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Sobre la hiper-intelectualización de la educación escolar: la necesidad de modificar el currículo y la infraestructura de la escuela.

por Felipe Mujica
Artículo publicado el 14/06/2020

Resumen
Los sistemas educativos nacen influenciados por la corriente filosófica moderna y racionalista, de modo que con una hegemonía del ámbito intelectual. En la actualidad, con la influencia de las corrientes posmodernas, se sabe que dicha predominancia es absurda y perjudicial para la formación integral de las personas. Por lo mismo, en este escrito se expone la necesidad de mejorar el currículo y la infraestructura de las escuelas.

Palabras claves: escolarización, educación física, educación musical, educación artística, postmodernidad.

 

Introducción
Es casi de sentido común la idea de que la escuela o la educación escolar está en crisis, porque su estructura sigue siendo casi la misma que la de hace 100 años, es decir, está obsoleta. Pero no hay consenso entre el profesorado sobre cómo debemos renovar la escuela, lo cual, según mi perspectiva, se debe, en primer lugar, a la falta de espacios para debatir esta problemática y, en segundo lugar, a los conflictos de intereses que tiene cada disciplina pedagógica cuando se intenta hacer una transformación profunda de la escuela. Este último motivo podría ser el más complejo, porque si el profesorado se resiste a transformar y renovar la escuela, ¿quién emprenderá esta lucha, los médicos, los abogados, los ingenieros, etc.? Seguramente, desde la lógica de algunas personas sería normal que sean otras las profesiones que lideren las proyecciones de la educación escolar, pero no eso no deja de ser absurdo y corrupto. Sobre todo, porque la educación es la cuna de la cultura. Entonces, tenemos esta paradoja que quienes son los especialistas de la educación, pueden estar corrompidos por intereses particulares de índole individual o social. Ciertamente, no todo el profesorado es parte de esa paradoja, es más, hay muchos movimientos sociales de docentes que hace tiempo están cuestionando la lógica de la escuela, incluyendo, por supuesto, al profesorado chileno.

En este breve ensayo, analizaré uno de los principales problemas vigentes de la educación escolar, en concreto, la hiperintelectualización. A su vez, expondré lo que sería a mi juicio la salida más adecuada para la formación humana integral del alumnado, lo cual, por cierto, implicaría grandes cambios curriculares y de la infraestructura de las escuelas.

Educación escolar ultra racionalista
Una de las grandes influencias filosóficas que estuvo presente en el inicio de los primeros sistemas educativos formales europeos y americanos, es la corriente racionalista heredada del movimiento social de la ilustración (Barrios, 2005; Cagigal, 1975, 1984; Stein, 2006). En dicha corriente lo más importante de la existencia humana, evidentemente, era el saber teórico, intelectual y especulativo. Cabe destacar que el ámbito racional y cognitivo humano no se reduce al aspecto teorético, pero el foco de la anterior corriente filosófica sí que estaba en dicho aspecto. Por lo mismo, en este escrito se utilizará el término intelectual para representar el saber teórico o teorético. Con respecto a la escuela, no es difícil percibir que en las últimas décadas ha estado centrada o enfocada en los aprendizajes de corte intelectual, repartidos en asignaturas como matemática, lengua, ciencias naturales, ciencias sociales, filosofía, etc. En mucha menor medida se han incluido otros tipos de aprendizajes de corte no teorético,  reflejados en asignaturas como educación física, educación musical o educación artística. En otras palabras, ha existido un evidente desprecio a los saberes y aprendizajes no intelectuales (Mujica e Inostroza, 2020).

De acuerdo con Barrios (2005), la crítica filosófica a la modernidad (racionalismo) fue muy fructífera y permitió que emergieran nuevos paradigmas educativos. Paradigmas educativos que pueden ser considerados posmodernos, ya que rechazan ciertos principios de la ilustración, por ejemplo, la extrema idolatría al razonamiento teorético (Mujica, 2020a). Criticando a la errada perspectiva ultra racionalista de la educación, la filósofa alemana Edith Stein explicó que la principal finalidad de dicha pedagogía era la siguiente:

El de un saber[1] a ser posible completamente enciclopédico; la idea usual del alma, la de una tabula rasa en la que se debe escribir lo que se pueda mediante la comprensión intelectual y el troquelado mnemónico[2] (Stein, 2006, p. 142).

Siguiendo la perspectiva del filósofo español Unamuno (1971), diríamos que la corriente racionalista de la educación peca de no reconocer los límites del ámbito intelectual, de modo que es absurdo plantear una hegemonía del saber teorético. En ningún caso los grandes intelectuales que han rechazado la mirada hiper-intelectualista de la sociedad han intentado negar la importancia de dichos saberes, sino que cuestionan la extrema consideración que oprime otros ámbitos humanos que no descansan en la razón teorética e incluso algunos tampoco en la razón práctica, por ejemplo, buena parte de los aprendizajes éticos (Mujica, 2020b; Ortega y Gasset, 2018; Scheler, 2001, 2005; Unamuno, 1971, 1983; von Hildebrand, 2009).

Luego de advertir que la educación todavía sigue siendo prisionera del ideal racionalista o intelectualista en las escuelas, es preciso plantear una alternativa en el siguiente apartado.

Propuesta para trascender la educación ultra racionalista
Frente a las denuncias que constantemente se hacen por el intelectualismo desatado que se practica en las escuelas, han surgido algunas alternativas orientadas al trabajo interdisciplinario, por ejemplo, el aprendizaje basado en proyectos. Considero que cualquier alternativa que no le otorgue más presencia curricular a las asignaturas de corte no intelectualista, es una estafa o un disfraz con relación a la superación del exacerbado protagonismo que goza el saber teorético o enciclopédico (Stein, 2006). En otras palabras, son alternativas que continuarán atrofiando el desarrollo personal.

Se considera que una excelente proyección para superar el intelectualismo en la escuela, es que todos los días el alumnado tenga bloques de contenidos que incluyen aprendizajes principalmente no teoréticos. Mirado desde el panorama curricular actual, educación física, educación musical y educación artística debería estar presente todos los días en los procesos de enseñanza aprendizaje-escolar. Dicha presencia, basándonos en una educación integral, debería estar todos los días en la misma proporcionalidad que las disciplinas pedagógicas de corte intelectual. En otras palabras, si la escuela dispone de ocho horas pedagógicas, cuatro deberían orientarse a aspectos no estrictamente intelectuales y las otras cuatro a ese aspecto mencionado. También podría plantearse otro currículo, pero considero que los contenidos curriculares no están obsoletos, es decir, lo que está en crisis es la estructura u organización del currículo escolar. Asimismo, su infraestructura también está en crisis y es un impedimento para cambiar la estructura curricular, ya que tiene un diseño propicio para los aprendizajes teoréticos y en menor medida para los físicos o corporales, musicales y artísticos. Por lo tanto, si cambiamos la estructura curricular, es fundamental transformar la infraestructura escolar. La educación privada sabe esto y por eso han invertido en tener piscinas, múltiples canchas o pistas deportivas, así como espacios para la música y el arte. La educación pública nuevamente va retrasada y carece de la ilusión como de los medios para dichas mejoras.

Consideraciones finales
Percibo que las ideas planteadas en este escrito son muy complejas de llevarse a la práctica, porque pueden encontrar muchas barreras de carácter cultural, económico e intelectual. Sobre estas últimas barreras ideológicas, creo que haremos bien con empezar a debatir sobre el futuro de la escuela, de su currículo y de su infraestructura. Los beneficios pedagógicos de la música, el ejercicio físico, el deporte y el arte cada vez son más difundidos en la literatura especializada y no especializada, de modo que argumentos para incluir todos los días estos ámbitos en la enseñanza escolar no faltarán. En cuanto a los beneficios de la exagerada intelectualización de la educación, no son para nada fruto de nuestra época posmoderna, por lo que es fundamental que el profesorado en general comience a comprender el error de la actual estructura curricular y priorice el buen desarrollo de su alumnado y, a su vez, de la cultura de cada territorio. Somos los profesionales de la educación los que debemos liderar la renovación de la escuela y con una actitud quijotesca, porque tendremos un camino difícil de recorrer.

 

Referencias bibliográficas
Barrios, L. (2005). Visión crítica de las teorías postracionalistas de la educación. Revista Iberoamericana de Educación, 36(2), 1-8. doi: 10.35362/rie3622824

Cagigal, J. M. (1975). El deporte en la sociedad actual. Madrid: Prensa Española.

Cagigal, J. M. (1984). ¿La Educación Física ciencia? Educación Física y Deporte, 6(2-3), 49-58.

Mujica, F. (2020a). El término Educación Física en la posmodernidad: contribución de algunas perspectivas fenomenológicas. Retos. Nuevas Tendencias en Educación Física, Deportes y Recreación, 38, 795-801.

Mujica, F. (2020b). Educación ética basada en el amor. El valor moral de las emociones. Sevilla: Punto Rojo.

Mujica, F. e Inostroza, C. (2020). Políticas educativas, evaluaciones estandarizadas y formación escolar integral en Chile: análisis de la desvalorización a diferentes materias del currículo. Dilemas Contemporáneos: Educación, Política y Valores, 7(2), 1-20.

Ortega y Gasset, J. (2018). Estudios sobre el amor (17ª ed.). Madrid: Edaf.

Scheler, M. (2001). Ética. Nuevo ensayo de fundamentación de un personalismo ético. Madrid: Caparrós.

Scheler, M. (2005). Esencia y formas de la simpatía. Sígueme: Salamanca.

Stein, E. (2006). La mujer. Madrid: Palabra.

Unamuno, M. (1971). Del sentimiento trágico de la vida (12ª ed.). Madrid: Espasa-Calpe.

Unamuno, M. (1983). Amor y Pedagogía. Nada menos que todo un hombre. Madrid: Club Internacional del Libro.

Von Hildebrand, D. (2009). El corazón. Madrid: Palabra.

NOTAS
[1] Las cursivas de esta cita son parte de la cita textual.
[2] El término mnemónico hace referencia a la memorización.

 

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2 comentarios

Estimado Felipe
No podría estar más de acuerdo con usted… por mi propia experiencia escolar, que recuerdo muy bien, como por la experiencia que observo en mi hija, actualmente con 11 años y en sexto básico, a quien y con razón no la noto interesada en la distintas asignaturas que pretenden enseñarle en su colegio y que en cambio si la veo interesada y mucho en la interacción con sus compañeros y compañeras, y por lo mismo la crítica que yo le haría a su planteo es que me parece insuficiente modificar el currículo. Yo pienso que habría que enfocar la educación con una óptica diferente, como usted dice, no desde la intelectualidad, sino desde el juego, que está en la esencia de la infancia.
Me parece aberrante que los niños deban permanecer no sé cuantas horas al día sentados en sus pupitres, como galeotes encadenados a sus remos, sin poder dialogar con sus compañeros.
-Que se sienten y anquilosen los profesores en esos pupitres –digo yo.
Lo que necesitan los niños es correr, jugar, y están en la edad de hacerlo. Y la única manera de “educarlos”, creo yo, es mediante el ejemplo y con una actitud lúdica, entrando en su juego. Jugando con ellos. Y no tratando de meterles un montón de cosas que no les interesan en la cabeza. A menos que ellos pregunten para qué sirve sumar y restar y cómo se conjuga el verbo amar y el verbo pelear y otras materias por el estilo.
Estimado Felipe, creo que el tema que usted plantea es de suma importancia y urgencia, y que hay que tomárselo muy en serio. Mal que mal, más allá de la educación, se trata de la felicidad de nuestros hijos, del futuro de la humanidad y del enfoque con que debemos reorientar nuestra cultura que, sin duda alguna, tenemos que modificar radicalmente.

Por Adolfo Pardo el día 16/06/2020 a las 11:58. Responder #

Tienes mucha razón Adolfo, el juego es muy importante. Una modificación del currículo para mí sería lo más realista y necesario, ya que, como planteo en el escrito, valoro la importancia de las asignaturas de carácter intelectual, pero estoy en desacuerdo con el peso curricular de los otros ámbitos. Un cambio que está dándose a nivel mundial es la enseñanza por competencias, lo cual hace de las enseñanzas intelectuales menos teóricas y más enfocada en la razón práctica, de modo que también incluiría juegos. A Chile eso recién esta llegando a las universidades y con más lentitud se verá en las escuelas. Lo importante es comenzar a debatir el tema y entender que la escuela debe ser renovada de forma suficiente para que el alumnado pueda desarrollarse de forma integral y con entusiasmo.

Un abrazo Adolfo.

Por Felipe Mujica Johnson el día 16/06/2020 a las 13:31. Responder #

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Requerido.

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