Una infancia solitaria
Truman Persons nació en Nueva Orleans, el 30 de septiembre de 1924. Por una pelea de sus padres paso gran parte de su infancia en Alabama, acompañado de 4 ancianos. Allí nacería su pasión por la literatura y los chismes. Lo que él posteriormente llamaria «un estilo de ver y oír» que hallaría su gran desenlace en su novela Plegarias Atendidas.
De esa época Capote confesaría: «Empece a escribir cuando tenia 8 años: de improviso, sin inspirarme en ejemplo alguno. No conocía a nadie que escribiese y a poca gente que leyese. Pero el caso era que solo me interesaban cuatro cosas: leer libros, ir al cine, bailar claqué y hacer dibujos. Entonces, un día, comencé a escribir, sin saber que me habia encadenado de por vida a un noble, pero implacable amo.»
A los 10 años encontró un concurso literario para niños en una revista del puerto de Mobile y desechando los temas propuestos (Un día de campo junto al lago, Las mascotas preferidas) eligió como base las habladurías acerca de un personaje local. Viejo señor metiche gano el primer premio pero de todas las partes en que iba a publicarse la obra solo se llego a la primera… cuando los organizadores descubrieron que el tema no era ficcional sino una copia de la realidad.
Capote: «Los escritos mas interesantes que realice en aquella época consistieron en sencillas observaciones cotidianas que anotaba en mi diario. Extensas transcripciones al pie de la letra de conversaciones que acertaba a oír con disimulo. Habladurías del barrio. Una suerte de reportaje, un estilo de ver y oír que mas tarde ejercitaría verdadera influencia en mi, aunque entonces no fuera consciente de ello…»
Otras voces, otros ámbitos
Cuando Dios le entrega a uno un don, también le da un látigo; y el látigo es únicamente para autoflagelarse.
Truman Capote.
Luego de cambiar su apellido por el de Capote, (el apellido del nuevo esposo de su madre), comienza a publicar a los 17 años sus cuentos en las llamadas revistas «de calidad» y al poco tiempo, ya instalado en Nueva York, entra a trabajar al The New Yorker.
En este ámbito, comenzaría dos etapas de la vida de Capote que luego se conjugarían: por un lado su crecimiento literario y por el otro su contacto con la alta sociedad formada por escritores, pintores, modelos, políticos e incluso mafiosos, que luego retratara en su obra, generalmente de manera irritante y mordaz.
Su primer titulo, Otras voces, otros ámbitos,es un libro iniciatico, donde Capote volcaría muchas de las experiencias de su niñez, mezclando la ficcion y la realidad hasta hacerlas inseparables, una constante de toda su obra que caracterizaría su estilo. La novela, aparecida en 1948, con gran éxito de publico y critica, lanzo a Capote a la popularidad pero también a los enfrentamientos con sectores que se negaban a aceptarlo. Capote: «Mucha gente atribuyo el éxito comercial de la novela a aquella fotografía (Se refiere a la foto en la contratapa del libro). Otros la despacharon como un acierto casual: «Es sorprendente que un alguien tan joven pueda escribir tan bien» ¿Sorprendente? ¡Solo habia estado escribiendo día tras día durante catorce años!»
A partir de entonces, y por una década, se dedicaría a experimentar y probar su técnica literaria escribiendo colecciones de relatos breves (Un árbol de noche), ensayos y descripciones (Color Local, Obser- vaciones), comedias (El arpa de hierba), guiones cinematográficos (Suspense) y reportajes para The New Yorker.
Este ciclo se cerraría en 1958 con Desayuno en Tiffany»s, una novela corta, que vuelve a mezclar alusiones a su vida personal con la ficcion, mientras se aleja del barroquismo y del ambiente alucinado de sus primeros títulos pero manteniendo la línea de su estilo. Sin embargo, para él su obra mas importante seria otra, una breve novela que seria la llave que lo llevaría al éxito en su tercer periodo.
Capote: «Desde el punto de mi destino creativo, la obra mas interesante que produje durante toda esa segunda fase apareció primero en The New Yorker, en una serie de artículos y a continuación, en un libro titulado Se oyen las musas. Trataba del primer intercambio cultural entre URSS y los EEUU. Concebi toda la aventura como una breve novela real cómica: la primera.»
Novela real: la demencia del arte
«Vivimos en la oscuridad. Hacemos lo que podemos. El resto es la demencia del arte.» En cualquier caso, el señor James da en el blanco. […] Mucha gente pensó que yo estaba loco por pasarme 6 años vagando a través de la llanura de Kansas; otros rechazaron de plano mi concepción de la novela real, declarándola indigna de un escritor serio.
Truman Capote.
Convencido de que no habia nada innovador en la literatura desde 1920, Capote creía que el periodismo podía constituir una opción valida como forma literaria, algo que tuviera la credibilidad de los hechos, la inmediatez del cine, la hondura y libertad de la prosa y la precisión de la poesía. En definitiva quería escribir una novela periodística, su segunda novela real. Luego de la escasa repercusión de Se oyen las musas en 1955, pasarían cuatro años hasta que encontrara el tema para desarrollar su idea con toda la fuerza y emoción que consideraba necesarias. En 1959, en Holcomb, un pequeño pueblo de Kansas, la familia Clutter (un agricultor, su esposa y sus dos hijos) apareció muerta: habían sido atados y acribillados por personas desconocidas sin ningún móvil aparente. Esto sembró la paranoia en el lugar y atrajo a todos los medios del país. Capote fue enviado allí por The New Yorker. Sin embargo, no tardo mucho en darse cuenta que tenia lo que necesitaba para su esperada gran obra.
Paso seis años siguiendo de cerca la investigación y hablando con los habitantes del pueblo, los cuales no lo veían con buenos ojos debido a su excentricidad, su desenfadada manera de ser y su sexualidad(Capote era homosexual); sin embargo, en todo ese tiempo, logro averiguar lo suficiente para armar el entramado de su novela, donde se mezclan las opiniones de los personajes del pueblo, junto con entrevistas a los policías encargados del caso y amigos íntimos de la familia. Pero Capote no se quedo allí: cuando atraparon a los asesinos fue a entrevistarlos a la cárcel y trabo amistad con ellos.
Los asesinos eran dos: Perry Smith y Dick Hitckock, dos psicópatas, ex-convictos, que guiados por los exagerados rumores que Floyd Wells, un compañero de celda de Hitckock, le habia dado acerca de la riqueza de Clutter habia cometido el hecho… para escaparse con menos de 100 dólares con rumbo a Méjico.
En la novela Capote traduciría esta conversación así: «No puedo recordar exactamente como fue que hablamos sobre el señor Clutter. Debió de ser cuando recordamos los empleos, los distintos trabajos que habíamos hecho […] Le conté que yo habia trabajado durante un año en un importante campo triguero, en el oeste de Kansas. Para el señor Clutter. Quiso saber si el señor Clutter era un hombre muy rico. Le dije que si. […] Y desde entonces nunca jamas dejo Dick de preguntarme cosas de aquella familia. ¿Cuantos eran? ¿Que edad tendrían los niños? ¿Como se llegaba a la casa exactamente? […] Dick empezó a hablarme de matar al señor Clutter. Decía que él y Perry se irían para allá a robar y matarían a todos los testigos, a los Clutter y a quien quiera anduviera por allá. Me describió docenas de veces como iban a hacerlo, como él y Perry iban a atarlos y después a pegarles un tiro. » Gracias la confesión de Wells, la policía los atrapo cuando, agotados de su periplo por Méjico, ya sin dinero, habían vuelto con la intención de Hickock de colocar algunos cheques falsos a ex-compañeros. Detenidos y condenados, esperando por la ejecución en la horca, Capote tuvo el tiempo necesario para ganarse su confianza y reconstruir su vida y su itinerario antes y después del asesinato.
Smith le simpatizo de entrada, Hickock no. Sin embargo hablo con ellos hasta tener el material suficiente y los acompaño cuando tuvieron que cumplir la condena que les habían dado: Habían matado a sangre fría, y a sangre fría serian castigados. El 14 de abril de 1965 fueron colgados.
Se llora más por las plegarias atendidas que por las no atendidas.
Y, sin embargo, Plegarias Atendidas, no esta pensada como un roma a clef ordinario, una narración donde la realidad se disfraza de novela. Mi propósito es el contrario: eliminar disfraces, no fabricarlos.
Truman Capote.
La novela, titulada A Sangre Fría, fue un éxito y llevo a Capote al centro de atención de todos los medios de prensa del país, apareciendo en las portadas de las revistas mas importantes mientras recibía invitaciones a ilustres casas de campo y paseos en yate junto a celebridades. Sin embargo para él el libro habia sido una experiencia traumatizante que marcaría su vida desde ese entonces.
A pesar de que la novela estaba escrita en un tono frío, periodístico, donde el narrador nunca aparece, ni se involucra, y narra los hechos con un tono disciplinado y alejado, el hecho habia calado hondo en Capote quien habia entablado amistad con Perry Smith y sentía cierta similitud con este: ambos venían de un pasado familiar borrascoso y confiaban en el arte para sobresalir (Perry se consideraba un artista y se veía a si mismo en el futuro como un hombre orquesta, aplaudido por las multitudes). No es inútil pensar en esos 6 años desalentadores en los que Capote recorría Kansas para armar su obra, acusado por muchos de haberse vuelto loco, sin saber si podría llevar a cabo su proyecto, sin tener idea si sacaría algo de allí y obligado a volver a un pequeño y deprimente pueblo donde no pasaba nada como contaría después. Esos hechos lo ponían en contacto de nuevo con su infancia en su propio pequeño pueblo y es factible pensar que lo afectaron mas de lo que quiso, viendo en Perry lo que él mismo hubiera podido ser si no hubiera tenido éxito.
Sin embargo Capote brillo con buena luz en esa época, y nadie pareció notar nada extraño en él: la mayoría de sus amigos creían que se merecía un descanso y él también. Acudió a infinidad de reportajes y vio como su novela permanecía 35 semanas en la lista de éxitos de The New York Times, donde habia aparecido primeramente en cuatro entregas entre octubre y noviembre de 1965.
Este periodo terminaría en noviembre de 1966, en la fiesta que se celebro en el Plaza, en honor de Kazay Graham, el editor del Whasington Post. Luego de la creación del nuevo género bautizado novela real, Capote apunto sus intereses hacia otro horizonte: decidido a escribir otra gran obra que lo catapultara al éxito de publico pero también de critica, decidió tomar lo que mejor conocía: el ambiente sofisticado de las clases altas que habia frecuentado en esos años y en el cual se mezclaban desde antiguos aristócratas hasta estrellas de cine. Un lugar del cual formaba parte y era consecuente chismografo. La novela, según Capote, seria un análisis del pequeño universo de la sociedad acaudalada entre aristocrático y mundano en Europa y de la cosa este de los Estados Unidos.
Capote: «Durante cuatro años, mas o menos de 1968 a 1972, pase la mayor parte del tiempo leyendo y seleccionando, reescribiendo, catalogando mis propias cartas y las cartas de otras personas, mis diarios y cuadernos de notas de los años de 1943 a 1965. Tenia intención de emplear gran parte de esos textos en una obra que proyectaba desde hacia tiempo: una variante de la novela real.»
La novela, que llevaría el titulo de Plegarias atendidas, habia comenzado por un contrato en 1966, poco antes de la publicación de A sangre fría y tenia por fecha de entrega el 1 de enero de 1968; sin embargo la fecha de entrega seria propuesta varias veces, primero hasta 1973, luego a 1974, 1977 y por fin a 1981.
Esta época, lo que Capote consideraba su cuarto periodo creativo, estaría signado por su deterioro físico y emocional. A pesar de que publico varios libros: Un recuerdo navideño (1966), El invitado de acción del Día de Acción de Gracias (1968) y Los Perros Ladran (1973); la mayoría de los mismos habia sido escrito en los años 40 y 50 y no aportaban nada a su obra. Solo Plegarias Atendidas y Música para Camaleones, una obra miscelánea, prometían una recuperación.
Sin embargo, la promesa de Plegarias Atendidas no pudo verse cumplida de forma completa: Esquire publico 4 capítulos en 1976 y si bien el primero, Mojave, (que no entraría en el libro y si, como relato independiente en Música para Camaleones), no caso mayor impacto, el siguiente, La Côte Basque, desato el escándalo: la mayoría de los amigos que tenia lo condenaron al destierro por contar historias apenas disfrazadas sobre ellos. Luego de la publicación de los siguientes dos capítulos, Monstruos Perfectos y Kate McCloud, Capote dejo de trabajar en Plegarias Atendidas, a pesar de su opinión de que tales reacciones no lo habían afectado: «publique cuatro capítulos de ese libro en la revista Esquire. Provocaron la ira de ciertos círculos, donde pensaron que yo estaba traicionando confianzas, abusando de amigos y/o enemigos. No tengo intención de discutirlo, ese tema se refiere a la política social, y no al mérito artístico. Tan solo diré que lo único que un escritor debe trabajar es la documentación que ha recogido como resultado de su propio esfuerzo y observación, y no puede negársele el derecho a emplearla, se puede condenar, pero no negar».
Un fragmento tal vez muestre de que estaba hablando Capote que ofendía tanto a sus antiguos amigos del espectáculo, las artes y la política: «-… y el viejo degenerado se coló en mi habitación. Eran alrededor de las seis de la mañana, la hora ideal si quieres coger a alguien totalmente fuera de combate, totalmente por sorpresa, y cuando me desperté ya estaba liado en las sabanas con una mano en mi boca y la otra por todas partes. El muy descarado, hay que tener cojones, en su mismísima casa y con toda la familia durmiendo a nuestro alrededor. Pero todos esos Kennedy son iguales. Son como perros, tienen que mear en todas las bocas de incendio. Después, ¿te imaginas?, hizo como si no hubiera pasado nada, nunca me hizo un guiño o un saludo, no era mas que el buen papi de mi amiguita del colegio» O: «La semana pasada en Londres, fui a una fiesta en el Drue Heinz, y tuve que soportar a la princesa Margarita. Su madre es un encanto, ¡pero el resto de la familia! Aunque el príncipe Carlos, aun se salva un poco. Básicamente la realeza piensa que solo hay tres categorías: la gente de color, la gente blanca y la realeza. En fin, estaba a punto de quedarme dormida, la princesa es de una monotonía tal… cuando de pronto nos anuncio, sin venir a cuento, que habia decidido que en realidad no le gustaban los homosexuales. Yo me limite a bajar los párpados y dije: madame, me temo que va a pasar usted una vejez muy solitaria. ¡Que cara puso! Yo pense que iba a convertirme en una calabaza.»
En ese periodo, de 1977 a 1984, el propio Capote confiesa cual era su problema: «La interrupción ocurrió porque yo me encontraba ante un montón de problemas: sufría una crisis creativa, y, a la vez, personal. Como la ultima no tenia relación, o muy poca, con la primera, solo es necesario aludir al caos creativo. […] Aun cuando era bueno, vi que jamas trabajaba con mas de la mitad, a veces solo con un tercio, de las facultades que tenia a mi disposición. ¿Por que? El problema era: ¿como puede un escritor combinar con éxito en una sola estructura todo lo que sabe acerca de las demás formas literarias? […] Ahora, me sitúe a mi mismo en el centro de la escena, y de un modo estricto y sobrio, reconstruí conversaciones triviales con personas corrientes. Tras escribir centenares de paginas sobre esas cosas tan simples termine por desarrollar un estilo. Habia encontrado una estructura dentro de la cual podría integrar todo lo que sabia acerca de escribir. El resultado es el presente volumen: Música para camaleones».
Mi oscura demencia
Entretanto, aquí estoy en mi oscura demencia, absolutamente solo con mi baraja de naipes y, desde luego, con el látigo que Dios me dio.
Prologo a Música para Camaleones.
Música para camaleones fue el último libro de Capote e incluye una muestra miscelánea de todas sus facetas como escritor: cuentos (Mojave, El señor Jones, Una luz en la ventana), una novela real breve (Ataúdes tallados a mano) y reportajes (Una adorable criatura, Y luego sucedió todo). Sin embargo, tanto para sus amigos como para sus críticos esa obra no tenia el nivel de su obra de los 40 y 50, tal vez por la inmersión de Capote en el alcohol y la droga, aun mas en ese ultimo periodo, en el cual, a confesión de su editor, pensaba que su talento literario estaba decayendo y no conseguía terminar Plegarias Atendidas luego de su abandono en 1976. Esto sumado al trauma de la investi- gacion de A sangre fría y el abandono de la mayor parte de sus amigos luego de la publicación de Kate McCloud en 1976 deben haber causado una fuerte impresión en Capote, quien confesaba odiar los abandonos.
Su editor, en el prologo de Plegarias Atendidas contaba como era su relación de trabajo con Capote luego de su crisis: «Después de 1976, la relación entre Truman y yo se fue deteriorando lentamente.[…] Durante los últimos años parece que trataba de engañarnos acerca de su trabajo, no solo a mi y a sus mas íntimos amigos, sino a todo el publico en general. Dos veces al menos anuncio a sus entrevistadores que acababa de finalizar su libro, que lo habia entregado a Random House y que aparecería publicado al cabo de 6 meses. Después nuestro departamento de publicidad y yo mismo nos veíamos abrumados por infinidad de llamadas a las que solo podríamos responder diciendo que no habíamos visto el manuscrito[…] Un ultimo factor en la erosión de nuestra relación fue la dependencia creciente de Capote del alcohol y los fármacos desde 1977. […] Repetidas veces, almorzando, durante los últimos seis años de su vida, a menudo de un modo incoherente a causa de los fármacos y el alcohol, o ambas cosas a la vez, hablaba conmigo de los cuatros capítulos restantes con todo detalle, hasta el punto de llegar a citar fragmentos de diálogos que eran siempre idénticos, incluso cuando los recitaba con un intervalo de meses o años. El ciclo era siempre el mismo: cuando le pedía que me enseñara el capitulo en cuestión, me prometía enviármelo al día siguiente. Al final de ese día le llamaba, y Capote decía que se lo estaban mecanografiando y que me lo enviaría el lunes. El lunes por la tarde su teléfono no respondía y él desaparecía durante una semana o mas.»
En 1984 murió en los Angeles, California. Hoy, queda su obra y su leyenda, para ver quien de todos sus personajes es totalmente Truman Capote, el escritor de los mutliples disfraces, quien, como una vez dijo solo se dedico a vivir.
Comentar
Critica.cl / subir ▴