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Anarkía y rebelión, de Andrés Valenzuela.

por Cristóbal Vergara Espinoza
Artículo publicado el 09/01/2015

La novela Anarkía y Rebelión de Andrés Valenzuela retrata la épica de los puntos negros, la odisea de los pliegues, el drama de la disidencia en un territorio en el que ésta es castigada con el margen o la muerte. Busca, me parece, delinear un paisaje nacional otro, uno que se construye a sí mismo frente a la necesidad de buscar formas alternativas de configuración de la subjetividad en un periodo de la historia que castiga con la persecución, la tortura y la desaparición a todo aquello que no se ajuste al programa de redefinición del orden social llevado a cabo por aquel jerarca militar constantemente referido como “el viejo culiao”. En aquel país que claramente es el Chile de la década de 1980, Valenzuela sitúa el punto de partida de una loca carrera cuya meta es la emancipación, la libertad, la posibilidad hermosa del trabajo colectivo y la amistad. Perseguidos, marginados, apaleados, los héroes de lanzas rotas que deambulan en Anarkía y Rebelión dan cuanta de la existencia de posibilidades alternas, difusas y complejas, sí, pero valiosas en su valentía de búsqueda violenta de ampliación de los márgenes de lo posible en el escenario cultural nacional. Y aquello, una vez concluida la lectura de la novela, es quizás uno de sus más altos logros.

Decía que la novela inicia en el triste Chile de la década de 1980. En Santiago Centro, para ser específico. En el pasaje Carrera 550, para ser más específico aún. A partir de este cronotopo se despliega un proyecto biográfico de Fiskales Ad Hok, band punk que a punta de esfuerzo y rebeldía ha llegado a constituirse como uno de los íconos de la cultura de la disidencia, la reivindicación y la resistencia. Las diversas voces narrativas que construye Valenzuela oscilan sobre un paisaje en el que la comodidad de la apatía ha terminado por constituirse como el status quo, proyectando la sensación de una nación estancada, la postal inmóvil del Puro Chile de cielo azulado. Sin embargo, en los recovecos del paisaje que se reconfigura se gesta la ira de quienes no se ajustan al proyecto, de quienes no quieren ajustarse al proyecto y vagan por las noches de la ciudad silenciosa escupiendo a la cara al peligro. Una rebeldía suicida que acumula en su devenir drogas varias, borracheras míticas, resacas de antología. Rebeldía coartada castigada en detenciones, golpizas, humillaciones.

La rabia opera como el catalizador de los personajes principales de Anarkía y Rebelión. Roli y Álvaro, respectivamente el bajista y vocalista de los Fiskales, a través de esa rabia escapan del lodazal que la dictadura les construye a su medida. Superando la adversidad de las circunstancias, las orfandades varias, un status quo que presiona constantemente, los personajes buscan desde un inicio delinear un locus alterno. Sus vagancias los llevan desde el mítico pasaje Carrera hasta casas okupas, desde Santiago hasta Europa, desde antros de mala muerte y peor catadura hasta el pub La Batuta. Asistimos así a una narración que construye una épica alrededor de la banda punk, pero no una épica cualquiera sino que una sórdida, violenta, sucia. Otro mérito de Valenzuela: el rescate de unas subjetividades ancladas por gusto a los márgenes y que resulta en la construcción de personajes que son no-héroes.

Importante es tener en consideración la profunda imbricación de la narración con aquellos contextos históricos que se buscan recrear. Desde la década de 1980 hasta el gobierno de Sebastián Piñera, asistimos a una porción de 25 años de historia nacional. Los flujos sociales, los contentos y descontentos, permean la obra y se dejan percibir por el lector a través de pequeños detalles: el color de las micros de Santiago y de los carros policiales, la presencia de la represión explícita y la soterrada, los militares en el gobierno y los reos de la Cárcel de Alta Seguridad. Valenzuela elige aquellos detalles desde una perspectiva ideológica que refuerza el espíritu de rebeldía que permea la completitud de su obra, añadiendo elementos que claramente nos hablan de un Chile que desde la Dictadura de Pinochet y compañía no ha cambiado tanto, un Chile donde aún resuena el eco de la alegría que no llegó para todos.

Desde su primera novela, El funeral del señor Maturana (Chancacazo, 2012), Valenzuela ha avanzado mucho en cuanto al desarrollo de su técnica escritural. Múltiples perspectivas narrativas, montajes y alternancia de estilos, lo que el autor logra es una especie de collage narrativo a partir de los retazos de una historia real. El artificio novelesco se halla en esa coordenada, en esta voluntad del bricoleur que pega, despega, martilla, avanza, retrocede, delinea y borronea constantemente el flujo de su obra. Precioso resulta en este sentido el capítulo final de la obra, aquel que da el nombre al texto completo y donde las letras de la canción Anarkía y Rebelión se alternan con recuerdos, reflexiones, con la emoción pura.

De la mano de LaFiskalía, casa editorial que debuta como un proyecto que busca configurar un espacio alternativo para la producción y difusión de literatura, Anarkía y rebelión resulta una novela cuya lectura es grata, amena, con múltiples niveles de sentido a los cuales el lector podrá penetrar a su antojo. Una amalgama de penas, alegrías, excesos, destrozos, rebelión y consecuencia ética, la novela, en síntesis, destaca en su exploración de la nación y su pasado reciente, de sus héroes y no-héroes, presionando los bordes del género biográfico a través de una escritura que lo enriquece de complejidades.

Valenzuela, Andrés. Anarkía y Rebelión. Santiago de Chile: LaFiskalía ediciones, 2014. 401 págs.

Cristóbal Vergara Espinoza
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Un comentario

Sinceramente, encontré atractivo e interesante el libro, motiva a muchas personas ke kieren tener banda pero tienen conflictos por no saber ni tocar ni cantar nada. Una historia de los fiskales…es fuerte, y muestra lo dura ke era la vida y gracias a eso podemos encontrar cambios en la actualidad y las cosaske siguen presentes.
kizás muchas personas (no necesariamente fans de los fiskales o punks) lo han leido y pueden tener otra vista de la gente ke aun keda (punks,y gente «rara»)
Es un libro ke enseña mucho sobre la vida.
FElicitaciones (y)

Por Skizofrenikha sin pastillaz el día 09/01/2015 a las 19:48. Responder #

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Requerido.

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