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Muerte e introspección en la poesía de Alfonsina Storni : una lectura a 70 años de su fallecimiento.

por Elizabeth Richter
Artículo publicado el 24/07/2007

Te vas alfonsina con tu soledad
Que poemas nuevos fuiste a buscar…?
Una voz antigua de viento y de sal
Te requiebra el alma y la esta llevando
Y te vas hacia allá como en sueños,
Dormida, alfonsina, vestida de mar…
(Félix Luna , Alfonsina y el Mar)

 

Al cumplirse 70 años desde el fallecimiento de la poeta y escritora argentina Alfonsina Storni (1892- 1938), resulta  interesante hacer una relectura de su obra poética, particularmente a través de uno de sus temas preferentes: la presencia de la muerte como emperatriz de su mundo interior.

La poesía de alfonsina Storni nos muestra un universo de metáforas descarnadas y  profundos ejercicios de introspección   que  la convierten en una viajera de si misma.  Su discurso se articula desde su propio mundo, un mar turbulento que se expresa dando a luz una poesía que cautiva por ser intensa, rotunda y desgarrada.

En resumidas cuentas, Alfonsina Storni expresó en su obra poética una gran cantidad de estados del alma,  como si a través del lenguaje pudiera pintar el miedo, el dolor inclusive la muerte.

Es ésta característica de su obra lo que se pretende rescatar en el presente artículo, abordando principalmente el tema de la muerte y cómo se manifiesta  en sus introspecciones a través de una aproximación a cuatro  poemas: versos otoñales, presentimiento, melancolía  y Voy a dormir, este último escrito antes de suicidarse.

Primeramente cabe mencionar que la autora tuvo una vida marcada por el dolor y la muerte, un cáncer mamario la condena desde muy joven por lo cual su poesía está en gran parte teñida de una espera del momento final que va cambiando, evolucionando en el tiempo y es a partir de sus introspecciones poéticas que nosotros, sus lectores, podemos conocer y conectarnos con los capítulos y las etapas de su espera.  Por ejemplo, en  el poema “versos otoñales” nos muestra una declaración de incomprensión frente al ocaso de la vida:

¡Que curioso destino! Me ha golpeado a las
puertas en plena primavera para brindarme nieve
y mis manos se hielan bajo la presión leve
de cien rosas azules sobre sus dedos muertas.
(Versos otoñales)

En estos versos Alfonsina  deja entrever un estado de vejez espiritual manifestado en su cuerpo como un recipiente de las aguas frías y del hielo que bañan su alma envejecida por una muerte inminente y dolorosa. Frente a su ocaso anunciado  su voz  se  revela y no comprende por qué el alma debe ceder ante el cuerpo y por qué debe dejarse asesinar por la materia finita, la cual, es  cárcel  de su continente interior que clama por vivir y continuar contemplando el mundo y   buscando la plenitud del amor (esta búsqueda fue parte importante en la vida de la poetiza). En este sentido, se presenta una contienda en la cual la esencia se niega a ser arrastrada por el fin de la materia. En los siguientes versos vemos un cuestionamiento al destino, acompañado de un profundo clamor por su amenazada vida:

¡Pero yo me rebelo!…¿ Cómo esta forma humana
que costó a la materia tantas transformaciones
me mata, pecho adentro, todas las ilusiones
y me brinda la noche casi en plena mañana?
(Versos otoñales)

En su mundo,  en cuyo aire se respiraba la muerte,  alfonsina escribe de la forma en que  quiere llegar a ese momento, es decir, como es que quiere que terminen sus días materiales. El poema “presentimiento” nos habla de un naciente conformismo frente a la muerte (“pero sin una queja, sin asomo de horror”) y luego en su introspección  nos describe un día despejado pleno de sol y de vida para que sea testigo de su dulce despedida:

Para acabarme quiero que una tarde sin nubes,
Bajo el límpido sol,
Nazca de un gran jazmín una víbora blanca
Que dulce, dulcemente, me pique el corazón
(Presentimiento)

Llama la atención que utilice la expresión “para acabarme quiero…” ya que con esto nos esta adelantando sus planes de suicidio. Su negación hacia el dominio del destino la lleva a pensar y a crear su propia muerte como también a su asesina, su anhelo es morir dulcemente, no quiere ser arrebatada ni violentada por el destino.

La dura vida de alfonsina Storni, el desamor, el desapruebo social , una enfermedad mortal y nervios en extremo frágiles la llevan a un nuevo estado, a la contemplación de la muerte como descanso. Este sentimiento se expresa en una declaración hacia la muerte misma en el poema “melancolía” especialmente en los primeros versos su deseo se exterioriza claramente:

Oh muerte, Yo te amo, pero te adoro, vida…
Cuando vaya en mi caja para siempre dormida,
Haz que por vez postrera
Penetre mis pupilas el sol de primavera.
(Melancolía)

Alfonsina aprende a amar la muerte como espacio de descanso eterno, la comprende como un nuevo estadio de su existencia. Pero su amor a la vida es mucho mas profundo, tanto que se torna en una veneración a lo vivo, es así como sus ruegos a la muerte son que permita que la vida, la luz, penetre en sus pupilas cerradas e  inertes,  cuando estas por si solas no puedan captar la luz de lo vivo , cuando finalmente se traslade a su morada definitiva, un cajón, un lecho para descansar. El poema continúa diciendo:

No me asusta el descanso, hace bien el reposo,
Pero antes que me bese el viajero piadoso
Que todas las mañanas,
Alegre como un niño, llegaba a mis ventanas.
(Melancolía)

En estos versos podemos encontrar a una Alfonsina mucho mas preparada para enfrentar la muerte, sus sentimientos hacia ella son mucho mas claros, ha dejado atrás los cuestionamientos, la ha aceptado y ha comenzado a amarla a hacerla suya.

Finalmente el soneto  Voy a dormir marca la partida definitivay su actitud final frente  a la muerte, esta vez el poema no es un viaje a su interior, sino que es un viaje hacia la madre tierra, nodriza de su alma y de su mundo. Al leer este poema nos da la impresión de que la voz fuera mucho mas débil, ya no es un clamor sino mas bien un susurro de un cuerpo que pierde la fuerza. Alfonsina sostiene una última conversación y le pide a la madre nutricia que prepare el lecho que ha de ocupar por la eternidad:

Voy a dormir, nodriza mía, acuéstame.
Ponme una lámpara a la cabecera;
Una constelación, la que te guste;
Todas son buenas: bájala un poquito.
(Voy a dormir)

Este segundo cuarteto es una emotiva entrega  que nos anuncia su decisión de morir dulcemente y destruir el temor a la muerte inesperada.

Como vemos en estos poemas de Alfonsina Storni el tema de la muerte se manifiesta de múltiples formas, temor, rebeldía, aceptación, amor y  finalmente entrega. Este es  el camino que recorre su  alma, ese continente interior,  desde donde provenían los poemas de Alfonsina , ese estadio bombardeado por el amor doloroso y desdichado por el juicio amargo que se hizo hacia su obra y hacia la traición de su cuerpo que la condenó a una vida corta y plena de temores.  Esto sumado a la sensibilidad femenina constituye  un perfecto caldo de cultivo para la los versos mas hermosos, desgarrados, intensos,  pero a la vez susurrantes, temerosos  retratos de un viaje anterior, testimonios del camino que recorre el espíritu hacia el encuentro con la muerte.

 

Bibliografía
Storni, Alfonsina. Antología poética.  Buenos Aires : Losada, 1956.
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Un comentario

la verdad les juro que no puedo creer esto de una gran poeta, me entristece tanto que no tengo palabras los amo mis fanss!!

Por alejandro sans el día 04/07/2012 a las 19:39. Responder #

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Requerido.

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