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Ester Precht Bañados y la Revolución en el Aula.

por Francisco Díaz Céspedes
Artículo publicado el 19/12/2018

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Croquis de Ester Precht B., realizado por Fray Pedro León Maximiliano María Subercaseaux Errázuriz. Localidad: Las Cruces, Región de Valparaíso. 1950. (Archivo Histórico de Ester Precht Bañados).

Resumen
Ester Precht Bañados, educadora y escritora, propone la noción educativa Revolución en el Aula, un concepto trascendental en los ejes de la ciencia de la educación, quien mediante un espíritu activo la llevaría a promover cambios radicales en la visión socio-educativa desde a mediados del siglo XX en adelante. Entre sus reflexiones profesionales, Precht Bañados manifiesta que: “Soy lo que soy, gracias a la familia de la cual provengo, a la interrelación con personas, paisajes y circunstancias. A mi herencia genética, física, emocional, espiritual, intelectual, artística y otras (…).” Argumento que sustenta las bases de la vocación docente, desempeñadas en el día a día por innumerables profesoras y profesores de todo el orbe. A su vez, la maestra chilena plantea que al momento de homologar los diversos roles entre quien educa y quien aprende es a través de la educación formal y la educación del hogar. Así, estos elementos conjugados se expresan por medio de los infantes, y por ende determina el primer paso para la tan anhelada calidad de vida.

Palabras Claves: Revolución en el Aula, Familia, Encuentro Genuino.

 

Ester Precht B.: El sendero para ser Educadora
Ester Elena Precht Bañados nació el 1 de octubre de 1928 en la ciudad de Santiago de Chile, hija de Héctor Precht Castro y Marta Elena Bañados Martínez. La Maestra expresa que los recuerdos de su padre fueron fundamentales para toda su vida, afirmando que: “Me regaloneó desde que nací. Según mi mamá -ella se puso un poco celosa porque con mi presencia, disminuyó su ración de besos diario-. Desde que tengo recuerdo, mi papá todas las noches se acercaba a mi cama a arroparme y a darme un beso. También retengo en la memoria los cuentos que nos inventaba a mí y a mi hermana Elena lleno de alegría y enseñanzas. Fue nuestro cómplice en múltiples aventuras infantiles. Durante mi primer año de colegio me llevó todos los días desde nuestra casa, salíamos muy temprano tomados de la mano y durante el trayecto me repasaba las tablas de multiplicar, especialmente la del “7”. De mi querido papá heredé el testimonio diario de su amor protector permanente por mi mamá y por cada uno nosotros, de sus hijas e hijos, su honestidad y espíritu de trabajo. Su espíritu práctico, asimismo su interés por el jardín, las flores y su gran devoción a la Santísima Virgen María. De mi madre, a pocos días de mi nacimiento, en su diario de vida, escribe:

“Yo soñé una noche, que cada regalo de la canastilla de mi guagua era un don. Soñé que había invitado a las hadas para que me la presagiaran bien y así vi desfilar para ella, riqueza, sabiduría, honores, belleza sin que yo siquiera sonriera. La riqueza sirve poco, la sabiduría, se adquiere, los honores y la belleza infatúan…y seguían pasando… hasta al fin al verme siempre triste alguien me preguntó qué era lo que ambicionaba para el retoño que apretaba contra mi pecho como miedosa de tantas regias ofrendas.
Y yo pedí a las hadas dos cosas; alegría y bondad. Nada más quiero para Estercita.
Siendo alegre, sintiendo la alegría de vivir dentro del alma no tendrá celos, ni envidias, ni ambición.
Así sola, como parte de ella misma, emanará bondad. Y siendo buena tendrá derecho a toda la felicidad que brinde la vida.
¿Oyes Estercita? Ante todo te quiero buena, porque la felicidad hay que merecerla. Y yo pido para ti mucha, pero, te quiero digna de ella.”
Mi “mamacita”, entre otros muchos hábitos y costumbres, me dejo como herencia testimonial, su interés y dedicación por la familia, por los parientes y amigas en dificultad. A cultivar amistades. También el cuidado al enfermo con higiene y conocimiento. La importancia del aspecto personal, de las buenas maneras, de la apariencia diaria, de la disposición para levantarse y trabajar, para estar en casa, para salir. Situación similar en cada habitación del hogar; la mesa bien puesta, el salón preparado. Aparentemente los aspectos exteriores ayudan a formar el alma, el espíritu, y éstos me hicieron una mejor persona. Todo esto me llevó a la Educación Superior y a buscar nuevos caminos.” (Entrevista, PEIP, 2018).

La formación académica de Precht Bañados estuvo marcada por la influencia de solemnes intelectuales, entre ellos destaca la figura del italiano Fray Pedro Subercaseaux (1880-1956), quien le enseñó que: “A Dios hay que adorarlo alegremente, y luego añadió; por medio de la pintura, la música, arte, el humor, el contacto con la naturaleza.”; el chileno Cardenal Monseñor José María Caro Rodríguez (1866-1958), quien le aconsejo de: “A) No tomar nunca una determinación con el ánimo agitado por una pasión. B) Más moscas se casan con una gota de miel que con un barril de vinagre. C) Mirar siempre la vida por el mejor lado que se tiene.”; y la española abogada y pedagoga Misia Matilde Huici Navaz (1890-1965), quien le enfatizó: “Que cada especialista, lo técnico, lo profesional, lo científico son adjetivos que se van situando sobre la persona y tal sea ésta, sus sentimientos, valores, anhelos y conocimientos, tal será el técnico, el profesional, el científico, el investigador, de ahí la importancia de la formación.” (Precht, Vida Familiar, pp.6-7.).

Precht Bañados inició su carrera profesional de educadora en la Universidad de Chile (1947-1950), bajo el rectorado de Juvenal Hernández Jaque (1899-1979),(1) y el decanato de Juan Gómez Millas (1900-1987), doctos que impulsaron con bases filosóficas, psicosociológicas y pedagógicas la profesión de Educación Parvularia. Según la investigadora Camila Londoño, la profesora Amanda Labarca (1886-1975) fue la fundadora y directora de la escuela. La formación de las futuras educadoras de la Universidad de Chile, liderada por Labarca, se centró en dos focos: el conocimiento de sí mismas y el conocimiento del camino hacia una idea. Dichos principios eran también aplicados a las necesidades del párvulo a través de cursos de metodología, literatura infantil, nutrición y diferentes seminarios. (Elige educar, 2017, p.2). Ester Precht hace mención: “Que para ser admitida por la Casa de Estudio, tuve que aprobar varios exámenes, y subraya que sus formadores era un equipo de selección, personas idóneas, entre ellas provenían de España, en la embarcación SS Winnipeg (1939), como Misia Matilde Huici. Otros formadores como: Linda Volosky, Natividad Segovia, Dr. Eugenio Cienfuegos, Inge Rosenthal, Pepita Turina, Marta Sharpe, Hilda Kamching, Dr. Gonzalo Cienfuegos. (Precht, Vida Profesional, p. 8). “En efecto, los aconteceres de aquellos tiempos siguen siendo modernos y lo más importante es: “El Respeto por el niño” y “cada uno de ellos es: único, original e irrepetible.” Éste es el objetivo principal que dirige toda mi vida como educadora, desde que egresé en la 4° promoción de la Universidad de Chile.” (Entrevista, PEIP, 2018).

La vocación de Precht Bañados como educadora se materializaría en la acción práctica del trabajo cooperativo entre profesionales de la educación y la capacidad personal y espiritual que conlleva a dirigir a cada uno de los miembros de la comunidad educativa. En palabras de la educadora, escribe: “Debíamos ser, ante la frustración y la adversidad como la pelota de goma que se hunde pero rápidamente vuelve a tomar su forma. De hecho Matilde Huici se refería no a saber filosofía sino al -sentir filosófico-(2) a la formulación de un principio ideal normativo que la futura educadora debía absorber, asimilar y convertir en su “espina dorsal moral”. La ética psicológica, el darse cuenta de su propia conducta y de los móviles de ella; de sus propios impulsos, tendencias y apetencias; el adquirir el hábito consciente de la auto-represión voluntaria, la limitación de la voluntad producto del cumplimiento del deber. Todo esto debía lograr la educadora de párvulos en sí misma, y ello no implicaba, para nuestra maestra, ni sacrificio ni tristeza porque está compensado con los sentimientos y realizaciones estéticas.

Por otra parte, los ramos que con cierto sentido peyorativo eran o son aún denominados -ramos técnicos- en la formación de la educadora se convirtieron en fuente de goce para el equilibrio psicofísico. La contemplación y análisis de la belleza natural y la expresión propia del impacto de esa belleza mediante el dibujo y la pintura. Así, la armonía musical y su expresión por medio del canto, sin pretensión de ser divas. La percepción del ritmo interior propia de cada una y su adecuación progresiva al ritmo ambiental, mediante ejercicios corporales, kinésicos y respiratorios, estimulados por la música. La adiestrarían psicomotriz, mediante la realización de trabajos manuales que producía el placer de crear objetos bellos con sus propias manos capaces de convertir en belleza útil lo desechado por inservible e inútil. La conciencia de esa capacidad de ese poder fue para mí fuente de energía vivificadora. Debí leer, estudiar y conocer todos los métodos de los grandes precursores de la educación,(3) para contar con los recursos requeridos en la realización del diario quehacer pedagógico, pero también la flexibilidad y la libertad necesaria para seleccionar de acuerdo a mis conocimientos, la metodología más adecuada para el grupo de niños y para cada niño a mi cargo.” (Precht, Vida Profesional, pp. 9-10).

Precht Bañados en su reflexión profesional, estaba citando y ejerciendo las premisas educativas del pedagogo suizo Johann Heinrich Pestalozzi (1746-1827): “Nos debe unir por sobre todo el hecho de ser seres humanos capaces de ser solidarios. Seres con ―mente, corazón y mano-” (Pestalozzi, 1988). Puesto que la satisfacción a cumplir las necesidades afectivas, salud, juego, nutrición y espíritu deben estar tuteladas, conjuntamente, por maestros y/o maestras y el hogar. De modo que el conocimiento se trasmite, paulatinamente, en los y las estudiantes, la familia y su entorno. No obstante, la educación es una responsabilidad compartida por quienes desean ser partícipe de ella, y no tan sólo de la singularidad docente. Si bien es cierto, los profesionales de la educación, también, sienten temor al realizar las acciones y actividades que transforman y mediatizan las ideas y experiencias entre los y las estudiantes y el mundo; un firmamento que están descubriendo, construyendo y reconstruyendo a medida de cómo ellos y ellas están “conociendo”.

Ester Precht B., luego de veinte años de aplicación teórica práctica con niños y niñas de diferentes estratos socioeconómicos, citadinos y rurales, gestó una metodología pedagógica llamada Revolución en el Aula, quien la instauró cuando tuvo el valor de “borrar” su personalidad de adulto y logró “sumergirse” en el “mundo de los infantes”, con el objetivo de escucharlos(as), valorarlos(as) y aprender de ellos y ellas. “Desde allí extraje elementos pertinentes de un tesoro inagotable, que me han permitido indisolublemente organizar actividades exitosas, más allá de la educación parvularia y mirar sobre unos “hombros gigantes” para unificar a Latinoamérica a través de la educación.” (Precht, Vida Profesional, p. 23). En otras palabras, la metodología empleada por la educadora es: “Trascender lo que se quiere proyectar”, y los y las profesionales de la educación tienen la impronta de ser protagonistas de su propia creación por medio de las actitudes, aptitudes y diligencias cotidianas que forjan los cimientos de la tan anhelada calidad de la educación.

La Revolución en el Aula
Ester Precht Bañados postula que la práctica de la educación surge de los grandes cambios y descubrimientos que nacen a partir del trabajo diario, de la investigación, y en la acción empírica. Respetando, escuchando y aprendiendo de los niños y las niñas, de adolescentes, y de cada estudiante, cualquiera sea su edad, raza, cultura y condición humana. Revolución en el Aula se recalca en la importancia de consignar lo observado, el trabajar en equipo, compartir experiencias, crear actividades y asimismo el material correspondiente y específico para cada educando(a). Así, interactuar con el entorno, es respetar la cultura y las diferencias individuales, vivir la pedagogía con alegría y fervor, en técnica, ternura y poesía, en constante actitud de asombro. En relación a las cavilaciones que propone Precht B., éstas son muy similares a los pensamientos pedagógicos que expresó Gabriela Mistral (1889-1957), tales como: “1.- Todo para la escuela; muy poco para nosotras mismas. 2.- Enseñar siempre: en el patio y en la calle como en la sala de clase. Enseñar con la actitud, el gesto y la palabra (…). 8.- Si no realizamos la igualdad y la cultura dentro de la escuela, ¿dónde podrán exigirse estas cosas? (…). 21.- La nobleza de la enseñanza comienza en la clase atenta y comprende el canto exaltador en sentido espiritual, la danza antigua –gracia y decoro-, la charla sin crueldad y el traje simple y correcto.” (Mistral, 1979, pp. 39-40).

La nobleza de la enseñanza, valor que se conquista en el aula, es sin lugar a dudas la formación inquebrantable de los hábitos y costumbres que se componen como una herencia testimonial mediante el interés y la dedicación por conservar a la familia. También nos permite cultivar amistades y enfrentar la enfermedad con higiene y conocimiento; por lo tanto, el niño y la niña aprende desde lo más humano: el aspecto personal, los buenos modales, la disposición para ir a la escuela, el deseo de querer estar dentro y fuera de casa, regular los tiempos con responsabilidad y de no generar preocupaciones innecesarias de quienes les aman. Desde la mirada de Ester Precht B., demanda a los padres y apoderados: a que cada hijo(a) tenga en el hogar una mesa bien puesta, un pequeño salón preparado para ilustrarse y una alimentación saludable, ya que estas mínimas “cosas” generan un ambiente grato para la apertura motivacional del estudio. Este primer paso, originado desde el cobijo, el alumno y la alumna comprenderá –implícitamente- que el conocimiento es parte fundamental de la vida familiar.

Por otra parte, y en un estilo de pensamiento semejante al de Precht B., el profesor Oscar Tabárez, Director Técnico de la Selección Uruguaya de Fútbol, haría mención a la nación charrúa que: “Como Maestro sé el esfuerzo, dedicación y compromiso que cada docente realiza en las aulas, en esa cancha tan difícil de jugar. En esa cancha los rivales y las dificultades son enormes. La mala alimentación de los estudiantes, la falta de estímulos y motivación, la falta de materiales didácticos para trabajar, las dificultades de aprendizaje, la sobrepoblación, y ante todo la falta de reconocimiento de esta labor tan importante para construir una sociedad mejor.” (Tabárez, 2018, p.1). El profesor uruguayo no está equivocado al momento de replantear lo que pretendemos como sociedad, de hecho serían los escritos reflexivos de grandes maestros latinoamericanos que abordarían la temática del “querer aprender”, a pesar de los múltiples obstáculos que presencian miles de estudiantes y profesores(as) en diferentes contextos socio-culturales.

Para la educadora, Revolución en el Aula es el punto de partida que tiene una comunidad para transformar el clima existente, y ésta tiene la obligación de ser liderada por maestros(as) y sus alumnos(as). Entre algunos maestros y maestras que triunfaron en el cambio de modelos socio-educativo para la armonía de las colectividades latinoamericanas, aludimos al educador venezolano Simón Rodriguez (1769-1854), al docente y escritor argentino Domingo Faustino Sarmiento (1811-1888), al escritor y filósofo cubano José Martí (1853-1895), al pensador y escritor mexicano José Vasconcelos Calderón (1882-1959), al escritor peruano José Carlos Mariátegui (1894-1930), al maestro y escritor uruguayo Jesualdo Sosa (1905-1982), y al educador y escritor brasileño Paulo Freire (1921-1997). Todos ellos, junto a Mistral, y otros pedagogos y pedagogas -que han dejado de percibir los crepúsculos- han trascendido en la historia de la educación, tanto en sus pensamientos, prácticas y múltiples quehaceres para intentar forjar una mejor humanidad cognitiva. Es así como para el investigador y biólogo chileno Francisco Varela García (1946-2001) definir el ser cognitivo es sustancial para su propia implementación, debido a que su historia y su acción forman un bloque; entendiendo que la vida cotidiana es por necesidad una experiencia con agentes inmersos en innumerables situaciones. (Varela, 2003). Argumentos que se verían reflejados en la labor educacional del maestro Freire, al momento de formular la metodología “Palabra Generadora” en incontables centros de estudios, o sea, una verdadera Revolución en el Aula.

Esta comunión de reflexiones y labores educacionales evidencian de que todas las profesiones, la de mayor trascendencia es la del educador, ya que durante los cinco o seis primeros años de su vida, el niño y/o la niña, no menestra de que lo instruyan, sino necesita que desarrolle y descubra su propio ser, su propio núcleo de vida. El infante debe ser encaminado con lo que él mismo va percibiendo del medio, el de su familia primeramente, luego el de la escuela, y posteriormente entre ambas. Según la Dra. Elizabeth Calvo de Suzuki, la misión de la educadora de párvulo es desarrollar en los infantes: hallazgos, emociones y sentimientos; apoyarlo en coordinación con los padres y/o compensar las carencias de éstos durante todo su proceso de niñez. (Precht, Vida Profesional, p. 43.).

La formación del profesional de la educación se acentúa en el fundamento de la personalidad adulta, el manantial de donde surge la actitud con que el ser humano se enfrenta a la vida. Para conseguir las mejores condiciones del educador y la educadora, no bastan sólo los planes y programas de estudios, la organización y la estadística, sino que se requiere de un principio, una norma, una ética, en fin una filosofía. Según Huici Navaz (1890-1965), apelaba al sentir filosófico de la educación por medio de la formulación de un principio ideal sistemático: absorber, asimilar y convertir.” (Precht, Vida Profesional, p. 8.). Dado que la ética, propicia el estudio de la conducta, tanto en sus causas como consecuencias, con la finalidad de adquirir el “hábito consciente” del deber ser.

Un deber ser, que interpreta muy bien la historiadora y profesora chilena Sol Serrano Pérez: “La educación desde inicio de la República algo así como una utopía primero y un afán modernizador después. Utopía del paso de la luz a la oscuridad, de la superstición a la razón, de la esclavitud a la libertad. En su afán modernizador, fue siempre objeto de crítica, por insuficiente en cobertura, por no atingente al desarrollo nacional… Pero precisamente si fue siempre objeto de crítica era porque fue siempre objeto de aspiración, ya fuera moral, simbólica, funcional, material o social porque la escuela era un espacio que representaba “algo”, que era mejor (…).” (La Escuela que Queremos, 2015, p.11). Es por ello, que en la escuela de hoy no sería extraño incorporar elementos que estuvieron excluidos en el pasado, como por ejemplo el poema En Este Suelo Habitan Las Estrellas del poeta mapuche Elicura Chihuailaf Nahuelpán (2010), que nos acerca a un territorio en común, no en términos geopolíticos sino del vínculo que respeta la libertad entre lo que contiene el mundo y su deber ser:

“Tvfachi mapu mew mogeley waglen (En este suelo habitan las estrellas)
Tvfachi mapu mew mogeley waglen (En este suelo habitan las estrellas)
Tvfachi Kallfv Wenu mew vlkantukey ta kop u rakizwam (En este cielo canta el agua de la imaginación)
Zoy fvtra kamapu ta ñi mvlen ta tromv (Más allá de las nubes que surgen)
Tripalu ko mew ka pvlli mew (de estas aguas y estos suelos)
Pewmakeiñmu tayiñ pu Fvchakecheyem (nos sueñan los Antepasados)
Apon Kvyen fey ta ñi Pvllv –pigekey (Su Espíritu –dicen- es la Luna Llena)
Ñi negvmkvlechi piwke fewla Ñvkvfvy. (El Silencio: su corazón que late).”

Revolución en el Aula es un concepto pedagógico explicativo, con el objetivo de motivar a los y las futuros(as) docentes a respetar y generar la integración de las personas con las culturas desconocidas. De hecho la palabra “Revolución” focaliza una carga semántica que se ha tenido presente en incontables hitos de los procesos históricos educacionales, y que aún sigue estando vigente en las innovadoras políticas educacionales. Frente a esto, expondremos tres metodologías que han transformado el colectivo imaginario de miles de estudiantes: el primero corresponde al sentido propio que deben tener los seres humanos en torno a lo que significa educación; el segundo, a aceptar a la educación como una esencia del buen porvenir del prójimo a través de la comprensión del lenguaje; y el tercero, a la estructura formativa ética de los miembros de una comunidad educativa.

1° De Albert Einstein (1879-1955):
Profesores y Alumnos.
Es el auténtico arte del maestro despertar la alegría por el trabajo y el conocimiento.

¡Queridos niños!
Me alegra ver en este día a la alegre juventud de una tierra bendita y soleada.

Pensad que las cosas maravillosas que podréis aprender en vuestras escuelas representan el trabajo de muchas generaciones, que en todos los países de la tierra las lograron con mucho afán y mucha fatiga. Las ponemos en vuestras manos como llegado, para que las respetéis, desarrolléis, y por último las entreguéis a vuestros hijos. Así es cómo nosotros, los mortales, nos hacemos inmortales, transmitiendo el trabajo hecho por todos.

Si pensáis en esto, encontraréis sentido a la vida y a vuestros sudores, y podréis transmitir vuestras acertadas convicciones a otros pueblos y otras épocas. (Einstein, 2011, pp. 29-30.).

2° De Paulo Freire:
Una vez proyectada la situación –representación gráfica de la expresión oral- se inicia el debate en torno de sus implicaciones.

Sólo cuando el grupo haya agotado, con la colaboración del coordinador, el análisis (decodificación) de la situación dada, el educador pasa a la visualización de la palabra generadora; enfatizando la visualización y no para su memorización. Luego de visualizarla, establecido el vínculo semántico entre ella y el objeto a que se refiere y que se representa en la situación, se ofrece al educando el cartel y/o imagen, la palabra, sin el objeto nombrado. Después se presenta la misma palabra separada en sílabas, que generalmente el analfabeto identifica como “trozos”. Reconocidos lo “trozos” en la etapa del análisis, se pasa a la visualización de las familias fonémicas que componen la palabra de estudio.

Estas familias, que son estudiadas aisladamente, se presentan luego en conjunto, llegando en último término al reconocimiento de las vocales, ya que por medio de ella, haciendo síntesis, el hombre y la mujer descubre el mecanismo de la formación vocabular en una lengua silábica, que se hace por medio de combinaciones fonémicas. Este mecanismo comienza a crear por sí mismo su sistema de signos gráficos. Empieza entonces en el primer día de su aprendizaje y con la mayor facilidad a crear palabras con las combinaciones fonéticas puestas a su disposición por la descomposición de un vocablo trisilábico.

Imaginemos la palabra “ladrillo”:

1.- Dialogar para que sirven los ladrillos y cuál es su función (Activación de conocimientos previos).

2.- Separar silábicamente: la- dri-llo.

3.- A partir de la primera sílaba “la”, el grupo reconoce toda la familia fonética resultante de la combinación constante inicial con las demás vocales: (la, le, li, lo, lu) (dra, dre, dri, dro, dru) y (lla, lle, lli, llo, llu).

4.- Una vez reconocida la palabra generadora, se propone al grupo que la compare con las otras sílabas, lo que le muestra que, si bien comienzan igualmente, terminan en forma diferente. De uno en uno, todos van creando palabras “ficticias o reales” con las combinaciones posibles a disposición:

(llolli), (drilolle), (lladrule) (…).

5.- Terminados los ejercicios orales en que no sólo hubo conocimiento, sino reconocimiento, sin el cual no hay verdadero aprendizaje, el y la estudiante comienza en la misma noche a escribir las sílabas mediante asociación y disociación.

Así, lo que importa, en el día en que se inicia en este nuevo método, es el descubrimiento del mecanismo de las combinaciones fonémicas. (Freire, 2004, pp. 111-115).

3° De Humberto Maturana:
El acto de convivir es fundamental para mantener una relación recíproca entre quienes son parte de un encuentro, un lazo que vincula al tú y al yo. No obstante, somos conscientes de cada instante y cada momento, y es por ello que el cuidado del comportamiento debe transitar en el respeto. Así, la figura de ser “Niños Crecidos” nos invita a ser parte del juego del pensamiento, el juego del sentir y el juego de transmitir (XVII Jornadas Trasandinas de Aprendizaje, 2018.). Si no fuera una relación ética, desgraciadamente, todo parece indicar que hemos entrado ya en la fase final de este camino en el cual la incomprensión de los seres humanos entre sí amenaza con la destrucción sistemática, no sólo de la vida humana en el planeta sino, mucho antes aún, de la vida interna, de la confianza básica de unos en otros, que es la base fundamental del vivir social. (Maturana y Varela, 2003, p. 9.). De modo, que para entender lo que construimos juntos es mediante una relación, que se reafirma en la enseñanza, y nos orienta a dirigir la mirada para coordinar “el escuchar” y “el quehacer”, es decir, nos transformamos permanentemente. A su vez, el no convivir también es una elección legítima por parte de los individuos, pero la humanidad es una historia de convivencia, y los mayores tienen la responsabilidad de trasmitir ciertos constructos lógicos para que persista la avenencia, despojando los fanatismos, fundamentalismos e ideologismos, y toda conjunción de elementos que niegan la reflexión del hombre por el hombre.

Volviendo a los postulados de Ester Prech Bañados, es posible comprender que la articulación de Revolución en el Aula se confirma, secuencialmente, en la estructura teórica de Einstein, Freire y Maturana, demostrándose una visión educativa centrada en el lenguaje y la ética, seguida por la práctica cotidiana y finalizando con el convivir reflexivo de los seres humanos. Es por ello, que su más devoto labor se debe a la creación de las Jornadas Trasandinas de Aprendizaje: encuentro educacional de integración latinoamericana, a partir del año 1984 de modo no interrumpido. Entre sus objetivos:

  • Acrecentar el interés por incrementar los vínculos de estudio y conocimiento en pro de la unión y la paz en un grupo de habitantes, cada vez más numeroso, de latinoamericanos especialmente de pueblos del Cono Sur (…) para enfrentar los desafíos que nos trae el siglo XXI.
  • Organizar plenarios, paneles, exposiciones, conferencias, entre otras y crear instancias como: reuniones de expertos, círculos de estudio, página web, video conferencias y otras de acuerdo a los avances de la tecnología y la globalización de la comunicación. Estas opciones de trabajo, pueden seleccionarse de acuerdo a los intereses de cada institución educativa.
  • Integrar, permanecer y vigorizar los lazos de unión entre los países latinoamericanos, tanto en amistad y estudio, con la finalidad de compartir criterios de trabajos tangibles, que sean entregados a las autoridades educacionales, como una contribución positiva a las comunidades. (UNESCO, X Jornadas Trasandinas de Aprendizaje, 2004, p.3.).

Los objetivos se han conseguido mantener por más de tres décadas, dada a la perseverancia y voluntad de los miembros que participan activamente en las Jornadas Trasandinas de Aprendizaje. Desde la perspectiva del investigador Rodrigo Espinoza Vásquez, “Ester Precht B. de Chile y Elizabeth Calvo de Suzuki (1942-2012) de Argentina, buscaron establecer a nivel latinoamericano una red de psicopedagogos(4) que incluye a profesionales de Perú, Argentina, Chile, Paraguay, Uruguay y Brasil, donde comparten experiencias, investigaciones y avances en el terreno educativo.” (Espinoza, 2018, p. 8.). Este hecho promovió la profundización de nuevas materias y conocimientos en la ciencia de la educación chilena, considerando aportes importantes de las discusiones teóricas prácticas de los y las profesionales de la República de Argentina.

La reflexión de cada tema educacional presentado y a presentar por diversos especialistas del saber en las distintas Jornadas Trasandinas de Aprendizaje se sustenta en bases teóricas y prácticas de la de la ciencia de la educación. Entre algunos ejes tratados, secuencialmente, se encuentran: Los vínculos interpersonales en Educación y Aprendizaje, Diagnóstico de la situación cultural actual y la convicción de que la vida propiamente humana es imagen y concreción de un amor profundo e incondicional que la constituye, La Familia y sus desafíos, Los desafíos de la Escuela, La Psicopedagogía: Puente entre Salud y Educación, La Formación permanente y la Universidad. (XV Jornadas Trasandinas de Aprendizaje, 2014).

Todas estas temáticas estarían intrínsecamente en los pensamientos de profesores y profesoras ilustres que promueven una educación integral, una escuela universal para una sociedad que razona; no desde el utilitarismo de la competencia, en que, por lo general, cada estudiante al momento de finalizar su proceso escolar, “naturalmente” se aísla de sus pares para ir en búsqueda de oportunidades personales, y cuando éstas son cumplidas, las personas tienden a olvidar el pasado colectivo, y por ende deja de convivir, de incluir y de coexistir con los lazos del pretérito. Entre algunas experiencias que han superado estos argumentos, destacaremos algunos testimonios del libro La Escuela que Queremos:

1°
“Terminé mi educación primaria y mi educación secundaria en San Fernando, en el Liceo de Niñas, en un ambiente de encuentro democrático con mis compañeras que provenían de distintas condiciones sociales y culturales, lo que –unido a la convivencia en mi hogar- cimentó en mí un principio pedagógico que me parece clave para Chile de hoy: la escuela debe estimular el encuentro de una sociedad que es heterogénea, con el respeto que requiere el considerar a los otros “como legítimos otros”, ya que las personas valen por lo que son y no por lo que tienen. En ese liceo viví muchas experiencias significativas pero sobre todo recuerdo a una compañera de banco, que me pegó los piojos. Ante mis reclamos y solicitudes de cambio de puesto, mi madre me llevó a su casa a buscarla y la invitó a la nuestra para hacernos a ambas un tratamiento con el que se acabó el problema. Entretanto, yo aprendía (no sin algo de celos en ese momento) –como me decía mi mamá- que mi compañera tenía gran mérito en saber lo que sabía sin haber tenido nunca el acceso a libros que yo tuve desde pequeña. Al pasar las semanas, poco a poco empezamos a tomarle el gusto a conversar y estudiar juntas y nuestras calificaciones no eran muy distintas. Muchos años después de salir del liceo un día nos encontramos: “Escogiste una linda profesión”, me dijo. “Tú también”, le contesté al saber que se había convertido en una destacada doctora en el hospital de San Vicente. Ese día cuando nos abrazamos, me di cuenta de lo que nos unió para siempre, es haber vivido juntas una real experiencia de educación de calidad.”

Testimonio de Viola Soto Guzmán
Profesora de Historia y Geografía en el Instituto Pedagógico de la Universidad de Chile.
Premio Nacional de Ciencias de la Educación 1991.

2°
Jazmín: A mí me gusta Chile, pero a veces en la escuela me siento mal cuando me hacen burla porque tengo el pelo muy crespo y no hablo muy bien el castellano todavía.
Tina: Yo creo que es puro prejuicio porque acá hay poca gente de color.
Jazmín: Sí, seguro es por eso pero no me siento bien cuando me miran como rara.
Víctor: Seguro que en Haití también miran raro a los más blancos.
Jazmín: No sé, nunca me fijé en eso.
Víctor: A mí también me miraron raro una vez que fui a un barrio muy elegante.
Tina: A mí no me ha pasado y no me gustaría nada.
Jazmín (Haití), Tina (Brasil) y Víctor (Chile)
Un diálogo entre estudiantes de una escuela básica en Santiago Centro.

3°
“Yo voy a la escuela en Chile y me gusta aunque a veces me siento distinto. Sobre todo cuando hablan de Iquique y la guerra. Mi hermano menor nació acá y mis papás dicen que nos quedaremos a vivir muchos años. Para Navidad llegará mi abuelita. A mí me gusta mucho esa canción que dice para qué vivir tan separados si la tierra nos quiere juntar. Ojalá lo entendamos y no andemos peleando por pedazos de mar o de tierra si se puede compartir.”

Richard Paredes.
Estudiante peruano, 13 años, Antofagasta.

De acuerdo a los testimonios expuestos, dialogar es considerar al otro, aceptarlo tal cual como es, sin cuestionarlo y sin sojuzgarlo. Actualmente en las unidades educativas del país, los y las estudiantes viven día a día infinidades de conversaciones, y por tanto la educación escolar no responde solamente a las directrices de los planes y programas de estudios, calendarización rigurosa de la asistencia a clases, o al proceso formativo entre la institucionalidad y el hogar. La educación manifiesta “algo” mucho más allá de lo que las familias desean para sus hijos e hijas. La realidad educativa se expresa en la dialogicidad, y ésta adiciona a la identidad social, cuyos frutos lo origina la escuela, el colegio, el liceo y entre otras tantas instituciones que pensar en cada una de ellas nos invita a articular un nuevo Tejido Social. Frente a esto, “la mejor escuela, es la escuela del barrio”, enunciado complejo, que desarticula los prejuicios de quienes no asisten a ella, y por ende determina que la conciencia del individuo es cuestionada al apartarse del que perpetua la conciencia colectiva.

La educación que recibimos de nuestra familia, de los compañeros y las compañeras, de los funcionarios y las funcionarias de la unidad educativa y la comunidad escolar en su totalidad, nos nutre y nos demanda a ser parte de una educación en común, en una horizontalidad, en donde todos y todas somos convergentes en un punto: ¡Aprender a convivir dentro y fuera del aula!

Hacia una conclusión
En síntesis, es posible interpretar que el concepto de Revolución en el Aula responde más allá de la sala de clases. Es un concepto y enunciado que trasciende armónicamente a quienes están dispuestos a vivir con el otro, aceptándose mutuamente hasta ir al firmamento, tal como lo manifestó el cantautor chileno Víctor Jara (1932-1973) en el tema Plegaria a un Labrador “(…) Levántate y mírate las manos. Para crecer, estréchala a tu hermano. Junto iremos unidos en la sangre. Ahora en la hora de nuestra muerte. Amén” (1969). Vínculo, intrínseco, que es la esencia de la educación, y de quienes la constituyen día a día. Juntando las manos para no discriminar, no sesgar y no diferenciar.

Sabemos que la institucionalidad promueve la secuencialidad de los planes y programas de estudios impartidos por el Ministerio de Educación, no obstante el rol de éste no es generar una “Pedagogía Bancaria”, sino de formar una comunidad por medio del “saber dialógico”, de modo que cuando se presenten conflictos de convivencia, tanto en el hogar, la escuela, el trabajo, en la vejez, todo espacio público y privado, sean solucionadas de manera pacífica entre los involucrados, desechando por completo la violencia. Es por este argumento, que Ester Precht Bañados, desde su infancia hasta nuestros días, ha impulsado una visión educativa muy similar al de los grandes maestros y maestras del mundo. Como no destacar a Pestalozzi, Fröebel, Montessori, Decroly, Einstein, Mistral, Volosky, Segovia, Cienfuegos, Rosenthal, Huici, Freire, Maturana, entre otros.

Los postulados de la educadora chilena, están materializados en dos líneas: la formación y labor académica como Educadora de Párvulo y las Jornadas Trasandinas de Aprendizaje, que tienen por conjunción: “Respetar al otro, en su inmensidad.” Para Precht Bañados, las convicciones y aseveraciones de quienes son parte de la ciencia de la educación, no tan solo se reduce a realizar bien las actividades escolares en los diversos establecimientos educacionales, sino ir más allá, como por ejemplo: crear un vínculo fidedigno entre docente y estudiante, ya que este encuentro constituirá las redes de una comunidad. En un sentido más amplio, y retomando la imaginación: quizás aquel alumno(a) podrá ejercer como abogado(a), médico(a), profesor(a), peluquera(o), policía… La profesión y/o el oficio no es la causa fundamental del desarrollo de la vida de las personas en una sociedad, al contrario sólo es el medio por el cual uno es participe, y junto con ella convivimos y nos transformamos para orientar una mejor vida. Por lo tanto, los educadores(as) deben promover el “encuentro genuino” entre los aislados y los congregados, los opresores y los oprimidos, los empleadores y los súbditos, es decir, relacionar toda “antítesis social” para que dejemos de obstaculizar el buen trato que aspira tener la humanidad. No basta con sólo formar a los infantes y escolares, nos incumbe en educarnos día a día como padres y madres, trabajadores(as), amigos(as), clientes(as), jefes(as), vecinos(as)… por causa de la conciencia colectiva, escudriñando por el buen convivir que se manifiesta en la sonrisa, no en la risa, no en la carcajada. Esta expresión corporal, que es propia del ser humano, se fortalece en el alma y menestra ser trasmitida en el día a día.

Bibliografía
XV Jornadas Trasandinas de Aprendizaje. Universidad Católica de La Plata, Argentina, 11, 12 y 13 de septiembre de 2014.
XVII Jornadas Trasandinas de Aprendizaje. 24 y 25 de agosto de 2018. Revista Repsi y Universidad Mayor. Santiago de Chile.
Chihuailaf Nahuelpán, E. (2010). En Este Suelo Habitan Las Estrellas. Poesía Mapuche. Quechurehue.
Díaz, F. (2016). Salvajismo en el Recreo. Una mirada desde las Ciencias Sociales. Ediciones del Centro Cultural y Ecológico Paulo Freire. Santiago de Chile.
Einstein, A. (2011). El mundo como yo lo veo. Ediciones Brontes. Barcelona. España.
Espinoza, R. (2018). “Antecedentes históricos en el desarrollo de la Psicopedagogía en Chile.” Revista Pilquen. Sección Psicopedagogía. Volumen 15, N°1.
Freire, P. (2004). La educación como práctica de la libertad. Siglo veintiuno editores. Buenos Aires, Argentina.
Freire, P. (2015). Pedagogía del Oprimido. Ediciones Centro Cultural y Ecológico Paulo Freire. Chile. 2015.
Freire, P. (2014). Por una Pedagogía de la Pregunta. Crítica a una educación basada en respuestas a preguntas inexistentes. Siglo veintiuno editores. Buenos Aires, Argentina.
Jara, V. (1969). Letra y Canción: Plegaria a un Labrador.
Mariátegui J. C. (1928). Escritos sobre educación y política: Estudiantes y maestros. Capítulo 15. Publicado en Mundial. Lima. Perú.
Maturana, H. y Varela, F. (2003). El árbol del conocimiento. Las bases biológicas del entendimiento humano. Lumen/Editorial Universitaria. Buenos Aires. Argentina.
Ministerio de Educación. Gobierno de Chile (2015). La Escuela que Queremos. Santiago de Chile.
Mistral, G. (1979). Magisterio y Niño. Editorial Andrés Bello. Santiago de Chile.
Pestalozzi, J. (1988). Compilados: “Observaciones pedagógicas de Pestalozzi» y «La educación de la petite enfance» – “Cinquiémes Rencontres Pestalozzi” – “Chateau d’Iverdon-les-Bains”.
Precht, E. (2004). “Inicio y evolución de la Carrera de Psicopedagogía en Chile.” Seminario Calidad de la Educación en el Contexto de un Mundo Globalizado. X Jornadas Trasandinas de Aprendizaje.
Precht, E. (Archivo Histórico Familiar) “Vida Familiar” y “Vida Profesional”. Consultado durante el I Semestre de 2018.
Tabárez, O. (Rusia, 22 de junio de 2018.). “Carta dedicada al Movimiento Estudiantil de Uruguay.” Diario Ilustrado.
UNESCO (2004). “Recopilación de Antecedentes Jornadas Trasandinas 1984-2018.” Con el Apoyo de la Oficina Santiago de Chile.
Varela, F. (2003). La habilidad ética. Barcelona, Debate.

 

Páginas Web Consultadas:
https://cuandolaspersonasimportan.wordpress.com/2010/03/16/el_circulo_de_de_niro/
http://www.eligeeducar.cl/breve-recorrido-la-historia-la-educacion-parvularia-chile
http://www.memoriachilena.cl/602/w3-article-98162.html
https://www.ucalp.edu.ar/xv-jornadas-trasandinas-de-aprendizaje/
Entrevista a Ester Precht Bañados, por Francisco Díaz C. 15 Minutos de Cultura. Centro de Investigaciones PEIP. 9 de abril de 2018. Véase en https://www.youtube.com/watch?v=zjP_lZ_mDTo

 

Notas:
  • 1. Rector de la Universidad de Chile entre los años 1932 a 1953.
  • 2, “La maestra Huici Navaz impartió sus enseñanzas, basándose en la experiencia adquirida en Europa, que se interesó en formar una profesional cuya misión específica sería educar y no «instruir; constituir al educador en modelo frente al niño; con creatividad para transformar el recinto más inhóspito en un lugar acogedor; con una capacidad inagotable de entregar afecto, comprensión y alegría.” (Precht, Vida Profesional, p. 9.).
  • 3. Estudiábamos en rigor los escritos del pedagogo suizo Johann Heinrich Pestalozzi, al pedagogo alemán Friedrich Fröebel (1782-1852), a la educadora y filósofa italiana María Montessori (1870-1952), al pedagogo y psicólogo belga Ovide Decroly (1871-1932), entre otros. (Precht, Vida Profesional, p. 9.).
  • 4. Frente al encuentro entre las dos educadoras, en el caso de Precht B. ya había impulsado los primeros cimientos de la institucionalización de la psicopedagogía en Chile, incentivada por el Instituto Educares, que data oficialmente el 8 de octubre de 1981, y posteriormente se transformaría en la Universidad Educares el 15 de febrero de 1990, cuya Casa de Estudio otorgaría el título profesional de Psicopedagogía hasta el año 2005. (Precht, Vida Profesional, p. 43.). Según Espinoza Vásquez, los comienzos de la carrera, se generan a partir de dos grandes experiencias: i) la necesidad de reducir las brechas en aquellos niños y niñas que requieren de mayores apoyos en su aprendizaje formal y ii) el conocimiento producido en Argentina, principalmente en la Universidad del Salvador y del Colegio de Psicopedagogos de Buenos Aires, quienes en alianza con Ester Precht, quien fue Rectora del Instituto Profesional Educares y fundadora de la carrera de Psicopedagogía en Chile donde sus contribuciones han marcado un legado que ha trascendido generaciones, permitiendo hasta el día de hoy promover una nutrida base de profesionales de la psicopedagogía en Chile, cimentan las bases de la psicopedagogía chilena actual. (Espinoza, 2018, pp. 7-8.).

 

 

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