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La construcción de verdad en la novela Dom Casmurro,
de Machado de Assis

por María Elvira Luna Escudero-Alie
Artículo publicado el 09/01/2025

«Sabemos que no el desocupado jardinero Adán,
sino el Diablo -esa pifiadora culebra, ese inventor de la equivocación
y de la aventura,
ese carezo del azar, ese eclipse de ángel- fue el que bautizó las cosas del mundo.
Sabemos que el lenguaje es como la luna y tiene su hemisferio de sombra.»
(Borges Jorge Luis, El idioma de los argentinos. p.182)
«Las lenguas son en último término, simplificaciones de una realidad que
siempre las rebasa, y sólo pueden justificarse con un fin práctico».
(Borges, Inquisiciones. p. 65-66)

 

Resumen
Machado de Assis, escritor brasilero, nos presenta en su novela Dom Casmurro (1900) la oportunidad de reflexionar sobre la verdad y sus muchas y caprichosas posibilidades. Tenemos también la opción de meditar acerca del mundo de las apariencias que suele distorsionar e incluso anular lo que creíamos como verdad apodíctica. La novela está narrada desde la perspectiva de Bentinho (Dom Casmurro), la cual está teñida de una visión semejante a la del “Otelo” de Shakespeare.

El escritor brasilero Joaquim Machado de Assis (1839-1908) nos ofrece en Dom Casmurro (1900), una novela exquisita, y plena de sorpresas, de ironía, y donde las cosas no son lo que parecen.
Dom Casmurro o Bentinho, es quien nos narra su propia historia desde el otro lado de la vida. De niño se enamora de una vecina: la simpática y excelente estratega Capitolina, o Capitú, pero su madre viuda: Gloria, quiere cumplir la promesa hecha a Dios: hacer de su hijo un sacerdote. Un amigo de la familia (de la madre de Bentinho, Gloria, del tío Cosme, de la prima Justina) José Dias, ayuda (por razones personales en medio de las cuales los sueños de viajar a Europa; el cálculo y la ambición se dan la mano) a Bentinho a retirarse del seminario, a luego irse a estudiar al extranjero, para finalmente casarse con Capitú.

En el seminario Bentinho se hace muy amigo de Escobar quien muere en un accidente, y en su velorio, al ver el dolor reflejado en el rostro de su esposa, Bentinho empieza a sospechar e imaginar que Capitú y Escobar habían sido amantes. Incluso llega a creer que el hijo que tienen, o creía que tenían, él y su esposa Capitú, puede ser en realidad, hijo de Escobar y Capitú. Sus sospechas se acrecientan y su vida se convierte en un infierno. Finalmente se separa de Capitú, a quien manda a vivir a Europa, y el anonadado lector se queda con tantas pistas para creer en la fidelidad de Capitú como en su engaño.

La construcción de la verdad en Dom Casmurro se ofrece desde distintos niveles y ángulos. Capitú por ejemplo, es una maestra del disimulo, con su rostro y sonrisa inocentes envuelve a todos los incautos. Ella es capaz de disimular frente a sus padres y a esconder su amor por Bentinho, como si tal cosa. Capitú también tiene la astucia suficiente como para diseñar un plan estratégico que tiene como finalidad lograr que Gloria, la madre de Bentinho, y que el padre de Capitú, acepten su matrimonio con Bentinho.

Capitú se convierte entonces en la hija que Gloria nunca tuvo y se vuelve tan solícita y amable con ella que luego será la misma Gloria quien se irá convenciendo de «la verdad» que Capitú ha ido tejiendo a su lado; que no podría haber ninguna mujer mejor en el mundo que la propia Capitú para ser la esposa de su único hijo.

El amigo de la familia José Dias, también hace gala de sus artes de manipulación y logrará asímismo que sus objetivos se lleven a cabo. A través de una serie de engaños y mentiras bien intencionadas, irá preparando el camino para que Bentinho pueda salir del seminario, sin que Gloria sienta que ha incumplido su promesa celestial. José Dias logrará plasmar su estrategia paulatinamente y con la astucia de un ajedrecista avezado; él irá tejiendo el hilo de Ariadna para guiar los pasos de Bentinho hacia sus deseados objetivos.

En el caso de Capitú y José Dias, la construcción de la verdad es una especie de comodín maleable que sirve para conseguir objetivos muy concretos. La verdad es relativa, como la verdad de los sofistas, si se quiere, y si bien es fruto del cálculo y la estrategia, se puede justificar, tomando en cuenta que de lo que se trata en última instancia, es de servir a una «verdad» mayor, o más real; la del verdadero amor, la verdad de los sentimientos.

Cuando Bentinho duda de su mujer y de su mejor amigo, está de alguna manera cometiendo una «hamartía«, como dirían los griegos, pues está dudando de lo que se supone es lo fundamental en su vida; está poniendo en tela de juicio su propia identidad. Pues, si Bentinho no es el hombre que ama a Capitú, y el amigo entrañable de Escobar, ¿quién es entonces? Dicho de otra manera, si Bentinho duda de la validez del amor y de la amistad, ¿qué le queda en la vida?

La construcción de la verdad/mentira en el caso de Bentinho, socava sus horizontes de mundo al quitarle su razón de vivir, su identidad como ser que ama y se cree correspondido. Esta verdad que Bentinho se ha inventado y de la cual no está tampoco muy seguro, lo arroja al territorio de la duda existencial, al infierno de los celos, la envidia y las suposiciones; a nada menos que al ámbito feroz de la tortura de imaginarse doblemente burlado y traicionado. Cuando Escobar muere, Bentinho también muere porque deja de ser quien era para convertirse en esa sombra que duda, culpa, odia, sufre, y por lo tanto: ya no vive más.

Bentinho padece como los héroes y anti-héroes de Fedor Dostovieski, que son esclavos de sus temores y de sus circunstancias. Bentinho combate contra sí mismo, presa de la ironía trágica, como el inolvidable Áyax de Sófocles cuando se supo burlado, e imaginó fantasmas sobre los que dirigir su furia, y vengar su honor que creía mancillado.

Machado de Assis es sumamente importante en la literatura brasilera porque aportó, a través de sus obras, una percepción psicológica hasta entonces desconocida. Es obvio que a Machado de Assis le preocupa mucho la condición humana, y también es cierto que su visión de la vida es determinista.

Su preocupación por la condición humana es de hecho otro gran aporte de su literatura, así como esa dosis de ironía y humor, en general, que caracteriza su estilo. Cabe destacar también que la construcción de la verdad en las obras de Machado de Assis, abrirá nuevas puertas y ventanas ignotas hasta entonces para los escritores brasileros. De esta manera ampliará nuevos horizontes literarios hasta entonces vedados para sus compatriotas.

María Elvira Luna Escudero-Alie
Artículo publicado el 09/01/2025
elviraluna@msn.com

Bibliografía
Machado de Assis, Joaquim. Dom Casmurro, a novel; translated and with an introduction by Helen Caldwell. Imprint Berkeley, University of California Press, 1966

 

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