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Historia de Chile. Período 1958 / 2002

por Adolfo Pardo
Artículo publicado el 29/07/2002

Artículo preparado para «La Gran Enciclopedia de Chile»,
por encargo de Editorial Océano

 

 

PRIMERA PARTE
Del «Frente Democrático» a la «Unidad Popular» (1958-1973).

1.- ¡A Usted lo Necesito! Las elecciones de 1958
En septiembre de 1958, tras el fracaso del segundo gobierno del General Carlos Ibáñez del Campo, gana con un estrecho margen las elecciones presidenciales el entonces senador independiente por Santiago Jorge Alessandri Rodríguez. Su candidatura había sido levantada por la derecha agrupada en el FRENTE DEMOCRÁTICO, formado por los partidos Conservador, Liberal y disidentes del Partido Radical, agrupación política que comenzaba a declinar.

Jorge Alessandri Rodríguez era hijo del ex presidente Arturo Alessandri Palma y sería motejado como «El Paleta», sobrenombre derivado de la expresión chilena «paleteado», con que se denominaba a quienes se preocupaban de los demás o a los que eran buenos amigos. Chapado a la antigua, Alessandri, nacido en 1896, era un ingeniero de reconocida seriedad, honradez y capacidad. Había sido ministro de hacienda durante el período de Gabriel González Videla y electo diputado en 1926, y senador de la República en 1956, y había sido presidente de una de las principales empresas del país: la Compañía Manufacturera de Papeles y Cartones, más conocida como «La Papelera» que, entre otras cosas, debía su importancia al echo de que abastecía de papel a todos los medios de prensa. Alessandri permaneció soltero toda su vida y vivía solo a pocas cuadras de La Moneda, el palacio presidencial, hasta donde se dirigía diariamente caminando con su característica bufanda y abrigo hasta las canillas.

En la votación de 1958 obtuvo el segundo lugar Salvador Allende (ver abajo), quien dos elecciones más tarde alcanzaría la Moneda. Socialista, Allende encabezaba al creciente FRENTE DE ACCIÓN POPULAR (FRAP), formado por los partidos Socialista de Chile, Democrático Nacional, Comunista, Socialista Popular, Democrático, y del Trabajo. Los otros candidatos fueron Luis Bossay, por el Partido Radical, y Antonio Zamorano, sacerdote católico, conocido como «el Cura de Catapilco», sobre quien se dice que fue apoyado por cierto sector del Partido Comunista y también que su candidatura habría sido financiada por la derecha para restarle votos al candidato socialista, debido a que la mayoría de sus votantes serían de tendencia izquierdista. De echo, si los votos de Zamorano hubieran sido para Allende, éste habría ganado esa elección. El resultado de los escrutinios fue el siguiente:

Un dato no cuantificable, pero que con seguridad influyó en el triunfo de Alessandri, fue el afiche emblemático de su candidatura, inspirado en el famoso afiche con que el «Tío Sam» llamara a los estadounidenses a enrolarse cuando ese país entrara a la Segunda Guerra Mundial. En este caso aparecía «el Paleta» mirando y apuntando con el índice hacia la cámara y bajo su imagen el slogan «A usted lo necesito».

1-1.- El gobierno de Jorge Alessandri
En el plano económico el programa de Alessandri apuntaba a frenar la inflación —desbocada durante el período precedente y que el año 59 llegó al 33%— y estaba centrado en los siguientes puntos: aumento de la inversión en obras públicas, vivienda, agro e industria; incremento de la producción y restricción a los reajustes salariales. Para financiar este programa se recurrió a créditos externos, especialmente aquellos en el marco de la «Alianza para el Progreso», impulsada por el Presidente de los EE.UU., John F. Kennedy frente al avance del socialismo en Latinoamérica. Para la Derecha el objetvo político de ese gobierno era recuperar una cierta tranquilidad indispensable para la industria y el latifundio, o al menos poner coto a una fuerte efervencencia social en aumento desde los años 50 y alimentada por las ideas y expectativas de inspiración marxista, difundidas por el FRAP y los sectores más exaltados de la entonces recién formada y pujante Democracia Cristina. Conviene recordar que el año 1959 Fidel Castro derroca al dictador cubano Fulgencio Batista y los ideales revolucionarios cobran mucha fuerza en toda Latinoamérica y encienden la mentalidad de los estudiantes e intelectuales chilenos. Paralela y progresivamente se está produciendo una masiva emigración de campesinos hacia la ciudad, especialemte hacia Santiago, dando lugar a populosos campamentos miserables a las afueras de la capital. Las llamadas «poblaciones callampas».

El ministro de Hacienda Roberto Vergara asumió las carteras de Economía y Minería e implementa una política de estabilización de precios y salarios, incluyendo una reforma monetaria: el Peso fue reemplazado por el Escudo y durante dos años la moneda gozó de estabilidad cambiaria frente al dólar estadounidense.

Las medidas económicas implementadas por el gobierno de Alessandri hicieron posible que en 1960 la inflación bajara al 5,4%. Pero, según algunos historiadores, los especulaciones económicas terminaron por alterar el equilibrio y el gobierno se vió obligado a devaluar la moneda, relanzándose la inflación. Contribuyó significativamente a estos resultados adversos un imprevisto digno de mención. El 21 de mayo de 1960 sacudió la zona Sur del país el terremoto más violento de la historia de Chile, seguido de un maremoto. Las provincias de Ñuble, Concepción y Arauco fueron las más afectadas hasta que una fuertísima réplica remeció a las provincias de Valdivia, Osorno, Llanquihue y la isla grande de Chiloé. El puerto de Corral, en la costa de Valdivia, fue inundado por las aguas y gran parte de ese litoral se hundió alrededor de un metro. Este cataclismo afectó seriamente la actividad productiva de una extensa zona. De echo los pueblo de San Pedro, Calle Calle y la ciudad de Valdivia estuvieron a punto de desaparecer cuando un cerro se derrumbó sobre el desagüe natural del lago Riñigue, formando una gigantesca represa que, a medida que subían las aguas producto de las torrenciales lluvias, amenazaba desplomarse dejando escapar un torrente de proporciones dantescas.

Los dos sismos sucesivos afectaron regiones densamente pobladas, sobrecogieron al ánimo de la población y, naturalmente, afectaron seriamente la agenda nacional.

En 1960 el gobierno creó el Ministerio de Economía, Fomento y Reconstrucción que permitiría afrontar los desastres de estos cataclismos. Las dificultades en la balanza de pagos, el excesivo endeudamiento externo, producto de los créditos que financiaron gran parte de las obras gubernamentales, y el drástico descenso de las reservas de divisas —provocado no sólo por el terremoto, sino también por el retiro de los depósitos de la empresa privada— obligaron al gobierno a devaluar el escudo, en un esfuerzo por detener el alza inflacionaria que se había desatado nuevamente.

Para tratar de frenar la cesantía se abrieron créditos para la industria y en particular para la industria pesquera, en el Norte del país, con el fin de reimpulsar el puerto de Iquique y de esta manera compensar las bajas laborales producidas por el cierre en esa misma zona de algunas Oficinas Salitreras. Además se impulsó el desarrollo de la industria petrolera en el extremo Sur y al final del mandato de Alessandri la extracciones nacionales satisfacían alrededor del 75% de las necesidades del país.

1-2.- Política agraria
El gobierno de Alessandri incentivó la producción agrícola, entre otros motivos, en un esfuerzo por detener el proceso migratorio del campesinado. Con este fin promulgó, en 1962, la ley 15.020 de Reforma Agraria para modificar la tenencia de la tierra por medio de expropiaciones y subdivisión de grandes extensiones inexplotadas o deficientemente explotadas, para ser entregadas en arriendo a los campesinos, dejando a los propietarios 80 has. de riego. Por esta misma ley se crearon tres dependencias estatales: Corporación de Reforma Agraria (CORA), el Consejo Superior de Fomento Agropecuario y el Instituto de Desarrollo Agropecuario (INDAP), cuya función era regular la puesta en marcha de la reforma agraria y otorgar créditos agrícolas. Si bien la oposición de izquierda objetó que el proceso de implementación de esta ley fue lento, al final del mandato de Alessandri se habían entregado en arriendo aproximadamente 3 millones de hectáreas.

En 1962 el país se dió un respiro, entre el 30 de mayo al 17 de junio (pleno invierno), para disfrutar del Campeonato Mundial de Fútbol, copa Jules Rimet, jugado por primera y única vez en Santiago y otras ciudaddes de Chile y en cuya organización se destacaron entre otros los dirigentes Juan Pinto Durán y el muy elogiado Carlos Dittborn, presidente del Comité Pro Mundial. La selección chilena obtuvo el tercer lugar, Checoeslovaquia el segundo y la selección Brasileña el primero, por segundo vez consecutiva, con Garrincha y Edson Arantes do Nascimento, Pelé, entre sus filas. Durante este evento comenzó a difundirse en Chile la televisión, en blanco y negro, cuyos primeros pasos los diera el Canal 5 de la Universidad Católica de Valparaíso.

1-3.- Problemas fronterizos con países limítrofes
A raiz de las aspiraciones Bolivianas para conseguir una salida soberana al Pacífico y del aprovechamiento de Chile de las aguas del Río Lauca, que nace en Chile y luego corre hacia Bolivia, se rompieron las relaciones diplomáticas con ese país. Por su parte, Argentina reclamó soberanía sobre tres islas situadas el Sur del Canal Beagle. Como no pudo llegarse a un acuerdo, esta disputa fue sometida al arbitraje de la Corona Británica, la que falló en favor de la tesis chilena. Esta decisión fue desconocida por Argentina y se debió recurrir a la mediación de la Santa Sede, quien comisionó al Cardenal Antonio Samoré lográndose un «tratado de paz y amistad» que fue firmado recién en 1984.

1-4.- Logros y fracasos de la administración de Alessandri
Durante ese gobierno se llevaron a cabo numerosas e importantes obras públicas. Entre las más significativas destaca el mejoramiento y electrificación del ferrocarril hacia el Sur y el término de la pavimentación de la Carretera Panamericana (una pista por sentido), entre las ciudades de Arica, al extremo Norte, y Puerto Montt, a 1.000 Km al Sur de Santiago (3.235 Km en total) y la habilitación de un transbordador para cruzar el Canal Chacao que separa al continente de la Isla Grande de Chiloé.

En cuanto a la enseñanza, el gobierno entregó un total de 1.000 nuevas escuelas primarias y aumentó en un 1.000.000 m2 la superficie destinada a la instrucción pública; estableció mejoras en la alimentación escolar, logrando que un 77% de los estudiantes de escuelas públicas y privadas recibieran desayuno y un 35%, almuerzo.

En el área social, se impulsó el ahorro mediante la creación de las Asociaciones de Ahorro y Préstamo y a través de la Corporación de la Vivienda (CORVI), las Cajas de Previsión y el Instituto de la Vivienda Rural. Entre 1959 y 1963, el gobierno entregó 130.000 nuevas viviendas, cumpliendo su promesa electoral.

Pero durante el período de Alessandri no se produjeron ajustes salariales que permitieran a los trabajadores compensar la inflación. Esto le costó al gobierno no sólo críticas de sus antiguos aliados, sino también un creciente descontento expresado en la férrea oposición de los sindicatos, agrupados en la poderosa Central Unica de Trabajadores (CUT), presidida por el abnegado y carismático sindicalista Clotario Blest.

Con la perspectiva del tiempo a Alessandri se lo asocia a su obra y al temple moral que la inspiró, porque fue incansable y severo en la fiscalización y no trepidó en alejar a los que obstaculizaban la solución de los problemas nacionales. No obstante se le exigía mucho más, porque se lo había elegido por su competencia en materias económicas y financieras. Alessandri se defendió argumentando que no podía hacer más sometido a la presión de los mismos partidos que lo habían apoyado y a mecanismos constitucionales que le ataban las manos. Tras esta autocrítica tomó distancia de los sectores que lo habían llevado a la presidencia, en especial de los grupos empresariales más favorecidos durante los años 59-62, cuando la industria aumentó su producción en un 39,3% y la minería del cobre en un 23%. Aunque durante su gobierno se elevó notablemente la extracción de petróleo, la producción de trigo aumentó en 11,21% y la de leche un 10,8%, globalmente estas cifras aparecían rezagadas con respecto al incremento de la población. La excepción fueron los productos del mar. Se duplicó el consumo interno y se triplicó la exportación. Pero la simple comparación de los resultados conseguidos por algunas empresas con el ingreso de los trabajadores plantea la hipótesis de que el crecimiento industrial no implica necesariamente un mejoramiento social si no operaran simultáneamente modificaciones en la distribución del ingreso. De echo el gobierno de Alessandri desarrolló una reforma tributaria, pero no alcanzó a ponerse en vigencia durante ese mandato.

Los éxitos de este gobierno no conducían a la anhelada paz social. Las medidas para estabilizar los precios y los sueldos, y mantener una moneda estable, fueron combatidas tenazmente por los sectores asalariados y la clase media. Protestas sindicales aparecían por todos lados y una ola de huelgas y paros se produjeron cuando el ministro de Hacienda intentó fijar el aumento máximo de las remuneraciones en un 10%, en circunstancias que el índice del costo de la vida era muy superior. En septiembre de 1962 se encontraban en huelga más de 150 mil obreros, profesores, empleados, estudiantes y otros, quienes pedían el termino de la «dictadura económica»

Los políticos de centro y de izquierda aprovecharon para proyectarse en vistas a las parlementarias del 61, donde el Partido Comunista fue proporcionalmente el más favorecido. La Democracia Cristiana ganó también muchos adherentes, especialmente entre la juventud y los nuevos profesionales.

Hacia finales de su mandato, conservadores, liberales y fracciones del radicalismo, se unieron en un Frente Nacional Antimarxista para combatir a la izquierda, que organizada en el FRAP se había convertido en un férreo opositor a las medidas de Alessandri. Por su parte, la Falange y el Partido Social Cristiano, ahora unidos como Partido Demócrata Cristiano, iniciaron su propia carrera presentándose como un sector moderado cuyas propuestas en la práctica no diferían mucho de las del FRAP. Distribución de la tierra con equidad entre los que realmente la trabajaban, limitando la propiedad a 80 hectáreas de riego, la necesidad de dar un techo propio a todos los chilenos mediante ambiciosos planes de construcción masiva y nacionalización de la gran mineria, especialmente del Cobre.

Entre tanto, un grueso sector del radicalismo continuaba apoyando las medidas gubernamentales, desoyendo el descontento popular y preparándose para las elecciones de 1964, en las cuales el Frente Nacional Antimarxista lanzaría como candidato a Julio Durán, con la esperanza de que la Democracia Cristiana se les uniera oponiéndose al FRAP. Pero a la luz de los resultados de una elección complementaria en el centro del país para reemplazar a un diputado que había fallecido, y que adquirió el carácter de plebiscito, se vio que habían dos grandes fuerzas con posibilidades de elegir al próximo presidente: la Democracia Cristina y la izquierda agrupada en el FRAP. Entre ambas fuerza, la derecha se plegaría a la Democracia Cristiana, a la que veía como un «mal menor»

En síntesis, y con todos los problemas propios de cualquier período y en especial de esos convulsionados años sesenta, los historiadores parecen coincidir en que Jorge Alessandri hizo un gobierno más que aceptable.

2.- Elecciones de 1964 y Gobierno de la Democracia Cristiana
En vistas de estas elecciones los sectores más conservadores de la política chilena iniciaron una agresiva campaña publicitaria para asustar a la población ante el inminente «peligro comunista», campaña ilustraba con calaveras, mujeres siendo despojadas de sus niños y horribles escenas de lo que supuestamente estaba ocurriendo en Cuba o de los tanques Rusos entrando a Praga. Este campaña que pretendía convencer al país que se encontraba ante la disyuntiva de escoger entre la democracia y la vida o el comunismo y la muerte, fue conocida como «campaña del terror».

Tres candidatos concurrieron a las elecciones: Salvador Allende Gossens por el FRAP, Julio Durán, por el Frente Democrático y Eduardo Frei Montalva por la Democracia Cristiana. Ante el desconcierto generalizado por el posible triunfo de la izquierda, algunos sectores del Partido Radical se plegaron a Allende, mientras que importantes grupos de derecha apoyaron al candidato de la Democracia Cristiana. En un clima de inquietud y violencia, el 4 de septiembre de 1964 se realizaron las elecciones y arrojaron los siguientes resultados:

2-1.- La Revolución en libertad
Aunque contaba con una mayoría abrumadora, Eduardo Frei Montalva —líder de la Democracia Cristiana e ideólogo de la «Revolución en Libertad», política en la que basaría su gobierno— inició su período con minoría en ambas Cámaras; sin embargo la Democracia Cristiana había llegado al poder sin necesidad de hacer ninguna concesión a otros partidos y en las elecciones parlamentarias de marzo de 1965, logró una mayoría aplastante en la Cámara de Diputados; no así en el Senado; por lo tanto, para llevar a cabo su plan de gobierno, Frei tuvo que actuar con suma cautela a fin de lograr que sus proyectos fuesen refrendados por la Cámara Alta.

El programa de gobierno de Frei se centraba en lo que se denominó «plan de promoción popular», que contemplaba, en el campo social, un agresivo proyecto de disminución del analfabetismo, que en ese momento ascendía al 16 por ciento de la población, y en la creación de una Consejería Nacional de Promoción Popular que desarrollara mecanismos de organización de la ciudadanía, principalmente a través de cooperativas, Juntas de Vecinos y Centros de Madres. En el terreno económico, este plan contemplaba la profundización de la Ley de Reforma Agraria y la «chilenización» de la gran minera del cobre, considerada por el presidente la «viga maestra de la economía», rubro que debía financiar los vastos programas sociales de su mandato.

2-1-1.- La Reforma Agraria
Si bien el gobierno de Alessandri había promulgado la Ley de Reforma Agraria, ésta se había llevado a cabo con suma timidez. En este campo, el plan de Frei requería de una reforma constitucional que definiera claramente la función social de la propiedad y, segundo, permitiera al Estado el pago diferido de las expropiaciones. La consulta al Senado se realizó en 1965, pero éste sólo aprobó las reformas, gracias al apoyo de la izquierda, en julio de 1967. A partir de ese momento se aceleró el proceso, expropiándose 1.319 fundos con una superficie aproximada de 300.000 hectáreas de riego y 3,1 millones de hectáreas de secano, lo que permitió la creación de 910 «asentamientos campesinos» para 29.139 familias. Este proceso fue criticado por la izquierda, que consideraba que el problema del latifundio aún no se había resuelto y que, por lo tanto, la política gubernamental de Reforma Agraria era insuficiente. Por su parte, la derecha, directamente afectada por este proceso, centró sus críticas en la excesiva burocracia y tardanza en el pago diferido de las expropiaciones.

2-1-2.- Chilenización del cobre
Este programa condujo, de un modo gradual, a la adquisición estatal del 51% de la gran minería del cobre. A través de una inversión del orden de los 650 millones de dólares, se pretendía, por una parte, que el Estado chileno aumentara la producción y refinara el metal en el país, y por otra, se buscaba incorporar a Chile en la comercialización del cobre en el extranjero. Y mejorar las condiciones de vida de sus trabajadores. La izquierda, sin embargo, se opuso en las discusiones parlamentarias, por considerarla una medida insuficiente ante las graves necesidades económicas que afligían a la población.

El proceso se realizó en dos fases. «chilenización del cobre», la primera, a partir de 1965. Consistió en tres acuerdos que condujeron a la adquisición del 30% de las acciones de Minera Andina, quedando el 70% restante para Cerro Corp. La compra del 25% de las acciones de la mina Exótica, propiedad de The Anaconda Company, y a la suscripción de un acuerdo con la Braden Copper, para la adquisición del 51% de las acciones del mineral El Teniente, que había sido traspasado a la empresa Kennecott Co.

La segunda fase, o «nacionalización pactada del cobre», llevada a cabo a partir de 1969, contemplaba la adquisición del 51% de las acciones de The Anaconda Company (minerales de Chuquicamata, El Salvador y Potrerillos), y la adquisición pactada del restante 49% en 1972, ya en el siguiente período presidencial.

La Corporación del Cobre, (CODELCO), pasó a responsabilizarse por las ventas y producción del mineral y, gracias a una política de liberación de impuestos para la importación de maquinarias, la pequeña, mediana y gran industria del cobre logró modernizar sus instalaciones y yacimientos.

2-1-3.- Política educacional del gobierno Demócrata Cristiano
Para entregar un educación mejor adaptada a la realidad chilena y a los tiempos, la educación primera se prolongó dos años. De seis a ocho. Gratuita en los establecimientos fiscales. Y se la llamó Enseñanza Básica, en lugar de «Preparatorias».

La educación secundaria se dividió en dos áreas: científico-humanista y técnico-profesional y se redujo de 6 a 4 años, llamándola Enseñanza Media, en lugar de «Humanidades».

El 22% del presupuesto nacional se destinó a la educación, lo que permitió levantar 2.987 escuelas nuevas durante este período.

Las matrículas de enseñanza básica aumentaron  un 46%, y los matriculados en la enseñanza media se duplicaron.

El 70% de los profesores de la Enseñanza Media recibieron cursos destinados al estudio de los problemas relacionados con la orientación vocacional de los educandos. En ese mismo contexto, se creó el Instituto de Capacitación Profesional, INACAP, dedicado a la preparación de obreros carentes de calificación.

2-1-4.- Política económica
Durante el gobierno de Eduardo Frei se inició un proceso de integración a la comunidad comercial latinoamericana a través del Consenso Latinoamericano de Viña del Mar y luego a través de la Comisión Especial de Coordinación Latinoamericana del Pacto Andino.

El plan de chilenización del cobre surtió los efectos esperados, y de este modo, se logró, en los seis años del gobierno de Frei, un aumento del producto geográfico bruto de un 5% y produjo a un superávit en la balanza de pagos equivalente a 168 millones de dólares en 1969, y a un descenso en el endeudamiento de 200 millones de dólares, a sólo 91 millones.

Al igual que los gobiernos anteriores, el de Frei se esforzó por frenar la inflación, la que había llegado a un 38,5 por ciento en 1964. Para ello, implementó una política de reducción gradual de los precios, que concedía reajustes similares a los del año precedente; de esta manera se logró reducir la inflación a un 17% en 1966. Sin embargo, esta política comenzó a naufragar en 1967 y la inflación aumentó a un 21,9 por ciento, desbordándose en 1968, cuando alcanzó un 27,9%, y al cerrar el período presidencial, en 1970, un 34,9%.

Estos índices se tradujeron en una seguidilla de huelgas convocadas por la Central Única de Trabajadores (CUT).

3.- Del FRAP a la Unidad Popular
Durante el mandato de Eduardo Frei se reorganizó el panorama político nacional de la siguiente forma: el radicalismo, que había continuado su política de apoyo a sectores incluso excluyentes entre sí, se separó en 1969 del ala derechista y reapareció como Democracia Radical, para luego unirse a la coalición de partidos de izquierda. Esta, por su parte, que había estado actuando hasta ese momento como Frente de Acción Popular (FRAP), se agrupa en la alianza Unidad Popular (UP), que reunía a los partidos Socialista, Comunista, Democracia Radical y al Movimiento Agrario Popular Unitario (MAPU), que había nacido en 1969 de una escisión de la Democracia Cristiana y seguía la línea del comunismo chino. La izquierda más radicalizada, estaba representada por el Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR), que había nacido en la Universidad de Concepción en 1965 de la unión de grupos procedentes de las Juventudes Comunistas (JJ.CC) y del Partido Socialista. La derecha, por su parte, creó en 1966 el Partido Nacional, el cual radicalizó su oposición a las medidas sociales del gobierno de Frei.

Por otra parte, en 1968 se produjo la Reforma Universitaria, inspirada en el movimiento del Mayo en Francia, que condujo al estudiantado a tener participación en los claustros universitarios.

3-1.- Pacto de garantías constitucionales
Con este marco de cambios políticos, el 4 de septiembre de 1970 se llevaron a cabo las elecciones que arrojaron los siguientes resultados:

El 7 de octubre, Salvador Allende, candidato de la Unidad Popular, debió firmar con la Democracia Cristiana un Pacto de Garantías Constitucionales en un ambiente beligerante y de gran inquietud, especialmente por la antagonismo de los sectores en pugna: la Unidad Popular, el Partido Nacional, una Democracia Cristiana debilitada por su reciente escisión y un sector de extrema izquierda, el MIR; que se estaba definiendo por sus acciones armadas. El Pacto contemplaba los siguientes puntos fundamentales en la vida política y social del país: plena vigencia del Estado de Derecho; mantenimiento del ejercicio de la autoridad a través de los tres poderes del Estado (Ejecutivo, Legislativo y Judicial) y preservación de su autonomía; libertad de expresión; mantenimiento de la organización y el funcionamiento independiente de los partidos políticos; preservación de la libertad de reunión, asociación y circulación; respeto a la autonomía de los sindicatos, juntas de vecinos y otras formas de organización popular; mantención del carácter pluralista y democrático de la educación primaria, secundaria y superior; consideración de las Fuerzas Armadas y de Carabineros de Chile como únicos garantes de la convivencia democrática y custodios de la seguridad nacional; respeto y mantenimiento de su estructura orgánica, jerarquías, sistemas de selección, requisitos y normas disciplinarias, asegurándoseles, además, el equipamiento necesario para resguardar el orden público y mantener la seguridad nacional, no pudiendo el gobierno destinar parte de su presupuesto a la formación de fuerzas armadas paralelas ni tampoco reorientar las actividades de las Fuerzas Armadas ni de Carabineros hacia otras ajenas a su función específica.

Debido a que Allende obtuvo un porcentaje de votos inferior al requerido, el Congreso debió ser quien lo confirmara como Presidente de la República, el 27 de octubre, con 153 votos a favor. El 3 de noviembre, asumió la presidencia de Chile comprometiéndose a cumplir con el programa de gobierno que había propuesto al electorado. Este programa, basado en un ideario que se denominó «socialismo en libertad», estaba centrado en la necesidad de disolver las estructuras del subdesarrollo en el marco institucional democrático, por medio de la utilización plena de los recursos e instalaciones ociosas o subutilizadas, con el objeto de asegurar la satisfacción de las necesidades de toda la población, sin exclusiones.

3-2.- El camino al cambio político y económico
El programa que Allende comenzó a implementar no bien asumió el poder, y que recibió el sobrenombre de «las cuarenta medidas fundamentales», puede resumirse en las siguientes grandes líneas de acción: reajuste del salario mínimo en un 66 por ciento y del sueldo mínimo en un 35 por ciento; congelamiento de precios de artículos de primera necesidad; disminución de la cesantía; programa de construcción de viviendas; control de la inflación; estimulación a la producción nacional; mejoramiento de los servicios estatales de salud; distribución gratuita de leche a infantes y escolares; creación de un sistema único de seguridad social; profundización de la Reforma Agraria; nacionalización del cobre, el salitre, y el carbón; estatización de las grandes industrias del acero y del cemento, de la compañía de teléfonos y de la banca.

Para llevar a cabo la reorganización de la economía, el programa contemplaba tres categorías de la propiedad: propiedad social (el Estado estaba facultado mediante ley, y para cada caso, a estatizar una empresa considerada de interés social); propiedad privada y propiedad mixta (el Estado participa con un porcentaje de las acciones de la empresa). Esta reorganización tripartita de la propiedad fue confirmada por el Congreso mediante una reforma constitucional en 1972.

3-2-1.- Hacia la nacionalización del cobre
Entre 1965 y 1970, el Estado chileno había obtenido créditos extranjeros por un monto de 580 millones de dólares destinados a la modernización de las empresas y de las minas; figuraba como aval de la deuda total, y había sido el único deudor que había realizado desembolsos, mientras tanto las empresas habían contabilizado ingresos por un total de 602 millones de dólares y habían acumulado una deuda de 632 millones de dólares. El programa de chilenización del cobre había pagado por las acciones adquiridas un precio muy superior al fijado en los libros de las propias empresas. Así, The Anaconda Company recibió un total de 175 millones de dólares por Chuquicamata, en circunstancias de que el valor total de la empresa fijado en libros era de 181 millones de dólares; por su parte, The Braden Company, dueña de El Teniente, cobró como The Kennecott Co. un total de 81 millones de dólares, mientras que el valor en libros era de 72 millones. Además, El Teniente, bajo la administración de la Kennecott, había obtenido créditos del Eximbank por un total de 100 millones de dólares para ampliaciones del mineral, con una cláusula que obligaba al Estado chileno a cancelar el total de la deuda en el caso de que no se cumpliera el contrato de administración.

El gobierno de Allende consideraba que el primer paso en el camino hacia la independencia económica con el exterior debía ser la nacionalización del cobre, ya que éste constituiría el «sueldo de Chile». El proceso se realizó mediante Reforma Constitucional aprobada unánimemente por el Congreso Nacional con ley de fecha 16 de julio de 1971, que fijaba la expropiación de los derechos de las empresas The Anaconda Company y Kennecott Copper Corporation, así como las minas de Chuquicamata, El Salvador y El Teniente. El procedimiento y el pago de indemnizaciones a las empresas generaron conflictos en las relaciones con los Estados Unidos, puesto que contravenía el convenio establecido durante el mandato del Presidente Frei, según el cual el Estado chileno adquiriría progresivamente el porcentaje restante de las acciones de la gran minería del cobre y mientras tanto, y por un período de once años, ésta debería permanecer bajo la administración de las empresas norteamericanas en cuestión.

3-2-2.- Estatización de la banca
La Corporación de Fomento (CORFO) llevó a cabo la estatización, que contemplaba la adquisición de las acciones, y la intervención de bancos e instituciones financieras, bajo la tutela del Banco Central, de la CORFO y de la Dirección de Presupuesto, organismos que destinaron su atención a los programas del área social, aunque el gobierno tenía proyectada la creación de un «Banco Nacional» que centralizaría las operaciones financieras y el control crediticio, pero que nunca entró en funciones. El Banco del Estado, por su parte, se dedicó a los créditos agropecuarios. A fines de 1971, el gobierno tenía el control del 95 por ciento de las colocaciones y de los depósitos bancarios.

3-3.- Política social
3-3-1.- Salud

El programa en el campo de la sanidad tendía a la creación del Servicio Unico de Salud (SUS), que vincularía las actividades preventivas y las curativas apoyándose en la tesis de que la salud es «un derecho inalienable del hombre». Con este fin, el Estado realizó fuertes inversiones en equipamiento, en instalaciones, a la vez que otorgó reajustes salariales para los trabajadores de la salud, como incentivo para incorporarse a los servicios del Estado. Así mismo se implementaron diversos planes de salud infantil, materno-infantil y ocupacional. Entre los de mayor impacto, estaba el programa alimentario, que contemplaba la entrega de un medio litro de leche diario a cada niño chileno y que se cumplió en un 81,7 por ciento, distribuyéndose un total de 42.594 toneladas de leche en polvo que significaron el 1,6 por ciento del Presupuesto nacional.

3-3-2.- Educación
En este sector, la política gubernamental se centró en tres reas: educación preescolar, educación primaria o básica y educación industrial para trabajadores. En la educación preescolar, se instauraron jornadas completas para niños de entre 0 y 6 años, que incluían alimentación, educación y atención de salud. En la educación primaria, se aspiró a la obtención del cien por ciento de escolaridad para los niños de entre 6 y 14 años. Hacia fines de 1972 este objetivo se logró casi en su totalidad gracias a la creación de 230 nuevas escuelas entre las de reas urbanas y las rurales. El Estado mantuvo 6.784 colegios con una matrícula de 2,3 millones de alumnos. Como complemento, el gobierno se ocupó de actualizar a 2.000 profesores, además de los 2.600 egresados de la Dirección de Educación Primaria y Normal. Por otra parte, dotó a la población escolar de 6,5 millones de textos escolares. Para 1973, estaba previsto incorporar al sistema educacional a otros 120.000 niños m s, mediante la creación de 250 escuelas. En lo que respecta a la educación para trabajadores, hacia finales de 1972 se pusieron en funcionamiento doce escuelas vespertinas que atendían a un total de 3.306 adultos, y se logró dar enseñanza a cerca de 100.000 trabajadores como medida para eliminar el analfabetismo.

3-3-3.- Vivienda
Ante un déficit estimado en 700.000 viviendas que satisfarían las necesidades habitacionales de 3,5 millones de habitantes, el Estado ideó un programa por etapas, que incluía la urbanización de vastas reas («proyecto sitio»); la edificación estatal de viviendas y el otorgamiento de créditos para la autoconstrucción dirigida por monitores especializados («proyecto emergencia»); y el saneamiento o regulación de títulos de dominio por ocupaciones indebidas. Por otra parte, el gobierno completó casi en su totalidad el programa de construcción de viviendas inconcluso durante el mandato del Presidente Frei, equivalente a 30.418 nuevas viviendas; además, inició la construcción de 100.030 viviendas, de las cuales alcanzó a entregar 28.626. Se urbanizaron vastas reas, con 1.448.774 metros de colectores de alcantarillado, 494.271 metros de redes de agua potable, 3.634.272 metros cuadrados de calzadas, 1.172.774 metros cuadrados de aceras y 581.080 metros de soleras.

Estos proyectos masivos de edificación y urbanización se vieron obstaculizados tanto por el Congreso Nacional, que vetaba los presupuestos, como por las compañías constructoras, que se vieron afectadas por el paro de los camioneros o «paro de octubre» o que adherían a las paralizaciones en contra del gobierno.

3-4.- Conflictos políticos, sociales y económicos
El primer año de gobierno arrojó resultados positivos: el producto bruto había aumentado en un 8,6 por ciento; la inflación se había reducido de un 34,9 por ciento en 1970 a un 22,1 por ciento; la Reforma Agraria había expropiado alrededor de diez millones de hectáreas, equivalentes a casi la mitad de toda la tierra agrícola del país, conservando los propietarios, las ochenta hectáreas de riego contempladas en los gobiernos de Alessandri y de Frei. Es de destacar el hecho de que el setenta por ciento de las expropiaciones agrarias se realizaron durante el gobierno de Allende, en tanto que sólo el treinta por ciento restante se realizaron en el gobierno de Frei.

 

 

 

 

 

Pero en 1972 la crisis se hizo sentir a través de la restricción del crédito extranjero, proveniente especialmente de los Estados Unidos, con lo que el gobierno se vio obligado a obtener créditos en el bloque socialista. El país enfrentaba un déficit fiscal de un 41,5 por ciento; el programa de estatización se había reducido de 252 industrias del área social a sólo 91; la producción industrial había caído en un siete por ciento y los sueldos y salarios se habían reducido como medida para contener la inflación, que a mediados de 1972 llegaba a un 163,4 por ciento. En 1973 la situación se tornó intolerable, en el mes de julio la inflación había llegado a 323 por ciento. Si bien el Estado manejaba la banca, los créditos no estaban siendo utilizados en la producción sino en el consumo, de modo que la producción industrial se reduce a un tres por ciento; a pesar de controlar el 85 por ciento de las exportaciones, el sesenta por ciento de la importación y el 30 por ciento de la distribución industrial, el Estado no logra poner coto a la especulación, instituyéndose el «mercado negro» que, en la práctica, condujo al desabastecimiento incluso de artículos de primera necesidad, lo cual, a su vez, generó un creciente descontento popular que se expresaba en manifestaciones callejeras opositoras al gobierno e incluso, al enfrentamiento callejero se sectores que ya eran definitivamente irreconciliables.

En el plano político social, uno de los primeros sucesos que debió enfrentar el gobierno del presidente Allende, fue el asesinato del comandante en jefe del ejército, general René Schneider, acaecido el 22 de octubre de 1970. Este acontecimiento llevó al General Carlos Prats González a hacerse cargo de la jefatura de las fuerzas armadas. Algún tiempo después, el 8 de julio de 1971, un segundo asesinato, esta vez del ex Ministro del Interior y ex Vice Presidente de la República, el demócratacristiano Edmundo Pérez Zujovic, marcó el inicio de la oleada de violencia en que se vio sumergido el país con el consiguiente debilitamiento de las frágiles relaciones entre la Democracia Cristiana y la Unidad Popular.

En marzo de 1973, la Unidad Popular obtuvo el 43,49 por ciento de las votaciones en las elecciones parlamentarias, con lo que se esperaba agilizar el desarrollo de los programas de gobierno, especialmente en lo concerniente a las estatizaciones, puesto que se enfrentaba a una creciente presión de los sindicatos. Por otra parte, la oposición sumada obtenía el 56,51 por ciento de los sufragios restantes. La Unidad Popular había gobernado con una minoría en el Senado, lo que condujo al presidente a operar con vetos al Congreso y mediante decretos con fuerza de ley, puesto que éste había impugnado sistemáticamente sus ministros hasta el punto de hacer casi flaquear el gabinete presidencial en abril de 1972.

Los disturbios, huelgas y movilizaciones generalizadas de octubre de 1972, que incluyeron a profesionales, estudiantes y obreros de casi todos los sectores de la actividad del país, motivaron al gobierno a formar, el 2 de noviembre, un gabinete cívico militar presidido por el comandante en jefe de las Fuerzas Armadas, general Carlos Prats, quien asumió la cartera del Interior. Las primeras medidas de este gabinete estuvieron centradas en la restitución del orden público y en lograr el abandono de la huelga en un plazo no superior a las 48 horas, de modo de iniciar conversaciones conducentes a la resolución de los conflictos. Por su parte, el Ministerio de Hacienda, ante el desabastecimiento de artículos de toda especie y la aparición de un creciente mercado negro que se afirmaba en el acaparamiento de los mismos, propició la creación de las Juntas de Abastecimientos y Precios (JAP) organizaciones vecinales destinadas a cooperar con la Dirección de Industria y Comercio (DIRINCO) la que, a su vez, fiscalizaba la acción del comercio. Las JAP fueron duramente criticadas no sólo por la oposición, sino también por sectores de gobierno, acusadas de acciones ilegales tales como participar del mercado negro y de arrogarse funciones que por ley sólo correspondían a DIRINCO.

3-5.- El final de un sueño
Ante el frustrado intento de golpe de Estado del 29 de junio, conocido como «El Tancazo», el presidente Allende pidió al general Prats que asumiera nuevamente el cargo de ministro del Interior y que reorganizara un gabinete cívico militar; tarea que no pudo cumplir porque las Fuerzas Armadas se negaron a participar en el gobierno. Mientras tanto, para la ciudadanía se hacía evidente que el país enfrentaba el serio riesgo de un golpe de Estado.

En agosto de 1973, el cardenal Raúl Silva Henríquez intentó, sin éxito, lograr un entendimiento entre la Democracia Cristiana y el gobierno, que llevara a la pacificación de los ánimos. Patricio Aylwin Azócar, dirigente de la DC, rechazó la propuesta de Salvador Allende, de crear un gabinete que satisficiera a su propio partido, por considerarla una maniobra dilatoria. Por su parte, la propuesta de Aylwin, también fue rechazada por la UP, ya que implicaba la sumisión del Presidente de la República al comandante en jefe de las Fuerzas Armadas.

Ante el fracaso en las negociaciones, Allende convocó a los comandantes en jefe de las Fuerzas Armadas y al director de Carabineros para conformar un gabinete que denominó «de seguridad nacional» y que asumió funciones el 9 de agosto de 1973. Tres semanas después, los comandantes en jefe presentaron al presidente sus expedientes de retiro de las Fuerzas Armadas. Allende nombró nuevos comandantes en jefe en el Ejército y la Aviación: Augusto Pinochet Ugarte y Gustavo Leigh Guzmán, respectivamente. El 11 de septiembre de 1973, encabezaban el golpe de Estado que daba fin al gobierno de Salvador Allende y a la experiencia de un socialismo en libertad.

 

Ver segunda parte.

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