igual manera que los yacimientos de carbón de El Cerrejón, viene a enriquecer al país. Era algo mucho más apasionante, y como tantas otras cosas de hondo significado que estaban sucediendo fue ignorada por el aparato ideológico-cultural. De alguna manera la red cultural (haciendo evidente su carácter rudimentario y limitado) se las arregló para no saludar lo que Sin Remedio representaba como oxigenación de la praxis literaria y crítica. No pudo tampoco apreciar su papel en relación con la “normalización” de la novela en tanto que movimiento específico dentro la práctica cultural. Por fin aparecía un artefacto novelístico bastante cercano al “canon” y aclaraba una serie de malentendidos y presunciones. No era poca la claridad que el libro hacía: entre otras cosas, dejaba muy claro lo vano que era desdeñar la estructura en lo que respecta a la novela, arraigada actitud que había provocado una enajenante proliferación de libros carente de toda intencionalidad y forma, algunos de un pretendido garciamarquismo que para colmo de males se equivocaban del todo respecto al inefable Gabo.

Hoy, después de un cuarto de siglo, el libro de Antonio Caballero tiene un aura de obra clave que no escapa a nadie. Y hay que alegrarse; es una de las pocas obras de ficción con un genio especial para aludir a la vida colombiana, carácter que debe estar presente en todo libro producido en Colombia, ya que obviando la vida colombiana la literatura no puede ser superior al periodismo mercantil cuya especialidad es hacerlo sistemáticamente.

Como opuesto de la inmovilidad y la mentira, la vida colombiana es un mundo pleno de presencias, paisaje, voces y formas. Es la refutación poderosa de las visiones sin carne ni sangre que se producen desde la muerte interior de un sector del país. Este fluir vital es patente primero que todo en nuestra historia, de una riqueza especial. El poder de esta eclosión incontenible de vida es indirectamente reconocido en los organizados esfuerzos de algunos intelectuales de derecha por abolir la historia colombiana y reducirla a una anécdota revisteril. Pero la vida en su movimiento interior profundo también representa un motivo superior para el pensamiento y la literatura, respecto al cual estamos esperando una evolución más explícita de la praxis literaria en Colombia y especialmente de la novela. Como resultado de este curioso divorcio entre vida y ficción novelesca la vida colombiana asoma apenas en los  lbros colombianos.

Sin Remedio es diferente, escapa a ese error reiterado de escribir sin referencia a los ríos profundos de la vida objetiva con toda su riqueza y esplendor. Parece partir de la desesperación de su autor y de su narrador por el simulacro y la alienación en los códigos, entre los cuales el de la lengua sobresale y hace que este relato sea una épica de cómo las personas en sus distintos roles eluden el compromiso y el control de su vida a través de varias retóricas. No recuerdo otro libro colombiano en que se logre articular a tal nivel la desesperación del individuo que sobrevive en los márgenes estrechos de posibilidad de una comunidad que rechaza las corriente de la vida. Es un hecho que debe ser tomado en su plena sentido, puesto que la desesperación es un contenido profundo de la vida colombiana, y se presenta en este país en una forma específica, digna de ocupar la atención de quienes funcionan, a través de la ficción,  como oráculos y conciencia de una comunidad.

Es propio de ese “espíritu objetivo” que llamamos Vida el desplegarse en múltiples y fluyentes formas y contenidos, de modo que el pensamiento y la acción siempre aluden a esa materia que se despliega en proceso continuo para producir entre tantas sustancias, el ser privilegiado que es el Sujeto, sin el cual no se puede dar ningún acontecer humano ni social. Aunque la colombiana es una historia marcada por los ensayos de despliegue de un Sujeto auténtico, esta particularidad no se refleja en la novela, que precisamente es la representación de los avatares del Sujeto por medios literarios. En las grandes novelas, este héroe universal sufre su brotar y su fluir en medio de condiciones y términos cuyos límites solo se determinan por los límites de la imaginación misma. En los libros colombianos, en cambio, el Sujeto es persona non grata en el promedio, se esquivan sus sutilezas y complejidades; carencia que subraya los logros de un libro como Sin Remedio,como  poner ante nuestros ojos que en novela la primera condición es contar con un sujeto, asiento y causa de la acción del relato por medio de su colección particular de motivos y por la carga de sugerencia que tiene como momento y figura del Espíritu. Es de su condición de sujetos, condición que Cervantes supo comprender y expresar, que el hidalgo y su escudero toman la universalidad y el rango de vigentes elementos novelescos. Por esa forma de “estar” es que pueden reflejar la vida pletórica de la cual hacen parte, la vida hispánica.

Desplegado en miríadas de partículas atómicas en la historia inmediata, en las volutas y curvas de la vida siempre empezada y cíclica, el Sujeto colombiano espera su oportunidad en la literatura y en libros como Sin Remedio nos brinda las luces iniciales de su amanecer. De allí deriva la importancia y  el aura de objeto clave de dicho libro dentro del proceso de formación de la novela colombiana.

 

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Un comentario

Cómo es la forma de vida,

Por popo el día 19/01/2013 a las 14:34. Responder #

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Requerido.

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