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REVISTA LATINOAMERICANA DE ENSAYO FUNDADA EN SANTIAGO DE CHILE EN 1997 | AÑO XXVIII
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Algunas disquisiciones sobre el «Curso de Lingüística general» de Ferdinand Saussure

por Alfredo Fredericksen
Artículo publicado el 19/10/2022

● El propósito de esta reseña es introducirnos en el fascinante mundo de la lingüística. Para ello se pretende desglosar, de la manera más esquemática posible, este interesante Manual. De Saussure, F. (1945). Curso de Lingüística general. Buenos Aires: Losada.

De Saussure parte diciendo que la lengua es un sistema de signos y termina diciendo que es un sistema de valores.
Según el autor, la lingüística, antes de ser ciencia pasa por tres fases anteriores (antecedentes):
1. Gramática: desinterés por la lengua propiamente tal, solo se inclina por la adquisición y enunciación de normas que regulen el correcto hablar y escribir (dejando de lado el “mal hablar”, por ejemplo). Se aleja de la pura observación.
2. Filología: aun cuando esta disciplina sí posee cientificidad, De Saussure señala que no solo tiene como centro la lengua, sino que además “quiere (…) fijar, interpretar, comentar los textos” (29) que indudablemente la condicionan a ocuparse de la “historia literaria, de las costumbres, de las instituciones, etc.” (29), además, la única razón por lo que la filología entra en la Lingüística es para realizar comparaciones de textos o elaborar estudios ajenos al objeto lingüístico propiamente tal. Privilegia lengua escrita por sobre la viviente.
3. Filología comparativa o gramática comparada: es Franz Bopp quien en 1816 comienza con estudios comparativos entre el sánscrito, el germánico, el griego y el latín, su innovación tiene relación con la explicación de una lengua por medio de otra, pues a través del sánscrito y su símil con las otras lenguas fue posible esclarecer y acceder a nuevos conocimientos. De Saussure señala que, aun cuando se considera un mecanismo admisible para el entendimiento de una lengua a partir de otra, se cae en la nula importancia que se le entrega a la naturaleza del objeto. No hay una reflexión acabada de las conexiones que establece, tampoco se esgrime hacia dónde conducen las comparaciones, De Saussure indica que comparar es relevante, pero cuando éstas poseen propósitos: “sin duda la comparación es la condición necesaria para toda reconstrucción histórica; pero, por sí sola, no permite llegar a conclusiones” (31).

Antecedentes: Franz Bopp, realiza estudios comparativos históricos (indoeuropeo, quiere explicar cambios lingüísticos a través de reglas y principios generales, va más allá de lo descriptivo y comparativo: aporta metodología).
Neogramáticos: el lenguaje no es un organismo, sino un sistema (opera sistemáticamente, no es accidental ni aleatorio). Buscan lo general frente a lo particular, es decir buscan establecer reglas generales de cambio, principios organizacionales. Indican que la explicación del cambio lingüístico debe ser, en primera instancia, interno, de las características propias del sistema.

Es en este contexto de la lingüística histórica comparada en el que se inserta De Saussure y su Curso de Lingüística General, en un discurso académico que indica que la lengua es un sistema y que opera sistemáticamente y que, por lo tanto, existen leyes y reglas que operan internamente en ella, por lo que debe predominar lo interno por sobre lo externo.

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Fuente: “Preciosa cartografía del árbol genealógico de la lingüística – Cultura Inquieta”, [última visita: 08-09-22]

 

1879 (21 años): publica “Memorias sobre el sistema primitivo de las vocales indoeuropeas”, relevante porque es el primer trabajo académico en donde se postula la existencia de una vocal, de la que no se tiene registro, pero que es necesario suponer que existió para explicar el proceso de cambio del indoeuropeo al sánscrito, latín y griego.

“Curso de Lingüística General”, póstumo, escrito por dos de sus discípulos. Publicado en 1916 y es desde ese momento que la Lingüística comienza a llamarse Lingüística (moderna), porque se define y se separa de otras disciplinas, define tareas, metodologías, etc.

¿Cuál es la “materia de la lingüística”?: Para Saussure la materia de la lingüística son: “(…) todas las manifestaciones del lenguaje humano, ya se trate de pueblos salvajes o de naciones civilizadas, de épocas arcaicas, clásicas o de decadencia, teniendo en cuenta, en cada período no solamente el lenguaje correcto y el “bien hablar”, sino todas las formas de expresión” (34). Es decir, para Saussure la materia de la lingüística, no es estrecha o, acaso, específica. Comprende todas las manifestaciones de lenguaje humano. De esta definición, nos asombra la mirada integradora que Saussure propone, es decir, no es inherente o privativa de un tipo nación en particular, porque es omnicomprensiva: encuentra su eco en pueblos salvajes o naciones civilizadas (no discrimina), pero también encontramos sus largos en el tiempo.

Importancia de los textos escritos para los lingüísticas?: Según Saussure, son importantes porque: “(…) el lenguaje no está las más veces al alcance de la observación [y] el lingüista deberá tener en cuenta los textos escritos, ya que son los únicos medios que nos permiten conocer los idiomas pretéritos o distantes” (34). Con esta larga cita, Saussure grafica la importancia que tienen los textos escritos. Aunque la apreciación que realiza Saussure es esencialmente medial, es decir, los textos no son un fin en sí mismo para lingüística, son un medio para acceder al conocimiento de otros idiomas más lejanos. Por otro lado, según Saussure el lingüista: “(…) [hace] la historia de las familias de lenguas y [reconstruye] en lo posible las lenguas madres de cada familia (…)” (34). Con esta cita, Saussure quiere decirnos que el lingüista es el curioso/a que interroga vivamente a las lenguas: es un “historiador/a” de ellas por antonomasia, las recuerda trazando genealogías que auscultan una compleja e intrincada relación que las define. Dice Saussure que es el que: “[busca] las fuerzas que intervengan de manera permanente y universal en todas las lenguas, y [saca] las leyes generales a que se puedan reducir todos los fenómenos particulares de la historia” (34) y: “[se deslinda] y define ella misma” (34). De acuerdo a esta cita, el lingüista es el que tiene fuerza y voz de legislador sobre el texto escrito: establece leyes que pueden mandar, prohibir o permitir; pues él ha estudiado –como un ´vocatus´- a la lengua en la historia.
Pretende delimitar objeto de estudio, es decir, definir una ciencia.

Propósito fundamental del curso es definir la lingüística como una ciencia, pues antes de esto no hay nada que explique qué es la lingüística. Debe existir una disciplina que se haga cargo del lenguaje por el lenguaje, no del lenguaje para algo ni de su historia.

Razones que De Saussure considera que el objeto de la lingüística “en ninguna parte se nos ofrece por entero: No se nos ofrece por entero porque: “(…) nos aplicamos a un solo lado de cada problema, con el consiguiente riesgo de no percibir las dualidades (…) o (…) si estudiamos el lenguaje en muchos lados a la vez, el objeto de la lingüística se nos aparece como un montón confuso de cosas heterogéneas y sin trabazón” (37). Esto es muy importante, porque Saussure quiere decir que el objeto de la lingüística tiene como una suerte de dimensión axiológica: elegimos “cargarnos” a un lado, dar ciertos énfasis y, por ende, excluir otros. Y denota una imposibilidad examen holístico y es por eso que, la lingüística nunca se nos ofrecerá por entero. Pero además, Saussure nos comenta una razón de objeto dado por su naturaleza: la lingüística se nos presenta de la manera más árida y poco amigable, casi como un/a enemigo/a que nos ataca de diferentes formas y sin que podamos defendernos. O al menos, sin que podamos encontrar algún tipo de solución, primeramente. Esto último, porque la lingüística no opera con objetos dados. Sin embargo, para subsanar estas dificultades, Saussure sugiere colocar a la lingüística: “(…) como norma de todas las otras manifestaciones del lenguaje” (37), pues: “(…) la lengua parece ser lo único susceptible de definición autónoma y es la que da un punto satisfactorio para el espíritu” (37).

Define tareas de la Lingüística: a) hacer estudios históricos de las lenguas (filología comparada); b) debe ser capaz de extraer reglas universales (no es lingüística de lenguas, sino que debe abarcar todo el lenguaje y sus manifestaciones, pues es el lenguaje su objeto de estudio. Esto porque el lenguaje es universal, general y para todos. Por lo tanto, debe abarcar todas las lenguas, no una en particular), debe ser capaz de sistematizar la reflexión en torno a su objeto de estudio, es decir, sistematizar principios universales y c) debe la lingüística definirse como ciencia autónoma (qué es la lingüística, cuál es su campo, cuál es su objeto, como lo sistematizara metodológicamente, cuál es el cuerpo teórico sobre el que se va a desarrollar, etc.).

Objeto de estudio de la Lingüística es el LENGUAJE: “multiforme y heteróclito; a caballo en diferentes dominios, a la vez físico, fisiológico y psíquico, pertenece además al dominio individual y al dominio social; no se deja clasificar en ninguna de las categorías de los hechos humanos, porque no se sabe cómo desembrollar su unidad”.

a. Multiforme: toma muchas formas (hay muchas lenguas). Es decir, el lenguaje es uno, único y universal para todos el mismo, pero se manifiesta en lenguas particulares que son diferentes formas.
b. Heteróclito: es de naturaleza diversa, es decir, no es posible llevarlo a un solo ámbito, porque pertenece a muchos ámbitos. ¿Dónde ubicamos el lenguaje? Fisiología (aparato fonador), psíquico, físico, social (forma de interacción social), escritura (posee realidad material), es psicológico (formas de estructuración del pensamiento), está en la neurología, en la antropología, en la sociología. Está en todo; se estudia en todo y en ninguno a la vez, porque ninguno lo abarca completamente, porque su naturaleza es compleja, hace referencia a muchos aspectos.
c. Es individual y social: cada uno de nosotros posee lenguaje, es decir es propio de cada uno de los individuos, cada uno de los individuos posee la facultad del lenguaje (puede aprender una lengua y utilizarla: capacidad individual) y es colectivo, porque es común y lo compartimos, es una forma de organización e interacción, nos permite relacionarnos.

Lenguaje y lengua se necesitan, no se puede concebir uno sin el otro. Cada uno de nosotros posee la facultad del lenguaje, ¿pero cómo se aprende la lengua? Por imitación, la lengua se aprende socialmente, tengo la facultad, pero no llegó a mí porque yo la genere individualmente, sino porque la adquiero socialmente.
Lengua y escritura están indisolublemente ligadas, porque según Saussure: “(…) la mayor parte de las lenguas no las conocemos más que por la escritura. Hasta en la lengua materna intervienen los documentos a cada instante” (51). Por lo tanto, la relación que existe entre lengua y escritura es de mímesis: la escritura le copia al lenguaje. Para Saussure: “[l] lengua y escritura son dos sistemas de signos distintos; la única razón de ser del segundo es la de representar al primero (…)” (51) (una razón de representación), [l]a lengua, pues, tiene una tradición oral independiente de la escritura, y fijada de muy distinta manera; pero el prestigio de la forma escrita nos estorba el verla” (52) (una razón de existencia y prestigio). Y además, una razón de mutabilidad, donde Saussure escribe que: “[l]a escritura puede muy bien, en ciertas condiciones, retardar los cambios de la lengua, pero, a la inversa su conservación de ningún modo está comprometida la falta de escritura” (52). Con esto, Saussure quiere decir que la escritura petrifica los cambios de la lengua, pero también, la mantiene. En el fondo, es como una moneda de doble cara.
La lengua no es nomenclatura.
El autor el prestigio de la escritura por:

La perdurabilidad de la imagen gráfica: Escribe Saussure: “[L]a imagen gráfica de las palabras nos impresiona como un objeto permanente y sólido, más propio que el sonido para constituir la unidad de la lengua a través del tiempo” (53).
La visualidad en las imágenes acústicas: Escribe Saussure: “[E]n la mayoría de los individuos las impresiones visuales son más firmes y durables que las acústicas, y por eso se atienen de preferencia a las primeras. La imagen gráfica acaba por imponerse a expensas del sonido” (53).
La lengua en detrimento de la escritura como componente de aprendizaje: Escribe Saussure: “Se acaba por olvidar que se aprende a hablar antes que a escribir, y la relación natural queda invertida” (53).
Disputas entre lengua y ortografía, donde se resta preponderancia a la voz del lingüista: Escribe Saussure: “(…) [E]l lingüista no tiene voz en la disputa, la forma escrita obtiene casi fatalmente el triunfo, porque toda solución que se atenga a ella es más cómoda; la escritura se arroga de esta ventaja una importancia que no tiene derecho” (53).

Lenguaje: sistema estable: posee ciertas reglas que no deben ser alteradas. Inalterable. Es cambiante, pero se reconoce como estable.
CONCLUSIÓN: problema con el objeto de estudio: lenguaje como un todo no se puede conocer completamente ni estudiar (incognoscible) como una unidad, porque es individual y social, porque es estable y cambiante, porque es físico, psicológico y fisiológico, porque pertenece a muchos ámbitos. Por lo tanto, el lenguaje como un todo no es viable de ser estudiado. Si yo trato de hacer eso, caeré en la irregularidad, en la asistematicidad (al haber muchos elementos y muy variados, no lograré sistematizarlos todos). Por lo tanto, lo que se debe hacer es deslindar (recortar), es decir, estudiar solo una parte de él, pero esa parte es esencial, pues permite dar cuenta de lo nuclear o central del lenguaje, que permitirá, en última instancia, explicar qué es el lenguaje.

Al deslindar el objeto de estudio (lenguaje entre lengua y habla), realiza una decisión de orden metodológico: no existe aisladamente lengua y habla, éstos son dos aspectos del lenguaje, es un recorte metodológico.

La lengua: norma de todas las manifestaciones del lenguaje. Por lo tanto, es una abstracción metodológica. Se relaciona con las lenguas particulares, pero es una noción universal, porque es “todas” las lenguas. La De Saussure estudia entonces, porque aquella es la que dará información sobre el lenguaje en su totalidad.
Escoge la lengua y no el habla, porque la lengua permitirá explicar todo lo demás, porque es la porción representativa del lenguaje en su totalidad.
De Saussure reformula el objeto de estudio de la Lingüística (porque el lenguaje no se puede estudiar completamente), diciendo que es la Lengua, pero la lengua entendida como una representación significativa del lenguaje, porque en última instancia es el lenguaje el objeto de estudio de la lingüística. Pero él indica que es la lengua lo que se estudiará porque es sistematizable, ahí se encuentra lo sistemático, ahí es posible establecer reglas generales y no en lo demás. Del lenguaje solo estudiará la lengua, pero tomada como representante del lenguaje en su totalidad, la lengua en tanto posibilidad de estudiar el lenguaje (la lengua da cuenta del lenguaje). Porque es lo suficientemente significativa como para dar cuenta de la naturaleza del lenguaje o lo que es central en él.
El objeto de estudio, en el fondo, aún es el lenguaje, pero se replantea en la lengua, ésta como norma de todas las otras manifestaciones del lenguaje. La lengua da cuenta del lenguaje, éste no se pierde de vista en tanto objeto de estudio. Hace esto, porque necesita un objeto de estudio sistematizable y posible de ser estudiado completamente, la naturaleza del lenguaje es compleja y asistemático, porque es demasiado variado.
LENGUA: es un sistema de signos que conforman una totalidad (sistema: implica relación entre las partes, por lo tanto, si algo pasa en una parte de aquel sistema altera la totalidad del mismo, diferente de un conjunto). Es decir, la lengua es una parte del lenguaje (totalidad).
La lengua es un producto social, es decir, es común a todas las personas, pero también es producto, algo que en comunidad generamos (se crea en la interacción social). A pesar de ser generado por grupos sociales, nosotros lo aprendemos, no nacemos con la lengua, la aprendemos socialmente. La comunidad crea la lengua, es un producto social, pero es un producto social que trasciende al individuo, éste la adquiere, es dada, es impuesta, no es algo que podamos cambiar, no es algo en lo que, como individuos, tengamos injerencia. No cambia a partir de la voluntad individual, pues posee normas e imposiciones que debemos respetar. Pero la lengua sí cambia a nivel grupal, es el uso social el que valida los cambios, no el individual. La lengua pertenece a la masa hablante, es decir, está en todos los hablantes de una lengua y no está en ninguno en particular, en su totalidad (suma de todos los saberes que cada uno de los hablantes tiene sobre la lengua). En este sentido es abstracta, no es real ni concreta, es independiente de los individuos (cabrita, pochoclo o pipoca da igual, porque todas esas denominaciones para el mismo referente son lengua, independiente de quién lo use): la lengua como definición no pertenece al individuo, no es individual, cada uno de nosotros posee una parcela de ella, no la tienen ningún individuo en su totalidad, por lo tanto, está completa a nivel abstracto (masa hablante).
La lengua además es convencional, arbitraria, no es natural, no hay relación de naturalidad entre significado y significante.
Conclusión: Lengua, características esenciales: es un sistema, es social (pertenece a la masa hablante) y es convencional (además es sistemática): todo lo que sea común. Además, es posible anticiparse a ella por ser sistemática y estar sujeta a reglas. Todo lo demás es habla.
HABLA: es asistemática, lo que él llama accidental (no puedo preverla, porque depende de una decisión individual de quien la utilice, depende de muchos factores que no tienen relación con la lengua misma –concentración, descanso, cuánto sé-). Si lo social es la lengua, el habla es individual. Además, el habla hará uso de las convenciones de la lengua, dependerá de la decisión (de la inteligencia) individual que tome una persona de escoger, depende del arbitrio de quien la use, aquí sí opera la voluntad del hablante.
Habla: “acto individual en el que interviene la voluntad y la inteligencia”. Depende de cada uno de nosotros, por eso es accidental y asistemático.

Diagrama resumen Lengua v/s HABLA
saussure-cuadro-finEsquema es de elaboración propia

 

En el lenguaje como hecho social, es decir, en el lenguaje en tanto interacción, ¿dónde ubico la lengua?

En el cerebro de A se produce una asociación entre un concepto y una imagen acústica, “supongamos que un concepto dado desencadena en el cerebro una imagen acústica (…)” (fenómeno psíquico, mental) y mi cerebro da la orden a los órganos de la fonación (ahí parte el segundo momento) para pronunciar las palabras que yo quiero pronunciar (momento psicofisiológico: intermedio, pues es psíquico, pero va hacia lo fisiológico, porque involucra a los órganos de la fonación). Luego, yo digo las palabras que digo y eso se convierte en sonido, que viaja a través del aire hacia el oído de B (tercer momento: fenómeno psíquico); luego desde el oído hacia el cerebro (momento fisicofisiológico); posterior a esto el cerebro recibe esa información y relaciona concepto con imagen acústica nuevamente.

En este esquema y entendiendo que la lengua es un sistema de signos, ¿dónde está la lengua? à Momento psíquico àpor lo tanto, agrega otra característica a la lengua, es psíquica. Todo lo demás es habla, pues solo lo que ocurre a nivel cerebral y la asociación entre imagen acústica y concepto es lengua à y ¿por qué ahí se encuentra la lengua? Porque, ¿cómo es posible que la percepción que hay en la cabeza de A sea la misma que hay en la cabeza de B? Porque es convencional, porque es aprehendida y por lo tanto yo siempre dentro de un sistema a una imagen acústica o a un significante voy a asociar un significado. Esto está dado por la arbitrariedad o por la convencionalidad de la lengua.

La lingüística debe ser parte de una ciencia mayor que estudie los signos, lo que podemos vincular con Peirce, pues el habla de semiótica, De Saussure hablará de semiología, aluden a lo mismo: a la ciencia o disciplina que estudia los signos en la vida social, entendiendo que los signos funcionan en la interacción social.
La lengua es un sistema de signos (reconoce que hay otros sistemas de signos, dentro de la sociedad, pero este sistema es el más importante que tenemos para comunicarnos) y la lingüística se subordinaría a la semiología (por lo tanto, la primera depende de la segunda).
Distinción entre lingüística interna y lingüística externa. Se puede estudiar el lenguaje desde dentro o desde fuera, lo importante es definir desde dónde se explicará la lingüística.
Lo que hace que la lengua cambie es el habla, que queda fuera de la lingüística, es decir el cambio en la lengua se genera en el uso y en la interacción real de los hablantes, en donde pasan cosas que inciden en la conformación del sistema de la lengua, el cambio por tanto no es inmediato, requiere tiempo para que estos fenómenos del uso se conviertan en cambios a nivel de lengua. Hay una interdependencia entre lengua y habla (la división es metodológica, pero en la realidad concreta esa división no existe, pues ambos se necesitan y dependen: no sólo necesito la lengua para expresar mi habla, sino también la lengua se configura y existe porque el habla incide en ella, es a través del habla que la lengua cambia).
La lingüística externa es aquella que toma en cuenta los fenómenos externos que inciden en el lenguaje; sin embargo, la lingüística interna toma en cuenta fenómenos internos de la lingüística que inciden en el lenguaje (ejemplo de ajedrez: da lo mismo qué o de qué sean las piezas, mientras las reglas del juego se mantengan y las fichas cumplan la misma función).
¿Por qué el habla precede a la lengua? à Para De Saussure, estudiar el lenguaje implica dos fases, la primera tiene relación con la lengua, aquella parte social que no guarda relaciones naturales y directas con los individuos que participan dentro del sistema comunicativo. La segunda fase, tiene relación con la parte individual del lenguaje, y la que es contraria a aquella lengua, es decir, el habla. Según el autor, al ser dos elementos en el estudio del lenguaje, ambas establecen relaciones directas con él, pero en el fondo, es irrelevante si sus conexiones son secundarias o esenciales, pues el lenguaje requiere de ambas para operar de la forma en la que lo hace: “la lengua es necesaria para que el habla sea inteligible y produzca todos sus efectos; pero el habla es necesaria para que la lengua se establezca” (46). Esto implica entonces que, desde siempre, el habla precede a la lengua, pues sin ella (y aunque se estudien y clasifiquen como ordenadamente opuestas), la lengua se diluiría en la historia, sin nada concreto a lo que aferrarse la lengua ya habría cambiado o no existiría. En el habla se produce todo lo que modificará el sistema, el habla siempre irá adelante en términos de cambios. El habla va siempre a la vanguardia. Nada puede ser sistema si no ha sido parte del habla. Hay una “relación simbiótica” entre lengua-habla, se necesitan mutuamente. El habla es el motor, lo que nutre, el sistema existe por él.
SIGNO LINGÜÍSTICO: el signo requiere de dos cosas para conformarlo, pero es una unidad à 1) concepto; 2) imagen acústica.

Agrega a este esquema las fechas, que refuerzan la interdependencia e interrelación de las dos caras del signo lingüístico, es decir, si cambia una de estas partes, cambia la unidad completa.
El signo relaciona no es un nombre y una cosa, sino un concepto y una imagen acústica, pero para dejar más explícita la interdependencia de ambos elementos los llama: significado y significante (a razón de que en el étimo de ambas palabras encontramos la noción de “significar”).
CONCEPTO (SIGNIFICADO): es abstracto. Propiedades que hacen que aquello sea eso y no otra cosa: es mental. Los conceptos son distintos en cada lengua. Esto no es el objeto real, es la representación metal de una idea. à tiene que ver con el plano del contenido.
IMAGEN ACÚSTICA (SIGNIFICANTE): es lo fonológico: significante de la palabra lápiz: /l a p i s/. Lo fonológico es distinto de la pronunciación, porque es lo sistemático, lo funcional, la lengua. La pronunciación (habla) /l a p i h’/ puede cambiar. Por lo tanto, el significante es /l a p i s/. Esto no es el sonido real (“cosa puramente física”), a pesar de que se relaciona pues se nutre de él, sino una representación mental del sonido, huella psíquica (el niño no puede decir /m o r a/, pero él tiene la representación mental de la palabra en su cabeza, por lo tanto, distingue cuando el papá dice /m o r a/ o /m o l a/).
Signo lingüístico: unidad con dos caras: significado y significante, ambos en una relación de interdependencia y reciprocidad. Ambos aspectos son de naturaleza psíquica, porque ambos corresponden a representaciones mentales, el significado de los conceptos o ideas y el significante de la expresión sonora de aquellos conceptos.
Ambos, significado y significante son psíquicos.
Características fundamentales del signo lingüístico:
1. Arbitrariedad: es convencional, no hay relación natural entre significado y significante que los vincule (relación arbitraria o inmotivada), es decir, no hay nada del significado árbol que me evoque la palabra /a r b o l/, están relacionados por pura convención (y no por lo natural). Con esto, el autor quiere decir que el signo lingüístico es arbitrario. Por lo tanto, significado y significante están relacionados por una convención, a diferencia de Peirce (quien dice que el símbolo es totalmente arbitrario), De Saussure dice que el símbolo sí tiene algo de naturalidad (de la paz, por ejemplo), pues hay elementos que evocan directamente el significado de estos símbolos. ¿Qué pasa con las onomatopeyas y exclamaciones? También son convenciones, está normada por cada lengua: tratan de imitar el sonido real, pero imitando de acuerdo al sistema fonológico de cada lengua, o sea, tanto onomatopeyas como exclamaciones son diferentes en las distintas lenguas.
2. Lineal: Significa que el signo se da y se desarrolla en la línea del tiempo (los elementos, de naturaleza acústica, se desarrollan en la cadena: unos tras otros). El significante se representa de forma auditiva a través del tiempo por ende : a) «representa una extensión»; b) «esa extensión es mesurable en una sola dimensión (que será lineal)» (95). Este principio es sumamente importante, ya que toda la lengua depende de este hecho, del orden en que se dirán las palabras y del valor que poseen están en cierta posición. La lengua hablada no permite significar más de una cosa simultáneamente, por lo que, siempre van encadenados los signos, uno detrás del otro.

1. Mutable desde el punto de vista diacrónico: Las lenguas cambian en el tiempo, sin embargo este cambio se da a nivel social, no individual.

2. Inmutable desde el punto de vista sincrónico: El signo lingüístico no cambia, porque los hablantes de la comunidad no lo eligen ni pueden cambiarlo o reemplazarlo por otro. La masa hablante está atada a la lengua tal cual es. Por eso, el signo está fuera del alcance de nuestra voluntad: toda sociedad conoce su lengua como un producto proveniente de generaciones anteriores.

De Saussure separa dos puntos de vista que en la época del autor se estaban dando juntas y es la descripción de una lengua y los cambios en esa misma lengua. Según él, hay dos formas de estudiar la lengua: desde una perspectiva sincrónica (en un momento del tiempo, no considerando el transcurrir del tiempo) o desde una perspectiva diacrónica (en el transcurrir del tiempo, a través del tiempo). Con esto, el autor nos indica que la lengua es mutable (cambia) e inmutable (no cambia) a la vez. Para poder entender esto, De Saussure indica que debemos mirarlo desde perspectivas diferentes, es decir, es mutable desde la diacronía y es inmutable desde el punto de vista sincrónico (cuando no consideramos el factor temporal).

Eje sincrónico es el de las simultaneidades ( → ) y el diacrónico el de las sucesiones      ( ↓ ), el primero describe o analiza un estado de la lengua en un momento dado, desde el punto de vista sincrónico el sistema es dado, es un producto que heredamos de las generaciones anteriores, se nos entrega el sistema con reglas preestablecidas, no hay posibilidad de cambio y desde esta perspectiva y tomando en consideración esto se indica que la lengua es inmutable, no es posible introducir cambios en un sistema como este, de manera individual, yo solo no puedo introducirle cambios, debo usarla tal cual me fue heredada. La lengua puede ser inmutable por diferentes razones, primero, el signo es arbitrario, se acepta tal cual y no permite cambio; segundo, porque el sistema es complejo. Por lo tanto, un cambio genera efectos, por lo que no es fácil introducir aquellos cambios; tercero, por la inercia de la masa hablante a toda innovación lingüística, lo que indica que nosotros los hablantes tendemos a mantener las cosas como están. Por el contrario, el eje diacrónico es una sucesión de estados que se relacionan y vislumbra en ellos evolución o cambio y desde este punto de vista la lengua es mutable, cambia, porque la miro a través del tiempo. Hay dos elementos que posibilitan el cambio, primero, el tiempo y, por otro lado, la fuerza social que acepta y posibilita aquel cambio. ¿Naturaleza de la alteración? Pueden ser varias: ejemplos “villano”; “siniestro” [lexical] à desplazamiento del significado y ejemplos arcnea à araña [fonológicos].

¿Dónde se originan los cambios?, ¿cuándo estamos en presencia de un cambio?. En el habla.
Entonces, según De Saussure existen dos ejes, lo que indica que tenemos dos perspectivas de análisis. Sincronía y diacronía son dos perspectivas absolutamente opuestas, no se pueden hacer al mismo tiempo: o se hace lingüística sincrónica o lingüística diacrónica, pero no se pueden hacer las dos cosas a la vez.
Lo sincrónico prevalece sobre lo diacrónico, lo que implica que solo existe lo presente, lo demás pertenece al tiempo, es más abstracto pues vive en nuestra mente, el pasado es memoria y el futuro es proyección, por lo tanto, para los hablantes solo existe lo sincrónico, pues es lo único que tiene realidad. Por lo tanto, prevalece.
La lengua es un sistema, es decir, las unidades que la componen tienen interdependencia entre sí, por lo que un cambio afecta en la totalidad del sistema. Pero dentro del sistema las unidades se definen por su valor. ¿Cómo sé yo que un signo es un signo? Porque posee significado y significante, pero ni el significado ni el significante definen un signo, pues pueden cambiarse. Es decir, no lo vuelve signo el que tenga un determinado significado o un determinado significante, pues puede ser cualquier cosa, podría tener otro significante aquel significado. Entonces, lo que va a definir un signo no es el concepto ni su imagen acústica sino su valor, es decir la relación que va a establecer ese signo con otros.
Valor: lugar que ocupa el signo en el sistema, relaciones que establece.
A raíz de lo anterior reformula definición de lengua. Ya no es un sistema de signos, sino un sistema de valor o, dicho de otra manera, es un sistema de relaciones, no de unidades, porque aquella unidad se concibe como tal en tanto tiene un valor.
Según De Saussure: “la lengua es forma y no sustancia”. Entendiendo sustancia como algo amorfo y no establecido y la forma como un orden o estructura. Lo que quiere decir el autor entonces es que la lengua es forma, orden y estructura, no es materia amorfa. El sistema fonológico es forma, pero los sonidos articulables (vocales) son sustancia (nivel de imagen acústica). A nivel de conceptos pasa lo mismo, los pensamientos son amorfos, son preexistentes a la lengua, nosotros pensamos primero desestructurado y luego (al igual que con las vocales) establecemos un orden. En la lengua hay una materialidad que sirve de soporte a la lengua, el sonido real (del lenguaje hablado), por un lado, y el pensamiento, por otro lado. La forma es una manera de ordenar y clasificar la materia amorfa, tanto en el plano sonoro como en el del pensamiento: nuestro pensamiento no tiene una forma establecida. Por lo tanto, se organiza a través del lenguaje. Si no tuviéramos lenguaje nuestro pensamiento sería amorfo, no habría concepto a nivel mental. Esto se hace presente al poner en contraste distintas lenguas y se da cuenta que no existe una equivalencia exacta. Por ejemplo, en castellano existe para una misma realidad del mundo dos conceptos distintos: pez vivo (pez) y pez muerto (pescado), por el contrario, en inglés, hay un solo concepto para ambos (fish), lo que demuestra que el concepto como noción varia de lengua en lengua para una misma realidad que no varía. Esta idea de forma y sustancia acaba con la idea de esencialidad del signo, porque si la lengua es forma (es estructura, es aquella que pone los límites y ordena estas masas amorfas) ni la materia pensante ni aquello que compone el plano sonoro nos permiten definir lo que es signo, lo relevante es la estructura.

La elección de un fonema entre /b e r r o/ y /p e r r o/ tiene que ver con el valor, la sonoridad del fonema, pues ambos fonemas establecen relaciones de oposición entre sí son opuestos entre sí (no es porque suenen diferentes, porque uno sea sonoro y el otro áfono, etc., se distinguen porque se oponen). Esto se sabe porque cambia el significado de una palabra, por lo tanto, son unidades opuestas. Además, en castellano, podemos encontrar a nivel morfológico: “árbol” / “árboles”; casa/ casas (número) à variantes halomórficas, “camino” / “caminé”/ caminaré (tiempo), “yo” / “me” (función gramatical).
El concepto de valor se define por oposición, existe una relación de signos solidaria, necesito del resto para describirme. O sea, lo que define a un signo es la relación de oposición que tiene con los otros signos y aquella oposición de unidades es el valor. El valor del signo se obtiene por la relación que va a tener con los otros signos dentro del sistema, es decir, el signo no se define ni por su significado ni por su significante, sino por cómo se relaciona con los otros signos.
Para poder comprender otra lengua debo conocer los valores de esa lengua, por eso no existe la traducción literal, porque para poder comunicarme debo comprender el valor de lo que estoy diciendo.
A nivel de lengua la materialidad sonora no importa, lo que importa es la representación mental del sonido (mora – mola).
El valor del signo está dado por cómo se relaciona con otros signos y eso es en última instancia lo que define al signo. Por eso, es que luego reformula la definición de lengua, indicando que es un sistema de valores, porque eso es lo que es el signo: un valor dentro de un sistema. No es una unidad concreta, no tiene realidad, lo que posee es un valor, es decir, ocupa un lugar.
El valor es qué lugar ocupa el signo en un sistema. Los signos poseen una materialidad, pero no es ella la que importa, sino que lo que representa.
El valor está dado dentro del sistema en el que se inserta.
“Los valores son puramente diferenciales [es decir, por oposición] definidos no positivamente por su contenido sino negativamente por sus relaciones con los otros términos del sistema”.
“lo que de idea o de materia fónica hay en un signo, importa menos que lo que hay a su alrededor en los otros signos”, es decir, lo que compone el signo (la materia pensante o sonora) no importa, lo que importa es cómo establecemos los límites, cómo colindan, cómo se relacionan esas estructuras que definimos dentro de la lengua.
2do ejemplo de ajedrez: da lo mismo si cambias las fichas, pues el sistema sigue siendo el mismo, porque el lugar y las relaciones que establecen siguen siendo las mismas.
Lo que el autor expone, finalmente, es que en realidad los signos importan poco, lo que es relevante para él son sus relaciones.
¿Cuáles son aquellas relaciones? Son dos:
Sintagmáticas: son relaciones opositivas que se establecen en la cadena de elementos, es decir, se establecen linealmente. Adquieren su valor al estar en presencia.

Paradigmáticas: son relaciones que se dan simultáneamente y en ausencia (no están juntas en un mismo tiempo y espacio). Son las relaciones de asociación en el lenguaje. Por ejemplo: sinonimia, sinónimos, campos semánticos, campos léxicos, categorías gramaticales.

 

Alfredo Fredericksen

 

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