EN EL MUNDO DE LAS LETRAS, LA PALABRA, LAS IDEAS Y LOS IDEALES
REVISTA LATINOAMERICANA DE ENSAYO FUNDADA EN SANTIAGO DE CHILE EN 1997 | AÑO XXVIII
PORTADA | PUBLICAR EN ESTE SITIO | AUTOR@S | ARCHIVO GENERAL | CONTACTO | ACERCA DE | ESTADISTICAS | HACER UN APORTE

— VER EXTRACTOS DE TODOS LOS ARTICULOS PUBLICADOS A LA FECHA —Artículo destacado


La transtextualidad.

por Albeiro Arias
Artículo publicado el 27/05/2007

Roland Barthes propone en el análisis estructural del relato que todo en el relato es funcional. Para el autor, lo fundamental del texto no reside en una estructura cerrada, interna y contabilizable, si no en la desembocadura del texto sobre otros textos, otros códigos y otros signos[1]. De ahí la importancia de abordar la transtextualidad como forma de análisis textual. La obra literaria sin un conjunto de presaberes realmente no contaría nada porque gran parte de la significación de la obra reside en lo ya conocido.

Eiherbaum en su artículo el método formal dice que “el formalismo descubrió que la obra literaria no es percibida como un hecho aislado: la obra es sentida en relación con otras obras y no en sí misma.”[2] Ciertamente el formalismo ruso había hablado de las influencias dentro de la literatura «la obra literaria es percibida en relación con la demás obras artísticas y con ayuda de las asociaciones que se establecen con ellas”[3]. Tinianov dice que «el estudio de la evolución literaria es más posible si la consideramos como una serie, como un sistema, un sistema puesto en correlación con otras series y sistemas condicionados por ellos»[4] .

La literatura sigue un proceso que va integrando en cada época y en cada generación elementos recientes, pero estos elementos no se podrían concretar si se desconoce la tradición. No se inventa nada nuevo en la literatura sino que se transforma en algo novedoso. Estos discursos noveles no son otra cosa que una reelaboración de un discurso pasado.

Para Bajtin «en cada nuevo estilo se encuentran ciertos elementos de lo que se denomina reacción al estilo literario precedente; representa por consiguiente una polémica interior, una antiestilización disimulada, por así decirlo, del estilo ajeno, y con frecuencia va acompañada de la franca parodia. El artista de la prosa evoluciona dentro de un mundo lleno de palabras ajenas a través de las cuales busca su camino»[5] De tal modo, Bajtin habló de la polifonía en el discurso, es decir que todo discurso ya ha sido el discurso de otro.

Pero la obra literaria no solo se relaciona con otras obras sino con el conocimiento en general y cada elemento que integra una obra, desde la misma portada hasta un epígrafe, la organización o estructura de la misma, generan sentido.

La transtextualidad resultó ser un elemento indispensable en la decantación de sentidos literarios y han aflorado un sinnúmero estudios sobre el tema, por ejemplo para Michael Arrivé “el Intertexto es el lugar donde se manifiestan y se capta el contenido de la connotación al ser identificados en el texto durante el análisis semiótico, los contenidos connotados”[6] para este autor cada elemento es connotativo. Al ser tomado un elemento del texto original y ser incrustado dentro de otro texto, se descontextualiza y se transforma, agregando nuevos sentidos.

Al hacer un acercamiento a la transtextualidad es pertinente comenzar con la definición misma de texto, que es una red de mensajes que operan a distintos niveles de significación; un producto del lenguaje, capaz de generar múltiples interpretaciones, o citando a Julia Kristeva: “un aparato translingüístico que redistribuye el orden de la lengua, poniendo en relación una palabra comunicativa apuntando a una información directa, con distintos tipos de enunciados anteriores o sincrónicos” [7]

Para Julia Kristeva, el texto es una productividad cuya relación con la lengua en que se sitúa, es redistributiva (destructiva — constructiva) y, en consecuencia, abordable a través de categorías lógicas y matemáticas más que puramente lingüísticas.

Según esta semióloga los textos tienen un carácter permutable, es decir, que en el espacio de un texto se cruzan y se neutralizan múltiples enunciados, tomados de otros textos[8], produciéndose así lo que se ha dado en denominar intertextualidad, concepto cuyo contenido es similar al del crítico ruso Mijail Bajtin sobre el dialogismo, que implica un recurso doble: el lenguaje y otra lógica. El discurso dice lo que dice y dice otra cosa, es el discurso carnavalesco, el diálogo y la ambivalencia. “resulta ser así la única actividad que permite al escritor entrar en la historia profesando una moral ambivalente, la de la negación como afirmación”[9], por eso, dos textos se contradicen y se relativizan.

Gerard Gennette [10] establece que no todos los diálogos o relaciones que se dan entre los textos constituyen una intertextualidad, pues ésta es tan sólo un tipo de relación textual pero se pueden dar otros así:

1) por simple co-presencia o presencia efectiva de un texto en otro.
2) Por la práctica tradicional de la citación (entre comillas, con o sin referencia precisa).
3) Por préstamo no declarado pero literal, el plagio.
4) Simplemente por alusión.

Lo anterior implica la ocurrencia de otros tipos de relaciones entre textos. Este es el caso de la Paratextualidad, o sea la relación que el texto propiamente dicho mantiene con lo que no se puede llamar más que un paratexto. Genette [11] habla de los paratextos como otro elemento de la obra que configura el discurso y a darle sentido, entre los paratextos tenemos: título, subtítulo, Inter títulos, prefacios, advertencias, postfacios, introducciones, notas marginales, epígrafes, ilustraciones, apostillas, sobre cubierta y demás tipos de señales accesorias, autobiográficas, que dan al texto un contorno y que pueden generar significados.

Otro tipo de trascendencia textual es la metatextualidad[12]: relación de comentario implícito un explícito que une un texto al otro del cual habla; es por excelencia una relación crítica. Se da casi siempre a manera de comentario.

Una clase de trascendencia textual más abstracta e implícita es la Architextualidad [13], en la que el autor o editor orienta y determina lo que Jauss denominó «horizonte de espera del lector», mediante una mención paratextual en títulos tales como antología de la literatura fantástica o infratitulos como indicaciones que acompañan al título de la obra en la portada, por ejemplo: El general en su laberinto. Novela.

Un tipo de diálogo textual más común es el de la hípertextualidad [14], en la que un texto se construye con base en (o como continuación) de otro. En ese caso, el texto derivado es el híper texto (texto B), y el texto modelo es el hipo texto (texto A).

Estas transformaciones se pueden dar simétricamente[15], decir lo mismo de otra manera o decir otra cosa de la misma manera, estableciendo así los límites entre el arte y lo kitsch: imitación y creación.

Ante la diversidad de transformaciones textuales que se pueden dar, es necesario recurrir a un solo término genérico que las englobe a todas y que de hecho nos saque de apuros cuando se ven simultáneamente o sucesivamente en un mismo texto.

Este término genérico es el que Gennette nos ha formulado con el nombre de transtextualidad[16] y que si bien es cierto se trata de un efecto de la literatura, también es cierto que no se materializa sin la percepción del lector o receptor. La transtextualidad exige por parte del lector una competencia enciclopedia que le ayude a encontrar la significación de cada elemento dado en la obra.

De esta manera todo los elementos transtextuales son señales que sugieren o dicen algo, bien sea de manera implícita o explícita, al decir, tienen un mínimo de significación.

Hay que tener en cuenta como lo sugiere Rodrigo Argüello[17], en la muerte del relato metafísico que hay algunos elementos transtextuales que son puestos por el autor de la obra y otros puestos por los editores, en nuestro caso consideramos de mayor importancia los primeros.

NOTAS_________
[1] BARTHES, Roland. Análisis textual En: Revista Eco. Bogotá 1988. P. 54
[2] EIHERBAUM, Boris. El método formal. En: Formalismo y vanguardia. Comunicación serie B. 1973. p. 53.
[3] SLOVSKI, Victor. Teorie de la literature. París: Seuil. 1974 (1965). p. 12.
[4] TINIANOV, Juri. La evolución literaria. Comunicación serie B. 1973. (1968) p. 30.
[5] BAJTIN, Mijail. El problema de la poética de Dostoievski. México: Fondo de cultura económica. 1986. (1970) p. 236.
[6] ARRIVÉ, Michael. Le intertext et identité. Paris: Seuil. 1974.
[7] KRISTEVA , Julia. El texto de la novela. Barcelona: Lumen, 1981. p. 15.
[8] KRISTEVA , Julia. La productividad llamada texto. Buenos Aires: Tiempo contemporáneo. 1972 (1968) p. 93.
[9] KRISTEVA, Julia. Semiótica 1. Barcelona: Espiral, 1991. p. 200
[10] GENETTE, Gerard. Palimpsestes. Paris: Senil, 1982. p.2-10.
[11] Ibidem.
[12] Ibidem.
[13] Ibidem.
[14] Ibidem.
[15] Ibidem.
[16] Ibidem.
[17] ARGÜELLO, Rodrigo. La muerte del relato metafísico. Semiótica de la competencia narrativa actual (curso uno) Santa Fe de Bogotá: Publitech Ltda. Colección signos e imágenes, 1982. p. 54-55
Print Friendly, PDF & Email


Tweet



Un comentario

El artícullo resulta supremamente interesante para quienes nos iniciamos en el análisis de obras literarias. Resulta relevante saber que, según Genette, se conoce con el término transtextualidad a todo cuanto logra dar trascendencia al texto, háblese de hipertexto, hipotexto, metatexto, etc.

Gracias por compartir sus artículos, lo he tomado con referencias bibliográficas parte de su contenido para cumplir con una tarea de Maestría el Literatura Infantil y Juvenil.

Saludos desde Ecuador.

Por Carlos M. V. M. el día 11/12/2012 a las 21:44. Responder #

Comentar

Requerido.

Requerido.




 


Critica.cl / subir ▴