EN EL MUNDO DE LAS LETRAS, LA PALABRA, LAS IDEAS Y LOS IDEALES
REVISTA LATINOAMERICANA DE ENSAYO FUNDADA EN SANTIAGO DE CHILE EN 1997 | AÑO XXVIII
PORTADA | PUBLICAR EN ESTE SITIO | AUTOR@S | ARCHIVO GENERAL | CONTACTO | ACERCA DE | ESTADISTICAS | HACER UN APORTE

— VER EXTRACTOS DE TODOS LOS ARTICULOS PUBLICADOS A LA FECHA —Artículo destacado


Sensibilidad, anonimato y horror.

por Juan Alegría Licuime
Artículo publicado el 13/12/2007

“En todo elemento de cultura hay también
el reverso de un documento de barbarie»
Walter Benjamin

 

Palabras preliminares
Sin duda, el siglo XX será recordado por ser una de las épocas más violentas de la historia de la humanidad. A modo de ejemplo, Auschwitz nos ha proporcionado el clímax de tal violencia. Como sostuviera Adorno, Auschwitz eliminó la línea divisoria entre la vida y la muerte. Los campos de concentración hicieron emerger verdaderos esqueletos vivos, que extrañamente se resistían a la muerte. En este sentido, las imágenes del horror que sacudieron a gran parte de Europa a mitad del siglo XX, son hoy parte importante de la memoria colectiva de la humanidad.
A pesar de los recuerdos que suscitan aquellas imágenes, los comienzos del nuevo siglo nos son muy alentadores. De aquí que las inquietantes imágenes de los presos de Guantánamo, evoquen nuevamente los fantasmas del horror. Las fotografías impactaron a la comunidad internacional precisamente por el desbordamiento de toda lógica en lo referido al tratamiento de prisioneros de Guerra: los detenidos yacían encapuchados, privados de toda sensibilidad. Las impactantes fotografías de Guantánamo, tienen en común con otras noticias de la guerra, la capacidad de evocar el cuestionamiento ético a partir de la circulación de la imagen en un determinado contexto comunicativo. Tal acontecimiento, implica detenerse en la pregunta por la relación entre ética e imagen. De ahí que tal suceso se relacione con el horizonte reflexivo de Emmanuel Lévinas(1), y su teoría de la sensibilidad, donde el otro es esencial al momento de definir al sujeto. Por otra parte, los planteamientos de Aristóteles en lo referido a la teoría de la sensación “ Aisthesis ”, nos permiten desde esta peculiar óptica, formular algunas precisiones sobre estos impactantes hechos.

Definido este marco operativo, el texto tendrá como objetivo, precisar las consideraciones de fondo que infieren tales sucesos. Se trata de preguntarse por la problemática de la sensibilidad en el detenido. Entendiendo este hecho como un síntoma de la psicopatología en la cual transcurre nuestra vida.

La imposibilidad de la sensación
Al rememorar nuevamente las imágenes de Guantánamo, los fantasmas de Auschwitz regresan golpeando nuestras conciencias anestesiadas. Por ejemplo, algunas de las prácticas que realiza el gobierno de EE.UU. contra los presos son las siguientes: el encapuchamiento del detenido por largos periodos a la intemperie, música elevada a través de sofisticados audífonos, luces potentes dirigidas a los detenidos para provocar su desorientación, y el uso de grilletes y cadenas para no permitir el movimiento. Ahora bien, este conjunto de prácticas tienen como motivo central atacar la sensibilidad del detenido.
Desde luego, que las aberraciones descritas anteriormente suscitan una serie de cuestionamientos, ya sea éticos, morales, etc. Sin embargo, desde el peculiar espacio topológico de la estética y específicamente de la teoría de la aisthesis, el análisis resulta más desconcertante. El asombro está precisamente en la relación que podemos inferir entre los detenidos y la sensación. La gran interrogante es ¿es posible que estas personas puedan sentir? , o plantear también otra inquietante pregunta ¿están los detenidos correspondiendo a un mundo?.

Dentro de la producción filosófica de Aristóteles la sensación ocupa un lugar de suma importancia, es un pilar fundamental en la teoría del conocimiento del estagirita. Mediante la afección de los sensibles, el ser humano puede concretar la capacidad de imaginar y que posteriormente tales imágenes se conviertan en el nexo con el alma inteligible.
Para Aristóteles, la aisthesis(2) es la capacidad de sentir, etimológicamente el término remite a la sensibilidad. Por otra parte, para Kant la sensibilidad es la receptividad de un sujeto, por el cual le es posible que su estado representativo sea afectado por la presencia de objetos(3). Si bien, la teoría de la sensibilidad aristotélica se desglosa en varios textos, es principalmente en el libro De ánima , y en Parva Naturalia , donde se encuentra el corpus de tales ideas. Fundamental es entonces retomar algunos elementos de las obras citadas, para precisamente articular la relación entre los detenidos, lo sentido y lo sensible. En primer lugar, conviene precisar dos ideas básicas de la sensación: toda sensación es una apertura al mundo, y que toda sensación ocurre en el presente. De aquí que se desprende el carácter empírico de la sensación (en función de lo externo), en oposición al conocimiento inteligible (en función de lo interno) que se apoya en la imaginación para constituirse. Otro punto fundamental en la sensación, es que está en potencia, mientras el acto no ocurra (entelequia). Podríamos agregar que el acto proviene de objeto. En este sentido, para que haya aisthesis se necesita la donación del objeto.

Gracias a la sensibilidad, nos es posible recibir la forma de los objetos. Se desprende de lo ya esbozado, que al coartársele la capacidad de recibir los objetos al detenido, éste no puede tener una apertura al mundo, se transforma trágicamente en un ser arrogado del mundo. De alguna manera, esta situación nos remite a establecer ciertas analogías con la obra del artista belga Christo(4). Al igual que las obras de citado artista, el cuerpo del detenido se oculta y se pierde, aquí son los mecanismos de control los que envuelven al detenido, es quizás esta perdida lo que punza al observador.

Fig. Nº 1. Christo. El Puente Nuevo de París, 1985.
Christo se ha hecho famoso en todo el mundo por envolver grandes obras arquitectónicas. En la foto se aprecia el Puente Nuevo de Paris. Al cubrir con lona este gran viaducto, el artista instala la reflexión sobre la emergencia de los detalles del puente al ocultar precisamente la obra. Al establecer analogías entre la obra de Christo y las imágenes de Guantánamo, pareciera ser que la humanidad de los detenidos surge paradójicamente con más fuerza al ocultar sus cuerpos.

Prosiguiendo con las ideas referentes a la sensibilidad, encontramos en el libro De ánima , que Aristóteles se refiere a las facultades del alma, entendiendo a esta última en estrecha unión con el cuerpo. Aquí, se despliega la profundidad del pensar del filósofo que rompe con la antigua tradición de considerar el cuerpo como cárcel del alma. Obviamente nuestra alusión va dirigida a Platón, quien por ejemplo se refiere de esta manera al cuerpo: “Mientras estemos en vida, el mejor medio de acercarse al conocimiento es no tener, en la medida de lo posible, ningún comercio ni comunión con el cuerpo, salvo la estrictamente necesaria, sin permitirle que nos llene de su corrupción natural, y permanecer puros de suciedad hasta que dios mismo nos libere” (5 ). Por el contrario, Aristóteles construye su sistema en base a las sensaciones, siendo en este caso su reflexión de una notable originalidad y un marcado carácter cientificista. Aristóteles sostiene que todos los cuerpos están compuestos por materia y forma, en los seres vivos esta última es el alma. El cuerpo es en este contexto, substancia compuesta, a diferencia del alma que es entelequia. Posteriormente, inherentes a la vida aparecen tres características: nutrición, crecimiento y extinción. De donde se desprende que todos los seres vivos participan de tales particularidades, desde los vegetales hasta los seres humanos. Sin embargo, en lo referido al alma, se establece la siguiente taxonomía: “Las facultades del alma, de las que ya hablamos pertenecen todas a ciertos seres, como lo hemos dicho; otros poseen algunas, y otros en fin, sólo una. Las facultades que hemos mencionado son las nutritivas, las apetitivas, las sensoriales, los locomotrices y las intelectuales” (6) . Tal clasificación, determina una suerte de cadena evolutiva, donde los vegetales ocupan la última posición (sólo pueden nutrirse), luego vienen los animales que tienen alma nutritiva y sensitiva, finalmente el esquema lo completa el ser humano, que reúne en sí las tres facultades, destacándose la intelectual.

Dentro de la teoría de la sensibilidad, la percepción juega un papel de suma importancia: “Se trata de un doble juego de la teoría de la potencia y el acto, no siempre fácil de exponer con ejemplos. De acuerdo con ésta, cada una de las facultades es un tránsito de la potencia al acto, considerando éste como forma, perfección o entelequia ”(7). Es decir, como ya hemos especificado, la sensación ocurre cuando se dona el objeto, si tal proceso no ocurre hablamos que la sensación está en potencia. Por ejemplo, el sueño se suspende la actividad sensible, pero esta la sensibilidad en potencia. Lo anterior, tiene una gran importancia al establecer la relación entre los presos y la sensibilidad. Éstos están imposibilitados de sentir, aparte de estar fuera del mundo, no pueden hacer inteligible su experiencia de detenidos, y tampoco pueden acceder a la creación de imágenes. Sus cinco sentidos han sido clausurados. En términos aristotélicos, su sensibilidad esta en potencia.

Fig. Nº2. Presos de Guantánamo

Si volvemos nuevamente nuestra atención sobre la fotografía, resalta claramente la idea de suspensión completa de la vista y el oído. Sin duda, órganos fundamentales en lo que respecta a la sensibilidad. Por cierto, la vista reviste en nuestra cultura el sensible por excelencia, de ahí la asociación entre la luz, el ver y el conocimiento. Por ejemplo, podemos recordar que precisamente el denominado siglo de las luces (corriente intelectual que dominó en Francia e Inglaterra en el siglo XVIII) metafóricamente refiere a la asociación entre la luz y el desarrollo de las capacidades cognitivas.

Por otra parte, si retrocedemos en el tiempo, desde la filosofía platónica, la vista comienza a ganar terreno por sobre los otros sensibles. Así para Platón, la vista está compuesta de fuego, fuego muy tenue que produce una luz muy suave, que sale al exterior para converger en la luminosidad de un determinado objeto (8). Teofrasto discípulo de Aristóteles, explica de esta manera tal teoría: “la vista la considera de fuego, de manera que, tras producirse el efluvio y debiendo efectivamente adaptarse mutuamente, la visión sale hasta cierto punto y se funde con las proporciones del efluvio de los cuerpos y de tal modo sucede que vemos ”(9). En tanto, para Aristóteles la vista está compuesto de agua, lo que permite que éste sea transparente, atributo que comparte con el aire. Sin embargo, se necesita la acción del medio para que finalmente se produzca el ver; este medio puede ser el aire o la luz. Se desprende de tal situación, que toda sensación requiere un medio, y toda sensación es también una separación. La primacía de la vista en el sistema aristotélico, se entiende por la misma función e importancia que le daba este último a esta facultad: éste fue un gran observador de la naturaleza, y de los fenómenos naturales. La anulación de la vista encierra ciertamente un sentido simbólico, que se refiere a la privación de la capacidad intelectiva. Lo anterior, Foucault lo denomina de alguna manera tecnologías del disciplinamiento y control: “Se cierra el circulo: del tormento a la ejecución, el cuerpo ha producido y reproducido la verdad del crimen. O más bien constituye el elemento que a través de todo un juego de rituales y de pruebas confiesa el crimen que ha ocurrido, profiere que lo ha cometido él mismo , muestra que lo lleva inscrito en sí sobre sí, soporta la operación del castigo y manifiesta de la manera más patente sus efectos ”(10). En esta lógica, lo único que les queda a los presos, son sus recuerdos; imposibilitados de percibir objetos, no pueden rememorar, entendiendo esta última acción como la afección externa al sujeto (un color, un objeto, un atardecer, etc.) que mueve a la memoria, y esta a su vez trae al presente una imagen. Sólo la memoria, acompaña la pasividad de la pasividad de tales sujetos. Quizás en estás inhumanas condiciones los presos estén más cerca de la intestesía(11) que del mundo.

Rostro y Sensibilidad
Dentro de las variadas lecturas que se pueden hacer de las imágenes de Guantánamo, esta ciertamente la relación ética que se puede desprender de tales acontecimientos. De aquí que desde el horizonte reflexivo de Emmanuel Lévinas, se instale la problemática del rostro y la sensibilidad como ejes centrales al analizar la imagen.
Parte central del pensamiento de Lévinas, consiste en colocar a la ética como filosofía primera, instando un cambio epistémico en el modo de enfrentar la reflexión filosófica. Tal situación se constituye precisamente a partir del otro, o más específicamente en el rostro del otro. De ahí que rostro, sensibilidad y subjetividad sean elementos articuladores de la propuesta levinasiana. De tal forma, que Lévinas plantea una dura crítica a la forma tradicional de la construcción de la subjetividad centrada en el “yo”, la cual, permanece siempre cerrada en su identidad. Originando de esta forma: el egoísmo, el hedonismo, y el solipsismo(12). Por el contrario, Lévinas propone otro modo de ser, al cual describe como un humanismo verdaderamente humano. Este sería el humanismo del otro hombre, sustentado en la subjetividad. Proceso que se instaura, en el momento en que el yo es proyectado al exterior por la intencionalidad, aquí el yo no regresa a su cuerpo, sino que se acrecienta en la alteridad (el otro). La alteridad ocupa un lugar privilegiado en el pensamiento de Lévinas, incluso podríamos decir que para él, la sensibilidad es la alteridad, se trataría de una afección por el no-fenómeno. No- fenómeno que tiene en el otro su manifestación. En este contexto, estamos en presencia de un proyecto filosófico descentrado, que tiene como eje la construcción de subjetividad en la alteridad. En otras palabras es en el rostro del otro, en la fragilidad, en la desprotección de la piel del rostro, por la que soy interpelado. Este llamado ético, es imposible de objetivar o categorizar en una totalidad. De aquí que como interpelación del otro se construye la subjetividad: “Antes de estar anudado a mí mismo, por la vulnerabilidad de la sensibilidad me encuentro anudado al otro. Ex – puesto al otro. Es el advenimiento del otro quien me hace único e irremplazable como el único que puede allí responder. Es así entonces que en el comienzo mismo de mi subjetividad me viene asignada la responsabilidad del uno – para- el- otro ”(13).

Ahora bien, volviendo a la situación de los presos de Guantánamo, podemos formular las siguiente interrogante ¿es posible la ocurrencia de sensibilidad en los detenidos?. Si, tomamos como sustrato de nuestra respuesta los principales elementos que trabaja Lévinas: el rostro, la sensibilidad y el otro. Ciertamente, el elemento que aquí nos provoca tensión, es la capucha; instrumento que tiene como función el ocultamiento, por la cual, es imposible percibir el rostro del detenido. No hay apofansis del rostro, no existe un otro.

La importancia del ocultamiento del rostro, determina la cancelación o clausura de toda sensibilidad. El rostro es la parte más expuesta de nuestro cuerpo, su vulnerabilidad es desnudez, el rostro es significación sin contexto. Sin contexto, ya que es él su propio sentido. En el rostro del otro, surge también la responsabilidad con el otro, responsabilidad que se puede materializar en el decir y lo dicho: “Pero el decir es el hecho de que ante el rostro yo no me quedo ahí a contemplarlo sin más: le respondo. El decir es una manera de saludar al otro, pero saludar al otro es ya responder de él. Es difícil callarse en presencia de alguien; esta dificultad tiene su fundamento último en esa significación propia del decir. Sea lo que sea lo dicho. Es preciso hablar de algo, de la lluvia y del buen tiempo, poco importa, pero hablar, responderle a él y ya responder de él ”(14). Para Lévinas, el rostro nos interpela con su indefensión, nos convoca a un llamado ético, llamado que se cristaliza desde el rostro. Este llamado ético no puede concretarse en el anonimato, o en el ocultamiento del rostro. Por el contrario, el encuentro entre el Yo- Otro, se manifiesta en la experiencia, en la cual no hay posibilidad de disociar al otro. Tal experiencia se orienta en oposición a lo que son la filosofías totalizadoras(15). De ninguna forma, se trata de una ética geométrica, y menos topológica(16). Se trata más bien, de una ética que permite el acceso al infinito, en el sentido de instalar una trascendencia en la singularidad del otro, este otro se revela en la mirada, pero al mismo tiempo se oculta. Ocultamiento que infiere la imposibilidad de contener al otro; asistiríamos a una inadecuación para con el otro. De igual forma, la intencionalidad juega un papel de primer orden, en el sentido de la adecuación del objeto dado a nuestros sentidos o cuando se trata de ver al otro: “Importa subrayar que gracias a la intención nuestra presencia en el mundo lo es a través de una distancia, que estamos separados del objeto de la intención por una distancia, ciertamente franqueable, pero por una distancia. Situación cuya banalidad adquiere algún relieve cuando la comparamos con la relación del existente con la existencia de la que habíamos partido ”(17). Sin embargo, la existencia no es independiente del existente, en lugar de ser distancia está pegada al yo. De aquí que el yo permanece hechizado a la existencia.

Intencionalidad, sentido, permeabilidad, son términos que utiliza Lévinas para explicar la condición en la cual el objeto se muestra, el elemento que engloba tales conceptos es la luz. La luz fenomenológicamente es la condición para que se de el fenómeno, es decir que es gracias a la luz que los objetos son mundo, mundo que se nos ofrece a nosotros. La luz tiene la capacidad de hacer posible la significación de los objetos, en el horizonte del percibir o el saber.

De lo anterior, se desprende que el preso de Guantánamo, permanece aislado del mundo, en su imposibilidad de ser rostro para alguien, es un ser humano impermeable, que no puede ser traspasado. Sin luz que le ofrezca un mundo, el preso se sumerge en la oscuridad, oscuridad que sin duda se transforma en tenebrosidad. Tal proceso, viene a poner en cuestión la subjetividad del detenido, éste imposibilitado de sentir, se transforma en un objeto, al cual es posible desechar.

Ciertamente, esta sofisticada tecnificación del castigo reviste un carácter simbólico, lo cual explica la difusión de las imágenes. Así, la publicación de las fotografías sería parte de un rito, que encuentra origen en las primeras formas de sujeción y punición. Para Foucault, este simbolismo es consustancial al origen mismo del suplicio: “Es posible comprender a partir de ahí ciertas características de la liturgia de los suplicios. Y ante todo la importancia de un ritual que había de desplegar su magnificencia en público. Nada debía quedar oculto de este triunfo de la ley. Sus episodios eran tradicionalmente los mismos y, sin embargo, la sentencias condenatorias no dejaban de enumerarlos, que hasta tal punto eran importantes en el mecanismo penal: desfiles, altos en los cruces de calles, detención a la puerta de las iglesias, lectura pública de la sentencia, genuflexión, declaraciones en voz alta de arrepentimiento por la ofensa hecha a Dios y al Rey” (18).

En este contexto, la política carcelaria de Guantánamo, persigue afectar en forma puntual, la sensibilidad del detenido. Al no haber responsabilidad del uno-para–el- otro, los detenidos se encuentran en el más absoluto anonimato, sin ser rostro para un otro, se sumergen en la más absoluta oscuridad. En este panorama, el carcelero configura bajo su mirada, una aglomeración de espectros, que sin una verdadera existencia, se presentan como cadáveres listos para cremación.

A modo de conclusión
Sin duda, la importancia de la sensación adquiere una importancia decisiva, a la hora de pensar la construcción de conocimiento o subjetividad en Aristóteles y Lévinas. Para éstos la importancia de la sensibilidad determina la formación misma del sujeto. De aquí que la relación entre los presos de Guantánamo y la sensación resulta esencial al momento de reflexionar, y cuestionar tal política carcelaria, que tiene como clímax de su representación las estremecedoras fotografías de sujetos encapuchados, aislados del mundo y con su sensibilidad coartada. Si bien, nos enfrentamos con dos teorías de la sensibilidad bastante disímiles, ya sea por situarse en distinto contextos históricos, como también por la especificidad de sus planteamientos filosóficos; cada una nos entrega valiosos elementos a la hora de preguntar por problemática inferida en los presos. Tales teorías podrían resumirse de la siguiente manera: en Aristóteles la sensibilidad sería la afección externa por la forma, y en Lévinas la afección por el no- fenómeno. Esta discontinuidad o aparente contradicción de las teoría citadas, encierran un concepto en común, que es determinante al establecer ciertas analogías. Tal concepto o proceso mejor dicho, es la conformación del ser humano a partir de la sensibilidad. Por ejemplo, en la teoría del conocimiento de Aristóteles, la facultad sensible es la base o sustrato del cual la imaginación y posteriormente el intelecto, llegan a la comprensión del mundo. En Lévinas el proceso es más complejo, ya que éste plantea la ética como filosofía primera, de ahí que la ontología, la estética, etc., deban su posicionamiento al ámbito ético, donde la sensibilidad juega un rol protagónico: “es el otro desde rostro el que quiebra la noche dando lugar al despertar de la consciencia, el lugar donde ésta adquiere la claridad. “ Puesta en escena” del acontecimiento de la subjetivación donde el “a partir de sí” viene antecedido por una deuda: el tener ya siempre que responder al otro ”(19).

Se desprende de las anteriores aseveraciones, la importancia de la sensibilidad a la hora de la conformación del ser humano. Se entiende también la relación directa que tiene el uso de los sentidos en este proceso. Por lo tanto, el impacto de las imágenes tiene su justificación en esta lógica: presenciar como las técnicas de disciplinamiento carcelarias aniquilan la subjetividad por medio de la clausura de la sensibilidad del detenido.

Notas
(1) Emmanual Lévinas fue para muchos, uno de los más grandes pensadores del siglo XX. Este filósofo consagró toda su vida y obra a la reconstrucción del pensamiento ético después de la catástrofe de la Segunda Guerra Mundial. Su importancia radica en poner a la ética como filosofía primera, instalando un cambio epistémico en el modo de enfrentar la reflexión filosófica.
(2) El término estética deriva etimológicamente del griego “aisthesis”, tal concepto apareció en el siglo XVIII, cuando Baumgarten lo utilizó para dar titulo a su obra AESTHETICA.
(3)Kant, Emmanuel. De Mundi Sensibilis( Atque Intelligibilis Forma Et Principiis. Psikolibro.webcindario.com/libros/ccss/Immanuel kant – de la forma y principios del mundo sensible e inteligible.zip.
(4)El artista Belga Christo, se ha hecho famoso por envolver y cubrir objetos monumentales como edificios, puentes, etc. Su trabajo consta de tres etapas: imaginación, realización y memoria. El sustrato para tales acciones es plantear la importancia de la no representación como forma de aparecer.
(5) Platón. Fedón. Edicomunicación, Barcelona, 1995, pág 43-44.
(6) Aristóteles. Tratado del alma. Pag 72.
(7) Planella, Juan. Los sistemas de Platón y Aristóteles. Ediciones Montaner Y Simón, S.A. Barcelona, pág 216-217.
(8) Platón. Timeo. Ediciones Universidad Católica de Chile. Santiago, 2003, pág 127.
(9) Teofrasto. Sobre las sensaciones. Editorial Anthropos. Barcelona, 2006, pag 61.
(10) Foucault, Michel. Vigilar Y Castigar. Siglo Veintiuno Editores Argentina S.A. Buenos Aires, 2005, pág 52.
(11) Del latín intus= interior, y el griego aisthesis= sensibilidad, la intestesía es la doctrina que promueve proyectar los sentidos hacia la propia interioridad, con el objeto de encontrar el yo auténtico; donde literalmente se pueda oler, tocar, etc., al yo interior.
(12) Es la creencia metafísica de que lo único que en realidad podemos saber es que sólo existe uno mismo, y la realidad que nos rodea puede no ser más que parte de los estados mentales del propio yo. De esta forma, todos los objetos, personas, etc., que uno experimenta serían meramente emanaciones de la propia mente.
(13) Muñoz, Enoc. Hacia un pensamiento del afuera, aproximación al pensamiento del joven Lévinas. Editorial Cuarto Propio. Chile, 2003, pág 190.
(14) Lévinas, Emmanuel. Ética E Infinito. Editorial la Balsa de la Medusa. Madrid , 1991, pág 82-83.
(15) La crítica de Lévinas es a las diferentes concepciones filosóficas que construyen conceptos totalizadores, como: sujeto/objeto, categorías, razón universal, etc. Esto no implica que Lévinas entre en continuo diálogo con la tradición del pensamiento filosófico occidental, de aquí que sean recurrentes en sus escritos los nombres de: Platón, Descartes, Hegel, Husserl, Heidegger, etc. Sin embargo, las pretensiones de Lévinas consisten en desmontar esta tradición de pensamiento, se trata de una operación aún más radical que la realizada por Heidegger.
(16) Para Kant la ética geométrica logra conseguir una imagen moral del hombre, verdaderamente vinculante con todos los seres racionales, y al igual que la geometría, es capaz de explicitar cualquier determinación racional, por medio de principios universales. Por el contrario, la ética topológica articula una infinidad de imágenes morales del hombre, ya que su discurso se emite desde diferentes espacios, morales, históricos, etc.
(17) Lévinas, Emmanuel. De la existencia al existente. Editorial Arena Libros. Madrid, 2000, pág 60.
(18) Foucault, Michel. OP .CIT. Pág 55.
(19) Muñoz, Enoc. OP.CIT. Pág 185. BIBLIOGRAFIA
• ARISTÓTELES. De Anima. Editorial Leviatán. Buenos Aires.1969.
Metafísica. Editorial Espasa Calpe. S.A. Madrid. 1997.
Parva Naturalia. Alianza Editorial. Madrid.1993. • FOUCAULT, Michel. Vigilar Y Castigar. Siglo XXI Editores, S.A. Argentina.2002.
• KANT, Emmanual. Crítica del juicio. Editorial Losada, S.A. Buenos Aires.1993.
Fundamentación de la metafísica de las costumbres. Editorial Espasa Calpe, S.A. Madrid.2001. • LUCIE, Edward. Movimientos artísticos desde 1945. Ediciones Destino. Barcelona 1995. • LÉVINAS, Emmanuel. Totalidad E Infinito. Ediciones Sígueme, S.A. España. 1999. Entre Nosotros. Éditions Bernard Grasset. España. 2001. De otro modo que ser o más allá de la esencia. Ediciones Sígueme. España. 2003. Ética E Infinito. Editorial la Balsa de la Medusa. Madrid.1991. • MUÑOZ, Enoc. Hacia un pensamiento del afuera. Aproximación al pensamiento del joven Lévinas. Editorial Cuarto Propio. Santiago de Chile. 2003. • PLANELLA, Juan. Los sistemas de Platón y Aristóteles. Editorial Iberia, S.A. Barcelona. s/n año. • PLATÓN. Timeo. Ediciones Universidad Católica de Chile. Santiago de Chile. 2004.
• TEOFRASTO. Editorial Anthropos. Barcelona. 2006.
RECURSOS DE INTERNET
– KANT, Emmanuel. De Mundi Sensibilis Atque Intelligibilis Forma Et Principiis. Psikolibro.webcindario.com/libros/ccss/Immanuel kant – de la forma y principios del mundo sensible e inteligible.zip.
Print Friendly, PDF & Email


Tweet



Comentar

Requerido.

Requerido.




 


Critica.cl / subir ▴