EN EL MUNDO DE LAS LETRAS, LA PALABRA, LAS IDEAS Y LOS IDEALES
REVISTA LATINOAMERICANA DE ENSAYO FUNDADA EN SANTIAGO DE CHILE EN 1997 | AÑO XXVIII
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Mujeres en la iglesia católica.
Una mayoría silenciada.

por Rafael Leopoldo Aguilera
Artículo publicado el 31/01/2018

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Este mismo ensayo se presentó como comunicación en el I Congreso Internacional Mujeres, Cultura y Sociedad: “Mujeres, feminismo y género en el siglo XXI”.
Universidad de Almería, España, 20 y 21 de noviembre de 2015.

RESUMEN: El Dios de católicos es universal, al igual que su Iglesia, no estando limitados, a un reduccionismo filosófico en las tareas que pueden desempeñar el género femenino. La mujer no es un personaje secundario de la Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo, sino forma parte en igualdad de condiciones humanas que el propio género masculino, sin ningún tipo de diferenciación física, psíquica o sensorial, salvo la biológica, y menos aún, teológica, jurídica o social. La mujer realiza el mismo apostolado evangelizador en la transmisión de la fe al género humano en concurrencia con los conceptos morales y éticos aceptados universalmente
PALABRAS CLAVE: Dios, católicos, Cristo, evangelio, fe, mujer, hombre, igualdad, género, humano, moral, ética.
Women in the catholic church. A silenced majority
SUMMARY: 
The Catholic God is universal, like the Church, not being limited to a philosophical reductionism on tasks that can play the female gender. The woman is not a minor character of the Passion , Death and Resurrection of Christ, but equal part in the human male own conditions without any physical , mental or sensory differentiation , except biological , and even less, theological, legal or social . The woman does the same evangelizing apostolate in the transmission of faith to mankind in concurrence with the moral and ethical concepts universally accepted.
KEYWORD: God, Catholic, Christ, Gospels, Faith, Woman, Equality, Gender, Human, Morals, Ethics.

 

0. Proemio
Las Políticas de Igualdad son una seña de identidad de las políticas desarrolladas por los países democráticos. Y ante todo lo que sea desigualdad por parte de todos y todas Tolerancia Cero, especialmente, a quienes tienen la obligación contraída con la gestión y gobernanza pública.

Nuestro punto de partida es que la igualdad [1]no puede ser objeto de un tratamiento marginal o periférico, sino que ha de ser un elemento central en el diseño, planificación y ejecución del conjunto de la política gubernamental[2] en todos los ámbitos competenciales territoriales establecidos en nuestro marco constitucional.

Ello implica trabajar a distintos niveles, actuar de forma coordinada en diversas dimensiones y dotarnos de nuevos métodos e instrumentos. En definitiva, aplicar de manera coherente y eficaz la transversalidad de género en la gestión pública es una tarea compleja, que requiere cambios cualitativos y cuantitativos en nuestras maneras de hacer y, de forma especialmente significativa, en nuestra manera de comunicarnos[3].

En efecto, no cabe duda, es imposible avanzar en la conquista de la igualdad real entre mujeres y hombres sin transformar nuestra forma de comunicarnos y concretamente la herramienta base de dicha comunicación de dos aspectos de convivencia que se encuentran incardinados sociológicamente en nuestros sentires más personalísimos, la religión y las creencias.

Para ello, el papel de las Administraciones Públicas va a ser esencial para articular los mecanismos legales necesarios para evitar cualquier vulneración al ordenamiento jurídico en el plano de la igualdad de trato. A mayor abundamiento, deberían ser los Ayuntamientos y las Diputaciones – Ayuntamiento de Ayuntamientos-, quienes por su alto grado de sociabilidad y socialización en la cercanía con la sociedad y en la aplicación de las políticas públicas sociales, podrán llegar con mayor celeridad, eficacia y eficiencia en llevar a puro y debido efecto todos los elementos relacionados con la igualdad.

En relación con el estado de la cuestión, que describiremos a lo largo de este ensayo literario, en diversos medios de comunicación social se recogieron, recientemente, unas declaraciones desafortunadas de un Prelado mitrado de una diócesis española, en el que afirmaba sin ningún tipo de dudas escatológicas ni legales, sobre el rol de la mujer en la actual sociedad [4], y dentro de este concepto de naturaleza humana, manifestaba que el feminismo es un proceso de desconstrucción de la persona, dando lugar a las ideologías de género, por tanto hay que quitarle el voto a las mujeres porque últimamente hacen lo que quieren y piensan por su cuenta[5].

Para quienes tenemos una cierta edad y hemos tenido ocasión de vivir y convivir durante el anterior régimen político – el franquismo- [6], en cualquiera de sus etapas claramente diferenciadas, sabemos cuál era la situación jurídica de la mujer en el conjunto de la sociedad y en la propia iglesia católica[7], por ser un régimen basado en la ideología proveniente, por un lado, del nacional-sindicalismo – Falange de las JONS –[8] y en el nacional – catolicismo con dos movimientos apostólicos de gran fuerza gubernamental con la llegada de la tecnocracia – Acción Católica, primeramente, y a posteriormente el Opus Dei- [9] sustentados por los abanderados de la tradición requeté, que se enfrentó al liberalismo durante todo el siglo XIX con las tres nefastas guerras carlistas que influyeron en la división ideológica de la ciudadanía.

Hay muchas personas, que sin saberlo o sabiéndolo mortifican sus sentires más racionales en pro de una equivocada interpretación de la educación recibida o formación religiosa o ideológica, seguramente en un prolijo de casos con la patología enfermiza del llamado “síndrome de Estocolmo”, al pensar en el subconsciente, que las mujeres solo sirven para traer niños al mundo[10], no piensan, luego no existen[11].

Las palabras del gentil san Pablo ¡y está escrito, que la mujer está sometida al hombre!, siguen resonando con mucha fuerza en muchas comunidades y colectivos, cuando el propio Jesucristo enseñó a sus discípulos que ante Dios Padre todos somos iguales.

No me estoy refiriendo a mujeres que por su edad, les tocó vivir unos momentos históricos de mayor hostilidad hacia la autonomía y autogestión propias de todo género humano, en los mismos términos que disfrutaba el hombre, en esos mismos periodos[12] [13] históricos, con toda la libertad política o no que le era permitida.
Siempre en la mujer existía una imputación doble, por un lado, todo pensamiento u obra declarada impura por cualquier oculto confesionario, pudiendo ser catalogada como pecadora y, respectivamente, a nivel de los códigos jurídicos, la burocracia determinaba la prohibición de determinadas actuaciones u actos de carácter civil, sí no venían avalados por el “macho” – marido, padre, varón-hermano o tutor-.

Visión esta última, que se sigue dando en gran parte del mundo por motivos ideológicos y creencias, pero sobre todo por plasmar en este ensayo, una metafórica interpretación a normas religiosas, contrarias a la concepción evolutiva del género humano en cuanto a la racionalidad humanística, la cual debe de guiar cualquier conducta y comportamiento en el paradigma actual de los países con un sistema de participación de los/as ciudadanos/as en la gestión y gobernanza pública.

La mujer durante la época franquista era como un ser considerado menor de edad, de segunda clase, que pasaba de la tutela del padre biológico o putativo a la de su canónico esposo por imperativo legal. Su papel en esa sociedad era la de madre abnegada y obediente esposa. Un texto de la época refleja esa mentalidad oficial así: «El organismo de una mujer está dispuesto al servicio de una matriz, mientras que el organismo de un hombre se dispone para el servicio de un cerebro”[14].

Incluso algunas mujeres, como Pilar Primo de Rivera[15], hermana de José Antonio, fundador de la Falange española, anteriormente citada, se atrevían con perlas como ésta:

«Todos los días deberíamos dar gracias a Dios por habernos privado a la mayoría de las mujeres del don de la palabra, porque si lo tuviéramos, quién sabe si caeríamos en la vanidad de exhibirlo en las plazas. Las mujeres nunca descubren nada; les falta el talento creador reservado por Dios para inteligencias varoniles. La vida de toda mujer, a pesar de cuanto ella quiera simular -o disimular- no es más que un eterno deseo de encontrar a quien someterse[16] “.

Lo expresado, a su mínima expresión de irracionalidad machista, y que día sí, día también, oímos expresiones desafortunadas o con maliciosa intencionalidad, que siendo una amoralidad e inmoralidad, es un ilícito penal. En algunos clérigos anclados, emocionalmente por su anacronismo arcaico, en el Antiguo Testamento[17]; en sus cansinos e ignominiosos sermones desde el púlpito, revestidos de atributos eclesiales, no tienen ningún reparo ni pudor intelectual, en decir, a viva voz, con despotismo léxico, barbaridades pastorales, no propias del género humano en el siglo XXI, especialmente, en lo referente a el status quo que representa la mujer[18].

También lo dicen, de esta u otra forma, otras religiones monoteístas, pero sería muy extenso recoger en este ensayo todas las coincidencias sobre el hecho causante y adentrarnos en todas ellas, al proceder las mismas en su hilo conductor del mismo tronco común – Abraham- . En este aspecto de una misma procedencia teísta, no existe más diferenciación, que la que nos permite, en una de éstas –la cristiana y católica- poder hacer la crítica con cierta naturalidad, y no ser tachado de “hereje” o “impío” por ningún poder civil y, menos aún, eclesial.

El hecho que la Constitución española de 1978 establezca por tradición multisecular, el mantener, dentro de la cordialidad democrática, relaciones de cooperación con la iglesia católica y otras confesiones, y nombre de forma expresa a la católica, no supone que el Estado sea solo aconfesional, sino que sobre el mismo recae un Estado laico, al ser lo público – Derecho positivo- lo que prevalece sobre lo privado y, más aún, cuando de lo que hablamos, las creencias religiosas o ideológicas, forman parte del interior de cada persona, al igual que cualquier otro tipo de dogmas.

Todas las creencias que se exterioricen – religiosidad popular, entre otras, deben de hacerse dentro del ordenamiento jurídico establecido por un parlamento como expresión genuina de la voluntad del pueblo, no debiendo tener más alcance los pronunciamientos religiosos en la sociedad civil, que el coadyuvar a ser mejor personas y mejores ciudadanos/as en cumplimiento de nuestros derechos, libertades y deberes.

Estamos en una la sociedad civil globalizada en la que deben de exteriorizarse con la verdadera conjugación el verbo respetar todas y cada una de las creencias o ideologías, por ser en esta, donde desarrollamos nuestras capacidades y habilidades personales y profesionales en la plenitud del máximo marco de convivencia, por convivir en un Estado de Derecho avalado por un texto legal de marcado carácter constitucional y demás normales legales y reglamentarias de aplicación propias del ordenamiento jurídico[19].

El Cristo resucitado[20], al que se venera y adora, especialmente en los Sagrarios de las iglesias y oratorios, ese que sufrió la Pasión y Muerte en la Cruz[21], nos quiso dar dos mensajes salvíficos de vital importancia metafísica, condiciones sine qua non para ser una bondadosa y humilde persona. Uno, que Dios es nuestro Padre, no entrando en disquisiciones de sí Uno y Trino[22]; y otro, que el género humano, desde su concepción – mujeres y hombres -, es en su natural binomio amoroso, un todo, que da lugar a una real fraternidad con ocasión de la propia filiación divina de ambos géneros con su creador espiritual

Aquí está la esencia del cristianismo, en clara respuesta a quienes siguen pensando en la religión como brazo opresor e inquisitorial hacia las personas[23], diferenciándolas por razas, creencias, ideologías, nacionalidades, u otras, todas ellas injustas por su propia naturaleza ética y, en este caso, al que nos referimos, divina y no justificable por mucho que algunos lo fundamenten en hechos de carácter cultural.

Las religiones no podemos suprimirlas, no sería políticamente democrático, salvo en los estados totalitarios de carácter nacional-socialista – nazismo y fascismo-, marxista, maoísta, leninistas o trotskistas o sucedáneos de la dictadura del proletariado [24]; tampoco podemos acotarlas al ámbito estrictamente privado porque forman parte consustancial a la inteligencia metafísica del ser humano, y aunque no tengan peso institucional en determinadas sociedades, generalmente las llamadas “democráticas” en Occidente, en donde perviven junto a personas agnósticas, ateas, descreídas o indiferentes, sus preceptos anidan en el corazón de personas que pueden catalogarse como fieles o devotos [25], aunque con la llegada del principio del relativismo moral, han quedado reducidas en muchos aspectos a su uso a la carta, sin compromisos formales, según la conveniencia o no de aplicarse sus cánones, en unos momento u otros, o en ningunos – creyente, pero no practicante-.

Muchos de sus preceptos dogmáticos o morales, siguen determinados cánones en total contradicción ética con los Derechos y Libertades declarados con carácter Universal [26], y que son llevados a puro y debido efecto a través de Organizaciones Internacionales, como la Organización de las Naciones Unidas –ONU-, Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura – UNESCO- [27], Organización Internacional del Trabajo – OIT-, Organización Mundial de la Salud –OMS-, entre otras.

Quienes sean creyentes en los Misterios de la Fe y quieran manifestar sus creencias de forma pública, deben de aceptar y acatar las normas de convivencia cívica reguladas con carácter legal y legítimo, ya que no se puede permitir un elevado grado de falta de sociabilidad y socialización ante toda una comunidad de personas, entre las cuales, habrá gentes a quienes no les importe una determinada acción, pero también habrá otras que se puedan sentir molestas u ofendidas por determinadas acciones u omisiones en un deber cívico de respeto a otras formas de pensamiento.

Las creencias pueden demostrar que son óptimas y positivas para el desarrollo humanístico de la persona, o sus ideas religiosas, en concreto, cuando las mismas nunca aflijan a la persona, especialmente, a la mujer respecto al hombre, y dejen en el rescoldo de sus tibiezas mentales, desigualdades de normas positivas en relación con el varón, en cuyo caso contrario, supone una vulneración a nivel civil y penal de las normas cívicas de concordia, garantizadas por el Derecho Internacional, lo que conllevaría la reprobación y sanción a nivel administrativo y jurídico.

Hoy día, tras la extendida e institucionalidad globalización en las comunicaciones y en la información, sobre todo el poder mediático y comunicador de las redes sociales, salvo excepciones que las habrá como en botica, pero que tenderán a desaparecer por quedarse en minoría, por necesidad de supervivencia callejera, nadie con sentido común y en su sano juicio racional puede obviar los derechos y libertades que asisten a todos los seres humanos, y que están basados en los principios de la revolución francesa de libertad, igualdad y fraternidad liberté, égalité, fraternité-[28] con los matices que se le quieran implementar, pero no son conceptos jurídicos indeterminados.

Atendiendo a las pinceladas literarias expuestas, estas nos servirán como cordón umbilical para seguir adentrándonos en el texto narrativo del ensayo, a fin de determinar de forma clara, concisa y concreta, que el papel de la mujer en la religión cristiana[29], con especial referencia a la iglesia católica, apostólica y romana, aunque también extensible a los patriarcados ortodoxos, cuyos posicionamientos son, incluso, más arcaicos que los católicos, y que salvo en los llamados cristianos protestantes – anglicanos, luteranos, calvinistas…- , el papel de la mujer en la liturgia y acceso a los sacramentos, sigue siendo de discriminación negativa [30], en sentido despectivo, cuando no prohibitiva, lo que conlleva, que el hombre no vea a la mujer a imagen y semejanza del Dios creador de toda criatura humana.

Creación del hombre y de la mujer.
Génesis 1:26

…25 E hizo Dios las bestias de la tierra según su género, y el ganado según su género, y todo lo que se arrastra sobre la tierra según su género. Y vio Dios que era bueno. 26 Y dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y ejerza dominio sobre los peces del mar, sobre las aves del cielo, sobre los ganados, sobre toda la tierra, y sobre todo reptil que se arrastra sobre la tierra. 27 Creó, pues, Dios al hombre a imagen suya, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó.…

1. Introducción
Con este título “Mujeres en la iglesia Católica. Una mayoría silenciada”, aunque lo había titulado con anterioridad «Mentiras de la Iglesia Católica»[31] –mentiras piadosas o compulsivas – , para manifestar la ignominiosa actitud eclesial, al menos oficialmente y normativamente – Derecho Canónico[32] o Eclesiástico[33] – , que durante siglos ha tenido, en líneas generales, la curia vaticana y diocesana, hacia el papel de la mujer en la Iglesia de Roma [34].

Entendida ésta iglesia como comunidad de fieles bautizados en torno al mensaje salvífico de la Resurrección de Jesucristo – Hijo del Hombre e Hijo de Dios- . Aunque en los tiempos actuales ante tanta violencia de todo tipo, lo es importante, con independencia de las creencias religiosas o de cualquier otro tipo de manifestación de culto, como máxima del comportamiento del ser humano, debería de ser, el hacer el bien por el bien sin esperar nada de ultratumba[35], ni resurrección, ni reencarnación, ni ninguna otra fuente de inspiración derivada de la metafísica.

La iglesia Católica, Apostólica y Romana de rito latino, en los albores del siglo XXI[36], sigue manteniendo una ensotanada postura que roza la beligerancia a la hora de aceptar a la mujer en igualdad de carismas y dones religiosos que el hombre, a pesar de algunos pequeños pasos dados en ámbitos organizacionales y funcionales de la curia conciliar, con el nombramiento de mujeres para determinados cargos de pastoral burocrática[37], pero muy graduales, sin pasarse, como paso a paso bajo palio[38]

El papel de la mujer en el Evangelio con especial referencia a la Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo[39], no se puede considerar un personaje secundario, sino forma parte por dignidad humana, en igualdad de condiciones de derecho y hecho que el propio hombre – varón -, sin ningún tipo de diferenciación física, psíquica o sensorial, y menos aún, teológica, jurídica o social.

La mujer puede y debe realizar, cuando así lo desee, el mismo apostolado de evangelizar en la transmisión de la fe al género humano en concurrencia con los conceptos morales y éticos humanísticos aceptados universalmente. Y estos conceptos aceptados por aquellas culturas que tienen un sentido democrático de pluralidad y socialización, no ponen en duda en ningún momento el mensaje evangélico del Sermón de la Montaña[40].

En los albores del siglo XXI no se puede entender la divulgación o difusión de ninguna creencia o fe en los misterios de la religión, que desprendan sentires contra natura, o que vayan en contra de los valores éticos universalmente reconocidos por las organizaciones internacionales humanitarias, que impulsan los estados de paz y bien [41].

Junto a estas entidades de carácter gubernamental, coexisten otras organizaciones no institucionales[42], aunque perciban ayudas de diversa índole de aquellas, con un carácter altruista o filantrópico de carácter socio-cultural humanitario que están en la misma línea de pensamiento.

La libertad individual, el Estado de Derecho y el imperio de la Ley tienen que prevalecer ante abusos individuales o colectivos coaccionadores o condicionadores de la voluntad de pensamiento y expresión manifestada libremente. Y esta libertad no puede ser diferenciadora ni de derecho ni de hecho al género humano.

El Dios de los católicos es universal, quien teológicamente se reveló mediante el Misterio de la Encarnación en su Hijo Jesús – la iglesia [43]celebra esta efemérides litúrgica el 18 de diciembre con la aparición del Ángel Gabriel a la Virgen María para indicarle su estado de gestación, sin conocer a hombre alguno en relaciones íntimas- para acercarse fraternalmente, no solo a los judíos, sino a los gentiles, a los fariseos, como única y verdadera Verdad vista a los ojos del ser humano.

El propio Jesús lo reitera más adelante en el mismo discurso de la Última Cena[44], con la institución del Sacramento de la Eucaristía, agregando: Amaos los unos a los otros como Yo os he amado. Nadie tiene amor más grande quien da la vida por sus amigos (Jn.15, 12, 13). Precepto que no se desprende ningún tipo de diferencia por motivos de género.

Por ello, existen partes de los Evangelios, que no concuerdan con el verdadero y auténtico espíritu de igualdad de género, y que tuvieron que ser añadidos de ese momento histórico para seguir manteniendo un sentir misógino, especialmente en muchas de las palabras atribuidas al apóstol de los gentiles San Pablo, quien no tiene desperdicio algunos comentarios desafortunados [45].

De igual forma, su Iglesia constituida en la piedra angular de Pedro[46] y la palabra de Pablo [47], que tras algo más de dos milenios, dimanada de este Mesías, el Profeta esperado, nacido en una proletaria cueva en Belén de Judea– día 25 de diciembre, fiesta de la Natividad- y muerto mediante una condena a muerte en una Cruz sita en el Monte Calvario – cada Viernes Santo en marzo o abril- , tras un proceso judicial penal en el Sanedrín y ante las autoridades romanas, tapizado de irregularidades procesales y procedimentales, no estando limitada su Palabra esperanzadora, ni en el tiempo ni en el espacio, a pesar de tan ignominiosa situación que padeció, y que como hecho histórico no se cuestiona.

Cuando dijo Dios, que se hiciese el hombre a su imagen y semejanza, debió referirse al hombre como concepto de racionalidad universal, y por tanto, es de igualdad absoluta, sin duda existencial alguna, que la mujer y el hombre nacen biológicamente de las entrañas de ese Ser Supremo, en su concepto cognoscitivo, y que como motor inmóvil hace posible el movimiento de la sabiduría y la sapiencia, consustancia a la mujer y al hombre. La única diferencia es la numeración matemática aplicada a cada género por el Gran Arquitecto del Universo.

No puede quedar a un reduccionismo de errónea filosofía religiosa en las tareas que pueden desempeñar el género femenino, que deberían de estar establecidas desde tiempo atrás en el ámbito orgánico sacramental, desde el diaconado al solio pontificio, o cualquier otro oficio eclesiástico o religioso dentro del organigrama confesional católico con un común sentido de participación democrática, única fórmula o instrumento de adopción de acuerdos de forma correcta e idónea. No se conoce otra que iguale en el comportamiento y conducta a un mayor equilibrio y armonía[48].

La llamada erróneamente “comunión eclesial”, no puede ceñirse a aceptar por imperativo reglamentario lo ordenado por la jerarquía – masculina – atendiendo al mantenimiento de un antagonismo o sinergias con una participación personalísima de cada persona creyente, atendiendo a su saber y entender. El pensamiento y expresión de cada fiel – feligrés o feligresa- no debe de estar hipotecado o condicionado por ningún tipo de coacciones indicadoras y, menos aún, de chantajes emocionales o de sensibilidad sensiblera tras, metafóricamente, las rejillas de un confesionario.

No nos vale una interpretación sesgada de miles de años atrás, salvo la historiográfica para ilustrar nuestro cerebelo, cuya errónea cultura primitiva permitía la existencia de injustas diferenciaciones de género, y que en una gran parte del mundo, que conocemos como no “occidentalizado” se siguen cometiendo, no existiendo igualdad de género de hecho, ni de derecho. Para estos casos y con objeto de poder ir alcanzando la igualdad, sí es conveniente normas, conductas o comportamientos que potencien la discriminación positiva hacia la mujer.
El Evangelio como Buena Noticia esperanzadora, hay que interpretarlo a la luz del cielo actual, pero en el pensamiento ilustrado de los derechos y libertades aceptados y reconocidos por los organismos internacionales, con sus claros oscuros, y todos aquellos términos o léxicos que en su momento se utilizaban era lo propio de las circunstancias históricas de ese pretérito momento, y que gracias a Dios, en muchas partes de este mundo terrenal se ha resuelto, al menos, jurídicamente en el Derecho positivo.

En otros lugares, por motivos tradicionales o de otra índole socio-cultural, no sólo se sigue manteniendo esa despiadada actitud hacia las mujeres, sino que ha crecido por cuestiones de una insalubre y nociva literatura religiosa extremista, de interpretación errónea, de una falta o equivocada educación durante la infancia y adolescencia por unos docentes carentes de un espíritu laico, que no obvien el correcto trato de prestancia y saber estar, que debe de prevalecer en todo comportamiento hacia la mujer, y no que se siga considerando a la mujer como un ser privado de los más mínimos derechos humanos.

En este seudo ensayo de extemporaneidad, no estaría mal hacer una declaración de apud acta, al día de la fecha tengo fe, ahora bien, como diría el filósofo Gustavo Bueno – yo soy ateo- y tras un silencio penitencial, concluiría – pero católico-, en una especie de agnosticismo espiritual unamuniano, tras muchos años de vinculación directa con determinados oficios a las Hermandades y Cofradías penitenciales, cuestión esta última que trataré de forma sucinta más adelante.

Por ello, algunas de reflexiones ante esta cuestión de gran calado e importancia en clara referencia del papel de la mujer en la llamada religiosidad popular o catolicismo popular, como le denomina los sectores más ortodoxos del clero para diferenciar a la religiosidad – tradiciones y folklore – y de la piedad popular, basada en el fervor y la devoción a iconos – imágenes sagradas- y símbolos religiosos.

Desde los gélidos púlpitos tridentinos, los hombres revestidos de atributos eclesiales – clérigos- deben de exhortar, que la mujer debe y es en todos los aspectos de la vida doméstica y profesional igual al hombre, aunque no siempre cuando se dice, se hace con la boca abierta, más bien, en muchas ocasiones con voz entrecortada, y de puertas hacia adentro.

Esto conlleva a seguir manteniendo una conducta tibia y un comportamiento desigual, con cierta y notoria injusticia social y cultural; es como una disociación inorgánica, un desajuste hormonal, “haced lo que yo os digo, pero yo no lo hago”. Esto puede llegar a producir una esquizofrenia eclesial en el ámbito sociológico.

Tarde o temprano, más bien de forma mediata, este desajuste curial producirá una ruptura con la comunión eclesial, lo que conllevará a situaciones de búsqueda de la fe razonada en otras iglesias o movimientos de apostolado seglar en dónde la mujer esté al mismo nivel sacramental que el hombre[49].

De no elevarse y mantenerse la dignidad humana en igualdad hacia la mujer y el hombre, la iglesia terminará por no ser creíble ni fiable ante los sanos y beatíficos ojos del mundo, que esté basado en un verdadero y auténtico sentir democrático en la fe. Es importante insistir la concurrencia entre fe y razón&democracia[50].

No tiene sentido común alguno, instar la igualdad en la sociedad respeto al trato que el Estado como servicio público debe de dar a ambos géneros biológicos, y después entre las bambalinas del teatro divino seguir ahondando las diferencias por una cuestión estrictamente biológica.

La situación descrita como hecho histórico, al igual que el celibato, tienen sus días contados o terminarán por minar el sentido evangélico, cuya interpretación del exégesis está mal explicada, no teniendo sentido alguno a la luz de la razón en concurrencia con la fe, que solo los hombres fueran “primus interpares” y las mujeres meras colaboradoras no necesarias.

2. La esencia del mensaje cristífera.
Sí hay una diferencia del Cristianismo con otras grandes religiones monoteístas, aparte de la Revelación, es su compendio de dogmas de fe, de moral irreflexiva e inequívoca sobre aspectos que la ética recoge con otros matices más humanísticos, pero sobre todo el cristianismo es fuente de vida, de actuar con amor y con perdón, con compasión y misericordia, con la paz y el bien que bien nos decía el Santo de Asís, san Francisco.

La esencia del cristiano, de la cristiana, mujer y hombre, hombre y mujer, es hacer realidad en la vida de temporalidad terrenal, el ser con el deber ser, y no hay ejemplo más sublime que el propio Jesús de Nazaret, el Señor de la Vida y la Esperanza. Dios hecho hombre, abajándose desde el madero de la cruz hasta la humanidad del género humano, sin distinción alguna entre sexos.

Pudo haber sido una mujer la que encarnase a la Hija de Dios, pero fue un hombre de carne y hueso, nacido de la entrañas de una mujer, elevada de hecho canónico a la Co-Redención[51], al mismo nivel que la Beatísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo.

Y por qué la Virgen María conforme ha ido avanzando el cristianismo en el tiempo, ha cogido la Madre de Dios un protagonismo divino, a veces mucho mayor que el propio Cristo, pudiéndose decir en más de una ocasión, que se solapa tipo eclipse solar, la veneración a la Virgen María con la adoración a la Hostia bendita, presente en el Sagrario de cada iglesia

¿Cuántos son los que entran en las iglesias y van directamente a rezar u orar a las imágenes sagradas de la Virgen o de los Santos, sin hacer la más mínima genuflexión ante el altar donde se encuentra el Santísimo Sacramento como expresión viva de la carne y la sangre de Cristo – Jesús?

En el ámbito del catolicismo popular es algo muy tradicional, que la Virgen María se encuentre en un peldaño de divina admiración, a la que, su Hijo no llega a ser tan venerado, y de ello, los llamados capillitas – amantes de la Semana Santa – lo saben muy bien ante las bullas[52], que se organizan delante de los pasos de palio en determinadas ciudades, en especial en Andalucía, “tierra de María Santísima”.

ncluso, la Virgen María en las Hermandades y Cofradías de la que es Co-Titular, cada periodo litúrgico es cambiada de vestimenta. En noviembre con motivo del día de los Santos [53]y del día de los difuntos es enlutada, aunque en su Estación de Penitencia en Semana Santa vaya de verde esmeralda o blanco roto.

Generalmente, esta labor de vestimenta de las imágenes sagradas de las vírgenes, está reservada por una cuestión de telúrico pudor católico a las mujeres de la Cofradía, las cuales, en muchas ocasiones mientras realizan esta tarea de amor maternal rezan el Santo Rosario u otras oraciones piadosas[54] .

La palabra de igualdad ante la Pasión no solo se puede entender por el propio sentido común, sino también, con el mismo rigor de racionalidad, a través de Gracia divina en los Misterios de la Fe. Sí no existe igualdad, todo lo demás es una entelequia, un maquillaje compulsivo y piadoso para ocultar la esencia de un mismos corazón y alma en el género humano.

El camino de peregrinaje, que se propone desde el Evangelio, es el mismo para el hombre que para la mujer, no hay diferencias de ningún tipo, ni geográficas ni orográficas, ningún de ningún tipo, es la misma Estación de Penitencia de un día cualquiera de una Semana Santa, es un camino de perfección a imagen y semejanza de ese Cristo – hombre&mujer-, que fue crucificado en la cruz del Calvario por decir que era Hijo de Dios – INRI- y rebelarse contra la tiranía y el despotismo. Toda una revolución política y filosófica hace dos mil años.

Sí Jesús nos dice a través del Evangelio de san Juan[55], que “Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida”, no diferencia que haya caminos paralelos ni desvíos de ningún tipo para mujeres y hombres. La Revelación se hizo por igual para el género humano, y el único sacerdote es Cristo, quien ofrece su vida por los demás para la salvación del alma, cumpliendo en la oración en el huerto de Getsemaní[56], a pesar de las dudas existencialistas, lo que Dios Padre le había propuesto.

Por ello, Él sería nuestro único sacerdote, y todos y todas estamos llamados a ser con Cristo sacerdotes, profetas y reyes. Sacerdotes porque los hombres y mujeres hemos sido llamados a pertenecer al linaje de Dios y nuestras vidas están orientadas a servir con amor y perdón. Profetas porque todas las mujeres y hombres estamos llamados a evangelizar, no puede haber diferencia entre clérigos hombres y religiosas mujeres, ni al contrario, ambos anunciamos la verdad con nuestra vida y nuestras palabras. Y reyes, todos y todas estamos llamados a la santidad, no la de los altares, que también, sino a hacer posible aquello que en las coplas de Jorge Manrique se recogía literariamente y que quedaba en la lápida al llegar la muerte, el buen ejemplo y testimonio del buen hacer.

No puede seguir basándose la curia mitrada en considerar que las mujeres no pueden acceder al sacerdocio profesional, debido a que Jesús no llamó entre sus discípulos a mujeres apóstoles, todos fueron hombres israelitas y circuncidados, no muy valientes por cierto, todos huyeron en el momento más trascendental de la Redención. Además, sí hubiera elegido a mujeres u hombres gentiles, éstas y éstos, en aquel ambiente histórico, aunque no hubieran representado a las doce tribus de Israel conforme a la tradición cultural hebraica, con seguridad no hubieran salido huyendo de miedo y temor por sí les caía la misma pena que al “crucificado”.

Esta decisión marcada por elementos de carácter cultural, es la única justificación para mantener apartadas a las mujeres de la dirección de la iglesia. Por qué la curia mitrada y con solideo de la iglesia católica considera una situación simbólica, profética a la auténtica realidad del papel asignado a la mujer en el pueblo de Dios. Una idea de pensamiento, sin más valor, que una actitud “machista”.

Desde el propio Evangelio, la mujer y el hombre están llamados en igualdad de condiciones evangélicas a las tres dimensiones de la iglesia en su pastoral de apostolado: el culto, la palabra y la caridad con destino a todos y todas cuantos nos quieran escuchar de forma voluntaria, nunca por imperativo, el mensaje salvífico de la eternidad del alma.

Sí leemos con detenimiento algunos pasajes evangélicos, veremos cómo eran las mujeres quienes en mayor número seguían a Jesús, por tanto, no puede entenderse el Reino en olor a santidad, que quería implantar el Nazareno, sin la presencia esencial de la mujer. Jesús, Hijo del Hombre y de Dios, a pesar de las muchas herejías que surgieron en aquel momento histórico, no podía hacer más separación que la estrictamente cultural en aquel tiempo, en el cual se produjo la Revelación de Él como el Mesías proféticamente enviado. Sí hoy se produjese un hecho de esta índole, sería impensable hacer tal distinción cultural, al menos en llamado mundo occidentalizado[57].

Una religión que separa mínimamente al hombre de la mujer en cualquiera de las dimensiones humanas, es una religión limitada para dar correctos y adecuados frutos del amor benefactor al prójimo. A mayor abundamiento, al único que excluyó Jesús fue a los sacerdotes profesionales y a quienes no fueran judíos, esto último con la conversión metafísica de Pablo de Tarso, cambió el sentir, dirigiéndose a los gentiles la iglesia creada por éste basada en las enseñanzas de Cristo-Jesús.

La religión católica que hace gala de tener un carácter de universalidad, en cuanto al sacerdocio profesional – solo hombres- , al recibir el Sacramento del Orden y perciben su salario mediante nómina como trabajadores por cuenta ajena[58], es una situación anómala en los tiempos que estamos, y de seguir así producirá una merma de fieles en la propia iglesia y en la fiabilidad de la palabra que transmiten basada en sentir de fraternidad humana

La religión de Cristo Jesús – Paulina – [59] está fundada en el equilibrio y la armonía del género humano, en la Cruz abierta a todos los hombres y mujeres, sin distinción de sexos, razas, creencias, ideologías. Pensar de forma diferente en la iglesia, es pensar que el hombre es un ser persona y la mujer, un ser objeto. Y esto, a la Luz del Evangelio y del Derecho Positivo sería un pecado y un delito. Aunque no todos los pecados sean delitos, sí todos los delitos son pecado, porque a Dios lo que es de Dios y al Cesar lo que es del Cesar[60].

Para ser un buen cristiano, la primera obligación, es respetar las normas legales establecidas en un estado democrático, nos gusten más o menos, y sí son de carácter personalísimo, para ello está las siempre objeción de conciencia para dispensar de la obligatoriedad del cumplimiento con las debidas formalidades reglamentarias para cada caso[61].

3. La mujer en los textos normativos eclesiásticos.
3.1 En el Código de Derecho Canónico.
Para determinar el papel secundario – o terciario – de la mujer en la Iglesia Católica, Apostólica y Romana con sede canónica y social en la romana ciudad del Vaticano, podríamos comenzar con un texto canónico que pone de manifestó la situación de la mujer la vida pastoral y de apostolado dentro de esta iglesia universal.

Me refiero al Código de Derecho Canónico del año 1983 [62], promulgado por el Papa Juan Pablo II – Vicario de Cristo, Jefe del Estado del Vaticano y Obispo de Roma entre otros cargos o encomiendas por la Gracia de Dios y de la Sede Apostólica- en la Constitución Apostólica “Sacrae Disciplinae Leges”.

Lo primero que nos llama la atención, sería ver cuántas veces se nombra el género femenino con el término “mujer”, y en concurrencia, el género masculino “hombre”. Y cuando se hace la primera valoración, podríamos decir que la diferencia es tan escasa, que a priori parece que no debe de tener importancia alguna estos datos a nivel cuantitativo, pero sí lo tendrán a nivel cualitativo, dejando las entrañas de la mujer en el rescoldo de las tibiezas humanas.

Mujer, aparece 20 veces a lo largo de los 1752 cánones, y el término hombre, en 25 lugares en todo este largo texto vaticano de regulación de las aptitudes y actitudes de quienes profesan la religión católica bajo el primado de Roma. No es menos cierto, que junto al término “hombre”, en iguales términos similares se expresa el término “varón” en 16 ocasiones, por lo que el número de masculinidad comienza a incrementarse.

Dentro de esta nomenclatura de nombres, también aparecerá “esposos” en el sentido del consentimiento matrimonial mutuo – hombre&mujer; y “desposorios”, indistintamente para poder acercarse místicamente a la vida religiosa, mujer &hombre, a la vida de la iglesia y de sus institutos religiosos –monjas&monjes-; aunque en este último caso, los “monjes” podrán estar investidos del Sacramento del Orden y por tanto ser sacerdotes religiosos.

Parece que todo está muy equilibrado, pero cuando insertamos el término “sacerdote”, no “sacerdotisa”, ya la cuestión numérica es de suma consideración, sin adentrarnos en los elementos peculiares, siendo 121 veces las que se nombra este término; y a mayor abundamiento “diácono”, no “diacona”, 38 veces; y finalmente, por proseguir este tipo de análisis sin valoración adjetiva, el término “obispo”, no “obispa” – suena raro- , siendo impresionante el número que aparece en el texto, 663 veces.

Se siente, sin lugar a dudas, donde se encuentra la soberanía del poder eclesial frente a “pueblo” o “pueblo de Dios”, que con solo 65 veces, tiene suficiente para ser los operadores de la mies evangélica[63].

Hay otra voz que por ser aséptica, y dependiente del contenido anterior y posterior al mismo, puede referirse a hombres o mujeres, simultáneamente o indistintamente, ascendiendo a número bastante considerable 154 personas. Acólitos solo una vez, aunque siempre hemos llamado a quienes ayudan al sacerdote en sus quehaceres religiosos, indistintamente, monaguillos – no aparece como tal – y/o acólitos, aun sabiendo que este término está reservado a órdenes menores de acceso al sacerdocio.

No cabe lugar a dudas, que ante este análisis de entrada, el Código de Derecho Canónico tiene un desarrollo léxico sexista [64]y con aires apostólicos de misoginia hacia el papel fundamental de la mujer en las labores de apostolado de los Misterios de la Fe incardinados en el Nuevo Testamento con la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesucristo.

Si tuviéramos dudas sobre lo referenciado en el párrafo anterior, busquemos el nombre de María, a la Santísima Virgen María protegida a lo largo de dos milenios con los imperativos Dogmas derivados de interpretaciones metafísicas como la Maternidad Divina, la Inmaculada Concepción, la Perpetua Virginidad y la Asunción de María. No sé si los Padres conciliares llegarán algún día a elevar a la Virgen María al mismo nivel que al Hijo del Hombre como Co-Redentora de la Salvación, y por tanto, junto a la Beatísima Trinidad habrá que unir a la Virgen María en adoración y veneración, y terminaremos invocando el Padre Nuestro como madre y padre nuestro.

Y reitero esto anterior, porque hoy día no se acepta tan abrumadoramente que Dios sea masculino. Pero la Virgen María solo aparece 7 veces, frente a las 67 veces que se le nombra en el Nuevo Testamento. Al menos, una sola vez aparece su esposo José, no está mal para ser el padre putativo del Hijo de Dios.

De los textos bíblicos, se desprende que tuvo que ser más importante san Pedro con 9 nombramientos, a pesar de sus dudas unamunianas y su conducta cobarde, iuris tantum, especialmente, durante el apresamiento de Jesús; y san Pablo con uno menos, 8, que tras matar a miles de inocentes judeo-cristianos, una lipotimia le iluminó su criminal actuación, convirtiéndose en cofundador del angular piedra piramidal de la curia vaticana inventándose el llamado colegio apostólico

No quepa la menor duda de la influencia en la redacción de este texto eclesiástico, que ha sido escrito por monseñores, mitrados o no, pero varones con celibato, con o sin castidad, y botonadura morada y fajín del mismo color, y es que el hábito no hace al monje pero sí le ayuda en sus aspiraciones mundanas.

3.2. En el Catecismo.
El Catecismo de la Iglesia Católica, el protagonismo cuantitativo de las mujeres alcanza cotas más elevadas. Parece ser, que pretende hacer presente el género femenino como persona que tiene derechos y deberes en el proceso humano para alcanzar la santidad divina, al menos, la santidad de los altares, mediante venerables, mártires, beatas y santas canonizadas con las debidas formalidades eclesiásticas[65], a veces con procedimientos de vía rápida, a quienes invocamos su intersección a Dios – Padre -“hombre”, no mujer, con suma devoción y fervor[66].

No se llega a entender y comprender con buena fe, que en pleno siglo XXI, se siga invocando en los rezos “Padre Nuestro que estás en los cielos…”, y por qué no, “Madre Nuestra que estás en los cielos…”, o “Madre o Padre nuestro que estáis en los cielos…”; o, “En el nombre de Padre, del Hijo y del Espíritu Santo”, por qué no, también, “En el nombre de la Madre”, creo que no se faltaría al respeto teórico de la creación el universo o intervención en el mundo de un Ser superior.

Como veremos cada vez será más habitual, el elevar a la mujer a una categoría superior, y el camino o vía de acceso será, ante la situación teológica de la Virgen María como Co-Redentora de la Salvación, dogma vaticano por declarar, aunque de no fácil explicación lógica, Dios/a, Padre y Madre, al mismo nivel, al igual que la Beatísima Trinidad, siendo difícil su no atributo de Mater Dei por esa llamada tradición misoginia hacia la mujer en la iglesia.

En el mismo sentido, podría decir de las Obediencias Masónicas regulares, que se sienten unidos al Gran Arquitecto del Mundo como Ser Supremo; por qué no, Gran Arquitecta, ahora incluso, que hay Obediencias [67], Órdenes y Logias donde se admiten a mujeres en sus tenidas u oficios, incluso solo formadas, estrictamente, por mujeres.

Serán 136 las veces que a lo largo de todos los preceptos catecumenales se nombran el bello nombre de “mujer”, frente al género masculino, que es nombrado “hombre”, nada más y nada menos, que 1148 veces. No es menos cierto, que algunas de estas veces, podría dirigirse indistintamente al hombre o a la mujer, pero es claro, concreto y conciso, que salvo excepciones, que las hay, están dirigidas al hombre, “al macho” y no a “la hembra” [68].

Se reiteran las expresiones de diácono – 32- , sacerdote – 119- , obispo – 15-; religiosos – 9- , religiosas – 17 – ; varón – 13- , hembra -1-; eremitas, monjes, monjas – 1-.

No vamos a realizar un panegírico y ahondar más sobre la familia o el matrimonio, ya que está claro para todo aquel que no sea neófito en la materia, en la definición de ambos conceptos no existe duda que está acotado al hombre y la mujer, del hombre a la mujer; impensable sería hombre y hombre o mujer y mujer, inclusive la poligamia como en el Islam; aunque parece que se está relajando las normas eclesiásticas en este sentido, aunque todavía no se han expresado en documento alguno que ponga al mismo nivel en la familia y en el matrimonio otras alternativas cívicas – sociales, que el ordenamiento jurídico positivo en diversos países con democracia liberal tienen contemplados [69], aunque hay sectores, declarados conservadores, que consideran que toda esta regulación en una vuelta de tuerca, una involución hacia posicionamientos ancestrales.

Y algo a veces, que agrava la situación de las mujeres en la iglesia católica, es la ausencia casi nulas de profesoras en los Seminarios menor y mayor de cada Diócesis o en los seminarios propios de las órdenes religiosas[70], cuya docencia es realizada con carácter general por sacerdotes, lo que supone una visión equidistante de la que podría dar una mujer ordenada clériga o laica. Esa formación académica nunca podrá ser como la impartida por docentes de ambos sexos y la asistencia a clase de igual forma[71].

3.3 Nuevo Testamento
Aun estando en una sociedad patriarcal, fue una mujer, Isabel [72], prima de María Santísima, la primera persona que se hizo eco de la divinidad de Cristo, atendiendo al hecho ocurrido de falta de explicación racional, cuando el Ángel del Señor anunció a María que el Verbo de Dios se iba a hacer carne[73].

De igual forma ocurrirá con la resurrección del Hijo del Hombre, siendo María de Magdala [74] la primera en recibir la aparición de Jesús resucitado y la encargada de transmitirlo con “fe” a los varones, apóstoles y discípulos.

Dos hechos vitales en el nacimiento de una nueva forma de ver el judaísmo, el llamado cristianismo, ambos del mismo tronco común, Abrahán y Moisés[75], se deposita en las dos referenciadas mujeres[76].

Ahora bien, a continuación expresamos una serie de datos cualitativos, los cuales están basados en el papel que la mujer tenía en la sociedad de aquel tiempo en la convulsiva Israel, con un rol menor que el hombre, atendiendo a los condicionamientos sociales imperantes en ese momento histórico de hace dos mil años.

No ha cambiado mucho, en muchas sociedades con determinadas culturas, incluso, se podría estar extendiendo a países donde han prevalecido principios democráticos, unas conductas que bien podrían ser tachadas de involucionistas, por un lado, respecto a la plasmación de ideologías totalitarias, en algunas de ellas, con clarividentes signos religiosos, algo muy propios en los llamados países islámicos, y con estos regímenes políticos, un posicionamiento frente o contra la mujer, situándola en un estatus social y jurídico de cientos de años atrás [77].

Incluso, Jesús se atreve a hablar a solas con las mujeres, con especial referencia al diálogo que mantuvo con la mujer de Samaria, que causó gran asombro entre sus discípulos, cuya opinión era contradictoria hacia la actitud de Jesús, tachándola de no decente que un maestro como Jesús hablase a solas con una mujer gentil, y por tanto, este comportamiento viene a reflejar que el pensamiento divino y humano de Jesús iba dirigido a los gentiles sin diferenciación de sexo.

En el Nuevo Testamento, sí cogemos el vocablo “mujer”, aparece en 196 veces a lo largo de todos los textos que integran este sagrado libro, frente a las 729 veces de “hombre”, al que habría que unirle las 34 veces que se señala dice “varón”, mientras que “hembra” no aparece en todo el texto.

Ahora bien, lo importante en este Texto sagrado, no es el número de veces que aparece la palabra “mujer”, incluso la referencia a la Virgen María, sino las formas de total igualdad con qué trata Jesús de Nazaret a las mujeres, incluso, en aquellos tiempos, también actualmente en muchos países con legislaciones que regulan determinados aspectos de la convivencia social con elementos de carácter “machista” y “discriminatoria” hacía el género femenino.

El papel de la mujer durante en el proceso de la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesús es de vital importancia, y no solo durante este periodo de tiempo que conllevaría escasamente una semana según las crónicas amanuenses., sino durante todo el periodo de aparición pública, hacía quienes transmitía la Buena Noticia de la fe en Dios Padre.

No podemos dar como válidos en sentido de autentificación, aquellos pasajes de los evangelios, en los que, ya sea por su redacción y disociaciones de sentido común, aparecen como añadiduras metafóricas de una moralidad mayestática, más propia de hacer una apología a favor de Jesús, que de decir, verdaderamente, cuál era su pensamiento doctrinal y filosófico del mismo.

Dejando atrás a los filósofos claves del cristianismo, presocráticos, platónicos y aristotélicos, Jesús se adelanta algunos siglos a los que después se promulgaría, especialmente, por san Francisco de Asís en cuanto al sentido de la fraternidad y el pensamiento protestantista de Lutero y otros reformadores para la regeneración de los errantes vicios en los que había incurrido la curia, hasta llegar a la racionalidad de la Ilustración, en donde prevalecerá la Luz como signo de claridad de los tiempos, y que también alumbrará una mejor concordancia espiritual entre fe y razón, todos ellos factores decisivos en la búsqueda de la igualdad de género.

Sería muy largo y cansino establecer todos aquellos momentos, a según mi saber y entender, que colocan a la mujer, no solo a un mismo plano de igualdad jurídica y de naturaleza humana que al hombre, sino a veces, atendiendo al momento en que se dice y expresa, por encima del propio género masculino.

Otra justificación de la iglesia católica para dejar en un papel secundario a la mujer, está basado en el declaración de fe efectuada por Pedro[78], que es la misma, que también se produce en una mujer, María de Betania – Marta- [79], quien Jesús le dijo “Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque muera, vivirá; y todo el que vive y cree en mí no morirá para siempre”. Y le preguntó Jesús a María de Betania: ¿Crees tú esto? Díjole ella: “Si, Señor; yo creo que tú eres el Mesías, el Hijo de Dios, que ha venido a este mundo”. Es concluyente que la declaración de fe se produce en ambos géneros.

Cuando Jesús les dijo en una de sus intervenciones públicas, “De cierto os digo que los publicanos y las prostitutas entran delante de vosotros en el reino de Dios. Porque Juan vino a vosotros en el camino de justicia, y no le creísteis; pero los publicanos y las prostitutas le creyeron. Y aunque vosotros lo visteis, después no cambiasteis de parecer para creerle”.
En otro pasaje bíblico, “Por la fe no pereció la prostituta Rajab junto con los incrédulos, porque recibió en paz a los espías”. “De igual manera, ¿no fue justificada también la prostituta Rajab por las obras, cuando recibió a los mensajeros y los envió por otro camino? Porque tal como el cuerpo sin el espíritu está muerto, así también la fe sin obras está muerta”.

Pero el gesto más sublime, el que igual al hombre a la mujer, y la mujer al hombre, con gran sentido de misericordia y compasión, de amor y perdón, de paz y bien, es el hecho que se narra cuando:

“Jesús se fue al monte de los Olivos. Al amanecer se presentó de nuevo en el templo. Toda la gente se le acercó, y él se sentó a enseñarles. Los maestros de la ley y los fariseos llevaron entonces a una mujer sorprendida en adulterio, y poniéndola en medio del grupo le dijeron a Jesús: —Maestro, a esta mujer se le ha sorprendido en el acto mismo de adulterio. En la ley Moisés nos ordenó apedrear a tales mujeres. ¿Tú qué dices? Con esta pregunta le estaban tendiendo una trampa, para tener de qué acusarlo. Pero Jesús se inclinó y con el dedo comenzó a escribir en el suelo. Y como ellos lo acosaban a preguntas, Jesús se incorporó y les dijo: —Aquel de ustedes que esté libre de pecado, que tire la primera piedra”.

En este pasaje está la esencia del ser humano, de la plena igualdad jurídica, no solo ética o moral, sin más distinción que la que provenga de lo estrictamente biológico.

Jesús en un mundo arcaico de hombres y entre hombres, que consideraban a la mujer como un hombre o ser deforme, y toda actuación, salvo la lujuriosa por un sentido de abierta promiscuidad masculina, iba encaminada a darle un trato desigual, discriminatorio, ignominioso, humillante, un personaje, que dice ser Dios humano y divino, le enseña magistralmente, que no hay diferencia alguna, salvo en lo corporal producto de la propia arquitectura de la Naturaleza.

Y no puede ser, que en los albores del siglo XXI no haya desaparecido esas conductas y comportamientos erráticos de inmundicia e inhumanidad, incluso, se dan entre quienes dicen tener una gran cultura o por motivos de carácter religioso, siendo en este último caso, una salvajada filosófica, que requiere la intervención de los poderes públicos en evitar cualquier apología en este sentido expuesto.

TOLERANCIA CERO[80] frente a actitudes o comportamientos, que por mínimos que parezcan, menoscaben la dignidad de la mujer en cualquier ámbito de la vida, sea doméstica o profesional.

Llama la atención, que Jesús escribió en la tierra del suelo, aunque no se sabe que estaría escribiendo. Solo el viento, el aire, las pisadas, el tiempo y el espacio borrarían esas huellas caligráficas salidas de las manos del sacramental Jesús, que según la iglesia se quedó entre nosotros, simbólicamente en la transustanciación, con la presencia eucarística del Sagrario, el gran Misterio de la Fe.

Sería lo único que nos hubiera llegado escrito al día de la fecha. Qué pena que no se quedaran fijas, ahí, para siempre, y ahora podríamos saber mucho más de quien defendió sin armas, sin violencia, con solo la palabra, evitar una conducta violenta hacia una mujer, que su único pecado era sobrevivir o malvivir en un mundo, como en el actual, en algunas partes del mismo, como un valle de lágrimas.

En esas letras, estoy seguro, que permanecerán[81], la cuestión sería describirlas; para ello arqueólogos, antropólogos e historiadores deberían de buscar entre los lugares posibles, esa situación descrita. Es imposible que habiendo sido escrito por Jesús en su condición divina se borrasen sin más. Hay que seguir investigando, que sus genes quedaron en muchos sitios en donde estuvo. Llegará el momento que un aparato de carácter mecánico descubrirá esa partícula molecular, que será el signo de identidad de la divinidad[82].

Otro hecho, que pone de manifiesto el sentido de caballerosidad, de prestancia y saber estar del Hijo el Hombre, es en el pasaje que a continuación se relata:

“Seis días antes de la Pascua, Jesús fue a Betania, donde vivía Lázaro, a quien él había resucitado. Allí hicieron una cena en honor de Jesús; Marta servía, y Lázaro era uno de los que estaban a la mesa comiendo con él. María trajo unos trescientos gramos de perfume de nardo puro, muy caro, y perfumó los pies de Jesús; luego se los secó con sus cabellos. Y toda la casa se llenó del aroma del perfume. Entonces Judas Iscariote, que era aquel de los discípulos que iba a traicionar a Jesús, dijo: — ¿Por qué no se ha vendido este perfume por el equivalente al salario de trescientos días, para ayudar a los pobres? Pero Judas no dijo esto porque le importaran los pobres, sino porque era ladrón, y como tenía a su cargo la bolsa del dinero, robaba de lo que echaban en ella. Jesús le dijo: —Déjala, pues lo estaba guardando para el día de mi entierro. A los pobres siempre los tendrán entre ustedes, pero a mí no siempre me tendrán” – que gran realidad, siempre hay pobres -.

Brillante intervención de Jesús. Nunca era políticamente correcto. No se le puede pedir más. A nadie se lo hubiera ocurrido defender a la mujer samaritana ante una opinión tan cualificada de sus propios discípulos apóstoles, aun siendo algunos o todos, más “papistas que el Papa”.

No solo ello es importante en este hecho, sino que ya nos dice de forma manifiesta, pública y notoria, que siempre habrá pobres. Expresión que al día fecha tiene toda vigencia, y no parece, que ni vaya a aminorarse la pobreza, ni a controlarse, sino al contrario, cada día los segmentos poblacionales de pobreza son mayores, concentrándose en grandes guetos en las urbes más pobladas.

Si hay pobreza durante todo lo que dure el género humano y hasta la llegada del místico Apocalipsis, la venida de Dios para hacer Justicia divina, poco podemos hacer por las miles de almas y corazones que a lo largo de siglos, años y días han fallecido o mueren, ya hayan sido víctimas propiciatorias de la violencia humana, motivos de fuerza mayor de la Naturaleza u otros elementos fortuitos o corporales, a lo que habrá que sumar las miles de muertes por hambre y sed, cuyas ayudas a ONG u otras organizaciones gubernamentales son como una entelequia vestida de una aureola de ilusión, pero que pobres había, hay y habrá, y la progresión será aritmética, 2, 4, 6, 8..y las ayudas, al menos, actualmente, geométricas, 1,2,3, 4…., y nunca llegarán a cruzarse en el espacio ambas líneas para paliar tal ignominiosa situación. Al día de la fecha, las distancias son tan abismales, que todo trabajo altruista o no, es una suerte de lotería para quien o quienes le ha tocado.

En este caso de los pobres, no hay diferencia, mujeres y hombres, aunque siempre serán y son más las mujeres y los niños los que sufren con más intensidad personal la impiedad de este mundo, no tan bien hilvanado arquitectónicamente en lo que respecta al humanismo solidario[83].

Si la ayuda de Jesús camino del Calvario fue realizada, indistintamente, por un hombre y una mujer, Simón de Cirene y la apócrifa Verónica[84], una vez más viene a manifestar el sentido igualatorio en la realización de toda tarea propia de coadyuvar en un sentido u otro a un ser humano, que precisa del consuelo material para proseguir su peregrinación mortificante, ya que en los buenos momentos, los grados de acercamiento, sean o no por intereses altruistas, suelen ser mayores.

Vuelve a estar presente, en primer término una mujer, llamada Verónica, que con su lienzo limpia el rostro bendito de Jesús, y que dará lugar a una de las Estaciones del Vía Crucis de la iglesia católica. Es un gesto simbólico realizado por una mujer, que se atreve a realizar este hecho, a pesar de que el mismo, puso en riesgo su propia vida.

Jesús en diversos pasajes evangélicos pone en situación de igualdad al hombre y a la mujer, sobre todo en la conducta moral respecto al divorcio y el adulterio, no haciendo diferenciaciones por razón de género[85].

No solamente en lo expuesto en el anterior párrafo, sino que para ser miembro del pueblo de Dios mediante el mismo bautismo a mujeres y hombres, deja de ser una práctica habitual en los iniciados en la fe, la circuncisión en los varones, dando una nueva visión religiosa, dejando sin efecto las prerrogativas que el varón había tenido hasta esa fecha.

¿Pero quienes estuvieron durante el proceso penal a Jesús y su ejecución? Nadie, incluso el traidor san Pedro, en dónde se iba a edificar la piedra angular de la iglesia, y lo que atare quedaría atado o desatado –, frase que ha sido utilizada en el tiempo por políticos déspotas – , negó reiteradamente su relación con el llamado Hijo de Dios.

Es de una inverosimilitud esta comedia de un cobarde que le encomiende nada más y nada menos, que la creación de una organización institucional como la iglesia a quien tuvo una actitud de tanta cobardía[86]. Pero, en fin, siempre se dice, en la tradición literaria, que Dios escribe derecho con renglones torcidos.

Las traducciones del arameo al griego y posteriormente al latín, creo que no estuvieron muy acertadas, no tienen lógica alguna, que Jesús sabiendo cómo iba a actuar Pedro, le encargara a un temeroso y pávido tal menester tras su marcha terrenal.

Fueron muy pocos quienes estuvieron en las exequias de Jesús, José de Arimatea, Nicodemo, san Juan Evangelista -el discípulo amado -, y las llamadas Santas Mujeres: María Virgen, María de Cleofás, María de Salomé y María Magdalena.

Y hacía cinco días, el llamado Domingo de Ramos[87], en el que Jesús había entrado en Jerusalén entre vítores y aleluyas de miles de personas que le aclamaban, dónde fueron a parar todos ellos y ellas; quizás el miedo les paralizó el cuerpo y la mente, fueron amenazados, engañados…Judas Iscariote fue quien mejor supo lo que ocurrió ante esa taurina “espantá”.

Si entrar a cuestionar, el hecho tan relevante como la Resurrección de Jesús, ¿quién o quiénes son las primeras personas que se enteran que Jesús ha Resucitado?, ¿fueron hombres o mujeres?

En las Sagradas Escrituras no existe duda alguna en todos sus versículos, a los que se hace mención del hecho salvífico más importante en la Historia de la Humanidad.

María Magdalena era algo más que una mera discípula de Jesús; algún día aparecerá, sí no es qué ya apareció y nos ha sido ocultado o destruido, tantas manipulaciones a lo largo de la Historia se han producido por intereses, que pudo ser su cónyuge, la amante o la compañera sentimental de Jesús, “la chacha”, la que sufrió conjuntamente con Él toda la ignominia de su propia persecución cívico-religiosa[88].

“Jesús, que había resucitado a la mañana del primer día de la semana, se apareció primero a María Magdalena, aquella de quien había echado siete demonios. Ella fue a contarlo a los que siempre lo habían acompañado, que estaban afligidos y lloraban. Cuando la oyeron decir que Jesús estaba vivo y que lo había visto, no le creyeron[89] :

“Estaba María junto al sepulcro fuera llorando. Y mientras lloraba se inclinó hacia el sepulcro, y ve dos ángeles de blanco, sentados donde había estado el cuerpo de Jesús, uno a la cabecera y otro a los pies. Dícenle ellos: «Mujer, ¿por qué lloras?» Ella les respondió: «Porque se han llevado a mi Señor, y no sé dónde le han puesto.»

Dicho esto, se volvió y vio a Jesús, de pie, pero no sabía que era Jesús.

Le dice Jesús: «Mujer, ¿por qué lloras? ¿A quién buscas?» Ella, pensando que era el encargado del huerto, le dice: «Señor, si tú lo has llevado, dime dónde lo has puesto, y yo me lo llevaré.» Jesús le dice: «María.» Ella se vuelve y le dice en hebreo: «Rabbuní» – que quiere decir: «Maestro» -. Dícele Jesús: «No me toques, que todavía no he subido al Padre. Pero vete donde mis hermanos y diles: Subo a mi Padre y vuestro Padre, a mi Dios y vuestro Dios.»

Fue María Magdalena y dijo a los discípulos que había visto al Señor y que había dicho estas palabras[90].”

“De pronto, Jesús salió a su encuentro y las saludó, diciendo: «Alégrense». Ellas se acercaron y, abrazándole los pies, se postraron delante de él. Y Jesús les dijo: «No teman; avisen a mis hermanos que vayan a Galilea, y allí me verán”[91].

“Pasado el sábado, al amanecer del primer día de la semana, María Magdalena y la otra María fueron a visitar el sepulcro. De pronto, se produjo un gran temblor de tierra: el Ángel del Señor bajó del cielo, hizo rodar la piedra del sepulcro y se sentó sobre ella. Su aspecto era como el de un relámpago y sus vestiduras eran blancas como la nieve. Al verlo, los guardias temblaron de espanto y quedaron como muertos. El Ángel dijo a las mujeres: «No teman, yo sé que ustedes buscan a Jesús, el Crucificado. No está aquí, porque ha resucitado como lo había dicho. Vengan a ver el lugar donde estaba, y vayan en seguida a decir a sus discípulos: «Ha resucitado de entre los muertos, e irá antes que ustedes a Galilea: allí lo verán». Esto es lo que tenía que decirles». Las mujeres, atemorizadas pero llenas de alegría, se alejaron rápidamente del sepulcro y corrieron a dar la noticia a los discípulos. De pronto, Jesús salió a su encuentro y las saludó, diciendo: «Alégrense». Ellas se acercaron y, abrazándole los pies, se postraron delante de él. Y Jesús les dijo: «No teman; avisen a mis hermanos que vayan a Galilea, y allí me verán”[92].

Si bien es cierto que la mujer hasta un momento determinado está al mismo nivel que el hombre en el apostolado, llega un momento, en que el propio san Pablo da un golpe de estado moral frente y contra la mujer a decir expresiones desafortunadas e impropias, salvo que las mismas sean añadidos posteriores, en el que sitúa a la mujer en un escenario por debajo el varón, al decir “que la cabeza de todo varón es Cristo, y la cabeza de la mujer, el varón, y la cabeza de Cristo, Dios[93] .

Esta exhortación y otras darán lugar a establecerse formas de proceder por parte de la mujer, como fue el deber de las mujeres de llevar velo o mantilla en la cabeza para orar, siendo esto un comportamiento lesivo para la mujer en las comunidades cristianas[94], presente hasta no hace mucho en las comunidades cristianas con cierta obligatoriedad.

Posteriormente, a lo largo de toda la tradición patrística ha habido salidas de tono rozando la amoralidad, como decir Haimo d´Auxerre, que en la iglesia se entiende mujer a quien obra de manera mujeril y boba; o las de Graciano que impide que las mujeres obtengan las órdenes sagradas por tener una naturaleza de servidumbre; o Santo Tomás, en el que la mujer tiene un estado de sujeción, de servilismo, y por ello no puede recibir el sacramento del Orden.

Hoy día, muchos revestidos de “alzacuellos” incardinados con relación contractual administrativa diocesana[95], no solo siguen pensando así, sino que mantienen una actitud de machismo clerical hacía la mujer en su relación laboral dentro de la curia, siendo más un objeto que un sujeto, basado en una errónea interpretación de la teología escolástica de carácter androcéntrico, que en la cristología y eclesiología[96] del siglo XXI

En los llamados países de corte occidental democráticos, en cuyos Estados priman una democracia liberal y social[97], cuya soberanía reside en el pueblo, y cualquier institución que quería sobrevivir en sus creencias o ideologías no puede pensar en dejar a la mujer en un papel inferior, secundario o cualquier otro agravio comparativo con el hombre con relación a sus actuaciones de carácter doméstico o profesional [98], y menos aún derivado de una desigualdad en el pensamiento filosófico o metafísico

No tiene hoy sujeción alguna en ningún ámbito pastoral y del apostolado seglar, que la mujer no esté al mismo nivel personal y jurídico en la curia vaticana o diocesana respecto al hombre.

De hecho, aun siendo posible legalmente, que las normas de carácter interno prohíban el acceso de la mujer al Sacramento del Orden – también determinadas Obediencias masónicas y logias no permiten entre sus filas a mujeres – , las mismas aunque puedan ser legales, no gozan de legitimación alguna, ni historiográficamente, ni jurídicamente, ni socialmente en el momento actual, en el que la razón con sentido común está por encima de toda interpretación no objetiva.

La permanencia en este santificado escenario no tiene justificación moral alguna[99], y el solo hecho de contemplarse la más mínima discriminación, los poderes públicos deberían de actuar de oficio, al menos, no concediendo ayudas o subvenciones públicas a estas entidades o asociaciones, y llegado el momento, no dándole cobertura legal en cuanto a capacidad de obrar y personalidad jurídica para actuar en la vida privada o pública frente a terceros[100].

4. Conclusiones
En este presente momento de tantas tribulaciones y tan desafiante en que vivimos, “el seguimiento de Cristo” desde una visión comprometida de apostolado, para quienes ejercen el magisterio, es un compromiso irrenunciable para la toda comunidad eclesial, y cualquier diferencia subjetiva y arbitraria hacia la mujer, lo único que dará lugar es a no ser creíbles ante la sociedad civil, y menos aún, hacer divulgación de determinados valores a fin de seguir creyendo en los Misterios de la Fe desde un sentir racionalista.

Nietzsche dio en el clavo, con su esquizofrénico olfato: el cristianismo era en el fondo una religión femenina[101]. Realizo esta referencia, para hacer ver, que el cristianismo a diferencia del islamismo [102]y el judaísmo, actualmente, no tiene condicionamientos políticos, separando claramente lo que es Dios a Dios y al César lo que sea del César[103]. La religión y la espiritualidad no pueden servir para dividir a las personas por razón de sexo, sino para coadyuvar a todos y a todas a ser mejores ciudadanos y ciudadanas en virtud de los códigos éticos universalmente aceptados[104]

La primera discípula fue María, y en aquel momento histórico, de haber sido posible, seguramente, a buen seguro, entre los doce hubiera habido, al menos, seis mujeres, y de hecho, en estos otros personajes de la Pasión las tenemos y las hemos nombrado a través de este ensayo: María Santísima, María Magdalena, Santa Marta, María de Cleofás, María de Salomón, la Samaritana, la Verónica…, cuyo protagonismo fue mayor en todas ellas durante la Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo Jesús.

Nadie puede cuestionar que estas y otras mujeres no fueron marginales en el proceso de la Redención, sino al contrario, participaron de forma activa dentro de la historia y del alma de su pueblo, cómplices de la esperanza mesiánica, cuya realización intuyen de forma más pública y notoria que los propios apóstoles, esperando, favoreciendo y aportando con su presencia efectiva a ser testigos únicos de uno de los acontecimientos “históricos” de mayor relevancia socio-cultural.

Afirmaba, con suma razón, el teólogo católico Schillebeeckx que de hecho en la iglesia católica, a nivel cuantitativo, es mayor el número de mujeres comprometidas pastoralmente en el apostolado que el número de hombres, es algo que está contrastado de forma expresa y pública. Sin embargo, aun siendo mayoritaria con creces, no ostenta ningún tipo de jurisdicción ejecutiva o legislativa dentro de la iglesia, no goza de autoridad alguna en lo dicasterios que dirigen orgánicamente la iglesia.

A mayor abundamiento, lo peor de todo es la exclusión sin motivo evangélico alguno del Sacramento del Orden, de poder acceder al diaconado, al sacerdocio, a la posibilidad de poder presidir una Eucaristía. Salvo motivos de carácter cultural, hoy trasnochados en el ámbito de nuestra civilización, de nuestra cultura a la luz de la razón de la Ilustración y de los valores de Igualdad, Libertad y Fraternidad, no tiene justificación que se siga manteniendo esta situación desfasada, propia de otros tiempos históricos, en dónde los Misterios de la Fe estaban por encima del pensamiento racional y científico.

Finalmente, salvo que comencemos a ver pasos clarificadores en el papado de Francisco, las líneas divisorias entre la mujer y el hombre permanecen inalterables, aunque cada vez hay más hombres con alza cuellos, consideran que hay que alterar este boicots hacia la mujer en su situación personal hacia la ordenación sacerdotal tal y como hacen otras iglesias cristianas y no por ello se ha producido ningún tipo de disociación o desajuste en la búsqueda constante de los Misterios de la Fe, y con ellos, un mejor comportamiento y conducta de sociabilidad y socialización en la sociedad y entorno donde uno vive, sobrevive o malvive.

5. Epílogo
A lo largo y ancho de estas páginas, he querido exhortar a un cambio de posicionamiento teológico frente a todas esas actitudes homófogas, misóginas, endogámicas, no es solo de reparo y de crítica feroz, sino de denuncia en voz alta, de indignación incontenible y de protesta radical por el carácter excluyente del catolicismo oficial hacia las personas y los colectivos que viven un estilo de vida impuesto por la jerarquía católica, por la falta de respeto a la diferencia, por la agresión que supone a la dignidad de la persona, especialmente de las mujeres, y por la discriminación de personas por su identidad sexual. El catolicismo oficial – la curia- excluye más que incluye[105].

Hoy asistimos a un florecimiento de los movimientos feministas que se rebelan contra el poder patriarcal, luchan contra toda forma de dominación machista tanto en la sociedad como en el interior de las religiones, viven la experiencia religiosa desde su propia subjetividad y reformulan las creencias recurriendo a las categorías del pensamiento feminista.

El papel de la mujer dentro de la iglesia católica tiene solución. Abajo, en los movimientos de base y en la teología feminista, ya está resuelto. El problema se encuentra en quienes gobiernan la iglesia, que se consideran representantes de Dios en cuanto varones y ejercen el poder desde la masculinidad hegemónica[106]. Los dirigentes religiosos varones actúan no solo en nombre de Dios, sino con autoridad divina[107].

Cuando estaba finalizando este material de ensayo seudo teológico de instar la equiparación de la mujer y al hombre en la administración de Sacramentos y, especialmente, el acceso al Sacramento del Orden – clérigo- [108]; el Papa Francisco I ante 900 superioras de institutos religiosos femeninos reunidas en Roma, ha ido mucho más allá de lo que expusiera en una novela Esther Vilar[109], al asegurar que se podría instaurar una comisión para el estudio del diaconado femenino.

Este hecho se produjo en el Aula Paolo VI, en dónde algunas de las religiosas se dirigieron al Pontífice, realizándole una batería de preguntas en lo que ha fue un distendido, abierto y franco diálogo.

Una de ellas le preguntó, sin paños calientes, por qué la Iglesia excluye a las mujeres del diaconado. Otra le ha sugerido la creación de una comisión que analice el tema. El Papa, lejos de asustarse, ha afrontado la cuestión y ha recogido el guante: « ¿Constituir una comisión oficial que pueda estudiar la cuestión? Creo que sí. Sería un bien para la Iglesia aclarar este punto. Estoy de acuerdo. Voy a hablar para hacer algo como esto. Acepto, me parece útil tener una comisión para aclarar».

El Pontífice sin el uso de la tiara y las superioras, algunas de ellas sin toca y con traje laico, sin más distinción que un pequeño crucifijo en el pecho, estuvieron conversando sobre el papel que desarrollaban las mujeres en la Iglesia de los primeros siglos y sobre si esa función constituía un diaconado o no.

En aquellos primeros siglos, las mujeres realizaban multitud de servicios, con sus dones o con su tiempo, incluso se sabe que ayudaban a los sacerdotes a bautizar, pero no necesariamente esa asistencia diaconal iba aparejada al sacramento tal y como está concebido hoy en día con carácter excluyente[110].

El mismo papa Francisco se ha preguntado cómo se cifraba ese servicio durante esta audiencia con la Unión Internacional de Superioras Generales: « ¿Tenían ordenación o no?, ¿cuál era el papel de la diaconisa en aquel tiempo?». En este contexto, se ha referido a un diálogo que mantuvo una vez con «un sabio profesor» que había estudiado la función de las mujeres diáconos en los primeros siglos de la Iglesia y había concluido que la cuestión no estaba clara.

Esta futura comisión, -cuya composición, función o calendario se desconoce por completo-, podría indagar en la naturaleza de este diaconado femenino de la Iglesia primitiva para, a partir de ahí, quizá instituir un servicio similar.

Esta posibilidad ya había surgido durante el Sínodo de los obispos de octubre de 2015, cuando el arzobispo canadiense Paul-André Durocher durante su intervención propuso al resto de obispos la posibilidad de estudiar que también las mujeres pudieran ordenarse como diáconas.

Según el Concilio Vaticano II, las funciones litúrgicas y pastorales del diácono son: «Administrar solemnemente el bautismo, reservar y distribuir la Eucaristía, asistir al matrimonio y bendecirlo en nombre de la Iglesia, (y) llevar el viático a los moribundos y leer la sagrada Escritura a los fieles».

También figuran las funciones de «instruir y exhortar al pueblo, presidir el culto y oración de los fieles, administrar los sacramentales (y) presidir el rito de los funerales y sepultura».

Podría haber sido éste un buen paso, hace treinta o cuarenta años, pero ahora, no solo no bastaría, sino que produciría más malestar este hecho de llevarse a puro y debido efecto, y cuya única decisión aceptable para el Pueblo de Dios, sería la implementación, sin ninguna distinción, de la plena igualdad jurídica – canónica – en las normas que regulan las relaciones de los creyentes, mujeres y hombres, en el ámbito eclesial de la iglesia católica y en cualquier otra confesión religiosa.

En conclusión, Tolerancia Cero por parte de los poderes públicos frente a toda desigualdad de hecho o derecho en cuanto a ideología, religión o creencias, su pertenencia a una etnia o raza, su origen nacional, su sexo, orientación sexual, situación familiar, enfermedad o minusvalía [111].

He dicho

 

 

NOTAS…
[1] CONSTITUCIÓN Española. – BOE. núm. 311, de 29/12/1978- , proclama en su artículo 14 la igualdad ante la ley, estableciendo la prohibición de cualquier discriminación por razón de sexo.
[2] Ibídem. El artículo 1 establece de forma clara, concreta y concisa que “España se constituye en un Estado social y democrático de Derecho, que propugna como valores superiores de su ordenamiento jurídico la libertad, la justicia, la igualdad y el pluralismo político.” Y en concordancia con el artículo 9.2, nos indica que “Corresponde a los poderes públicos promover las condiciones para que la libertad y la igualdad del individuo y de los grupos en que se integra sean reales y efectivas; remover los obstáculos que impidan o dificulten su plenitud y facilitar la participación de todos los ciudadanos en la vida política, económica, cultural y social.” En este mismo sentido se pronuncia el artículo 23.2, en cuanto al acceso de la Función Pública en condiciones de igualdad, al igual que a las funciones y cargos públicos. Asimismo, este Texto normativo constitucional iguala las condiciones jurídicas tanto a mujeres como a hombres para contraer matrimonio, no pudiendo obviar que durante el régimen franquista, este aspecto estaba limitado en la mujer. Finalmente, hacer mención que conforme al artículo 149 del anterior Texto legal, el Estado tiene competencia exclusiva sobre la regulación de las condiciones básicas que garanticen la igualdad de todos los españoles en el ejercicio de los derechos y en el cumplimiento de los deberes constitucionales.
[3] Orden PRE/525/2005, de 7 de marzo – BOE. . Acuerdo de Consejo de Ministros de 4 de marzo de 2005 por el que se adoptan medidas para favorecer la igualdad entre mujeres y hombres, se establecen actuaciones que contribuyen a disminuir la desigualdad en todos los ámbitos de la vida cotidiana: empleo, empresa, conciliación de la vida laboral y familiar, investigación, solidaridad, deporte, violencia de género, etc. Han sido más las normas que sobre este ámbito se han dictado, tanto a nivel estatal, autonómico como local, incluso con la creación de organismos encargados de la implementación de la igualdad de trato entre hombres y mujeres, llegándose a poder poner en conocimiento de la autoridad gubernativa a través del número 060 cualquier vulneración del ordenamiento jurídico.
[4] Partiendo de la definición del cuerpo por Alain Corbin, «El cuerpo es una ficción, un conjunto de representaciones mentales, una imagen inconsciente que se elabora, se disuelve, se reconstruye a la largo de la historia del sujeto, bajo la mediación de los discursos sociales y de los sistemas simbólicos»6, examinaremos cómo la cultura política franquista sometió el cuerpo de la mujer a un proceso de nacionalización. Al considerar a la mujer esencialmente en su vertiente biológica, los ideólogos del régimen la redujeron a un maternalismo biológico y al estatuto de cuerpo reproductor de la nación, intentando, de este modo, preservar el orden patriarcal.
[5] En 1931 fue reconocido en España el derecho al voto de las mujeres en la Constitución de 1931, y la primera vez que pudieron ejercer ese derecho fue en las elecciones generales de noviembre de 1933. La dictadura de Franco anuló las elecciones libres y con ello, obviamente, tanto el sufragio masculino como el femenino. Posteriormente restauró ambos y así en el referéndum de 1966 se indicó que eran electores «todos los ciudadanos españoles mayores de veintiún años, sin distinción de sexo». Posteriormente en las elecciones para lo que llamaron «representación familiar en las cortes» se señalaba en el artículo cuarto de la convocatoria que «son electores los cabezas de familia y mujeres casadas». Los votos libres tanto femenino como masculino se volvieron a ejercer en 1976 durante la Transición Española.
[6] AGUILERA MARTÍNEZ, Rafael Leopoldo, La Función Pública durante el franquismo, Círculo Rojo, Almería, 2016.
[7] El lugar de trabajo de la mujer era el hogar: la maternidad y la familia eran las ocupaciones primordiales que le estaban reservadas y se potenciaba la reproducción, mediante subsidios a las familias numerosas, como estrategia política y demográfica de control de la mujer (Ley de Bases de 18 de julio de 1938).
[8] Su concepto de nación no era racial ni étnico sino que se derivaba de la historia, la cultura y las instituciones. Para este defensor de una patria «una y unida», España era la «portadora de una unidad de destino», sus orígenes eran transhistóricos y trascendentales por lo cual la misión de los españoles, y de los falangistas en particular, consistía en hacer la «Revolución nacional sindicalista» al servicio de la regeneración de la nación. En teoría, este programa incluía a todos los ciudadanos como miembros de la nación, pero podemos percatarnos de que sólo los hombres, en tanto que «ciudadanos activos», eran dignos de participar en este proceso. José Antonio Primo de Rivera no hacía sino prolongar las declaraciones de su padre cuando éste había declarado en 1923 que «este movimiento es de hombres y que el que no sienta la masculinidad completamente caracterizada espere en un rincón sin perturbar los días nuevos que para la Patria preparamos». Emblema de lo masculino y de la virilidad, la Falange excluía «en su origen a las mujeres por desprecio de lo femenino y valorización de la violencia». A modo de ejemplo, veamos los escasos discursos que José Antonio Primo de Rivera dedicó a la población femenina como si quisiera mantenerla al margen del gran proyecto nacional. Unos diez discursos se dirigen a las falangistas o abordan, parcialmente, un tema relacionado con las mujeres, entre los cuales destaca el más emblemático de todos, «Lo femenino y la Falange», pronunciado en Badajoz en 1935. Este discurso merece un estatuto aparte puesto que Primo de Rivera expone aquí su visión muy personal de la feminidad basada en una diferencia entre el «modo de ser» femenino y el «modo de ser» masculino. Claramente antifeministas, estas palabras ilustran lo que Françoise Thébaud llamó «El triunfo de la división sexual», y vienen a reactivar un discurso de género que marca una frontera entre los roles tradicionales asignados a los hombres y a las mujeres en función de su sexo biológico. Dicho de otro modo, el cuerpo de la mujer, en su realidad biológica, justificaba el papel social que le asignaba la sociedad como lo ha señalado Pierre Bourdieu.
[9] Hay que destacar, que también hubo otros grupos católicos de apostolado, en sentido contrario a los reseñados, que fueron importantes para promocionar a la mujer: la Unión Mundial de Organizaciones Femeninas Católicas, la Hermandad Obrera de Acción Católica Femenina, la Juventud Obrera Católica Femenina y el Movimiento Apostólico Social son algunas de las agrupaciones que jugaron un papel importante, pero subsidiario ante la falta de libertades políticas, que les llevó a comprometerse demasiado en lo temporal. Este compromiso en lo temporal obedecía al mensaje del Concilio Vaticano II y a las encíclicas Mater y Magistra y Pacem in terris de Juan XXIII, que supusieron un replanteamiento del destino común de los bautizados, sin distinción de categorías o aptitudes, así como de la función que todas la personas tienen que desempeñar en esta Iglesia renovada. Ahora las mujeres van a ser activas catequistas y acceden a la carrera de Teología y a los departamentos y órganos episcopales.
[10] El franquismo apoyaba un rol tradicional para mujeres en la sociedad. La propaganda franquista retrataba mujeres buenas como esposas e hijas fieles, trabajando en la casa, limpiando, cocinando, cuidando para sus niños, y no usando anticoncepción. La educación pública de niñas (o adoctrinamiento, mejor dicho con la “Formación del Espíritu Nacional”) incluía aprendiendo como preparar comidas para su familia y cambiando pañales. Cualquier mujer quien no vivía con este modo de vida se consideraba una prostituta pecada. Esta idea del complejo virgen-prostituta es muy católica. Una mujer buena era pura (como la Virgen) mientras cualquier mujer vivía contrario a esta idea era una prostituta (como la Iglesia retrata Maria Magdalena en la Biblia). Este tipo de condenación es muy fuerte y les mantenía a estas mujeres bajo control del aparato político franquista.
[11] Durante el régimen político anterior, el organismo que en España asumió la organización de las mujeres fue la Sección Femenina de FET y de las JONS, encabezada por la hermana del fundador de Falange, Pilar Primo de Rivera. También intentaba emular a las organizaciones nazis y fascistas, con sus propias peculiaridades, en este caso con una gran presencia del elemento religioso. Esta organización tenía como misión organizar la aceptación del régimen entre las mujeres a través de distintos mecanismos, reforzando pues el consenso y haciendo frente a un hecho claro a esas alturas del siglo XX: que había que contar con la mujer como un grupo con una fuerte influencia en todos los órdenes y que una organización fascista no podía ignorar.
Otra cosa era que precisamente se tratara de afirmar en el ánimo de la mujer española su carácter de inferioridad respecto al hombre, pero poniendo de manifiesto la dignidad e importancia del trabajo de ama de casa, la gran relevancia del cuidado y educación de los hijos y su gran influencia en el medio familiar a la hora de conformar comportamientos sociales y políticos. Es decir, se trataba de anular las posibilidades de cambio de unas mujeres en creciente dinamismo y que habían iniciado con el cambio de siglo un replanteamiento de las relaciones personales y de su presencia en la sociedad o en la política.
Después de 1942­43 en que los falangistas empiezan a perder terreno surge con fuerza la Acción Católica como canalizadora de muchas inquietudes de las mujeres. Se planteó de forma mucho más selectiva, sin intentar nunca ser una organización de masas y con actividades de carácter muy reservado, aunque algunas tuvieran dimensión pública. Fue menos intenso en el ámbito rural o con tintes más religiosos y más comprometido en la ciudad, agrupando a mujeres procedentes en una buena parte de la aristocracia y la alta burguesía, pero también con una presencia importante de sectores populares y obreros. Representó una posibilidad real para las mujeres de alcanzar una cierta visibilidad dentro de una estructura eclesiástica claramente masculina e incluso generalmente misógina. Es decir, que suponía una presencia pública y un cierto nivel de responsabilidad de las mujeres.
[12] SOTO MARCO, Adela, La mujer bajo el franquismo. Buen trabajo de investigación realizado, en donde se pone de manifiesto, el abordar y comprender la historia pasada de la mujer, durante un determinado período de su vida, con normas que otros marcaron junto con la desigualdad y la discriminación política, educativa y laboral que han caracterizado su situación bajo el franquismo. La mujer bien entrada el siglo XX se encuentra, en primer lugar, con unas normas jurídicas que le son de aplicación y que tienen unos marcados caracteres regresivos. Salvo el periodo de la II República, habría que volver a esperar la llegada del sistema democrático constitucional de 1978, para que la mujer volviera a recuperar a nivel jurídico cualquier prohibición de discriminación que atentase contra la dignidad de la mujer como persona. Al menos, la Constitución de 1978 equipara en igualdad de derechos y deberes a los hombres y mujeres, aunque no siempre esa igualdad jurídica se ha correspondido con una igualdad a pie de calle, ha sido de derecho y no de hecho, habiéndose tenido que sortear muchos vericuetos de toda índole, sobre todo aquellos que estaban metabolizados, sin sentido común, en la sociología colectiva y la psicología individual del individuo.
[13] El 27 de agosto de 1953, se firma el Concordato entre España y la Santa Sede. La profesión y la religión católica gozarán de la protección oficial del estado. Tras la firma del Concordato, el catolicismo queda como única religión del Estado, mientras Franco mantiene su derecho a elegir los nuevos obispos.
[14] Procede del libro ‘La virilidad y sus fundamentos sexuales’, del médico y jesuita Federico Arvesu.
[15] La Sección Femenina fue la rama femenina del movimiento Falange Española, y posteriormente de FET de las JONS. La Sección Femenina fue constituida en Madrid en 1934, y llegó a funcionar durante cuarenta años, siendo disuelta en 1977, tras la muerte del general Franco y el consiguiente desmontaje del régimen. Fue dirigida desde su nacimiento hasta su liquidación por Pilar Primo de Rivera y Sáenz de Heredia, hermana de José Antonio Primo de Rivera, el fundador de Falange. Impregnada su Jefa Nacional de un ferviente catolicismo, la Sección Femenina adoptó las figuras de Isabel la Católica y Santa Teresa de Jesús como modelos de conducta y símbolos de su acción política. Mercedes Sanz Bachiller, delegada nacional entre 1937 y 1940, y Carmen de Icaza, secretaria nacional desde 1940 hasta su destitución en 1957, fueron algunas de estas mujeres falangistas relevantes, de cuyas trayectorias políticas y profesionales todavía sabemos muy poco.
[16] CENARRO LAGUNAS, Ángela, Historia y Memoria del Auxilio Social de la Falange, Puede parecer una contradicción que un régimen que había nacido manchado de sangre hubiera favorecido y aceptado la emergencia de una institución dedicada a cobijar y a alimentar a los desfavorecidos, especialmente a las mujeres e hijos de la «Anti-España». Las claves para entender esta paradoja las ofrecía Miguel de Unamuno, rector de la Universidad de Salamanca, cuando con motivo de la celebración del «Día de la Raza», el 12 de octubre de 1936, recordó al general Francisco Franco y al resto de los asistentes los límites de su previsible victoria: «Venceréis por la fuerza de las armas, pero no convenceréis».
Pocos días después de que Unamuno pronunciara estas palabras, un grupo de falangistas de Valladolid parecían hacer suyo este mensaje, si bien por métodos muy distintos a los que el escritor hubiera deseado. Mercedes Sanz Bachiller, la joven viuda de Onésimo Redondo, el líder y fundador de las Juntas de Ofensiva Nacional Sindicalista, y Javier Martínez de Bedoya, un amigo muy cercano a la pareja, recién llegado de la Alemania nazi donde estaba cursando estudios de derecho, organizaron una colecta y abrieron el primer comedor para niños en Valladolid. El 30 de octubre de 1936 se inauguró este proyecto asistencial denominado Auxilio de Invierno, traducción literal de su homónima la Winterhilfe nazi, y este día se convirtió en la fecha fundacional de tan emblemática institución. En mayo de 1937, una vez reunidas por el Decreto de Unificación del 19 de abril todas las fuerzas políticas derechistas bajo el paraguas organizativo de Falange Española Tradicionalista y de las JONS, se transformó en la Delegación Nacional de Auxilio Social. Mercedes Sanz Bachiller fue nombrada delegado nacional, convirtiéndose así en una de las escasísimas mujeres que alcanzarían posiciones de poder relevantes en el marco de la «Nueva España».
[17] Sí Dios existe no puede odiar a las mujeres, por lo que muchas expresiones contenidas en el Antiguo Testamento no pueden venir inspirada por Dios. Veamos algunos versículos del Antiguo Testamento más emblemáticos y descriptivos de este presunto aborrecimiento de Dios hacia el género femenino. Jueces 5:30: ¿No han hallado botín, y lo están repartiendo? A cada uno una doncella, o dos; Las vestiduras de colores para Sísara, Las vestiduras bordadas de colores; La ropa de color bordada de ambos lados, para los jefes de los que tomaron el botín. En este versículo se refieren a las mujeres como “botín”… o sea, como meros objetos robados de algún saqueo. Y se las reparten de acuerdo a los colores de su ropa.
Jueces 21,7; 10-12. 21:7: ¿Qué haremos en cuanto a mujeres para los que han quedado? Nosotros hemos jurado por Jehová que no les daremos nuestras hijas por mujeres. 21:10 Entonces la congregación envió allá a doce mil hombres de los más valientes, y les mandaron, diciendo: Id y herid a filo de espada a los moradores de Jabes-galaad, con las mujeres y niños. 21:11 Pero haréis de esta manera: mataréis a todo varón, y a toda mujer que haya conocido ayuntamiento de varón.
2 Samuel 12:11: Así ha dicho Jehová: He aquí yo haré levantar el mal sobre ti de tu misma casa, y tomaré tus mujeres delante de tus ojos, y las daré a tu prójimo, el cual yacerá con tus mujeres a la vista del sol. Dios utiliza la violación de mujeres para castigar a los maridos que no le obedezcan. Dios sabe cómo dar donde nos duele a nosotros los hombres: Nuestra mujer teniendo sexo con el vecino a la vista de todos. A Dios le importa un comino lo que siente y desea la mujer, lo importante es castigar y humillar a su esposo. Así de cruel es este Dios.
Proverbios 31, 10-31 Es para muchos creyentes una Oda de alabanzas a la mujer; cuando en realidad podemos decir que es más bien una “oda a la esclavitud y servidumbre de la mujer” Allí se dice que la mujer es la que “Brinda a su esposo grandes satisfacciones todos los días de su vida. Va en busca de lana y lino, y con placer realiza labores manuales. Cual si fuera un barco mercante, trae de muy lejos sus provisiones. Antes de amanecer se levanta… planta viñedos. Se reviste de fortaleza y con ánimo se dispone a trabajar… y de noche trabaja hasta tarde… hace hilados y tejidos… Ella misma hace sus colchas… hace túnicas y cinturones, y los vende a los comerciantes… (Y, encima), está atenta a la marcha de su casa” Toda una alabanza a la mujer sumisa resignada y esclava. Jeremías 8:10: Por tanto, daré a otros sus mujeres, y sus campos a quienes los conquisten; porque desde el más pequeño hasta el más grande cada uno sigue la avaricia; desde el profeta hasta los sacerdotes todos hacen engaño. Dios reparte mujeres y tierras a sus hombres. Meras posesiones materiales.
Zacarías 12:14: todos los otros linajes, cada uno por sí, y sus mujeres por sí. Las mujeres no pertenecen a ningún linaje ni tienen derecho a ello. Son “cosas” independientes.
[18] Para los creyentes católicos “romanos”, tanto las mujeres como los hombres forman parte del Cuerpo Místico, del que Cristo es cabeza, y todos y todas con Cristo son sacerdotes, profetas y reyes. Todas las personas de la iglesia católica deben de sentirse sacerdotes, como subrayaba San Pedro “·Sois linaje escogido, sacerdocio real, nación santa… (1ª Pedro 2, 9) cuando ofrecen sus vidas como hostias gratas al Padre por Jesucristo. También, las mujeres y hombres, son profetas porque anuncian ambos la Buena Noticia revelada por Jesucristo – profeta que anuncia la verdad – con nuestra palabra y, sobre todo, con nuestras vidas. Y son reyes cuando ordenamos el mundo conforme al plan de Dios y lo hacemos, a la manera de Cristo, sirviendo a los hermanos, siendo un testimonio actual en los altares de la Madre Teresa de Calcuta. conclusión, a estos tres aspectos, sacerdocio, profetismo y realeza están llamados mujeres y hombres, y se corresponden con las tres dimensiones de la pastoral de la iglesia católica: Culto, Palabra y Caridad.
[19] El Código Penal español establece que serán circunstancias agravantes en la actitud punitiva de un infractor penal, quien realice el delito por motivos racistas, antisemitas u otra clase de discriminación referente a la ideología, religión o creencias de la víctima, la etnia, raza o nación a la que pertenezca, su sexo, orientación o identidad sexual, razones de género, la enfermedad que padezca o su discapacidad. El artículo 314 del citado Texto legal, establece que, “Los que produzcan una grave discriminación en el empleo, público o privado, contra alguna persona por razón de su ideología, religión o creencias, su pertenencia a una etnia, raza o nación, su sexo, orientación sexual, situación familiar, enfermedad o discapacidad, por ostentar la representación legal o sindical de los trabajadores, por el parentesco con otros trabajadores de la empresa o por el uso de alguna de las lenguas oficiales dentro del Estado español, y no restablezcan la situación de igualdad ante la ley tras requerimiento o sanción administrativa, reparando los daños económicos que se hayan derivado, serán castigados con la pena de prisión de seis meses a dos años o multa de 12 a 24 meses.” Asimismo, el Artículo 510, establece que serán castigados con una pena de prisión de uno a cuatro años y multa de seis a doce meses: Quienes públicamente fomenten, promuevan o inciten directa o indirectamente al odio, hostilidad, discriminación o violencia contra un grupo, una parte del mismo o contra una persona determinada por razón de su pertenencia a aquél, por motivos racistas, antisemitas u otros referentes a la ideología, religión o creencias, situación familiar, la pertenencia de sus miembros a una etnia, raza o nación, su origen nacional, su sexo, orientación o identidad sexual, por razones de género, enfermedad o discapacidad. Quienes produzcan, elaboren, posean con la finalidad de distribuir, faciliten a terceras personas el acceso, distribuyan, difundan o vendan escritos o cualquier otra clase de material o soportes que por su contenido sean idóneos para fomentar, promover, o incitar directa o indirectamente al odio, hostilidad, discriminación o violencia contra un grupo, una parte del mismo, o contra una persona determinada por razón de su pertenencia a aquél, por motivos racistas, antisemitas u otros referentes a la ideología, religión o creencias, situación familiar, la pertenencia de sus miembros a una etnia, raza o nación, su origen nacional, su sexo, orientación o identidad sexual, por razones de género, enfermedad o discapacidad. Públicamente nieguen, trivialicen gravemente o enaltezcan los delitos de genocidio, de lesa humanidad o contra las personas y bienes protegidos en caso de conflicto armado, o enaltezcan a sus autores, cuando se hubieran cometido contra un grupo o una parte del mismo, o contra una persona determinada por razón de su pertenencia al mismo, por motivos racistas, antisemitas u otros referentes a la ideología, religión o creencias, la situación familiar o la pertenencia de sus miembros a una etnia, raza o nación, su origen nacional, su sexo, orientación o identidad sexual, por razones de género, enfermedad o discapacidad, cuando de este modo se promueva o favorezca un clima de violencia, hostilidad, odio o discriminación contra los mismos.”
Serán castigados con la pena de prisión de seis meses a dos años y multa de seis a doce meses: Quienes lesionen la dignidad de las personas mediante acciones que entrañen humillación, menosprecio o descrédito de alguno de los grupos a que se refiere el apartado anterior, o de una parte de los mismos, o de cualquier persona determinada por razón de su pertenencia a ellos por motivos racistas, antisemitas u otros referentes a la ideología, religión o creencias, situación familiar, la pertenencia de sus miembros a una etnia, raza o nación, su origen nacional, su sexo, orientación o identidad sexual, por razones de género, enfermedad o discapacidad, o produzcan, elaboren, posean con la finalidad de distribuir, faciliten a terceras personas el acceso, distribuyan, difundan o vendan escritos o cualquier otra clase de material o soportes que por su contenido sean idóneos para lesionar la dignidad de las personas por representar una grave humillación, menosprecio o descrédito de alguno de los grupos mencionados, de una parte de ellos, o de cualquier persona determinada por razón de su pertenencia a los mismos. Quienes enaltezcan o justifiquen por cualquier medio de expresión pública o de difusión los delitos que hubieran sido cometidos contra un grupo, una parte del mismo, o contra una persona determinada por razón de su pertenencia a aquél por motivos racistas, antisemitas u otros referentes a la ideología, religión o creencias, situación familiar, la pertenencia de sus miembros a una etnia, raza o nación, su origen nacional, su sexo, orientación o identidad sexual, por razones de género, enfermedad o discapacidad, o a quienes hayan participado en su ejecución. Los hechos serán castigados con una pena de uno a cuatro años de prisión y multa de seis a doce meses cuando de ese modo se promueva o favorezca un clima de violencia, hostilidad, odio o discriminación contra los mencionados grupos.
El Artículo 511 establece que incurrirá en la pena de prisión de seis meses a dos años y multa de doce a veinticuatro meses e inhabilitación especial para empleo o cargo público por tiempo de uno a tres años el particular encargado de un servicio público que deniegue a una persona una prestación a la que tenga derecho por razón de su ideología, religión o creencias, su pertenencia a una etnia o raza, su origen nacional, su sexo, orientación sexual, situación familiar, por razones de género, enfermedad o discapacidad. Las mismas penas serán aplicables cuando los hechos se cometan contra una asociación, fundación, sociedad o corporación o contra sus miembros por razón de su ideología, religión o creencias, la pertenencia de sus miembros o de alguno de ellos a una etnia o raza, su origen nacional, su sexo, orientación sexual, situación familiar, por razones de género, enfermedad o discapacidad. Los funcionarios públicos que cometan alguno de los hechos previstos en este artículo, incurrirán en las mismas penas en su mitad superior y en la de inhabilitación especial para empleo o cargo público por tiempo de dos a cuatro años. En todos los casos se impondrá además la pena de inhabilitación especial para profesión u oficio educativos, en el ámbito docente, deportivo y de tiempo libre, por un tiempo superior entre uno y tres años al de la duración de la pena de privación de libertad impuesta en su caso en la sentencia, atendiendo proporcionalmente a la gravedad del delito y a las circunstancias que concurran en el delincuente.
El Artículo 512 manifiesta, que los que en el ejercicio de sus actividades profesionales o empresariales denegaren a una persona una prestación a la que tenga derecho por razón de su ideología, religión o creencias, su pertenencia a una etnia, raza o nación, su sexo, orientación sexual, situación familiar, por razones de género, enfermedad o discapacidad, incurrirán en la pena de inhabilitación especial para el ejercicio de profesión, oficio, industria o comercio e inhabilitación especial para profesión u oficio educativos, en el ámbito docente, deportivo y de tiempo libre por un periodo de uno a cuatro años.
El Artículo 515 del CP, expresa claramente, que son punibles las asociaciones ilícitas, teniendo tal consideración, las que fomenten, promuevan o inciten directa o indirectamente al odio, hostilidad, discriminación o violencia contra personas, grupos o asociaciones por razón de su ideología, religión o creencias, la pertenencia de sus miembros o de alguno de ellos a una etnia, raza o nación, su sexo, orientación sexual, situación familiar, enfermedad o discapacidad.
Asimismo, el Artículo 522, nos indica que incurrirán en la pena de multa de cuatro a diez meses, los que por medio de violencia, intimidación, fuerza o cualquier otro apremio ilegítimo impidan a un miembro o miembros de una confesión religiosa practicar los actos propios de las creencias que profesen, o asistir a los mismos. Y de igual forma, los que por iguales medios fuercen a otro u otros a practicar o concurrir a actos de culto o ritos, o a realizar actos reveladores de profesar o no profesar una religión, o a mudar la que profesen. El Artículo 525, manifiesta que incurrirán en la pena de multa de ocho a doce meses los que, para ofender los sentimientos de los miembros de una confesión religiosa, hagan públicamente, de palabra, por escrito o mediante cualquier tipo de documento, escarnio de sus dogmas, creencias, ritos o ceremonias, o vejen, también públicamente, a quienes los profesan o practican. En las mismas penas incurrirán los que hagan públicamente escarnio, de palabra o por escrito, de quienes no profesan religión o creencia alguna.
[20] La resurrección de Jesús es un acontecimiento evangélico y un tema muy representado en el arte cristiano, dentro del ciclo de la Pasión. En la literatura cristiana Jesús es, por antonomasia, «el Resucitado». Según el Nuevo Testamento, ocurrió al tercer día de que Jesús fuera crucificado, muerto y sepultado en una tumba. El momento preciso de la resurrección no se describe, ni aparece como presenciado por nadie (ni siquiera por los soldados que custodiaban el lugar); sí su consecuencia: las miróforas (tres Marías o santas mujeres) encuentran la tumba vacía (en uno de los evangelios, el de Mateo, en medio de un estruendo causado por la llegada de un ángel -en los demás evangelios también aparecen ángeles, aunque en otra actitud-). A partir de ese momento se mencionan varias apariciones de Jesús resucitado en diversas ocasiones, tanto a María Magdalena (Noli me tangere) como a los apóstoles (Tomás, que había mostrado su incredulidad, es invitado por el propio Jesucristo a meter la mano en la llaga del costado) y a otros discípulos (a los discípulos de Emaús y a un grupo de más de quinientos «hermanos»).
[21] Pasión de Cristo o de Jesús es la denominación convencional utilizada para englobar los episodios evangélicos que narran los sucesos protagonizados por Jesucristo entre la última cena y su crucifixión y muerte (el ciclo narrativo puede detenerse ahí -comprendiendo aproximadamente una noche y el día siguiente- o continuarse con su entierro y resurrección, al tercer día -el cómputo cronológico ha sido históricamente objeto de debate-). También es el tema más utilizado en el arte cristiano.
[22] MONTOYA VILLEGAS, Victoriano, Cur Deus homo?, Instituto de Estudios Almerienses, 2013. Una respuesta desde la soteriología española contemporánea.
[23] Desde Galileo Galilei hasta Juana de Arco. A día de hoy se cuentan por decenas los personajes destacados de la Historia que fueron perseguidos y ajusticiados por la Santa Inquisición, una institución creada en el siglo XIII cuya lucha contra los herejes se extendió durante más de seis siglos por países como Francia, Italia, España o Portugal. Ideada para combatir a todo aquel que se alejase de la fe que por entonces se proclamaba como oficial (además de aquellos que cometían algunos actos considerados como amorales), esta institución vivió su esplendor y su mayor barbarie durante la Edad Media. Sin embargo, por lo que es recordada en la actualidad no es solo por la cantidad de cadáveres que dejó a sus espaldas en Europa, sino por el uso de multitud de instrumentos de tortura capaces de arrancar una confesión a homosexuales, presuntas brujas o blasfemos. Entre los mismos destacaban algunos tan crueles como el potro (ideado para estirar los miembros de la víctima) o el castigo del agua (el cual creaba una severa sensación de ahogamiento en el reo). Todos ellos, al menos en España, dejaron de usarse el 4 de diciembre de 1808, día en que Napoleón Bonaparte abolió la Inquisición.
[24] Las religiones a nivel histórico han dado lo mejor y lo peor de ellas mismas. Entre lo peor está la intolerancia, el oscurantismo, la ignorancia…pero es precisamente en las sociedades religiosas donde han aparecido personajes como Jesús, Buda o Francisco de Asís. También la religión ha dado lugar que florezcan pensadores y místicos que han dicho y hecho cosas extraordinarias para avanzar en la sociedad.
[25] Constitución Española de 1978. Artículo 16. 1. Se garantiza la libertad ideológica, religiosa y de culto de los individuos y las comunidades sin más limitación, en sus manifestaciones, que la necesaria para el mantenimiento del orden público protegido por la ley. 2. Nadie podrá ser obligado a declarar sobre su ideología, religión o creencias. 3. Ninguna confesión tendrá carácter estatal. Los poderes públicos tendrán en cuenta las creencias religiosas de la sociedad española y mantendrán las consiguientes relaciones de cooperación con la Iglesia Católica y las demás confesiones. Artículo 27.3. Los poderes públicos garantizan el derecho que asiste a los padres para que sus hijos reciban la formación religiosa y moral que esté de acuerdo con sus propias convicciones.
[26] La Declaración Universal de Derechos Humanos fue redactada por representantes de todas las regiones del mundo y abarca todas las tradiciones jurídicas. Formalmente adoptada por las Naciones Unidas el 10 de diciembre de 1948, es el documento más universal de los derechos humanos en existencia, describiendo los treinta derechos fundamentales que constituyen la base para una sociedad democrática. Artículo 20. 3. Entre esos cuidados figurarán, entre otras cosas, la colocación en hogares de guarda, la kafala del derecho islámico, la adopción o de ser necesario, la colocación en instituciones adecuadas de protección de menores. Al considerar las soluciones, se prestará particular atención a la conveniencia de que haya continuidad en la educación del niño y a su origen étnico, religioso, cultural y lingüístico. Artículo 26. 2. La educación tendrá por objeto el pleno desarrollo de la personalidad humana y el fortalecimiento del respeto a los derechos humanos y a las libertades fundamentales; favorecerá la comprensión, la tolerancia y la amistad entre todas las naciones y todos los grupos étnicos o religiosos y promoverá el desarrollo de las actividades de las Naciones Unidas para el mantenimiento de la paz. Artículo 29 1. Los Estados Partes convienen en que la educación del niño deberá estar encaminada a: d) Preparar al niño para asumir una vida responsable en una sociedad libre, con espíritu de comprensión, paz, tolerancia, igualdad de los sexos y amistad entre todos los pueblos, grupos étnicos, nacionales y religiosos y personas de origen indígena.
[27] La UNESCO estableció el Día Internacional de la Mujer como celebración mundial de todas las mujeres, en todas partes. Un llamado a la unidad; para reflexionar sobre las lecciones aprendidas y para incrementar los esfuerzos puestos hacia la igualdad de género y el empoderamiento de todas las niñas y las mujeres. Es un día para regocijarse en los extraordinarios actos de las mujeres y para trabajar juntas, como una fuerza unitaria para avanzar hacia la igualdad de género en todo el mundo. La igualdad de género es preponderante en la Agenda 2030, por tratarse de un derecho humano fundamental y de una fuerza transformadora para un desarrollo más justo, inclusivo y sostenible, según manifestó Irina Bokova, Directora General de la UNESCO, acerca del Día Internacional de la Mujer 2016.
[28] En ese sentido, cabe destacar el lugar incomparable que en el cristianismo ocupa la madre de Jesús, la Viren María, venerada como la única persona humana que nunca cometió un pecado. La cosa podría terminar ahí, y no sería extraño, conforme con las costumbres de la época, que se venerara a la madre del fundador de una nueva religión. Sin embargo, no es así y al revisar los evangelios canónicos vemos el importantísimo rol que tenían las mujeres en la comunidad naciente. Algunas de ellas aparecen mencionadas con su nombre, como María Magdalena, la primera testigo de la resurrección (antes incluso que los apóstoles), Marta y María, y Santa Isabel, cuyas palabras forman parte del Ave María, y otras cuyo nombre no se consigna, como la mujer que baño con sus lágrimas los pies del Salvador, o las que lo acompañaban en su predicación por Galilea y Judea.
[29] LÓPEZ MARTÍN, Juan, La iglesia en la que creo y sirvo,
[30] Hace algunos años la Santa Sede castigaba con la excomunión, la pena máxima prevista por la Iglesia Católica, a un grupo de siete mujeres que se habían ordenado sacerdotes por una iglesia disidente. La ordenación de estas mujeres (cuatro alemanas, dos austríacas y una norteamericana) tuvo lugar en un barco que recorría el río Danubio. Curiosamente, el decreto en el que se declaraba la excomunión de «las siete del Danubio» fue firmado por el entonces prefecto de la Congregación Vaticana para la Doctrina de la Fe, el cardenal Joseph Ratzinger.
La reciente ordenación, tuvo lugar en una improvisada capilla habilitada en la habitación de una casa. Sólo una docena de hombres y mujeres asistieron a la ceremonia. La sacerdote admitió su preocupación por poder sufrir el mismo castigo que sus predecesoras, pero afirmó que «espero que en cinco años, en diez años, las cosas puedan cambiar porque hay muchas mujeres a las que le gustaría seguir el mismo camino, y el camino estará mejor preparado para ellas».
La BBC tuvo acceso a la ceremonia con la condición de que no revelara ni el lugar exacto ni la identidad de la mujer, que desea permanecer en el anonimato porque teme perder su trabajo como profesora de religión. Las enseñanzas de la Iglesia son claras. Sólo los hombres pueden ser ordenados.
El Vaticano ha rechazado en reiteradas ocasiones el sacerdocio femenino. «Las enseñanzas de la Iglesia son claras. Sólo los hombres pueden ser ordenados», dijo monseñor Serge Poitras de la Nunciatura Apostólica de Ottawa, quien subrayó que el fallecido papa Juan Pablo II trató el asunto en 1994. Otras nueve serán ordenadas en Canadá El próximo 25 de julio ocho canadienses y una mujer norteamericana también desafiarán al Vaticano cuando sean ordenadas sacerdotes en Canadá, convirtiéndose en las primeras mujeres católicas ordenadas sacerdotes en Norteamérica. Esta ceremonia, también desaprobada por el Vaticano, tendrá lugar en un río fronterizo entre EE UU y Canadá, donde ninguna diócesis tiene jurisdicción y por tanto no podrá interferir en la ceremonia.
[31] RODRÍGUEZ, Pepe, Mentiras fundamentales de la Iglesia católica, Ediciones B, Barcelona, 2011. Un análisis de las graves contradicciones y manipulaciones de los textos bíblicos y de la figura del Jesús histórico.
[32] Código de Derecho Canónico. Promulgado por la Autoridad de Juan Pablo II, Papa. Dado en Roma, el día 25 de Enero de 1983. 230 § 1. Los varones laicos que tengan la edad y condiciones determinadas por decreto de la Conferencia Episcopal, pueden ser llamados para el ministerio estable de lector y acólito, mediante el rito litúrgico prescrito; sin embargo, la colación de esos ministerios no les da derecho a ser sustentados o remunerados por la Iglesia. 1024 Sólo el varón bautizado recibe válidamente la sagrada ordenación.
[33] En los estudios civiles de la Universidad Pública, solo se estudiaba esta asignatura hasta hace poco en Derecho, en segundo de carrera,
[34] Llama la atención que en dos mil años de cristianismo, ante el elevado número de doctores que tiene la iglesia católica en los altares, solo tres mujeres disponen de este gran honor mundano. Teresa de Ávila: 67 años (1515-1582) primera mujer doctora de la Iglesia, mística española, fundadora de las carmelitas descalzas, escribió su Biografía y los libros: El camino de la perfección, Pensamiento sobre el amor de Dios, y el Castillo interior; fue doctorada por el Papa Pablo VI el 27 de septiembre de 1970. Santa Catalina de Siena Italiana (1347-1380) vivió 33 años, segunda mujer doctora de la Iglesia, lo cual logró sin saber leer ni escribir, con el dictado de muchas cartas y sobre todo con el Diálogo sobre la Divina providencia, es patrona de Italia junto con San Francisco de Asís, canonizada en 1461 y. Santa Teresa de Lisieux o del Niño Jesús (1873-1897), la última y más joven doctora de la Iglesia, quien solo vivió 24 años y toda su experiencia mística se recoge en su libro Historia del alma.
[35] AGUILERA MARTÍNEZ, Rafael Leopoldo, Hacer el bien por el bien: 26 de junio, Diario de Almería, 09.05.2016. NACIDA en la época del Despotismo Ilustrado que afirmaba con orgullo el lema de «Todo para el pueblo, pero sin el pueblo»; y también el conciliar Papa Pablo VI desde la Cátedra de San Pedro levantó un velo de silencio y censura cuando dijo aquello de que «el humo de Satanás ha entrado en la iglesia», pero no tuvo consecuencias prácticas. Hacer el bien por el bien, sin esperar nada de ultratumba. Tras años de intensa macroeconomía con amnistía fiscal y brotes verdes; en lo que poco o nada se ha hecho por evitar el intento de controlar la educación mediante un plan de adoctrinamiento ideológico que comienza en las escuelas.
El intento de regular la vida sexual dando carta de naturaleza a otras formas de familia distinta a las recogidas en el derecho comparado. La ampliación de los supuestos de aborto separándolos de cualquier juicio moral que pudiera proceder de alguna confesión religiosa. La legalización de la eutanasia. La deslegitimación de cualquier adversario político, la Ley de Memoria Histórica y el control de los medios de comunicación. Lo de la sedición de una parte de Cataluña, es ya cosa judicial en el programa de cambio social para Europa. Una España sociológicamente católica, ahí está su religiosidad popular, especialmente en Semana Santa y actualmente en las Cruces de Mayo, ha pasado con relativa facilidad de la Madre iglesia al Padre Estado controlado por un sector político de la sociedad, en la que una élite investida de una legitimidad sui generis, está decidiendo por el conjunto de la colectividad, por supuesto, por su bien.
El veraniego domingo día 26 de junio, festividad de devocional San Josemaría Escrivá de Balaguer, estuvimos llamados por Real Decreto Ley a las transparentes urnas, y se puede sentir un mariposeo estomacal el pensar que determinadas ideologías totalitarias y que nunca terminaron de desandar sus pasos previos ocupen los escaños del hemiciclo de la Carrera de San Jerónimo. Los que amamos la libertad, los que pensamos que ningún poder humano tiene derecho a regular la vida de los ciudadanos desde el nacimiento hasta la tumba, para lo que creemos que la soberanía debe residir en la nación española, para los que creemos que es mejor equivocarse libremente que en ser conducidos hacia supuestas felicidades coreanas, lo que pueda suceder resulta, al menos, al día de la fecha, con cierto motivo de preocupación y desasosiego.
[36] El rito litúrgico católico es el conjunto de prescripciones que reglamentan las ceremonias en la Iglesia católica romana y están contenidos en los Libros litúrgicos católicos. En España el rito ordinario habitual es el latino romano ordinario, aunque se está entiendo el rito extraordinario latino tridentino.
[37] En la Curia Diocesana de Almería, entre otros ejemplos, solo tienen encomiendas pastorales u oficios eclesiásticos – carácter burocrático, fedatarias – dos mujeres, la Canciller Secretaria General María del Mar López Andrés, y el siguiente cargo en importancia, la de Notaria del Tribunal Eclesiástico María del Carmen García Fernández.
[38] Esta expresión de paso a paso bajo palio, viene a determinar el posicionamiento organizacional y funcional de las mujeres en el ámbito de la religiosidad popular almeriense, aunque sería de aplicación general, y en concreto, dentro de la eclesialidad laica, a las Asociaciones Pías, las Hermandades y Cofradías de penitencia, sacramentales y de gloria. Podemos afirmar y afirmamos, que este segmento de la piedad popular, salvo casos específicos, que en muchos lugares siguen manteniéndose fieles a una tradición trasnochada y debería de ser prohibida en el orden civil, sí desde el ámbito curial no se puede o no se quiere instar a un cambio de paradigma, el papel de la mujer ha sido y es fundamental para el fomento y vigorización del catolicismo popular, sobre todo en estos momentos de grandes tribulaciones espirituales, en donde la iglesia ha perdido a nivel cuantitativo un elevado número de creyentes, sobre todo creyentes practicantes, y que solo se acercan a este campo de la espiritualidad cuando llegan determinadas fiestas religiosas como la Semana Santa, el Corpus Christi, las fiestas patronales y pocas más.
[39] En sintonía con el título del IV Encuentro Nacional de Mujeres Cofrades, he juzgado conveniente recordar a algunas mujeres que aparecen en la pasión del Señor y considerar particularmente el significado de la Verónica. En el relato evangélico y en la piedad popular ocupan un lugar relevante varias mujeres, sobre las cuales se ha detenido el pueblo cristiano.
Recordamos algunas. Ante todo, obviamente, María, la Madre del Señor. A su lado, otras: María, esposa de Cleofás y madre de Santiago (cf. Mt 27,56; Mc 15,40; Lc 24,10; Jn 19,25) (cf. “María, Madre de Santiago”, en: Diccionario de Jesús de Nazaret, Burgos 2001, p. 800); María Magdalena, que sobresale como discípula de Jesús y aparece en los cuatro relatos evangélicos como testigo de la muerte, sepultura y resurrección del Señor (cf. Antonio Llamas, “Magdalena, María”, en ibíd., pp. 762 s.); y Salomé, probablemente la esposa de Zebedeo, que aspiró a que sus hijos ocuparan los primeros puestos en el reino de Jesús (cf. Mt 20,20) (Evaristo Martín Nieto, “Salomé”, en ibíd., p. 1182). Esta y otras mujeres acompañaron a Jesús durante su vida pública, subviniendo a sus necesidades (cf. Mc 15,40; Lc 8,2-3), y asistió a su crucifixión (cf. Mc 15,40). Algunas mujeres siguieron a Jesús hasta el Calvario y fueron como enlaces entre la muerte, la sepultura y el sepulcro encontrado vacío, porque Jesús había resucitado. Más mujeres que varones (por ejemplo, Nicodemo, José de Arimatea, Juan el discípulo amado) permanecieron junto a Jesús, cuando fue apresado y conducido hasta la muerte. En los Evangelios emergen, por la proximidad al Señor y el desarrollo que se les dedica, María la Madre de Jesús y María Magdalena. De algunas conocemos sus nombres y de otras solamente su alusión genérica.
Aparecen algunas, lamentándose y llorando compasivamente por Jesús, en la calle de la amargura camino del Calvario (cf. Lc 23,27-31). Según la tradición, estas mujeres podrían haber llevado brebajes para calmar los dolores del condenado; Jesús es el “leño verde” y fecundo que por su inocencia no se debería quemar, a diferencia de otros verdaderos culpables, que son “leño seco” y estériles. Las palabras de Jesús dirigidas a las mujeres de Jerusalén son algo más de lo que se puede colegir inmediatamente, a saber, las de un condenado a muerte que responde a quienes le compadecen. En la catástrofe y destrucción de Jerusalén todos los valores se subvierten; la maternidad habitualmente es bendición de Dios en la Biblia, y aquí se declara felices a las mujeres estériles (cf. Os 10,8) (cf. Comentario al Nuevo Testamento III, p. 258).
San Mateo (Mt 27,19) es el único evangelista que menciona a la mujer de Pilato, la cual le habría comunicado: «No te metas con ese justo, porque esta noche he sufrido mucho soñando con Él». En la causa de Jesús presionan sobre el Procurador de forma contraria su mujer pagana y las autoridades judías que reclaman su muerte. Los paganos reconocen la inocencia de Jesús; en cambio, su pueblo lo rechaza. Según los apócrifos, la mujer de Pilato se llamaría Prócula y habría sido venerada como santa en la Iglesia (cf. Daniel-Rops, Jesús en su tiempo, Barcelona 1960, pp. 471-475).
María, la Madre del Señor, aparece en su pasión en dos ocasiones; una en la narración evangélica y otra en la piedad popular. La cuarta estación del Viacrucis considera el encuentro de Jesús y María camino del Calvario; se puede comprender la hondura del sufrimiento tanto de la madre como del Hijo. El Evangelio de San Juan (Jn 19,25-27), en un texto con significativas resonancias bíblicas, presenta a María y al discípulo amado junto a la cruz de Jesús. Pronuncia unas palabras el Señor que desbordan la comprensible preocupación de un hijo moribundo por su madre viuda y sola. «Mientras los apóstoles huyen, ella se mantiene al pie de la cruz y contempla con ojos de compasión las llagas de su Hijo» (san Ambrosio). Estos momentos evangélicos de María en pie junto a la cruz de Jesús y posteriormente del Hijo muerto depositado en brazos de la madre han sido ampliamente meditados por la Iglesia, uniendo Palabra de Dios y comprensibles sentimientos maternales. El cuadro impresionante ha recibido diversos nombres en la historia de la piedad cristiana: el Descendimiento, Jesús puesto en brazos de su Madre, la Piedad, la Virgen de las Angustias, la Soledad, la Dolorosa, Nuestra Señora de los Dolores, la Traspasada… Muchas veces es conocido este momento como la “quinta angustia”. La profecía de Simeón dirigida a María (cf. Lc 2,34-35) alcanza aquí su clímax y culminación como rostro elocuente de dolor y piélago de sufrimientos (véase la escultura genial de la Piedad de Gregorio Fernández). María habla el lenguaje maternal a todas las mujeres del mundo que han perdido a sus hijos. La pasión de Jesús y la pasión de los hombres están unidas; aquella ilumina y fortalece a los hombres en su particular camino del Calvario.
[40] Mt. 5. 3-10. El Sermón de la Montaña, también denominado Sermón de la Monte de las Bienaventuranzas está dirigido por igual a hombres y mujeres, mujeres y hombres, siendo unos preceptos de universal validez para todos los tiempos y para todos los humanos, de cualquier raza o condición.
[41] Se han recogido en determinados medios de comunicación social, las palabras homófobas y machistas que con vergonzante reiteración pronuncia el obispo de Córdoba, pueden ahora que le pasen factura y no queden sin respuesta legal. Pareciera como que la sociedad cordobesa, harta ya de soportar a un prelado tan retrógrado, haya reaccionado y quieren que Demetrio Fernández no se vaya de rositas con lo que consideran un delito de incitación al odio. Tras la denuncia interpuesta ante la justicia por un ciudadano cordobés, Rafael Bueno Redondo, Fiscalía ha decidido investigar la posible existencia de indicios de delito en las «frecuentes declaraciones homófobas» del polémico y provocador purpurado. Según esta denuncia el prelado podría incurrir en un delito de incitación al odio. El ministerio público en Córdoba ha confirmado que ha recibido dicha denuncia que se interpuso el miércoles. Como ocurre con cualquier procedimiento, se han abierto las diligencias de investigación para dilucidar si hay indicios de delito. Si se confirmara este hecho, el fiscal formularía su escrito de acusación provisional y pasaría a un juzgado que determinaría la culpabilidad o inocencia del obispo de Córdoba, Demetrio Fernández. También podría producirse que la causa se archivase de la causa si tras la investigación del fiscal no se encontrase indicio de incitación al odio tal como mantiene el vecino cordobés que, tras días de polémica por el apoyo del prelado a los obispos madrileños que se oponen a la Ley contra la «LGTBfobia», acudió a la fiscalía cordobesa a interponer una denuncia.
[42] Amnistía Internacional, Cruz Roja, Media Luna Roja……
[43] La frase latina Extra Ecclesiam nulla salus significa: «Fuera de la Iglesia no hay salvación». Contrario a lo que muchas personas creen, no es un dogma de la Iglesia católica, definido en la forma, «es absolutamente necesario para la salvación de toda criatura humana que esté sujeta al Romano Pontífice» (bula Unam Sanctam del Papa Bonifacio VIII, año 1302).
[44] Organizada esta cena siguiendo la tradición judía con la llamada Pascua judía o Pésaj. Según el Código da Vinci de Dan Brawn, el apóstol Juan, el que está a la derecha de Jesús, a la izquierda desde el punto de vista del observador, es en realidad María Magdalena, a quien se le consideraba un apóstol, pero claro, es sólo una teoría, y contraria a lo expresado por Mt 26,20; Mc 14,17 y 20; Lc 22,14.
[45] 1 Corintios 11:3 Pero quiero que sepáis que Cristo es la cabeza de todo varón, y el varón es la cabeza de la mujer, y Dios la cabeza de Cristo. 1 Corintios 11,5-7 11:5 Pero toda mujer que ora o profetiza con la cabeza descubierta, afrenta su cabeza; porque lo mismo es que si se hubiese rapado. 11:6 Porque si la mujer no se cubre, que se corte también el cabello; y si le es vergonzoso a la mujer cortarse el cabello o raparse, que se cubra. 11:7 Porque el varón no debe cubrirse la cabeza, pues él es imagen y gloria de Dios; pero la mujer es gloria del varón. – Efesios 5,22-24 5:22 Las casadas estén sujetas a sus propios maridos, como al Señor; 5:23 porque el marido es cabeza de la mujer, así como Cristo es cabeza de la iglesia, la cual es su cuerpo, y él es su Salvador. 5:24 Así que, como la iglesia está sujeta a Cristo, así también las casadas lo estén a sus maridos en todo. Colosenses 3:18. Casadas, estad sujetas a vuestros maridos, como conviene en el Señor. – Romanos 7:2 Porque la mujer casada está sujeta por la ley al marido mientras éste vive; pero si el marido muere, ella queda libre de la ley del marido. 1 Corintios 14, 34-35. 14:34 vuestras mujeres callen en las congregaciones; porque no les es permitido hablar, sino que estén sujetas, como también la ley lo dice. 14:35 Y si quieren aprender algo, pregunten en casa a sus maridos; porque es indecoroso que una mujer hable en la congregación. 1 Timoteo 2,11-15. 2:11 La mujer aprenda en silencio, con toda sujeción. 2:12 Porque no permito a la mujer enseñar, ni ejercer dominio sobre el hombre, sino estar en silencio.2:13 Porque Adán fue formado primero, después Eva; 2:14 y Adán no fue engañado, sino que la mujer, siendo engañada, incurrió en transgresión.2:15 Pero se salvará engendrando hijos, si permaneciere en fe, amor y santificación, con modestia. Y para finalizar, 1 Corintios 7:1 En cuanto a las cosas de que me escribisteis, bueno le sería al hombre no tocar mujer; ¿Tan asquerosas son las mujeres que Pablo recomienda ni tocarlas?
[46] El episodio de las tres negaciones de Pedro, acompañadas del doble canto del gallo, es uno de los más conocidos del evangelio, probablemente a causa del protagonista, pues en el episodio se trata nada menos que del pecado del primero de los apóstoles, de aquél a quien Jesús le había dicho: “Yo te digo, tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi iglesia, y el poder de la muerte no podrá contra ella” (Mt 16,18). Llama la atención que los evangelios no oculten este momento de la vida de Pedro, sobre todo tratándose del responsable del grupo de los discípulos de Jesús, sobre cuya fe quiso edificar Jesús la Iglesia. Esta es una primera lección espiritual del relato de las negaciones de Pedro. La Biblia nos enseña a ser honestos con la realidad y a llamar a las cosas por su nombre. Las injusticias son injusticias, las guerras son guerras, nuestros pecados son pecados. Y no hay que dudar en afirmar que todo eso es negativo, destruye al hombre y se opone a la voluntad de Dios. También las negaciones de Pedro fueron negaciones y rechazo de Jesús, y el evangelio no ahorra detalles para contarlo ni duda en narrarlo sin pudor. Hay que tener fe que detrás de nuestras debilidades y más allá de todo lo que pueda hacer o no hacer el hombre, está el poder de Dios haciendo nuevas todas las cosas (cf. Ap. 21,5). Veamos ahora algunos aspectos importantes sobre los que vale la pena meditar en relación a las negaciones de Pedro, fijándonos sobre todo en el evangelio de Marcos. En primer lugar veremos que el relato, en una gradación intencionada, nos presenta la triple negación de Pedro como símbolo del camino que lleva al pecado; en segundo lugar nos detendremos a ver cómo la actitud de Pedro ante una criada, se opone a la confesión que hace Jesús de sí mismo ante las autoridades judías; en tercer lugar analizaremos las posibles causas de las negaciones, para terminar presentando algunas lecciones espirituales que nos ofrece este relato evangélico.
[47] El primer ideólogo de la iglesia católica, Pablo de Tarso, originalmente Saulo de Tarso o Saulo Pablo, también llamado san Pablo, nacido entre los años 5 y 10 d. C., en Tarso de Cilicia (actual Turquía centro-meridional) y muerto martirizado bajo el gobierno de Nerón entre los años 58 y 67 en Roma, es conocido como el Apóstol de los gentiles, el Apóstol de las naciones, o simplemente el Apóstol, y constituye una de las personalidades señeras del cristianismo primitivo. De sus epístolas auténticas surge que Pablo de Tarso reunió en su personalidad sus raíces judías, la gran influencia que sobre él tuvo la cultura helénica y su reconocida interacción con el Imperio romano cuya ciudadanía —en el decir del libro de los Hechos de los Apóstoles— ejerció. Pablo no cambió su nombre al abrazar la fe en Jesucristo como Mesías de Israel y Salvador de los gentiles ya que, como todo romano de la época, tenía un praenomen relacionado con una característica familiar (Saulo, su nombre judío, que etimológicamente significa ‘invocado’, ‘llamado’), y un cognomen, el único usado en sus epístolas (Paulus, su nombre romano, que etimológicamente significa ‘pequeño’ o ‘poco’).
[48] PRANCE, Peter, El Papa Niño, Bóveda, Sevilla, 2014. El estado de la cuestión, incluso va más allá de una simple participación en la liturgia como clérigo o clériga, sino en la propia participación en los órganos gestores de la curia vaticana, comenzando por los dicasterios y en otras asambleas reservadas solo a hombres revestidos con las potestades de los oficios eclesiásticos e investidos con el Sacramento del Orden.
[49] En Hermandades y Cofradías de penitencia han mantenido hasta no hace mucho la prohibición a las mujeres de salir de penitentes – nazarenos- en los cortejos procesionales, sobre todo en Sevilla, inclusive teniendo, en muchos casos, mayor antigüedad que los hombres cofrades en estas corporaciones cofrades. En este sentido, en la mayoría de los casos, salvo excepciones, ha predominado el sentido común y ha desaparecido la prohibición referenciada.
[50] Hace algunos años era impensable ver en el Poder Ejecutivo, Legislativo y Judicial tan elevado número de mujeres al frente de las máximas instituciones de la cosa pública, y su presencia ha ayudado a superar esta imagen deformadora que se podía tener del buen hacer intelectual del género femenino. Igual sucederá cuando la mujer se incorpore en igual de condiciones a la curia en todos sus ámbitos direccionales y sacramentales.
[51] Sería el Dogma más importante, elevar a la Virgen María al mismo rango que Dios, Co-Redentora de la Salvación.
[52] AGUILERA MARTÍNEZ, Rafael Leopoldo, Alea jacta es, Diario El Almería, 30.03.2015. Cada Lunes Santo, el Paso de Misterio y de Palio regresan al milenario casco histórico para tributar ante la Apostólica Iglesia Catedral de la Encarnación, el signo de Comunión Eclesial de la religiosidad popular almeriense, cuya máxima expresión se producirá en el regreso del cortejo con ambos Pasos hacia el templo con la llamada «bulla» macarena, entre los sonidos de marchas procesionales, los ayes de las saetas y cientos de fieles y cofrades, que acompañarán en una impenetrabilidad de cuerpos con sentimiento amoroso al Señor de la Vida y la Esperanza.
[53] ¿Cuántos títulos humanos de santos hay?, y de ellos, cuántas son santas, es decir, mujeres. Y dentro de éstas, cuántas son mujeres laicas, no religiosas – monjas-, y dentro de las laicas no religiosas, cuántas son mujeres a pie de calle, que no proceden de clases altas – nobleza, aristocracia, burguesía-. Ahí veremos por el número, al igual, que doctoras, que solo hay tres – y monjas – frente un número considerable de hombres, también presbíteros, que el número de mujeres en los altares como venerables, beatas o santas es muy reducido frente al varón. Aunque hay santas que despiertan más devoción y fervor que cien santos juntos, como santa Bárbara, santa Gema Galgani, santa Teresa de Jesús, y la última de mayor renombre universal santa Teresa de Calcuta. De hecho llama la atención como en la onomástica del santoral, puede existir un santo varón y su femenino, que nada tiene que ver con la santidad de éste, san Adolfo el día 29 de agosto, en cuyo día también las Adolfinas celebran su día litúrgico.
[54] ROBLES, Francisco, Tontos de capirote, Signatura, 1995. es un análisis irónico de los tipos que pululan alrededor de la Semana Santa. A lo largo de este catálogo de maniáticos semanasanteros, el lector podrá reconocer actitudes y comportamientos de quienes le rodean. O de sí mismo, porque en este libro estamos todos retratados, empezando por el autor.
[55] San Juan, 14, 6.
[56] Llegados al huerto de Getsemaní, donde Jesús se había reunido muchas veces con sus discípulos, se apartó del grupo, tomando consigo a Pedro, Santiago y Juan, a quienes les confió, lleno de pavor y angustia: «Mi alma está triste hasta el punto de morir; quedaos aquí y velad conmigo». Pero ni siquiera estos escogidos fueron capaces de acompañarle velando y orando. Jesús fue y vino repetidas veces de la oración a la compañía de sus adormecidos discípulos. A solas, muy a solas, cayó rostro en tierra, y suplicaba así: «Padre mío, si es posible, que pase de mí esta copa, pero no sea como yo quiero, sino como quieras tú»; «¡Abbá, Padre!; todo es posible para ti; aparta de mí esta copa; pero no sea lo que yo quiero, sino lo que quieras tú»; «Padre, si quieres, aparta de mí esta copa; pero no se haga mi voluntad, sino la tuya». Entonces, se le apareció un ángel venido del cielo que le confortaba. Y sumido en agonía, insistía más en su oración. Su sudor se hizo como gotas espesas de sangre que caían en tierra. Finalmente, se levantó de la oración, fue donde los discípulos y les dijo: « ¿Cómo es que estáis dormidos? Levantaos y orad para que no caigáis en tentación; ha llegado la hora en que el Hijo del hombre va a ser entregado en manos de pecadores».
[57] Mc 15, 40-41, Lc 23, 49-55.
[58] AGUILERA MARTÍNEZ, Rafael Leopoldo, Célibe a coste laboral, diario La Voz de Almería, 10/05/2014, pág. 29: El celibato obligatorio del clero es un mero decreto administrativo, no un mandato evangélico. A partir de ahí, se puede decir lo que se quiera. Es una norma carente de fundamento evangélico, que no fue impuesta hasta el siglo XVI.
El celibato ni es un don ni un carisma, ya que no va orientado a toda la comunidad de creyentes, y solo unos cuantos privilegiados, sí se puede llamar así, ya que entonces todos deberíamos ser cébiles hasta en el matrimonio, por ser un estado, tal y como se entiende actualmente por la curia jerárquica.
El Concilio de Trento con el papa Paulo III, que tras una vida disoluta, favorecedor del nepotismo dentro de su pontificado, y padre de varios hijos naturales, implantó definitivamente con los edictos de Letrán.
No considero que en pleno siglo XXI la imposición del celibato suponga una relación personal más íntima y más completa con el misterio de Cristo y de la Iglesia, y menos aún en bien de la humanidad. No es cuestión de saber que este tipo de medida, de carencias afectivo-sexuales que padece un sacerdote, puede llegar a una frustración vital u otras causas de índole emocional.
Pero como laboralista, detrás de todo esto puede ser que sean cuestiones de tipo socio-laboral, ya que tener el carácter de célibe en el clero, le convierte en una gran masa de mano de obra barata y de alto rendimiento, y dotada de una movilidad geográfica y de una sumisión y dependencia jerárquica absoluta.
Es más barato mantener un sacerdote célibe que una familia, ya que al menos debería de triplicar el salario para atender mujer e hijos en una vida material digna y suficiente para atender todas las necesidades, salvo que los curas se dedicaran o ganasen la vida mediante una profesión civil y además ejerciesen su ministerio sacerdotal.
Otra ventaja económica para la Iglesia es que al ser soltero y sin compromiso, se puede traducir que los pocos o muchos bienes que tengan, vayan a parar por herencia al patrimonio de la Iglesia, y por tanto, es también un mecanismo de control básico dentro de la propia estructura clerical católica.
[59] 1 Corintios 11,2-16. […] quiero que sepáis que la cabeza de todo hombre es Cristo; y la cabeza de la mujer es el hombre; y la cabeza de Cristo es Dios. 1 Corintios 11,3: Por lo demás, ni la mujer sin el hombre, ni el hombre sin la mujer, en el Señor. Porque si la mujer procede del hombre, el hombre, a su vez, nace mediante la mujer. Y todo proviene de Dios.
[60] “Al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios” (Mt. 22, 21).
[61] La objeción de conciencia es la negativa a acatar órdenes o leyes o a realizar actos o servicios invocando motivos éticos o religiosos. El derecho a la objeción de conciencia viene recogido en la Constitución, aunque en referencia exclusiva al servicio militar, el único caso reconocido. La ley fijará las obligaciones militares de los españoles y regulará, con las debidas garantías, la objeción de conciencia, así como las demás causas de exención del servicio militar obligatorio, pudiendo imponer, en su caso, una prestación social sustitutoria – Constitución Española, Artículo 30.2-.
[62] CODIGO DE DERECHO CANONICO, Promulgado por la Autoridad de Juan Pablo II, Papa. Dado en Roma, el día 25 de Enero de 1983. Este código sustituyó al instado por Benedicto XV quien promulgase el Código el 27 de mayo de 1917, que entraría en vigor el 19 de mayo de 1918. El Código de Derecho Canónico de 1917 es conocido, por sus dos principales impulsores, como Código pío-benedictino. Paralelamente, con la convocatoria del Concilio Vaticano II se abandonó la codificación oriental y se comenzó una nueva codificación del derecho oriental, que terminó en 1991 con la promulgación del Codex Canonum Ecclesiarum Orientalium, o Código de los cánones de las Iglesias orientales. Este Código viene a completar la codificación en la Iglesia católica, al estar en vigor para las Iglesias sui iuris católicas de rito oriental. Habría que preguntarse sí en estos instrumentos jurídicos de carácter pastoral han intervenido en su análisis, descripción y valoración mujeres de la curia vaticana o diocesana. A buen seguro, no creo afirmativamente que fuese así, y que solo canonistas “hombres”, cardenales y obispos fueran quienes participaran en la elaboración de estos códigos y, sobre todo, con seguridad, en su aprobación con el visto bueno del Jefe del Estado Vaticano. Para Dios no puede existir más Estado que uno democrático, todos los demás sistemas vulneran de forma fragante el Evangelio. Y sí la mujer como tal, no ha tenido participación en el llamado Pueblo de Dios, estos textos nunca pueden ser expresivos de la voluntad humana. Sí a esto añadimos que el Pueblo de Dios participa solo a través de mecanismos nada democráticos, no se nos pide a los bautizados y confirmada opinión alguna, es un texto, que sí bien, puede tener su significación para los creyentes, ha sido tramitado de forma sesgada.
[63] Del santo Evangelio según san Lucas 10, 1-12. En aquel tiempo, designó el Señor otros setenta y dos, y los envió de dos en dos delante de sí, a todas las ciudades y sitios a donde él había de ir. Y les dijo: La mies es mucha, y los obreros pocos. Rogad, pues, al Dueño de la mies que envíe obreros a su mies. Id; mirad que os envío como corderos en medio de lobos. No llevéis bolsa, ni alforja, ni sandalias. Y no saludéis a nadie en el camino. En la casa en que entréis, decid primero: «Paz a esta casa.» Y si hubiere allí un hijo de paz, vuestra paz reposará sobre él; si no, se volverá a vosotros. Permaneced en la misma casa, comiendo y bebiendo lo que tengan, porque el obrero merece su salario. No vayáis de casa en casa. En la ciudad en que entréis y os reciban, comed lo que os pongan; curad los enfermos que haya en ella, y decidles: «El Reino de Dios está cerca de vosotros.» En la ciudad en que entréis y no os reciban, salid a sus plazas y decid: «Hasta el polvo de vuestra ciudad que se nos ha pegado a los pies, os lo sacudimos. Pero sabed, con todo, que el Reino de Dios está cerca.» Os digo que en aquel Día habrá menos rigor para Sodoma que para aquella ciudad.
[64] AGUILERA MARTÍNEZ, Rafael Leopoldo, Lenguaje sexista, Diario de Almería, 23.11.2015. La Sala de Grados de la Facultad de Humanidades de la UAL acogió académicamente con su aforo cubierto de activos participantes, el I Congreso Internacional sobre Mujer, Feminismo y Género en el siglo XXI, desarrollado la profesora e investigadora María Elena Jaime de Pablos, como presidenta del Congreso, siendo acompañada en el estrado por la vicerrectora de Estudiantes, Maribel Ramírez, el decano de la Facultad de Humanidades, Francisco Javier García, el director del Centro de Investigación de Comunicación y Sociedad de la UAL, Manuel López Muñoz, y la coordinadora del IAM, Francisca Serrano.
Los participantes mediante ponencias y comunicaciones han analizado, descrito y valorado los enfoques de género con la intervención, especialmente, de reconocidas figuras del feminismo como Cristina Almeida, Beatriz Gimeno, Mercedes Arriaga o Soledad Pérez, cuyas intervenciones han estado basadas en los “Nuevos retos en las políticas de igualdad de género en Andalucía”, Compra/venta de cuerpos femeninos en el neoliberalismo: Mercado de óvulos, vientres y prostitución”, “Feminismo del siglo XXI” y “Mujeres, Literatura y Psicología”.
Exposiciones, proyección de cortometrajes, presentación de un libro y muestra de publicaciones sobre la mujer, además de un teatro son sólo algunas de las actividades que han completado el programa de charlas y conferencias, destacando entre la documentación administrativa entregada a los participantes, el opúsculo editado por el Servicio Provincial de Mujeres de la Diputación Provincial de Almería, titulado “Guía para un uso igualitario del lenguaje en las corporaciones locales. Hablemos en igualdad”.
La citada Guía quiere exhortar a utilizar correctamente el lenguaje administrativo en las Corporaciones Locales para evitar en el mismo las desigualdades sexistas entre hombres y mujeres, evitando el abuso del masculino genérico, con la utilización de los denominados “duales aparentes”, y la imagen que se ofrezca a las mujeres en los textos y resoluciones administrativas sean positivas y no atenten a su dignidad.
Loable publicación de la Diputación de compromiso público reflejado en los planes de igualdad provinciales, propiciando una propuesta abierta para todo el personal técnico-político de la Administración Local en la mejora de la gestión pública y la calidad en la atención a la ciudadanía, compuesta por mujeres y hombres.
[65] El Canon 1403 § 1 establece que las causas de canonización de los Siervos de Dios se rigen por una ley pontificia peculiar. El procedimiento que se debe seguir en las causas de canonización está recogido actualmente en la Constitución Apostólica Divinus perfectionis Magister, de 25 de enero de 1983 y en las Normae servandae in inquisitionibus ab episcopis faciendis in causis sanctorum promulgadas por la Congregación para las Causas de los Santos el 7 de febrero de 1983. Estas normas modifican y actualizan lo relativo a las causas de canonización, normas que recogen a veces experiencias muy antiguas. En una causa de canonización de un fiel, se desarrollan varios procesos. En primer lugar, se debe proceder a la beatificación, que a su vez -normalmente- requiere dos procesos, uno de virtudes heroicas y otro por el que se declarar probado que Dios ha obrado un milagro por intercesión del fiel que se pretende beatificar. Una vez beatificado, para proceder a la canonización se debe declarar probado un nuevo milagro por intercesión del beato. A continuación se describe el proceso de beatificación y canonización.
[66] AGUILERA MARTÍNEZ, Rafael Leopoldo, Beato Tomás Valera, Mártir de Tarsicio, Diario de Almería, 20 de junio de 2016. El obispo de Almería, Monseñor González Montes, ha transmitido a toda la iglesia diocesana, la decisión del Papa Francisco de proclamar el “Decreto de martirio” de los Mártires de Almería. Con este paso canónico “la sangre de los mártires reconcilia y redime, nunca divide ni ofende, porque es sangre de paz reconciliadora. Su muerte no fue buscada ni pretendida, sino padecida por amor a Dios y los hombres”. Una vez publicado el Decreto, se preparará la celebración de la beatificación.
A la cabeza de los mártires está el Siervo de Dios José Álvarez-Benavides y de la Torre, Deán de la Catedral de Almería junto con otros 114 compañeros mártires entre los que destaca la primera mujer de etnia gitana elevada a los altares, Emilia Fernández, asesinada por no revelar quien le enseñó a rezar el Rosario.
Cada 6 de noviembre se celebra el día martirial y en Almería se tiene un gran sentir por el Siervo de Dios, Tomás Valera, Mártir de Tarsicio, que murió asesinado durante la Guerra Civil – incivil – de 1936-1939 en la Santidad del Señor de la Vida y la Esperanza por «oler a cera» de cofrade – procesionaba en Sorbas y en la capital-.
La Agrupación de Hermandades y Cofradías bajo el Patronazgo de la Santísima Virgen del Mar, Patrona Coronada, del Proto-mártir San Indalecio, Patrón de la Diócesis, y de la imagen de Jesús Resucitado, que procesiona en alabanza cada Domingo de Resurrección, podría proponerse al Cabildo General someter a consideración de la Autoridad Eclesiástica, el también Co- Patronazgo del Siervo de Dios almeriense – Beato- y cofrade Tomás Valera, mártir, por estar acreditada su vinculación con el catolicismo popular almeriense – Acción Católica- en virtud de sus firmes creencias en los Misterios de la Fe y en la Santa Madre Iglesia, Católica, Apostólica y Romana, que le conllevaría a sufrir con ignominia la mortificación corporal, falleciendo su corazón con el pensamiento espiritual puesto en la Resurrección de su bendita alma.
Este gesto de fraternidad cofrade a los que nos han precedido en la fe en el ámbito de la religiosidad popular, podría ser un testimonio de la piedad y signo de comunión eclesial en aras a seguir fomentando el camino de santidad en las Asociaciones Pías- Cofradías y Hermandades – almerienses. Con devota y fervorosa veneración e intercesión del Siervo de Dios, mártir Tomás Valera de Tarsicio, Laus Deo.
[67] La Gran Logia Femenina de España es una Orden masónica femenina, iniciática y filosófica, regularmente reconocida, a la que se adhiere con plena libertad, que mediante el análisis y la aplicación programada de los símbolos, siguiendo un método ritual, fruto de una larga tradición histórica, facilita un procedimiento de crecimiento o construcción personal, que rechazando los dogmas, respeta las creencias sin exigir ninguna.
Tal como declara el artículo 1 de su Constitución, el objetivo es “la búsqueda constante y sin límite de la verdad y de la justicia en el respeto de los demás con el fin de contribuir al perfeccionamiento de la humanidad”.
La Gran Logia Femenina de España se concibe como Obediencia independiente, democrática y progresista. Fiel a los principios fundadores de la Francmasonería Universal, hace suyas las divisas de Libertad, Igualdad, Fraternidad, Tolerancia y Laicidad, con la voluntad de transmitir estos principios y posibilitar el camino iniciático de búsqueda de conocimiento, a las mujeres de nuestro país. Mediante un método, que pone al ser humano en el camino de conocerse a sí mismo, de la búsqueda del conocimiento a través de los símbolos masónicos y de su resonancia en el interior de cada persona, en su yo más profundo.
Posibilita así conocer el potencial que disponemos como seres humanos, utilizarlo mejor y desarrollar nuestra relación con los demás, ya que la evolución individual ha de realizarse necesariamente en un contexto colectivo. Ello permite encontrar nuestro lugar en la sociedad y asumir totalmente nuestro papel ante los demás. Para reavivar la fuente, la introspección, la reflexión colectiva, el intercambio, la confrontación de ideas, el desarrollo de las solidaridades, la logia masónica es el lugar en donde se conjuga todo ello.
[68] “Dios creó el hombre a imagen suya… hombre y mujer los creó” (Gn 1, 27). “Creced y multiplicaos” (Gn 1, 28); “el día en que Dios creó al hombre, le hizo a imagen de Dios. Los creó varón y hembra, los bendijo, y los llamó “Hombre” en el día de su creación” (Gn 5, 1- 2).
[69] En el Título IV, Capítulo II del Código Civil español actualizado, cuando nos indica sobre los requisitos del matrimonio, establece en su artículo 44, que el hombre y la mujer tienen derecho a contraer matrimonio conforme a las disposiciones de este Código. El matrimonio tendrá los mismos requisitos y efectos cuando ambos contrayentes sean del mismo o de diferente sexo.
[70] GÓMEZ RUIZ, Trino, Historia del Seminario de Almería (1610-2010), Instituto de Estudios Almerienses, Diputación de Almería y Fundación Unicaja, Almería, 2019.
[71] MARTÍNEZ CAPARRÓS, Pedro José y GÓMEZ RUIZ, Trino, El Seminario Diocesano de Almería. Vivencias y Recuerdos, Instituto de Estudios Almerienses, Diputación Provincial de Almería, Almería, 2013
[72] Isabel es la madre de Juan Bautista, quien nació seis meses antes de Jesucristo. El capítulo primero del evangelio de San Lucas nos cuenta de la siguiente manera el nacimiento de Juan: Zacarías era un sacerdote judío que estaba casado con Santa Isabel, y no tenían hijos porque ella era estéril. Siendo ya viejos, un día cuando estaba él en el Templo, se le apareció un ángel de pie a la derecha del altar. Al verlo se asustó, más el ángel le dijo: “No tengas miedo, Zacarías; pues vengo a decirte que tú verás al Mesías, y que tu mujer va a tener un hijo, que será su precursor, a quien pondrás por nombre Juan. No beberá vino ni cosa que pueda embriagar y ya desde el vientre de su madre será lleno del Espíritu Santo, y convertirá a muchos para Dios”.
Pero Zacarías respondió al ángel: “¿Cómo podré asegurarme que eso es verdad, pues mi mujer ya es vieja y yo también?”. El ángel le dijo: “Yo soy Gabriel, que asisto al trono de Dios, de quien he sido enviado a traerte esta nueva. Mas por cuanto tú no has dado crédito a mis palabras, quedarás mudo y no volverás a hablar hasta que todo esto se cumpla”. Seis meses después, el mismo ángel se apareció a la Santísima Virgen comunicándole que iba a ser Madre del Hijo de Dios, y también le dio la noticia del embarazo de su prima Isabel. Llena de gozo corrió a ponerse a disposición de su prima para ayudarle en aquellos momentos. Y habiendo entrado en su casa la .saludó. En aquel momento, el niño Juan saltó de alegría en el vientre de su madre, porque acababa de recibir la gracia del Espíritu Santo al contacto del Hijo de Dios que estaba en el vientre de la Virgen.
También Santa Isabel se sintió llena del Espíritu Santo y, con espíritu profético, exclamó: “Bendita tú eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre. ¿De dónde me viene a mí tanta dicha de que la Madre de mi Señor venga a verme? Pues en ese instante que la voz de tu salutación llegó a mis oídos, la criatura que hay en mi vientre se puso a dar saltos de júbilo. ¡Oh, bienaventurada eres Tú que has creído! Porque sin falta se cumplirán todas las cosas que se te han dicho de parte del Señor”. Y permaneció la Virgen en casa de su prima aproximadamente tres meses; hasta que nació San Juan.
[73] Lc 1, 42-55.
[74] ARIAS, Juan, La Magdalena. El último tabú del cristianismo, La tradición latina señala a María de Magdala con el título de apostola apostolorum, apóstola de los apóstoles. La información sobre María Magdalena en los evangelios canónicos es escasa. Es citada en relación con cuatro hechos diferentes: De acuerdo con el evangelio de Lucas, María Magdalena alojó y proveyó materialmente a Jesús y sus discípulos durante su predicación en Galilea. Se añade que anteriormente había sido curada por Jesús: «Le acompañaban los doce y algunas mujeres que habían sido curadas de enfermedades y espíritus malignos: María, llamada Magdalena, de la cual habían salido siete demonios […]». De acuerdo con los evangelios de Marcos, Mateo y Juan, estuvo presente durante la crucifixión de Jesús. La aparición de Jesús resucitado a María Magdalena, según Juan: En compañía de otras mujeres, fue la primera testigo de la resurrección, según una tradición en la que concuerdan los cuatro evangelios. Después comunicó la noticia a Pedro y a los demás apóstoles. Según un relato que sólo aparece en el evangelio de Juan, fue testigo de una aparición de Jesús resucitado.
[75]ARSHAD, Khan, Judaísmo, Cristianismo e Islam: Una tradición común, Revista Review of Religions, 1992. La diferencia fundamental que distingue la tradición religiosa de estas tres religiones era el concepto unificador del monoteísmo: Cree en un único, Todopoderoso Dios que es el Creador único, Sustentador y Soberano del universo.
Las tradiciones religiosas e históricas mencionan que el patriarca Abraham venía de Mesopotamia y emigró al oeste con sus seguidores Hebreos y se establecieron a lo largo de la costa oriental del mar Mediterráneo, en el área hoy conocida como Palestina.
Abraham trajo consigo la idea de una creencia monoteísta, una idea que más tarde demostró perdurar durante mucho tiempo en la zona. La creencia monoteísta hizo hincapié en las exigencias morales y las responsabilidades del individuo y de la comunidad hacia la adoración de un único Dios, quien era el regidor de todo. Además, la creencia en un sólo Dios acentuó la idea de que Dios tenía un plan divino para la historia de la humanidad, y que las acciones y los ideales de Su pueblo elegido estaban indisolublemente unidos a este plan divino.
En la cúspide de esta tradición se encuentra Abraham, quien es reconocido como el fundador de su fe por las tres religiones: el Islam, el Judaísmo y el Cristianismo. Los seguidores de Abraham transmitieron esta tradición generación tras generación, fortaleciendo y uniendo a las personas de Palestina con la creencia en Dios y la alianza hecha con Su pueblo elegido. Fue en el siglo 13 a.C. cuando Moisés demostró ser una gran fuerza unificadora que iba a forjar, literalmente, la nación de Israel. Fue durante la época de Moisés en la que el concepto de la alianza fue reiterado y restablecido entre los descendientes de Abraham.
La importancia de esta alianza puede ser reconocida desde un análisis pormenorizado de las escrituras de las tres religiones. Las tres ramas de la creencia monoteísta original introducida por Abraham en la zona de Palestina reconocen y relatan el evento en sus escrituras religiosas:
Moisés escribió todas las palabras del Señor, se levantó de madrugada y edificó un altar al pie de la montaña y doce estelas por las doce tribus de Israel…
…Después tomo la mitad de la sangre y la puso en vasijas, y la otra mitad la derramó sobre el altar. Tomó luego el libro de la alianza y lo leyó en presencia del pueblo, el cual dijo: “Cumpliremos todo lo que ha dicho el Señor y obedeceremos” (Éxodo: 24:4, 6, 7).
Del mismo modo, el Islam también reconoce la alianza de los hebreos con Dios. Se menciona en el Sagrado Corán, el texto religioso de los musulmanes, que el hombre debe recordar el hecho de que tal alianza fue tomada por un grupo de personas con Dios:
¡Oh, Hijos de Israel! Acordaos de los favores que os concedí y sed fieles a vuestro pacto conmigo; yo seré fiel a mi alianza con vosotros, y sólo a Mí debéis temer. (El Sagrado Corán 2:41)
¡Oh, Hijos de Israel! Recordad los favores que Os concedí y que Os ensalcé por encima de los demás pueblos. (El Sagrado Corán 2:48).
Y acordaos cuando dimos a Moisés el Libro y el Discernimiento, para que pudierais ser guiados rectamente. (El Sagrado Corán 2:54).
Y acordaos de cuando aceptamos vuestra alianza y elevamos sobre vosotros el Monte, diciendo: “Sujetad con fuerza lo que os hemos dado y recordad lo que contiene, a fin de que os salvéis.” (El Sagrado Corán 2:64).
Aquí es donde los paralelismos y las similitudes entre las tres religiones se detienen. El Islam y el Cristianismo se desvinculan con el Judaísmo cuando reconocen la santidad y la honradez de Jesucristo. Las tres comparten la creencia en Moisés, pero sólo dos comparten la creencia en la veracidad de Cristo. Las similitudes entre el Cristianismo y el Islam concluyen, asimismo, cuando el Islam se desvincula de los paralelismos y reconoce al Santo Profeta del Islam como un verdadero Profeta de Dios que vino después de Jesucristo para traer la Ley final de Dios para la guía de toda la humanidad. Tanto el Judaísmo como el Cristianismo rechazan esta afirmación. Por consiguiente, las religiones se separaron y sus similitudes terminan cuando empiezan a diferir con respecto a Jesucristo y Muhammad (la paz sea con ellos). Sólo el Islam reconoce la elección divina y el profetismo de los tres personajes, mientras que las otras dos no.
Las tres religiones no comparten creencias comunes después de la creencia en Moisés. El Islam reconoce a los tres, el Cristianismo reconoce a dos, y el Judaísmo sólo a uno.
[76]LENOIR, Frédéric, El Cristo filósofo, Ariel, 2016. Desde una perspectiva filosófica la llegada del cristianismo supuso una inversión de los valores mundanos tradicionales. En un mundo que valora la jerarquía entre los individuos, la desigualdad, la dominación, el éxito y la eficacia, los valores evangélicos son lo contrario: el elogio de la fragilidad, la debilidad, el amor frente a la ley, la igualdad entre los hombres. Jesús dice que todos los seres humanos tienen la misma dignidad frente a Dios, que no hay nada que nos permita establecer una jerarquía entre los individuos. Este mensaje a pesar de un laicismo beligerante no ha envejecido en sociedades donde hay mucho camino que realizar en el campo de los principios de la igualdad, la libertad y la fraternidad.
[77] Nuestras abuelas y algunas madres y tías para atrás, era lo más común e incluso necesario para entrar en una iglesia, el uso de mantilla o velo que cubriera la cabeza de la mujer haciendo caso de los consejos que daba San Pablo a los Corintios – 1, 1, 16- : » Sed imitadores de mí, así como yo de Cristo.
Os alabo, hermanos, porque en todo os acordáis de mí, y retenéis las instrucciones tal como os las entregué. Pero quiero que sepáis que Cristo es la cabeza de todo varón, y el varón es la cabeza de la mujer, y Dios la cabeza de Cristo. Todo varón que ora o profetiza con la cabeza cubierta, afrenta su cabeza. Pero toda mujer que ora o profetiza con la cabeza descubierta, afrenta su cabeza; porque lo mismo es que si se hubiese rapado. Porque si la mujer no se cubre, que se corte también el cabello; y si le es vergonzoso a la mujer cortarse el cabello o raparse, que se cubra. Porque el varón no debe cubrirse la cabeza, pues él es imagen y gloria de Dios; pero la mujer es gloria del varón. Porque el varón no procede de la mujer, sino la mujer del varón, y tampoco el varón fue creado por causa de la mujer, sino la mujer por causa del varón. Por lo cual la mujer debe tener señal de autoridad sobre su cabeza, por causa de los ángeles. Pero en el Señor, ni el varón es sin la mujer, ni la mujer sin el varón;
porque así como la mujer procede del varón, también el varón nace de la mujer; pero todo procede de Dios. Juzgad vosotros mismos: ¿Es propio que la mujer ore a Dios sin cubrirse la cabeza? La naturaleza misma ¿no os enseña que al varón le es deshonroso dejarse crecer el cabello? Por el contrario, a la mujer dejarse crecer el cabello le es honroso; porque en lugar de velo le es dado el cabello. Con todo eso, si alguno quiere ser contencioso, nosotros no tenemos tal costumbre, ni las iglesias de Dios.»
Han surgido determinados sectores católicos, que han comenzado a realizar un apostolado que incluye el uso del velo y la falda en misas, no solo de Rito Tradicional – en latín – sino de Rito ordinario y también el obsequio de mantillas a mujeres que les interese usarlo, lo que supone una recuperación de muchas costumbres y usos católicos que se han ido perdiendo con el tiempo, sobre todo a partir del Concilio Vaticano II. En la página web de Facebook, se ha creado un grupo que aconseja como usar y vestir lo más correctamente posible para mayor gloria de Dios y la salvación de las almas.
[78] Mt 16, 15-20.
[79] Jn 11, 25-27.
[80] AGUILERA MARTÍNEZ, Rafael Leopoldo, La Malcasada, Diario de Almería, 22.11.2015. LA Delegación de Igualdad de la Diputación como la Asociación de la Prensa de Almería celebra sendos certámenes literarios con la denominación de Carmen de Burgos «La Colombine», la santa laica de los periodistas. Almería debería de hacer un pequeño gran esfuerzo en pro de esta mujer almeriense, pionera en el sentir humanístico de la paz universal y la defensa de los derechos de la mujer a principios del siglo XX, y que hoy, ambas cuestiones se sienten ultrajadas en gran parte de este secular «Valle de lágrimas» .
El IEA no debería de ser ajeno a realizar, al menos, la publicación de todas aquellas obras literarias de «La Colombine» referidas a la defensa con racionalidad, sentir y calor humano hacia la mujer, hacia todo comportamiento y conducta que se oponga con carácter universal, sin excepción alguna, a cualquier tipo de violencia doméstica o profesional, sea física, sensorial o psíquica. La globalización no solo puede ser entendida en sentido económico, sino la extensión notoria y fehaciente de hacer cumplir en todos los países los Derechos y Libertades reconocidos por la ONU y la UNESCO en torno a la mujer.
Y la recensión del libro, objeto de homenaje a las mujeres almerienses y no almerienses, creyentes o no creyentes, sería la obra «LA MALCASADA» editado por Sempere, Valencia, 1923, y que se encuentra en la Biblioteca-Hemeroteca de la Diputación de Almería, por ser esta obra, una de las muchas, en la que Carmen de Burgos Seguí, pone de manifiesto, el sufrimiento ignominioso de la mujer, especialmente, las que contraían matrimonio canónico, único existente en tiempos pretéritos, bajo el precepto evangélico, de dudosa credibilidad divina: lo que Dios ha unido no lo separe el hombre. Actualmente, existe para el ámbito canónico la separación y la nulidad, y en civil, el divorcio. El siglo XX, siglo de la mujer y las revoluciones científicas, en países de los llamados «Occidentales» por su cultura actualizada al siglo XXI, no se respira este humus de violencia matrimonial, aunque son muchos los ataques que siguen soportando las mujeres con ocasión de actitudes y aptitudes con patologías enfermizas, pero también debido a la percepción misógina de muchos hombres, atendiendo a un equivocado convencimiento amoroso, de asesinos, cuya única pena sería la cadena perpetua no revisable.
Leer esta obra para poder impregnarnos, que actualmente está en vigor, incluso en determinadas confesiones religiosas, que deberían de ser llamadas al orden penal en caso de proseguir este tipo de actuaciones y apologías deleznables, aunque sea en el ámbito privado y por motivos sea ideológico, de creencia o raza. Nada ni nadie, divino, sí existe, ni humano, porque el Derecho Positivo Nacional e Internacional así lo dictan, se puede permitir ni por acción ni omisión, el más mínimo trato vejatorio hacia una mujer. Sí Dios existe, en Él están representados e incardinados ambos sexos, la mujer y el hombre. ¿O acaso María Santísima no es Corredentora de la Salvación del pecado para los cristianos?
En «La Malcasada», en esa Almería con casitas bajas, terrados y miradores, entre las cuales se alzaban las palmeras, que le daban un carácter tan marcado de ciudad árabe. Almería milenaria parecía siempre una ciudad desierta. Y veíamos en la serena blandura de la noche andaluza la silueta irregular, gallarda, inconfundible de la Alcazaba, con sus torreones, sus almenas y sus puertas llenas de lunas. Se adivinaba sobre la planicie de los tejados, que dominaba desde su altura, los claros espacios de las plazas y la línea de los paseos. Allí, la torre de Santo Domingo…más acá, San Pedro….la Catedral, con sus torres macizas y con aspilleras, como una fortaleza. Todo ello era antes un acorde musical en la noche, saturada de un perfume de mar y de jazmines, galanes de noche y geranios.
Para Dolores todo esto tenía un sentido doloroso, no buscaba con sus ojos la llanura del mar, en cuya calma había adormecido tantas veces las tempestades de su alma, al decirle el abogado Pepe, – que cuando una mujer es joven y bonita…tiene la desgracia de ser una malcasada, sólo se le ofrecen tres caminos: el primero, el de resignarse a sufrirlo todo, a matar su dignidad para acomodarse a él o morirse de asco y de tristeza; el segundo, que toman la mayoría, es el del engaño y la hipocresía; el tercero, que algunos espíritus nobles arrastran con valentía, es el de la separación, pero sólo logran vivir una vida truncada, descentrada, mutilada…En fin, – el corazón es el juez más sabio-, tolerancia menos cero.
[81] Estoy plenamente convencido, que de una forma novelada, pudo haber escrito “ Amaos los unos a los otros; como yo os he amado, amaos los unos a los otros» (Juan 13,34), o en el mandamiento antiguo: «Amarás a tu prójimo como a ti mismo» (Levítico 19,18).
[82] Sin hacer mención a otros enigmas o lienzos sagrados – Verónica-, la Sábana Santa y el mítico Grial son dos de las reliquias más famosas de la cristiandad y, probablemente, los objetos religiosos sobre los que más se ha discutido en los últimos años.
La tradición cuenta que la Sábana Santa es el lienzo que se utilizó para envolver el cuerpo de Cristo tras su crucifixión. Mateo y Marcos explican, además, que era propiedad de un hombre llamado José de Arimatea. ¿Quién era José de Arimatea? Según los Evangelios, se trataba un rico e ilustre miembro del Sanedrín, un hombre valiente que dio la cara ante Pilatos y le pidió el cuerpo de Jesús para depositarlo en un sepulcro de su propiedad. Los evangelistas relatan cómo él y Nicodemo bajaron de la cruz el cuerpo del ajusticiado, lo ungieron y lo depositaron en la tumba con sus propias manos.
El Santo Grial no tiene, por su parte, un origen histórico tan definido; de hecho, no aparece como tal en ninguno de los Evangelios. Habitualmente se lo identifica con el vaso utilizado por Cristo en la Última Cena, que el propio José de Arimatea utilizó para recoger la sangre y el agua vertidos en la unción del cuerpo de Jesús.
Así pues, el Santo Grial y la Sábana Santa no sólo aparecen ligados al mismo personaje en su origen, sino que también presentan semejanzas en su propia esencia, pues ambos objetos adquieren su carácter sagrado debido a su íntima relación con la sangre manada del cuerpo de Cristo durante la Pasión.
[83] No tiene sentido la existencia de Estados, sean o no democráticos, sí los mismos no son capaces de evitar que sus ciudadanos/as se mueran por hambre o sed. No pueden estar sujetos al sentir de la caridad y la limosna de otros Estados u ONG.
[84] El Señor siempre ha reservado a ciertas personas para que experimentaran especiales bendiciones y parte de la historia Bíblica, como es el caso de Simón de Cirene, pues lo lógico hubiera sido que uno de los discípulos de Cristo hubiese sido el que llevara la Cruz de Cristo para ayudarle hasta el Gólgota, la colina con forma de calavera, conocida también como Calvario. Otras personas escogidas fuera del grupo cercano al Señor, Lucas 4:25 al 27, fueron la viuda de Sarepta de Sidón, a la que visitó Elías, o Naamán el Sirio, leproso limpiado por Eliseo. Sus corazones sí eran cercanos a Dios, como lo sería el de Simón de Cirene, cuya experiencia junto a Jesús cambiaría su vida para siempre, aunque no era todavía uno de sus discípulos.
[85] Dicha actitud se ve perfectamente esta actitud en los pasajes de Mt 5, 27-32; 19, 3-10; y Mc 10, 2-12.
[86] Quien realmente fundó la iglesia como institución fue el converso apóstol de los gentiles san Pablo.
[87] Mt 21. 8 Muchas personas empezaron a extender sus mantos en el camino por donde iba a pasar Jesús. Otros cortaron ramas de árboles y también las pusieron como alfombra en el suelo. Y toda la gente, tanto la que iba delante de él como la que iba detrás, gritaba: « ¡Sálvanos, Mesías nuestro! ¡Bendito tú, que vienes en el nombre de Dios! Por favor, ¡sálvanos, Dios altísimo!» Cuando Jesús entró en la ciudad de Jerusalén, toda la gente se alborotó, y decía: — ¿Quién es este hombre? Y los que venían con Jesús contestaban: — ¡Es Jesús, el profeta! Él es de Nazaret, el pueblo de Galilea.
[88] En los pasos de la Semana almeriense aparece como imagen sagrada, como otros personajes de la Pasión: – en el Paso del Descendimiento de Jesús de la Real, Ilustre y Franciscana Cofradía del Silencio-; – en el paso del Humilde Cofradía de la Caridad, cuando van a enterrar a Jesús tras expirar en la cruz del Calvario -; – en el paso alegórico del Duelo de la Sacramental Cofradía de la Soledad, que representa el regreso tras las exequias y ser sepultado Cristo-.
[89] Marcos 16, 9-11
[90] Juan 20, 11-19
[91] Mateo 28, 9-10
[92] Mateo 28, 1-10
[93] I Cor 11, 3.
[94] RODRÍGUEZ, Pepe, Mentiras fundamentales de la Iglesia Católica, Ediciones B, S.A., Barcelona, 1997.
[95] AGUILERA MARTÍNEZ, Rafael Leopoldo, Célibe a coste laboral, diario La Voz de Almería, 10/05/2014, pág. 29. El celibato obligatorio del clero es un mero decreto administrativo, no un mandato evangélico. A partir de ahí, se puede decir lo que se quiera. Es una norma carente de fundamento evangélico, que no fue impuesta hasta el siglo XVI. El celibato ni es un don ni un carisma, ya que no va orientado a toda la comunidad de creyentes, y solo unos cuantos privilegiados, sí se puede llamar así, ya que entonces todos deberíamos ser cébiles hasta en el matrimonio, por ser un estado, tal y como se entiende actualmente por la curia jerárquica. El Concilio de Trento con el papa Paulo III, que tras una vida disoluta, favorecedor del nepotismo dentro de su pontificado, y padre de varios hijos naturales, implantó definitivamente con los edictos de Letrán. No considero que en pleno siglo XXI la imposición del celibato suponga una relación personal más íntima y más completa con el misterio de Cristo y de la Iglesia, y menos aún en bien de la humanidad. No es cuestión de saber que este tipo de medida, de carencias afectivo-sexuales que padece un sacerdote, puede llegar a una frustración vital u otras causas de índole emocional. Pero como laboralista, detrás de todo esto puede ser que sean cuestiones de tipo socio-laboral, ya que tener el carácter de célibe en el clero, le convierte en una gran masa de mano de obra barata y de alto rendimiento, y dotada de una movilidad geográfica y de una sumisión y dependencia jerárquica absoluta. Es más barato mantener un sacerdote célibe que una familia, ya que al menos debería de triplicar el salario para atender mujer e hijos en una vida material digna y suficiente para atender todas las necesidades, salvo que los curas se dedicaran o ganasen la vida mediante una profesión civil y además ejerciesen su ministerio sacerdotal. Otra ventaja económica para la Iglesia es que al ser soltero y sin compromiso, se puede traducir que los pocos o muchos bienes que tengan, vayan a parar por herencia al patrimonio de la Iglesia, y por tanto, es también un mecanismo de control básico dentro de la propia estructura clerical católica.
[96] Esto es común en todas las religiones monoteístas con el islamismo al frente, haciendo ver en pleno siglo XXI que las mujeres son hombres defectuosos, lo que conlleva a la marginación de la mujer en los derechos de participación en el ejercicio y organización de la propia religión.
[97] AGUILERA MARTÍNEZ, Rafael Leopoldo, Democracia, Diario de Almería, 5.10.2015. LA única manera de predicar la democracia es con el ejemplo. Definición fehaciente, pública y notoria en esta recensión del libro de Antonio Muñoz Molina, editado por Seix Barral, «Todo lo que era sólido». Cuando el ingenioso Sancho Panza en la universal novela española «El Quijote de la Mancha», escrita por el manco de Lepanto Miguel de Cervantes y Saavedra, se le presenta la oportunidad burlesca de ser nombrado gobernador no tiene la menor duda sobre su propia idoneidad para el cargo, aunque no sabe leer ni escribir; lo único que necesita es su condición probada de cristiano viejo; incluso el analfabetismo es una garantía añadida de su ortodoxia, porque certifica que no ha podido leer libros de herejes.
La realidad humana en nuestro castizo país, se hace cada vez imposible llegar a un mínimo de acuerdo operativo sobre la naturaleza de cualquier cuestión legislativa o no, tan imposible como encontrar posibilidades para corregirla o mejorarla. Se prefiere siempre las diferencias a las similitudes y la discordia al apaciguamiento. Todo es greña, violencia verbal, irresponsabilidad personal y colectiva, intransigencia, palabrería embustera, falta de rigor, desprecio a las leyes…
A pie de calle y en estrado no tenemos hábitos de deliberación democrática, y con la tradición de intransigencia de un Estado-Nación sometido durante siglos a la brutalidad política y al oscurantismo religioso, en concurrencia con las incondicionalidades del sectarismo y el clientelismo, los culpables siempre son los otros, como en la película de Alejandro Amenabar.
Siempre son los otros. Por envidia, por odio, porque no perdonamos el éxito, porque no les gusta cómo somos,…En fin, siempre llega el momento oportuno de cosechar los beneficios de queja, el resentimiento y el agravio que se han sembrado a lo largo de los años. Tras 40 años de Dictadura, 3 de Transición política y 37 años de Democracia constitucional – plurinacional y cantonal – , haría falta que entre todos y todas diéramos un salto cualitativo con una didáctica y metodología pedagógica democrática.
La democracia debe ser enseñada con paciencia y dedicación, porque no es lo natural y menos ahora con tráfico y frivolidad del conflicto. Pensábamos que la democracia la íbamos a aprender en la práctica cotidiana, es una mentira compulsiva y piadosa, y sus grandes principios quedan en el vacío o sirven como pantalla a la corrupción y a la demagogia.
[98] AGUILERA MARTÍNEZ, Rafael Leopoldo, Semana de las Fuerzas Armadas, Diario de Almería, 22.95.2012. La incorporación de la mujer a las Fuerzas Armadas españolas ha sido un hito importante para la consecución de la igualdad constitucional de los hombres y mujeres en nuestro país, siendo el fruto consensuado y gradual de una evolución normativa progresiva y progresista.
Nos tendríamos que remontar al RD de 28 de febrero de 1917, en el que entran las primeras mujeres en el Ejército, concretamente el Cuerpo de Damas Enfermeras, antecedente del Cuerpo de Damas Auxiliares de Sanidad Militar, creado en 1941, y el de Practicantes en 1945.
La Constitución española de 1978 en sus artículos 14 y 30, respectivamente, establece que “Los españoles son iguales ante la Ley” y “Los españoles tienen el derecho y el deber de defender a España”, dictándose el RDL 1/1988, de 22 de febrero, por el que se regula la incorporación de la mujer a las Fuerzas Armadas, todo en ello en virtud de la LO 6/1980, de 1 de Julio, reformada por la LO 1/1984, de 5 de Enero, por la que se regulan los criterios básicos de la Defensa Nacional y la Organización militar, determinándose la participación de la mujer en la Defensa nacional, debiéndose de eliminar los obstáculos que se oponían a la plena efectividad del principio constitucional de igualdad, y se señala que la mujer podrá alcanzar todos los empleos militares.
La Ley 17/1989, Reguladora del Régimen del Personal Militar Profesional, preveía la incorporación de la mujer en las FFAA en un plano de igualdad con los sistemas de acceso de los hombres. Esta Ley puntualizaba que en los procesos de selección no podían existir más diferencias que las derivadas de las distintas condiciones físicas del hombre y de la mujer.
El modelo español de integración de las mujeres en las FFAA continuó avanzando con la aprobación del RD 984/1992, de 31 de julio, por el que aprueba el Reglamento de Tropa y Marinería Profesionales en las Fuerzas Armadas y la Ley 17/1999, de 18 de mayo, de Régimen del Personal de las FFAA. Esta norma suprime definitivamente las limitaciones para incorporarse la mujer a cualquiera de los destinos profesionales existentes, constituyendo la culminación de un proceso de transformación del modelo de nuestras Fuerzas Armadas, que con base en la plena profesionalización de sus miembros, pretendiendo que sean más operativas, más flexibles, más reducidas y mejor dotadas, todo ello con la finalidad de cumplir con las misiones constitucionalmente encomendadas dentro del marco tradicional de la defensa nacional y de constituir un adecuado instrumento de disuasión y de política exterior en el nuevo panorama estratégico de la seguridad compartida.
En el 2005 con la creación del Observatorio de la Mujer con objeto de estudiar y analizar la presencia de la mujer en las Fuerzas Armadas y promover su integración y permanencia y la Ley 39/2007, de 19 de noviembre, de Carrera Militar, se culmina la plena igualdad entre mujeres y hombres en el ámbito castrense.
Ellas están de pie un día tras otro. Ellas están días enteros, a veces semanas, sin saber lo que es el agua corriente. Ellas sienten como le disparan mientras sus compañeros alrededor caen heridos pero no se le ocurre parar pues sabe que tienen que seguir avanzando. Ellas continúan luchando para que tú seas lo suficientemente libre como para ponerte la camisa que te apetezca. Ellas se palpan el crucifijo colgando en el pecho junto con la chapa de identificación antes de salir de la Base. Ellas saben que es posible que no vuelva a ver a algunos de sus compañeros. Ellas salen de patrulla pero solo miran a ver dónde puede haber terroristas y dónde poner sus pies. Ellas se ponen encima todo su equipo y no pueden ni siquiera quietarse el casco por una pestaña en el ojo. Ellas todavía no han probado bocado hoy. Ellas llevan la misma ropa desde hace dos semanas, pero cuida de su arma en cada oportunidad que tiene. Ellas no han tenido tiempo ni de lavarse. Ellas estarán cuatro meses en zona de operaciones, lejos de su casa, de su familia. Ellas esperan a ver si hoy finalmente hay carta. Ellas mantienen el sobre cerrado y lo huele para ver si le llega algo de perfume de quien le escribió. Ellas acarician a un niño, sin saber sí podrá volver a ver a su hijo recién nacido. Ellas ven a diario a gente inocente asesinada o torturada y por eso conocen muy bien el porqué de estar en combate. Ellas oyen el estampido de la explosión al mismo tiempo que el ruido de los disparos y el grito de los heridos. Ellas solo ven a su alrededor miseria, desesperación. Ellas hacen exactamente lo que se le ordena incluso sabiendo que con ello su vida corre peligro. Ellas tienen que aprovechar cualquier momento para llamar a casa, escribir, comer o dormir.
Esta última semana del mes de mayo tiene una gran significación en el calendario militar, pues se celebra la festividad del día de las Fuerzas Armadas, cuyo objetivo principal es auspiciar el encuentro y la comunicación entre los ciudadanos civiles y militares, y sirvan estas líneas para rendir un sincero tributo de homenaje a la soldado Idoia Rodríguez, la primera mujer, caída en misión de paz, “La muerte no es el final”.
[99] AGUILERA MARTÍNEZ, Rafael Leopoldo, Son igual de capaces, Diario de Almería, 24.02.2014. Una institución como han sido la Fuerzas Armadas, cerrada y endogámica, no se concibe actualmente, que las mujeres formen parte de sus plantillas y que existen elementos diferenciadores en cuanto a poder alcanzar el máximo empleo militar. LA CONSTITUCIÓN de 1978 establece que «Los españoles son iguales ante la Ley, sin que pueda prevalecer discriminación alguna por razón de nacimiento, raza, sexo, religión, opinión o cualquier otra condición o circunstancia personal o social» y «Los españoles tienen el derecho y el deber de defender a España», por tanto, no puede ni debe de existir ningún tipo de diferencias entre la mujer y el hombre. Dejamos atrás para los historiadores otros regímenes políticos que formaron a las mujeres en el dominio de la aguja, el dedal, la plancha, la limpieza y el derecho de pernada de su amo y señor, quedando su papel reducido a ser mujer piadosa, esposa abnegada y madre de los hijos de su señor.
La incorporación de las mujeres a nuestros ejércitos ha supuesto la superación definitiva de prejuicios y barreras sociales que no se entenderían en una sociedad moderna como la nuestra. Pero si realmente ha supuesto algo la entrada de la mujer, eso ha sido, sin duda, un avance real hacia la igualdad entre mujeres y hombres en las Fuerzas Armadas. La integración de las mujeres en las Fuerzas Armadas continuó avanzando con diversas leyes, al suprimir definitivamente las limitaciones para incorporarse a cualquiera de los destinos profesionales existentes en el Ejército y la creación en el 2005 del Observatorio de la Mujer, órgano colegiado de asesoramiento con objeto de estudiar y analizar la presencia de la mujer en las FFAA y promover su integración y permanencia.
La igualdad de género se ha configurado como uno de los cinco principios básicos y eje transversal de la Ley de Carrera Militar, favoreciendo y facilitando la igualdad de oportunidades de las mujeres y de los hombres en el ámbito castrense, estableciéndose mecanismos positivos que facilitan la situación de la maternidad (ingreso, ascenso, situaciones, enseñanza de formación y perfeccionamiento, destinos), la protección en diversos momentos de la carrera profesional de la mujer, fomentando la conciliación de la vida familiar, personal y profesional de la mujer militar y asegurándose la presencia de la mujer en los órganos de selección, ascenso y asignación de destinos. Sirvan estas líneas, en el XXVI aniversario de la incorporación de la mujer a nuestras amadas Fuerzas Armadas, de homenaje a la primera militar Idoia Rodríguez, caída en acto de servicio en Afganistán en misión exterior de paz en febrero de 2007.
[100] Esta actitud de la curia vaticana estando lugar a salidas de tono de algunos prelados, como ha sucedido recientemente con el cardenal peruano, Juan Luis Cipriani, que ha declarado en los medios de comunicación social “que muchas veces la mujer se pone como en un escaparate, provocando”, y atribuye esa actitud al uso de la atracción sexual como productor comercial.” A la mujer no se le puede ver como un objeto de atracción, vaya como vaya vestida, que estará en su libertad dentro del marco cultural de cada lugar, y siempre qué no exista limitaciones por imperativo legal o ético, que en ningún momento puede significar en la vista de quienes visualicen ningún derecho a mermar de forma anormal la dignidad que asiste a toda persona, con independencia de sí provoca o deja de provocar. Estas declaraciones, lo único que ponen de manifiesto es elevado número de violencia de género y contra la mujer existente, por no respetar su autónoma decisión de hacer o dejar de hacer conforme a su libertad de actuación. Por ello, no puede existir dentro de las confesiones religiosas ningún obstáculo que no permitan a las mujeres estar al mismo nivel que los hombres en todas aquellas actuaciones propias del apostolado religioso, con independencia de cuál sea o no la religión o creencias que profesa.
[101] HOUELLEBECQ, Michel, Sumisión, Anagrama, Barcelona, 2015, pág. 207.
[102] En la sura 38 El Profeta afirma que “los hombres son superiores a las mujeres”.
[103] Es necesario en los tiempos que estamos, que en el ámbito de la enseñanza, sea pública o concertada, no se dé ningún tipo de religión, y sea esta transmitida en la familia o lugares de culto. En los centros académicos de cualquier tipo de enseñanza debe de transmitirse una moral universal, una ética para todos, a fin de que todos los seres humanos puedan vivir juntos sin actitudes beligerantes. En las escuelas e institutos debe de darse un conocimiento profundo y distanciado de las religiones, para que la gente pueda conocer tan bien su religión como las otras, no debiéndose enseñar una sola religión.
[104] Creer en Dios es una ayuda para, en este caso, ser mejores cristianos/as ciudadanos/as, cumpliendo con exactitud con nuestros derechos, libertades y deberes en la sociedad civil con una visión trascedente.
[105] Cuestión ésta última que no ocurre en el catolicismo popular, llamado en el vulgo religiosidad o piedad popular, en donde las Asociaciones pías, especialmente, las Hermandades y Cofradías de penitencia, sacramentales y de gloria no hacen distinción alguna respecto a la militancia activa y la ocupación de oficios dentro de las mismas.
[106] El fundador del Opus Dei, san Josemaría Escrivá de Balaguer, en su libro Camino nos indicaba “El sacerdote -quien sea- es siempre otro Cristo».
[107] TAMAYO, Juan José, Islam, Cultura, Religión y Política, Trotta, Madrid. 2009.
[108] Casi todos en la Iglesia coinciden en que el papa Francisco ha iniciado una nueva etapa. Que ha abierto puertas y ventanas que están permitiendo que corra el aire en una institución donde los cambios se miran con mucho recelo.
La curia, que en su mayoría es muy reacia al avance y que mira con atención todo lo que hace y dice el pontífice, no deja que los cambios que quiere introducir Francisco vayan a buena velocidad. Por eso, la mayor parte de las veces el papa camina con tiento, haciendo pequeños gestos y esperando a ver qué reacciones generan.
En la Iglesia, el más mínimo cambio se mira con lupa. Por eso, y aunque no lo parezca, Francisco ha llevado a cabo varias pequeñas-grandes revoluciones. La última este mismo jueves, cuando ha abierto la puerta a que las mujeres puedan casar y bautizar.
1-. Abrir la puerta a que las mujeres casen y bauticen
Francisco siempre se ha mostrado reacio a la posibilidad de que las mujeres puedan ser sacerdotes. Suele tirar siempre del mismo argumento: Juan Pablo II, el conservador papa polaco, cerró la puerta para siempre. El mismo pontífice argentino escribió que “el sacerdocio reservado para los hombres (…) es un tema que no se pone en discusión”.
Por eso ha sorprendido que este jueves haya abierto la puerta a que las mujeres puedan ser diaconas. Un primer e importantísimo paso en la Iglesia, dado que es el grado de consagración anterior al del sacerdocio y en él se pueden administrar algunos sacramentos, como el bautismo y el matrimonio, que actualmente sólo pueden ejercer los hombres.
En concreto, el papa ha mostrado su intención de crear una comisión que estudie la posibilidad de que también las mujeres puedan ser diaconas. En resumidas cuentas, ese grupo tendrá que aclarar qué papel tenían las diaconas en los primeros siglos de la Iglesia “y sobre todo si habían sido ordenadas o no».
2-. Abrir la puerta a que los curas se puedan casar
Quienes rechazan el celibato para los sacerdotes argumentan que en los primeros siglos de la Iglesia no existía. Y añaden que, si los curas se pudiesen casar, seguramente no habría tanta crisis de vocaciones religiosas. Los defensores sostienen que, así, los religiosos se pueden dedicar exclusivamente a dios y a las tareas de la Iglesia.
Durante siglos, ningún papa se pronunció sobre la posibilidad de que los curas se pudieran casar. Hasta que llegó Francisco y admitió que “al no ser un dogma de fe, siempre está la puerta abierta…”. Con todo, subrayó que él aprecia mucho el celibato.
Más recientemente, el papa confirmó que “la cuestión de los sacerdotes casados” está en su agenda.
3-. Permitir comulgar a los divorciados vueltos a casar
Durante años, la Iglesia sostuvo que aquellos que se han divorciado y vuelto a casar sin un decreto de nulidad para el primer matrimonio están en relación de adulterio. La institución argumentaba que, por tanto, no podían arrepentirse de sus pecados honestamente ni recibir la absolución a sus pecados. Eso les impedía comulgar.
Pero el papa cambió la postura en abril al llamar a los sacerdotes a evitar posturas rígidas ante las situaciones familiares «irregulares» y apoyó su readmisión en los sacramentos mediante un proceso de acompañamiento. «A las personas divorciadas que viven en nueva unión, es importante hacerles sentir que son parte de la Iglesia, que ‘no están excomulgadas’, y no son tratadas como tales, porque siempre integran la comunión eclesial», defendió.
«Nadie puede ser condenado para siempre, porque esa no es la lógica del Evangelio», zanjó.
4-. Abrirse a los homosexuales
El papa también ha relajado mucho la postura de la Iglesia respecto a los homosexuales. Apuntó su opinión al poco de iniciar su pontificado, cuando dijo: «Si una persona es gay busca al Señor y tiene buena voluntad… ¿Quién soy yo para juzgarla?»
Más recientemente, Francisco ha defendido el respeto de los homosexuales y su no discriminación, aunque siempre ha mantenido que sus uniones no pueden ser consideradas matrimonio y condenó las presiones de organismos que, con ayuda financiera, buscan lograr su legalización en otros países pobres.
Con todo, su postura es mucho más relajada que la de sus predecesores, Juan Pablo II y Benedicto XVI. Este último, por ejemplo, dijo que los “actos homosexuales son actos contra natura». Y fue más allá al asegurar que “los homosexuales están manipulando la identidad del género que les dio Dios, con lo que destruyen la esencia misma de la criatura humana”. Por eso, la postura de Francisco se puede considerar revolucionaria para un papa.
5-.Criticar el sistema financiero mundial
El papa generó todo tipo de comentarios y rumores cuando aseguró el sistema económico actual “mata”. «Cómo el mandamiento de ‘no matar’ pone un límite claro para asegurar el valor de la vida humana, hoy tenemos que decir no a una economía de la exclusión y la desigualdad. Esa economía mata», avisó. Hubo quien después de eso dijo que Francisco podría ser hasta comunista, aunque el pontífice aclaró que “la Iglesia no es comunista cuando habla de los pobres”.
Pero lo que está claro es que Francisco ha sido más combativo que ningún otro papa con los poderes económicos. En un histórico discurso ante la Asamblea General de la ONU, por ejemplo, llamó a evitar el «abuso» de los países en desarrollo a través de su «sumisión asfixiante» en el sistema financiero mundial, y denunció el narcotráfico que «silenciosamente» mata a millones de personas.
[109] VILAR, Esther, El discurso inaugural de la Papisa americana, Bruguera, Barcelona, 1982, ¿Qué sucederá cuando los papas sean elegidos democráticamente mediante el voto de los feligreses, y cuando la iglesia Católica reparta sus bienes entre los pobres? ¿Aceptará la sociedad del futuro un Vaticano sin boato, una religión sin dogmas ni misterios, unos dignatarios de la Iglesia sin más deberes ni obligaciones que los del hombre de la calle?
[110] LÓPEZ MARTIN, Juan, La iglesia en la que creo, la Iglesia en la que sirvo, Instituto de Estudios Almerienses, Diputación Provincial de Almería, 2ª redición, Almería, 2015.
[111] http://infovaticana.com/2016/08/23/cura-castellon-bendice-parroquia-matrimonio-dos-lesbianas/ Un cura de Castellón bendice en su parroquia el matrimonio entre dos mujeres.
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Un comentario

He leido vuestro post con mucha atecion y me ha parecido didactico ademas de claro en su contenido. No dejeis de cuidar esta web es buena.
Saludos

Por Procurador Castro Urdiales el día 08/10/2021 a las 04:10. Responder #

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