Una las poetas americanas más modernas del siglo XX, Gertrude Stein. Además de ser una personalidad impactante en la cultura, expandió el lenguaje enfatizando sonidos y ritmos, para superar el tiempo y la memoria.
Cuenta Enrique Vila Matas que Gertrude Stein (1874-1946) murió de una manera “intelectual y sofisticada”, pronunciando dos preguntas, la primera “¿Cuál es la respuesta?”, y ante el silencio de aquellos que la acompañaban en sus últimos momentos, añadió “¿Cuál es la pregunta?”. “Una verdadera tontería” para el autor de París no se acaba nunca, pero que puso fin a una existencia que, considerando las repercusiones que significó Stein para el desarrollo de las artes, distaba infinitamente de la tontería.
Gertrude Stein nació en Allegheny, Pennsylvania en 1874, descendiente de inmigrantes judíos. En Allegheny, los padres de Gertrude tenían un negocio textil, el que abandonaron al emigrar a Austria, poco después del nacimiento de su hija Gertrude. Tras unos pocos años, volvieron a Oakland, California, en 1879. Luego de varios cambios de ciudad durante su adolescencia (su padre murió cuando Gertrude tenía 17 y su madre contrajo cáncer), ingresó a la universidad de Radcliffe, al mismo tiempo que su hermano Leo ingresaba a Harvard. Gertrude Stein fue una alumna irregular, pero una lectora incansable. A pesar de no haber asistido a la escuela secundaria se graduó con la distinción magna cum laude en filosofía. De ahí ingresó a la universidad Johns Hopkins a estudiar medicina, pero su postura frente a la medicina femenina le trajo problemas con los varones. Por lo mismo decidió no graduarse, prefiriendo investigar el desarrollo del cerebro humano.
Estimulada por el interés artístico de su hermano Leo, decide en 1903 instalarse en el 27 rue de Fleurus, París. Mientras Leo compraba sin cesar Renoirs, Manets, y Cézannes, Gertrude se dedicó a escribir. Su materia prima fue la observación de la gente en los salons sabatinos, impresiones que volcaba en las noches en el atelier. De estas –y otras- observaciones apareció The Making of Americans, su historia acerca del “progreso” de la familia americana; Q.E.D., un relato de una breve e intensa relación lésbica en Baltimore, y Fernhurst, también ligado a triángulos amorosos, y las relaciones de poder dentro del mismo. El primero de estos volúmenes alcanzó las mil páginas, demostrando la destreza de Stein al usar el lenguaje de manera no representativa.
En 1905 comenzó a escribir su colección de tres relatos “reales” de mujeres comunes, publicado en 1909, con el título de Three Lives. Esta colección entregó un novedoso sabor moderno, pues Stein se distanció de la escritura autobiográfica, y aprovechando su conocimiento del cerebro, escribió con lo que ella llamó “insistencia”. Esta repetición de sintaxis y de lenguaje otorgó a su escritura un distintivo tinte de innovación. A esta obra siguieron los retratos que Gertrude Stein realizó sobre Matisse y Picasso.
En 1907, Alice Toklas visitaba París, visita que sería significativa en el futuro de Gertrude Stein, a quien Toklas servía de mecanógrafa, lectora y crítica de los trabajos de Gertrude. Las visiones del arte de Gertrude y de su hermano chocaban con frecuencia (lo que ocasionó que años después Leo se fuera a vivir a Italia). Gertrude Stein veía con claridad, analogías del cubismo de Picasso y el de Braque con los retratos que realizó en el libro Tender Buttons (1914), libro de poesía que contiene fuertes reminiscencias de Apollinaire y Kandinsky y que a los ojos del lector se mostraba como un poemario muy singular.
La gloria plausible
Gertrude Stein escribía mucho y publicaba poco. Durante el primer año de la Gran Guerra residió en España. A su vuelta a Francia trabajó para una organización que iba en ayuda de los franceses heridos en la Primera Guerra Mundial, a modo de agradecimiento por su labor (en la que condujo un camión Ford por tres años), este grupo se dedicó a la tarea de buscar editor para el trabajo inédito de Stein, que se acumulaba por montones. Su fama de vanguardista le abrió puertas en las sociedades y tertulias culturales parisinas de la época, incluyendo el grupo de artistas americanos residentes en París, donde figuraban Sylvia Beach, Paul Bowles y Ernest Hemingway, entre otros.
En 1922 publicó Geography and Plays, conjunto de retratos y obras de teatro, y en 1925 se publicó su extenso The Making of Americans. Desde entonces la fama y las publicaciones de Stein continuaron en forma ininterrumpida, las lecturas en Oxford que gestiono Edith Sitwell en 1926, fueron publicadas con el nombre de Composition as Explanation. Gertrude Stein empezó a sentir que la “gloria” que deseó por años era ahora algo plausible. Empezó a probar poesía de largo aliento y la escritura de ensayos estéticos. Al mismo tiempo Alice Toklas fundó la editorial Plain Edition, donde se publicaron libros de Stein de los primeros años de la década del treinta, como Lucy Church Amiably.
En seis semanas escribió The Autobiography of Alice B. Toklas, biografía suya que astutamente intituló con el nombre de su compañera inseparable. Esta autobiografía le valió el reconocimiento que Stein siempre anheló. Publicada por entregas en la revista Atlantic Monthly, le significó sus primeros emolumentos, que permitieron que Gertrude dejara de vivir de la mesada familiar. A esto se suma una gira que hizo por Estados Unidos (1934-35), país al que volvió por primera vez desde 1904. Alice y Gertrude fueron paseadas por los cuatro puntos cardinales de la geografía americana, recibiendo las alabanzas del público de su tierra natal.
De vuelta en París escribió el segundo volumen de sus memorias, Everybody’s Autobiography, publicada en 1937 por la editorial Random House, que tenía un contrato con Gertrude Stein de sacar un libro cada año. Por tanto, la década de los treinta fue prolífica en publicaciones, donde destacan Portraits and Prayers (1934); Lectures in America y Narration (1935); The Geographical History of America (1936); Picasso (1938); y su primer libro infantil, The World Is Round (1939).
Ante la inminencia de la Segunda Guerra Mundial, Gertrude Stein abandonó París, huyendo de la persecución que sufrirían ella y Alice Toklas, por su condición de judías. A pesar de la dureza de los años de la guerra, Gertrude continuó escribiendo Paris France y What Are Masterpieces fueron publicados 1940, y Ida, A Novel en 1941. El último volumen de sus memorias, Wars I Have Seen, apareció en 1945.
Tal como en la Gran Guerra, Gertrude Stein se relacionó con los soldados de la Segunda Guerra. Uno de sus últimos libros Brewsie and Willie (l946), intentó captar la jerga de los soldados americanos. En julio de ese año falleció víctima de cáncer intestinal.
La crítica apenas ha comenzado a analizar en profundidad la obra de Gertrude Stein, una escritora cuyo norte fue el crear un lenguaje significativo, que pudiera llegar a la conciencia del lector como no lo había hecho ninguna literatura antes. Así tocó áreas de la comunicación no verbal y también áreas como la lingüística, lecturas sazonadas con la incorporación del humor, el sexo y los sonidos, en locuciones y estructuras novedosas, que no hacían otra cosa que resaltar su lucidez y su capacidad única de observación. Fue una figura moderna y una posmoderna pionera. En una época donde los escritores buscaban moldear el lenguaje con nuevas formas de expresión, Gertrude Stein lo logró, retrotrayéndose a la forma más básica de relación entre la palabra y el escritor: dejar que el lenguaje encontrase su propio camino, expresando cualquier cosa que el lector encontrara, viendo la escritura como un sistema de verdadera y mutable comunicación.
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