No hace mucho me llegó al correo una primera versión, quizás un borrador, del último y sorprendente libro de Adolfo Pardo ―a quien me une una larga amistad, de cuando éramos aun “jóvenes, felices e indocumentados”, como decía el Nobel colombiano G. G. Márquez― su “Poesía Reflexiva”. Y digo sorprendente por dos motivos. En primer lugar porque hasta aquí del autor yo solo conocía su prolífica prosa, sus novelas Los Insobornables y La Silla de Ruedas y sus cuentos reunidos en los volúmenes Una Biografía Distinta, Inéditos, Después del Toque y el famoso relato testimonial La Parrilla, cuya tercera edición la publicara el 2017 Veliz Books, en Texas, Estados Unidos, aparte de sus sabrosas columnas publicadas en esta misma revista de cultura: Critica.cl; pero nunca había leído de él poesía, aunque algunos amigos desde hace años califican al autor de “poeta”.
Y digo sorprendente también porque esta poesía impresiona por sí misma, nos hace pensar, nos hace reír y también nos hace llorar. Y también nos recuerda, como el mismo Pardo nos lo dice en uno de sus textos ―y en hora buena― el lenguaje, el humor y la profundidad, de Parra y de Pepo, el célebre René Ríos, autor de Condorito, por lejos el personaje ficticio chileno más conocido en nuestra América. Una leyenda viviente.
Pardo reconoce estas ilustres influencias sin ningún empacho y explícitamente, como si de paso quisiera rendirles homenaje y agradecerles todo lo que han hecho por nosotros, su contribución a la cultura chilena y universal. En realidad ya tenemos en Chile suficientes émulos de Neruda, de Tellier y otros tantos líricos, crípticos y láricos. Aunque no es imposible suponer que Pardo pudo influir en la poesía de Parra tanto o más que Parra en la poesía de Pardo, habida cuenta que este último, nacido en 1907 (según consta en la nota biográfica que aparece en la última página de su novela Los Insobornables), comenzó a escribir a temprana edad y sería 7 años mayor que el poeta de San Fabián de Alico. Y que ellos también cultivaron la amistad y tuvieron tiempo de sobra para conversar.
Quiero a continuación transcribir un par de poemas de este nuevo libro que comento, elegidos al azar, porque en pocas palabras le dirán a usted mucho más de lo que yo pueda explicarle por más que me extienda y esfuerce:
Nunca pregunte la hora
Siempre serán diez para las diez
las diez diez
o en el peor de los casos
las diez en punto
Las cosas, las simples cosas
tornillos y tuercas, cucharas y cuchillos, llaves
zapatillas de levantarse
en fin, todas las cosas, especialmente las de uso cotidiano
otrora tan vilipendiadas
y relegadas a la modesta categoría de objetos inanimados
ahora también han comenzado a exigir respeto
mayor dignidad
e incluso cobran venganza
Si tú no las dejas siempre donde mismo
desaparecen, se camuflan
y cuesta un mundo volver a encontrarlas
Como los niños, las cosas son muy conservadoras
detestan que las cambien de lugar
Y si tú las dejas en un sitio donde puedan caerse
no solo caerán, rodarán hasta el rincón más inaccesible
y para recogerlas, si es que descubres donde están
deberás correr sillas y mesas
y gatear entre la cómoda y el velador
Queda usted advertid@
Yo perfectamente podría haber sido feliz
No me habría refugiado en la lectura
ni escrito tanta lesera
Atención jóvenes incrédulos
Llegar a viejo
es mucho más fácil de lo que parecía
es sólo cuestión de tiempo
Sueño que amanezco crucificado
Desde la altura miro a mi alrededor y
veo una fila de autos interminable
Entonces pronuncio la famosa frase
Perdónalos Señor, no saben manejar
Yo no soy un crítico literario ni nada parecido, pero aprendí a leer de chiquitito y también he escrito un par de cosas, una de ellas publicada en este mismo sitio, búsquela por mi nombre y la encontrará fácilmente. Se la recomiendo. También yo tengo mis dotes, modestamente. Y por lo mismo puedo darme cuenta cuando estoy al frente de un libro que vale la pena, porque está bien escrito, tiene ingenio, gracia y además me enseña alguna cosa. Sin duda que Adolfo con este libro “modesto, fino y sencillo” merece el premio a la mejor poesía chilena de este año 2020. Debería postularlo y con estas palabras amistosas me permito recomendárselo; de la misma manera que por el conjunto de su obra hace rato se merece el premio nacional. Lo digo sin ambages y con todas sus letras. No sé qué estamos esperando…que como a la Mistral primero le den el Nobel?
Mensaje a la Ministra de Cultura
Para ir cerrando quiero aprovechar esta instancia para pasarle un dato a la Ministra de las Culturas y el Patrimonio:
Señora Consuelo Valdés, si su trabajo consiste en fomentar o enriquecer la cultura chilena o su patrimonio cultural, pídale al Presidente que le preste su helicóptero para darse una vuelta por Chiloé y visitar a don Adolfo en su cabaña en medio del bosque, comuna de Dalcahué, y sin mayores protocolos ofrézcale un soporte permanente para su revista Critica.cl que desde hace casi 24 años trabaja incansablemente con el mismo objetivo que usted.
Y no le pida a ese respetable veterano que malgaste su precioso tiempo armando “proyectos” para que cuatro mozalbetes que podrían ser sus bisnietos, colgados del celular, se den el lujo de rechazarlos argumentando que esta maravillosa revista no se visualiza como ellos quisieran en sus móviles.
El proyecto de la revista Critica.cl hace muchos años que trascendió las fronteras de Chile, hace muchos años que aquí están leyendo y pagando por publicar miles de autores jóvenes y consagrados, del mundo entero, de la Patagonia al Canadá, de Europa y Asia por solo mencionar tres continentes.
Si usted señora Consuelo no conoce aún esta revista chilena de cultura, siéntese frente a su computador y tómese el tiempo necesario para conocerla. Revise su Archivo General, su índice de autores, sus estadísticas y quedará asombrada.
Tenga la seguridad señora ministra que después de conocer los alcances de esta publicación montará ese helicóptero sin dudarlo un minuto y le aseguro que encontrará la manera y los fondos necesarios para que su ministerio pueda «ir en ayuda», como se dice ahora, de un proyecto que indudablemente es un Patrimonio Nacional, a lo mejor intangible pero muy concreto de nuestra cultura regional, nacional e internacional. Y no le quepa ninguna duda que el día de mañana, cuando le corresponda dejar su cargo, podrá irse muy tranquilita, con la satisfacción del deber cumplido, porque habrá sabido reconocer y respaldar una iniciativa privada que, con los medios más modestos, desarrolla una labor que ya se quisiera el Ministerio de las Culturas con todos sus recursos.
18 comentarios
Adolfo es totalmente original, privilegia su instinto y se sorprende a si mismo permanentemente. Esto, creo, le genera una curiosidad de un universo inmediato que lo motiva a indagar desde lo cotidiano para reflexionar con una irónica filosofía.
El asunto es no detenerse.
Afectuosos saludos
Para hablar de la obra de Pardo he copiada la entrada de Borges al “Hombre de la esquina Rosada”. El lenguaje directo y claro de todos sus escritos; la genial visión de lo que debe manifestar la cultura, cosa que cae de madura en crítica.cl, sitio/libro/abierto, para todo lo necesario, y para tod@s, con sillón y sombra para conversar, único en la historia cultural de nuestro país, ponen a Adolfo como es habitual en él: cercano y amoroso, con un cigarrito en la mano, en esquina propia.
“A mí, tan luego, hablarme del finado Francisco Real. Yo lo conocí, y eso que estos no eran sus barrios porque él sabía tallar más bien por el norte, por esos lados de la laguna de Guadalupe y la Batería. Arriba de tres veces lo traté, y esas en una misma noche, pero es noche que no se me olvidará, como que en ella vino la Lujanera porque sí, a dormir en mi rancho y Rosendo Juárez dejó, para no volver, el Arroyo. A ustedes, claro que les falta la debida esperiencia para reconocer ese nombre, pero Rosendo Juárez el Pegador era de los que pisaban más fuerte por Villa Santa Rita. Mozo acreditado para el cuchillo era uno de los hombres de D. Nicolás Paredes, que era uno de los hombres de Morel. Sabía llegar de lo más paquete al quilombo, en un oscuro, con las prendas de plata; los hombres y los perros lo respetaban y las chinas también; nadie ignoraba que estaba debiendo dos muertes; usaba un chambergo alto, de ala finita, sobre la melena grasienta; la suerte lo mimaba, como quien dice. Los mozos de la Villa le copiábamos hasta el modo de escupir. Sin embargo, una noche nos ilustró la verdadera condición de Rosendo.»
Me faltan palabras para elogiar a Adolfo PARDO. sin duda la Ministra de las Culturas debe tomar ese helicóptero para conocer a este gran escritor y poeta.
Toda mi admiración y respeto para Adolfo Pardo.
Su hermana Tuti
Muy buen comentario. Me encantó la sugerencia a la Ministro de Cultura: al pan pan, vino vino. Se necesitan miradas frescas, pero no por ello, carentes de crítica profunda a la mercantilización de la cultura que inspira dicho organismo.
Felicitaciones, maese Pardo.
Me hacen mucho sentido los comentarios de don E. Valesien porque efectivamente hay una trayectoria, un trabajo en enriquecer la cultura a través de tus escritos y el intercambio literario a través de Critica.cl. Creador y difusor.
Un super beso.
Tu hijo, Adolfo Pardo Álvarez de Araya
Excelente artículo que nos representa las artículaciones y contenidos de la poesía de Adolfo Pardo, un poeta de los grandes!!
Mención aparte es el llamado del Valesien a la Ministra de Cultura.
Es un contrasentido solicitar proyectos concursables para las cosas que se hacen bien y sostenidas en el tiempo.
Reynaldo Lacámara
Poeta, ex presidente de la Sociedad de Escritores de Chile
¡Excelente! ¡Chapeau!!!
Comparto todos los comentarios y opiniones anteriores. Además, siempre he pensado que mientras nuestros mejores representantes de la literatura o de la poesía están vivos, a nadie le preocupa que vivan en la miseria y una vez muertos, son ensalzados incluso por los más altos grupos sociales, reconociendo su genialidad. Basta recordar el caso de Lemebel, vilipendiado y despreciado por la sociedad chilena, haciendo de su vida un largo y difícil padecimiento. O bien, el de Tellier quien en una oportunidad le comentaba a su amiga Ángela, «si me caen unos pocos pesos me arreglaré el teclado» refiriéndose a su abandonada dentadura por falta de medios, hoy todos lo nombran y glorifican.
Esperemos que en este caso, Pardo quien ha dedicado su vida, bofes y medios a la cultura, sea reconocido en vida por su particularidad y genio literario, otorgándosele al menos un aporte del país al cual él glorifica. Saquemos a un escritor y poeta de las dificultades para no pasar frió o para comer honradamente, como se merece su labor cultural que nada ni nadie ha podido quitarle.
Estoy de acuerdo con el autor Ernesto Valesien en cuanto a los esfuerzos de Crítica.cl ejercidos en la difusión de la literatura y cultura a través de las publicaciones en la Crítica.cl
El Sr. Pardo, como un poeta de distinción, merece el honor como una marca de reconocimiento a su talento poético en el campo de literatura creativa. Creo que Sr. Pardo va a aportar mucho más al enriquecimiento de la literatura chilena contemporánea.
Sukanta Kumar
New Delhi, India.
Antes a esta revista, Pardo fundó junto a Jaime Valenzuela y yo mismo el colectivo «Talleres del Mar», que ha seguido aguas a este poeta sin duda original y valioso. Digo seguido porque frente a sus logros nuestros esfuerzos han sido modestos y siempre hemos admirado su persistencia y calidad. Eso si, lo hemos acompañado como hemos podido porque se necesitan cualidades extraordinarias para haber llevado a cabo su labor incansable. Apoyo sin reservas su candidatura al premio Nacional, que bien merece.
Muy interesante, claro y directo es el comentario que realiza Valesien sobre la poesía aún inédita de Adolfo Pardo; espero que pronto pasemos de lo inédito a lo publicado para disfrutarlo en toda su dimensión. Adolfo Pardo es un silencioso, constante y destacado escritor conocido y de gran proyección en Chile y el extranjero.
Saludos y felicitaciones.
Mas allá de las recomendaciones, a las cuales me pliego con entusiasmo, opino que en estos tiempos de pandemia es la poesía el único lenguaje posible, el de las verdades monolíticas…..Pardo con Parra o sin Parra es un poeta coloquial que cala en la raíz misma de lo cotidiano, a veces duele su crudeza para referirse a las cosas simples, con otras reímos y nos recreamos en ese humor de lo absurdo que nos recuerda nuestra irremediable trivialidad.
Pardo es un gran escritor y gestor cultural de lujo, su revista crítica.cl fue pionera en Chile, tiene una trayectoria de más de 20 año y se ha ganado el prestigio nacional e internacional en el medio cultural. Me sumo a la petición de don Ernesto señora Ministra, hay que apoyar esta revista cultural con fondos estables, es patrimonio de todos los chilenos.
Comparto plenamente el aprecio y admiración por Adolfo como escritor y por su ininterrumpido esfuerzo por mantener viva la Revista Crítica. Me alegra que se haya decidido a publicar su notable poesía que efectivamente hace reír, pensar y llorar.
No puedo estar más de acuerdo con el mensaje de Valesien a la ministra. Con respecto a la poesía de Pardo, lo mismo; es evidente su influencia en Parra, quien antes de conocerlo escribía como un ingeniero.
Felicitaciones , me agrado muchísimo leer esto , estoy en sintonía
Felicito la entretenida y lucida lectura que hace Valesian del libro aún inédito (pero no por mucho tiempo), de Adolfo Pardo, Poesia reflexiva. Soprendemte libro, como dice el mismo autor, para reír y llora. Ingenio, excelente pluma, poesía con mayúscula. Me sumo ademas a la carta a la Ministra, solicitando apoyo inmediato y permanente a la Revista Critics.cl, que cuenta con miles de entusiastas seguidores de este espacio único dedicado al pensamiento critico y la literatura.
Así mismo es. Adolfo Pardo es, como me gusta decirle siempre cara a cara, copa a copa, cigarro a cigarro y tiempo a tiempo, el rockstar de la literatura chilena, mi padre en este gran país del sur, mi inspiración para el resto de mis años, y el hacedor de la más importante revista literaria chilena y latina de fines del siglo XX y principios de este. Entonces Adolfo Pardo todo esta grandeza la ha puesto con fino humor, con pulidas tristezas y con el descaro que permiten los años en este inmenso poemario que este articulo alude.
Mi amor para con sus poemas, mi amor para con su autor y mi amor para con su vida y obra.
Gracias maestro por darnos tanto.
Siempre estaré a tus pies.