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Sobre la lamentable, intensa y necesaria lucha de clases en Chile.

por Felipe Mujica
Artículo publicado el 15/10/2020

Resumen
Este artículo aborda la lucha de clases que se ha vivido en el último tiempo en Chile. Así, tiene por objetivo explicar tres cualidades que considera pertinente el autor de este artículo. En concreto, lo lamentable, la intensidad y la necesidad de aquel fenómeno social.

Palabras claves: política, crisis social, moral, desigualdad económica, cristianismo.

 

Introducción
Ningún esclavo puede servir a dos amos; porque: o a uno aborrecerá y amará al otro, o se aficionará al primero y despreciará al segundo. No podéis servir a Dios y al dinero (San Lucas, 16:13)1.

He querido colocar de epígrafe, al igual que en un artículo pasado en esta misma revista, una cita de los evangelios canónicos, para recordar lo perdida que está la oligarquía, aristocracia y élite chilena que se hace llamar cristiana. Entendiendo, especialmente, que el cristianismo esencialmente ha de condenar cualquier opresión del ser humano por el propio ser humano. Es decir, desde una verdadera mirada cristiana ha de ser totalmente condenable el reiterado abuso que una clase socioeconómica haga sobre otra en función de la ambición y el brutal egoísmo.

En este artículo hablaré de forma crítica sobre la lucha de clases. Específicamente, de clases socioeconómicas. He de advertir y aclarar, como vengo anunciando desde el epígrafe, que mi crítica no encuentra sus principales raíces en la teoría marxista. No, son más profundas que aquella teoría y, por lo mismo, en muchas ocasiones puede discrepar de dicha teoría. Mi crítica se funda en la teoría filosófica y ética-religiosa de corte relativamente cristiano, existencialista y fenomenológico (Kardec, 1987; Kierkegaard, 1988, 2006, 2017; Mujica, 2019a, 2019b, 2020a, 2020b, 2020c; Scheler, 2001, 2005, 2008, 2010; Unamuno, 1971, 2013; von Hildebrand, 2006, 2009, 2016; Zambrano, 2019a, 2019b). Precisamente, la lucha de clases puede encarnar valores ético-religiosos, como, por ejemplo, y sobre todo, el amor al prójimo. Amor al prójimo que se visibiliza en otros valores éticos, ya sea la solidaridad, la responsabilidad y el compromiso con la dignidad humana. Así, podemos decir que la lucha de clases puede estar al servicio de la concreción de los derechos humanos universales. En este sentido, cabe destacar que existe una inalienable relación entre el concepto de persona, dignidad humana, cristianismo y derechos humanos (Mari, 2014; Mujica y Orellana, 2020). Tan intensa y trascendente es esta relación, que Zambrano (2019b), filósofa española, ha señalado lo siguiente:

Y si alguna vez, realmente, desaparecieran las clases sociales, sólo podría suceder en virtud de que se hubiese llegado a vivir desde el ser persona del todo; de que esa realidad de la persona hubiese invadido, por decirlo así, todo el área de la realidad humana. De no ser así, fatalmente las clases nacerán y renacerán, una y otra vez. Más, en cambio, si el ser persona es lo que verdaderamente cuenta, no sería tan nefasto el que hubiese diferentes clases, pues por encima de su diversidad, y aun en ella, sería visible la unidad del ser persona, del vivir personalmente. Se trata, pues, de que la sociedad sea adecuada a la persona humana: su espacio adecuado y no su lugar de tortura (pp. 186-187).

Antes de entrar de lleno a reflexionar sobre la mayor claridad de la lucha de clases que se ha vivido en Chile, he de responder a una exigencia que planteó el filósofo español Unamuno (1971). En concreto, que para facilitar la comprensión de las ideas de una persona, ha de conocerse la biografía de dicha persona. En este sentido, contaré algo de mi biografía que puede dar luces de entendimiento a las personas lectoras. Me crié en Chile en una familia de clase socioeconómica media baja, es decir, que teníamos para vivir con lo justo. En este contexto, pude aproximarme mucho a los distintos niveles de clases socioeconómica, desde lo bajo a lo alto, por lo que, afortunadamente, pude tener un panorama general de la realidad social chilena. A su vez, solamente fui un año a colegio municipal, en mi etapa pre-escolar, para luego estar toda mi etapa escolar en colegio particulares subvencionados. Para ello fue fundamental obtener becas que otorgaba el estado, ya que de lo contrario hubiese sido inviable. Posteriormente, como estudiante de universidad pública y, más posteriormente, como docente de escuela pública y de universidad pública, puedo decir que he aprendido bastante sobre las injusticias sociales de Chile. Y, por supuesto, de la precariedad socioeconómica que cubre los entornos de educación pública. También me tocó asistir como estudiante y profesor a colegios particulares privados, y pude apreciar algunos entornos totalmente diferentes.

Pasemos al tema que nos convoca. Es decir, a las reflexiones sobre la lucha de clases y las tres cualidades que percibo en ella: lo lamentable, la intensidad y la necesidad. En general, trataré de ser muy preciso en mis ideas y, por ende, breve.

Lo lamentable de la lucha de clases
Considero que la lucha de clases socioeconómicas es muy lamentable, porque refleja bastante la miseria humana de quienes han contribuido a perpetuarla de forma tan grosera. Sobre todo, cuando hablamos de un contexto como el chileno que lo ubica entre los más desiguales del mundo. Esto hace que la lucha de clases se encuentre totalmente justificada en dicho país, la cual, por cierto, no es obligación que se dé a partir de la violencia. Ese es otro fenómeno que ha de ser analizado en forma independiente, ya que hay muchas personas que se suman a esta lucha por medio del arte, el deporte, la cultura, la poesía y la academia. Es lamentable porque refleja el retraso cultural de quien más poder tienen en Chile, a su vez, su falta de comprensión de una moral ético-religiosa de corte cristiano, por lo menos, para quienes se adhieren a ella. Y no son pocas, son muchas personas. ¿Qué les sucede? Has dos opciones, tienen muy mal entendimiento o son muy deshonestas. Las terribles consecuencias de esta crisis que comenzó en octubre de 2019 y todo lo que ella ha despertado, espero pueda servirles para que se sientan un poca más avergonzadas con su modo de actuar. Ya que Chile no necesita más represión, necesita políticas sociales más solidarias, es decir, más amorosas con su pueblo.

La intensidad de la lucha de clases
La intensidad de la lucha de clases que se ha vivido este último tiempo creo que es innegable y fácilmente apreciable. Lo que nos lleva a la conclusión de que Chile era una olla a presión que estallaría tarde o temprano. Especialmente, porque la lucha de clases existe en todo el mundo, en todas partes hay desigualdades socioeconómicas que podrían ser cuestionadas. La diferencia es que en Chile el egoísmo sobrepasaba todo límite tolerable por la ciudadanía.

La necesidad de la lucha de clases
La necesidad de la lucha de clases ha quedado reflejada en muchos acontecimientos históricos en diferentes partes del mundo. Habría que ser muy deshonesto para desconocer los logros humanos y laborales que ella ha conseguido. La lucha de clases no se reduce a lo económico, pues, también la lucha contra la opresión de la mujer, contra la esclavitud, contra el racismo y contra la homofobia es un tipo de lucha de clases. Por lo mismo, este tipo de luchas no se reduce a los acontecimientos que giran en torno al comunismo, no. La lucha de clases es algo que se relaciona con ello, pero tiene raíces más profundas y nos refieren a la propia esencia del ser humano.

 

Nota
Los Santos Evangelios, Editorial Verbo Divino, España.

 

Referencias bibliográficas

Kardec, A. (1987). El evangelio según el espiritismo. Barcelona: Humanitas.

Kierkegaard, S. (1988). Mi punto de vista. Madrid: Aguilar.

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Scheler, M. (2001). Ética. Nuevo ensayo de fundamentación de un personalismo ético. Madrid: Caparrós.

Scheler, M. (2005). Esencia y formas de la simpatía. Sígueme: Salamanca.

Scheler, M. (2008). Ordo amoris. Madrid: Caparrós.

Scheler, M. (2010). Amor y conocimiento. Y otros escritos. Madrid: Palabra.

Unamuno, M. (1971), Del sentimiento trágico de la vida (12ª ed.). Madrid: Espasa-Calpe.

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Von Hildebrand, D. (2006). Moralidad y conocimiento ético de los valores. Madrid: Cristiandad.

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Zambrano, M. (2019a). Hacia un saber sobre el alma (3ª ed.). Madrid: Alianza.

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