EN EL MUNDO DE LAS LETRAS, LA PALABRA, LAS IDEAS Y LOS IDEALES
REVISTA LATINOAMERICANA DE ENSAYO FUNDADA EN SANTIAGO DE CHILE EN 1997 | AÑO XXVIII
PORTADA | PUBLICAR EN ESTE SITIO | AUTOR@S | ARCHIVO GENERAL | CONTACTO | ACERCA DE | ESTADISTICAS | HACER UN APORTE

— VER EXTRACTOS DE TODOS LOS ARTICULOS PUBLICADOS A LA FECHA —Artículo destacado


Esclavas en la Provincia de Costa Rica del siglo XVII: atributos y mercado.

por José David Ramírez
Artículo publicado el 30/01/2020

esclavosResumen
Este ensayo reconstruye los aspectos etarios y étnicos que fueron tomados en cuenta durante las transacciones procesadas con mujeres esclavizadas de manera legal, además de comprender las condiciones materiales y sociales enfrentadas por ellas dadas en la provincia de Costa Rica del siglo XVII.

Palabras clave
Mujer, Esclavitud, Colonialismo, Historiografía, Mercado, Costa Rica.

 

Slaves in the Province of Costa Rica from the 17th century: attributes and market.
Abstract
This essay reconstructs the age and ethnic aspects that were taken into account during the transactions processed with legally enslaved women, in addition to understanding the material and social conditions faced by them in the province of Costa Rica in the seventeenth century.

Keywords
Women, Slave trade, Colonialism, Historiography, Markets, Costa Rica.

 

1) Prólogo
La relevancia de estudiar el tema de la esclavitud en Costa Rica durante el siglo XVII reside en los huecos de comprensión histórica existentes debido a las pocas pesquisas de investigación que apenas cuentan con apoyo, empero, aporta un aporte significativo al estudio de los grupos subalternos y la lucha contra el racismo[1]. Cabe señalar que, para los siglos posteriores hay trabajos más sistemáticos estudiados desde datos extraídos en los Censos Borbónicos para el siglo XVIII, por ejemplo, en el artículo llamado «Papel reproductivo y productivo de las mujeres esclavas en Costa Rica en el siglo XVIII», de la historiadora María de los Ángeles Acuña León, se estudia “…la explotación sexual y económica que enfrentaron las mujeres esclavas en la provincia de Costa Rica durante el siglo XVIII”[2].

Asimismo, el interés o compromiso social de este ensayo recae en visibilizar esa condición dicotómica de mujer/esclava (sin dejar de lado, la adscripción a otros factores, por ejemplo: raza y años de vida) tan presente en la sociedad colonial, con el fin de aportar de manera sistemática un criterio diverso de los casos presentes (con diferencias y similitudes) entre sí. Básicamente, se recopilaron un total de 85 escrituras (casos) de tipo notarial que fueron sistematizadas en una base de datos a través de categorías raciales y etarias. Así, la delimitación temporal y espacial, no sólo un asunto de fuentes fragmentadas y poca bibliografía sobre el tema, sino, estuvo en búsqueda de la poca especificidad existente sobra la génesis de la esclavitud colonial en Costa Rica. Por lo tanto, en este ensayo se explora el perfil etario y racial tomado en cuenta durante el intercambio de esclavas femeninas en la Costa Rica del siglo XVIII. Es importante señalar que, estos documentos no responden únicamente a las esclavas que correspondían a la Ciudad de Cartago, sin embargo, hay que tener en cuenta que sí son las transacciones celebradas en dicho espacio a razón del proceso legal que debía efectuarse en esas inmediaciones.

2) Condiciones legales y contexto
El reconocido historiador de la esclavitud transatlántica, Paul E. Lovejoy, en su artículo «Esclavitud y comercio esclavista en el África Occidental: investigaciones en curso», define de manera sencilla desde la literatura especializada que la esclavitud es una condición donde “…a los individuos se les niegan sus derechos como seres humanos y en la que sus cuerpos son considerados como bienes que pueden ser comprados y vendidos sin consentimiento o consulta”[3]. En otras palabras, un esclavo es una simple mercancía más, sin importar la edad, el sexo o la raza (en términos históricos).

Sin embargo, Lovejoy deja en claro que es una institución milenaria y que ha existido desde hace siglos de forma transatlántica, la cual va desde el siglo XVI en el continente africano hasta después del periodo de la abolición durante el siglo XIX, y que las formas racistas de esclavitud que persisten en las Américas son solamente una variante notoria de este sistema. Dicho proceso también es posible señalarlo gracias a los aportes de historiadores como Ibrahima Thioub y Boubacar Barry que, evidenciaron la expansión de la esclavitud al interior de África Occidental durante los siglos de la esclavitud transatlántica (que fue un sistema de tráfico de personas desde África a Europa y luego a América), reconociendo la repercusión de dicha esclavitud en la los campos de la historia política, social y económica de África Occidental como un sistema devastador bajo cualquier manera en que se perciba.[4]

En el caso costarricense con respecto a cómo se concretó la esclavitud hay que demarcar una diferencia importante entre el uso de capital humano esclavizado en las grandes plantaciones del Caribe y los casos de economías menos extensivas (en donde calzaría el caso de Costa Rica). Sin embargo, hay que señalar que estas dos formas coincidían en el uso de la violencia como un factor medular del sistema esclavista, dicha violencia se puede expresar en el castigo físico y la explosión social que, con el tiempo este último se desarrolló en lo que hoy en día se conceptualiza como racismo o segregación racial.[5]

En dicha perspectiva, aunque la esclavitud colonial en nuestro contexto centroamericano no se dio con la misma intensidad que experimentaron las grandes plantaciones caribeñas o norteamericanas pero sí existía el peso de un sistema en donde la elite obtuvo participación para nutrirse de excedentes monetarios útiles para su interés personal durante el período de esclavitud en la región. En términos legales y como sistema desde el siglo XVI hasta 1824, fue en ese último año en que Centroamérica fue “…abanderada en el establecimiento de los derechos del hombre y del ciudadano… aboliendo definitivamente la esclavitud«, dándole a Guatemala el papel principal de haber prohibido legalmente la esclavitud en el istmo al encabezar a las Provincias Unidas de Centroamérica, ya independientes de España, teniendo incorporada a Costa Rica (desde marzo de 1824), dicho evento fue celebrado el 24 de abril del año referido.[6] Lamentablemente, la misma suerte de liberación no corrió igual para las personas que fueron esclavizadas dos siglos antes de este gran hito histórico.

En nuestro caso que estamos estudiando escrituras legales que revelan ventas, donaciones, demandas, compras, pleitos, permutas, poderes, herencias y liberaciones, hay que ser bastante cuidadosos a la hora de estudiar los criterios rígidos en el siglo XVII en la clasificación estricta de la población por castas, siempre demarcadas por los “supuestos” raciales de los individuos. No está de más señalar que sólo encontramos referencias indirectas en ventas sobre procesos de donaciones sufridos, pero no hay ni un solo caso legal sobre esto. Pero no fue hasta fines del siglo XVIII bajo niveles estrictos, en donde los criterios de las autoridades civiles y eclesiásticas según la distribución de la población agrupada por castas se basó principalmente en el conocimiento que tuvieran de los antepasados de las personas esclavizadas y en su apariencia física. Queda decir que, si se presentaba un desconocimiento sobre estos factores en muchos casos dicha clasificación podía resultar antojadiza o hasta inconstante a través del tiempo, como bien lo comprueba Russell Lohse.[7]

Bajo este panorama, un sector de la población blanca algunas veces era categorizada como mestiza, castiza o hasta mulata, en el tanto se tuviera un antepasado indígena o negro identificable o si así se consideraban, esto sucedía a veces porque la autoridad reconocía rasgos indígenas o negroides, en raras ocasiones, se pregunta por el auto-reconocimiento. El genealogista costarricense Mauricio Meléndez Obando señala que la clasificación racial en los registros de bautizos estaba tentada por el conocimiento, interpretación o decisión de los padrinos de la criatura, quienes a menudo eran los encargados de ir a la pila bautismal, dichas problemáticas no son tan complejas en el siglo XVII, pero no dejan de tener un peso posible de sesgo, el cual hay que arrastrar al utilizar fuentes limitadas como escrituras de “mercancía” esclavizada. De hecho, en los datos estudiado sólo se encontró el ofrecimiento de una probatoria de libertad según la declaración del amo, y ocho casos en que se concedieron la libertad por medio de cartas o procesos, esto sin menos preciar un documento muy interesante que nos habla de una carta sobre la liberación de varias esclavas, aunque bien, desconocemos el número exacto, siendo la estrecha relación con el amo un factor importante para la liberación. Por consiguiente, los intentos de oposición por parte de los albaceas eran inútiles ante la decisión del gobernador, pues se probaba con testigos que el amo había declarado su libertad poco antes de morir.[8]

La Costa Rica colonial fue una sociedad esclavista con carácter legal en donde las personas esclavizadas no fueron el motor principal de la economía sino que, podríamos decir, fue una forma más de trabajo, donde la línea entre esclavitud y libertad no era tan definida al poder ser salteada, por lo que, se evidencia en nuestras fuentes la posibilidad de manumisión, nombre legal del término que recibía el proceso de liberar a un esclavo, medio por el cual se convertía en un liberto.

El estudio de las mujeres esclavizadas para el siglo XVIII nos acerca a su convivencia cotidiana, y aporta a este estudio un conocimiento indispensable sobre sus labores en las calles, las haciendas, las casas, los mercados y las relaciones con otras castas como indígenas, mestizos o españoles, como también con sus compañeros de origen afrodescendiente, ya sean negros y mulatos, o sus “similares”.

Lamentablemente no pudimos recolectar mucha información sobre los oficios realizados por las esclavas en los casos individuales, pero sí pudimos encontrar una Real Cédula impresa y dirigida el 2 de diciembre del año 1672 a los Virreyes, Presidentes, Gobernadores, Arzobispos y Obispos de las Indias con el fin de presentar impedimentos a las esclavas vendedoras, quienes en aquel momento si no retornaban con las ganancias las obligan a conseguirlas en las noches con “torpeza y deshonestidad”. Este es un documento que revela la crudeza y la violencia de la época por parte de los dueños en detrimento del cuerpo de las esclavas, por lo que, la Corona Española tuvo que intervenir en ese trato público dada a la esclavitud femenina y obviamente en defensa de la “moral” pública. Aunque esto no reguló mucho con respecto al espacio privado entre los amos y las esclavas, pues confirma lo sucedido en el siglo XVIII con el trabajo esclavo femenino en los mercados, siendo una continuación de lo vivido un siglo antes con el trabajo de ventas callejeras. Asimismo, el documento enfatiza en que fue dictado con noticia de la costumbre introducida en las Indias por los dueños de esclavas, de enviar a estas con el fin de hacer la ganancia por medios deshonestos pero siendo sólo un impedimento para salir de noche de las casas de sus dueños, en el tanto las esclavas que fueran negras, aunque fueran esclavizadas o libres.[9]

Entorno a la transacción de la mercancía esclava femenina en el siglo XVII, es importante dentro de nuestro análisis cualitativo rescatar la institución del escribano, aquel oficio público que estaba autorizado para dar fe de las escrituras u otros actos que se desarrollaban ante su juicio. Así, en nuestra documentación con regularidad se señala que cuando había participación del gobernador o los notarios era debido a la falta de escribano, ya que tomaban la figura de la entidad o persona legal que se hacía cargo del documento emitido que, se suponía, normalmente, debía ser un cargo en potestad del escribano. Según nuestra base de datos con respecto a la entidad o persona que produjo el documento, los nombres más destacados para realizar las transacciones sin ser escribanos de forma ascendiente son: Sebastián de Sandoval Golfín, quien fue Alcalde y Sargento Mayor; y el Alcalde Juan de Echavarría Navarro. Los demás con mayor papel fueron los reconocidos escribanos: Blas González Coronel, Escribano del Cabildo y el Gobierno; y Francisco Ramírez Rodado, entre otros destacados de la época como Luis Machado y Manuel de Flores.

3) Comparaciones con otras investigaciones
Uno de los posibles problemas más recurrentes al estudiar el tema esclavista americano durante la época colonial es confundir que el mero estatus de esclavo o liberto estaba relacionado a una historia étnica superficial o una posición social en común, ya sea entre aquellas personas que aparecen en la documentación por motivos ajenos a los del imaginario esclavista, sin cuestionarse más a fondo, y partiendo sólo de supuestos. Un ejemplo explicativo de un supuesto puede condicionarse por la visión del pasado colonial presentado por la historiografía decimonónica, esto al relacionar todo tipo de esclavitud con la casta de una persona negra, masculina y con orígenes sociales humildes, posiblemente, esto se haya ocasionado al no cuestionar de una forma estricta la documentación histórica que había sido brindada por los intereses de sus propietarios o los funcionarios de la Corona, haciendo correlaciones espurias muy generalizadoras. Dicho en otras palabras, no podemos afirmar que del todo la historiografía decimonónica desconocía de una crítica de fuentes útiles, no obstante, muchas veces por el contexto de la época, la lectura de la esclavitud estaba llena de estigmas raciales, ofreciendo un proceso de crítica en la autenticidad de los documentos pero impidiendo al mismo tiempo el de veracidad de los datos cotejados.[10]

Empero, hay investigaciones históricas más profundas que llegan a revelar un universo social más englobado, complejo y distinto, e inmerso en un mundo de relaciones sociales dentro y fuera de América que hayan jugado tan diversos papeles entre sí. Ante esto, la Dr. Rina Cáceres en el año 2000, por medio de su libro «Negros, mulatos, esclavos y libertos en la Costa Rica del siglo XVII»[11], nos adentra a un eje histórico sobre las facetas étnicas, socio-políticas y económicas sufridas por la provincia de Costa Rica en el siglo XVII, espacio y tiempo que también se trataron en este trabajo. Asimismo, a favor de demostrar su argumento sobre el papel de los afrodescendientes en el territorio costarricense, se nos explica la dinámica de la integración de la región centroamericana en términos del crisol étnico y hasta el atributo pardo de las milicias en la provincia de Costa Rica.[12]

Además, Cáceres da cuenta de la historia de los negros africanos que fueron sacados de sus tierras por los comerciantes europeos dedicados a la trata de personas, dichos comerciantes principalmente eran ingleses, portugueses, franceses y holandeses que les vendían luego a los españoles o en nuestro caso a los criollos costarricenses. Dicha finalidad recaía en satisfacer sus necesidades por medio de la mano de obra a causa de la falta del recurso indígena, los cuales habían sufrido una hecatombe demográfica a causa de los efectos nocivos en la salud pública que se dieron sobre la población del Valle Central a través de la epidemia de 1576. Esto lo había señalado hace muchos años atrás el profesor Carlos Meléndez en su artículo «Los orígenes de la propiedad territorial en el Valle Central de Costa Rica durante el siglo XVI» del año 1960. Empero, la investigadora también nos relata, como parte del eje argumental, sobre el lento proceso de asimilación de las poblaciones afrodescendientes en la región centroamericana y el territorio costarricense.[13]

Cáceres le aporta a esta investigación muchas ideas no sólo en el entendimiento del componente negro de la esclavitud, sino que, también en términos de búsqueda, crítica y análisis de fuentes en forma de triangulamiento y cotejeo, utilizando variadas fuentes primarias y segundarias, con hechos históricos que aportaron gran conocimiento a la historiografía costarricense, tomando textos clásicos para validar su argumentación. Cáceres construyó esta tesis partiendo desde hallazgos pertenecientes a la historiadora Claudia Quirós hasta la tesis de licenciatura de Sandra Chavarría sobre “El Cabildo de Cartago (1564-1750)” o la de María Elena Calzada Carboni sobre “El Pacífico Central y el Valle Central de Costa Rica (1560-1650)”. Lo anterior, tiene el fin de justificar la hipótesis de que la provincia de Costa Rica en el siglo XVII «…padecía de una crisis económica aguda, que se manifestó en graves alertas sanitarias (epidemias de sarampión y de viruelas),» lo que supuestamente desestimó la explotación de mano de obra indígena y la importación de personas esclavizadas con origen africano para algunos lapsos de tiempo. También tomando en cuenta que, dicho siglo presentaba «…rivalidades políticas latentes entre la autoridad real y las familias de poder, y por la amenaza permanente de contrabandistas ingleses, franceses y holandeses…» en Costa Rica. Así, podemos concluir que, el fin argumental de Cáceres es dar conciencia sobre los once millones y medio de víctimas de la trata de personas a manos de los negreros, y que también algunos miles de esclavizados o sus descendientes encallaron en Costa Rica desde inicios del siglo XVII y habían pisado el territorio desde antes por medio de expediciones.[14]

Cáceres también se da a la tarea de recolectar, cuestionar, categorizar y utilizar fuentes notariales para el siglo XVII, las cuales son 502 escrituras que revelan ventas, compras, donaciones, dotes, herencias y hasta liberaciones, esto tanto hombres como para mujeres. Sin embargo, estas diferencias no se explotan lo suficiente, por ejemplo, al comparar cada una de estas variables entre sexos para teorizar posibles diferencias o similitudes dependiendo del caso. De hecho, la autora es bastante crítica con la capacidad de sus fuentes, pues aclara que dichas cifras no permiten determinar el verdadero peso del fenómeno, ya que otras transacciones se hacían por fuera de las normas legales, ya sea para escapar a la tributación, evitar gastos notariales o hasta por la falta de sensibilidad al tema, pues también la esclavitud era objeto de contrabando como cualquier otra mercancía más. Cada una de las transacciones está sistematizada con el total de los vestigios encontrados en el Archivo Nacional de Costa Rica, con base en las huellas notariales.[15]

Con respecto al precio, el perfil social de los vendedores, la cobertura geográfica, la edad de los esclavos, entre otras cosas, son algunas de las variables que Rina Cáceres analiza con mucha fineza como historiadora. Empero, la autora trata de demostrar que el comercio de esclavos se realizaba a menudo en las zonas centrales de la provincia, y que eran donde las transacciones interregionales no eran excepcionales[16], aunque bien, en mi caso de estudio en términos de esclavitud femenina no puedo aseverar todo esto, únicamente la primera premisa de que al parecer el trámite legal del comercio tenía más relevancia y control en las zonas centrales; y en el segundo aspecto, más bien, parece contradecirse hasta cierto punto con nuestros hallazgos, ya que raramente se da un trámite de forma interregional o hasta internacional con los datos notariales que poseemos, pues cuando se da algo externo a Cartago es un evento muy extraordinario al parecer, pero hay que tener en cuenta que los datos estudiados en este ensayo son limitados.

Aunque mis investigaciones no revelan algo de un mayor calibre global, por falta del otro complemento poblacional, o sea, los hombres, sí se evidencia ciertas falencias en el argumento de Cáceres, por ejemplo, cuando explica que «…el ritmo de las ventas se incrementa al final del siglo XVII, lo que tiende a mostrar que la provincia costarricense estaba incrementando su articulación al comercio mundial por la venta de su cacao…«[17], esto cuando la economía de la provincia de Costa Rica estaba en una fase de salida de crisis. Así, el argumento mencionado de la mano de obra afro y esclavizada puede estar realmente sujeto a poca comprobación.[18]

Es importante contraponer esta idea anterior con el trabajo de Carlos Rosés, «El ciclo del cacao en la economía colonial de Costa Rica, 1650-1794,»[19] pues él rescata una propuesta dada por Samuel Stone que puede ayudar a repensar lo propuesto por Cáceres. Pues se refiere al papel de la mano de obra esclavizada entorno al cultivo del cacao, expresando que una hacienda de cacao podía ser atendida por sólo dos esclavos debido a su poca necesidad de trabajadores para su adecuado mantenimiento y recolección de frutos.[20]

Asimismo, Rosés expresa que ese producto reunía las condiciones idóneas por su desarrollo como primer producto de exportación de la provincia de Costa Rica, debido a la poca exigencia en la mano de obra. Asimismo, parte de la historia del territorio desde la economía colonial hasta la época republicana es que, fue un lugar que se presentó con una escasez en la mano de obra, en donde dicha falta dificultó el desarrollo de los cultivos de exportación, y que en el caso del cacao este argumento suena bastante invalido, dicha esclavitud, en términos generales posiblemente estaba (como en el caso de la mujeres según esta investigación) relacionada aún más a trabajos personales con el dueño, pues queda la duda del por qué las cifras de esclavos son tan altas y en aumento a finales del siglo XVII.[21]

Otro factor es que se dio un estancamiento de la producción de cacao entre 1688 y 1693 como lo señala Philip MacLeod, en su texto «Auge y estancamiento de la producción de cacao en Costa Rica,1660-1695»[22], por lo cual, vuelve aún más ilógico atribuirle las grandes y crecientes sumas de esclavos a la producción de cacao en términos de varias décadas. Cabe señalar que, dicho estancamiento fue un problema sujeto a factores de ataques piratas, declive comerciales en el exterior y comercio ilegal luego de 1690, además de algunas leyes españolas y las formas en que se transmitían una herencia que conducía a la fragmentación de las haciendas en partes cada vez más pequeñas, y como un factor de menor peso, la situación de la mano de obra se transformó al prohibirse el trabajo de los indígenas Urinama, Así, los plantadores empezaron a depender mayormente de esclavos de origen africano y mano de obra asalariada, aunque ya en un contexto no tan lucrativo y favorable, sino que, de estancamiento, el cual mucho menos era de auge o con necesidad económica-laboral debido a la crisis.[23]

Es apreciable en nuestros datos construidos que la mayor alza de trámites realizado con esclavas y sus descendientes aparece entre 1663 y 1665, con algunos intentos de picos altos de 1659 a 1662, y similares a casi mediados de los ochentas con una baja en sus finales pero que vuelve a subir a inicios de los noventas. No obstante, estos datos no representan un universo estadístico basto, puesto que, simplemente, son útiles para dar una idea o cuestionamiento de las alzas principales en relación con el aumento de personas esclavizadas, en este caso, mujeres e hijos, esto para la segunda mitad del siglo XVII.

Básicamente el problema recae en lo que ya hay escrito sobre el tema, ya que Cáceres sólo nos da unas pocas pruebas, aunque bien, no son suficientes para sustentar su afirmación de la supuesta relación en incremento de esclavos y cacaoteras a partir de 1650. La autora señala que uno de los comerciantes se arriesgó en ese entonces a importar hasta 47 esclavos en una sola compra. Empero, era una cuestión algo esperada que los compradores pertenecieran a los sectores sociales más favorecidos, y hasta integrantes en el alto clero, como las compras hechas por el cura Francisco de Ocampo Golfín o el presbítero Tomás de Colina Ruiz, los cuales disponía de las liquidez necesaria para comprar de golpe un puño de esclavos.[24]

Otro aporte interesante del trabajo de Cáceres que es útil para esta investigación, recae en que nos da unos precios generales del valor de un esclavo en el mundo hispano a tomar en cuenta como punto comparativo, los cuales oscilaban en función de la edad y la robustez de quien se encontraba en venta, agrego yo que en el caso de las esclavas dicha obtención debió haber estado más sujeta a gustos sexuales. Pues, se rondaba entre 150 pesos por un niño de diez años a 400 pesos por un adulto, no obstante, no se hace alusión al sexo. Empero, en el texto de la historiadora sí se rescata el trato, expresando que desde África eran medidos y juzgados según sus capacidades físicas, dicha operación era llamada palmeo, siendo útil para fijar el precio y, luego marcarlos como ganado y colocarlos en el mercado europeo o americano. Dichas marcas eran realizadas con hierro ardiente en el hombro como símbolo de que dicha mercancía era importada legalmente y había pagado sus respectivos impuestos reglamentarios.[25]

Por su parte, la historiadora María de los Ángeles Acuña León, tiene tres investigaciones en formato de artículo que son de suma ayuda para este ensayo entorno a observar las continuidades o discontinuidades de la esclavitud del siglo XVII hasta el siglo XVIII, por ejemplo, el primero llamado «Mestizaje, concubinato e ilegitimidad en la provincia de Costa Rica, 1690-1821”, es una investigación que tuvo como fin estudiar el dinamismo del mestizaje por medio del concubinato y la ilegitimidad, usando el caso de la provincia de Costa Rica en el período 1690-1821, en el contexto histórico de la era de la encomienda hasta la independencia, para ello, se estudió los vínculos de sangre, redes sociales, compadrazgo y las respectivas relaciones económicas; el segundo trabajo lleva el título de «Mujeres esclavas en la Costa Rica del siglo XVIII: estrategias frente a la esclavitud», en esta otra investigación se analizó el papel de la esclavitud en la vida cotidiana de la Costa Rica del siglo XVIII, donde el fin era estudiar a la mujer esclava en dicha sociedad, por lo tanto, se investigaron las rutas en las cuales llegaron estas mujeres a la provincia de Costa Rica, hasta los mecanismos de acción y negociación para sobrevivir ante dicha situación.; y el tercero artículo es titulado «Papel reproductivo y productivo de las mujeres esclavas en Costa Rica en el siglo XVIII», en ese trabajo se intentó explorar el papel sexual y económico que enfrentaron las mujeres esclavas en la provincia de Costa Rica durante el siglo XVIII, ya sea desde reproductoras de mano de obra por medio de la respectiva legislación del momento, como también su rol como productoras de riqueza a través de su propia mano de obra o valor de mercancía, sin dejar de lado, los castigos a los que fueron sometidas, a las enfermedades sufridas, a las estrategias de resistencia y las vejaciones vividas. Cada temática tocada en estos trabajos de Acuña es de suma utilidad para los fines investigativos de quienes buscan entender el desarrollo esclavista en la provincia colonial de Costa Rica, y especialmente en su génesis durante el siglo XVII y sus repercusiones en el siglo XVIII.[26]

4) Un acercamiento a las fuentes primarias
Las referencias a la raza del total de 85 escrituras (casos) de tipo notarial aparecen únicamente dadas con una totalidad de 38 veces. Los datos evidencian una mayoría afrodescendiente, donde había una primacía de negras y mulatas posiblemente con orígenes no tan lejanos o directos con África Subsahariana o Europa, además de existir negras criollas, posiblemente, muchas mujeres negras eran de alguna nacionalidad africana, aunque bien, únicamente hemos registrado la proveniencia de Angola en dos casos aparte, mencionados de forma indirecta en la documentación, ya que no son tomados en cuenta en los datos sistematizados. Señalar esto sirve para darnos la idea de una posible ruta de proveniencia, empero, por la naturaleza de las fuentes y la escases de referencias no es posible generalizar, ni atar cabos o concluir algo.

Asimismo, estas menciones indirectas a madres negras angolinas son interesantes de rescatar, pues en el caso de la esclava negra Victoria que tenía un niño de 1 año de edad, llamado Francisco, el cual le donaron a la nieta de doña María de Peralta, la cual era la viuda del Capitán Juan de Salazar, así se refleja la norma de la Ley del vientre en este contexto de esclavitud femenina en cotejeo con las otras fuentes notariales, pues en la mayoría de transacciones hay participación femenina de esclavistas de una u otra manera, además de su relación con el carácter burocrático de élite[27], o sea, los altos funcionarios, por ejemplo, familiares de capitanes. De hecho, muchas mujeres viudas de la elite tenían que enfrentar vender a sus esclavas, por ejemplo, en el caso de Margarita de Flores, viuda del Capitán Pedro de Mora Salado, es obligada a favor del Convento de San Francisco por $100.00, por lo cual, tiene que hipotecar sus casas y a dos esclavas, viéndose las viudas de la elite, por lo general, obligadas a vender sus mercancías para sobrevivir a los cobros generados por las deudas familiares.[28]

Por supuesto que las mujeres negras esclavizadas representan la mayoría de nuestros datos recopilados pero es importante rescatar el factor criollo de dos casos referenciados, puesto que pone en discusión la existencia de esclavitud en mujeres blancas, pues es muy interesante al observar cómo el sistema esclavista para el siglo XVII no tenía reservada su explotación únicamente para las mujeres afros, ya que hay un caso de una mulata blanca, ocurrido en 1680, siendo un ejemplo único que evidencia otro origen étnico diverso y ya para la época el fenómeno habla de la presencia de una mezcla étnica evidente. Bajo esta misma línea explicativa aparecen hijos de esclavas negras que son vendidos y donados; en los documentos estudiados se hablan de que las madres daban dicho pedimento, ahora bien, la realidad podría ser muy distinta.

Así, es interesante rescatar las ocho apariciones de la base de datos del carácter donativo, siendo una cifra para nada despreciable y con un factor repetido de forma seguida. Sin dejar de lado, la posible impotencia de las mujeres esclavizadas cuando se adjudican en un pleito de venta como mercancía, teniendo hasta dos hijos y obligada a ser separada. La historiadora colonial Elizet Payne Iglesias nos habla de un caso poco usual en el país pero bastante útil para entender la dinámica de venta de hijos e hijas de las esclavas, donde la esclava María Manuela fue vendida por 200 pesos, después de dar a la familia Zavaleta posiblemente de 4 a 5 hijos, fue madre de una mulata llamada Josefa Catarina, una niña esclava que en 1790 había sido vendida a un señor de apellido Puente, y que en 1779 los documentos revelan que nueve años antes había sido vendida desde el vientre de su madre a un costo de 25 pesos de plata, esto es acaecido debido a la existencia de la Ley del vientre.[29] Una ley con un origen medieval que fue el cimentó de la esclavitud en América. Así, María de los Ángeles Acuña León, también menciona las Siete Partidas (1256-1263) de Alfonso el sabio, las cuales son normas que establecieron un estatus jurídico desde la madre como forma de heredar al hijo, en este caso de la esclavitud, es llamada como Ley del vientre. Por consiguiente, había una potestad casi que indiscutible de los amos sobre los hijos de las esclavas.[30]

Por otro lado precios de 100.00, 150.00, 200.00, 300.00 y 400.00 reales eran muy recurrentes en las transacciones, casi toda la mayoría de estas cifras eran redondas. La profesora Elizet Payne ofrece unos datos para infantes interesantes, pues de 9 años de edad el precio en pesos rondaba entre 80 y 115; a los 10 entre 180 y 200; a los 11 el valor es similar, entre 150-200; igual para los 12 que va desde 200 a 100; pero a los 13 años pareciera ser más cotizados, entre 210 y 250 pesos; similar a los 14, entre 150 y 250; y para los 15 entre 150 y 275, habiendo una pequeña alza; ya a los jóvenes de 16 años tienen una gran alza entre 250 y 300 pesos.[31] Los datos de nuestra base de datos revelan que el valor de una infante femenina en venta ronda por lo general en 150 pesos con subidas hasta de 250 y 400 pesos, esto en un grupo etario desde los 7 a los 11 años de edad; y ya para los 15 años era de 200 pesos, y llegados los 18 e inicios de los 20 rondaban en un precio de 400 pesos, por lo general, y con bajas hasta de 100 dependiendo de la vejez. Lo anterior no revela precios tan disímiles en referencia a los hallazgos dados por la Dra. Payne.

5) Síntesis
El propósito de este ensayo era examinar el papel de las características físicas (tanto etarias como étnicas) que se tomaban en cuenta durante la transacción de esclavas como meras mercancías en la Costa Rica colonial del siglo XVII.

Esperamos haber mostrado cuales fueron los perfiles etarios y raciales que fueron cotizados durante el intercambio de esclavas en el siglo XVII, pues estos aspectos representaron en cierta medida el rumbo que siguió la esclavitud al siguiente siglo, ya sea en términos de valor de precio en el mercado, tareas realizadas, posibles orígenes o formas de transacción, además tener en cuenta la importancia de rescatar el carácter como mercancía de las esclavas o sus descendientes dados en dote, sin embargo, no apareció este fenómeno en la documentación registrada, al igual que la figura del concubinato, las cuales si son existentes para el siglo XVIII.

Esta condición humana como mercancía en trámite, queda evidenciada que fue puesta bajo el control del gobierno colonial en la provincia de Costa Rica, y que en cierta manera, la intervención no solo era notarial, sino que, hasta la misma Corona decidió en su momento intervenir en casos públicos de explotación, esto con respecto a las mujeres que fueron prostituidas en las calles de la ciudad, prohibiéndoseles salir de sus casas, aunque bien, dicha regulación también tuvo valoración para el caso de las libertas.

Se espera que este pequeño esbozo sea de suma ayuda para el entendimiento de la lógica de la esclavitud histórica en lugares de menor escala de explotación humana que las haciendas en Estados Unidos o las islas del Caribe, tal y como se demostró en caso histórico, en donde se tomó en cuenta el fenómeno de la esclavitud femenina en la pequeña provincia de Costa Rica durante el siglo XVII, y con ciertas proyecciones a los siglos siguientes.

José David Ramírez
Artículo publicado el 30/01/2020

Bibliografía
Acuña León, María de los Ángeles. «Mestizaje, concubinato e ilegitimidad en la provincia de Costa Rica, 1690-1821.» Cuadernos Inter.c.a.mbio sobre Centroamérica y el Caribe, año. 8, no. 9 (2011). Accesado 9 setiembre 2016.
http://revistas.ucr.ac.cr/index.php/intercambio/article/view/2203/2164
Acuña León, María de los Ángeles. «Mujeres esclavas en la Costa Rica del siglo XVIII: estrategias frente a la esclavitud.» Diálogos Revista Electrónica de Historia, vol. 5, no. 1-2 (abril-agosto, 2005). Accesado 9 setiembre 2016.          http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=43926968001
Acuña León, María de los Ángeles. «Papel reproductivo y productivo de las mujeres esclavas en Costa Rica en el siglo XVIII.» Revista Historia, no. 57-58 (enero- diciembre 2008). Accesado 9 setiembre 2016. Accesado 9 setiembre 2016.          http://www.revistas.una.ac.cr/index.php/historia/article/view/1757/1664
Acuña León, María de los Ángeles. Esclavas africanas y sus descendientes en una sociedad colonial: el caso de Costa Rica, 1600 a 1700.» Proyecto concluido, Centro de Investigación en Identidad y Cultura Latinoamericanas, San José, Costa Rica, 01- 01-2010  al 31-12-2014). Accesado 9 setiembre 2016.
http://www.ciicla.ucr.ac.cr/index.php?option=com_content&view=article&id=10&I temid=20
Belaubre, Christophe. «Reseña al libro Negros, mulatos, esclavos y libertos en la Costa Rica del siglo XVII.» Boletín de la Asociación para el Fomento de los Estudios Históricos en Centroamérica no. 21 (28 mayo 2006), accesado 7 octubre 2012,
http://www.afehc-historia-centroamericana.org/index.php?action=fi_aff&id=591
Bernal Mora, Héctor. «La propiedad privada, la monogamia, el Patriarcado, la esclavitud y el carácter de producción.» Nómadas. Revista de la Universidad Complutense de Madrid, Núm. 25, (enero-junio, 2010). Accesado 9 setiembre 2016.  http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=18112179005
Cáceres Gómez, Rina. Negros, mulatos, esclavos y libertos en la Costa Rica del siglo XVII. México: Instituto Panamericano de Geografía e Historia, 2000. Accesado 9  setiembre 2016.             https://www.academia.edu/12784245/Negros_mulatos_esclavos_y_libertos_en_la Costa_Rica_del_siglo_XVII
Carlos Duran Martínez y Daniel Contreras, «La Abolición De La Esclavitud en Centroamérica,» Journal of Inter-American Studies v. 4, no. 2 (1962): 223.
Fonseca Corrales, Elizabeth, Patricia Alvarenga Venutolo y Juan Carlos Solórzano  Fonseca. Costa Rica en el siglo XVIII. San José, Editorial de la Universidad de   Costa Rica, 2001.
Gudmundson, Lowell. «Africanos y afrodescendientes en Centroamérica: fuentes y estrategias recientes para su estudio.» Nuevo mundo, mundos nuevos, No. 10 (2010).
Hurtado Galves, José Martín. «Esclavitud y esclavismo durante la Nueva España.” Nómadas. Revista de la Universidad Complutense de Madrid, España, No. 13 (enero-junio, 2006). Accesado 9 setiembre 2016.             http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=18101312
Klein, Herbert y Ben Vinson. Historia mínima de la esclavitud en América Latina y en el   Caribe. México: Colegio De México, 2013. Accesado 9 setiembre 2016. http://www.jstor.org/stable/j.ctt14jxqr1
Lobo Wiehoff, Tatiana y Mauricio Meléndez. Obando: Negros y Blancos: todo mezclado. San José: Editorial de la Universidad de Costa Rica, 1997.
Lohse, Russell. «Slave‐Trade Nomenclature and African Ethnicities in the Americas: Evidence from Early Eighteenth‐Century Costa Rica.» Slavery & Abolition 23, no. 3 (2002): 73‐92.
Lovejoy, Paul. «Esclavitud y comercio esclavista en el África Occidental: investigaciones en curso.» Debates históricos contemporáneos: africanos y afrodescendientes en México y Centroamérica (2011): 35-57, accesado 1 de diciembre 2016,
http://books.openedition.org/cemca/193
MacLeod, Philip. «Auge y estancamiento de la producción de cacao en Costa Rica, 1660-1695.» Anuario de Estudios Centroamericanos, Universidad de Costa Rica, 22 (1), accesado 7 octubre 2012, accesado 7 octubre 2016: revistas.ucr.ac.cr/index.php/anuario/article/view/3155/3062
Malvido, Elsa. “El suicidio entre los esclavos negros en el Caribe en general y en el francés en particular. Una manera de evasión considerada enfermedad, siglos XVII y XVIII.” Trace, No. 58 (2010). Accesado 9 setiembre 2016. Accesado 9 setiembre 2016. http://trace.revues.org/1577
Meléndez Obando, Mauricio. «La esclavitud.» La Nación – Raíces, 1999, accesado el 28 de octubre 2016: http://wvw.nacion.com/ln_ee/ESPECIALES/raices/esclavitud.html
Menjívar Ochoa, Mauricio. «Género y esclavitud en el Caribe durante la época colonia.» Cuadernos Inter.c.a.mbio sobre Centroamérica y el Caribe, Año. 3, No. 4 (2006). Accesado 9 setiembre 2016.            http://revistas.ucr.ac.cr/index.php/intercambio/article/view/3948/3818
Payne Iglesias, Elizet. «Vendida desde el vientre de su madre: Josefa Catarina y los esclavos de doña Manuela de Zavaleta (1750-1835).» Cuadernos Inter.c.a.mbio sobre Centroamérica y el Caribe, Vol. 11, No. 2 (Julio-Diciembre, 2014):       Accesado 9 setiembre 2016.
http://revistas.ucr.ac.cr/index.php/intercambio/article/view/16316/15816
Rosés Alvarado, Carlos. «El ciclo del cacao en la economía colonial de Costa Rica, 1650-1794.» Mesoamérica, vol. 3, nº. 4 (1982): 254, accesado 7 octubre 2012, https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=4010682
Fuentes primarias
José David Ramírez Roldán, 2017. “Base de Datos: Esclavas, siglo XVII”.

Notas
[1]Estudios historiográficos que tratan el tema de la esclavitud en la Costa Rica colonial: Elizet Payne Iglesias, «Vendida desde el vientre de su madre: Josefa Catarina y los esclavos de doña Manuela de Zavaleta (1750-1835),» Cuadernos Inter.c.a.mbio sobre Centroamérica y el Caribe, vol. 11, no. 2 (Julio-Diciembre, 2014): 215-232, accesado 9 setiembre 2016, http://revistas.ucr.ac.cr/index.php/intercambio/article/view/16316/15816; Rina Cáceres Gómez, Negros, mulatos, esclavos y libertos en la Costa Rica del siglo XVII (México: Instituto Panamericano de Geografía e Historia, 2000).; Mauricio Menjívar Ochoa, «Género y esclavitud en el Caribe durante la época colonia,» Cuadernos Inter.c.a.mbio sobre Centroamérica y el Caribe, año. 3, no. 4 (2006): 125-143, accesado 9 setiembre 2016, http://revistas.ucr.ac.cr/index.php/intercambio/article/view/3948/3818; María de los Ángeles Acuña León, «Mestizaje, concubinato e ilegitimidad en la provincia de Costa Rica, 1690-1821,» Cuadernos Inter.c.a.mbio sobre Centroamérica y el Caribe, año. 8, no. 9 (2011): 125-144, accesado 9 setiembre 2016, http://revistas.ucr.ac.cr/index.php/intercambio/article/view/2203/2164; Ibid., «Mujeres esclavas en la Costa Rica del siglo XVIII: estrategias frente a la esclavitud,» Diálogos Revista Electrónica de Historia, vol. 5, no. 1-2 (abril-agosto, 2005): 1-21, accesado 9 setiembre 2016, http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=43926968001; Ibid., «Papel reproductivo y productivo de las mujeres esclavas en Costa Rica en el siglo XVIII,» Revista Historia, no. 57-58 (enero-diciembre 2008): 135-161, accesado 9 setiembre 2016, http://www.revistas.una.ac.cr/index.php/historia/article/view/1757/1664; Además, existe un proyecto ya concluido de investigación histórica por el Centro de Investigación en Identidad y Cultura Latinoamericanas: Ibid., «Esclavas africanas y sus descendientes en una sociedad colonial: el caso de Costa Rica, 1600 a 1700» (proyecto concluido, Centro de Investigación en Identidad y Cultura Latinoamericanas, San José, Costa Rica, 01-01-2010 al 31-12-2014), accesado 9 setiembre 2016, http://www.ciicla.ucr.ac.cr/index.php?option=com_content&view=article&id=10&Itemid=20
[2] Ibid., 135.
[3] Paul E Lovejoy, «Esclavitud y comercio esclavista en el África Occidental: investigaciones en curso,» Debates históricos contemporáneos: africanos y afrodescendientes en México y Centroamérica (2011): 35-57, accesado 1 de diciembre 2016, http://books.openedition.org/cemca/193
[4] Ibid.
[5] Rina Cáceres, Negros, mulatos, esclavos y libertos,” 43, 44.
[6] Carlos Duran Martínez y Daniel Contreras, «La Abolición De La Esclavitud En Centroamérica,» Journal of Inter-American Studies v. 4, no. 2 (1962): 223.
[7] Russell Lohse, «Slave‐Trade Nomenclature and African Ethnicities in the Americas: Evidence from Early Eighteenth‐Century Costa Rica,» Slavery & Abolition 23, no. 3 (2002): 73‐92.
[8] Mauricio Meléndez Obando, «La esclavitud,» La Nación – Raíces, 1999, accesado el 28 de octubre 2016, http://wvw.nacion.com/ln_ee/ESPECIALES/raices/esclavitud.html
[9] ANCR. Protocolos de Cartago, 001078.
[10] Lowell Gudmundson, «Africanos y afrodescendientes en Centroamérica,» Nuevo Mundo, Mundos Nuevos (18 décembre 2009), accesado 7 octubre 2012, http://books.openedition.org/cemca/193
[11] Rina Cáceres, Negros, mulatos, esclavos y libertos en la Costa Rica del siglo XVII”.
[12] Christophe Belaubre, «Reseña al libro Negros, mulatos, esclavos y libertos en la Costa Rica del siglo XVII,» Boletín de la Asociación para el Fomento de los Estudios Históricos en Centroamérica no. 21 (28 mayo 2006), accesado 7 octubre 2012, http://www.afehc-historia-centroamericana.org/index.php?action=fi_aff&id=591
[13] Ibid.
[14] Ibid.
[15] Ibid.
[16] Ibid.
[17] Ibid.
[18] Ibid.
[19] Carlos Rosés Alvarado, «El ciclo del cacao en la economía colonial de Costa Rica, 1650-1794,» Mesoamérica, vol. 3, nº. 4 (1982): 254, accesado 7 octubre 2012, https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=4010682
[20] Ibid., 254-255.
[21] Ibid.
[22] Philip MacLeod, «Auge y estancamiento de la producción de cacao en Costa Rica, 1660-1695,» Anuario de Estudios Centroamericanos, Universidad de Costa Rica, 22 (1), accesado 7 octubre 2012, accesado 7 octubre 2016, revistas.ucr.ac.cr/index.php/anuario/article/view/3155/3062
[23] Ibid., 94-98.
[24] Belaubre, «Reseña al libro Negros, mulatos, esclavos y libertos,».
[25] Ibid.
[26] Acuña León, «Mestizaje, concubinato e ilegitimidad»; Ibíd., «Mujeres esclavas en la Costa Rica del siglo XVIII»; Ibíd., «Papel reproductivo y productivo de las mujeres esclavas en Costa Rica en el siglo XVIII».
[27] Acuña León, «Mestizaje, concubinato e ilegitimidad»; Ibíd., «Mujeres esclavas en la Costa Rica del siglo XVIII»; Ibíd., «Papel reproductivo y productivo de las mujeres esclavas en Costa Rica en el siglo XVIII».
[28] Acuña León, «Mestizaje, concubinato e ilegitimidad»; Ibíd., «Mujeres esclavas en la Costa Rica del siglo XVIII»; Ibíd., «Papel reproductivo y productivo de las mujeres esclavas en Costa Rica en el siglo XVIII».
[29] Elizet Payne Iglesias, «Vendida desde el vientre de su madre: Josefa Catarina y los esclavos de doña Manuela de Zavaleta (1750-1835),» Cuadernos, INTER.C.A.MBIO sobre Centroamérica y el Caribe, vol. 11, no. 2 (2014): 222, accesado 7 octubre 2016, http://revistas.ucr.ac.cr/index.php/intercambio/article/view/16316
[30] Acuña León, “Papel reproductivo y productivo,” 138.
[31] Elizet Payne Iglesias, «Vendida desde el vientre de su madre,” 220.

ATENCIÓN
― Si desea imprimir o generar CORRECTAMENTE un PDF de este documento
Clic en el ícono verde que aparece abajo
luego seleccione «Más Ajustes» y al fondo, en Opciones
“Gráficos de fondo”
― Si desea enviar un comentario
utilice el formulario que aparece más abajo
― Si quiere escuchar la lectura de este documento
ábralo en su celular, toque los tres puntos en el ángulo superior derecho
y elija Escuchar
Print Friendly, PDF & Email


Tweet



2 comentarios

Wow, marvelous blog layout! How long have you been blogging for? you made blogging look easy. The overall look of your web site is fantastic, let alone the content!|

Por Malinda el día 14/08/2022 a las 14:29. Responder #

My brother recommended I may like this website. He was totally right. This put up actually made my day. You cann’t consider just how a lot time I had spent for this information! Thank you!|

Por Nelson el día 14/08/2022 a las 14:29. Responder #

Comentar

Requerido.

Requerido.




 


Critica.cl / subir ▴