EN EL MUNDO DE LAS LETRAS, LA PALABRA, LAS IDEAS Y LOS IDEALES
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Aproximaciones al concepto de ciencia en Einstein, Popper y Feyerabend.

por Zenobio Saldivia
Artículo publicado el 23/07/2019

Introducción
Desde luego es conveniente aclarar que se pretende aquí una comparación muy sintética y principalmente con fines pedagógicos, puesto que una confrontación exhaustiva implicaría revisar –si no todas- diversas obras de los autores mencionados, en relación a sus respectivas maneras de concebir la ciencia. Sin embargo, como una aproximación que tienda hacia una comparación de esta naturaleza, que podrá luego ser enriquecida para estudios de la epistemología, desarrollaremos en estas notas una valoración y análisis de algunos puntos de convergencia entre los pensadores aludidos en el epígrafe y que al mismo tiempo, nos muestran los rasgos principales de su concepción sobre la ciencia, para lo cual nos basamos en algunos de sus textos que se indican en la bibliografía.

Aproximaciones
Así, un punto que sobresale de inmediato, es el hecho de que los tres autores conciben la ciencia como un proceso, un continuum basado en una actividad de creación constante desde sus niveles práctico y teórico que la conforman, generando así su propio cuerpo orgánico, acumulando los conocimientos en forma ordenada, coherente, sistémica y en estrecha vinculación con el desenvolvimiento social. Así por ejemplo Popper, -refiriéndonos a la ciencia en general sostiene: “Por lo tanto, la tarea científica se renueva constantemente, podemos avanzar eternamente, procediendo a dar explicaciones con un grado de universalidad más y más elevada, a menos que lleguemos a explicaciones últimas…” y Einstein, refiriéndose al desarrollo específico de la física acota: “…en nuestro ámbito de trabajo, nos vemos afectados por la eterna antítesis entre los componentes inseparables de nuestro conocimiento: lo empírico y lo racional”. Por tanto se observa aquí que tanto Popper como Einstein consideran la participación de los miembros de la comunidad científica en este devenir. También Feyerabend, aludiendo a la cognición humana en general y su conexión con la ciencia, deja muy claro la idea de ciencia como proceso, pero no le atribuye una directriz “El proceso mismo no está guiado por un programa claramente definido; y no puede ser guiado por tal programa porque es el proceso el que contiene las condiciones de realización del programa”. Aquí se percibe que el desenvolvimiento de la ciencia escapa a la directriz del investigador y su dinamismo puede obedecer a distintas variables, sociales, políticas o metodologías audaces y no tradicionales, por ejemplo.
Por otra parte, todos estos autores, manifiestan un consenso en cuanto a que las leyes universales logradas a través del quehacer científico, no nos entregan una explicación sobre la esencia última del mundo. Aunque ninguno de ellos explicita mayormente el asunto, no es difícil comprender la imposibilidad de una explicación científica sobre la esencia o estructura última del mundo, entre otras razones, porque como ya señalamos en el punto anterior, la ciencia es un proceso, y como tal, alude a una forma de trabajo que no ha decantado toda su información y conocimiento y que siempre está aportando nuevos conceptos y teorías que explican con más precisión la realidad; también claro está, porque sostener que algo se ha logrado con una explicación supraglobalizanta, totalmente acabada, que dé cuenta de los fenómenos de la naturaleza y la sociedad, significaría un corte epistemológico en el desarrollo de la actividad científica. Y obviamente llegar a una explicación así, fomentaría una ciencia normal eternamente rutinaria y generaría un inmovilismo en el plano de la investigación teórica; y por otra parte, paralizaría el desarrollo cognoscitivo de la humanidad, dando por sentado que se habría llegado al más extraordinario nivel de evolución de la abstracción, y por tanto de la lógica, de la metodología, del lenguaje científico, de las aplicaciones tecnológicas, etc… en una palabra la racionalidad conocería todos sus contornos, su punto de llegada y su límite. La serpiente se habría atrapado su cola.
Sin embargo, los mismos autores aquí estudiados, comparten el criterio de que las leyes aportadas por las ciencias, favorecen una mayor penetración en la estructura del mundo; es decir, una mayor comprensión ontológica, como así también una mayor comprensión y claridad sobre la realidad humana y social. Al respecto, veamos la opinión de Popper: “…aunque no creo que mediante leyes universales podamos llegar a descubrir la esencia última del mundo, no me cabe la menor duda de que podemos esforzarnos por penetrar cada vez con mayor profundidad en las leyes de la estructura de nuestro mundo…”. Y por su parte Einstein acota: “…estoy convencido de que, por medio de construcciones puramente matemáticas, podemos descubrir los conceptos y las leyes que los conectarán entre sí, que son los elementos que proporcionan la clave para la comprensión de los fenómenos naturales”. Y Feyerabend a su vez señala: “… las teorías llegan a ser claras y razonables sólo después que partes incoherentes de ellas han sido utilizadas durante largo tiempo”; con lo cual deja de manifiesto que la comunidad científica utiliza teorías que no siempre se basan en la racionalidad u objetividad. Esto es parte de su enfoque anárquico sobre el conocimiento científico.
Ahora, en cuanto a la determinación de los niveles cognitivos que implican el desarrollo de la ciencia, nuestros autores seleccionados, participan de la noción de ciencia como un proceso de avance cognoscitivo que parte de la experiencia y que termina en ella, pasando por una teoría enriquecedora. O dicho en otros términos: los círculos científicos postulan leyes y teorías desde una práctica social y cultural determinada, las cuales están estrechamente ligadas con el cuerpo teórico acumulado de una ciencia particular, y con el conjunto de hechos empíricos que logra explicar la nueva ley. Expresado esta vez con palabras de Einstein: “La estructura del sistema es el resultado del trabajo de la razón, el contenido empírico y sus mutuas relaciones deben hallar sus representaciones en las conclusiones de la teoría.” Y luego en otro contexto agrega: “El puro pensamiento lógico no puede brindarnos ningún conocimiento del mundo empírico. Todo conocimiento de la realidad comienza en la experiencia y desemboca en ella”.
Por su parte, Feyerabend estima que el desarrollo de la ciencia se produce en cada momento histórico por la relación idea-acción que se da en todos los procedimientos cognoscitivos que tienden a desplazar la función obstaculizarte de las nuevas teorías; las cuales cobran su sentido pleno en la ejecución misma de los nuevos argumentos científicos. Esto es, en la práctica, o en la acción misma, que pasa a ser el estadio donde la teoría consigue precisar mejor un fenómeno o conjunto de fenómenos. Dicha relación idea-acción, es para él un proceso que no se detiene en ninguna de las instancias; no tiene télos definido desde fuera, y su finalidad descansa en las posibilidades de acción y al respecto presenta un en ejemplo que muestra tácitamente los tres estadios cognitivos de práctica-teoría-práctica: “Los nulos usan palabras, las combinan, juegan con ella hasta que atrapan insignificado que hasta ese momento ha permanecido fuera de alcance. Y la actividad inicial con carácter de juego es un presupuesto esencial del acto final del entendimiento”.
A su vez por el lado de Popper, no apreciamos con claridad un pronunciamiento directo sobre esta vinculación en el texto utilizado como referencia (El Conocimiento objetivo) seguramente por su critica al esencialismo y a la metafísica en general como conductora de la ciencia, – especialmente al idealismo platónico -, o por las características que le atribuye a las teorías, tales como universalidad, profundidad, contractibilidad, etc. Así como por la idea compartida con sus pares, al concebir la ciencia como un proceso, podemos colegir con cierta licencia, que participa de un enfoque similar.
La ciencia y su vinculación con el desarrollo del conocimiento. Esta es otra nota esencial del concepto de ciencia que se aprecia con nitidez en los trabajos de Einstein, Popper y Feyerabend. Así el primero se preocupa en forma relevante por precisar las bases cognitivas que permiten establecer la realidad del mundo exterior y destaca entre éstas: la formación del concepto de los objetos materiales, la atribución de significación a un objeto material, la coordinación de la experiencia sensorial con los conceptos, etc. En general, considera a la ciencia, como un estadio de mayor perfección lógica del pensamiento cotidiano y subordina directamente el crecimiento científico al desarrollo gnoseológico expresándolo en estos términos: “Resultará imposible para el científico avanzar sin la previa consideración crítica de un problema verdaderamente arduo: el problema de analizar la naturaleza del pensamiento de cada día”.
En Popper por su parte, encontramos una posición análoga, en tanto éste le asigna a la ciencia el cometido principal de dar explicaciones satisfactorias de los fenómenos del universo, tarea que es realizada principalmente en virtud de dos elementos lógicos y metodológicos propios del trabajo científico y que denomina: “explicandum” y “explicans”. El primero es el conjunto de enunciados que describen el asunto a explicar y el último corresponde a los enunciados propiamente explicativos de tal o cual objeto o fenómeno. Así, enmarcados en este ámbito teórico y estructural acontece el quehacer científico cómo un desenvolvimiento de explicitaciones que van de lo conocido a lo desconocido.
Por su parte, Feyerabend en cuanto a la vinculación entre ciencia y desarrollo cognitivo que estamos comentando, expresa que la ciencia crece y perfecciona sus argumentos. Ello debido al papel de retroalimentación que cumplen los métodos científicos enmarcados en una dinámica histórica que podríamos llamar de “quiebres metodológicos”; esto es, que en ciertas condiciones socio-culturales los investigadores rompen las reglas metodológicas imperantes y con ello hacen avanzar el conocimiento más allá de los argumentos existentes en la época, para satisfacer en forma más adecuada una explicación sobre los eventos de la naturaleza y o de la sociedad; con lo cual, se produce además de la ruptura metodológica, una apertura cognoscitiva nueva al superar la visión aportada por las teorías que participaban de la canónica clásica. Pero esta arremetida metodológica que genera un caudal de nuevos conocimientos, tiende a su vez a institucionalizarse con todos los mecanismos de inhibición intelectual, social y política que logre validar. Para superar estas etapas de estancamiento en los argumentos científicos, propios de la ideología imperante que avala y defiende las últimas conquistas metodológicas, propone como parte de su teoría anárquica del conocimiento, el principio de la “proliferación de teorías”; la cual, en síntesis consiste en hacer contrastaciones entre teorías, que sean inconsistentes con los puntos de vista usuales y en generar una gama muy amplia de innovaciones que van desde lo científico, a lo social y político, o en sus propias palabras: “…tomando el punto de vista opuesto, sugiero la introducción, elaboración y propagación de hipótesis que sean inconsistentes o con teorías bien establecidas o con hechos bien establecidos. O dicho con precisión sugiero proceder contrainductivamente además de proceder inductivamente”.

Hacia una conclusión
Ahora bien, podríamos seguir con esta enumeración, pero para nuestro propósito inicial, que busca una aproximación o introducción para apreciare la idea de ciencia entre Einstein, Popper y Feyerabend, estimamos que sería suficiente. Es importante destacar por último, que la noción de ciencia de estos estudiosos representa un esfuerzo de alcanzar una extraordinaria objetividad, amplitud y abertura hacia las conquistas teóricas y sociales; y sobre todo aluden a una reflexión novedosa en lo referente a las estructuras metodológicas, a los planteamientos lógicos, a los criterios de verdad, así como a los principios filosóficos, que descansan en la investigación científica. Y tales reflexiones dejan de manifiesto que no hay una certeza absoluta para la obtención de la verdad en ciencia, únicamente unas aproximaciones mejores que otras.

 

Referencias Bibliográficas:

  • Einstein, Albert: Sobre la Teoría de la Relatividad y otras contribuciones científicas Antonio Bosch Editor, Barcelona, 1985.
  • Feyerabend, Paul: Contra el método, Ed. Ariel. Barcelona, 1999.
  • Popper Karl: El Conocimiento objetivo, Ed. Técnos, Madrid 1982.
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Un comentario

y equipara a la ciencia con otros saberes, como la astrología, ya que para los ataques que la descalifican como ciencia son infundados: «La astrología constituye también un ejemplo excelente de cómo los ignorantes (es decir, los científicos), con el concurso de otros ignorantes (los filósofos de la ciencia, por ejemplo) corren el riesgo de engañar a todo el mundo» (Feyerabend, 2000: 85). En definitiva, Feyerabend apuesta por el pluralismo metodológico y paradigmático, por la transparencia y por una ciencia humanista y plural. Pero la total libertad de creación que defiende el filosofo no es en la práctica muy factible, puesto que el científico, para hacer una contribución a la ciencia deber enfrentarse a los trabajos previamente consolidados, por lo que «los caminos abiertos a los científicos en general vendrían delimitados por la situación objetivamente existente, mientras que el camino abierto a un científico en particular estar determinado por el subconjunto de los recursos existentes a los que puede tener acceso. Los científicos serán libres de seguir sus deseos subjetivos sólo en la medida en que puedan elegir entre la serie restringida de opciones que les son posibles. Aún más: les guste o no, los individuos tendrán que hacer una caracterización de la situación con la que se enfrentan como pre requisito para su comprensión. Bien sean cambios en la ciencia, bien en la sociedad en general, el trabajo teórico principal implica una comprensión de la situación a la que se enfrenta el individuo, y no una llamada generalizada a una libertad sin restricciones» (Chalmers, 2003: 150).

Por Eadwyn el día 02/05/2021 a las 19:43. Responder #

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Requerido.

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