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La paradoja del Romanticismo en Los Hijos del Limo de Octavio Paz.

por Carolina Andrea Navarrete González
Artículo publicado el 10/01/2004

El presente trabajo tiene por objeto analizar Los Hijos del Limo de Octavio Paz  intentando vislumbrar las líneas de pensamiento que guardan  relación con su visión general del romanticismo.

Al adentrarnos en la obra de Octavio Paz podemos percibir su enorme complejidad siendo capaz de abarcar diversos temas a través de  una mirada reflexiva e ingeniosa, lo cual no está exento en  su ensayo sobre el romanticismo y la vanguardia, Los Hijos del Limo. Respecto a su libro Paz nos dice: “La materia de este libro es una prolongación de la respuesta que intenté dar en el arco y la lira: ¿Cómo se comunican los poemas?”( 9). Al respecto podríamos añadir que en este proceso de dilucidación de la problemática de  la comunicación poética, el autor se esfuerza en encontrar claves interpretativas que conduzcan a una comprensión del mundo y de la realidad. La idea de este trabajo es reflexionar sobre las líneas temáticas que recorren el capítulo III titulado “Los hijos del limo” y el IV, “Analogía e ironía”.

El capítulo III comienza con la alusión a la fascinación, concebida como hechizo y engaño, siendo característica compartida tanto por la historia de la poesía moderna como por el espíritu de los románticos alemanes, situando a ambos en un proceso de vaivén en que repulsión y atracción se suceden casi inmediatamente. A modo de ejemplo nombra a Hölderlin, el cual manifiesta su entusiasmo por una comunidad igualitaria y libre aliada al amor. Asimismo aparece este entusiasmo en diversos románticos alemanes, quienes ven al amor como trasgresión social  exaltando a la mujer no sólo como objeto sino como sujeto erótico. Mientras Novalis habla de un comunismo poético, Schlegel hace la apología al amor libre en su novela Lucinde.  En este punto, Paz  señala la anticipación que harán estos románticos a una de las corrientes más poderosas de la literatura moderna: el gusto por lo grotesco y el amor por lo extraño, alianza entre lo cotidiano y lo sobrenatural. Además advierte el carácter paradójico que envuelve a la ironía dentro del espíritu romántico:

La ironía, la gran invención romántica,  define admirablemente la paradoja del romanticismo alemán. […] Fue la primera que explora los dominios subterráneos del sueño, el pensamiento inconsciente y el erotismo; la primera asimismo, que hace de la nostalgia del pasado una estética y una política. (65)

Para el autor la ambigüedad romántica tiene dos modos: ironía y angustia. El primero revela la dualidad de lo que parecía uno, es decir, el quiebre del principio de identidad, mientras que la angustia  nos muestra el vacío de la existencia y  que la vida es la  muerte y el cielo, en definitiva, un desierto. En este punto sale a relucir el tema de Dios, situándolo no como un tema religioso ni menos filosófico, por el contrario, según su postura el tema de la muerte de Dios constituye un tema romántico.  Esta muerte abre las puertas de la contingencia y la sinrazón donde tanto la ironía como la angustia constituyen una respuesta dual manifestada en todos los románticos:

La estética de los contrastes, la alianza entre risa y llanto, prosa y poesía, incredulidad y fideísmo, los cambios súbitos, las cabriolas, todo, en fin, lo que convierte a cada poeta romántico en un Ícaro, un Satanás y un payaso, no es sino una respuesta al absurdo: angustia e ironía.(72)

En otras palabras, la religiosidad romántica es concebida como irreligión, lo cual hace interactuar una relación paradójica de ironía y angustia cuando sostiene que la irreligiosidad romántica es religiosa. Pues bien, en medio de esta confluencia de sentidos, Paz intenta desentrañar el sentido religioso/irreligioso en el tema de la muerte de Dios, la cual aparece por primera vez en Jean Paul Ritcher con su célebreSueño titulado: Discurso de Cristo muerto en lo alto del edificio del mundo: no hay Dios. Este texto presenta, por una parte, un carácter profundamente religioso pero, simultáneamente, un carácter absolutamente blasfemo ya que no es ni un poeta ni un filósofo el que afirma que Dios no existe sino Cristo mismo:

En medio del clamor de la multitud de las sombras, Cristo desciende y dice: He recorrido los mundos, subí hasta los soles y no encontré a Dios alguno; bajé hasta los últimos límites del universo, miré los abismos y grité: Padre, ¿dónde estás? […] La eternidad reposaba en el caos, lo roía y, al roerlo, se devoraba lentamente ella misma. Los niños muertos se acercan a Cristo y le preguntan: Jesús, ¿no tenemos padre? Y él responde: todos somos huérfanos. (1)

El tema de la orfandad universal, tal como lo encarna la figura de Cristo, constituye una visión que ilustra un universo caótico en permanente desorden e incoherencia, lo cual  va a ser retomado por poetas, novelistas y filósofos del siglo XIX y XX tales como Nietzsche, Dostoievski y Mallarmé. Lo interesante es que tanto la experiencia del paganismo cristiano como la del cristianismo sin Dios son constitutivas de la poesía y la literatura de Occidente desde la época romántica. Para Paz la poesía constituye la palabra de fundación, pero y aquí encontramos nuevamente la relación paradójica, es palabra de desintegración: “Ruptura de la analogía por la ironía, por la conciencia de la historia que es conciencia de la muerte”(85) así podemos apreciar el significado complejo que conlleva el proceso de comunicación poética y la relación paradójica tanto de la religiosidad romántica como de la poesía moderna.

Octavio Paz define, al comienzo del capítulo IV del libro, el significado del romanticismo de la siguiente manera:

El romanticismo fue un movimiento literario, pero asimismo fue una moral, una erótica y una política. Si no fue una religión fue algo más que una estética y una filosofía: una manera de pensar, sentir, enamorarse, combatir, viajar. Una manera de vivir y una manera de morir. (89)

El pensamiento romántico, entonces, se despliega y se funde tanto en la búsqueda de ese principio anterior que hace de la poesía el fundamento del lenguaje y, por tanto de la sociedad; y la unión de ese principio con la vida histórica. Según el autor, la concepción de la poesía para los poetas románticos constituye una experiencia vital en la que participa la totalidad del hombre:

El poema no es sólo una realidad verbal. También es un acto. El poeta dice y, al decir, hace. Este hacer es sobretodo un hacerse a sí mismo: la poesía no sólo es autoconocimiento sino autocreación. El lector, a su vez, repite la experiencia de autocreación del poeta y así la poesía encarna en la historia (92)

Con este postulado la poesía junto con el arte dejan de ser exclusivamente representación y contemplación de la realidad, pasan a ser intervención sobre el mundo. Gracias al romanticismo se borran las fronteras entre el arte y la vida: “El poema fue experiencia vital y la vida adquirió la intensidad de la poesía”. En este punto aparece la analogía como articuladora de sentido:  si el universo fuese un texto en una rotación rítmica, entonces,   el mundo podría ser un poema  y éste, un mundo de ritmos y símbolos, por lo tanto, correspondencia y analogía serían nombres del ritmo universal. Los románticos resucitan la visión analógica del mundo y del hombre. Para el autor la analogía vuelve habitable el mundo ya que tanto la semejanza como la regularidad se oponen al accidente  y a la diferencia. Hay que tener claro que la analogía al existir gracias a las diferencias, implica, no la unidad del mundo, sino su pluralidad, no la identidad del hombre sino su fragmentación, perpetuo escindirse de sí mismo. Por lo tanto, en un mundo en que la identidad ha desaparecido, la muerte será la gran excepción que absorbe y anule las leyes, con lo cual aparece un recurso doble contra esa excepción, por una parte, la ironía como la estética de lo grotesco y lo bizarro, por otro, la analogía como la estética de las correspondencias:

Ironía y analogía son irreconciliables. La primera es hija del tiempo lineal, sucesivo e irrepetible; la segunda es la manifestación del tiempo cíclico. […] La analogía se inserta en el tiempo del mito, y más: es su fundamento; la ironía pertenece al tiempo histórico […] La ironía es la herida por la que se desangra la analogía. (109)

Cabe destacar que la ironía, al provocar que la palabra poética termine en aullido o en silencio,  constituye el reverso de la palabra, es decir, la no-comunicación.  De todas maneras tanto la ironía como la negación constituyen un saber, aunque de signo opuesto al de la analogía, mientras ésta consiste en la contemplación de la alteridad en el seno de la unidad, las otras consisten en la visión de la ruptura de la unidad. El poeta que intenta resolver esta oposición entre analogía e ironía es Mallarmé: aceptando la realidad de la nada (el mundo de la alteridad y la ironía son la manifestación de la nada) acepta asimismo la realidad de la analogía, es decir, la realidad de la obra poética:

“Me he enfrentado a dos abismos:  uno es la Nada, a la que he llegado sin conocer elbudismo… la Obra es el otro” (2)

De esta manera  he intentado trazar la concepción romántica de Octavio Paz, a través de la caracterización del proceso comunicativo que implica la poesía. Paz ofrece un  vasto universo interpretativo donde dialogan temas como la ironía, la analogía, la angustia, la ambivalencia, la irreligiosidad, la orfandad universal y la búsqueda del origen. En definitiva, descubre en el mundo, una causalidad paradójica y articuladora de sentido entre el espíritu romántico y la obra poética.

Bibliografía
_Bompiani, Diccionario de Autores. Barcelona: Tesys, 1992.
_Paz, Octavio, Los Hijos del Limo. Barcelona: Seix Barral, 1974.
_Valdivieso, Jaime, “El mito de Sísifo y su significado en el mundo actual”. Santiago de Chile: Atenea N º 487, 2003

1. Fragmento del Sueño de Jean Paul Ritcher citado por Octavio Paz enLos Hijos del Limo, p. 74.
2. Mallarmé, Stéphane, Correspondence. Edición de Henri Mondor y Jean- Pierre Richard ( París: Gallimard, 1959).
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2 comentarios

eres del colombus ?

Por daniela el día 19/11/2014 a las 20:28. Responder #

Pero no entiendo, no se supone que Octavio Paz trata de hablar el paso del romanticismo al vanguardismo? Por que el menciona demasiado el modernismo y sus caracteristicas!! Si estoy equivocado me podrian explicar por que el modernismo no es mencionado en este analisis?

Gracias

Por Julian Afanador el día 03/03/2014 a las 18:16. Responder #

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Requerido.

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