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En lugar de combatir (sin éxito) el narcotráfico, eliminarlo de un plumazo sin disparar un solo tiro. Más fácil, rápido, económico y sin violencia

por Adolfo Pardo
Artículo publicado el 01/05/2023

El narcotráfico nunca ha podido ni podrá ser controlado por más esfuerzos que haga el Estado y sus fuerzas policiales. Y la razón es muy simple, porque el narcotráfico es un muy buen negocio. Si no fuera tan rentable tenga usted la seguridad que no sería tema. Los narcotraficantes compran y venden drogas ―con el riesgo que ello significa― solo porque es un negocio muy lucrativo. Si el kilo de mariguana costara en la feria lo mismo que un kilo de zanahorias con toda seguridad habría harto menos gente dedicada a su comercio. Qué duda cabe, como decía el expresidente R. Lagos.

Pero por qué es un negocio tan rentable la venta de drogas (mariguana, cocaína y otros productos que personalmente desconozco). Por la sencilla razón que el Estado ha puesto su producción, distribución, venta y consumo “fuera de la ley”. Y como a pesar de que están prohibidas siguen teniendo mucha demanda, tienen lógicamente mucho valor y los consumidores deben pagar un alto precio por su consumo en la clandestinidad. Y por lo mismo, hay muchas personas y organizaciones delictuales dispuestas a dedicarse a esta peligrosa pero lucrativa actividad exactamente por esta misma razón: porque es un negocio muy lucrativo y lo seguirá siendo mientras los consumidores sigan comprando y consumiendo, cueste lo que cueste.

Sin ir más lejos, si el Estado decidiera prohibir el consumo de tabaco con el argumento de que a los fumadores el humo y la nicotina nos perjudica la salud, yo, al igual que la gran mayoría de los fumadores seguiríamos comprando y fumando, aunque tuviéramos que pagar en el mercado negro mucho más caro. Abriendo de paso un nuevo nicho para el narcotráfico.

Si no me cree recuerde lo que pasó en Estados Unidos entre los años 1920 y 1933, cuando se aplicó la llamada «Ley Seca”, que prohibió la fabricación, transporte, importación, exportación y venta de alcohol. Para su información las consecuencias fueron tan desastrosas que incluso inspiró magníficas “historias de la vida real” que fueron llevadas a la literatura y el cine, con personajes memorables como Al Capone y Elliot Ness, a la cabeza de Los Intocables. Y naturalmente hubo que derogar dicha ley.

¿Qué pasó? Exactamente lo que ocurre hoy día en Chile y en todos los países que prohíben las drogas, o más exactamente algunas de ellas. Porque convengamos que el tabaco y el alcohol también son drogas y tanto o mas adictivas que las “sustancias” prohibidas. Puedo afirmarlo con conocimiento de causa. Empecé a fumar (tabaco) en el colegio y 60 años después continúo fumando, contra todas las recomendaciones médicas. En cambio, mariguana fumé muchos años durante mi juventud e incluso compartí un “pito” con Dennis Hopper, director y coprotagonista de la afamada película Easy Rider, en el Parque Forestal de Santiago de Chile, donde nos reuníamos los Hippies o jipis allá por los años 70, pero hace ya también muchos años dejé de fumarla por la sencilla razón que no me dan ganas. Por lo que concluyo, por experiencia propia, que la mariguana es mucho menos adictiva que el tabaco. También probé muchas veces la cocaína, pero nunca me hice adicto. En fin, es mi caso particular, pero la gran pregunta que yo me hago y que le hago a Usted es la siguiente: ¿por qué el Estado prohíbe ciertas drogas con las nefastas consecuencias que todos conocemos, el narcotráfico y sus altos costos? Y la única explicación que yo encuentro es que lo hace para “proteger la salud de la población” y específicamente de los consumidores. Pero con estas prohibiciones ¿logra el estado ese noble objetivo, o lo único que consigue es crear las condiciones para que se desarrolle el narcotráfico y que los modestos consumidores deban pagar un sobre precio?

¿No sería más rentable ―me pregunto― destinar los cuantiosos recursos que el estado destina ―sin éxito ninguno ― al combate del narcotráfico a la salud pública y, entre otros, para el cuidado de los adictos?

Yo propongo a nuestros gobernantes, legisladores y a nuestra sociedad entera usar la cabeza en lugar de la pistola. La lucha contra el narcotráfico es una batalla perdida y más vale hacer otra cosa. En dos palabras legalizar todas las drogas. Si alguien quiere tomarse un pisco sour, que se lo tome y que se tome dos si quiere, allá él o ella. Si alguien quiere fumarse un pucho es cosa de él y si quiere jalarse una línea también. O si quiere tomarse dos copas de vino es su problema. Personalmente yo no necesito que el Estado me diga qué debo hacer o como velar por mi salud. Agradezco la preocupación, pero nadie más yo sabe o sabrá como cuidarse.

De esta manera, de un plumazo, como digo en el título, acabaríamos ―sin disparar un solo tiro― con un gran porcentaje de la delincuencia, el famoso narcotráfico. Y el Estado y toda la sociedad se ahorraría un montón de dinero.
Es mi modesta opinión.

Adolfo Pardo

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Ver columna sobre este mismo tema y con idéntico objetivo publicada por Francisco Covarrubias, Decano de la Facultad de Artes Liberales de la Universidad Adolfo Ibáñez. Chile, con la colaboración de Álvaro Fisher.
https://noticias.uai.cl/columna/legalizar-las-drogas-combatir-la-narcocultura/
Ver documento de la Biblioteca del Congreso Nacional de Chile «Políticas de legalización de drogas y su impacto», experiencia comparada, informe de Guillermo Fernández
gfernandez@bcn.cl, fono (56) 32 226 3190
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2 comentarios

No se dio tiempo don Adolfo para sumar a las ventajas que su acertada argumentación destaca la desaparición de la corrupción en las policías y el aparato judicial que su idea promete. Tampoco se lo dio para comparar los costos de dichas corrupciones con los costos sanitarios que el autor menciona. Escribo esto desde un país en el que obtengo mis drogas en una suerte de CESFAM, donde no me preguntan más que cómo va mi trabajo.

Por Severo Vernal el día 01/05/2023 a las 23:36. Responder #

Sin ir más lejos hay propagandas en la tele acerca de lo feliz y exitosas son las personas q toman cerveza y Cocacola, cuando en realidad no tiene nada de saludable, y nuestra población cada vez echa más guata y los niños ya crecen obesos. Si la idea es cuidar a la población al menos dejar de promover todo lo dañino, liberarlos sin proveemos. Así como hacer deseable q los autos corran a más de 200 k/h cuando es la causa de miles de muertes. No queda claro cuál es el criterio

Por Sol Pardo el día 01/05/2023 a las 22:52. Responder #

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Requerido.

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