La derecha chilena, en tiempos de elecciones, hace suyo el discurso ideológico que alguna vez profitó la izquierda. Los valores de justicia social, la distribución del ingreso, el derecho a la libre expresión, la dignidad y libertad de las personas, han sido todos manoseados y abusados por esta derecha en el intento de democratizar y flexibilizar su discurso autoritario, como si se trataran de mercancías que tienen un valor de cambio al mejor postor.
Pues bien, tomemos solo un elemento. Cuándo, en que época la derecha política y económica se ha preocupado por la distribución equitativa del ingreso, es decir repartir el producto nacional. Taxativamente decimos que nunca, ya que siempre ha estado a favor del crecimiento material individual. Postulan a que para mejorar la distribución hay que mejorar la educación y dejar actuar libremente al mercado. Pero nada dicen sobre la «concertación» del capital, que está en unas pocas manos (léase sector financiero y servicios) y que es un factor gravitante en la desigualdad del ingreso.
Para la derecha el Estado debe dar paso a una mayor libertad y flexibilidad para distribuir las riquezas, donde el mercado es el encargado de regular cualquier falla que presente. Así, solo basta con crecimiento económico para salir de la pobreza. En tal caso, la distribución del ingreso es un elemento cuasi-natural del mercado. La hipótesis que se maneja es que si hay crecimiento económico entonces vendrá por añadidura la igualdad en la distribución.
Ciertamente es solo a nivel de enunciado que esta derecha se proclama una alidada de una distribución más justa. Pero si se investiga meticulosamente a los dueños del capital, seguramente nos encontraremos con que los asalariados siguen percibiendo sueldos miserables y condiciones laborales bastante precarias. Sabemos que si los sueldos se elevan entonces deben bajar las utilidades de las empresas. Cabe preguntarse por qué el sueldo mínimo sigue siendo vergonzosamente mínimo, por qué se amedrenta a los trabajadores con la cesantía cuando exigen mayores sueldos, por qué los derechos de los trabajadores son conculcados permanentemente. Por qué la flexibilidad laboral. Las respuestas están a la vista.
No es vergonzoso acaso que Chile tenga uno de las peores distribuciones del ingreso del mundo (séptimo lugar), donde el 10 por ciento más rico concentra el 40% de los ingresos (casen 2003). Seguramente, el lector que postule la candidatura de derecha, lo tomara como un argumento para fundamentar que la «Concertación» no ha sido capaz de revertir tal situación, sin embargo, si reflexiona un poco mas, se dará cuenta que la desigualdad del ingreso o de la riqueza tiene que ver, en gran medida, con la adquisición de dinero. En tal caso viene la pregunta ¿en qué manos están las riquezas de la nación?, en la de algunos pocos, mayoritariamente en la derecha económica.
No por nada, la abanderada de la concertación expresa que la derecha vive una especie de travestismo político, porque toma los valores de sus oponentes, creo que está en lo cierto, ya lo dijimos con el tema de la distribución, pero también con el manoseado y vilipendiado «humanismo cristiano». No solo toma valores ajenos, sino también reinterpreta el crisitanimo, donde ser cristiano ya no es parecer y tratar de hacer lo que Cristo postuló, si no que ser cristiano es quitarle a los pobres para darle a los ricos. Creemos firmemente que el valor más importante que ha mantenido la derecha económica, es el dinero.
Entonces, parece una ironía cuando el candidato-empresario siquiera enuncia el tema de la distribución, o habrá distribuido sus riquezas con sus trabajadores, creo que never. No olvidar el refrán que dice «cuando se es empresario y millonario es necesario explotar al trabajador para amasar fortuna» ( la autora). O parafraseando a Radomiro Tomic «yo se que la derecha está formada por grupos de una variada y confusa gama ideológica, desde fervientes católicos hasta ateos militantes; desde creyentes sinceros que quisieran servir mejor sus deberes sociales, hasta duros e implacables «señores del dinero» para quienes lo único importante es que nadie se meta en su propiedad y que para lo único que trabajan en la política es para ensanchar y alzar el cerco» (The Clinic Nº 168)
Sabemos que la distribución de ingresos es un tema fundamental y trascendental que solo se enuncia por una cuestión de coyuntura política y que ningún conglomerado ha sido capaz de reflexionar seriamente.
En síntesis, parece que la derecha se quedó sin discurso y tuvo que vestirse con ropaje ajeno, el problema es que el traje le queda demasiado grande. Veremos en el futuro …
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