EN EL MUNDO DE LAS LETRAS, LA PALABRA, LAS IDEAS Y LOS IDEALES
REVISTA LATINOAMERICANA DE ENSAYO FUNDADA EN SANTIAGO DE CHILE EN 1997 | AÑO XXVIII
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Metáforas del Nazismo (o flores para Simon Wiesenthal).

por Juan Carlos Moraga
Artículo publicado el 09/01/2008

«Los crímenes de los nazis fueron tan inmensos que si toda la raza humana desapareciera como castigo podría argumentarse que estaba justificado.»
Woody Allen 

 

Siempre Fuimos Nazis

“Alarma, alarma,
alarma soy fascista terror del socialista,
somos del fascismo componentes,
luchando por la causa hasta la muerte,
y golpearemos siempre fuerte fuerte,
mientras tengamos corazón” Batallón de Castigo.

Recuerdo un episodio gracioso que me ocurrió hace un año más o menso en una librería de Providencia. Yo había entrado a mirar los cada vez mas caros libros y hojeaba, si mal no recuerdo, uno de los tomos de la edición de los cuentos completos de Phillip K. Dick, mientras hablaba con la guapa librera (las libreras son un gremio, que en los últimos años, brilla por su mágica belleza) cuando entra un joven de unos 25 años, robusto, grandote y mas bien moreno, preguntole el muchacho a la librera sin saludar: “¿Tienen “Mi Lucha”?”

– “¿Milucha?” dijo la chica.
– “Mi Lucha” aclaro el joven.
– “¿Milucha Pinto?” agregue yo, con la doble intención de galantear con la librera como de contradecir al nuestro representante de las Hitlerjugend.

¿Qué nos queda de fascistas en nuestro siglo XXI? ¿Que nos queda de Nazis en Chile?, ¿Hitler gano la guerra como dice Walter Graziano?, ¿Queda algo más que skinheads quillotinos?, ¿Algo mas que Miguel Serrano y su peligrosa cercanía al premio nacional de literatura?, ¿Algo mas que las barridas nocturnas contra punks, travestis, peruanos, bolivianos…?, ¿Algo mas que el casi tradicional antisemitismo expresado hasta canciones infantiles como el “perro judío”?, ¿Algo mas de los que no solo niegan sino que defienden y justifican como “hacer patria” las patadas en el piso, “submarinos”, electricidad en los genitales, meadas en la cara, ratones en la vagina, fusilamientos nocturnos, fosas comunes….?, ¿Algo mas que los jóvenes “nacionalistas” que rinden culto a Pinochet y a los “héroes” (sic) de la CNI ?, ¿Algo mas que nuestra alta burguesía, y su expresión política, patriarcal, terrateniente, oligárquica, semifeudal, que piensa que la única forma de superar la extrema pobreza es superar e incrementar su extrema riqueza?, ¿Algo mas que las voluminosas “Historias de Chile” de Francisco Encina y Edwards Vives, historia conservadora hasta el panfleto, racista con dudosas apelaciones a la genética, falsa y cómicamente mitológica?, ¿Algo mas que las teorías conspirativas que mezclan asaltantes de bancos, viejos lautaristas y valientes, pero violentamente olvidados, comuneros mapuches en huelga de hambre, para sembrar un nuevo “terror rojo”?, ¿Algo mas que esos muchos que piensan y comentan que Hitler, salvo por lo de los judíos, no se equivoco tanto, igual que Pinochet, salvo por lo de algunas, no todas, las torturas al final le hizo bien al país?, ¿Algo mas que subculturas adolecentes y hormonales, con su música, su estética , su satisfacción inmediata de esa mescla de necesidad gregaria y redentora trasgresión?, ¿algo mas que el cada vez mas naturalizado desprecio a peruanos, bolivianos… rencores añejos de guerras mas ligada al imperialismo ingles que a la idea de patria, orgullo belicista de país semicolonial?, ¿Algo mas que las ediciones piratas cada vez mas recurrentes de “Mi Lucha” y “Raza y Destino”?, ¿Algo mas que nuestro cantado amor al amigo cuando es forastero, pero además rubio y de ojos claros… donde la piel blanca y los rasgos europeos son de inmediata asociación a la clase dominante?, ¿Algo mas que la nueva moda de “pitearse un flaite” o simplemente la imperecedera tradición de estigmatizar como “roto”, “cuma”, “rasca”, “negro”…?¿Algo más que Erwin Robertson y la trimestral “Ciudad de los Cesares”?, ¿Algo mas que los cada vez mas recurrentes fotologs http://www.fotolog.com/revuelta1488 http://www.fotolog.com/nacion_chile_ns http://www.fotolog.com/comnacionalistas
y un largo etc.
y blogs de jóvenes que se ensalzan en el culto al Hitler y lo glorioso que es la alemanidad de los alemanes? ¿Algo mas que nuestros sempiternos “Partido Patria Nueva sociedad” con la semioculta pero siempre picara NS bien presente?, ¿Algo mas que jóvenes mas bien morenos, bajitos y regordetes (igual que yo, igual que usted…) vistiendo pantalones militares, camisas grises, usando medallas e insignias, rayando esvásticas en los pizarrones de los colegios municipales o en los muros de los barrios clasemedieros?, ¿algo mas que libreros nacionalsocialistas?, ¿Algo mas que nuestro moreno “Tito Van Dame”?, ¿Algo mas…?

Creo que las letras de Punk, las editoriales y las “cartas de lectores”, los grfitis callejeros y nuestra vida cotidiana nos dan la triste respuesta. No por casualidad Bolaño se inspira en la literatura chilena para su “Literatura nazi en América” y no por casualidad Victor Farias puede nutrir los dos sendos tomos de “Los nazis en Chile”.

¿Qué intento decir? La hipótesis es esta: Pinochet no impuso un modo totalitario de rancio tufo prusiano y corte marcial, sino que Pinochet respondió legitimando a un ansia vernácula de ciertos sectores de la sociedad (y no solo las clases dominantes) que ansiaban un espíritu trascendente, tradicionalistas, anclado en ideas como la raza chilena, mezcla de los fieros araucanos y los valientes españoles. Una conjunción mistificante de patria familia y tradición.

Lo que ocurrió no fue, solamente, un sueño de militares llegados al poder que intentaron clonar en un país las practicas e ideas de instituciones totales como el ejercito, sino algo que se venia pariendo en sectores de la masa que esperaban y deseaban realmente un retorno al orden redentor y coesitivo ante la amenaza concreta del proceso de la Unidad Popular , dispuesta s subvertir todos los antiguos valores que daban sentido y fin a estos grupos.

Así, la necesidad de una coercion exterior que los preserve, a ellos y a su idea de mundo, de la disgregación, y que se sabía posible solo en tanto se posee y ponen en funcionamiento un corpus doctrinario ideológico impuesto por medio de la violencia, la censura y el control, esas viajas herramientas…

Entonces cabían perfectamente la simpatía abierta al franquismo, las acciones paramilitares de “Patria y Libertad” y el “Grupo Tacna”, los germanófilos wagnerianos trasnochados, los funerales con honores de estado a antiguos jerarcas nazis aislados en Chile, un retorno a la ideología de la fuerza, del estruendo, de las juventudes con antorchas en Chacarillas, de las estrofas militaristas del himno y los desfiles militares interminables, el honor militar milenarista del escudo del huemul coronado y el cóndor vigilante, el ansia, en resumen, de un pathos nazi…

Esa extraña belleza…
“Súbitamente se hizo el silencio, solo se oía el chapoteo de la lluvia sobre los adoquines y las balaustradas. El Fuhrer estaba hablando. Fue un discurso corto y no entendí mucho, pero la voz era a veces solemne, a veces burlona, los gestos exactos y adecuados. Al terminar el discurso todos lanzaron su heil, la tormenta ceso y la calida luz se abrió paso entre formaciones de nubes de un negro azulado. (…) Yo no había visto jamás nada parecido antes a este estallido de fuerza incontenible. Grite como todos, alce la mano como todos, rugí como todos, ame como todos.” Ingmar Bergnan

Una composición emocional mas que racional, un aparato efectista, una política teatral, el nacionalsocialismo fue, mal que le pese a los buscadores de ciudades prehistóricas y razas míticas, la reactivación de las fuerzas reaccionarias postergadas del autoritarismo prusiano y los sueños imperiales demolidos tras 1918, nutridos por el fuerte componente, antisemita, xenofobico y nacional-populista, capas de seducir y convencer a un pueblo sumido en una profunda crisis económica y social, capas de unir bajo su influjo y su teatral parafernalia a los oligarcas capitalistas asustados por al triunfante revolución bolchevique del 17, la clase media y obrera empobrecida, los olvidados soldados de de la “Gran Guerra”, los jóvenes desocupados y carentes de posibilidades… bajo la discursiva de un de unidad pangermanica y de regeneración política y moral, superando las fracasadas formulas del liberalismo y el marxismo, consideradas como dos lacras de origen judío (Gubert, 2005).

Planteaban así una nueva articulación de entre vida, mito y política (que bien explico Adorno), y que logro crear “un sistema de creencias cursis y crueles que hacían sentir al pequeño burgués alemán- o en este caso que nos ocupa, chileno- poderoso y eterno. Que nos permite profundizar sin llegar a nada profundo, ser místicos sin Dios y ser paganos con calefacción central en la casa” (Gumucio, 2006). Creencias que pudieron seducir a uno de los pueblos mas cultos y prolíficos de la historia (de Goethe a Marx, de Kanta a Wittgenstein…) para convertirlo en un país que cargara, como corresponde, con el peso de una de las mayores matanzas de la historia.

¿Cómo intelectuales, jóvenes, poetas, obreros, marxistas, católicos, protestantes, amas de casa, niños y ancianos alemanes se plegaran tan dócil, inmediata e inconscientemente a un proyecto político que era abiertamente bestial? Respuesta multicausal que todavía no ha logrado ser respondida cabalmente ni por al historia, ni la filosofía, ni la sociología… ¿por que?, ¿Cómo fue posible? Estas preguntas toman mas sentido o encuentran respuestas mas probables si pensamos que la Shoa judía y el Parajmos gitano (otro de los olvidados genocidios…) no fueron una acepción en la tradición centroeuropea y eslava, sino parte de una tradición que podríamos datar con Carlomagno y que persiste hasta hoy, que sintetiza toda una cronología de inquisiciones y progroms cada ves mas técnicamente desarrollados, cada vez mas tecnológicamente perfectos.

Pero los campos de concertación Nazis (y también en los chilenos bajo la dictadura pinochetista, aunque nos duela… eran campos de concentración) no lograron vencer, como nunca lo pudo ningún régimen totalitario, ya que en esos mismos campos de muerte los detenidos, los perseguidos, los odiados, los “sub-humanos”, las razas inferiores, se encontraron en el dolor, se vieron como iguales muchos que hasta entonces se pensaron distintos: judíos, gitanos, armenios, pacifistas, anarquistas (como Vicente Moriones y Georg Elser, el carpintero que realizo un solitario, valiente y fallido atentado contra Hitler ), polacos (como Józef Cyrankiewicz y el heroico Witold Pilecki voluntario para internarse en Auschwitz y organizar la resistencia), objetores de conciencia, checos (como Hans Krasa y víctor Ullmann), comunistas (como Walter Kramer y Ernst Thälmann ), testigos de Jehová, soldados rusos ( como Alexander Pechersky y Stanishlaw Sjmanager que llevaron adelante la rebelión de judíos rusos y gitanos en el campo de exterminio de Sobidor), españoles republicanos (como Jorge Semprun), socialistas (como Leon Blum y Édouard Daladier ), pastores protestantes (como Dietrich Bonhoeffer, Martin Niemöller y Paul Schneider ), trotskistas (como David Rousset), católicos (como los santos Maximilian Kolbe y Edith Stein y el teólogo Jean Guitton).

Pero en nuestro siglo XXI recién estrenado, muerta la historia y enterrado el marxismo ¿es posible que persista la utopía aria de la cruz gramada? Los jóvenes chilenos le han dado el visto bueno aparentemente, más allá de nuestra naturaleza más bien andina, nuestra economía básicamente productora de materias primas y nuestra presidenta socialista muchos jóvenes chilenos (y no tan jóvenes) se sienten mas germánicos, mas europeos, mas arios que lo que su propia genealogía podría justifica.

Chile tiene una interesante tradición nacionalsocialistas (Julián Socorro realizo una magnifica tesis de licenciatura al respecto, “El Movimiento neonazi en Chile entre 1990- 2003” , disponible en formato digital en www.archivochile.com ) con “mártires” incluidos: los caídos en la matanza del seguro obrero en 1938. Pero más que las organizaciones, los pasquines y los intelectuales me preocupan la naturalidad con que hemos aprendido a convivir con la iconografía y la violencia propia del nacionalsocialismo.

Manual de perdedores
“Nos volveremos a encontrar en setecientos años más y volveremos a perder” Ezra Pound a Miguel Serrano

Los mismos símbolos que usaron primero las SS y después los “Hell Angels” regresan a nuestro viejo sur con el mismo propósito: satisfacer el deseo de de jóvenes, por lo demás débiles e impotentes, de compensar su frustración medianotes actos y símbolos de violencia (Hosbawm, 1969). Actos y símbolos quizás mas crueles, ya que solo existen para si mismas, se autoafirman y fortalecen en tanto son un fin en si mismas (en ultima instancia, y aunque no nos guste, los uniformes, las insignias y las banderas del ejercito nazi tenían un propósito practico y propio de la guerra) y es que “lo terrible de soñar con botas nazis, como ocurre en varios submundos y subculturas occidentales, no es solo que recuerdan a Himmler y a Eichmann, los burócratas de un aparato cuyos propósitos eran demenciales. Lo terribles es que para los elementos marginales desorientados, para los pobre débiles e impotentes, la violencia y la crueldad sustituyen al éxito privado y al poder social (Hosbawm, 1969).”

Los sociólogos han propuesto, generosamente, varias propuestas para explicar el origen de este fenómeno, desde las familias desestructuradas que son sustituidas por instituciones grupales disciplinarias y jerárquicas, hasta la influencia de la violencia en los medios de comunicación, pero aquellos que han podido leer entre líneas no han dejado de ver una reacción mas bien emotiva al individualismo imperante (uno que otro, los verdaderamente sicóticos, podrían soñar con el Primer Reich Chileno, pero al mayoría sin duda tenia como prioridad al entra al grupo hacer amigos o encontrar una discursividad que le permita entender un mundo adverso, encontrar un lugar en una realidad que lo margina), sumado a “la cohesión de una autoprotección gregaria y tribal” asi como el ejercicio de la violencia por la necesidad de transgredir el orden social y “como forma de potenciar su sentido del poder y de la seguridad (Gubern, 2005)”.

No poco ayudo a esto la dictadura, pero las esvásticas y las cruces de hierro conviven en la iconografía de skinheads, industriales, góticos y otras tribus urbanas, las botas de monta, las camperas de aviador, los sombreros militares, la violencia implícita, e incluso el militarismo extremo de algunas organizaciones revolucionarias de izquierda han legitimado una especie de nazi chic, un retorno belicista no solo en al estética sino también en la ética (fomentado quizás por esa secreta guerra de todos contra todos que es la ideología de la competencia). Y es que en un país donde el estado poco a poco se desvanece y los anarco-neoliberales (los verdaderos anarquistas que debemos temer) promueven un mercado, la hibridación, la entrada forzada en una globalización desigual y combinada, las insalvables diferencias sociales, provoca inevitablemente la aparición de uno los conceptos mas viejos de la sociología: la nunca bien ponderada Anomia.

La anomia , mas que al falta de normas, es la incapacidad de la estructura social de otorgar a ciertos individuos las matrices de sentido que le dan un lugar a el, y sus acciones, en el mundo. U na disociación entre los objetivos culturales y el acceso de ciertos sectores a los medios necesarios para alcanzarlos… ¿extrañan entonces nuestros nazis vernáculos?

Por eso, para chicos de las periferias santiaguinas o de clases medias temerosas ¿hay algo mas fácil, mas inmediato, mas cercano que la violencia como legitimadora? En un contexto donde la utopía totalitaria de la derecha esta demasiado presente todavía y el estado cada ves desaparece mas rápido, ante el abandono y la ausencia de posibilidades, la violencia y el grupo permiten entrara a una especie “paraíso erótico donde todo esta permitido (Hosbaum, 1994)”, donde la ideología jerarquizas al mundo poniéndolos a ellos a la cabeza, otorgándoles un poder auto atribuido sobre bases genéticas-religiosas-mítico-morales de juzgar el mundo y sus miembros, que los une a una trascendencia en tiempos donde todo lo trascendente se desvanece en el aire, en resumen les da la posibilidad de ser alguien.

La última trinchera es la memoria… Flores Para Simon Wiesenthal

“No es un canto alegre, es canto de fusil,
no es tampoco pájaro de libertad,
es canción de un pueblo obligado a sufrir,
que con sangre y plomo el verso escribirá.”
Himno de los partisanos del Geto de Varsovia

Un fantasma recorre Latinoamérica, es el Fantasma de Simon Wiesenthal, intentando en su cruzada atraparlos últimos criminales de guerra nazi, muchos de ellos asilados generosamente por nuestras dictaduras.

El pueblo judio nos enseño, entre tantas otras cosas, la nobleza de volver a levantarse y la valentía de juzgar a los culpables, nos enseño que patria no es una bandera o un terruño. “Los israelitas eran exiliados, pero el exilio hacia parte fundamental de su credo. Eran y no eran polacos, alemanes, españoles y portugueses. Eran y no eran una raza, eran y no eran una tierra. Eran palabras, eran recuerdos, que es finalmente lo único que somos todos los combes, que es lo que nos cuesta reconocer que solo somos. Los imbeciles que nacieron en alguna parte y que creen que eso les da derecho sobre otros, los edificadores de águilas y los jefes de ejercito, los vociferadores, los demagogos, siempre se sintieron incómodos ante estos ciudadanos que no escondían ser el otro, lo indeterminadamente distinto, la conciencia de que ellos también podían ser desterrados, exiliados (Gumucio, 1999)”

Pero en Chile tenemos miedo todavía de que las recriminaciones justas de los torturados que no pueden dormir por al noches alteren el sueño placido de los torturadores. Y es por que todos, o casi todos, podemos dormir tranquilos por las noches es que todos somos nazis. Y es mejor dormir tranquilos y olvidar….

El olvido es la dulce fruta que tienta a la memoria cada vez que sobre ella se aparece (me acuerdo de la carta que me escribió mi mama tras visitar el “Patio 29” junto con mis hermanas) por que pocas cosas son mas difíciles que el insomnio de la conciencia.

Mientras leía para escribir estas líneas (líneas imperceptibles en el enorme flujo de líneas que se escriben a cada segundo en el mundo, líneas mínimas) la vida de algunos de los muertos en los campos de concentración nazi llego a mis manos un pequeño libro que me ayudo a aguantar este difícil trecho que es escribir sobre la barbarie, pero ya no la barbarie incubierta que queremos hacer aparecer, como alquimistas o prestidigitadores, sino la barbarie pura y llana, es barbarie que hace asomar el oscuro presentimiento de los crímenes de los nazis (pero también los crímenes de nuestras dictaduras, y los crímenes cotidianos, los crímenes cometidos y los por venir), fueron tan inmensos que si toda la raza humana desapareciera como castigo podría argumentarse que estaba justificado…

Y sus consecuencias: modelos económicos aparentemente prósperos erigidos sobre cadáveres, no como una consecuencia no deseada, sino como requisito previo.

Pero hay otra historia más, una historia mas que de alguna forma podamos seguir contra la corriente cada vez mas caudalosa de la barbarie, Una historia mas ínfima y mas rápidamente olvidada, una historia escrita en sangre y en plomo como dice la canción de los partisanos de Varsovia (y como su propia historia, que eligieron resistir no para no morir, sino para tener la dignidad de elegir como morir), historia tejida en alambradas y en subterráneos, una historia que corre junto a la de la barbarie, a la de las torturas, a la de las dictaduras, a la de las persecuciones, una historia otra que convivió con el salvajismo y al crueldad de Dachau, Sobidor y Clij, pero también en los campos de internamiento de republicanos en el sur de Francia, en el Gulag, en los campos de refugiados, en los puestos de control de Sarajevo, en la Escuela de Mecánica de la Armada argentina, en Tejas Verdes, en el Estadio Nacional.

Una historia de secreta resistencia, de infinito amor, una historia que esboza Christian Ferrer en su hermoso Libro “Cabezas de Tormenta” y que espero en un fragmento me quite a mi la obligación de cerrar estas paginas: ”La indiferencia y la crueldad hacia los perseguidos no es solo la herencia que nos deja el siglo; es también la sustancia emocional que garantizo la constitución de la época: la época de la pertenencia orgánica y absoluta a instituciones y regimenes que requieren de absoluta y obligatoria colaboración. La indiferencia constituye una forma horrenda del mal, pues es una emoción sin dios y sin demonio. Ignora su pecado, se prohíbe el intento de comprender, no puede hacerse responsable de si misma. El catalogo de atrocidades de la época esta plagada de colaboracionista, calculadores políticos, temerosos, indiferentes, esteticistas bélicos, fanáticos y asesinos. Pero así como la multiplicación de la desgracia suelta muchos de los cabos que atan a los hombres entre si, también logra que otros lancen amarras en al esperanza solitaria de que alguien la aferre. Un libro quizás imposible podría recopilar la innumerable multitud de gestos solidarios con los prisioneros, los fugitivos, los amenazados y los resistentes: el refugio en los conventos, la protesta solitaria, la huelga contra la ocupación, el alimento donado, el arma escamoteada del arsenal, la ayuda en condiciones dificilísimas. Este libro imposible nos hablaría de un enigma misterioso: el milagro del amor anónimo.”

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3 comentarios

3º comentario y último.

todo está muy bueno

Por MARIO TERRAZAS GUZMÁN el día 19/08/2011 a las 23:55. Responder #

Lo expuesto es verdad, triste, doloroso y amargo.
Las dictaduras en latino-america y en elmundo por el ansia de poder y riqueza… -Alentados por los que se cree superiores y predestinados a dirigir el mundo, – han producido sufrimiento, miseria y muerte.
Sólo con conocimiento, informacón, educación y cultura se podrá evitar repetir estos males.
Gracias por el material entregado
Dr. Mario Terrazas Guzmán

Por MARIO TERRAZAS GUZMÁN el día 19/08/2011 a las 23:53. Responder #

Excelente los articulos escritos.
Había escrito otro comentario, pero me apareció la palabra ERROR.

Por MARIO TERRAZAS GUZMÁN el día 19/08/2011 a las 23:51. Responder #

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Requerido.

Requerido.




 


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