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Carta abierta al empresario candidato, Sebastián Piñera

por Jaime Vieyra-Poseck
Artículo publicado el 02/01/2006

Entre broma y realidad -y en los primeros hay siempre algo de verdad- un llamado abierto a usted, señor empresario candidato que no político empresario: el ser humano ha dejado la época cuadrúpeda y ha pasado a la del bipedalismo hace ya bastante tiempo.

Y es que usted, que es ahora el candidato único de la derecha, pareciera no darse por enterado de que la eterna antinomia que ha corroído las relaciones entre trabajadores y empresarios ya está superada en el mundo posmoderno democrático; y que es posible que estos dos universos se entiendan y vivan en paz.

Y es que lo que ha pasado, señor empresario candidato, único de la derecha dura, y representante privilegiado del poder de facto que es en Chile el empresariado, ha sufrido de continuos ataques histéricos de pánico e incertidumbre por reformas tan esenciales en cualquier país civilizado, desarrollado y posmoderno, como el Estatuto de los Trabajadores o el Seguro de Desempleo.

Según todos los antecedentes que se tienen de su trayectoria como empresario, señor Sebastián Piñera, todavía usted cree en lo viejos antagonismos apocalípticos en que trabajadores y empresarios se veían como irreconciliables, como lo opuesto, como el bien y el mal, como el ángel y el diablo, dependiendo del lado en que se estaba, y pareciera no haberse dado cuenta que esta visión está absolutamente caduca y obsoleta. Esta posición totalitaria, imposibilitada para hacer concesiones a los matices, y menos a lograr consensos y acuerdos, es una fiesta de la desinteligencia. Pero pareciera, señor Sebastián Piñera que usted y la UDI -que es en definitiva quien corta el queso en la Alianza- continúan viendo las relaciones de poder bajo el mismo prisma del viejo orden, lleno de dogmas y contradicciones que fue el mundo polarizado de las relaciones entre trabajadores y empresarios.

Usted, señor empresario candidato Sebastián Piñera y la clase empresarial a la que pertenece como figura privilegiada, la cual es una verdadera empresa ideológica ultra conservadora y demasiado cercana al pinochetismo, todavía cree que el mundo se rige, casi en su totalidad, por la lucha de clases y el antagonismo excluyente en el diálogo social. Y más aún, presenta una verdadera paradoja tragicómica: esta visión es tan dogmática, totalitaria y absolutista como lo fue el mundo del comunismo real durante gran parte del siglo pasado.

Señor Sebastián Piñera, un verdadero empresario debe contribuir a generar prosperidad y justicia social como fundamento de su ética empresarial, independientemente del partido político que gobierne, o al partido político al que pertenezca, y establecer un desarrollo permanente de la democracia social y económica de su país.

No me parece adecuado que usted, señor Sebastián Piñera, un empresario multimillonario llegue al poder ejecutivo. Las experiencias históricas así lo demuestran en los últimos años. Ni Bush ni Berlusconi, furibundos empresarios como usted, han gobernado para las grandes mayorías y, menos, han contribuido al entendimiento entre trabajadores y empresarios. Han defendido siempre los intereses corporativistas, o sea, los propios.

Para terminar le propongo, señor Sebastián Piñera, un Manual de Instrucciones Para Alcanzar la Posmodernidad Democrática.

PRIMERO: Todo persona, como miembro de la sociedad, tiene derecho a la seguridad social, y a obtener, mediante el esfuerzo nacional y la cooperación internacional, habida cuenta de la organización y los recursos de cada Estado, la satisfacción de los derechos económicos, sociales y culturales, indispensables a su dignidad y al libre desarrollo de su personalidad.

SEGUNDO: 1. Toda persona tiene derecho al trabajo, a la libre elección de su trabajo, a condicionse equitativas y satisfactorias de trabajo y a la protección contra el desempleo.
2. Toda persona tiene derecho, sin discriminación alguna, a igual salario por igual trabajo.
3. Toda persona que trabaja tiene derecho a una remuneración equitativa y satisfactoria, que le asegure, así como a su familia, una existencia conforme a la dignidad humana y que será completada, en caso necesario, por otros medios de protección social.
4. Toda persona tiene derecho a fundar sindicatos y sindicarse para la defensa de sus intereses..

TERCERO: Toda persona tiene derecho al descaso, al disfrute del tiempo libre, a una limitación razonable de la duración del trabajo y a vacaciones periódicas pagadas.

CUARTO: 1. Toda persona tiene derecho a un nivel de vida adecuada que le asegure, así como a su familia, la salud y el bienestar, y en especial la alimentación, el vestido, la vivienda, la asistencia médica y los servicios sociales necesarios; tiene asimismo derecho a los seguros en caso de desempleo, enfermedad, invalidez, viudez, vejez u otros casos de pérdida de los medios de subsistencia por circunstancias independientes a su voluntad.
2. La maternidad y la infancia tienen derecho a cuidados y asistencia especiales. Todos los niños, nacidos de matrimonio o fuera de matrimonio, tienen derecho a igual protección social.

Señor Sebastián Piñera, con toda seguridad se estará preguntando de qué trata todo esto. No, no se asuste, no es ningún manifiesto de un peligroso partido de la extrema izquierda, ni tampoco de la Concertación, son los Artículos 22, 23, 24, y 25 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos.

¿También esto documento le produce, señor Sebastián Piñera y a su Alianza, especialmente a los que cortan el queso, la UDI, un estado de incertidumbre inclemente?

Lo que no cabe ninguna duda, es que a los trabajadores de sus múltiples empresas no les resulta este documento para nada desconocido, lo conocen muy bien, porque han tratado por todos los medios de hacerlo realidad en sus empresas, señor Sebastián Piñera, pero usted sólo ha tenido oídos de sordo y ojos de ciego para atenderlos y escucharlos. ¿Tendrá esos mismos oídos y esos mismos ojos para escuchar al país si alcanza la presidencia?

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