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Elecciones presidenciales en el país de los tontos graves.

por Adolfo Pardo
Artículo publicado el 12/11/2009

En torno a las elecciones presidenciales
realizadas en Chile en el 2010

A pocos días de la próxima elección presidencial los chilenos seguimos durmiendo a pierna suelta, tan tranquilos como siempre, porque cualquiera sea el candidato que llegue a la Moneda nos parece estupendo. Todos son magníficos y todos prometen mayor justicia, bienestar, salud y educación pública gratuita, entre otros muchos beneficios. ¿Qué más podemos pedir?

Vamos por parte, uno por uno. Si gana Piñera, el afortunado candidato de la Coalición por el Cambalache, suponemos que va a tener que tratar de cumplir sus promesas de una gestión buena y sin corrupción. A estas alturas de la historia la Derecha, que ha hecho suyos todos los postulados de la izquierda, no necesita sacar a las Fuerzas Armadas a la calle para someternos a la fuerza, de manera que por ese lado no corremos peligro. Aunque, para poner coto a la delincuencia, en otras palabras a los rotos desocupados que tienen que salir a robar, el candidato dice que va a multiplicar la fuerza policial y un gran porcentaje de los chilenos vamos a ir a parar a la cárcel. Lo que viene a ser algo relativamente parecido a lo que ocurrió durante la Dictadura. Pero como estamos en el mundo de los negocios, del libre mercado, y si admitimos que el candidato es un experto en esta materia, podemos suponer —y eso es lo que nos está diciendo entre líneas— que todos tendremos posibilidades de hacernos ricos. Lo que ya es un poquito más difícil de creer. De cualquier manera, la Derecha en el gobierno, por lo menos durante un tiempo, va a tener que portarse bien, hacer las cosas más o menos como se debe y en una de esas no nos va tal mal. Tendremos que soportar, eso si, algunas viejas caras que ya vimos durante el período de Pinochet otra vez determinando nuestras vidas y seguramente, si logran seguir otro período, terminarán privatizando hasta el aire que respiramos. Y a lo mejor el mundo va hacia allá y eso es lo que hay que hacer. El único problemilla que tendríamos con nuestro candidato es que cuando le toque reunirse con otros presidentes en Cancún vamos a tener que ponerle, fuera de cámaras, un banquillo; viejo recurso que por lo demás en Hollywood se viene usando desde los tiempos de Clark Gable. Así que tampoco importa, aunque no sea muy elegante. Eso si que va a tener que dejar de comerse las uñas porque no puede en pleno verano tropical aparecer, como Tío Rico, con guantes blancos.

Pero así y todo usted, don Seba, es bien meritorio, como todos los petisos por lo demás, que hemos tenido que desarrollar la inteligencia a falta de las piernas de B. Obama. Lo único que le queremos pedir encarecidamente es que no ponga al artista de la familia —cuyo gran éxito “Era la luna llena” le pertenece a mi compadre Nelson Araya— como ministro de cultura. Por último decirle al candidato y sus colegas de nuestra oligarquía, que tanto quieren ser gobierno, que se saquen las ganas durante cuatro años y después dejen nuevamente la administración pública a la clase media, a los socialistas, a la Democracia Cristina, a los pobres radicales, que no tiene nada mejor que hacer y que por lo demás lo han hecho razonablemente bien. Y que los ricos regresen a sus negocios, a incrementar sus propias fortunas. ¿Para qué van a perder el tiempo y pasar malos ratos peleando con los camioneros, estudiantes, profesores, funcionarios de la salud y toda la fronda popular. Pastelero a tus pasteles, como decían antiguamente. Pero para que quede bien claro, si Piñera y su coalición, a pesar de todo, quieren darse el trabajo de hacerse cargo de nuestros problemas allá ellos, nosotros vamos a estar agradecidos. Y en esta elección les deseamos mucha suerte con tal de que no le declaren la guerra a Perú ni a Bolivia. Total, el único que va salir perjudicado es el propio Zio Paperone que, como es medio cabro chico, cree que ser presidente es super choro. Desengáñese señor, es una lata. Para empezar hay que levantarse temprano hasta los festivos y escuchar la canción nacional desde el desayuno de trabajo hasta la noche. Andar todo el rato preocupado de puras cuestiones ajenas, bailando cueca en jardines infantiles y centros de madre; comer empanadas y shupe de mariscos en el Terminal pesquero para que después le digan que no escucha a la gente, que no tiene corazón y otras leseras por el estilo. Lo único bueno es que uno sale en la Tele y los paseos en avión al extranjero, pero usted no necesita ninguna de las dos cosas siendo el dueño de Chilevisión y de la Línea Aérea Nacional.

Frei Ruiz-Tagle
En hora buena si gana don Lalo. Los cesantes seguimos como siempre y hasta capaz que nos caiga un bono. No en vano el candidato también ha prometido el oro y el mono y dice estar decidido a corregir todos los errores de la Concertación. Igualmente a ofrecido salud y educación gratuita, terminar con los abusos, la letra chica, en fin, toda la martingala. Y el mismo, con los roces y presiones de la campaña parece un poquito menos momio e incluso en los últimos días se lo ha visto más relajado chacoteando con los nietos. Seguramente no solo va a construir las represas en Aisén, va a expropiar al pobre Douglas Tompkins, que es la única persona en Chile que verdaderamente se ha preocupado por nuestro medio ambiente y hasta el río Mapocho lo van a usar para producir electricidad. El que no me crea, vea lo que han hecho con nuestro emblemático río Maule, la última frontera araucana, que desde su nacimiento, en la laguna del mismo nombre, hasta las cercanías de Talca es una sola represa. Creo que son ocho y se proyectan actualmente por lo menos tres más. Al río no le queda más que el nombre y una trucha regalona que vive en una poza alimentada con pelets para gatos. Pero para que no digan que somos negativos, su eventual gobierno tiene algunas ventajas. Los miles de funcionarios enquistados en el aparato del Estado, que debe ser un porcentaje no despreciable de chilenos, podrán respirar tranquilos cuatro años más, lo que nos es poco. Aprovechen de poner el pie o, mejor, de terminar de pagar la casita, el auto y el plasma. Ojo, que después de este período seguramente tendrán que volver a hacer cinturones, carteritas, ponchos y otras artesanías para venderlas en el Parque Forestal, donde antaño vimos a la Violeta Parra. Además —cambie la cara senador, que no estamos en un funeral— podremos seguir riéndonos con los chascarros del eterno ministro Vidal y personalmente no pierdo las esperanzas de que Paulina Urrutia se fije en mí y que nos vuelva a salir el Fondart. Presidente, senador vitalicio, cuente con nosotros. Estamos cuadrados. Incluso le sugerimos otro gran ejercicio militar, en la Antártica. Por ejemplo que los tanques chilenos atraviesen de un lado a otro el continente blanco para que los bolivianos y peruanos sepan con que chichita se están curando. O que la Fuerza Aérea envíe un cohete tripulado a Saturno, seguro que Mac Pato se ofrece como piloto, al menos tiene experiencia en helicópteros. Y si se pierde le ponemos una estatua escala dos a uno, para que no desentone, en la plaza de la Constitución.

El Llanero Solitario
Otro candidato perfecto. Joven, buen mozo, simpático y el que mejor sintoniza con nuestra cultura televisiva. Hijo de uno de los miristas más emblemáticos, Miguel Enríquez, que es como ser hijo de Manuel Rodríguez, e hijo putativo de Carlos Ominami, otro genio que fue ministro de economía del gobierno del Patricio Aylwin cuando tenía más o menos la misma edad que actualmente tiene su hijastro.

Enríquez-Ominami, educado en Francia, es artista, filósofo y además está casado con un rostro de la TV. ¿Qué más le podemos pedir? Le critican que no tiene equipos detrás, o sea que no tiene todo el aparato de los partidos, que no tiene alcaldes, concejales, diputados, senadores, etc. Dicho con otras palabras, que no forma parte de la cosa nostra. Pero no se preocupe don Marco, si usted llega a ser presidente todo el mundo va a querer acompañarlo. ¿O alguien cree que si sale presidente algún funcionario, por razones éticas, va a dejar la pega? Y además, como todos los candidatos, promete gobernar con los mejores. Estupendo, yo estoy totalmente dispuesto. Sin pretensiones de sueldo me ofrezco —como decía Nicanor Parra— para director del Cementerio Metropolitano o para cualquier otra peguita, por penca que sea. Total, igual que usted, mi presidente, tengo los pulmones vírgenes y nunca e cobrado un sueldo y con cuatro añitos en el gobierno quedo lizteylor. Criticas: suspenda los pucheritos esos que le gusta hacer en pantalla cuando simula escuchar a los demás. A su padre putativo le salen más naturales, pero a usted, aunque crea que se ve más sexy, no le asientan y le entrega la breva pelada a Stefan Kramer. Lo otro, pero eso se lo dice todo el mundo, no se le entiende nada cuando habla. Pero a quién le importa? Todos sabemos que la majamama que tiene en la cabeza la ordenará cuando escriba sus memorias, en unos 78 años +. El 2087.
Otra crítica. Deje de usar o, mejor, abandone el slogan del “cambio”. Ya está muy trillado y en Chile lo estrenó la derecha con J. Lavín. Le propongo el “Recambio”. Alude al reemplazo generacional, que lo favorece y, de paso, tiene una connotación medio tuerca, lo que lo sintonizará al menos con la población masculina, que lo único que le interesa es el auto, el fútbol y el sexo. El problema principal que yo le encuentro a su candidatura es que usted cree tener posibilidades de triunfar en diciembre, y por lo mismo, para no perder algunos votos a dejado de decir lo piensa, lo que cree y lo que quiere y a terminado pareciéndose a sus adversarios. Malo, malo. A mi me gustaba más cuando decía mar para Bolivia y criticaba al Papa. Igual es comprensible, si yo tuviera posibilidades de ser presidente también diría lo que fuera necesario (habría que ser bien caído del catre parea hacer otra cosa). En todo caso, cuente con nuestro apoyo irrestricto. Como todo el mundo reconoce, ha hecho un gran aporte a la campaña, a la política y ha obligado al candidato de la Concertación e incluso al de la Derecha a incluir temas, como el aborto, que sin su aporte probablemente hubieran quedado fuera.

Arrate
El Doctor Chapatín es sin duda el mejor de los cuatro candidatos. Como tiene la suerte de marcar menos de un 10% en las encuestas puede darse el lujo de llamar a las cosas por su nombre, echar tallas y arreglarse las uñas cuando sus adversarios toman la palabra en los debates. Socialista de toda la vida fue uno de los primeros en renovarse allá por los años 80, cuando el Socialismo Realista comenzó a hacer agua por los cuatro costados y la izquierda cachó que la cuestión se ponía mala y que más valía renunciar a la idea de la Dictadura del Proletariado y reivindicar la Democracia, sistema que hasta entonces despreciaban como una martingala de la burguesía para hacerse y mantenerse en el poder. Pero como decía la vieja canción de los años revolucionarios, allá por los 60, la tortilla una vez más se ha dado vuelta y con esto de las crisis financieras y otras señales preocupantes que nos entrega la realidad contemporánea nuestro candidato ha resuelto arrimarse a un edulcorado partido comunista, reflotar la Esmeralda y volver a las raíces marxistas, lo que a mi personalmente no me molesta. Por el contrario, siempre he pensado que si el mundo se condujera por la razón las cosas deberían andar mucho mejor, pero lamentablemente no es lo que piensa y está dispuesto a hacer el 97,3% de la población terrícola, que prefiere tirar la colilla por la ventana y poner los colchones y refrigeradores viejos en la vereda. Y que Moya se haga cargo de la basura. Y el otro gran problema de regirse por la inteligencia, como ocurrió en los países socialistas, es que como alguien debe tomar las dediciones que no adopta el mercado, esos gallos se transforman en unos verdaderos déspotas, como lo fue don Iósiv Visariónovich Dzhugachvili, mejor conocido como Joseph Stalin.

Sin embargo y a pesar de todos estos antecedentes nefastos, Arrate siendo el más venerable de nuestros candidatos, habla como si fuera el más idealista y el más realista. Es el único que, por ejemplo, se atreve a decir que hay que darle una salida al mar a Bolivia, un hecho indiscutible y algo que Chile tendrá que hacer tarde o temprano por la razón o la fuerza, como bien dice nuestro escudo patrio. Ojala salga elegido presidente. Cuente usted don Jorge con nuestro apoyo incondicional.

Resumiendo, gane quien gane estas elecciones los ciudadanos de a pie —como dice F. Villegas— vamos a quedar conformes, o por lo menos creemos que ninguno va a dejar la embarrada, lo que después de todo habla relativamente bien de cómo están las cosas en Chile. Antes de ayer vimos un nuevo debate por el 13, pero el Mega y TVN tuvieron mayor sintonía. O sea que esta cuestión no nos interesa demasiado. Y, para cerrar, en caso de que ninguno de los candidatos salga elegido, yo también quisiera sentarme en la Moneda y tengo un programa que puedo meiliar a los respetables en caso que les interese.

Finalmente decirle a los cuatro que gobernar no es tan difícil, preocúpense de recoger la basura de Carmen esquina de Héctor Barrueto y en lo posible que la señora Juanita separe sus desperdicios en la cocina; reduzcan drásticamente las fuerzas armadas y con eso páguenle a los profes. Dejen que los cabros fumen pitos y díganle al alcalde de Ñuñoa, La Reina y Pelarco que paren de podar, por no decir talar, los árboles. Y no sigan sacando los adoquines. No sean gansos.

Yo además prohibiría los autos. No hay ninguna razón para pensar que un perico que se desplaza con el celular en la oreja sobre cuatro ruedas y dos toneladas de fierro lleve un destino socialmente más rentable que otro pobre diablo que modestamente viaja en bici. Y sin embargo el primero contamina el triple y ocupa mucho más espacio. Pongan autos chocones en el Parque O´Higgins —otro basural— para que los amantes del volante vayan los domingos a darse unas vueltas en redondo. Córtenla con la tonterita. El progreso de la humanidad no tiene nada que ver con el locomóvil. Ese fue un invento de Henry Ford para salir a güeviar con sus amigos los fines de semana. Un juguete que a él le dejó mucha plata. Menos pavimento y más pastito. Y si la pega le queda lejos cámbiese de casa, cámbiese de pega, váyase en micro, camine y estire las piernas, tome la bicicleta o haga lo que mejor le parezca pero no me venga a echar humo y a meter bulla que la guagua está durmiendo.

Última recomendación: díganle a la presidenta que le pida pololeo a M. Bielsa, que es medio rarito. Igual después se casan y la cigüeña les trae una pelota de fútbol con los ojitos azules.

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Requerido.

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