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Poemas y Documentos Anticlericales en la literatura medieval inglesa.

por José Antonio Alonso
Artículo publicado el 20/07/2006

Durante la Edad Media se alzaron en toda Inglaterra fuertes y virulentas voces contra la actuación poco ortodoxa de los frailes y sus diferentes órdenes religiosas, contra los lolardos, los seguidores de John Wyclif y el Papado en general. Los escritores que atacaban el proceder de tales órdenes religiosas eran con frecuencia clérigos que habían tomado conciencia de las incongruencias e irregularidades éticas y morales existentes en tales comunidades religiosas, las cuales, lejos de promover los ideales y principios cristianos, ejemplificarlos y hacerlos prevalecer en ellas como una forma sistemática y monacal de regir sus vidas, los rechazaban y se mostraban contrarios a ellos por propia comodidad y conveniencia. La corrupción de tales órdenes religiosas con su ausencia manifiesta de caridad cristiana, su ansia y afán de riquezas, y su frecuente intromisión en asuntos de estado despertaron las iras y burlas satíricas de muchos escritores epigramáticos del medioevo inglés. Muchos de éstos dejaron constancia en sus escritos, de manera anónima, de la falta de coherencia entre lo que predicaban tales órdenes religiosas, con sus frecuentes demostraciones externas de beatitud, devoción, caridad, pobreza, castidad, y humildad, y su forma sórdida y abyecta de vivir deseando el lujo, la vanagloria, la fama, la pompa, el boato, la buena comida, y la fornicación. Sin embargo, la literatura medieval inglesa de naturaleza anticlerical procede de una series de escritos latinos de los siglos XI y XII respectivamente. Algunos de los escritores que dejaron sentir el influjo latino fueron Pedro Damián, Benzo de Alba, Serlo de Wilton, Bernardo de Morval, Walter Map, Hugo de Orleáns, Walter de Châtillon, el poeta de Colonia, Gerald de Gales, Nigel Wireken y el autor de la obra «El Apocalipsis de Golias». La literatura anticlerical en Inglaterra también prorrumpió con fuerza motivada por las disputas viscerales que solían producirse entre profesores laicos y los frailes mendicantes en la universidad de Paris a mediados del siglo XIII. Los académicos laicos veían con malos ojos la creciente influencia que comenzaban a gozar a la sazón las órdenes religiosas en la universidad. Algunas obras como De periculis novissorum temporum de Guillermo de St. Amour escrita en el año 1256 dio comienzo a una serie de obras de índole anticlerical.

En esta última obra el autor se refiere a los frailes como anticristos y falsos profetas de los últimos tiempos. A Guillermo de St. Amour le siguió Jean de Menú que utilizó algunos de los motivos anticlericales de aquel en su famosa obra Le Roman de la Rose, así como la relación entre la presencia de tales frailes y una visión profética y apocalíptica del fin del mundo. La finalidad de estas obras era dual: por un lado pretendían establecer una fuerte sátira sobre la forma de vida de tales órdenes religiosas, y por otro, tratar de llevar a cabo una profunda reforma en ellas siguiendo los auténticos principios cristianos, un deseo muy arraigado entre los clérigos reformistas de los siglos XI y XII. Escritores como Geoffrey Chaucer no escaparon en el siglo XIV a la tentación de mostrar un cuadro singular y variopinto pintado a partir de modelos eclesiásticos que tenían como trasfondo algunas de estas concepciones sustentadas en tradiciones y obras anteriores como «The Apocalypse of Golias». En su obra cumbre «The Canterbury Tales» abundan personajes religiosos como el fraile Huberd, una priora que vive en la corte, un monje lascivo, un clérigo y un párroco. Los escritores anticlericales de los siglos XIII y XIV utilizaron la sátira y el lamento o la queja para atacar a las órdenes religiosas, a veces combinando un estilo abierto y franco con un estilo lleno de símbolos y alegorías. Una de las obras más notorias aparece en el Manuscrito Harley 2253 en forma de poema y que hace referencia a una orden religiosa denominada «La Orden de la Placentera Comodidad» (The Order of Fair Ease) y que tiene como reglas de vida las comidas frecuentes y copiosas, la bebida (a la usanza de la orden de los hospitalarios), tres comidas diarias ( a la usanza de los canónigos regulares), las borracheras constantes (a la usanza de los benedictinos), a confraternizar con las monjas ( a las usanza de los canónigos seglares), a la «práctica oracional» en el suelo y en celdas privadas ( a la usanza de los cistercienses), a los lujosos alojamientos cuando era menester viajar (a la usanza de los frailes franciscanos), a montar a caballo (a la usanza de los dominicos), y a los bienes materiales ( a la usanza de los agustinos). «La Orden de la Placentera Comodidad» tomó para sí el tono esencial del obispo Golias y dio lugar a otro afamado poema del Manuscrito Harley 913 fols. 3r-6v llamado The Land of Cokaygne (La Tierra de Cokaygne) y que posee un tono anticlerical muy elevado no exento de comicidad y cierto erotismo. Otro texto de gran importancia dentro de los anales de la historia de la literatura medieval inglesa anticlerical corresponde al poema que lleva el siguiente título en inglés medio «Preste, ne monke, ne yit chanoun» (Ni sacerdote, ni monje, ni tampoco canónigo) perteneciente al Manuscrito Cleopatra B, ii folios 63v-65r, índice 2777 datado en el año 1382 conservado en la biblioteca Británica en la actualidad. La rima del poema corresponde a la estructura aaabcccbdede de 180 versos semi-aliterativos.

El texto presenta un cuadro descriptivo de las órdenes mendicantes a los que se tilda de buhoneros vagabundos y las relaciona con las cuatro órdenes de Caín: los carmelitas, los agustinos, los jacobinos (dominicos) y frailes menores. Pero este no es el único poema que recoge este manuscrito (fol.65v), existe otro que lleva por título en inglés medio «Of thes Frer Mynours me thenkes moch wonder» y que corresponde a la misma fecha que el anterior. Consta de 42 versos de rima semialiterativa con la siguiente estructura aaaabb. En el se ataca especialmente a las orden de los franciscanos por exagerar un ferviente deseo de piedad que raya en la hipocresía y falsa beatería. Dignos de mención son también dos poemas de naturaleza anticlerical que recogen el Manuscrito 195 (fol. 1v y 1v-2r) del St. John College de Cambridge. Uno lleva por título «Thou That Sellest the Worde of God» y se reparte en 3 estrofas que constan de 6 versos cada una que riman en aabccb; y el segundo poema se llama «Allas, what schul we freris do», que posee 9 estrofas que constan de 4 versos que riman en abab. En el primer poema, el autor (anónimo como en la mayoría de este tipo de textos) ataca a todos los clérigos que se dedican a vender la palabra de Dios y los insta a que hagan acto de presencia sólo cuando se les llame. Otro poema de similares características lo encontramos en el Manuscrito 1148 fol. 58 v que se encuentra en el Trinity Collage de Cambridge y lleva por título «Freers, freers, wo ye be, ministri malorum». El texto corresponde al año 1490 aproximadamente y consta de 42 versos compuestos en un estilo macarrónico y satírico. Sin imponerse ningún tipo de censura en sus críticas, el autor no solamente trata de dejar clara la maldad en las acciones que los religiosos llevan a cabo, sino va más lejos afirmando que los frailes han heredado del mismo Lucifer los siete pecados capitales cuando se produjo la caída de los ángeles rebeldes y por lo tanto, continua el autor, su única misión en la vida no es sino engañar, estafar a las buenas gentes y tomar de ellas todo lo que puedan para satisfacer su codicia de bienes materiales y su lujuria desenfrenada. No hay que olvidar tampoco la influencia que ejerció John Wyclif en numerosos seguidores lolardos que hallaron en las doctrinas del reformador inglés el medio ideal para tratar de llevar a cabo cambios sustanciales en el seno de la iglesia católica. John Wyclif sacó a la luz temas (hasta entonces intocables) referentes a las prebendas de la iglesia, los privilegios del papado y de la iglesia jerárquica, y temas dogmáticos y teológicos relacionados con la transubstanciación. Su voz contraria a los abusos eclesiásticos se dejó oír en Inglaterra durante mucho tiempo a pesar de los continuos intentos por parte de las altas jerarquías eclesiásticas por acallar su voz. Uno se sus más fervientes protectores fue John de Gaunt que trató siempre de defenderlo de las acusaciones vertidas de algunos de esos prelados influyentes.

Además, de insigne pensador y teólogo, John Wyclif fue maestro de notables hombres de la talla de Nicholas Hereford, John Aston, Philip Repyngdon, y John Purvey. Con mucha valentía John Wyclif supo rebatir los argumentos a favor de los señoríos y dominios esgrimidos por altos dignatarios eclesiásticos como Richard FitzRalph, arzobispo de Armagh y autor de De paupertate Salvatoris de 1356 y de Defensio curatorum de 1357. Wyclif abogaba, además, por desligarse de la iglesia de Roma, y era contrario al celibato, a la consagración de los objetos físicos, a las misas en honor de los muertos, a las peregrinaciones y a la veneración de las imágenes, considerando a los prelados y al mismo Papa de Roma, como agentes de Satán. Con la aparición de la doctrina de Wyclif y sus seguidores también nació en término «lolardo», del inglés lollard (Lat. lollardus) y que podría derivar del holandés lollaert, es decir, murmurador de oraciones. Sin embargo, es de destacar el hecho de que algunos escritores medievales confundieron a propósito el término lollard con loller (vagadundo, perezoso, ocioso) y en ocasiones con el término latino lolia (cizaña, mala hierba). Tal fue la influencia que ejerció Wyclif entre las clases más desprotegidas como los campesinos (a los que se sometía con frecuencia con fuertes impuestos destinados a sufragar guerras contra Francia) que sus ideas sirvieron también para estimular fuertes protestas entre ellos, algunas de las cuales derivaron en la Rebelión de los Campesinos de 1381 (aunque nunca quedó demostrada la participación directa de Wyclif en los hechos). En 1382, los detractores y enemigos de John Wyclif, inducidos por William Courtenay, arzobispo de Canterbury, condenaron en el concejo de Blackfriars diez propuestas de Wyclif al considerarse heréticas y cuatro por considerarse erróneas. No obstante, las doctrinas lolardas gozaron de gran popularidad en Inglaterra y en el parlamento hasta 1414-15. La iglesia jerárquica, ante esto y viendo que se ponía en peligro sus privilegios tradicionales, decidió apoyarse en el edicto De haeretico comburendo que permitía a partir del año 1401 la quema en la hoguera de aquellos que atentaran contra los privilegios de la iglesia, acusándoselos de herejes. Y en 1409 el arzobispo Tomás Arundel sacó a la luz sus Constituciones que prohibía la posesión o lectura de traducciones de textos religiosos no autorizados así como predicar en inglés sin licencia. Tales normativas estuvieron en vigor hasta 1529. Un importante caballero lolardo, admirador de John Wyclif, Sir John Oldcastle trató de incitar un levantamiento contra el rey Enrique V en enero de 1414. Esto hizo que aumentara la persecución de los lolardos por parte de las autoridades eclesiásticas y estatales. Esta circunstancia histórica dio pie a la gestación de algunos textos como «Lo, He That Can Be Cristes Clerc». La llamada Biblia de Wyclif es la primera Biblia en lengua inglesa que se conoce y una obra llena de sacrificio y valentía llevada a cabo en circunstancias muy difíciles. Se desconoce quienes fueron los traductores de tan magno y vasto trabajo, aunque se cree que podrían haber sido algunos discípulos de John Wyclif como Nicholas Hereford, William Middleworth, John Purvey y John Trevisa. La idea central de traducir la Biblia al inglés era acercar sus contenidos a hombres y mujeres laicas, idea esta recogida en los poemas «Allas, What Schul We Freris Do» y «Lo, He That Can Be Cristes Clerc»).

The Lanterne of Light es un tratado anónimo sobre la naturaleza del anticristo que data de principios del siglo XV y es uno de los testimonios lolardos escritos más importantes y condenados por las autoridades eclesiásticas católicas del momento como Henry Chichele, arzobispo de Canterbury.
Otros textos anticlericales, o con contenidos anticlericales y políticos dignos de mención son:

· The Layman´s complaint
· Freers, freers, wo ye be
· Why can´t I be a nun
· Epistola Jesu Christi ad Prelatos
· Epistola Luciferi ad cleros de Peter Ceffons de Clairvaux
· Piers Plowman de William Langland
· Piers the plowman´s crede
· Of thes frer mynours
· Chaucer´s plowman
· Friar Daw´s reply
· God spede the plow
· Interludium de clerico et puella
· Dame Sirith
· John Ball´s sermón theme
· On the times
· The letter of John Ball
· The plowman´s tale
· The simonie
· Song of the husbandman
· Tax has tenet us alle
· There is a busch that is forgrowe
· Truthe, reste, and Pes
· When Rome is removed
· Of weddid men and wifis and of here children also de John Wyclif?

Estos textos, a pesar de sus diferencias formales y estilísticas, poseen unas características comunes:

• Son textos de corte anticlerical, es decir, denuncian, critican, ironizan o satirizan sobre el papel de las órdenes religiosas; papel que se desvía de la norma tradicional que debería caracterizarlos y de la que no manifiestan signos externos evidentes, como caridad, humildad, devoción sincera, generosidad, sencillez, sinceridad, castidad, continencia, etc sino mezquindad, gula, perfidia, maldad, soberbia, afán de poder, afán de riqueza, rencor, inquina, lujuria, gula, y pereza.· Poseen un estilo directo, accesible en términos lingüísticos y semánticos.
• Poseen un estilo epigramático o irónico.
• Los protagonistas son clérigos corruptos y corruptores.
• Los malhechores son los clérigos o frailes, y las víctimas campesinos o siervos de la gleba.
• El ejemplo de caridad cristiana suele ser ofrecido por las clases de menor poder adquisitivo, como los campesinos.
• Los clérigos aparecen como detentadores no solo de poder, sino del conocimiento, lo que impide que se propague entre las clases bajas, la transmisión de las sagradas escrituras.
• Suelen ser textos anónimos escritos por lolardos, seguidores de Wyclif o clérigos disconformes con la política jerárquica de la iglesia y deseosos de llevar a cabo reformas en su seno.
• Son textos de denuncia social y política, además de religiosa.
• Se presentan más como textos divulgativos e informativos que literarios, a pesar de su apariencia formal y externa como tales.
• La lengua que se utiliza para escribirlos en el inglés medio, aunque en ocasiones se entremezcla con un latín macarrónico y pobre que sirve para resaltar el carácter de predicación que caracteriza a los frailes (considerados muchas veces como hombres ignorantes).
• A pesar de la gravedad de la denuncia que los textos llevan implícitos, los textos no están exentos de cierta comicidad y entretenimiento.
• En algunos poemas se produce la alternancia entre el estilo directo e indirecto, fórmula esta empleada por el autor para hacer más ágil y ameno el propio texto.
• Los textos suelen incorporar citas o referencias bíblicas a sus textos.
• A menudo los textos amalgaman la cuestión religiosa con el aspecto social y político.
• No son textos ficticios al estar basando en una realidad contextual y circunstancial mediata.
• Algunos textos están contados en primera persona, para que la relación entre lector u oyente, y personaje-protagonista central diegético resulte más estrecha, viva y cercana.
• Pueden decirse que son postmodernos desde el enfoque temporal debido a su temática y a la forma de abordarla. Los textos dan fe de una crisis interna gravísima en el seno de la iglesia tal y como está ocurriendo en la época actual en la que abundan las disputas frecuentes entre los sectores más conservadores de la iglesia y los que defienden la imperiosa necesidad de reformas en torno a su simbología, temática, ideología, y modos de actuación teológicos.

Merece la pena ofrecer el siguiente fragmento de «Allas, What Schul We Freris Do (título en inglés medio)

Allas, What Schul We Freris Do (Ay, Qué vamos a hacer los frailes)

Texto escrito en ingles medieval
Allas, what schul we freris do
Now lewed men kun Holy Writ?
Alle abowte whire I goThei aposen me of it.

Ay, ¿Qué vamos a hacer los frailes ahora que los laicos conocen las sagradas escrituras? Allí a donde voy discuten conmigo de ellas.

Then wondrith me that it is so,
How lewed men kan alle wite.
Sertenly we be undo
But if we mo amende it.

Me pregunto la razón por la que ahora los seglares las conocen. En verdad que estaremos perdidos a menos que pongamos remedio a esta situación.

I trowe the devel browght it aboute
To write the Gospel in Englishe;
For lewed men ben nowe so stowt
That thei geven us neyther fleche ne fishe.

Estoy seguro de que fue el mismo Diablo quien hizo que se escribiera el evangelio en inglés, pues ahora los laicos se han vuelto tan arrogantes que no nos dan ni carne ni pescado.

When I come in-to a schope
For to say In principio,
Thei bidine me «goo forth lewed poppe,»
And worche and win my silver so.

Pues cuando entro en alguna tienda y comienzo a decir «In principio», me llaman clérigo ignorante y me dicen que me vaya, y trabaje y me gane mi propio sustento.

Yif I saie hit longoth not
For prestis to worche where thei go,
Thei leggen for hem Holy
WritAnd sein that Seint Polle did soo.

Si yo les digo que no resulta apropiado que los clérigos trabajen allí donde vayan, utilizan las sagradas escrituras para decir que San Pablo sí lo hizo.

Than thei loken on my nabete,
And sein, «Forsothe withoutton othes,
Whether it be russet, blakk, or white,
It is worthe alle oure werynge clothes.»

Después se ponen a mirar mi hábito y dicen: «Verdaderamente no hay necesidad de jurar que aunque vuestro hábito sea gris, negro o blanco, es mucho mejor que las prendas que nosotros llevamos puestas».

I saye, «I, not for me,
Bot for them that have none.»Thei seyne,
«Thou havist to or thre.
Geven hem that nedith therof oone.»

Entonces yo les digo que yo no pido limosna para mí, sino para aquellos que no tienen nada, y luego me dicen que yo tengo dos o tres hábitos y que debo darlos a quien no tiene vestimenta alguna.

Thus oure disseytis bene aspiede
In this maner and mani moo;
Fewe men bedden us abyde
But hey fast that we were goo.

De esta forma son descubiertos nuestros engaños además de muchas otras tretas. Pocos son los que nos piden que nos quedemos, pues la mayoría nos apresura a que nos quitemos de su vista.

If it goo forthe in this maner,
It wole doen us myche gyle.
Men schul fynde unnethe a frere
In Englonde within a whille.

Si las cosas siguen así, pronto se nos hará mucho daño y apenas quedará fraile alguno en Inglaterra dentro de poco.

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