EN EL MUNDO DE LAS LETRAS, LA PALABRA, LAS IDEAS Y LOS IDEALES
REVISTA LATINOAMERICANA DE ENSAYO FUNDADA EN SANTIAGO DE CHILE EN 1997 | AÑO XXVIII
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El juego derribado: la exploración de opciones culturales en Las cenizas de Izalco de Claribel Alegría.

por Rick Mc Callister
Artículo publicado el 04/05/2008

De acuerdo a las teorías del juego de Jean-François Lyotard, las interacciones humanas se asemejan al ajedrez en que cada intercambio está regido por reglas aceptadas por los actores [1984: 10]. Se puede imaginar un mapa social en forma de tablero con la autoridad ideológica a un lado, el liderazgo práctico al otro lado y el pueblo en el medio, acudiendo a los dictados ideológicos y apelando a las fuerzas de praxis para ayuda y protección. En una sociedad ideal, todos están sujetos a las normas sociales pero en una sociedad elitista no-pragmática, los verdaderos líderes de la sociedad están fuera del juego y por tanto no sufren reveses sino que mangonean las reglas, ideología y praxis para su propio beneficio [Lentriccia 1983].

En todo caso, Lyotard añade que las reglas ni son codificadas ni son iguales para todos. Cada acción es agonística e individualizada [1984: 16]. Así que en vez de la imaginada relación horizontal entre iguales; hay de  necesidad una jerarquía. Debido a la atomización inherente del sistema, cada individuo se encuentra solo frente a instituciones que llevan la máscara de actores individuales. Para la inmensa mayoría no es un juego sino una jugada.

Ya que el único responso permitido es el pétit récit [pequeña narrativa], sólo se puede efectuar cambios dentro del juego a través de los actos irracionales [Deleuze & Guattari 1977] –de ahí Lazarillo y el sinfín de de pícaros: los celebrados anti-héroes de la novela, género por excelencia de producción capitalista.

Este cuadro, tomado a pecho por los neoliberales y anarcocapitalistas como plan prescriptivo para las relaciones sociales del New World Order, sirve más bien como mapa descriptivo de la sociedad basada en la acumulación de riqueza. En su forma más extrema, el ciclo de medidas y contra-medidas esquizofrénicas resulta en un carnaval de antivalores que puede deshacerse en la nomadología, o sea, la agresión desenfrenada. Visto desde esta perspectiva, el capitalismo no tiene contradicciones, sino que, en esencia, es una contradicción de valores sociales [Baudrillard; cit. Readings 170n30].

Gilles Deleuze y Félix Guattari explican que la función nomadológica, en su forma más exagerada, debe su existencia al fracaso o, más bien, desequilibrio de ideología y praxis [1986: 1-3]. La monopolización y siguiente caída del estado o resultan en la individualización completa o el abandono de identidad propia para la del opresor –es decir, el abandono de límites [Virilio; cit. Deleuze & Guattari 1987: 465-56].

Para que el lector tenga una idea del proceso nomadológico desenfrenado dentro de una novela conocidísima, le refiero al primer capítulo de El señor presidente por Miguel Angel Asturias nos presenta exactamente esa visión. De modo bajtiniano, es una parodia de la geografía social, no en forma de pirámide sino en forma de vorágine. Se realiza en la Plaza de Armas o Zócalo (palabra que viene de suqq, “mercado” en árabe). Sus nombres demuestran sus funciones contradictorias: de día es mercado, de noche es escena de una matanza. Por un lado está la catedral, una parodia de la función ideológica, cuyas campanas doblan la misa negra. Por el otro lado está el cuartel, cuyos soldados oprimen al pueblo. Es de noche y en el mercado no hay mercaderes ni clientes, sino gente lumpen sin nombre, oficio, valores ni solidaridad. Sin pasado ni futuro, viven sólo en el presente. Los verdaderos poderes están fuera del juego. Por encima del tablero están los comerciantes, que se especializan en vicios perniciosos. De estilo dantesco, al fondo de la vorágine está el satánico Señor Presidente, el que ejerce la función nomadológica dentro de una anti-sociedad donde ideología y praxis sólo existen como extensiones de su poder. Consiguiente a la individualización totalizadora, el Señor Presidente funciona como la máscara individualizada del sistema y la representación de la monopolización de poder y riqueza.

la infraestructura comercial
(bares y burdeles)

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|                                                    |

la catedral |            la plaza de armas               |            el cuartel

(ideología)                     |            el mercado (de día)            |            (praxis)

función jurídica              |   asilo de los lumpen (de noche)      |            función guerrera

|_____________________________ |

el señor presidente

(máscara individualizada del sistema/
monopolización de riqueza/poder)
función nomadológica

función jurídica:                                                 función guerrera:

la negación de lo intelectual                                la fuerza contra el pueblo

la burla de la legitimidad                                     el poder arbitrario

la atomización social                                           el terror

1. La plaza de armas de Guatemala, El señor presidente

Vista desde esta perspectiva, la visión asturiana no es satírica, es más bien realista. Al igual que las nomadologías, toda sociedad explotadora es por naturaleza demente [Deleuze & Guattari 1977]. Lo carnavalesco no es la sociedad distópica sino nuestra visión utópica de una sociedad ideal. Deleuze y Guattari notan que la geografía social también tiene un eje de demencia con un polo paranoico que representa las preocupaciones de la élite para mantener su poder y riqueza –cueste lo que cueste; y un polo esquizofrénico entre las masas condicionadas a consumir y codiciar hasta abandonar sus instintos solidarios para seguir consumiendo. Sólo desarrollan la conciencia social y rechazan el juego en el momento en que el sistema no puede o no quiere cumplir sus promesas. Los polos de demencia corresponden respectivamente a la dicotomía clásica apolonia/dionisiaca expresada por Nietsche como polos de eros(amor) y thanatos (negación). En la sociedad consumista corresponden al deseo y la negación egoísta. [Deleuze & Guattari 1977, 1986]

eje de la demencia

| la élite

| paranoia

| thanatos, (negación)

|

eje del poder ideología–sociedad–praxis

|

| eros, (amor, deseo, codicia)

| esquizofrenia

| las masas

2. Visión social deleuziano (Anti-Oedipus & Nomadology)

Dentro de la sociedad consumista bien administrada, la élite se da cuenta de que una mínima inversión satisface los deseos de las masas y, por lo consiguiente, se mantienen las tensiones al nivel neurótico. En una sociedad polarizada por extremos de poder y riqueza, la élite, en un ambiente de paranoia, hace todo lo posible de preservar su monopolio hasta que el ciclo esquizofrénico de medidas y contra-medidas irracionales producidas por la contradicción entre promesas ideológicas y praxis egoísta destruya el sistema, dejando una nomadología.

Este uso de geografía deleuziana es evidente en Cenizas de Izalco, por Claribel Alegría con la ayuda de su esposo, el periodista norteamericano Darwin «Bud» Flakoll. Escrita durante el Boom de los años 60, inicialmente recibió poca atención debido al estado de la literatura salvadoreña como littérature mineure. Es una novela arquitectónica que ofrece muchas visiones paralelas y contrastantes de la sociedad salvadoreña. Al nivel más literal, es un recuerdo de Isabel de Rojas por su hija Carmen, quien compara su vida con la de su madre. Pero es también una novela histórica que se realiza durante la matanza de 1932 y los primeros actos de resistencia a la oligarquía. Por la superposición de estructuras, se nota un patrón de relaciones jerárquicas que trasciende generaciones: élite/masas, hombre/mujer, EEUU/El Salvador, así precipitando la primera etapa de una alegoría libertaria.

Igual que Asturias, Alegría comienza su novela con una geografía de poder, enfocada en la Plaza Mayor de Santa Ana. La protagonista, Carmen, regresa a Santa Ana a visitar a su madre enferma que, malafortunadamente, ha muerto antes de su llegada. Al entrar a su ciudad natal, inmediatamente recuerda sus raíces aristocráticas y su juventud entre la oligarquía. Las conversaciones con amigos y familiares sirven como testimonio que corresponde a su clase social. En el funeral, recibe el diario de Frank Wolff, un norteamericano que tuvo amores con su madre.

Ubicada a 10 km del volcán Izalco, Santa Ana es el centro económico de la industria cafetalera del oeste de El Salvador. La plaza tiene un parque que sirve de mercado donde las vendedoras ofrecen pupusas, nances, tamarindos, yuca y vigorón. Está lindada por la Iglesia de Santa Lucía, la sede del poder espiritual, la legitimidad y la ideología, con su estatua de la virgen mártir, la que extiende una bandeja con sus ojos como si fuera un plato de huevos fritos; quizás una representación irónica de la ideología ciega. Frente a la iglesia está el cuartel, símbolo de praxis, bajo el mando del coronel Gutiérrez. Por los otros lados están las casas de la oligarquía, alejada a las mismas normas que gobiernan las masas pero bastante cerca para alterar las reglas a su conveniencia. Al centro de la plaza hay una enorme ceiba, axis mundi de la mitología mesoamericana, cuya fisiología simboliza las conexiones entre la historia (las raíces), el presente (el tronco) y las apiraciones del pueblo (las hojas).

oligarquía eurocéntrica

Encima/fuera del conflicto, «neutra»

habilildad de alterar las reglas a su conveniencia

la casa Rojas

______________________________

|                                                   |

|            la plaza                            |

la iglesia |            el mercado                       |            el cuartel

|            la ceiba/axis mundi           |

|            las masa indígenas           |

|____________________________ |

poder espiritual                                                                poder temporal

legitimidad ideológica                                                       praxis

3. Plaza de Santa Ana, El Salvador
La familia de Carmen consiste en su madre difunta, Isabel Valdés de Rojas, quien pertenecía a la oligarquía agraria; dos hermanos, Alfredo, quien se quedó en Santa Ana, y Ernesto que murió en la infancia; y su padre, Alonso Rojas, nacido en Nicaragua de orígenes humildes, que llegó a ser un médico respetado con una perspectiva liberal burguesa cosmopolita opuesta a la cosmovisión feudal conservadora de la familia de Isabel. Paul, el esposo de Carmen, es un burócrata norteamericano de creencias liberales ubicado en Washington. Esta dicotomía liberal/conservadora recurre como subtexto, sobretodo cada vez que Carmen compara su vida con la de su madre. Paul, como Alonso, es un liberal que sólo puede imaginar la política como un diálogo entre liberales y conservadores. Los comentarios de amigos y familiares agudizan el debate y eventualmente demuestran que es completamente sin sentido.

La diferencia fundamental entre liberales y conservadores, por supuesto, está en su perspectiva hacia el poder y la riqueza. Los conservadores enfatizan el mantenimiento de la propiedad inmóvil mientras que los liberales buscan la acumulación de bienes convertibles. En términos de estrategia, los conservadores suelen acudir a la praxis para dominar a las masas mientras los liberales prefieren contentarlas por la ideología. En Centroamérica, el argumento resultó aun más hueco ya que la economía liberal se limitaba a la producción de materia bruta. Más bien fue un conflicto económico entre productores y comerciantes locales dentro del sistema capitalista global [Ramírez 330-35, Rowe & Schelling 172-73]. De hecho, Gabriel García Márquez notó que la única diferencia entre liberales y conservadores, era que los liberales se levantaban una hora más temprano. Siguiendo a Frank Lentricchia y Paul Virilio, los liberales son esencialmente conservadores más eficaces.

Conservadores                                   Liberales

1. miembros

familia de Isabel                                  Alonso

amigos de Carmen                               Paul

2. origen

santanense                                          extranjera

3. clase social económica

latifundista                                          compradora

productores agrónomos                        profesionales, comerciantes

4. metas

propiedad inmóvil                                 bienes convertibles

5. actitudes

local, hispana                                     cosmopolita

extremista                                         moderada

traditionalista                                     moderna

anti-democrática                                democrática-burguesa

6. estrategia

fuerza (praxis)                                   co-opción (ideología)

4. Comparación de razgos liberales conservadores

Como mujeres, no hay espacio para las preocupaciones de Carmen e Isabel dentro del debate liberal-conservador. Sus esposos liberales, que quieren contentarlas con lujos materiales, son completamente incapaces de entender sus deseos de autonomía. Al transformar a sus esposas de propiedad encadenada a la cocina y la cama en mercancía convertible para ostentar, como buenos burgués sinceramente creen que las han liberado. A Paul y Alonso no se les ocurre de que sus esposas puedan tener deseos de autonomía e igualdad.

Conservador                           Liberal                                    Radical

A. Actitudes ideológicas hacia las masas

control por la fuerza                 co-optación                               autonomía

encerradas                              libre movimiento                       emancipación

propiedad, hacienda                 empleados                                igualdad

B. Actitudes ideológicas hacia la mujer

controlada                              ostentada                                 autonomía

hacienda                                 convertible                              emancipación

purdah, haram mercancía                                igualdad

 

5. Actitudes ideológicas hacia la mujer y las masas
De esta manera, las relaciones entre hombre y mujer corresponden a las entre la clase hegemónica y las masas. Si hay razón en las ideas de Virilio, la subordinación de la mujer puede anteceder la división de clases:

El hombre es el pasajero de la mujer, no sólo durante el embarazo sino también en las relaciones sexuales . . . la mujer es el medio que el hombre ha encontrado para reproducirse, . . . llegar al mundo. En este sentido, la mujer es el primer medio de transporte para la especie [humana], su primer vehículo [157 n2; mi tradicción de la ed. EEUU].

Al principio de 1932, el volcán Izalco ha comenzado a despertarse y los liberales controlan débilmente El Salvador. Acaban de eligir a Arturo Araujo como presidente. De acuerdo a los preceptos liberales, Araujo ha patrocinado elecciones municipales. Debido al espacio crítico creado por la rivalidad liberal/conservadora, los radicales quieren lanzar sus propios candidatos, en vez de acudir a los partidos tradicionales. Gracias a su inmensa popularidad entre las masas es muy posible que la izquierda, bajo el liderazgo de Farabundo Martí, pueda ganar las elecciones. En este momento, los liberales creen que pueden co-optar a las masas mientras los conservadores están convencidos de que hay que aplastar su osadía por la fuerza. La situación de las masas paralela la de las mujeres de la novela –hay que controlarlas o por las promesas (la ideología) o por la fuerza (la praxis). De acuerdo a las teorías de Deleuze y Guattari, el conflicto entre la élite ha producido un desequilibrio entre ideología y praxis que amenaza el sistema. De hecho, poco después el vice-presidente Maximiliano Hernández Martínez encabeza un golpe de estado. Aunque las supersticiones, groserías y crueldades de Hernández Martínez parecen una parodía de la sofisticación del doctor Rojas, en realidad la <<barbarie>> de uno y la <<civilización>> del otro son cara y cruz de una misma moneda de dominación por la élite.

Con la caída de Araujo, el sistema está moribundo, la función ideológica ya ha dejado de funcionar. Los conservadores, sin embargo, mantienen la fachada constitucional. Los liberales, mientras tanto, se retiran a sus casas y formulan excusas, e.g. “cada país tiene el gobierno que merece” [cap. XIII]. Obviamente, les conviene más el régimen militar que la victoria electoral de la izquierda.

Frank Wolff, un periodista norteamericano cuya intuición le ha llevado a un entendimiento empírico de las realidades del sistema opresor al costo de su carrera y de su sano juicio, visita a su amigo Virgil Harris, un misionero norteamericano en Santa Ana, con el próposito de vencer el alcoholismo y escapar del mundo consumista de Los Angeles. Frente a la pobredumbre de El Salvador, Frank comienza a superar su miseria espiritual. Se solidariza con Martí, los izquierdistas y el pueblo salvadoreño. Se da cuenta de que por la primera vez en muchos años le importa la vida.

Después de un puñalazo cuando acompaña a Virgil a tratar de convencerle a un gamonal de quemar unos cerdos infeccionados, el doctor Rojas cura a Frank. En la casa Rojas conoce a Isabel y descubre su inteligencia y sus ganas de una vida libre. Al leer esto en el diario, Carmen descubre que no existía amor entre Isabel y Alonso; de que Isabel se quedaba por el bien de los hijos, aunque adivinaba que se encontrarían atrapados en la misma vida. Carmen nota que Paul, su esposo, es como Alonso, acepta las normas sociales, el materialismo, la política oficial– sin cuestionar nada.

Mientras tanto, los izquierdistas se preparan para protestar el golpe y demandar el poder que hubieran ganado en las elecciones. Antes de que la izquierda pueda organizarse, el gobierno captura y asesina a su líder, Martí. Sus partidarios se levantan espontáneamente contra la oligarquía. Sin preparación ni liderazgo son presa fácil para el ejército. La extremada reacción nomadológica resulta en una matanza de más de 30,000 campesinos.

Paralelo a la abrogación del contrato social por la oligarquía es la aventura de Alonso, y su siguiente hijo ilegítimo. Atraído a Isabel y sensible a sus deseos y necesidades, Frank le ofrece un escape. Tiene amores con ella y la invita a salir para los Estados Unidos con él pero Isabel no está preparada para aceptar la oportunidad. Como Martí, Frank fracasa, pero logra efectuar un cambio de conciencia. Aunque Frank sobrevive, no se sabe más de él.

Se recuerda a Isabel de Rojas en memorias personales y flashbacks. Por el uso de múltiples perspectivas el libro abandona cualquier sentido de autoridad central para dar una visión totalizadora de la sociedad salvadoreña. Los pensamientos y conversaciones de Carmen forman una narración paralela, en que al igual que su madre, toma cuenta de su propia vida y preocupaciones –el papel de la mujer, la validez del matrimonio, la naturaleza truculenta y vacía de la oligarquía. Sobre todo entiende que la consecuencia de no acudir a esas preocupaciones y pretender que haya esperanza cuando no hay discurso equivale al masoquismo [vea Vidal 225]. Sin embargo, el testimonio de Frank le demuestra que existe la posibilidad de cambio.

Como documento histórico, Cenizas de Izalco presenta el gesto de Farabundo Martí y atestigua al asesinato de un gran porcentaje del campesinato salvadoreño por la nomadología. Al destruir un estado basado en la legitimidad, a pesar de sus debilidades, la oligarquía creó un monstruo sin límites, tan devastador como el volcán Izalco en plena erupción, capaz de devorar a todos en su voluntad monopolizadora.

Eso se manifiesta en la masacre de la plaza de Izalco. El ejército, ya  suelto, toma posición por tres lados de la plaza, por el cuarto lado está la cantina –ya no hay mención de iglesia ni cuartel. Las únicas vías de escape consisten en entregarse al ejército (thanatos, negación, paranoia) o entrar a la cantina (eros, deseo, esquizofrenia).

el ejército
_________________________

|            Plaza                      |

la cantina |            las masas               |            el ejército

|            masacre                 |

|_______________________ |

el ejército

Perversión de la legitimidad                                       poder arbitrario

eje de esquizofrenia                                                  eje de paranoia

eros, deseo                                                               thanatos, negación

6. Plaza de Izalco, El Salvador
Los campesinos se habían rendido a las tropas a cambio de una promesa de salvoconducto. El ejército los mató sin piedad. Su abandono de solidaridad los llevó a la muerte anónima y produjo una amarga lección a la sociedad. En cambio, la memoria de Farabundo Martí sigue recordando que sólo por la lucha se gana el cambio.

Cenizas de Izalco afirma el aviso de Hernán Vidal [225] y Fredric Jameson [xx] de que la individualización del posmodernismo y su rechazo del análisis histórico no ofrecen oportunidades de cambio. El argumento de que la interpretación es imposición ignora las realidades históricas del planeta y equivale a un rechazo de cambio social y la posibilidad del progreso [Hopenhayn 99]. Sólo un cuadro basado en la historia común permite la organización necesaria para enfrentar las preocupaciones de la inmensa mayoría.

 

OBRAS CONSULTADAS____________
Alegría, Claribel & Darwin J. Flakoll. Ashes of Izalco (Cenizas de Izalco).Trans. Darwin J. Flakoll. Willimantic CT: Curbstone, 1989.
Asturias, Miguel Angel. El señor presidente. Buenos Aires: Lozada, 1956.
Beverley, John & Marc Zimmerman. Literature and Politics in the Central American Revolutions. Austin: U Texas P, 1990.
Deleuze, Gilles. Dialogues. NY: U Columbia, 1986.
—— The Deleuze Reader. Constantin V. Boundas, ed. NY: Columbia UP, 1993.
—— & Félix Guattari. Anti-Oedipus: Capitalism and Schizophrenia. Trans. Robert Hurley, Mark Seem, & Helen R. Lane. NY: Viking, 1977.
—— Kafka: Toward a Minor Literature. Trans. Dana Polan. Minneapolis: U Minnesota P, 1986.
—— Nomadology: The War Machine. Trans. Brian Massumi. NY: Semiotext(e), 1986.
—— A Thousand Plateaus. Trad. Brian Massumi. U Minn P, 1987.
García Márquez, Gabriel. “Un día de estos.” [cuento]
Harlow, Barbara. «Literatura clandestina: testimonio de prisioneras centroamericanas.» Jorge Román-Lagunas & Rick Mc Callister, eds. La literatura centroamericana como arma cultural. Guatemala: Oscar de León Palacios, 1999.
Hicks, Emily. “Textual Migration. Postmodernism & New Cultural Tendencies in Latin America. San Francisco: SFSU, 1992: 9-27.
Hopenhayn, Martín. «Postmodernism and Neoliberalism in Latin America.»Boundary 2 20: 3 (Fall 1993) 93-109.
Jameson, Fredric. The Political Unconscious. Ithaca: Cornell, 1981.
Lechner, Norbert. “A Disenchantment called Postmodernism.” Boundary 220: 3 (Fall 1993) 122-39.
Lentricchia, Frank. Criticism and Social Change. Chicago: U Chicago P, 1983.
Lyotard, Jean-François. The Postmodern Condition. Trad. Geoff Bennington & Brian Massumi. Minneapolis: U Minnesota P, 1984. (con prólogo de Fredric Jameson)
Ramírez, Sergio. Balcanes y volcanes y otros ensayos y trabajos. (1983) en Las armas del futuro. Managua: Nueva Nicaragua, 1987.
Readings, Bill. Introducing Lyotard: Art and Politics. London: Routledge, 1991.
Rowe, William & Vivian Schelling. Memory & Modernity. London: Verso, 1991.
Rubio, Patricia. «Lectura, recuerdo e identidad en Sobrepunto, de Carmen Naranjo y Cenizas de Izalco, de Claribel Alegría y Darwin Flakoll.» Jorge Román-Lagunas & Rick Mc Callister, eds. La literatura centroamericana como arma cultural. Guatemala: Oscar de León Palacios, 1999.
Ulmer, Gregory L. Applied Grammatology. Baltimore: Johns Hopkins UP, 1985.
Vidal, Hernán. “Postmodernism, Postleftism, Neo-Avant-gardism.” Boundary 2 20: 3 (Fall 1993)
Virilio, Paul. Speed and Politics: An Essay on Dromology. Trans. Semiotext(e) & Mark Polizzotti. NY: Semiotext(e), 1986.
Watkins, Calvert. The American Heritage Dictionary of Indo-European Roots.Boston: Houghton, 1985.
Zimmerman, Marc. “Tropicalizing Hegemony in Latin America: Transculturations, Fatal Attractions, Neo-Colonial Capitulations and Postmodern Tendencies.” Postmodernism & New Cultural Tendencies in Latin America. San Francisco: SFSU, 1992: 69-89.

 

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