EN EL MUNDO DE LAS LETRAS, LA PALABRA, LAS IDEAS Y LOS IDEALES
REVISTA LATINOAMERICANA DE ENSAYO FUNDADA EN SANTIAGO DE CHILE EN 1997 | AÑO XXVIII
PORTADA | PUBLICAR EN ESTE SITIO | AUTOR@S | ARCHIVO GENERAL | CONTACTO | ACERCA DE | ESTADISTICAS | HACER UN APORTE

— VER EXTRACTOS DE TODOS LOS ARTICULOS PUBLICADOS A LA FECHA —Artículo destacado


Oliver Welden, el otro poeta de Chile

por Roger Jones
Artículo publicado el 24/07/2009

Traducción de Host Publications

Love Hound (Perro del amor) de Oliver Welden, traducido por Dave Oliphant (Nueva York – Austin: Host Publications, 2006). Crítica publicada en Texas Books in Review (Vol. XXVII,  No. 4, Winter 2007-2008).

 

Oliver Welden es un poeta chileno, nacido en 1946, cuya poesía atrajo la atención del mundo literario de su país a fines de la década de los 60 con la publicación de su poemario Perro del amor.  El traductor Dave Oliphant explica, en la introducción al libro, que el ascenso literario de Welden fue interrumpido en 1973 por las convulsiones políticas de su país, que culminaron en septiembre de ese año con el derrocamiento del gobierno de Salvador Allende por las fuerzas de Augusto Pinochet respaldadas por la CIA, lo que empujó a Welden al exilio en un lugar tan inverosímil como Alabama.  Aunque Welden continuó escribiendo, como señala Oliphant, ya no volvió a publicar hasta que en el año 2005 comenzaron a aparecer algunos selectos poemas.  Así, con esta traducción al inglés de Perro del Amor, Oliphant mantiene vigente esta pequeña  pero efectiva joya literaria que nos recuerda por qué Welden atrajo tanto la atención en su tiempo.

Todo poeta chileno labora en la colosal sombra de Pablo Neruda, uno de los más grandes poetas del siglo XX.  Afortunadamente para Welden, su estilo es tan diferente al de Neruda que cualquier comparación inicial es rápidamente desechada.  Mientras que Neruda es volcánico, profusamente verbal y público, la obra de Welden es casi completamente lo opuesto.  Al leer su poesía comencé a asociarla como una versión chilena de la corriente poética de la Imagen Profunda de Robert Bly o de James Wright, a comienzos de la década de los 60: breve, lacónica, de poemas intensamente personales, con un hilo confesional entretejido en un severo surrealismo.

En la introducción se lee este logrado resumen del libro: “Hernán Loyola definióPerro del amor como una poesía que llena de fuerza lírica las aparentemente más intrascendentes y triviales anécdotas. El crítico resumió las tres secciones del libro explicando que, primero, presenta una trágica dimensión en cuanto a la soledad, el suicidio y el asesinato; segundo, la atmósfera existente dentro de una familia degradada; y, tercero, a través de un estilo parco y sin ambages, la poderosa densidad emocional de lo erótico. Por su parte, Jorge Teillier escribió que la poesía “negra” de Welden refleja la búsqueda desesperada de sí mismo de un adolescente, expresada a través de una dicción despiadada, concisa como un epitafio”.

El poema inicial del libro, “Credenciales”, es un ejemplo de hacia donde conducirá, ulteriormente, el resto de los poemas:  “Fulano de Tal, de infeliz memoria,/ acogido al desencanto y criado en la impostura,/ revela aquí su amargura/ y expone, paso a paso, su conducta perentoria,/mientras se sube a la silla/ y al cuello se ajusta la soga.  En el piso, señor juez, la carta justificatoria,/ otra a su esposa, otra a su madre/ y en alguna parte de la casa/ el teléfono que llama, brevemente,/ demasiado tarde”.

El texto nos da sólo lo suficiente para crear la más rápida de las impresiones.  Aunque está planteado como una descripción externa de una escena doméstica -el suicidio de un individuo no identificado- el poema es, en realidad, un paisaje interior, una descripción de soledad psíquica donde el poeta es, a la vez, una víctima suicida y el portavoz de esa víctima.

La mayoría de los poemas que siguen son de vena similar.  Presenciamos escenas interiores donde no ocurre nada, pero que indican que ya han ocurrido cosas trágicas (en especial sucesos de la familia).  El mundo creado está traspasado de una profunda disfuncionalidad.  Es fácil entenderlo como una consecuencia de un poeta de veinte años de edad, una época de la vida típicamente caracterizada por estados de extrema soledad, ansiedad familiar y hasta alienación, a menudo combinado con la ira y el deseo erótico.  Recordamos, por ejemplo, la poesía temprana de Neruda, en su Residencia en la tierra, marcada por un denso surrealismo, alienación y la fuerte representación que hace el poeta de su parálisis cultural y personal. La poesía erótica de Welden tiene esa misma fuerza de juventud y es, al mismo tiempo, estéticamente madura. Escribe en “Justina velocísima”:“Buenas noches, Justina,/ hoy he venido a verte así es que déjame/ entrar para decirte que sé que estás sola/ y tanto tú como yo lo deseamos/ este amor con el que te desnudo/ y ahora poseo/ sobre la alfombra del hall, porque no ha habido tiempo/ para pasarme a tu cama/ u ocasión para decirte de otra manera/ te amo/ y hacer entonces lo mismo que hacemos ahora”.

A pesar de la nacionalidad chilena de Welden -y de la época más turbulenta de ese país a fines del último siglo-  esta es, fundamentalmente, una poesía que pudo haber sido escrita en cualquier parte, dados sus tópicos y experiencias universales.  Lo que la hace exitosa (y Oliphant merece un gran reconocimiento por sus traducciones atentas y no invasivas) yace en la elegancia de sus imágenes y expresiones, la desolación de las experiencias vertidas y el estilo minimalista que Welden utiliza.  Los lectores en Estados Unidos recordarán un estilo similar, de fines de la década de los 60, no sólo de los Imaginistas Profundos, sino también de Galway Kinnell en Body Rags y W.S. Merwin en The Lice.  De la misma manera en que esos títulos representaron una actualización del tema de La Tierra Baldía Norteamericana, Perro del amor entrega al lector una versión chilena.

 

Print Friendly, PDF & Email


Tweet



Un comentario

muito bom

Por welden el día 23/11/2011 a las 12:30. Responder #

Comentar

Requerido.

Requerido.




 


Critica.cl / subir ▴