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La ideología y financiamiento de la “ideología de género”

por Jaime Vieyra-Poseck
Artículo publicado el 08/03/2023

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Resumen
En este artículo se analiza cómo, quiénes y para qué se ha creado el concepto “ideología de género” como una perversa que destruirá la cultura “occidental y cristiana”. Los protagonistas de este producto, como nada tocado por los seres humanos, no son inocentes. Y están en una auténtica cruzada por impulsar un proceso global de involución en derechos, de toda índole, contra más de la mitad de la población: las mujeres. No es más que una parte de la estrategia para fines mucho mayores.

Palabras claves: mujer, ideología, ultraderecha, política, regresión, religión

 

Para comprender cabalmente cómo se gesta y quiénes financian la puesta en marcha del concepto la “ideología de género”, es necesario rastrear sus orígenes. Todo comenzó con las conferencias de la ONU en El Cairo de 1994 y en Beijing al año siguiente donde, por primera vez, se analiza la discriminación global contra la mujer usando la “perspectiva de género”. El concepto “género” venía consolidándose hacía ya casi tres décadas de exploración académica en ciencias sociales en universidades de los países desarrollados, logrando desarrollar una teoría científica –la perspectiva de género– para analizar las enormes desigualdades de todo tipo entre hombres y mujeres.

Una opositora a esta agenda de la ONU por los derechos de la mujer y de las minorías sexuales englobándolos en el término “género”, fue la escritora e investigadora, de la Asociación Médica Católica de Estados Unidos, Dale O’Leary, cuestionándola en su libro, The Gender Agenda (Vital Issues, 1997). O’Leary plantea que el concepto “género” sólo sexualiza las relaciones humanas y, con ello, la política gira en torno a lo que rodea el “placer sexual”, como la anticoncepción, el aborto libre y la educación sexual institucionalizada. O’Leary plantea, además, que la “perspectiva de género”, es perversa poque disuelve la diferencia “innata” entre los sexos y destruye el rol tradicional y esencial de la mujer: la maternidad.

A pesar de que el libro de O’Leary fue difundido en más de doce idiomas, es el documento de la Iglesia católica, Lexicón: Términos ambiguos y debatibles sobre la vida familiar (2004), producido por el Consejo Pontificio para la Familia, y redactado por ochenta y dos personas de dieciocho países, que consolidó la crítica a la agenda contra la discriminación de la mujer (y de las minorías sexuales) de la ONU. En Lexicón… se usan los argumentos de O’Leary para ello, pero también refuta los planteamientos de la filósofa materialista postestructuralista y principal creadora fundacional de la teoría queer, Judith Butler, plasmados en su libro, Gender trouble: feminism and the subversion of identity (1989). Grosso modo, Butler plantea que no sólo el género sino también el sexo son construcciones socioculturales y, por lo tanto, se pueden deconstruir para acabar con su aparato represor, antidemocrático y excluyente.

Es en Lexicón…donde se construye la ideología cardinal de la “ideología de género” y se usa, por vez primera, como una amenaza ideológica a las tradiciones religiosas católicas y, en rigor, se fundamenta que la “ideología de género” destruye la familia “occidental y cristiana”.

A partir de allí, el término “ideología de género” lo “adoptan” las ideologías populistas de ultraderecha como principal arma política para producir una involución de los derechos socioeconómicos y humanos que han logrado en las tres últimas décadas las mujeres (y la comunidad LGBTIQ+). En la “ideología de género” se están basando los países con regímenes autoritarios de (ultra)derecha para quitar presupuesto estatal a las políticas públicas contra la violencia machista que padecen las mujeres (y minorías sexuales), como también para reformular las leyes que regulan la despenalización el aborto para dejarlo sin efecto práctico. Pero la radiación de la ideología de la “ideología de género” alcanza ya a todos los países con democracias liberales, expandiendo la institucionalización de una involución en toda regla de los derechos de las mujeres por partidos ultraderechistas ya gobernando aliados con la derecha tradicional, o ya dentro de los parlamentos. La violencia verbal de todos los grupos neomachistas contra las mujeres se basan en la “ideología de género” para difundir campañas de odio visceral regulares y sistemáticas en las redes sociales, colonizadas ya hace décadas por las ultraderechas de todo el mundo.

En Chile, la voz principal de la ideología de la “ideología de género” ultra reaccionaria, refractaria y reduccionista de los avances civilizatorios de las últimas décadas en derechos de toda índole para la mujer (y minorías sexuales), la facturan partidos políticos de (ultra)derecha, apoyados por las Iglesias, especialmente la Evangélica, pero también la católica, cuyo emisor urbi et orbi, es el Partido Republicano de Chile.

Los que financian y defienden la ideología ultrareaccionaria de la “ideología de género”, se la han inventado para erosionar el sistema democrático liberal en su intento deliberado de instaurar un sistema autoritario iliberal y regresar a las catacumbas a las mujeres (y a las minorías sexuales).

En rigor, la “ideología de género” es una ideología creada para establecer un proceso regresivo represivo ultraradical contra la mujer (y las minorías sexuales), y es parte importante de un programa político financiado y creado por las fuerzas más reaccionarias de las Iglesias y defendidas en el escenario político por las ultraderechas; su finalidad es destruir el sistema democrático liberal. Saben que sin la completa inclusión social de más del 50% de la población ―las mujeres―, no hay democracia liberal.

Lo paradójico, es que nunca la perspectiva de género ha sido una ideología, sino que es una teoría científica de las ciencias sociales para estudiar las diferencias de todo tipo entre hombres y mujeres en la sociedad. Es una herramienta científica para ayudarnos a esclarecer, y solucionar, la milenaria represión machista contra la mujer. Y nada más.

Jaime Vieyra-Poseck

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Un comentario

Cierto, Jaime. Una de las herramientas más usadas en las discusiones con creyentes dogmáticos es hacerle decir al contendor lo que no ha dicho. El respeto por el género, por los géneros, no es ideología: es una actitud ética ante la verdad científica de las diferencias. Una disposición que ayuda a despolarizar las discusiones es reconocer la existencia de infinitos puntos en el universo desde los cuales mirar: los puntos de vista. El aceptar esta realidad nos predispone a la conversación con otros, ojalá con puntos de vista nuevos que nos amplíen el propio.

Por Rodrigo Velasco Ortiz el día 14/04/2023 a las 09:59. Responder #

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