El presente trabajo intenta establecer una relación intertextual entre el libro «Salmos» del autor y los Salmos Bíblicos.
Este trabajo estudia algunos principios exterioristas como la intertextualidad bíblica y las referencias implícitas a la Teología de la Liberación, que el poeta nicaragüense Ernesto Cardenal establece en su antología Salmos publicada en 1964. De igual forma, se analizan dos voces predominantes en el texto: la voz religiosa, que se manifiesta en la interpelación a un Dios justo que castiga a los opresores y concede justicia a los pobres y explotados; la voz política que se traduce en un rechazo a la sociedad capitalista y en el ideal de conformar una sociedad diferente.
0. INTRODUCCIÓN
La historia cultural de América Latina ha estado marcada desde períodos independentistas, por la intervención de los intelectuales en la vida pública a través de sus escritos, ya sean ensayos, obra poética, narrativa o dramática. Durante el siglo XIX, autores como Sarmiento, Lastarria o Martí, enfocaron su escritura a favor de una causa política que transformara sus naciones. A lo largo del siglo XX, el escritor latinoamericano mantendrá este pensamiento, continuará denunciando un sistema social y político injusto, si embargo, lo hará de acuerdo con nuevas ideologías. De esta manera, durante este periodo comienza a surgir una compenetración entre la literatura y uno de los fenómenos culturales más interesantes de América Latina en el siglo pasado: la Teología de la Liberación.
No obstante, esta intersección entre cristianismo y socialismo que caracteriza a gran parte de la doctrina liberacionista en América Latina, se verá reflejada principalmente en el género lírico. Será la poesía la que aglutine mayormente el vínculo ideológico entre cristianismo y socialismo.
Indiscutiblemente, el nombre más importante de la poesía cristiano-revolucionaria en América Latina, es el del nicaragüense Ernesto Cardenal. Tanto su vida como su poesía constituyen un emblema histórico para Nicaragua y para toda Hispanoamérica. Su vida ha estado marcada por dos revelaciones definitivas que serán fundamentales en el desarrollo de su poesía. La primera, cuando se encuentra a las puertas de su pequeña librería en Managua y ve pasar la caravana estrepitosa que protege al carro del dictador Somoza. Esta visión que penetra profundamente en su interior, le revelará que su misión en la tierra es la de ser religioso, decisión trascendental que nunca le conducirá, sin embargo, a abandonar el mundo y sus exigencias de humanidad y equidad. La segunda, es su encuentro con la revolución, que le permitirá reforzar sus ideales marxistas y luchar para forjar un mundo más justo.
En cuanto a su obra poética, ésta ha estado marcada por sus principios exterioristas, es decir, una poesía que opera como receptora del mundo exterior y que muestra en imágenes el mundo que vemos y palpamos; una poesía abierta a todos los temas y tipos de discurso que rompe límites y convenciones con la poesía canónica, que disuelve los espacios propios de la prosa y del verso y los integra continuamente en sus poemas; una poesía que utiliza un lenguaje claro y sencillo para ir más allá de la escritura poética y penetrar como un dardo certero en la conciencia de la gente.
En el caso de Cardenal, entonces, es difícil distinguir estrictamente entre sus vocaciones de poeta, sacerdote y político. Su poesía, su praxis y sus pensamientos religiosos y políticos se nutren mutuamente. Es lo que se observa en su libro Salmospublicado en 1964. Esta antología ofrece múltiples análisis, sin embargo, la crítica la ha estudiado mayoritariamente en su relación con los salmos bíblicos. Por esta razón, el objetivo de este trabajo es analizar las distintas voces y principios exterioristas que están presentes en el texto para lo cual se parte de las siguientes propuestas: en losSalmos, Cardenal presenta una voz religiosa y política que muchas veces se unen, e integra principios exterioristas que se manifiestan en la relación intertextual que establece con los salmos bíblicos, las referencias a los regimenes dictatoriales y a la Teología de la Liberación.
1. EL EXTERIORISMO
Según Iván Carrasco, Cardenal prefirió elaborar una metalengua —el exteriorismo— a partir de elementos distintos recogidos en diversas tradiciones, momentos históricos y autores, para referirse a un tipo de poesía distinta a la convencional más que como una tendencia artística, una poesía de carácter narrativo, elaborada con los elementos de la vida cotidiana, empírica y no solamente de la intimidad del ser humano como en la lírica anterior, una escritura abierta a todos los temas y tipos de discurso (2004: 130-131).
Básicamente, el exteriorismo corresponde a un paradigma poético cuyos componentes y destinos habitan y se toman del espacio y tiempo que nos circundan, y coexisten con cada uno de nosotros en el universo de nuestra cotidianidad. Como lo define el propio Cardenal:
El exteriorismo no es un ismo ni una escuela literaria. Es una palabra creada en Nicaragua para designar el tipo de poesía que nosotros preferimos. El exteriorismo es la poesía creada con las imágenes del mundo exterior, el mundo que vemos y palpamos, y que es, por lo general, el mundo específico de la poesía. El exteriorismo es la poesía objetiva: narrativa y anecdótica, hecha con los elementos de la vida real y con cosas concretas, con nombres propios y detalles precisos y datos exactos y cifras y hechos y dichos. En fin, es la poesía impura (Quezada 1994: 19-20).
Según Carrasco, la lírica exteriorista de Cardenal, se funda en el principio de que todo puede decirse en poesía y por lo tanto:
Es una escritura de gran amplitud temática y léxica, de sintaxis simple, referencias variadas y complejas, algunas muy claras para que todos las entiendan, otras muy específicas y a veces casi secretas, al alcance de lectores avezados o personas de profunda experiencia de fe, una poesía que pretende incluir todas las cosas, eventos y lenguajes de la vida moderna y primitiva, citadina y monástica, una poesía que participa de la lucha liberadora de los pueblos y denuncia con actitud profética los pecados sociales, institucionalizados, estructurales, de las sociedades de este mundo (2004:131).
La poesía de Cardenal en este sentido, refleja y propugna una determinada ideología que se contrapone al concepto del arte por el arte. El poeta catalogó a su poesía como “impura” ya que ésta es predominantemente narrativa, y evita la condensación metafórica para buscar imágenes concretas, conocidas y cotidianas. La poesía “impura” busca su propio lenguaje: hace uso de un lenguaje claro, accesible y transparente; renuncia a metáforas herméticas y busca imágenes reales del mundo exterior, empleando, con frecuencia un tono coloquial. Tiene un carácter polémico o didáctico, es apelativa y contiene, pues, a nivel léxico, abundancia de apelativos. En su poesía suenan también textos y voces ajenas que integra a manera de collages verbales, en donde pareciera que el autor es un mero compilador que moldea diversos discursos. Como bien señala Carrasco, “la poesía cardenaliana tratará de llevar a la práctica los principios exterioristas, lo que implica transformar el poema moderno mediante el uso de diversas figuras, entre las que sobresalen el coloquialismo, la intertextualidad bíblica y referencial, el prosaísmo, el ritmo versicular y la mutación disciplinaria” (2004: 130).
Cardenal es un poeta que quiere salir de las limitaciones del mundo individual, para entrar en lo social y en la historia, por esta razón, su poesía se caracteriza por un compromiso sociopolítico en donde el poeta da voz a un conjunto de personas concretas, por regla general oprimidos o explotados y denuncia la desigualdad social, la explotación económica y la opresión política. Por eso hay que tener en cuenta no sólo los criterios formales y estéticos de su obra, sino también las circunstancias extrapoéticas que están detrás de una obra ideológica: el lugar geográfico, la situación política y social, el contexto histórico, la vida e ideales del escritor, etc. Sólo de esta manera es posible comprender la entera enunciación poética.
Cardenal posee una fe acérrima en que la sociedad humana es capaz de perfeccionarse y por ello la vida y la obra del poeta-cristiano-revolucionario se deben entender como una lucha diaria por establecer el reino de Dios sobre la tierra; su libro Salmos da testimonio de esta actitud. Su colección de salmos constituye una prolífera combinación de lamentaciones religiosas y crítica de las violencias políticas y ultrajes sociales a través de poemas que valiéndose del estilo bíblico presentan una interpretación moderna de la realidad socio-económica de la región centroamericana, sin que el autor pierda la fe justiciera en el Todopoderoso. Lo que hace Cardenal es crear nuevas versiones contemporáneas de los salmos bíblicos para mostrar las realidades políticas y sociales presentes en su país y en el resto de la región centroamericana. La inclusión de palabras como dictadores, consejos de guerra, exiliados, deportados, fuerzas armadas, prisiones, propaganda, gángster, declaraciones de prensa, conferencias de paz, ametralladoras, sirena de alarma, tanques blindados, etc., nos inserta en un mundo contemporáneo en el que el individuo se confronta con un sinnúmero de estrategias de represión y maquinaria bélica sofisticadas. De esta manera, los Salmos dan testimonio de un poeta que se esfuerza por crear una poesía concreta, comprometida y directa.
La realidad moderna que le permiten al poeta hacer uso de sus principios exterioristas, se manifiesta en los Salmos a través de una voz que da cuenta de la propaganda política y comercial como medio de manipulación, el poder de los opresores y sus partidos políticos, los dictadores, los malos líderes, los ejércitos, los gángster, la propaganda, los medios de comunicación de masas y la guerra. Frente a esta realidad, el poeta eleva un discurso que denuncia la corrupción humana y a la vez, se dirige en forma de protesta ante tanta opresión, a un Dios transparente y justo que ama al pecador, pero que aborrece el pecado. El salmo 5, por ej., que lleva por título “Escucha mi protesta”, recoge estas ideas:
Escucha mis palabras oh Señor
Oye mis gemidos
Escucha mi protesta
porque no eres Tú un Dios amigo de los dictadores
ni partidario de su política
ni te influencia la propaganda
ni estás en sociedad con el gangster
No existe sinceridad en sus discursos
ni en sus declaraciones de prensa
Hablan de paz en sus discursos mientras aumentan su producción de guerra
Hablan de paz en sus Conferencias de Paz
y en secreto se preparan para la guerra
Sus radios mentirosos rugen toda la noche
Sus escritorios están llenos de planes criminales
y expedientes siniestros
Pero Tú me salvarás de sus planes
Hablan con la boca de las ametralladoras
sus lenguas relucientes son las bayonetas… (13).
Este salmo tiene la forma de una oración, un hablar a solas con Dios, en donde el hablante lírico se dirige a su Señor en búsqueda de consuelo y protección. El “yo” poético deposita toda su confianza en un Dios que no es amigo de los dictadores ni partidario de su política. Por el contrario, protege a sus hijos de la conspiración de los opresores. Así como el hablante acusa y denuncia de manera directa los engaños e injusticias de los regimenes dictatoriales, también reclama y exige a ese Dios que le ama y escucha su plegaria: “Castígalos Oh Dios / malogra su política / confunde sus memorandums / impide sus programas…” (14).
Al final del poema, el hablante lírico plantea la condicionalidad de las bendiciones de Dios. Los dictadores merecen el castigo pues conspiran en contra de los débiles, mientras que los que no creen en sus mentiras, campañas publicitarias y políticas, son bendecidos. El poeta además, se apodera de la imagen de la represión (tanques blindados) para diferenciarla con la del poder y amor de Dios, dejando en evidencia la superioridad de la imagen divina: “Al que no cree en la mentira de sus anuncios comerciales / ni en sus campañas publicitarias ni en sus campañas políticas / tú lo bendices / Lo rodeas con tu amor / como con tanques blindados” (14).
En el salmo 11, que se titula “Libértanos tú”, también es posible reconocer los principios exterioristas. Valiéndose de la intertextualidad bíblica y referencial, el poeta utiliza un lenguaje claro y sencillo para apelar nuevamente a Dios, quien es el único que puede proporcionar libertad y paz a los oprimidos. Aquí el poeta se vale de la oración comunitaria para representar en su clamor a todos los que son víctimas de los regímenes dictatoriales. El hablante poético denuncia las mentiras y engaños de las que son víctimas los propios dictadores, reproduce los eslóganes de los opresores que ven en la propaganda un arma de dominación y nos muestra en imágenes, los atropellos reales de los que son víctimas, los que confían en el Señor: “Por todas partes están sus armamentos / Nos rodean sus ametralladoras y sus tanques / Nos insultan los asesinos llenos de condecoraciones / Y los que brindan en sus clubs / mientras nosotros lloramos en tugurios / Los que se pasan la vida en coctail-parties” (21).
En este salmo, es tal la convicción y confianza en el Señor, que el hablante se adelanta a los designios de Dios y nos presenta la libertad que Dios dará a los pobres y explotados. Así como el Señor escucho el clamor de su pueblo Israel frente a la opresión de los egipcios y les proporcionó la libertad, aquí lo hará de la misma forma: “Por la opresión de los pobres / por el gemido de los explotados / ahora mismo me levantaré / dice el Señor / les daré la libertad porque suspiran…” (21).
Cardenal es consciente de las prácticas dictatoriales, de los abusos y atropellos en contra de los explotados, él mismo es víctima de la conspiración y opresión de los dictadores y sus partidos políticos, por ello se da a la gran tarea de alzar la voz por los sin voz, de protestar y clamar a Dios para que les proporcione la libertad y restablezca su reino sobre la tierra. No es extraño, entonces, que el poeta haga referencia a su vida contemplativa y apele a Dios en el salmo 25, para que lo liberte de los partidos políticos: “No me entregues al Partido de los hombres inicuos / Libértame Señor! / Y bendeciré en nuestra comunidad al Señor / en nuestras asambleas” (33).
2. LA INTERTEXTUALIDAD CON LOS SALMOS BÍBLICOS
El propósito de Ernesto Cardenal, de llevar a la práctica en sus poemas los principios exterioristas, implica transformar el poema moderno mediante el uso de diversas figuras, entre las que sobresale la intertextualidad bíblica (Carrasco 2004).
Básicamente, el recurso de la intertextualidad plantea la relación directa de un texto con uno o varios textos más. Podría pensarse así, que a raíz de esta relación intertextual no existiría la creación literaria “pura”, en el sentido de originalidad, ya que cada sujeto que produce un texto, lo hace desde una necesaria vinculación con otros textos, sin embargo, la intertextualidad es un estado necesario del texto, una condición básica. Como humanos recibimos un legado y dialogamos con él. Tejemos nuevos textos con los hilos que recibimos. Como sostiene Julia Kristeva, quien tomó el concepto del crítico y teórico ruso Mijaíl Bajtín, la intertextualidad estaría dada porque:
[…] la palabra (el texto) es un cruce de palabras (de textos) en que se lee al menos otra palabra (texto). En Bajtín, además, esos dos ejes, que denomina respectivamente diálogo y ambivalencia, no aparecen claramente diferenciados. Pero esta falta de rigor es más bien un descubrimiento que es Bajtín el primero en introducir en la teoría literaria: todo texto se construye como mosaico de citas, todo texto es absorción y transformación de otro texto. En lugar de la noción deintersubjetividad se instala la de intertextualidad, y el lenguaje poético se lee al menos como doble (1981: 190).
En los Salmos, el recurso de la intertextualidad está dado porque Cardenal utiliza como texto de base o inspiración, los salmos bíblicos. Éstos son la fuente literaria y religiosa que ha inspirado los Salmos de Ernesto Cardenal. Los Salmos cardenalianos, en este sentido, guardan una relación intertextual obvia y directa con los textos bíblicos. A modo de ejemplo, podemos comparar algunos de los versos del “salmo 1” de La Biblia con el correspondiente “salmo 1” de Cardenal:
Salmo 1, Santa Biblia | Salmo 1, Ernesto Cardenal | |
Bienaventurado el varón que no anduvo en consejo de malos, Ni estuvo en camino de pecadores, Ni en silla de escarnecedores se ha sentado; Sino que en la ley de Jehová está su delicia, Y en su ley medita de día y de noche. Será como árbol plantado junto a corrientes de aguas… |
Bienaventurado el hombre que no sigue las consignas del Partido ni asiste a sus mítines ni se sienta en la mesa con los gangsters ni con los generales en el Consejo de Guerra Bienaventurado el hombre que no espía a su hermano ni delata a su compañero de colegio Bienaventurado el hombre que no lee los anuncios comerciales ni escucha sus radios ni cree en sus slogans Será como un árbol plantado junto a una fuente (9). |
Como se puede observar, ambos textos, guardan una relación de similitud tanto en el nivel estructural, como en el nivel léxico. Pero más aún, es posible también determinar una similitud de sentido. Ambos cumplen una función introductoria, ya que abren la colección de Salmos y presentan brevemente, en forma poética, una ley espiritual que es reiterativa a lo largo de ambos libros: la justicia lleva al éxito, y la injusticia al fracaso. En otras palabras, los que depositan su confianza en los hombres, están condenados al fracaso, mientras que los que confían en Dios, son fructificados.
Ahora bien, que Cardenal haya encontrado justo en los salmos bíblicos un modelo, es muy comprensible tomando en cuenta el proyecto poético del autor, y sus conocimientos teológicos. Los salmos —una poesía de índole claramente religiosa— tienen un carácter colectivo que pocas obras del canon literario secular comparten. Por un lado, los salmos bíblicos forman parte de un material cultural y poético conocido —o por lo menos reconocible como referencia— por una considerable parte de la población del mundo occidental de tradición cristiana. En cierto modo, los salmos tienen un aspecto universal, en el sentido de que su acceso no es limitado a una élite cultural, forman parte una tradición milenaria e integran el libro más difundido a nivel mundial —La Biblia—. Por otro lado, el uso de los salmos también denota su carácter colectivo y participativo. Ocupan un lugar destacado en la liturgia de la sinagoga, y lo mismo ocurre en el ritual cristiano, ya sea católico-romano, ortodoxo oriental, anglicano o evangélico.
La importancia temática de los salmos bíblicos, también es de gran relevancia en la relación intertextual que establece Cardenal. El tema universal del libro de los salmos que es “la gran necesidad del hombre y la provisión divina”, está presente en su poesía. En su trato del tema de la aflicción del hombre y el socorro de Dios, los salmos bíblicos se nutren de la realidad personal y nacional de un pueblo que experimentó muchos dolores y alegrías, frustraciones y satisfacciones; de las reacciones de un pueblo que sintió profundamente el acerbo dolor de sus vicisitudes y se expresó con emocionada libertad. Lo mismo hará Cardenal en sus Salmos, al nutrirse de la realidad social y política, de las humillaciones y explotaciones que enfrenta su pueblo.
Por otra parte, las experiencias y emociones humanas que encierran los salmos bíblicos como el pesar, la desilusión, la enfermedad, la debilidad y la futilidad, pero también la alegría, la satisfacción, el perdón del pecado, el consuelo, la fortaleza y la confianza están presentes en los salmos cardenalianos. Otro elemento que Cardenal toma como base del texto bíblico es la exaltación de Dios como la solución de todos los problemas humanos, como el Todo en todos: nuestra esperanza, nuestra confianza y nuestra fortaleza. El “salmo 4” de Ernesto Cardenal que lleva por título “Óyeme porque te invoco” y que presenta una relación intertextual con el “salmo 4” de la Biblia, nos permite ejemplificar estas similitudes temáticas.
Salmo 4, Santa Biblia | Salmo 4, Ernesto Cardenal | |
Respóndeme cuando clamo, oh Dios de mi justicia. Cuando estaba en angustia, tú me hiciste ensanchar; Ten misericordia de mí, y oye mi oración. ¿Hasta cuándo volveréis mi honra en infamia, Amaréis la vanidad, y buscaréis la mentira? Muchos son los que dicen: ¿Quién nos mostrará el bien? Alza sobre nosotros, oh Jehová, la luz de tu rostro. Tú diste alegría a mi corazónMayor que la de ellos cuando abundaba su grano y su mosto.En paz me acostaré, y asimismo dormiré;Porque solo tú, Jehová, me haces vivir confiado. | Óyeme porque te invoco Dios de mi inocencia Tú me libertarás del campo de concentración ¿Hasta cuándo los líderes seréis insensatos? ¿Hasta cuándo dejaréis de hablar con slogans y de decir pura propaganda? Son muchos los que nos dicen: ¿quién nos librará de sus armas atómica? Haz brillar señor tu faz serena sobre las Bombas Tú le diste a mi corazón una alegría mayor que la del vino que beben en sus fiestas Apenas me acuesto estoy dormido y no tengo pesadillas ni insomnio y no veo los espectros de mis víctimas No necesito Nembutales porque Tú Señor me das seguridad (11). |
En estos textos, está presente la aflicción del hombre que se dirige a Dios en busca de auxilio y que encuentra en él, la plena seguridad. Lo que establece la diferencia, sin embargo, es que Cardenal inscribe su ruego en un contexto fuertemente politizado. Esto queda demostrado a través de las distintas imágenes modernas de represión que nos muestra el poeta (campo de concentración, slogans, propaganda, bombas, etc.). Como plantea Carrasco:
Salmos, uno de los libros más intensos de la poesía hispanoamericana de los 70, toma como base de coherencia de los poemas los respectivos salmos de la Biblia sobre la temática de la opresión y la liberación; la reescritura historiza los venerables textos y los ubica en el ámbito hispanoamericano de los años sesenta-setenta, en que la Revolución Cubana, el Concilio Vaticano II, las declaraciones de las iglesias latinoamericanas y la teología de la liberación inspiraron y dieron fundamento al compromiso de los cristianos en los procesos revolucionarios (2000:10).
En definitiva, a raíz de la universalidad temática y de la popularidad que ofrecen los salmos bíblicos, Cardenal establece intertextos de raíz bíblica en sus poemas, para darles mayor valoración poético-social y en consecuencia a sus principios exterioristas. Al igual que en los salmos bíblicos, Cardenal muestra en imágenes poéticas las aflicciones de su pueblo y a Dios como la solución a todos los problemas humanos. En este sentido, los Salmos de Cardenal tratan de servir como oración comunitaria con fines religiosos y políticos, o sea, se dirigen a un público colectivo que debe reafirmar sus convicciones, tomar conciencia acerca de una situación social injusta y abrazar a Dios y a la revolución como opciones liberadoras. De esta forma, Cardenal armoniza el discurso religioso con el revolucionario, formando así, un nuevo texto: la poesía cristiano-revolucionaria.
Finalmente, así como Cardenal abre esta relación intertextual utilizando como base el primer salmo bíblico, también la culmina inspirándose en el salmo que cierra la colección bíblica. De esta manera, ambos textos culminan con un salmo de alabanza hacia Dios.
Salmo 150, Santa Biblia | Salmo 150, Ernesto Cardenal | |
Alabad a Dios en su santuario; Alabadle en la magnificencia de su firmamento. Alabadle por sus proezas; Alabadle conforme a la muchedumbre de su grandeza. Alabadle a son de bocina; Alabadle con salterio y arpa. Alabadle con pandero y danza; Alabadle con cuerdas y flautas. Alabadle con címbalos resonantes; Alabadle con címbalos de júbilo. Todo lo que respira alabe a JAH. Aleluya. |
Alabad al Señor en el cosmos Su santuario de un radio de 100.000 millones de años luz Alabadle por las estrellas y los espacios inter-estelares alabadle por las galaxias […]Alabadle con el violín y la flauta y con el saxofón alabadle con los clarinetes y el corno con cornetas y trombones con cornetines y trompetas […]Todo lo que respira alabe al Señor toda célula viva Aleluya (67-68) |
En ambos textos, que cierran las colecciones de salmos respectivas, cobra relevancia el sentido etimológico del término Salmos (Psalmói, plural de psalmós, “himnos de alabanza”), ya que, tanto el salmista como Cardenal, invitan a los moradores del cielo y la tierra a que alaben a Dios por su magnificencia. Así como en el salmo bíblico se interpela a alabar al Creador, el salmo cardenaliano constituye una doxología de la colección en donde también se culmina con una exhortación a todos los que respiran a que se unan en un himno universal de alabanza.
3. LA TEOLOGÍA DE LA LIBERACIÓN
En la poesía de Ernesto Cardenal, se conjugan dos voces fundamentales: la de poeta y la de profeta. Cardenal hace de la poesía y la profecía una sola misión, una manera de integrar el arte y el evangelio en donde la fe religiosa se conecta con el deseo de cambios sociales que proporcionen la liberación y justicia para pobres y oprimidos. Tal propósito literario y religioso, está íntimamente vinculado con los pensamientos e ideales de la teología de la liberación en América Latina.
Tras el Concilio Vaticano II (1962-1965), la Iglesia Católica experimenta una gran transformación. Antes del Concilio, la iglesia consideraba que su principal deber en la vida era permanecer en “estado de gracia” y alcanzar el cielo, por ende, los asuntos terrenales eran secundarios o insignificantes. Después del Concilio, la Iglesia Católica acepta modestamente su condición de “peregrina” que camina al lado de la humanidad, por lo tanto, comienza a tener un rol activo en la sociedad, una misión humanizadora y libertadora, para cultivar en la tierra la dignidad humana, la hermandad y la libertad. Precisamente, esta nueva relación entre la Iglesia y el mundo, con una visión mucho más radical respecto a la cuestión social, constituye uno de los aspectos claves en la teología de la liberación en América Latina, que se consolida con la Conferencia de Medellín en 1968.
Gaudium et Spes, probablemente, es uno de los documentos más importantes del concilio para el desarrollo de la teología de la liberación en América Latina. Este documento sostiene que el progreso humano es evidencia del trabajo divino dentro de la historia; afirma que el cristiano necesita una conciencia social y el compromiso de actuar desde ella; plantea que la división del mundo entre países ricos y países pobres es una situación intolerable desde la perspectiva del Concilio; y sugiere que la opresión es, en parte, la causa de la miseria en el Tercer Mundo (Berryman 1989).
Los principios fundamentales del concilio y en especial, los plasmados en este documento, harán eco en la Teología de la Liberación en América Latina, ya que la vida terrenal y sus injusticias cobran una nueva relevancia religiosa, al asumirse, “la opción por los pobres”. De hecho, como sostiene Berryman (1989), la teología de la liberación es una interpretación de la fe cristiana a través de la experiencia de los pobres. Es un intento de leer la Biblia y las doctrinas cristianas fundamentales con los ojos de los pobres. Al mismo tiempo, es un intento por ayudar a los pobres a interpretar su propia fe de una forma nueva. En otras palabras, en el centro de la teología de la liberación hay una espiritualidad, una visión religiosa. Es una experiencia de Dios dentro del sufrimiento y la lucha de los pobres latinoamericanos que ven en el Creador, la única esperanza para terminar con la miseria y las desigualdades sociales.
En síntesis, podríamos decir que la teología de la liberación es en gran medida: una interpretación de la fe cristiana a través del sufrimiento, la lucha y la esperanza de los pobres, una crítica de la sociedad y de las ideologías que la sustentan, una crítica de la actividad de la Iglesia y de los cristianos desde el punto de vista de los pobres.
En los Salmos, el espíritu del Concilio respira a través de la voz profética de Ernesto Cardenal, que se vale de una profunda fe religiosa para contextualizar las desigualdades sociales, injusticias, pobreza y opresión, en la realidad nicaragüense y centroamericana. En el libro, el profeta se convierte en portavoz poético de Dios, pero también de su pueblo que clama frente a la opresión y ruega por una pronta liberación. Por esta razón, el hablante recurre a la oración intercesora para comunicarse con Dios: “Llegue a tus oídos el gemido de los presos / y la oración de los condenados a trabajos forzados / y los condenados a muerte / y la oración en el campo de concentración / Y nosotros / tu pueblo / Te alabaremos eternamente / y te cantaremos / de generación / en generación” (47).
Para Cardenal, al igual que para otros teólogos de su época, a Dios se le encuentra en la lucha del pueblo por la liberación y más aún, en la lucha de la iglesia en contra de la pobreza. De esta forma, los principios liberacionistas en su obra, se manifiestan en imágenes que reproducen el sufrimiento de los oprimidos y a la vez, en una defensa intercesora que encuentra en Dios, la garantía de libertad para prisioneros, pobres, huérfanos, torturados, presos políticos, marginados y, por supuesto, para el propio poeta: “Pero el Señor es mi defensa / Arrojará sobre ellos las balas de ellos mismos / y con su sistema político los aniquilará / los aniquilará el Señor” (50).
Por otra parte, el tratamiento que el poeta hace de Dios en sus poemas, es otro intento de recurrir a los principios de la teología liberacionista. Cardenal define a Dios como el Dios de los pobres, de los explotados, del huérfano y de la viuda. No es el Dios de los dictadores, ni de los ejércitos que reprimen ni de los falsos líderes. Es el Dios omnisciente y omnipotente que rige las naciones y está por sobre todas las cosas del universo, incluso, sobre los dictadores que aparentemente tienen el poder. El salmo 9, que lleva por título “Cantaré Señor tus maravillas”, es un claro ejemplo de estos planteamientos:
Cantaré Señor tus maravillas
Te cantaré Salmos
Porque fueron derrotadas sus Fuerzas Armadas
Los poderosos han caído del poder.
Han quitado sus retratos y sus estatuas
y sus placas de bronce
Borraste para siempre jamás sus nombres
sus nombres ya no figuran en sus diarios
y no los conocerán sino especialista de la historia
Les quitaron sus nombres a las plazas y a las calles
(puestos por ellos mismos) Destruiste su Partido
Pero Tú tienes un gobierno eterno
un gobierno de JUSTICIA
Para gobernar los gobiernos de la Tierra
todos los pueblos
Y eres el defensor de los pobres
Porque Tú recordaste sus asesinatos
y no te olvidas del clamor de los pobres… (17).
En este fragmento, la voz profética de Cardenal avizora un triunfo rotundo frente a los opresores que han flagelado al pueblo nicaragüense y reproduce a través de imágenes cotidianas, la fugacidad de los gobiernos humanos que no pueden sobreponerse a la omnipotencia de Dios. Aunque los poderosos tuvieron su periodo de esplendor y les fue otorgado poder, ahora son despojados de la tierra —el pueblo nicaragüense—, y sólo persistirán en la memoria de los especialistas de historia. Por otra parte, en los últimos versos, el poeta reconoce la magnificencia de Dios y la justicia de su gobierno eterno que rige con rectitud a los pueblos de la tierra, escucha el clamor de los pobres y los defiende. Más adelante, en el mismo poema, el poeta deja en evidencia la presencia divina en el sufrimiento, pues declara que en medio del dolor, Dios socorre a los sufrientes: “Porque tú eres quien gobierna por los siglos eternos / y oyes la oración de los humildes / y el llanto de los huérfanos / y defiendes a los despojados / a los explotados…” (19)
Respecto al tratamiento de la pobreza —eje central de la teología liberacionista—, ésta adquiere en la voz cardenaliana, fundamentalmente, dos dimensiones, que se fundamentan en principios bíblicos: la pobreza material, que debe ser entendida como un mal, como el resultado de la opresión de algunos individuos sobre otros y que constituye una ofensa contra Dios; la pobreza voluntaria, que constituye un acto de amor y liberación, que tiene un valor redentor, ya que, renuncia a las riquezas terrenales y ve en el pobre el “resto fiel” de Israel. Entendida en esta forma, según Gutiérrez (1984), la pobreza nos sitúa en una condición de siervos, se opone al orgullo, a una visión antropocéntrica de la vida; por otra parte, es sinónimo de fe, de abandono y confianza en el Señor. El salmo 130, por ejemplo, nos muestra a un hablante lírico que renuncia a los deleites terrenales y deposita toda su confianza en Dios:
No se ensoberbece Señor mi corazón
Yo no quiero ser millonario
ni ser el Líder ni ser Primer Ministro
Ni aspiro a puestos públicos
ni corro detrás de las condecoraciones
yo no tengo propiedades ni libreta de cheques
y sin Seguro de Vida
estoy seguro.
Como un niño dormido en los brazos de su madre…
Confíe Israel en el Señor
y no en los líderes (61).
En estos versos, Cardenal deja en evidencia su profunda fe y religiosidad, ya que al igual que Moisés en el éxodo bíblico, prefiere unirse al pueblo sufriente de Israel —pobres— y renunciar a los deleites temporales del pecado que le ofrece Egipto —ricos—. El poeta además, implícitamente, critica a quienes anhelan el poder terrenal y descuidan su vida espiritual. Por esta razón, interpela a su pueblo, a confiar en el Señor y no en los líderes.
4. CONCLUSIÓN
“Todo puede decirse e integrarse en poesía”. Frase atípica para los convencionalismos de la poesía tradicional. Sin embargo, en la escritura cardenaliana, cobra especial relevancia. En su obra, el poeta ha sabido armonizar diversas experiencias como sus principios exterioristas, su participación en la lucha revolucionaria contra la dictadura de los Somoza, su conversión y profunda fe religiosa, sus conocimientos de la Teología de la Liberación, su vida monástica contemplativa y su protagonismo en la revolución sandinista. Por esta razón, su poesía se puede abordar desde diferentes ángulos, dependiendo de cuál de sus voces uno elige tratar: Cardenal es poeta, sacerdote y “político”.
Los Salmos, obra que hemos intentado desvelar en sentido profético, nos ofrece precisamente las diversas voces cardenalianas: la voz religiosa, que valiéndose de de la intertextualidad bíblica y de los principios de la Teología de la Liberación, clama a Dios pidiendo socorro frente a la opresión humana; la voz política, que denuncia e invita a sus congéneres a abrazar la revolución como opción liberadora; la voz exteriorista, que nos habla claramente con un lenguaje sencillo, fundado en los salmos bíblicos, de las realidades sociales que afectan nuestra sociedad.
En suma, los Salmos de Ernesto Cardenal, constituyen una poesía de imágenes, técnicas y lenguajes artísticos en donde Dios se nos presenta para decirnos una vez más, que está atento a escuchar nuestro clamor y socorrernos en el día de la angustia.
5 comentarios
Gracias por dar la oportunidad de leer este artículo muy bien escrito que me ayuda en comprender la poesía de Ernesto Cardenal.
Este artículo sobre Salmos del poeta nicaragüense,Ernesto Cardenal, me fascina mucho y me gustaria leer más acerca de la poesía latinoamericana que me hace encantar tanto.
lo que este hombre escribe hacerca de estos salmos es ridiculo, nunca se va a comparar a Dios!!
Como es capaz de hacer una comparacion con sus pensamientos absurdos y la palabra de Dios.
Gracias por la cantidad de conocimiento de este ensayo..como manejarían en el presente sus conversaciones Otto René Castillo, Roque Daltón y Ernesto??
Excelente trabajo, un gusto leerlo.