EN EL MUNDO DE LAS LETRAS, LA PALABRA, LAS IDEAS Y LOS IDEALES
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El reggaetón en estudiantes de enseñanza media, sesgos y discursos feministas en el contexto educativo.

por Guillermo Escobar
Artículo publicado el 09/03/2020

Resumen
Se pretende evidenciar los sesgos de género, junto a una visión particular del feminismo, y su dicotomía entre su discurso y, su praxis más cercana, el contexto sociocultural, articulada desde la música del reguetón, sus mensajes y la escuela. Se utilizan extractos de textos musicales de diversos artistas del género, con una mirada teórica educativa y desde la interpretación semiótica de los mismos. El discurso feminista frente a sus vicios.

Palabras claves
Feminismo, sesgo, reguetón, educación.

Los cambios profundos siempre son difíciles, tienen consecuencias y efectos colaterales, demandan de sacrificios y de aceptar ciertas condiciones que nos llevan a salir del espacio íntimo al público, (para ganar, se debe perder) en donde, salir de la zona de confort, requiere de lograr ciertos acuerdos, los procesos se deben vivir y experimentar del mismo modo como se deben aceptar y esperar. Es por eso que, y a partir de lo anterior, se debe discutir, dialogar y reflexionar, en torno a uno de los desafíos que nos convocan hoy, en esa vorágine y, sin más preámbulos, se erige el feminismo, se revitaliza como bandera de cambio cultural y de derecho constitutivo, por otro lado, los sesgos de género culturales, históricos, mantiene vivos los vicios de una sociedad machista y patriarcal.

Es evidente, tiempos pretéritos; no son los de hoy, y por tanto, los discursos cambian, las formas de aceptar preceptos validados socialmente por mucho tiempo, hoy parecen sacados del baúl de lo inconcebible, enunciados transgeneralcionales que hacen visible una realidad que ya no se condice con la de hoy, y que fragmenta la comprensión del espacio social, porque ya no existe una sociedad que normalice ciertos discursos; porque hoy las personas cuestionan dichos como; “los niños no tienen que lloran”, “las mujeres primero”, “esas son cosas de niña”, “el celeste es para los niños, el rosado para las niñas”, “el hombre en el trabajo, la mujer en la casa”. Lo complejo es, afirmar que en el caso del discurso feminista, se dispone de un abanico muy amplio de consideraciones que confluyen en una propuesta, que parece ser unitaria o representativa de un movimiento social; del mismo modo no es errado creer, que la producción y recepción de textos también lo son, sin embargo, para precisar, y reducir ese margen de complejidad y error, las letras son un buen ejercicio, en lo particular la música, pues, desde siempre se ha transformado en un revulsivo importante para hacer evidente lo que pasa por la mente, el cuerpo, el corazón, y sin duda el componente social, las demandas; su característica principal se articula siempre desde las emociones, de las sensaciones, catalizador del momento, de lo que se percibe a flor de piel, sus letras van desde el amor profundo, al odio parido, Para ejemplificar de alguna forma lo expuesto de manera muy simple e introductora, Los prisioneros grupo chileno que marco historia en la música nacional, por sus canciones y letras caracterizadas por la protesta política, en su canción corazones rojos del año 1990 dice: “En la casa te queremos ver, lavando ropa, pensando en él, con las manos sarmentosas y la entrepierna bien jugosa” el análisis del texto, o su interpretación, nos enfrenta a una realidad social; la mujer como propiedad del hombre, a merced de su destino trágico y casi ineludible del hogar y sus labores, validado cultural e históricamente como parte de la vida, es así y tiene que ser de esa manera, y por lo demás naturalizado, puesto que nadie se escandalizo, protesto, o invalido esta canción, ni su letra en la década de los 90’. En el mismo tema se hace mención a su nivel de servidumbre, al grado casi de esclavitud al cual está confinada por su destino, la deshumanización del género femenino casi a niveles escandalosos; “Eres ciudadana de segunda clase, sin privilegios y’’ sin honor, porque yo doy la plata estás forzada a rendirme honores y seguir mi humor”, por último, se legitima todo el discurso con la frase para el bronce, la guinda de la torta; “Seguirá esta historia, seguirá este orden porque Dios así lo quiso, porque Dios también es hombre”. A simple vista parece una apología al machismo, una oda al patriarcado, una canción que desnuda a una sociedad dominada por hombres, sin embargo, lo que nunca se dijo públicamente, es que esta canción nace como un himno anti machista, escrita por Jorge González, integrante de los prisioneros, para un colectivo de performance, un grupo feminista del año 1984’ llamado “Las Cleopatras”, que pretendía revitalizar el movimiento desde los espacios underground del circuito nocturno santiaguino, es decir, desde lo marginal.

Es a partir de la atribución de estas características diferenciales y dicotómicas que las mujeres históricamente han sido situadas en un lugar de inferioridad respecto a los hombres, cuya consecuencia más evidente es la desigualdad en la que se encuentran las mujeres en el plano económico, político, social y cultural.

(López, Mayorga, Nitrihual, & Luis, 2017)

La música, y su poder de reproducción, se trasforma en una posibilidad real de transmitir ideologías y formas de pensar, masificar una propuesta revolucionaria, o mantener el statu quo; lo llamativo es, como la música y sus letras puede ser parte de una contante denostación a la mujer, sin siquiera importar y, erigirse al mismo tiempo, como uno de los fenómenos musicales más importantes del mundo. Considerando el nuevo movimiento feminista, parece contraproducente ver a mujeres marchando y vociferando en las calles por la dignidad y reivindicación del rol femenino en las ciudades, para luego ir a un bar o discoteca, cantar, bailar y perrear, sin reparar en canciones como “Apaga la luz y quítate la ropa, es que en verdad no quisiera verte en pelotas, esta media gordita, pero chupas chévere” irónico; esto parece irrelevante, pues ni siquiera interesa. Aristóteles menciona la importancia de la música en la formación de los jóvenes, en la educación, es necesario una acción disciplinadora para poner la música en función de la educación de la juventud. Esta preocupación muestra nítidamente la movilización que provoca en los adultos la conmoción que puede despertar la música en los jóvenes. (Kachinovski & Sopeña, 2015)

La experiencia del aula, ha llevado a experimentar estos procesos y plantear esta temática, del feminismo y del género desde la educación, desde la formación del estudiante, de sus influencias, como el internet, el cine y por sobre todo la música y la lectura, estos últimos puntos como sustantivos y neurálgicos, dentro de la propuesta. Es decir, de alguna manera; como discursos feministas participan del contexto educativo, considerando la influencia de la música del reggaetón en estudiantes de enseñanza media.

Todo movimiento revolucionario, como el feminista, involucra una ruptura en lo establecido socialmente, suele ser inmediata, profunda, transformadora, se nutre de la necesidad de justicia, de la esperanza, y de la lucha por ideales compartidos por una comunidad, para el historiador francés François Furet, “La revolución, tomada en sí misma, es un acto político en cuanto hay en ella un derrumbamiento del poder existente y la disolución de las viejas relaciones” (Furet, 1993). En este sentido, la revolución y la historia se encuentran tan ligadas que, a veces coinciden. (Haro, 2011)

Así, todo comienza eventualmente en la mitología, “Si la musa de la historia había cantado por demasiado tiempo las alabanzas de los hombres (adornando las incontables hazañas de los antiguos para educar a las generaciones siguientes), ahora era tiempo de otorgar una gloria similar a las mujeres” (Scott, 2009). La historia cuenta que la segunda de las nueve hijas de Zeus y Mnemosine, Clío siendo ella especialista en la historia y la épica poética, movida por la influencia de las musas, debía, ahora, contar historias de mujeres sobresalientes y que fueran de suma importancia para la memoria que sería transmitidas a los humanos mortales. Un ejemplo de esto, “(…) cuando Prometeo proclamó que fue él, y no ellas, quien creó las letras del alfabeto. Esto pudo haber sido tema de disputa, nos dicen las crónicas, “si las musas no hubieran inventado todos los cuentos, incluido el de Prometeo”. (Scott, 2009).

El feminismo se define conceptualmente según la RAE, como “principio de igualdad de derechos de la mujer y el hombre” como también “doctrina y movimiento social que pide para la mujer el reconocimiento de capacidades y derechos que tradicionalmente han estado reservados para los hombres”. Por otra parte, Lorraine Code (2000), quien en su libro Encyclopedia of Feminist Theories, nos dice que feminismo es aquel movimiento que considera que hay una desigualdad entre hombres y mujeres y que lucha por conseguir la igualdad (Reverter, 2016). En resumen, es un movimiento que busca la igualdad de derechos entre los hombres y las mujeres, por una parte, una conciencia teórica que comprende que hay una situación de desigualdad, pero, por otra parte, conlleva una praxis de lucha para erradicarla. Por ello, el feminismo no es sólo una teoría, sino también una práctica. (Reverter, 2016)

El cuerpo ha sido siempre utilizado por las feministas, tanto para señalar sus represiones en el patriarcado como para apuntar su poder transgresor, (…) el uso del poder erótico como herramienta válida de empoderamiento para una mujer (Reverter, 2016) Esta situación es importante de mencionar, más aun en la actualidad, pues actúa como respuesta al uso del cuerpo femenino como objeto de deseo y de posesión del hombre por muchas décadas. Esta situación se sigue perpetuando en el tiempo en algunas expresiones no vinculatorias a la demanda femenina y, que permean a segmentos sociales que dicen suscribirse al movimiento, pero que sus acciones no se condicen con el fondo de la demanda. Ahora, ¿cómo el feminismo se articula como objeto de lucha o reivindicación de derechos en los espacios educativos formales como la escuela? ¿existe verdadera conciencia del concepto feminismo y lo que implica? ¿De qué manera lo sesgos de género son importantes para entender la igualdad y la diferencia desde la deconstrucción del individuo? ¿cómo se reproduce la cultura del sexismo en la música juvenil, en una sociedad capitalista y patriarcal? En una sociedad patriarcal, se espera que el sistema educativo, pueda asumir el desafío de no reproducir modelos de ideologías de clase que se encuentra enquistados en las políticas de enseñanza que dirigen las naciones capitalistas, en dónde; el sistema educativo se caracteriza eminentemente por su función reproductora en la sociedad. (Jimenez, 2003)

El feminismo socialista ha concedido especial importancia a poner de manifiesto que la igualdad de oportunidades en la escuela capitalista no sólo no erradica, sino que mantiene y legitima los fundamentos de la división sexual del trabajo en estrecha relación con la división capitalista del trabajo y las relaciones de explotación y subordinación entre las clases sociales.

(Jimenez, 2003)

Tenemos un sistema, sociocultural que se ha construido históricamente desde las diferencias sexuales, y que la escuela se ha encargado de reproducir producto de su neutralidad, e imposibilidad de disociarse de la ideología patriarcal; De esta forma determinados comportamientos, roles, funciones y valoraciones son impuestas dicotómicamente a través de procesos de socialización, y son mantenidos y reforzados por la ideología e instituciones patriarcales (Rubin, 1986; Facio, 1992; De Barbieri, 1992; Lamas, 1999 citado en López, Mayorga, Nitrihual, & Luis, 2017)

Desde estas perspectivas ya propuestas, se hace evidente las carencias formativas en materia de género entre el alumnado y los establecimientos educacionales, estos no se hacen cargo de una realidad histórica y, que enfrenta a estudiantes en un espacio que replica injusticias, desigualdades, y por sobre todo sesgos de género, vicios que se encuentra arraigados en la familia, en nuestra sociedad; y que culturalmente a diario se evidencian, entonces; la educación de la mujer no puede llamarse educación sino dogma, pues se propone como fin la obediencia, la pasividad, y la sumisión (Pardo Bazán citado en Merelas, Darriba, Diminguez, & Sio Docampo, 2015). De esta forma no hay un plan de acción, un lineamiento, una vinculacion directa, entre el feminismo como movimiento social, y como este se articula como objeto de lucha o reivindicación de derechos en los espacios educativos formales como la escuela, para esto se requieren adquirir compromisos que hoy no se institucionalizan pues no existe una conciencia empírica en que aun la discriminación, los prejuicios y estereotipos sexistas, siguen limitando el desarrollo de niñas y mujeres casi de manera sutil, ubicándola en una situación de desventaja frente al desarrollo de la vida, por tanto, en los colegios, escuelas como entes responsables de la educación se debe se debe avanzar en:

  • Comprometer en la praxis una equidad efectiva entre mujeres y hombres
  • Situar la equidad de género como valor central de la práctica educadora
  • Crear un espacio de encuentro y reflexión entre educadoras y educadores comprometidos con la igualdad entre mujeres y hombres.
  • Denunciar las discriminaciones que siguen lastrando el desarrollo de las mujeres

(Merelas, Darriba, Diminguez, & Sio Docampo, 2015)

Los sesgos de género son prejuicios construidos tradicionalmente en las sociedades androcéntricas que empapan todos sus ámbitos de conocimiento y de interrelación (…) llegando a configurar estereotipos de género que determina pautas de conducta e interacción social. (Bolaño, 2015). Bien es sabido que en el ámbito educativo existe lo que se llama el “curriculum oculto” esto quiere decir, que son conocimientos, habilidades, actitudes, creencias, costumbres, lenguajes, símbolos etc. que se median o transiten de manera implícita, por tanto, no están literales en los programas de estudios ni los documentos oficiales, este curriculum oculto es, en la gran mayoría de los casos, el perpetuador de sesgos de géneros y estereotipos femeninos como masculinos, cada sociedad o grupo cultural impone (…) las reglas sociales que marcan el significado de lo que se considera femenino o masculino. (Diaz 2005). Llegando a constituir prejuicios de forma mas habitual de los deseable, los sesgos de género se transmiten a través del curriculum oculto (…) (Bolaño, 2015)

De las expresiones artísticas, la música es la más cercana a los jóvenes y estudiantes, desde lo empírico se puede evidenciar, que es muy común la posibilidad de encontrar a los alumnos y alumnas con celulares dentro de la sala de clases, “profe puedo escuchar música mientras hago la prueba” “profe cuando termine la clase podemos colocar música”, y por supuesto en actividades extraprogramáticas, siempre la música es la que ameniza el momento, el espacio. Lo preocupante es que están escuchando, bailando, y cantando; regueton; letras cargadas de mensajes misógenos que se transforman en caldo de cultivo para los jóvenes y verdaderas formas de representatividad, entonces las personalidades, actitudes, pensamiento se perfilan en estrecha relación a los contenidos de las canciones y la música que es consumida producto de su estilística seductora para los jóvenes.

Pero para entender los alcances de este fenómeno musical, en la configuracion de las conductas adquiridas por estudiantes, hay que definir el objeto, pues entonces, ¿que es el reguetón? Bueno, es un estilo musical originario de América Latina y el Caribe y que tuvo sus inicios en los años setenta, sin embargo, no sería hasta principios de los años noventa que se reafirmaría como género. Hoy en día, el reguetón es el género más escuchado en todas las plataformas de streaming mundiales, de hecho, Spotify, una de estas plataformas, atribuye gran parte de su crecimiento al reguetón: entre 2014 y 2017, el número de escuchas que recibió este género creció ni más ni menos que en un 119 %, según informes de la misma empresa, llegando a los 140 millones de subscriptores actuales. Su lista de reproducción Baila Reguetón es la tercera más popular a nivel mundial y cuenta con más de cinco millones de suscriptores

Sarah Ardite, productora, músico y quien hoy se ha dedicado a estudiar este fenómeno social y musical, menciona que; “La música comercial de índole popular ha sido completamente secuestrada por la industria” (Ardite, citado en Rius, 2019)), Los números hablan por sí solos, pero Ardite lamenta que las letras no transmitan ningún mensaje constructivo:

“Con la difusión e impacto que tiene, si el ritmo hubiera sido acompañado de letras que levantaran conciencias, teniendo en cuenta al público al que se dirige, se habría podido crear una rebelión desde la base. O podría haber sido utilizado para difundir conocimiento y empoderarnos, como ya hizo el jazz. Y es precisamente eso lo que se quiere evitar”

(Rius, 2019)

Bajo estos preceptos, Ardite deja entrever que esto no es casual, parece intesionado y casi creado para un fin perverso, puesto que lo que se propone, es que este tipo de música a tenido una gran difusión precisamente para que pueda llegar a los barrios más populares, y de esta manera, ser un dispositivo de control de clases. Ardite continua mencionando lo peligroso de este ritmo musical y su avasallador crecimiento, puesto que se ha transfromado en un tipo de vida aspiracional generando un prototipo de hombre existoso.

“el macho barrio-céntrico, un semental sin posibilidad de educarse rodeado de mujeres que le desean porque tiene dinero, al que se le permite escribir canciones que dicen “no es culpa mía si me porto mal”. Este se ha convertido es un modelo de éxito por las personas que quieren salir de la pobreza material. No tienen nada que perder, ni muchas más opciones. Y menos aún si son mujeres”

(Rius, 2019)

Cabe mencionar que sus letras han sido ampliamente criticadas (y con razón) por resultar denigrantes para las mujeres, víctimas de una fuerte sexualización y generadora e estereotipos que porpone una fuerte infuencia en el comportamiento de los estudiantes en los colegios.

 Los condicionamientos que generan los estereotipos de género llegan a determinar cuestiones como la preferencia por un determinado estilo de música o danza, la elección de un instrumento musical o incluso los modos de comportamientos ante diversas situaciones o ambientes musicales influenciando por tanto en las pautas de interacción social

(Bolaño, 2015)

Otro ejemplo es Maluma, cantante colombiano; que en una de sus canciones dice: «Tengo una chiquitita nalgona con el pelo corto, me dice papi vente adentro si me preña», «La primera se desespera, se encojona si se lo echo afuera, la segunda tiene la funda, y me paga pa’ que se lo hunda» esta letra pertenece a la cancion, Cuatro babys, otro estracto; “Estoy enamorado de cuatro babys, Siempre me dan lo que quiero, Chingan cuando yo les digo, ninguna me ponen peros.” Cuatro babys de Maluma ha sido lanzada con un videoclip de reguetón que se publicó en la plataforma de Youtube el 14 de Octubre de 2016, alcanzando al día de hoy cerca de 850 millones de visualizaciones. Un breve análisis realizado por las y los estudiantes en clases concluye en lo siguiente;

Se trata al cuerpo fememnino como una cosa, en el videoclip se hace manifiesto que las mujeres que allí se muestran, ligeras de ropas, constituyen un auténtico objeto de ‘consumo’ sexual, en esencia, genitalizadas, disponibles en todo momento al llamado del hombre, literalmente entendidas como máquinas de proveer placer en forma fácil e irrestricta. En este caso, las imágenes de las mujeres guardan correlación con la letra de la canción, la cual se muestra en forma ramplona y ofensiva, llegando a lo grotesco. Conluyendo, se asignan determinados roles a hombres y mujeres, gracias a los cuales se afirma un protagonismo desigual de género;

“las propuestas de Valdebenito (2013) estan en función de considerar que para generar cambios desde la educacion musical en la perspectiva de género, estos deben cosntruirse equilibrando los aportes de las diferentes identidades, decosntruyendo, redefiniendo y tensionando ciertas construciones estereotipadas de género y generando crítica de los problemas de poder y de invisibilizción perpetuados a los largo del tiempo”

(Bolaño, 2015)

La violencia hacia el género femenino, la cosificación del cuerpo de la mujer como un juguete, y por tanto, asignada al rol de satisfacer los juegos sexuales masculinos, otorgando placer como si fuera un derecho heredado, parece ser una premisa en este estilo musical, sus letras y cantantes no escatiman ni reparan en el mensaje que perpetuan durante su pick de fama. Otro ejemplo de análisis es, Jiggy Drama en su canción contra la pared, en un estracto de ella dice lo siguiente; “ Lamentamos interrumpir la rumba, pero quiero que ahora todas las mujeres se pongan contra la pared porque vamos a requisarlas, tu sabes je je je, Yo soy el papi la que te requiza, contra la pared del pastor de la misa, y te alabare, que va, voy a darte la requiza completa comienzo por debajo, y termino en las teeetas, no vas a escaparte, no va pa ni una parte, no vas a revelarte conmigo, o te doy tu castigo, no me hagas abusar de la ley, que comienzo contigo, y te acuso de violar la ley, si sigues en esa actitud voy a violarte hey, asi que no te pongas alsadita, yo se que a ti te gusta por que estas sudadita, si sigues con esa actitud, voy a violarte”. Sin duda letras como estas, no solo hablan de sexo inocentemente, pues hablar de sexo no tiene nada de malo, sino la distorsión que se genera en torno al mensaje que se entrega, el discurso, El problema es transmitir una idea sesgada y erronea de las relaciones sexuales, crear estereotipos nocivos y perpetuar y amplificar tanto los roles de género y la violencia machista, como la cultura de la violencia verbal y física como una forma aceptada de estar en el mundo (Rius, 2019). Otros ejemplos de lo que ya se ha analizado solo por mencionarlos, es Alexis y Fido en su cancion “el nalgazo” (Ella le gusta que le den bien duro, así que dale, dale, dale un nalgazo) Daddy Yankee Ft Nicky Jam en su canción En la cama (A ella le gusta que le den duro y se la coman) la canción Loba de Don Omar ft. Héctor (Cuídate de los cachorros y su puntería porque esta noche vas a ser mía, y si te pillo y te pongo la cocolía, loba, aúlla en la mía) Lui G en su canción Eso en cuatro no se ve (Apaga la luz y quitate la ropa, es que en verdad no quisiera verte en pelotas, esta media gordita pero chupas chevere).

Para finalizar, las conclusiones se vuelven repitivas, puesto que no hay dos versiones en cuanto a determinar la importancia y lo justo que se vuelven las revoluciones, sin lugar a dudas estamos estamos frente a un movimiento feminista que desde décadas ha intentado reinvidicar los derechos de las mujeres y por sobre todo su dignidad. «Si estas especificidades de discriminación de la mujer son construidas social y culturalmente, entonces, pueden y deben ser modificada cultural y socialmente: no abandonar nuestro sello, sino desconstruir nuestro género», (Kirkwood, 1987) En este sentido ha sido largo el camino, y aun queda mucho por avanzar, pues el mundo aun esta construido en virtud de sesgos de género que perpetuan hasta hoy a una sociedad machista, misógina, en donde las sociedades, las escuelas y las politicas educativas, tiene una misión pendiente en la formación de los futuros ciudadanos, pues estamos claros, que la educación bajo valores como la aceptación de la diversidad, la empatía frente a la injusticia, la equidad de género frente a los derechos sociales, laborales, económicos y fundamentalmente constitutivos de una comunidad más equitativa, sentarán las bases de procesos y cambios menos traumáticos; aunque se debe insistir en la importancia formadora de las nuevas generaciones, pues queda claro que jamás los establecimientos han tomado de manera seria la discusión y el dialogo sobre el feminismo como una bandera de lucha y por sobre todo de cambio. Hasta el día de hoy, es conveniente hacer oídos sordos a una demanda que nace con fuerza cada cierto tiempo, y tal vez esa sea la razón por la cual aun falta mucho por hacer, es más facil para el poder, en manos de los hombres, seguir en virtud de espacios que son predominatemente patriarcales, porque en definitiva, esto es comodo, beneficioso y por lo demás, supone trastornos que no estamos dispuesto en muchos casos aceptar o validar, incluso algunas mujeres, que ven muchas veces como el movimiento se radicaliza y se vuelve en algunos casos en luchas muy sensibles y delicadas que decantan en axiomas o performance casi incomprensibles, pues, sólo las mujeres tienen el problema de preguntarse por sí mismas, por el significado de su condición. La mujer es lo otro, (…) (todas las culturas tienen estas categorías de lo propio y lo marginal, con las consecuencias obvias de la negación de derechos). De ahí viene la cuestión de «Las mujeres y el feminismo». (Kirkwood, 1987) Es decir, las mujeres también tienen mucho que hacer en cuanto a saber que significa ser mujer y cual es la relación directa con el movimiento.

Esto podria explicar el fenómeno del reguetón, sobre todo en los jóvenes, estamos ciertos que las canciones de reguetón atentan contra las dignidad de las personas y de la mujer puntualmente, como ya hemos mencionado cosifican a la mujer, la estereotipan en un rol determinado de servidumbre hacia el hombre, del mismo modo esta imagen masculina se configura a partir de la propiedad como el dueño de este cuerpo femenino; establecida esta relación de poder, de sometmiento y de una desigualdad brutal, se vuelve incomprensible que esta música sea del gusto absoluto de muchos jóvenes y fundamentalmentes mujeres, de manera conciente o inconciente sin que les afecte. “Cuando te quieres a ti mismo no haces daño a los demás y tratas a los demás como a iguales, Angela Davis, durante la lucha por los derechos civiles de los negros en los Estados Unidos” Esta parece ser la clave para decifrar este fenómeno comercial, puesto que para entender el éxito mundial de este ritmo, lo esencial sería educar y concientizar de que el reguetón esta lejos de representar lo que puediera ser el amor propio, el respeto, y la igualdad de derechos. Lo preocupante es que en las escuelas es común que en las actividades de la comunidad se escuchen y canten estas canciones, que disfruten del baile sensualmente, que no se reflexione en torno a sus letras, que se expongan libremente sin ningún tipo de objeción y ante la total indolencia de los docentes que muchas veces participan de estas actividades, replicando las actitudes de sus estudiantes, y que no se repare en cuanto al maltrato sostenido de la mujer, que jóvenes de 10 a de 18 años canten por ejemplo; “si sigues con esa actitud, voy a violarte”

Sara Ardite, que ha estudiado este movimiento musical afirma que “este es un género que ayuda a mantener el statu quo: el reguetón no solo es tóxico, también nos despista, distorsiona la realidad. Mientras nos pasamos el día pensando el perrear, no nos lo pasamos pensando en qué nos hace falta para poder salir de donde estamos atrapados”. No genera necesidades educativas superiores, sino que contribuye a perpetuar condiciones desazonadoras. No exige mejoras en el sistema, sino que rebaja los modelos de referencia: “Cuantas menos aspiraciones tengamos, menos inversiones en escuelas y en libros por parte de los gobiernos”, cree Ardite, que asegura que no interesa que el reguetón transmita mensajes sustanciales, y lanza una pregunta al aire: “¿Es este fenómeno comercial en forma de música una herramienta para manipular y controlar a las personas excluidas debido a las agresiones económicas del sistema? Excluidas por no educadas, por materialmente pobres, por mestizas y, la mitad de ellas, por ser mujeres”. Es una de las preguntas que busca explicar la génesis de los sistema de control social, por supesto que el regueton esta diseñado para esto, mantener, replicar, reproducir modelos pratiarcales, es mantener el status quo, es perpetuar las desigualdades, es no aceptar la diversidad, y por sobre todo, es validar que hay unos por sobre otros, lo que el grupo chileno los prisioneros en su canción corazones rojos propuso “ten cuidado con lo que dices; hay un alguien sobre ti; seguira esta historia, seguira este orden; porque Dios así lo quiso, porque Dios también es hombre”

Bibliografía
Bolaño, M. (2015). Los sesgos de género a través del currículum oculto de educación musical. RES Revista de educación social, 300-315.
Furet. (1993). El siglo del advenimiento republicano. Paris: Gallimard .
Haro, M. (2011). Fenimismo y revolucion. Consideraciones para la lectura de la historia. destiempos, 0-12.
Jimenez, M. (2003). Género y educación: Las alternativas al feminsimo liberal. feministas, 163- 176.
Kachinovski, C., & Sopeña, A. (2015). Importancia de la música en el proceso adolescente. 1-10.
Kirkwood, J. (1987). Feminarios . Santiago: Ediciones documentas.
López, S., Mayorga, A., Nitrihual, & Luis. (2017). La construcción socioimaginaria de la mujer en el discurso de la prensa chilena: El caso de El Diario Austral de Temuco en el contexto de la promulgación del derecho al sufragio femenino en Chile 1935- 1952. Ediciones Complutense, 715-730.
Reverter, S. (2016). El feminismo dislocado: caso FEMEN. Revista de filosofia Eikasia, 161-186.
Rius, C. (24 de Agosto de 2019). Nuvol Calandria. Obtenido de Nuvol Calandria: https://www.nuvol.com/noticies/el-regueton-y-la-conciencia-de-clase/
Scott, J. (2009). Historia del fenimismo. Hojas de Warmi, 1-32.

 

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Un comentario

Excelente artículo. Soy profesor y mi parecer del tema es exacto. Este tipo de investigación colabora con la educación, y mucho.

Mis felicitaciones.

Por Luis García de la Torre el día 10/03/2020 a las 12:49. Responder #

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Requerido.

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